Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 33: Conspiraciones y teorías

—Casi me da un infarto cuando vi a Fred en la noria —susurró Cassie mientras el profesor de Inglés daba clase.

Estaba sentada en la mesa del fondo junto a Alex. Los lunes por la mañana se hacían demasiados duros, sobre todo la soporífera clase de Inglés, por lo que no había mejor entretenimiento que cotillear con su amigo. Más aún, cuando este había estado desaparecido durante todo el fin de semana y no había podido hablar con él de todo lo que había ocurrido la noche de Halloween.

—¿A ti? Me mareé y todo cuando Danforth se dio cuenta de que mi Freddy estudiaba en otro insti.

—¿A quién se le ocurre llevarlo a una feria llena de Parrots? Si lo hubieran descubierto, se lo habrían zampado vivo.

—¿Crees que Danforth se dio cuenta? —preguntó Alex.

—No, la verdad. Además, cuando bajamos de la noria, me fui corriendo como una cucaracha para que no me hiciera preguntas —Alex intentó aguantar la risa—. La verdad, me dio pena dejar a Ty solo —dirigió la mirada hacia el castaño.

Estaba sentado un par de mesas más adelante con Ryan. Estaban bastante concentrados en lo que él profesor explicaba. Al menos lo parecían, pues estaban cogiendo los apuntes que Alex y Cassie no estaban cogiendo.

—Lo abandonaste por Sanders, ya te vale. Con lo loquito que está por ti.

—¡Qué tonterías dices! Ty no está loquito por mí —Alex la miró incrédulo ante sus palabras.

—Oh, vamos si te fue a buscar y todo. Se notó a una legua que no le gustó ni un pelo que estuvieras con Sanders. Además, ¿desde cuándo lo llamas "Ty"?

—¡Wilson, Miller! Si seguís cotorreando, os voy a tener que sacar fuera de clase —dijo el profesor.

Todos los alumnos miraron hacia atrás y tras querer morirse de la vergüenza, bajaron la mirada hacia sus cuadernos. Sus compañeros volvieron la vista hacia el frente y continuó la clase.

—¿Eso no lo explicó la semana pasada? —preguntó Cassie. Su amigo se encogió de hombros.

Alex pasaba de la clase. Sabía que aprobaría la asignatura con creces, así que le importaba más bien poco lo que el profesor estuviera explicando. Él tenía otras cosas más importantes en mente.

—Mira a Mark. No te quita ojo.

—Ahora todos van detrás de mí, ¿o qué? —replicó Cassie fingiendo que cogía apuntes.

—No, sólo Mark y Danforth —Cassie bufó y sonrió. Aquello parecía un chiste—. Y hablando de Mark... después de haber estado con él vendiendo entradas, me he pasado todo el finde dando vueltas a una teoría.

—¿Por eso has estado todo el finde desaparecido? ¿Pensando? La verdad es que tu cabeza necesita tiempo para procesar la información, pero no pensaba que tanto... —se burló Cassie y Alex le sacó la lengua.

—He estado con la familia de Fred —mencionó Alex mientras miraba a la pizarra, como si le interesara lo que ponía.

—¿Ya vas con su familia y todo? —preguntó sorprendida—. ¿Para cuándo la boda?

—Boba... Sus padres son muy majos. Su madre... —se paró de golpe y se dio cuenta de lo que pretendía la morena—. ¡Eh! No me cambies de tema. Estaba hablando de Mark —dijo indignado. Ella puso los ojos en blanco—. ¿Crees que pudo ser él quien te puso algo en la bebida el día de la fiesta?

—¿Qué dices? ¿Sanders?

—Uy, ¿ahora lo llamas Sanders? Y dices que no hay nada entre tú y Danforth... Si se te están pegando hasta sus palabras...

—Imbécil —le dio un golpe en el brazo—. Es imposible que fuera Mark.

—Bueno, imposible, imposible... No hay nada imposible. Fue quien estuvo contigo al final de la noche e insistió mucho en llevarte a casa.

—Es verdad que no quería que Tyler me llevara a casa.

—¿Ves? Pudo ser él. Te drogó para hacerse el héroe y llevarte a casa o vete tú a saber dónde.

—¡Alex!

—¡Los del fondo, último aviso! —replicó el profesor.

Ambos se quedaron callados. Alex intentó descifrar qué estaba explicando el profesor, mientras que Cassie se quedó pensando. ¿Podría tener sentido esa teoría? ¿Mark sería capaz de eso?

Lo miró a lo lejos. Estaba sentado en primera fila y si hubiera podido se hubiera sentado al lado del profesor. Era un empollón y puede que un poco engreído, pero de ahí a querer hacerle daño... Estaba tan concentrada en observarlo que no se dio cuenta de que el bolígrafo se le había caído al suelo. Se agachó y lo recogió.

—¿Lo ves capaz de hacerlo? —preguntó mientras se incorporaba de nuevo en la silla.

—No sé. No parece. Pero está claro que le gustas —confesó Alex—. A veces las personas son capaces de llegar demasiado lejos por conseguir lo que quieren.

—No sé, Alex... No creo que haya sido él. Siempre ha sido muy majo conmigo. Me pegan más Vanessa o Violet —los dos dirigieron la mirada hacia las hermanas V. Ninguna de las dos estaba prestando atención a las explicaciones del profesor. Incluso, Violet estaba pintándose las uñas.

—Cierto, pero, ¿qué objetivo tendrían? Necesitamos un móvil y Mark tiene uno. Además, no tiene coartada.

—¿Ahora eres Sherlock Holmes?

—Elemental, mi querida Watson —sonrió.

—Pues por esa regla de tres, Ty también podría haber sido —dijo para picarlo, sabiendo perfectamente que Tyler no había sido quien lo había hecho.

—Imposible. Es un ser de luz. Además, si hubiera sido él, ¿por qué se preocupó en dejarte en casa sana y salva? Habría hecho otras cosas, ¿no crees?

—¿Y Hunter? —preguntó ella. Alex miró al jugador de baseball. A ese sí que lo veía capaz de todo—. Le gané al Flippy Cup, puede que se tomara la revancha por su cuenta.

—Ese también me cuadra. No tiene coartada y su móvil sería joderte
—Cassie asintió.

—Es imposible que consigamos averiguarlo. Todos estaban allí y todos podrían haberlo hecho.

—Cierto. Aun así, no nos detendremos o la curiosidad me va a matar
—cogió un boli y empezó a escribir sobre su cuaderno—. Voy a apuntar a todos nuestros sospechosos, no quiero que...

De pronto, la puerta se abrió de golpe consiguiendo que todos los alumnos se sobresaltaran. Incluido el profesor.

—Señorita Williams, ¿qué se le ofrece? —preguntó con cierta molestia el profesor.

—Buenos días. ¿Le importaría si me llevo a Sanders y a Miller?

Cassie se sorprendió al escuchar su nombre. ¿Qué había hecho para que la orientadora reclamara su presencia?

Tyler se sorprendió aún más. ¿Qué cojones había pasado entre Cassie y Sanders? ¿Por qué tenían que salir sólo ellos? Giró la vista hacia la morena y parecía igual de sorprendida que él. ¿Se habría metido en un lío con las entradas de la casa del terror?

—Sí, por supuesto. Sanders, Miller, recoged vuestras cosas.

Ambos asintieron desde sus sitios sin decir nada.

—¿Se puede saber qué has hecho? —susurró Alex.

—Yo qué sé.

—¿Se habrá chivado Mark que no estuviste con él vendiendo entradas?

Cassie abrió los ojos. Si era así, estaba perdida. Su tía la volvería a castigar de nuevo y no sólo una semana.

Recogió sus cosas y tras meterlo todo en su mochila, se dirigió hasta la puerta, en donde Mark y la orientadora le estaban esperando.

—Muchas gracias y disculpa la interrupción —el profesor asintió y la señorita Williams cerró la puerta de clase. Ya en el pasillo, Cassie observó que había dos chicos más esperando. Sin duda, no entendía nada—. No me miréis así que no habéis hecho nada malo.

—¿Qué pasa, señorita Williams?

—Tengo entendido que los dos queréis estudiar en Juilliard, ¿cierto?
—ambos asintieron—. Pues bien, ellos son dos estudiantes de Juilliard que han venido a contaros su experiencia allí y resolveros todas vuestras dudas.

—Pero, ¿no empezaban mañana las charlas de las universidades?
—preguntó Mark.

—Así es, pero no solemos contar con exponentes de Juilliard, ya que nadie suele querer estudiar allí. En cambio, este año he pedido que vinieran para que hablaran con vosotros —les explicó.

—Mañana tenemos un ensayo importante y no podemos faltar
—intervino uno de los chicos.

—Por eso los he traído hoy —continuó la orientadora—. No os preocupéis que he pedido permiso para que podáis saltaros todas las clases de hoy.

—Pero, hoy es la excursión al observatorio de Eagle Eye con los de Astronomía —replicó Mark.

—No te preocupes, Sanders. Para entonces, habréis terminado —Mark asintió—. ¿Nos vamos? He reservado el teatro para vosotros.

—Perfecto. Vamos.

—¿Estás bien, Cassie? —le preguntó la señorita Williams, mientras caminaban por los pasillos.

—Sí. Sólo me ha pillado un poco de sorpresa.

—No te preocupes. Ya verás cómo te va a encantar.

Tyler observó cómo Cassie se alejaba y salía con el idiota de Sanders al pasillo. No sabía si se habían metido en un lío o qué había pasado para que la orientadora reclamara su presencia. Pensó en la feria de Halloween. ¿Y si castigaban a Cassie por haberse ido con él a montar en las atracciones? ¿Se habría chivado el imbécil de Sanders? De ser así, iría a hablar con él y mandarlo a la mierda.

Cuando entró en la clase de Cálculo, ya habían pasado un par de horas y no había rastro de ella. Pensó que debía de ser algo grave si la orientadora se los había llevado tanto tiempo. Sin embargo, la duda lo comía por dentro. Pero, ¿qué debía hacer? Sacó el móvil de su bolsillo izquierdo y decidió mandarle un mensaje a Cassie, antes de que el profesor Vásquez llegara.


TY:
Cass, ¿dónde estás?
¿Ha pasado algo grave?
El señor Vásquez está a punto de llegar.


Mandó el mensaje y sin bloquear el móvil, miró hacia la puerta. Esperaba que ella entrara por la puerta y se sentara a su lado para explicarle todo lo que le había sucedido aquella mañana. Bajó de nuevo la vista y comprobó que no tenía ningún mensaje. Subió la vista. Nadie. Pero, justo en ese instante, en el mismo momento en el que el profesor de Cálculo entró al aula, recibió un mensaje de Cassie.


CASS:
Todo ok. Estoy en el teatro, cosas para la uni.
Tengo permiso para saltarme las clases.
Si el señor Vásquez da las notas, pregúntale por la mía.
Suerte ;)


Suspiró. Sin llegar a contestarle, bloqueó el móvil y lo guardó en el bolsillo. No quería que el profesor se lo quitara. Por lo menos sabía que no se había metido en ningún lío por su culpa y podía respirar tranquilo. Aunque...

¿Había dicho "nota del examen"? ¿Era posible que ya hubiera corregido los exámenes? Aquello le puso demasiado nervioso. No había caído en la posibilidad de que en ese momento podía averiguar si había aprobado o no el examen. Lo peor de todo es que si había suspendido, no estaba preparado para recibir la nota sin el apoyo de Cassie.

—Bueno, ¿cómo va el lunes? —preguntó el profesor cerrando la puerta.

—Horrible —contestó una compañera, consiguiendo que todos se echaran a reír.

—Pues todavía puede ir a peor, Baker. He corregido los exámenes
—informó.

Maldición. ¿Y si había suspendido? ¿Cómo le diría a Cassie que era un completo inútil y que sus clases no habían servido para nada? Quizás suspendía las clases y entonces, a tomar por culo la relación que mantenían.

—No os pongáis nerviosos, en general ha habido buenos resultados.

El señor Vásquez sacó las hojas de una carpeta y empezó a repartir los exámenes a todos sus alumnos. Los segundos pasaron como horas y Tyler no veía el momento de que el matemático le diera el maldito papel.

—¿Miller? —preguntó por la morena.

—No está —intervino Tyler, consiguiendo que varias personas lo miraran y cuchichearan a sus espaldas.

—Vale, pues el siguiente es de Sparks —Emily cogió su examen y juzgar por su expresión de desilusión, no era la nota que esperaba recibir—. Danforth —tragó saliva al escuchar su nombre. Extendió el brazo y cogió el examen que su profesor le ofrecía—. Enhorabuena.

Tyler se sorprendió al escucharlo. Miró la nota de su examen y no pudo evitar sonreír.

Había sacado un ochenta y dos. Un puto ochenta y dos. No sólo había aprobado, sino que su nota era muy buena. Sintió una especie de felicidad en el pecho que no podía describirse con nada similar. Ahí estaba, el fruto de todo su esfuerzo. Todas las clases con Cassie habían merecido la pena, incluso todas las veces que tuvo que insistirle para que fuera su tutora. Tenía muchas ganas de coger su hoja y salir corriendo directo hasta el teatro para mostrarle su nota y que ella se sintiera igual de orgullosa de lo que estaba él en ese momento.

Puede que, por ello, no fuera capaz de prestar atención a nada de lo que el profesor explicó en aquella clase. Miró el examen tantas veces que podía jurar que se sabía de memoria cada número que había escrito.

Cuando sonó el timbre, anunciando la siguiente clase, Tyler recogió sus cosas y se acercó hasta la mesa del profesor.

—Tenga, señor Vásquez —le devolvió el examen.

—Oh, Danforth. Déjame darte de nuevo la enhorabuena, se nota que te has esforzado mucho para este examen.

—Sí, lo cierto es que sí —se quedó en silencio sin saber muy bien cómo abordar la siguiente pregunta—. ¿Le puedo pedir un favor? —el profesor asintió—. ¿Podría decirme la nota de la señorita Miller? No ha podido asistir a clase, porque...

—Lo sé. Pero me temo que no puedo dártela —Tyler asintió y, comprendiendo que no podía hacer nada más, se dio la vuelta para salir de allí—. Pero, si eres buen amigo de ella, deberías convencerla para que vaya a Cálculo avanzando. Un noventa y tres no lo saca cualquiera —el profesor le guiñó un ojo y Tyler sonrió.

—Lo intentaré, aunque es un poco cabezota. Muchas gracias, señor Vásquez.

—Ten cuidado.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro