Último baile
La noche del Grom había sido todo un acontecimiento. No solo fue otra celebración exitosa, donde las Islas Hirvientes podían descansar un año más de que todos enfrentarán su peor temor, sino que por primera vez en su historia Hexside tenía dos reinas, y por si eso fuera poco, ambas habían asistido juntas como la cita de la otra. Decir que fueron el centro de atención de la noche era quedarse corto, o al menos Amity sintió que no tuvo tiempo para respirar.
Fue agradable tener por fin un momento de tranquilidad juntas después de todo ese ajetreo. Lamentablemente no fue pronto, ya era bastante tarde y la gran mayoría de los estudiantes se habían retirado a sus hogares producto del cansancio. Amity probablemente los habría envidiado en años pasados, recordando otras ocasiones donde iba con Boscha y su grupo. Era aburrido, pláticas vacías y sin sentido girando alrededor de la ropa de los demás o de qué chico o chica era el más atractivo o atractiva de la noche. Generalmente hace horas era su tiempo de huir, siempre molestada por Edric y Emira por ser demasiado niña. "Siempre tan aburrida Mittens, durmiendo tan temprano" decían.
Ahora era diferente, Amity no tenía una pizca de sueño, al contrario, se sentía feliz, como si la noche apenas estuviera empezando. Si había una persona a la que agradecerle probablemente sería la persona a su lado, que en ese instante se encontraba comiendo un bocadillo que consiguió de la mesa de alimentos.
—¡Wow!, esto debe ser lo más sabroso que he conseguido en las Islas Hirvientes, no es que haya mucha competencia claro...
Amity lanzó una pequeña risa, Luz tenía toda la cara manchada de crema batida. Pronto sacó del bolsillo de su vestido una servilleta de uso personal y ayudó a la otra a quitarle los restos de comida del rostro. Luz le sonrió en agradecimiento, cálidamente, para seguir comiendo y comentar halagos sobre el platillo. Su corazón se apretó un poco. Esa sonrisa la desarmó por completo, una sensación burbujeante en su estómago, parecido a mariposas, apareció, y respiró hondo en un intento de tranquilizar su corazón.
La heredera Blight dirigió su mirada a la pista de baile para distraerse un poco. Al mirar no vio rastros de Boscha, Skara, Willow o algún conocido, e incluso Eda había desaparecido misteriosamente –no es como si fuera una sorpresa–, y solo Gus y King seguían ahí sobre el escenario, el último más dormido que despierto. A Luz no pareció importarle, lucía feliz sentada en las gradas hablando con ella tal cual cita impecable.
En líneas generales todo fue un sueño hecho realidad, mejor de lo que la bruja hubiera esperado. Luz fue cordial, atenta, siempre preguntando por su estado de ánimo, trayéndole bebidas o entablando conversaciones ingeniosas cuando estaban las dos solas. Fue más de lo que pensó, y no creyó que era posible enamorarse más de ella, pero qué equivocada estaba. Esa noche parecía ser perfecta, como un cuento de hadas, quién diría que el amor era así.
Amor, que palabra tan extraña.
Amity siempre se preguntó cómo se sentiría enamorarse. Todas las personas de su curso lo ansiaban, lo anhelaban, y cuando lo conseguían eran los más felices del mundo. A pesar de eso nunca pasó de la curiosidad. Jamás lo deseo y siempre le disgusto la idea. Skara por ejemplo, se había vuelto el doble de tonta cuando adquirió sentimientos por ese chico que la invitó al Grom. Además, la idea de poner en peligro todo lo que había construido con tanto cuidado y dedicación por alguien le causaba malestar, era simplemente ridículo.
Pero ahí estaba, viendo a Luz, una humana entre todas las cosas, comer como si fuera la persona más linda del mundo.
Que extraño.
Sin embargo, no todo era dulce y flores, Amity tenía miedo. Su mayor temor debería ser algo real, concreto, a la altura del peso que tenía que cargar, como las expectativas de su madre o no poder entrar al Aquelarre del Emperador, pero no, era un tonto miedo infantil como ser rechazada por la persona que le gustaba. Había tantas cosas que se escapaban a su control ahora que estaba enamorada de Luz y eso era tenebroso. Se estaba convirtiendo en aquello que tanto quería evitar, y no sabía si valía la pena.
—¿Divirtiéndose? Sabemos que sí. —Gus apareció nuevamente en el escenario, sonriendo ampliamente y acomodándose el moño de su traje—. Es momento de prepararse, Hexside, porque llegó la hora del último baile de la noche. Por favor, traigan a sus parejas del Grom a la pista y disfruten la música que tenemos preparada para ustedes.
—¿Último baile?, ¿ya es tan tarde? —Luz habló con la boca llena, soltando un poco de la comida que estaba masticando de forma accidental, que se limpió rápidamente con sus mangas—. ¡Tenemos que ir Amity! —La humana se atragantó el bocadillo y tomó delicadamente la mano de Amity, jalándola a la pista donde algunas parejas se estaban reuniendo.
—¿Estás segura, Luz? Pensé que estabas un poco cansada —preguntó Amity apresuradamente, no sabiendo cuál era la respuesta que quería escuchar. En parte quería bailar con ella, diablos, no había tenido oportunidad de hacerlo más que al luchar contra el monstruo y Luz era su cita, claro que deseaba bailar con ella, pero por otra parte el último baile había sido peligroso, muy peligroso para su corazón, y Amity sabía que no era buena idea repetirlo.
—¡Claro, claro! No es nada, además, prometí venir contigo, ¿no? —respondió Luz con una sonrisa encantadora, y Amity no pudo decir nada más al respecto.
Las chicas se instalaron casi al centro de la pista, pero lo suficientemente apartadas para poder salir con facilidad si se agotaban. Luz le estiró su mano a Amity para que la tomara y ella dudó por un momento, pero la tomó en gesto tímido y con un pequeño sonrojo. Música más calmada que las que habían sonado en el transcurso de la noche se escuchó por los altavoces, quizá porque a esta hora solo quedaban parejas románticas y ninguna de amigos. Luz colocó su mano restante en la cintura de Amity en un gesto silencioso de que lideraría el baile en esta ocasión, y aunque Amity intentó hacer un movimiento para liderar también, Luz le negó con la cabeza.
—Es el Grom, sé que está noche era importante para ti, ¡déjame hacerlo! —dijo Luz felizmente, y Amity cayó en cuenta que Luz no sabía que la persona que realmente quería invitar era ella. Si supiera que no tenía que esforzarse en hacer de la noche una experiencia placentera porque ya lo era.
Cuando el baile empezó se sintió mareada, como si esa sensación de amor la inundará por todo su cuerpo y la asfixiara. Así se sintió cuando lucharon contra el Grom, y por eso Amity había querido tanto evitar bailar con su cita. Había funcionado, las responsabilidades de ser Reinas dieron pauta a no pensar mucho en lo que había pasado y solo disfrutar que su pareja de la noche, de la forma que fuera, era Luz. Ahora la ocasión no se prestaba para eso, no podía evitar o esquivar las miradas de la humana. Luz la miraba fijamente, sonriéndole con cariño, agarrando firmemente su mano y moviéndose de tal forma que lo único que Amity podía hacer era dejar ir.
La bruja podía sentir sus manos sudar en frío, sus nervios incrementarse cada vez más y su corazón latir más rápido que antes. Probablemente estaría sonrojada hasta las orejas como un tomate, y si Luz no había dicho nada al respecto debería ser gracias a lo oscuro de la pista de baile. La mirada de Amity se concentró en los ojos de su amiga, no había hacia donde más mirar después de todo, y se encontró atraída por su porte, su rostro tranquilizador, de facciones finas y suaves. Luz era atractiva sin lugar a dudas, probablemente si hubiera asistido con Boscha y las demás habría abogado por Luz como la persona mejor parecida de la noche.
Había algo más acerca de lo bien parecida que se veía Luz, a pesar de su extraña elección de smoking con tutú, y la heredera Blight no sabía qué era. ¿Era la forma en que su cabello se veía tan suave?, ¿o cómo la ropa le ajustaba perfectamente a su estilo? O algo menos físico, como lo divertida, graciosa y valiente que era la chica. Luz era genuina, no juzgaba a nadie, y era tan encantadora como nadie podría serlo alguna vez, por algo le pidió ser su cita al ver su miedo. Era demasiado buena.
Luz tomó firmemente su mano y la guió para darle una vuelta. En menos de un minuto la bruja se encontraba rodeada en los brazos de su cita y ambas chicas se miraron a los ojos fijamente. Estaban tan cerca una de la otra que por una milésima de segundo Amity pudo notar algo parecido a un destello rojizo en las mejillas de su compañera. Debió ser su imaginación porque no había forma en que Luz la viera de otra forma, incluso se lo había dicho.
Mientras la pareja continuaba bailando lentamente, acercándose cada vez más, Amity intentó empujar lejos esos sentimientos. Estaban mal. Su futuro, todo estaba en juego. Ella no podía perderlo, no podía permitirse ser una niña, pero era difícil intentar esos sentimientos que no la llevarían a ningún lado sintiendo el agarre de Luz en su cintura.
Ambas chicas dieron una vuelta y se mecieron al compás de la música. Todo era tan abrumador que Amity no sabía cuánto más iba a aguantar, sentía que podía derretirse en ese momento mirando aquel rostro amable que le transmitía seguridad y observando a la dueña de sus pensamientos, a aquella chica que tanto admiraba muy en el fondo.
Amity tuvo ganas de abrazar a Luz, y sin darse cuenta cedió a su instinto.
La humana se sobresaltó, el gesto asombrándola. Ahora a Amity no le importaba nada. Si alguien las estaba viendo o no, si era tonto preocuparse por el rechazo de una chica más que los deseos y las expectativas que la gente tenía para ella. No, no pensaba en eso. Estaba centrada en la persona frente a ella, en las sensaciones tan extrañas pero agradables.
Era amor, y aquello se sintió tan importante.
Luz le correspondió el abrazo efusivamente, notablemente feliz y soltando unas pequeñas risas. Ambas chicas intentaron bailar en esa posición tan extraña, e increíblemente estaba funcionando. Luz acarició el cabello de Amity suavemente y la jaló para que se movieran más cerca del centro de la pista. Habían pocas parejas de baile, todas centradas en su pequeño mundo con sus respectivas parejas, y a pesar de eso Luz guió diligentemente a Amity de modo que no chocaron con alguien más. Eran solo aquellas dos, como el resto de la noche había sido, pero esta vez Amity se permitió sentir. Por más que intentará negarlo, estaba enamorada.
Ahora lo entendía, ese sentimiento del primer amor; era como ser atraído por un imán por ninguna razón aparente, solo por estar cerca de ahí. Luz era ese imán, persiguiéndola a donde fuera que Amity vaya por un deseo genuino de hacerse amigos que no había sucedido desde Willow. No había forma de escapar, no podía evitarse, lo único que se podía hacer era dejarse llevar y esperar ver el final de esa historia.
Se sentía vulnerable y asustada. No había nada a lo que aferrarse para no caer al vacío, nada más que Luz, y lo peor era que a Amity no le importaba.
Sí, el amor era muy extraño.
La canción terminó de pronto y fue como si todo alrededor de Amity cobrará sentido nuevamente. Cierto, ella estaba en la escuela, el baile había terminado y era hora de ir a casa, a escuchar el sermón de sus padres y a escuchar a sus hermanos amargados porque sus citas los dejaron plantados, pero no estaba pensando en eso, solo podía ver a la chica, su gesto pacífico, la frente sudada y ligeramente sonrojada, con gesto torpe y sonrisa encantadora. Deseaba que no terminara.
—¡Me tomó por sorpresa tu abrazo Amity! Aw, eso fue tan adorable. —Luz volvió a abrazarla nuevamente, causando que Amity murmurará algunas palabras sin sentido por los nervios.
—Gracias a ti Luz...fue una noche perfecta gracias a ti.
—Nunca había ido a un baile, sabes, era del tipo raro en mi escuela —declaró la chica un poco avergonzada, y Amity pensaba que la gente del mundo humano debía estar loca para no ver lo increíble que era Luz—. También se querías invitar a alguien más, intenté ser una buena cita y...
Luz se quedó congelada en su sitio, sintiendo los labios de Amity sobre su mejilla. Un fuerte sonrojo la invadió sin poder evitarlo, murmurando algunas cosas sin sentido. Amity se alegró de su acto de valentía, ver a la morena justo como ella estaba hace rato era algo agradable, no le daba esperanzas, pero era una buena vista. Las parejas lentamente se empezaban a retirar, después de todo la fiesta había terminado, nadie prestó atención a que las Reinas del Grom eran las últimas personas en la pista de baile.
–¡Amity! —gritó Luz, torpemente y riéndose un poco avergonzada—.¿A qué vino eso? —Bueno, Luz seguía siendo una chica de su edad después de todo.
—Mi forma de darte las gracias. —Le sonrió Amity.
—Ah, chicas...es hora de irse —dijo Gus, notablemente incómodo y confundido viendo todo desde el escenario, mientras King yacía dormido en una esquina del mismo—. Ya no hay nadie... —Luz y Amity voltearon a todos lados sorprendidas, y efectivamente, no había nadie.
Luz, como buena cita, decidió acompañar a Amity a su mansión personalmente al ver que era muy noche. Hablaban divertidamente, como si no fuera lo suficientemente noche, cruzando el bosque con King en la espalda de Luz. Las chicas cargaban con el beso y la calidez de ese último baile en mente. Tomadas de la mano, quizá sin que ambas se dieran cuenta.
Sí, pensó Amity, quizá su enamoramiento por Luz no la llevaría a ningún lado, y quizá solo le causaría más problemas que virtudes, al igual que Skara, pero era emocionante a la vez.
Definitivamente no era un error.
–o–
Gracias por leer :)
También publicado en FF.
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