x. el equipo
DESASTRE DEVASTADOR,
capitulo diez: el equipo!
DAWN DESPERTÓ ENTRE LOS BRAZOS DE CHARLES, sintiéndose agradecida de no haber tenido pesadillas. Escuchó los latidos del telepata de ojos azules y era música relajante para sus oídos, su respiración era lenta y coordinada, se encontraba en tal estado de relajación que Dawn nunca sería capaz perturbar la paz que emanaba de Charles. La rubia fresa intentó moverse lentamente pero eso terminó removiendo a Charles en la cama. Dawn estaba trabada por el brazo de Charles que la sostenía junto a él.
—¿Mi compañía te desagrada, cielo?—preguntó Charles con voz ronca.
Grey sonrió y besó los labios de Charles lentamente—Yo nunca dije eso, tonto.
—¿Entonces por qué te separas de mí?
—Huh...no quería perturbarte el sueño.
Charles alzó una ceja—En realidad, yo estaba despierto. Solo estaba esperando a que despertaras.
Dawn rodó los ojos y golpeó a Charles con una almohada—Idiota.
Él telepata soltó una carcajada y volvió a abrazar a la rubia fresa. Al levantarse y desayunar, Charles decidió comenzar el entrenamiento del grupo de mutantes junto con Dawn. ¿Pero quién era el primero? Grey quiso empezar con Erik. En los jardines de la mansión, Charles Xavier le bajó el seguro al arma que empuñaba, Dawn le miraba atentamente como su ahora "amado" le apuntaba a la cabeza de Erik con ella. La telepata no pensaba que Erik tuviera tal reto como para arriesgar su vida. Pero era una decisión incuestionable.
—¿Seguro?—preguntó Charles.
—Totalmente—respondió Lehnsherr asintiendo.
—Está bien—dijo Xavier con tono nervioso.
Charles cerró los ojos para concentrarse, antes de que Dawn le hablara mentalmente: 'Abre los ojos o la que terminará con el disparo seré yo'
Charles acató las órdenes de la telepata y buscó fuerza de voluntad para poder jalar el gatillo pero no pudo—No—murmuró este, bajando el arma—. No puedo, lo siento. Es que no puedo disparar un arma y a un amigo menos.
—¿Charles, que te pasa?—dijo Erik colocándole el arma en la cabeza otra vez—. Sabes que la desviaré. ¿No dices que debo llegar al límite?
—Si sabes que la desviarás ¡no estás llegando al límite que te propones!—protestó Charles.
—Si quieres yo podría dispararle—dijo Dawn sonriente.
—Vamos, que lo haga Dawn—dijo Erik arrebatándole el arma a Charles.
—Yo que tú no confiaba en ella—respondió el joven profesor observando de reojo a Grey.
—¿Intentas decirme que sigue enojada conmigo?
Charles rodó los ojos—Sí y si agarra esa arma, cometerá un homicidio matándote a ti.
—¡EH!—protestó la joven.
—¿Qué pasó con el hombre que trató de levantar un submarino?—preguntó Charles suspirando.
—Pero...no es igual—respondió Lehnsherr—. Y para algo tan grande necesito la situación: la ira.
—No, la ira no es suficiente—acotó el profesor.
Erik miró de manera seria al telepata—Me ha servido todo este tiempo.
—Pues te ha puesto en riesgo todo este tiempo—dijo Charles y observó una gran antena—. Ven aquí. Probemos algo mucho más desafiante.
—¡Con la bala hubiera sido suficiente!—gritó Dawn.
Charles sonrió socarronamente y acompañó a Erik hacia un gran balcón del jardín. Una hora después de que Erik fallara notablemente, Dawn observaba como Charles abría la puerta metálica que parecía una especie de galpón. Alex Summers le seguía detrás con un maniquí. La rubia fresa se preguntaba de donde había sacado el maniquí.
—Mi padrastro tomaba muy enserio la posibilidad de una guerra nuclear—dijo Charles encendiendo las luces—. Por esto construyó este búnker. Podríamos usarlo como campo de prácticas.
—Tu padrastro estaba bien preparado—murmuró Dawn.
—¿Crees que no atravesaré los muros?—preguntó el rubio.
Charles soltó una ligera risotada—Mi padrastro lo construyó para que soportara una bomba nuclear. No le harás nada, Alex.
—Cuando hago esto, suelen pasar cosas malas—dijo Summers alejándose del maniquí junto con Charles.
—Alex, deja de decir eso. Podrás hacerlo—replicó Dawn intentando animarlo.
—Porque no lo controlas, tu don te controla a ti—respondió Charles—. Por eso estamos aquí, Alex. Para entrenar.
—Si de verdad quieres que lo haga—dijo Alex—. Mejor cúbranse.
—Bien—dijo Dawn empujando a Charles, saliendo del recinto y el telepata cerró las puertas—. ¡Cuando quieras!
Alex se concentró y tomó impulso, Charles escuchó que los rayos gamma salieron disparados y el sonido de la alarma para poder abrir las puertas. Rió levemente pero al ver lo que había hecho el joven rubio le borró esa sonrisa.
—¡Diablos!—exclamó Dawn maravillada—. ¡Esto es genial!
—Alex, pero que hiciste—murmuró Charles buscando un extintor y salió a apagar el fuego—. Te voy a enseñar a controlar eso Alex. ¡Dawn, ayúdame!
—Ya voy, ya voy.
Al limpiar todo, Charles estuvo ayudando a Hank para preparar un dispositivo que ayudaría a Alex en su lanzamiento de rayos gamma. Dawn los acompañó a los tres para ver cómo iba el proyecto.
—Sexy—murmuró Alex, provocando que Charles riera.
—¿Qué es esa cosa, Hank?—preguntó Dawn frunciendo el ceño.
—Bueno, es el prototipo—dijo McCoy—. El definitivo se verá mucho mejor, será un traje completo. Estos sensores miden la potencia de salida de Alex, este panel la concentra y el exceso se absorbe.
—Quiero que le des al del medio—dijo Charles—. Solo al del medio, por favor.
—Suerte—murmuró la rubia fresa empujando a Charles y a Hank del recinto para cerrar las puertas.
En cuanto se quedó solo, tomó impulso pero su puntería falló y terminó derribando al maniquí que estaba a la izquierda del maniquí que estaba al medio. Intentó otra vez pero el disparo fue al maniquí del otro extremo, dejando solo al que estaba en medio sin tocar.
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Sean gritó en dirección a la ventana y esta se rompió en pedazos, Charles dejó salir una carcajada de asombro mientras que Dawn aplaudía con gracias.
—Lo que haces es increíble, amplificas ondas sonoras con la misma frecuencia de resonancia del vidrio es por eso que lo rompes—dijo Charles y señaló la sección de la garganta donde se encontraban las cuerdas bocales—. Pero esto, es como cualquier músculo del cuerpo. Lo puedes controlar.
Media hora después, Charles y Hank le ataban a los brazos una especie de alas con tela que Hank diseñó. Dawn observaba maravillada el diseño que Hank había hecho y no podía esperar para probarlo con Sean.
—¿Seguro que esto va a funcionar?—preguntó el pelirrojo algo temeroso.
—Todo es posible—recalcó Hank con entusiasmo—. Y el diseño...
—Hank, cállate—dijo Dawn empujando a Sean con rapidez.
Charles y Hank ubicaron a Sean al borde de la ventana, este estaba algo asustado por la altura, cosa que todos veían desde otra ventana. Dawn pudo sentir, de alguna manera, el miedo de Banshee - pero sabía que tarde o temprano lograría salir de esta.
—Grita lo más fuerte que puedas—ordenó Charles sonriéndole a Sean.
—Las ondas sonoras deben ser supersónicas, con el ángulo correcto deben levantarte—dijo Hank intentando de hacerle entender cómo se usaban esas alas.
—Deben levantarme—repitió Sean nervioso—. Ya me tranquilizó.
—Suerte—murmuró Grey palmeando la espalda—. ¡Y no olvides gritar!
Sean respiró hondo, extendió sus alas y saltó. Mientras caía, solo soltó un grito débil. Pero no voló. En vez de eso, cayó en el césped verde. Dawn hizo una mueca—Yo pienso que debí darle un empujoncito—dijo ella observando al joven—. Voy a ver si sigue vivo.
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Hank y Charles regresaban de correr, observando que Hank había perdido la carrera. Dawn se les acercó con botellas vasos de agua fresca y ambos las bebieron. Vestía igual que ellos. Escuchó a los dos hablando animadamente—En todos nosotros hay dos naturalezas en guerra—dijo Charles respirando hondo, algo agotado.
—Robert Louis Stevenson y...—dijo Hank.
—En efecto—dijo Charles subiendo las escaleras—. Es sobre el lado salvaje del hombre y su lucha por controlarlo. Por moldearlo. Y esa lucha es la que te reprime.
—No, uno de los dos tenía miedo de lo que era capaz—acotó Hank.
—Igual que tú. Si me quieres vencer esta vez—dijo Charles, mientras que Hank se sacaba los zapatos—. Debes liberar a la bestia. ¿Quieres correr con nosotros, Dawn?
La rubia fresa asintió animadamente y dejó los vasos en un lugar seguro. Los tres se pusieron en posición. Hank se quitó los zapatos. Charles se puso en posición—En sus marcas—dijo Charles—. Listos...¡Fuera!
Ambos empezaron a correr, Charles iba a la delantera y Dawn estaba ganando carrera pero luego Hank le pasó por más destreza, Xavier y Dawn continuaron corriendo pero Hank ya había dado la vuelta entera. En cuanto Hank llegó hasta un Charles y Dawn que corrían, le tocó el hombro y este se detuvo. Hank lo había logrado.
—Felicidades, mi amigo—dijo él estrechando su mano—. Robert Louis Stevenson estaría muy orgulloso.
Dawn sonrió—Bien hecho, Hank.
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