ix. nuevo refugio
DESASTRE DEVASTADOR,
capitulo nueve: nuevo refugio!
LOS DOLORES DE CABEZA ERAN UNA DEBILIDAD PARA DAWN GREY. Le era algo completamente abominable y suponía que sus pensamientos no se encontraban organizados. La rubia fresa se despabiló y al abrir los ojos se encontró con un Charles Xavier que le observaba con curiosidad—¿Charles..?—preguntó la joven mientras se frotaba los ojos—. ¿Dónde...?¿Dónde estamos?
—Qué suerte que hayas despertado...—murmuró Charles sonriendo de lado.
—¿Qué me pasó...?
—Erik te dio un buen golpe en la cabeza—replicó riendo, como si hubiera dicho una buen chiste—. Te desmayaste y ahora estamos volviendo a América.
—Wow...¿porqué no me sorprende?—dijo riendo—. Gracias por "salvarme", profesor. ¿Cómo podría recompensarlo?
—Mmm...no lo sé...
—Todo menos sexo, Xavier. Te conoceré hace poco pero lo suficiente para saber que estoy lidiando con un pervertido—dijo Dawn rodando los ojos.
—¿Y tú que sugieres?
—Uh, no lo sé...Esto—murmuró la rubia fresa antes de acercarse a Charles y besarle con delicadeza.
Charles esperaba ese momento que nunca llegaría, pero al final llegó. Dawn sentía felicidad repentinamente y abrazó al telepata con fuerza para seguir el beso. Pero supo que sus pulmones reclamarían aire así que se separó lentamente del hombre de ojos azules—¿Vas a callarte con este beso?—Charles asintió con una sonrisa y Dawn volvió a besarlo.
—Dejen de besarse, me enferma—murmuró Erik intentando acomodarse en el sillón.
Los dos telepatas rodaron los ojos y la rubia fresa se acurrucó en el pecho de Charles mientras que la luz del sol se colaba por las pequeñas ventanas. Estaban llegando a América y Dawn se encontraba más tranquila.
El avión no tardó demasiado en aterrizar y todos bajaron del mismo, Moira fue comunicada por algún agente de la base de Virginia y Dawn sabía que algo no estaba bien. Todos subieron al auto rápidamente y Moira se encontraba conduciendo, Dawn estaba en los asientos traseros junto a Erik - pero ella se mantuvo lejos de él ya que seguía molesta - mientras que Charles se encontraba sentado en el asiento del copiloto.
Dawn hacía gestos nerviosos pese a su inquietud hacia el equipo formado por los jóvenes. ¿Y si estaban heridos?¿Sería culpa de Shaw? La rubia fresa miró hacia los lados y sentía que iban muy lento. Charles la observó por el retrovisor y arqueo una ceja.
'¿Piensas lo mismo que yo?'
Dawn asintió y miró a Charles con sus ojos verdes. 'Tengo miedo de que alguien los haya lastimado'
—Ya casi llegamos—anunció Moira.
Dawn diviso la base de la CIA desde lejos. El auto donde se encontraban los tres mutantes estacionó en la entrada de las instalaciones. Una ola de preocupación inundó a Charles por completo, ¿qué había sucedido allí? Observó que Dawn salía del auto y dirigió su vista hacia adelante, al ver menos miembros del grupo que habían creado, supo que había pasado. Salió del auto junto con Dawn para acercarse a ellos.
—Raven...—dijo Charles antes de abrazar a su hermana, al separarse, se dirigió a los demás—. Ya hicimos arreglos para llevarlos a todos a casa.
En cuanto se separaron, Raven abrió bien los ojos al ver que su amiga se encontraba con una venda en la cabeza—¿Pero qué...?¡¿Charles, qué le hiciste?!—preguntó Raven con tono hostil.
—Raven, cálmate—replicó Dawn intentando calmar a la joven—. Fue Erik, lo hizo accidentalmente.
Charles soltó un ligero gruñido al ver que Dawn protegía a Erik de la rabia de Raven.
—No iremos a casa—replicó Sean.
—¿Qué?—replicó la rubia fresa otra vez.
—Él no volverá a prisión—dijo señalando a Alex.
—Asesinó a Darwin—prosiguió el rubio.
—Pues con mayor razón tienen que marcharse—replicó Charles intentando de convencerlos—. Esto se acabó.
—Darwin está muerto, Charles—murmuró Raven—. Ni siquiera podemos sepultarlo.
—Lo podemos vengar—dijo Erik, atrayendo la atención de los jóvenes.
—Erik, ven por favor—dijo Charles apartándole del grupo.
Mientras ellos hablaban, todos fijaron su vista en la telépata—¿Qué diablos sucedió contigo?—preguntó Alex.
—Erik me dio un buen golpe—dijo algo molesta.
Sean alzó una ceja—¿Fue intencional?
—Lo hizo a propósito—respondió y caminó hasta Charles—. ¿De qué me estoy perdiendo?
—Solo son niños—murmuró Charles.
—No, eran niños. Shaw tiene un ejército y necesitamos el nuestro—dijo Erik.
—Por primera vez, concuerdo con Erik—replicó Dawn y Charles frunció el ceño al escuchar su respuesta.
—Dawn, no creo...
—Debes—acotó ella y miró a los chicos—. Ellos fueron reclutados para esto. Solo...debemos apoyarlos. Y sé que tú los apoyarás.
Charles meditó la respuesta, mientras que Dawn le observaba sonriente, el telepata se giró y miró a todos—Tenemos que entrenar. Todos nosotros. ¿sí?
Todos asintieron, incluida Dawn.
—No podemos quedarnos aquí—dijo Hank—. Aunque reabran las instalaciones no estaremos a salvo. No tenemos a donde ir.
Charles sonrió—Claro que si.
Dawn alzó una ceja—¿A dónde?—Charles le miró serio y la rubia fresa se encogió de hombros.
—Vamos a un lugar que solo Raven conoce y que tú conocerás pronto—el telepata sonrió—. Te encantará, cielo—murmuró él besando su cabeza. Grey se sonrojó de pies a cabeza y miró a Raven quien ya de por si la miraba atónita. Dawn se encogió de hombros y siguió a Charles moviendo torpemente los pies.
Dawn no pudo observar la cantidad de árboles que había allí. No sabía que les tomaría mucho tiempo ir desde Virginia a Westecher. Aunque aprovechó para tomar un descanso ya que su cabeza aún dolía y Charles le había prohibido que se quitase la venda hasta que no se sintiera mejor. La rubia fresa se encontraba apoyando su cabeza en el hombro del telepata mientras que él la miraba con ternura. Charles se permitió ver bien sus facciones, su cabello rubio fresa caia en sus hombros con un par de honduras, sus labios rojizos decoraban su piel pálida y sus ojos verdes permanecían cerrados. Era una muñeca de porcelana, o eso él creía. Dawn respiraba lentamente, manteniendo su sueño constante, Charles supo que ella estaba segura. Al girar su cabeza, divisó que casi llegaban e indicó al grupo de mutantes que se preparara. Al cruzar la puerta principal de entrada, el camión los condujo hacia la casa. En cuestión de minutos, el grupo de mutantes observaba de par en par la gran mansión que estaba frente a ellos. El sol alumbraba perfectamente cada ventana, parecía un castillo.
—Santa mierda—murmuró Dawn.
—¿Esto es tuyo?—preguntó Sean.
—No, es de todos—respondió el telepata—. Para nuestro equipo.
—Sinceramente, Charles—dijo Erik—. No entiendo como sobreviviste en medio de tantas privaciones.
—Bueno, pues tantas privaciones las sobrevivió gracias a mi—replicó Raven parándose al lado de Charles, haciendo que le abrazara y besara su cabello—. Síganme, yo les enseño.
Todos se adentraron a la gran mansión y Dawn se encontraba fascinada con todo, miró cada detalle de que la casa tenía. Charles le condujo hasta una de las habitaciones principales que tenía la mansión. La rubia fresa, al entrar a la habitación, observó cómo estaba decorada. Una estantería con libros, retratos de él y Raven, además de los muebles que había allí.
—¿Te gusta?—preguntó Charles y Dawn asintió rápidamente para girarse y encontrarse con el telepata—. Desde que mi madre falleció, esta casa siempre ha estado sola.
—Pero tienes un plan. ¿Verdad?
—De tener un equipo, sí. Pero en detener a Shaw, no lo sé.
Dawn se sentó en la cama y lo miraba con seriedad—Si dices esas cosas, pasarán. Charles, debemos demostrarles que tienen nuestro apoyo, que derrotaremos a Shaw y su ejército. Los alentaremos y eso hará que la victoria sea nuestra.
—¿Y qué sugieres ahora, querida Dawn?
Dawn Grey sonrió de lado y miró a Charles—Los entrenaremos—el telepata asintió y la rubia fresa señaló la venda—. ¿Puedo quitármela?
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