OLVIDO,
capitulo veintisiete: fiesta patriótica!

Washington D.C

          MADISON XAVIER NO SABÍA PORQUE HABÍAN TANTAS CÁMARAS PARA UN SOLO EVENTO. Le parecía tan innecesario, sin embargo, no todas aquellas cámaras que filmarían su rostro eran de los Estados Unidos. Eran de todo el mundo.

          El grupo de mutantes entró al gran evento y Dawn, quien se encontraba junto a Madison, observó que había detectores de metal. Pero sabía que pasarían sin problemas. Los mutantes llegaron hasta allí y Dawn pasó empujando la silla de ruedas de Charles, para luego ser recibido por un soldado.

          —Invitaciones, por favor.

          Charles se llevó dos dedos a las sienes y espetó—Sí, con gusto. Ellos cuatro vienen conmigo.

          El soldado parpadeó y luego miró a Charles—Adelante.

          —Gracias—respondió Dawn esbozando una sonrisa y empujó la silla del telepata hacia delante.

          Logan y Madison pasaron, el primero, al darse cuenta de que ninguna alarma había sonado, miró hacia atrás. La joven de cabello oscuro rodó los ojos y le agarró del brazo para llevárselo hacia donde estaba el resto.

          Dawn observó la cantidad de gente que había sentada en las sillas, hasta la gente que iba a buscar su lugar. Madison y Dawn se separaron y fueron a un extremo, separadas de Charles y el resto. Dawn colocó dos dedos en su sien y miró a través de sus anteojos negros. Madison también hizo lo mismo. Todos buscaron, pero ninguno tuvo éxito.

          'No percibo nada' dijo Madison.

          'Yo tampoco' replicó Dawn mirando en dirección hacia Charles.

          'Aún no la encuentro, pero tiene que estar aquí' dijo Charles.

          —Damas y Caballeros, el presidente de los Estados Unidos de América—anunció uno de los presentadores.

          Dawn observó que el presidente Nixon subía rápidamente las escaleras, saludando a la gente. Su vista se detuvo al ver que el presidente pasaba al lado de un soldado no deseado, quien le miraba de reojo. Stryker. La rubia fresa sintió náuseas por un momento pero recuperó su compostura al saber que Charles y Madison estarían allí para protegerle.

          El presidente Nixon se puso detrás de una pequeña torre con micrófonos, saludando a la gente que aplaudía. Hizo señas para que se sentaran y guardaran silencio. Dawn observó atentamente la escena, sabiendo que Raven—camuflada en otra persona—terminaría haciendo su aparición.

          —Compatriotas estadounidenses, hoy nos enfrentamos a la mayor amenaza de nuestra historia...los mutantes.

          Dawn volvió a colocarse sus dos dedos en la sien y buscó con más apuro entre la gente. Pero el tiempo corría.

          —Nos hemos preparado para esta amenaza—continuó Nixon—. Usando las palabras inmortales de Robert Opphenheimer: "Observen. El mundo jamás volverá a ser el mismo."

          Con un movimiento de manos, la gran tela de la bandera cayó mostrando los centinelas. La música de la orquesta comenzó a resonar y eso hizo que todos volvieran a aplaudir. Todos los soldados saludaron y Dawn sabía que algo no iba bien. Giró su cabeza, para ver a un hombre renguear hacia donde estaba Bolivar Trask. Volvió a tocar su sien y se metió en su cabeza.

          'Es por ustedes, hermanos y hermanas.' Escuchó la voz de Raven.

          '¡Raven!' dijo ella en su mente. '¡La tengo, Charles!'

          'Suéltame, Dawn'

          Repentinamente, Madison observó cómo los robots se encendían. Estos se alzaron y comenzaron a volar, sacando aplausos de la gente. La joven telepata negó con la cabeza:

          —Uh, papá...esto no me está gustando—dijo y miró a Charles, quien no le presataba atención—. ¿No me has escuchado, verdad?

          Madison volvió su vista a los centinelas y estos alzaron un brazo. Las balas no tardaron en salir. Charles y Dawn dejaron de controlar a Raven y al ver todo el caos observaron que algo más grande se acercaba. Y ambos sabían muy bien quien vendría. Erik.

          —¡ERIK!—gritaron los dos al mismo tiempo.

          Logan y Hank corrieron para evitar ser heridos por las balas, Madison se concentró en llevar a su padre en un lugar seguro. Erik Lehnsherr apareció trasladando un gran estadio que algunas partes caían a pedazos. Madison empujó la silla una vez más y pero Charles le detuvo empujándole a un lado.

          —¡Charles!—gritó Dawn.

          El observó que un panel caería sobre él y se impulsó con sus brazos para salir de la silla. Sin embargo, el panel cayó sobre una de sus piedras. Madison se levantó y buscó a su padre, observó que Logan, Hank y Dawn se acercaban corriendo.

          —¡Mads!—gritó Logan.

          La joven de ojos azules se levantó y corrió hacia ellos, pero sintió una punzada en el pecho. Sus ojos miraron el cielo, pero su mente seguía conectada al futuro. Y alguien había muerto en ese futuro. Storm.

          Sus ojos se volvieron negros y soltó un grito desgarrador. Nunca había sentido tanto dolor. Logan le atrapó antes de que cayera al suelo, miró sus ojos negros y preguntó—¿Mads?¿Mads, que ocurre?

          —Storm—respondió ella.

          —Debemos apresurarnos—dijo Dawn.

          El grupo de mutantes subió por los escombros, para ver donde estaba Erik, y, además de eso, ver donde estaba Raven.

          —De seguro no debo preguntar algo así...—dijo Hank mirando a Erik, quien estaba mirando la Casa Blanca—. Pero, en el futuro, ¿sobrevivo?

          —No—dijo Logan mirando al frente.

          Hank le miró estupefacto—¿Qué?

          —Pero podemos cambiar eso—replicó Madison.

          Hank asintió y se quitó sus anteojos, todos observaron cómo se convertía en Bestia rápidamente. Erik les miró fijamente. Los ojos de Dawn se volvieron violetas y los de su hija, Madison, se volvieron negros.

          —Cumple tu propósito—dijo Erik mirando ahora al centinela.

          El centinela obedeció y comenzó a dispararles al grupo de mutantes. Ellos se dispersaron y el centinela les persiguió. Disparó en dirección a Madison y Dawn, pero estas lo esquivaron rápidamente. Logan lo atacó pero salió disparado hacia otro lado, el centinela iba a matarlo pero Hank se subió encima de él y lo distrajo.

          —¡Yo me encargo!—les gritó Hank—. ¡Váyanse!

          Los tres mutantes salieron corriendo de allí y se dirigieron dónde estaba Erik. Este, al ver a los mutantes caminar directamente hacia él, comenzó a lanzarles cosas. Esquivaron poco a poco lo que Erik les lanzaba, pero, al llegar a él, Logan fue el primero en caer. Erik, con un movimiento rápido, apartó a las dos chicas. Dawn quedó contra la pared, con un par de fierros apresando sus muñecas y piernas. Madison igual, pero Logan sufría. Magneto le incrustaba los pedazos de hierro que había en la estructura del estado. Su piel comenzó a llenarse de sangre y Madison supo que si no lo detenía, Logan moriría.

          —¡Logan!—gritó ella intentando de salir.

          Magneto hizo que Logan levitara y así lo hizo, Madison miró como Logan hacía muecas de dolor e intentó una vez más de salir de su prisión pero no tuvo éxito.

          —Sobreviviente, sí, como no—dijo Erik con la mano alzada y cerró el puño.

          —¡Erik, no!

          Abrió la palma de la mano y envió a Logan lejos del estadio. Madison y Dawn se quedaron petrificadas. Logan ya no estaba. Madison soltó un grito que resonó en los oídos de Erik, provocando que este se tapara levemente ante la fuerza de las ondas sonoras. Este se levantó y lanzó una piedra a Madison, dejándola inconsciente.

          Volvió a su posición y pudo encontrar el búnker donde se encontraban todos escondidos. Dawn observó que el metal era arrancado del suelo y, repentinamente, vio como el búnker salía de la Casa Blanca para terminar frente a Erik. Este, con un movimiento brusco, arrancó la parte frontal de la sala y observó que estaban todos. Los que estaban en la sala iban a tomar sus armas, pero Erik se las sacó de inmediato.

          Los mataría a todos.

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