22.- "Último Round"
Brent Jones
Ya sabía lo que pasaría hoy.
Las respuestas eran demasiado claras, oculté a Myles de lo que Verner quería hacer con él, sería muy obvio pensar que se dió cuenta que fui yo la razón por la que no lo pudo encontrar.
Y después de la pelea, también él estaría muy enojado, porque no pensaba dejar ninguna parte de su cuerpo sin lastimar, de cierta manera, los dos rompimos o romperíamos el trato.
Fueron tres meses los que guardé el enojo y coraje que normalmente sacaba cada semana. Habían pasado tantas cosas, y ahora no veía la veía la hora de subir al ring, después de todo este tiempo, volví a sentir la misma impotencia de golpear que antes.
—¿Vas a quedarte viendo?— pregunté vendando mi mano con aquellas vendas de boxeo que hace mucho no usaba.
—Originalmente, yo estaría fuera del ring con Dakar, esperando a que salieras— dijo Ricky desde una puerta, habíamos llegado justo a tiempo, y solo me estaba preparando para salir —pero ahora está en su labor de guardia.
—Quiere decir que si estás aquí es por algo— seguí con las vendas —¿Puedo saber qué es?
La habitación no era más que una pequeña bodega llena de polvo y suciedad, era lo normal en las peleas, nunca íbamos a tener un gran camerino con todas las cosas básicas.
—Si sales a pelear contra él, van a pasar muchas cosas malas, te conozco, vas a ganarle a Verner y va a traer consecuencias, yo te conseguí la pelea con él, yo la puedo cancelar— dijo preocupado.
—Que yo recuerde no eres del tipo de los que huyen— comenté —yo sé qué va a pasar si no me dejo ganar, y no me asusta.
Me levanté del banco donde me había sentado mientras me preparaba. Caminé directo a la salida, y ahí me detuvo mi amigo, se veía realmente asustado.
—Si tú le ganas y proteges a Myles... Él va a matarte, ¿Entiendes lo grave que es? Te va a asesinar por manchar su reputación, él nunca pierde, y si lo hace no va a dejarlo así— me advirtió.
Negué haciéndolo a un lado. —Yo le juré a Dakar que íbamos a morir al mismo tiempo, y no pienso dejar que yo muera y él viva una buena vida sin mi.
Salí y me encontré con el pequeño ring ilegal rodeado de más personas que las peleas anteriores, siempre vinieron pocos apostadores y demás, pero hoy eran aún más.
Para que Ricky me dijera lo mismo dos veces, seguramente está realmente asustado, ya que él no era de quiénes mostraban mucho miedo, y conociendo a mi amigo, debe estar aterrado.
En cuestión de segundos toda mi ira se empezó a concentrar en el momento, y mientras más me acercaba y escuchaba los gritos emocionados de las personas, más esperaba poder romperle todos los dientes.
De fondo escuchaba a un réferi principiante mencionar que sería mi última pelea, y que estaba duramente confiado en que ya sabía el resultado.
Subí al cuadrilátero, y pude escuchar la queja de Ricky detrás.
Para cuando estuve arriba, también venía subiendo del otro lado la basura, con esa retorcida sonrisa.
Ya sabía las palabras del réferi, y ni siquiera les puse atención, ahora debía estar justo enfrente de Verner.
—Qué atrevido haber intentado ocultar a tu novio— dijo en un tono que solo yo escuchaba al parecer.
Las palabras de fondo del réferi estaban en nuestra memoria, que incluso ya estábamos posicionados para pelear, y él ya había dado luz verde.
Ahora solo éramos él y yo sobre el ring, y no podía estar más apurado por dejarlo muy herido. Pero él no se callaba.
—¿Te cuento una historia? Una vez amenacé a un hombre en su última pelea, lo amenacé poniendo en riesgo a su chico— comenzó —creyó que ocultarlo sería la mejor idea del mundo, y lo más seguro es que quisiera matarme en la pelea... Pero casualmente, su lindo novio iba por la calle, y lo encontré, Brent.
—¿Qué?
Rió amargamente. —Mira tan solo por la derecha, detrás de todas esas personas esperando ver qué explotes contra mi.
Fue de reojo que miré hacia dónde mencionó, en todo mi cuerpo deseé que solo fuera una distracción, incluso eso, que solo quisiera distraerme para golpearme.
Pero no, cuando observé hacia allá, toda mi estabilidad y fuerza decayeron.
Aquí a nadie le importaba si una persona estaba en peligro, mientras no fueran los peleadores.
Prácticamente, a nadie le importaba que justo ahora estuviera un chico detrás de todo, con la boca tapada con cinta, amarrado e intentando gritar hacia acá. Ni siquiera creo que se hayan dado cuenta que Myles estaba gritando detrás de todos ellos.
Mi pulso se aceleró a niveles que desconocía, todo en mi cabeza comenzó a dudar, y a hacer preguntas llenas de pánico.
¿Cómo había pasado esto?
¿Cómo lo encontraron?
¿Dónde estaba Dakar?
De pronto todo mi plan se vino abajo, de lo que tanto lo cuidé terminó haciéndose realidad.
Y cuando volví mi vista hacia el frente, sentí el primer impactó de Verner en mi cara.
Cómo debió, lo combinó con otros tres golpes directos y limpios.
Por reacción los devolví en defensa y nos alejamos, todos los asombros de los demás llegaron a mis oídos.
Retrocedí buscando volver a la realidad, alejándome en la misma posición de defensa.
Lo que ahora necesitaba era que Ricky se diera cuenta, pero él seguramente estaba del otro lado del cuadrilátero.
—Fue tu decisión, Jones, ¿Quieres salvar a ese niño? Ya sabes qué hacer— concluyó —si tú me haces perder dinero, yo te hago perder a Myles.
Quería matarlo, más bien, quiero matarlo en verdad, nunca había sentido tanto nivel de enojo.
Sentía que iba a empezar a gritar y romper cosas, matarlo a él, era una rabia inexplicable llena de obscuridad por hacer daño, porque él se metió con mi Myles, con la única familia que tenía ahora.
Muchas cosas cruzaron mi cabeza, analizando todas las posibilidades rápidamente.
Si lo golpeo, no voy a contenerme después, y podría poner en mucho peligro al rubio.
Si me dejo ganar, saldría demasiado herido, y no era seguro que Myles estuviera del todo bien.
Aún así, era más grande la posibilidad de que lo dejara en paz si me dejaba.
Negué, rezando por no arrepentirme. —Adelante, destruyeme, pero no lo toques a él.
Me rendí, rotundamente accedí a lastimarme lo que fuera.
Esta era la última prueba que yo debía corroborar para saber que estaba loco por Myles, que lo amaba, y que no había nada en el mundo que yo no hiciera por él.
Myles me jodió tanto, se metió en mi vida sin permiso y ahora no quiero que se vaya por nada del mundo. Es tanta la obsesión que tenía por él, que me daba coraje.
Y con mucho coraje, tenía que aceptar esto.
—Así me gusta, Jones.
En segundos, comencé a sentir las consecuencias de mi decisión.
Los golpes de Verner llegaron como balas, ni siquiera me dió tiempo de poner defensa.
Llenó toda mi cara de choques sin dejarme reposicionar.
Enseguida las personas gritaban furiosas, recibí patadas, más golpes, en todos lados, y en ningún momento me pude defender.
Mi cara ya estaba realmente sangrante, me estaba mareando de más, la sangre de mi nariz y boca caían.
Hasta que caí en el ring. Dió un choque con la derecha que me hizo caer completamente, en cuanto toqué el suelo, sentí todo mi cuerpo doler.
Por reglas, Verner se tuvo que detener mientras yo volvía a levantarme.
Un fuerte dolor en el pecho y costillas llegó, él realmente me había lastimado.
Me costaba respirar, y me arrastré a una esquina simplemente, dónde estaba Ricky.
—¡No me importa qué tanto orgullo tengas! ¡Voy a parar esto, Brent!— gritó a mi oído, que su voz se combinaba con el ruido de las personas.
Negué apenas pudiendo respirar.
—Tiene a Myles— dije en voz alta —están del otro lado.
—¿Qué? No, no Brent, ¡Voy a detener esto, los voy a sacar a los dos!— gritó.
Ignoré completamente su orden, me levanté cómo pude del suelo, y a imágenes borrosas observé la sangre que había dejado caer en esta esquina del cuadrilátero.
Me puse de pie, necesitaba terminar con esto y llegar como pudiera a Myles.
Volvimos a la posición de defensa, regulé mi respiración en ese corto momento, y de nuevo llegaron los choques.
—¿Qué sientes siendo humillado?— preguntó antes de seguir golpeándome.
No contesté, no podía ni siquiera respirar bien. Ni todo el orgullo del mundo que pueda perder, podrían compararse al dolor que sentiría de no tener a mi persona especial.
...
Ya había perdido la cuenta de cuántas veces me golpeó, de toda la sangre que había perdido.
Este era el último round de la pelea, con esto se iba a definir si me iba como un campeón o un perdedor.
Porque había una regla importante en las peleas clandestinas, como el fútbol callejero, podrías apostar durante los round's quién ganaría al ver su desempeño, pero si en el último round eras tú quién ganaba, eso era suficiente para ganar toda la pelea.
Muchos usaban la técnica de perder al principio por mérito propio, para que al final al poner todas tus energías en el último round, todas las apuestas del contrincante pudieras ganarlas.
Este no era el caso, aquí yo iba a perder.
Ya no podía levantarme del ring.
Todos los gritos de apoyo e insultos se empezaban a escuchar distorsionado, también había recibido golpes en el oído, prácticamente en todos lados.
Pero no me rendí, no hasta que ví a Verner acercarse mientras yo estaba tendido en el suelo.
—Sabes, me voy a divertir mucho con Myles... Se ve tan encantador desde aquí, ¿Cuántas posiciones crees que pueda soportar?
Una bomba de tiempo había estallado.
De las fuerzas que tenía, inmediatamente mi puño fue a su cabeza, lo golpeé con toda la furia retenida que había guardado.
Me importó poco el dolor, la preocupación, me levanté con una rabia indescriptible, cuando lo ví tirado, no conté el tiempo pero ya lo había levantado yo mismo, ninguno de los dos se tomó el tiempo de respirar, y yo ya había corrido hasta el borde del ring con él.
Salimos completamente del cuadrilátero, y cuando lo tuve debajo, no me controlé, los golpes salieron tan rápido y tan cargados, toda la furia salía.
Jamás había pasado esto, que alguien saliera del ring por rabia solo para pelear, eso solo era en otros deportes.
—¡Brent, basta!— escuché el último grito de Ricky.
Todas las personas nos habían rodeado, pero mi único sentimiento era de impotencia.
Y también el miedo a mi mismo y a lo que iba a pasar, si Myles estaba viendo esto, ahora sí iba a tenerme miedo.
En otro descuido, Verner pudo salir.
Me inundó la satisfacción verlo sangrar, verlo con miedo en sus ojos. Yo podía matarlo ahora sí quisiera.
Se alejó, alguien de sus hombres lo ayudó a salvarse de mi.
—Vámonos de aquí, liberaron a Myles, él está esperándonos— espetó Ricky, sosteniendome, mi brazo pasó por su cuello, todas mis fuerzas se habían ido, así como mi enojo.
Por fin, me había liberado.
Pero no sentía ni las pestañas.
—Lo vió todo— me informó casi en regaño —está preocupado, demasiado.
—¿Dónde está Dakar?— pregunté sin aire, apenas caminando.
—No lo sé, no llegó con él— agregó —no puedo estar al tanto de todo, debo rescatar a tres ahora, así que coopera con la causa.
En mi mente, solo quería saber que estaban bien ambos, ya no me importaba nada, ni la pelea perdida, ni el orgullo muerto, yo ya había terminado con esto.
Cruzamos entre la gente, esperaba que Ricky me perdonara por todo el dinero que le había hecho perder, pero valió la pena.
O eso creí.
Cuando pasamos entre tantos, pude ver en la puerta de la pequeña bodega de la que salí, a mi sol.
Volví a vivir, se veía llorando, pero demasiado preocupado, temblando, sus muñecas estaban marcadas por las cuerdas.
—¡Jones!— gritaron detrás.
Solo me bastó girar un segundo.
Verner impactó un tubo de mental directamente a mi cabeza.
Mi cabeza dió vueltas y caí del agarre de Ricky hasta el suelo.
—¡BRENT!— fue lo último que escuché claramente, el grito de mi sol.
Una risa distorsionada de Verner llegó, y fue tan rápido que solo ví borrosamente que lo llevaron lejos, y yo simplemente dejé de estar despierto.
Caí profundamente inconsciente, con el pecho doliendo, mi cara, mi cabeza. Simplemente dejé de funcionar.
Y finalmente pensé, quizá Verner al final consiguió su parte del trato, dañarme, pero yo ya había rendido cuentas con él.
Lo único que me quedaba era sobrevivir.
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Un capítulo más y llegamos al capítulo final si cómo no claro que sí.
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