Quince
Charla Con La Manada
[STILES]
Salí del baño empapado hasta la cabeza ¿Quién hubiera dicho que bañar a un bebé sería tan difícil? Pues al parecer el pequeño Dylan es tan hiperactivo como yo, eso me traerá problemas en un futuro no muy lejano, osea cuando el enano empiece a caminar.
— ¿Stiles?
Esto no puede ser peor ¿Cuando llegó Lydia? Me apresuré a esconder a Dylan en su cuarto para que aun no lo viera, voy a explicar la situación solo una vez mas y será mejor que todos estén cuando lo haga, el que no venga que se joda.
La pelirroja había venido antes de tiempo para poder darle la ropa a Erika, al parecer la rubia la había llamado pidiéndole que llegara antes. Le dije que no podía contarle lo que pasaba hasta que todos llegaran, pero tampoco supe que decirle cuando me preguntó por qué estaba empapado.
Mientras me secaba y cambiaba con ropa seca en el cuarto de Dylan el niño me miraba con sus enormes ojos azules y parecía estarme juzgando. Maldito crío, solo cinco meses y ya parece estarse burlando de mí.
— Estoy mojado por tú culpa –Le dije señalándolo de forma acusadora.— Así que deja de mirarme.
Cuando finalmente estaba seco y vestido salí del cuarto y nos quedamos en la sala, por suerte Dylan en ningún momento lloró, eso era bueno para mí y mis nervios. Para empeorar las cosas tocaron a la puerta y al abrir me encontré con toda la manada, incluso Isaac y Jackson estaban allí ¡Olvide que llegaban hoy!
Tragué grueso y me hice a un lado para que pasaran, todos elogiaron el departamento a medida que se adentraban en él. Todos a excepción de Derek, quien fue el último en entrar y me miraba con su seño fruncido, creo que él ya sospechaba algo.
— Muy bien, como ya les habrá dicho Lydia tengo algo que decirles –Comencé a hablar.— Es algo complicado... –Todos se quedaron viéndome.— Pero tranquilos, no es nada de enfermedades ni de zorros malignos.
Vi como todos suspiraron aliviados y se relajaron un poco, les hice una seña con la mano para que me siguieran y comencé a caminar hacia la habitación de Dylan. Abrí la puerta y entré, los primeros en seguirme fueron Lydia, Kira, Scott y Derek; los primeros tres se quedaron viendo al bebé. Luego entraron los demás y todos miraban a Dylan, quien los miraba de igual forma mientras se sujetaba de la baranda de la cuna, para tener cinco meses era muy inteligente.
— Chicos, él es Dylan –Comencé a hablar.— Mi hijo.
— ¿¡QUÉ!? –Gritaron todos al mismo tiempo.
Gracias a Dios Erika de tiro a cubrirle los oídos al bebé.
— Se los explicaré, pero por favor no griten o se pondrá a llorar.
Todos asintieron y salimos del cuarto, mi CatWoman cogió a Dylan en brazos y salimos de la habitación.
Les expliqué todo, desde mi corta relación con Sonia hasta que me enteré de la existencia de Dylan. Todos me escuchaban atentos y en silencio, esto ya parecía una clase del señor Harris y debo admitir que no es nada agradable tener a tanta gente mirándote fijamente, me están comenzando a poner nervioso.
— Espera, espera, espera. A ver si entendí... –Me interrumpió Jackson— ¿Tuviste sexo a los quince años?
— Así es –Asentí.
— Wow... yo que creía que eras el Info de la manada.
— ¿Info? –Preguntó Isaac sin entender.
— Llable –Respondió Jackson.— Info-llable.
Lydia le dio un codazo a Jackson para que se callara, pero este solo rió, aunque dejó de hacerlo cuando todos lo miraron con el seño fruncido.
— En fin, de ahora en adelante debo cuidarlo y espero hacerlo bien.
— Yo voy a ayudarte hermano –Me dijo Scott con una sonrisa mientras me palmeaba el hombro.
— También nosotros –Dijeron al mismo tiempo todos los demás.
Incluso Peter me lo dijo, pero hubo una voz que no pude escuchar, de hecho el dueño de esa voz no habló, lo supe porque lo estaba mirando en el mismo momento en que los demás hablaron. Derek no me dijo nada, continuaba mirándome con el seño fruncido.
(...)
Toda la manada se quedó un rato mas y luego comenzaron a irse, Peter y Derek se quedaron mas tiempo que los demás, aunque no se por qué. El Hale de ojos azulea fue el primero en hablar.
— Y dime Stiles... ¿Algún trabajo para mantener al niño?
— Estaba pensando en buscar uno, pero me será difícil trabajar, ir a la escuela y criarlo.
— Pues permiteme solucionar ese problema –Peter me sonrió.— ¿Qué te parece trabajar en mi restaurante? Me hace falta alguien que guíe a las personas a sus mesas, pago bastante bien por eso. Además podrías llevar al pequeño y dejarlo en el cuarto de descanso, las meseras lo amarán.
— ¿Lo dicen en serio, Peter? –Él asintió.— Gracias, sería un honor trabajar para ti.
— Trabajarías conmigo, no para mí.
Asentí, eso era un problema menos ¿Pero qué haré con los horarios escolares? Los bebés siempre son mas activos en la mañana y no puedo llevarlo conmigo a la escuela. Pero pensaré en eso luego, aun me queda todo el fin de semana para pensar en qué hacer con el pequeño enano.
Mi hijo, el cual estaba en el sofá siendo observado por Derek, comenzó a balbucearle al Sourwolf cosas inentendibles. Derek ladeó la cabeza y mi enano continuó balbuceando. Era como si estuviera hablándole al Sourwolf.
Escuché que Derek le gruñó y ahora hasta Peter se reía.
— Vamos, sobrino. Se bueno con el cachorro Stilinski.
— ¿Cachorro?
— Si, según me explicaste tu abuelo era un Hombre Lobo ¿Verdad? –Asentí.— Pues ya de por sí es raro que la licantropía se salte una generación ¿Pero que se salte dos? Eso es prácticamente imposible.
No respondí, es obvio que había pensado en eso, pero quería negar la posibilidad de que mi hijo fuera un Hombre Lobo, Sonia me mataría si supiera que por mi culpa nuestro hijo sufrirá transformaciones extrañas e intentará matar gente hasta aprender a controlarlo. Pero no voy a deprimirme por eso, no es algo del todo malo, Scott ahora es un alfa y puede ayudarme con esto de criar un cachorro de lobo. Además, Derek y Peter son lobos de nacimiento ¿Qué tan malo puede ser criar a un cachorro de lobo?
Ambos hombres Hale se despidieron y se fueron, dejándome nuevamente solo con mi pequeño hijo. Estaba sentado en el sofá frente a Dylan mientras que él se mantenía sentado gracias a una almohada que puse en su espalda.
— Muy bien, cachorro –Comencé a hablarle.— ¿Me puedes dar una señal de que si eres o no un mini lobo?
— Bua ba brr... –Esa fue su única respuesta.
Sonreí, creo que aun no podré saber si tengo que comprar cadenas para mantenerlo quieto cuando haya luna llena. Aunque no creo que un bebé lobo pueda hacer mucho escándalo, si ni siquiera sabe caminar o hablar menos va a rugir o a atacarme. Por lo que me quedan varios años en los que el niño no me hará nada.
Ya era algo tarde, el niño debía dormir o yo no iba a poder descansar en la mañana. Lo llevé a su cuarto y tuve que quedarme con él hasta que finalmente se durmió, cuando dejó de apretarme el dedo lo dejé en su cuna con suavidad y me fui a ver televisión. Estaban dando una repetición de Supernatural y me quedé concentrado en el capítulo, estaba tan perdido en la tensión sexual entre Dean y Castiel (Hasta Stiles lo nota :v) que apenas escuché cuando alguien golpeó a la puerta.
Me levanté y fui a abrir, al hacerlo fui atacado por unos carnosos labios. El peso de mi atacante me empujó dentro del departamento y él cerró la puerta, ambos caminamos torpemente hasta llegar al sillón y mi espalda impactó contra este.
— D-derek –Fue lo único que pude decir cuando nos separamos, pero rapidamente volvió a apoderarse de mi boca.
Esta vez pasó su lengua por mis labios, como pidiéndome permiso para entrar y yo solo solté un jadeó. Él introdujo su lengua y continuó besándome con hambre, por instinto levanté una pierna y accidentalmente rocé su entre pierna, él soltó un gruñido y se separó de mí, para luego esconder su rostro en mi cuello.
Podía sentir su respiración, me provocaba escalofríos, pero en cierta forma también me gustaban. Mierda, soy un puto masoquista.
— ¿Por qué me haces esto? –Lo escuché preguntarme.
— ¿De qué hablas? –Pregunté, de verdad no entiendo a qué se refiere.
— ¿Por qué tienes que ponerme de esta forma?
Cogió mi mano y la llevó hasta su entre pierna, pude sentir incluso por encima de sus Jeans algo duro y grande. O tiene uno de esos teléfonos celulares antiguos en el bolsillo o está muy feliz de verme. Decidí aprovechar la posición de mi mano y apreté aquella zona, jugar un poco con el Sourwolf no le hace daño a nadie, a menos que se ponga muy loco y terminemos en mi cama.
Cuando dejé de apretar el Sourwolf me gruñó, pero antes de que dijera algo lo sujeté por su camisa y uní nuestros labios en otro lujurioso beso. Solo nos separábamos para tomar aire y luego volver a besarnos. Todo iba subiendo de nivel cuando mi teléfono, el cual estaba en la mesa de centro de la sala, comenzó a sonar. Alguien me estaba llamando en el peor momento posible.
— Responde –Me dijo Derek separándose de mi boca y comenzando a morder mi cuello.
Estiré mi mano para coger el bendito aparato y toqué el botón para responder, había leído el número de Scott.
— H-hola.
— ¡Stiles, necesito tu ayuda!
— ¿J-justo a-ahora?
— ¡Si! ¿Recuerdas al chico que lastimé por accidente en el partido?
— ¿L-liam Dumbar?
— Ese mismo, fui a verlo al hospital y un Wendigo estaba a punto de matarlo, no supe que hacer y lo mordí.
— ¿¡QUE HICISTE QUÉ!? –Me arrepentí de gritar porque Dylan comenzó a llorar de nuevo.— Mierda, voy para allá. No hagas nada estúpido.
— Se lo estás pidiendo a Scott –Escuché que susurró Derek.
Me lo quité de encima y comencé a entrar en pánico, mi hijo lloraba y mi amigo había mordido a un chico de quince años al que apenas conocíamos. Y lo peor de todo, interrumpió mi momento con Derek, maldita sea mi puta suerte.
— Cuida a Dylan mientras no estoy, vuelvo lo antes posible.
Sin esperar a que Derek aceptara o se negara salí corriendo del departamento y bajé las escaleras de a saltos, luego me subí a mi Jeep y emprendía camino a casa de Scott. Llegué en minutos por la velocidad a la que iba.
No golpeé la puerta, creo que ya tenemos suficiente confianza como para que no necesite hacerlo, de todas formas Melissa tenía turno nocturno en el hospital. Subí las escaleras de dos en dos y llegué al cuarto de Scott, allí estaba él sentado en su cama con las manos en el rostro, se las quitó cuando entré al cuarto.
— ¿Dame solo una razón por la que no deba pedirle acónito a Deaton y metertelo por el cu...? –Me cubrió la boca antes de que terminara de hablar.
— No grites –Me dijo en un susurro.
— ¿Por qué? –Susurré de igual forma.
Señaló la puerta del baño y yo caminé hacia allí, a pesar de sus pedidos de que no lo hiciera, abrí la puerta y allí estaba el chico en la bañera encintado y amordazado. Volví a cerrar la puerta y mire a Scott.
— Puedo explicarlo –Me dijo con sus ojos de cachorro.
— Te escucho.
Nos sentamos en la cama y me explicó todo lo que había pasado, de verdad tengo ganas de golpear a mi mejor amigo y casi hermano por ser un maldito cementerio de neuronas. No puede ir por la vida mordiendo adolescentes, eso ya lo hacían Peter y Derek.
— Déjame ver si entendí... –Comencé a hablar.— Mandaste al chico al hospital.
— Así es.
— Lo mordiste porque casi lo mata un Wendigo, sea lo que sea eso.
— Ajá.
— Y ahora lo tienes encerrado, encintado y amordazado en tu baño –El asintió poniendo ojos de cachorro, yo me di un facepalm mental.— ¿En serio?
— ¡Entré en pánico!
— Y una vez mas el hermano mas inteligente debe arreglar los problemas del mas corto de mente –Dije con voz dramática.— Esa frase debería estar en la Biblia (Amén :v).
Caminé hacia el baño y abrí la puerta, me acerqué a Liam y le quité aquella mordaza de la boca. Él me miro con el seño fruncido.
— Hola, soy Stiles –Me presenté.— Lamento cualquier inconveniente que pudiera haberte causado el idiota de mi amigo, no es muy inteligente.
— ¡Hey! –Escuché gritar a Scott ofendido.
— ¡Cierra la boca, ya hiciste suficiente! –No me respondió.— Déjame quitarte esa cinta y te explico todo.
Liam asintió y yo me dispuse a quitarle todas esas cintas, vaya que Scott había apretado bien esa mierda, de seguro que al chico le dolía cuando tiraba para quitarla. Finalmente se la quité y antes de permitir que saliera del baño saqué a Scott a patadas del cuarto, ya causó suficientes problemas.
— Ven Liam, siéntate –Palmeé un lugar junto a mí en la cama.
El chico, con cierta desconfianza caminó hacia donde le indiqué y se sentó, me observaba de reojo con el seño ligeramente fruncido.
— Me imagino que debes estar confundido –Él asintió.— Tranquilo, todo tiene una explicación.
— Te faltó decir lógica.
— Créeme que esta explicación es todo menos lógica –Reí.— ¿Scott te habló de por qué te mordió?
— Me dijo que era un Hombre Lobo –Su expresión me indicaba que no lo creía.— Dime por favor que es una mala broma.
— Lamento decirte que no lo es, él es un lobo alfa y tú ahora eres su beta.
— ¿Su beta? –Alzó una ceja.— ¿Qué quiere decir eso? ¿Acaso me voy a convertir en un perro gigante?
— No exactamente, pero deberás aprender a controlarte si quieres evitar lastimar a las personas –Le expliqué.— Por ahora debes evitar las emociones fuertes como la excitación o la ira.
— Oh-oh... –Escuchar eso me preocupó.
— ¿Qué ocurre? Se que eres un adolescente con las hormonas por el cielo, pero...
— No, no es eso –Me interrumpió.— ¿Puedo contarte un secreto?
Cogí mi teléfono celular de mi bolsillo y escribí en el bloc de notas, de esa forma mi mejor amigo no escucharía lo que decimos.
"Lamento decirte que en este momento Scott está escuchando todo".
Eso fue lo que escribí para luego tenderle el teléfono a Liam, él leyó y suspiró para luego escribir y devolverme el aparato
"Entonces te lo diré por aquí. Lo que pasa es que tengo algo llamado trastorno explosivo intermitente, son ataques de ira".
— Ya veo... –Dije comprendiendo el problema.— No te preocupes, lograrás controlarlo.
— ¿Cómo lo sabes?
— Lo se, es cosa de instinto –Le guiñé un ojo.— Pero de todas formas tendrás que hablarlo con Scott, él es quien debe ayudarte a controlar la transformación.
— Se siente raro que lo llames así –Me dijo obviamente nervioso.
Puse mi mano en su hombro y apreté ligeramente, eso logró calmarlo un poco. Le sonreí y quité mi mano.
— Ve a casa, Liam. Descansa.
Él asintió y juntos caminamos a abrir la puerta, lo acompañé escaleras abajo ignorando a Scott. Le abrí la puerta y me hice a un lado para que saliera de la casa.
— Nos vemos el Lunes en la escuela –Le dije con una sonrisa.
Liam asintió y, despidiéndose con la mano y una sonrisa tímida, se fue camino a su casa. Yo cerré la puerta y volteé a ver a Scott.
— ¿Por qué lo dejaste ir?
— Claro, soy un tonto. Debí dejarlo atado y amordazado en tu baño ¡Si! Eso de seguro hubiera sido mucho mejor –Dije con obvio sarcasmo.
Scott soltó un bufido, él sabía que to tenía razón, siempre la tengo cuando se trata de discutir con él, de verdad llega a preocuparme el coeficiente intelectual de mi hermano de otra madre.
— Hagamos algo ¿Cuanto falta para la luna llena?
— Una semana –Me respondió.
— Perfecto, dejemos a Liam solo este fin de semana, ni siquiera te le acerques.
— ¿A dónde quieres llegar?
— Deja que procese esto, que piense bien las cosas y cuando lo veas en la escuela intenta socializar con él, vuélvete su amigo, explícale que solo quieres ayudarlo y lo mas importante ¡No entres en pánico! Que aquí el de los ataques soy yo.
— ¿Crees que pueda hacerlo?
— ¿Qué cosa?
— Ser un alfa, cuidar de un beta y todo eso...
— ¡Por supuesto! Si yo puedo ser padre tú puedes ser alfa.
— Hablando de ser padre... ¿Y el bebé?
— Está seguro con... –Entonces reaccioné.— ¡Deje a mi hijo con Derek Hale!
— ¿¡QUE HICISTE QUÉ!?
Ambos salimos corriendo de la casa de Scott y subimos al Jeep, si Scott es tan malo siendo alfa como yo siendo padre estamos jodidos.
NOTA DE LA AUTORA:
¡OLVIDÉ SUBIR ESTE CAPÍTULO! Dios mío, que idiota que soy. Sepan disculparme, chicos, pasa que el domingo tuve muchos deberes y el lunes estuve estudiando; gracias a Dios que AnotherSigh me dijo que el estaba escribiendo un fanfic y yo dije "¡La puta madre! No actualicé".
Dios mío, Stiles. Ni un día y ya condenaste al niño. Y este Scott que anda secuestrando niños de quince años, maldito pedófilo.
En fin, sin mas que decirles me despido, les mando muchos besos y abrazos a todos, espero que tengan un buen día. Adiós mi querida manada.
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