Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

veintiocho ; renacer.

"El amor coge el bisturí y antes de marcharse te hace una incisión en el alma. Es su peculiar manera de decir adiós..." Confesiones.
.

.

.


.



.



.



.




.



.

La gente normal suele decir que la vida es brillante, suele decir que vivir tiene mucho que ver con los altos y bajos, las desgracias y los recuerdos. No obstante, eso no iba para alguien como Shisui. Él veía mucho más allá de todo eso, al igual que su gran confidente Itachi Uchiha.

Ambos pensaban que aquellos que tomaban atajos para ser feliz no sabían lo que era la vida en realidad, no sabían de sufrir ni de pérdidas y no encontraban la felicidad pura. Aunque dicho pensamiento solo era válido si aquellas personas habían tenido una mala vida o no habían vivido lo suficiente. Sin embargo, al Uchiha de cabellos desordenados no le cabía en su cabeza como una persona tan marcada podría ser tan feliz sin saber el mismo daño que ellos causaban en otras. Porque su razonamiento lógico trataba sobre toda persona que es dañada, solo es porque ha dañado a otros. Y por eso se culpaba.

''Puede que me equivoque o puede que no...'' Pensó a la vez que pateaba una roca al caminar.

Él dañó a su compañero Yoshiro Inuzuka, él sentenció su muerte y poco después, sentencio la propia de su sensei, Shinri Ukitake. Su antigua compañera de cabellos grises siempre mencionó que solo fue culpa del destino y que ninguno de los dos tenía que culparse por ello, entonces él solo obedeció a sus palabras y calló para siempre. Nunca más volvió a tocar el tema de su culpa y remordimientos con alguien, ni siquiera con Itachi. ¿Por qué ahora lo reflexionaba? ¿Por qué recordaba cosas de su pasado? Él no lo sabía, pero sentía algo horrible dentro de sí al solo pensar en esas cosas y en que tal vez en ese preciso momento Obito Uchiha se la estuviese cogiendo como un animal. Sí, a Izune Senju.

Él no la merecía, él era un cabrón, un niñato y un inmaduro... No sería capaz de protegerle como debería o eso era lo que pensaba él. Obito no sabía lo que Shisui guardaba dentro de su memoria, algo que quizás ni la misma Senju estaba enterada y que era de suma importancia.

Y sí, tal vez Shisui estaba siendo injusto y un envidioso solo porque él la tuviese a ella. Pero Shisui la vio primero, él la quiso primero y le apoyó primero. El azabache solo se había entrometido entre ambos cuando menos se lo esperó y jamás pensó en mencionarlo u siquiera recordar el momento preciso en que su querida Izune Senju había conocido al ''fascinante'' Obito Uchiha.

¿Por qué pensaba en estas cosas justo ahora? Se recordó a la vez que gruñía y caminaba por las calles de la aldea en dirección a su propia casa. Luego que Izune arrancase prácticamente de él, ni siquiera pensó en quedarse hasta mas tarde. Ya tenía mucho lío en su cabeza para volver a pensar en él cogiéndosela como le hacía siempre.

Si tan solo Izune no le hubiese conocido, todo sería diferente. O al menos eso creía el aspirante a capitán en su escuadrón de policia militar de Konoha. Primero eran ellos contra el mundo, y él se la arrebató.

-¡Shisui-kun! 

De lejos el que luego sería policia de la gran Konoha le vio, Izune corría a mas no poder con una sonrisa de oreja a oreja mientras que gotas de sudor corrían por su frente, teniendo también sus piernas cubiertas de barro seco. El cual con el sudor, comenzaba a correr por estas mismas.

-Izune-chan ¿Qué sucedió? -preguntó este, algo confundido al notar como ya se posaba frente a él e intentaba captar su aliento perdido. La pequeña para su edad era bastante veloz, y Shisui no la culpaba... no siendo hermana del gran Tobirama Senju, quien por poco era llamado dios de la velocidad en esos tiempos.

Entonces, Izune tomó una gran bocanada de aire con mucha felicidad frente al pequeño Shisui, solo para después largar su lengua sin descanso;

Conocí a alguien! ¡Es un Uchiha! ¡Y- y me salvó de caer a un barranco! ¡tienes que conocerle! ¡Y- y será líder de la aldea como mi padre! ¡Ya lo verás! ¡É-él lo dijo!

Shisui frunció su entrecejo con una pequeña sonrisa ante las palabras de su amiga, ella decía muchas palabras por segundo y se le hacía muy difícil el escucharle o siquiera entender lo que trataba de decir. Mientras tanto, ella sonreía de sobremanera y alzaba sus brazos como una lunática.

-Espera Senjuzune, con calma que no entiendo -el pequeño le frenó con sus manos haciendo que la peligris mordiese su labio para callar.- ¿A quién conociste?

Ella volvió a soltar sus brazos del agarre y sonrió con mucha alegría. Un brillo en sus ojos era visible, un brillo pocas veces visto por el Uchiha.

-Un Uchiha, creo que su nombre es Obito... ya se que su nombre no es muy bello pero él es muy cool y... y... me salvó del barranco ¿Ya me entiendes verdad? 

Entonces, la Senju acercó su rostro hacia el de Shisui con su mirada penetrante sobre la de él, haciéndole sonrojar un poco. Aunque, Izune no se diera cuenta de aquello en su amigo.

Shisui lo pensó varias veces, buscó en su memoria a todas las personas del clan y no conocía ese nombre... Pero en ese entonces, no le parecía ofensivo que tuviese mas amigos pertenecientes a su clan además de él. Eso solo hacía que la paz entre ambos clanes pudiese surgir, incluso si tenían a penas siete años sus familias les criaban solo para la guerra, algo que a Shisui no le agradaba e Izune solo hacía oídos sordos sobre el tema.

-Mmm... Entonces deberías presentármelo, aunque dudo que sea tan cool como para haberte salvado, yo hasta te hubiese sacado sin manchas en tu ropa, podrías apostarlo -el pequeño Shisui soltó una risotada e Izune también rió, esta vez tomándole de su mano para comenzar a correr.

-¡Vamos con Yoshiro, él también debe enterarse y conocerlo!

En ese entonces, Shisui jamás pensó en que dicho ''héroe del barranco" le reemplazaría tan rápido y para siempre, tomando así él su lugar en el corazón de la pequeña Izune. Él era su mejor amigo, y después de conocer a Obito... ya no lo era.

El Uchiha frenó en seco frente a su hogar como así sus recuerdos. De la chimenea no brotaba ni una sola mancha de humo, todo estaba muy en silencio y ni siquiera el aullido de la tetera o los platos, eran audibles para él. Enseguida frunció el seño y sintió como su corazón palpitaba con más frecuencia a medida que se acercaba hacia la perilla principal, era bastante extraño que su madre no estuviese en pie a pesar de las horas. Al tomarla tragó saliva y luego remojó sus labios, solo para acto siguiente abrir la puerta de golpe y quedar perplejo ante una imagen que ni siquiera se cruzó por su mente.

Hikari Uchiha, su madre y única mujer en vida, colgaba de una cuerda sin vida frente a él. No se lo esperaba.

El cuerpo entero del de cabellos negros comenzó a temblar ferozmente y el aire se hacía cada vez menos para él, imposible. Su madre no podía estar muerta si hace unas horas estaba bien y sonriente ¿Por qué? ¿Por qué haría algo como eso?

Sin importarle el shock, la falta de aire o el pequeño ataque de taquicardia que comenzaba a sentir se acercó a la mujer que daba círculos lentos en el aire y quitó la soga con ferocidad del techo, enseguida tomando el cuerpo de esta entre sus brazos antes de que cayese al suelo para tomar su pulso, aún con un toque de esperanza que no fuese demasiado tarde. Sin embargo, no encontró signo vital funcionando en su cuerpo, por lo que, simplemente se aferró a su cuerpo con mucha fuerza y comenzó a llorar. Sacando a flote todo lo que reprimía desde que su antiguo compañero de equipo y su sensei fueran expulsados del mundo de los vivos.

-¿Por qué, madre? ¿Por qué no hablaste conmigo? -murmuró mientras acariciaba los cabellos azabache de la mujer, sus mejillas empapadas con lágrimas que al parecer no cesarían en ningún momento. Se sentía débil y su visión se nublaba, su cuerpo completamente tenso. Sin encontrar razón lógica para lo que ella había hecho.

Entonces, cuando el pelinegro se dignó en observar el rostro difunto de su progenitora nuevamente, notó como varias gotas de sangre se escurrían de este. No obstante, esa sangre no pertenecía a su cuerpo y nuevamente comenzó a hiperventilarse pensando lo peor, cayendo en cuenta de lo que aquel suceso implicaba, esperando equivocarse. Pero no estaba equivocado esta vez.

El Uchiha inmediatamente dejó a su madre en el suelo para limpiar sus lágrimas y observar sus manos, todas cubiertas de sangre mientras observaba todo su alrededor de una forma distinta. Ya nada era igual, ya nada estaba bien.

-No... no puede ser cierto. -se dijo a si mismo, sabiendo lo que aquello significaba mientras apretaba sus puños, sintiendo como una angustia le llenaba los sentidos.

Él no había visto la carta sobre la mesa, o quizás la cuchilla en el basurero de la cocina pero sí había notado el cambio en sus ojos mientras intentaba no perder su cordura, a medida que avanzaba hacia su propio baño para observarse al espejo. Eso no era lo que él deseaba, él no quería ese poder, no quería más odio ni mucho menos sufrimiento. O siquiera ser utilizado para el bien de su clan como lo era Itachi. Aún no asimilaba el hecho de que su madre estuviese muerta pero sabía que al día siguiente no podría aguantar el dolor de aquella trágica pérdida. Y la angustia de aquellos ojos no se iría.

No entendía el por qué de aquella decisión tan desastrosa de su madre ¿Por qué lo haría? No entraba en su cabeza que ella quisiese hacerlo. Tal vez era una pagada de parte del clan Senju por las cosas que intentaba Madara Uchiha hacer en su contra u Óbito se habría enterado quién había dañado su ojo. Shisui enseguida negó con su cabeza para alejar aquellos pensamientos, el clan de la mujer que quería no sería capaz de algo así y menos Óbito. Aunque con el reciente cambio de Hokage probablemente actuasen de manera rápida, sabiendo lo mucho que Tobirama Senju repudiaba a los Uchihas no podía sorprenderle.

Nuevamente negó con su cabeza y soltó un quejido abrumador, afirmándose así del lavabo de su propio baño, esta vez siendo capaz de observar su reflejo en el espejo. Y a penas lo hizo, rompió en mil pedazos este volviendo a llorar como cual bebé fuera, esta vez cayendo al piso mientras sentía como se le desgarraba el alma. Su mangekyou sharingan había despertado, el Kotoamatsukami...

«...»

Rin estaba de espaldas contra la pared con ambas manos sujetadas tras su espalda por las manos del Hatake, mientras que este saboreaba el lóbulo de su oreja junto a su cuello y hombro. La castaña estaba bastante avergonzada por la situación a decir verdad, sin embargo, no quería desaprovechar la oportunidad de tener a Kakashi solo para ella sin nadie que le impidiese aquello. Ella no era tonta para no seguirle su juego.

-¿Qué prefieres? ¿Eh? -murmuró el peligris, apegándose más a ella. La castaña reprimió un gemido enseguida mientras mordía su labio inferior al sentir como el bulto tenso y pulsante del Hatake se pegaba a su trasero.

Él la estaba torturando.

-Ka-kashi... Sasuke está...-intentó decir al voltear un poco su cabeza, sin embargo, este mismo volvió a pegar sus labios a los de ella, esta vez soltando el agarre de sus manos y enrollando sus brazos por la cintura de Rin. Así bajando estas mismas lentamente hacia su zona baja por encima de su vestido.- Kakashi...

El de cabellos grises mordió el hombro descubierto de la castaña una vez más mientras con una de sus manos acariciaba suavemente su zona baja por sobre el vestido aún, subiendo así la otra para presionar en su busto pequeño y pegarse como un animal tras de ella, ambos con sus prendas puestas sintiendo como sus temperaturas comenzaban a subir. Entonces, la muy acalorada y ruborizada chica no pudo reprimir más sus sentidos y enseguida posó sus manos tras su espalda otra vez, solo para sentir el bulto que traía Kakashi bajo su pantalón, deseosa de aquello.

La muchacha de mejillas rosadas por el ambiente de la habitación siempre amó el don de su ex novio. Pero no confundan, ella nunca fue una sexópata y siempre velaba por la virginidad hasta el matrimonio. No obstante, en cuanto el Hatake comenzó a leer Icha Icha paradise tiempo atrás, ella no pudo resistirse a sus cambios o a las cosas que este mismo le pedía. Y no se arrepentía de ello. Le amaba y podía gritarlo donde fuese, incluso si eso molestaba a alguien más.

En efecto ante tal acción de Rin, el peligris no dudó un segundo en voltear el cuerpo de la chica para así quedar frente a ella y besar sus labios de manera muy carnal mientras pasaba sus manos con fuerza por las nalgas de esta. Ella sin vacilar correspondió a los labios de Kakashi, posando así ambos brazos alrededor de su nuca. Entonces fue cuando el Hatake quiso llevar la situación mas a flote, tomando así mismo con ambas manos los muslos de Rin haciendo que esta diese un salto leve y enrollase sus piernas alrededor del abdomen de Kakashi. Ambos estaban sedientos el uno del otro y solo se podía notar en el ritmo cardiaco de sus corazones, o quizás en sus besos desesperados.

Se extrañaban mutuamente, de eso no había duda.

El Hatake estaba tan consciente de lo que estaba haciendo, que no le importó la culpa o siquiera la Senju de cabellos rubios. Él solo iba a disfrutar aquella noche, y de partida... con eso pensaba mantener en silencio a Rin. Aunque no sabía por cuanto tiempo y si podría controlarse, pues, ella era capaz de chantajearle con más sexo si era necesario. Entonces en ese caso, Kakashi no sabía si sería capaz de volver a caer en lo mismo. En los engaños y mentiras, no quería hacer lo que ya había hecho anteriormente con Rin y engañar a la rubia Tsunade Senju. Sería un círculo vicioso sin salida en donde el más grande hijo de puta sería él. Y no quería serlo.

Entonces, cuando ambos comenzaron a quitarse la ropa sobre la cama para pasar al siguiente nivel después de sentirse tan extasiados y sudorosos, una voz les alarmó. Más a Kakashi que a Rin, por supuesto.

-Me siento mal, iré en busca de Itachi... creo que mejor me iré a casa, ustedes sigan en lo suyo. 

Sasuke se encontraba de pie frente a la puerta, sujetándose con la perilla de esta mientras les observaba asqueado y con su rostro más pálido del normal. No se sentía a gusto en aquella habitación y comenzaba a volver en sí, teniendo más consciencia que antes. ¿Cuánto tiempo habían estado de esa manera? Ninguno de los dos lo sabía, sin embargo, Kakashi a regañadientes logró quitarse de su posición en donde estaba, es decir, sobre Rin. Solo para luego ir hacia su alumno y frenarlo enseguida, si el hijo menor de Fugaku salía por esa puerta en busca de su hermano todo estaba perdido. Y el chantaje hacia Rin... no valdría la pena.

-No, Sasuke... Etto ¿Por qué no te recuestas un poco y descansas? Seguro así te sientes mejor -sugirió el Hatake, intentando subir el cierre de su pantalón, el cual sería muy difícil de subir. Sasuke negó con su cabeza.

-Me iré a casa.

Ante las palabras serias del pelinegro, el jounin no sabía qué hacer para que no dejase la habitación sin tener que retenerlo a la fuerza. Pero, a penas este abrió un poco aquel trozo de madera Kakashi no dudó en sujetar su brazo y cerrar esta de golpe. Al diablo con no retenerle.

Sasuke de inmediato le observó muy confundido e intentó zafarse, algo inútil en ese estado y con un ninja de tan alto rango como era el del Hatake. Rin les observó forcejear y gruñó por lo bajo al notar lo duros que estaban sus pezones.

-Kakashi-kun, yo creo que deberíamos dejarle ir... -habló la castaña luego de un largo lapso de silencio, esta se encontraba arreglando su vestido mientras sonreía con pena. Kakashi se volteó enseguida para dar cara hacia ella.

-No, si escapa... será el fin de Obito -advirtió el peligris hacia ella, sin tomar mucho en cuenta los forcejeos de su alumno. Los cuales eran inútiles.

-¡¿Y a mi qué?! -exclamó, enrabiandose con solo ver el cuerpo tembloroso del Uchiha. Ya estaba harta con toda la situación.

Entonces, justo en el preciso momento en que el jounin iba a responder hacia ella con su seño fruncido, el hijo menor de Fugaku soltó un quejido dejando de forcejear, esto seguido de un sonido no muy agradable a la vez que escupía todo el alcohol que había ingerido anteriormente sobre el suelo. El peligris al ver su acción bastante perplejo no le quedó más remedio que soltarlo enseguida y observarle con su semblante asqueado.

-Ewk.

Dicho esto posó su vista en Rin en cuanto le escuchó chillar con desesperación a la vez que se acercaba hacia Sasuke, su paso bastante rápido.

-¡Te dije que le dejaras maldito zopenco! -exclamó, esta vez abriendo la puerta para empujar al Uchiha fuera de allí mientras este se tambaleaba.- ¡Ugh! ¡Estás siendo peor que Óbito!

Acto seguido, la castaña salió de aquella habitación junto a Sasuke para llevarle hacia el baño u tal vez hacia fuera. Kakashi solo apretó sus puños y cerró sus ojos con fuerza mientras tensaba su mandíbula. Estaba muy molesto, mucho más que antes.

Definitivamente, Kakashi asesinaría a Obito Uchiha esa noche.

«...»

Izune Senju.

-Izune, ya.

Ignoré sus palabras a la vez que intentaba quitar su playera bajo las cobijas en aquel sofá. Si bien sabía que aún seguía molesto él no debería haber correspondido mis besos y mucho menos acariciarme de esa forma. Puesto que, ahora no podría resistirme.

, las mujeres también tenemos necesidades.

-Izune, no te daré el gusto ya basta. -su voz era ronca y firme, mientras que yo solo chupeteaba su cuello y metía mi mano nuevamente en su miembro para masajearle.

Mi mejor amigo estaba muy tenso y duro como para que viniese con esas patrañas de negarse, no se lo iba a permitir.

-¿Quieres que te ruegue? -pregunté, esta vez besando sus labios suavemente. Este me correspondió, sorprendiéndome de sobremanera y eso solo hizo que sonriera con malicia.

Ya sabía qué hacer.

Me separé bruscamente de sus labios mientras masajeaba con mas frecuencia su gran amigo de allí abajo. Observé su rostro tenso por unos segundos, notando como este rechinaba sus dientes para no gemir ante mis caricias y respiraba con un poco de dificultad. Aquello solo me tentó a seguir e ignorar a todas las personas adormiladas a nuestro alrededor.

-¿Qué harás?

No respondí a su pregunta debido a la emoción del momento, enseguida bajando por su abdomen sin dejar de masturbar su gran atributo. Cuando ya estaba bien abajo casi en medio de sus piernas bajo las cobijas, el azabache cayó en cuenta a lo que me refería. Sus ojos ennegreciéndose de inmediato al verme ahí mientras mordía su labio inferior y tomaba mis hombros con sus manos. Esta vez estirando su cabeza hacia atrás, cediendo ante mi.

Entonces bajé lo que me faltaba y  le vi, su pito pulsaba con fuerza hacia arriba mientras notaba como el líquido pre-seminal comenzaba a salir ante el estímulo de mis manos. Enseguida tragué saliva y le masturbé unas veces más, solo para luego besar la punta de este y sentir como el cuerpo del azabache se erizaba por completo, aquello solo me hizo aún más feliz de lo que estaba en ese momento.

Y sí, quizás sea una zorra al pensar de esa manera pero así como hay mujeres a quien les gusta hacer rusas, también hay otras a las cual les gusta hacer blowjobs. Además, a mi parecer era preferible hacer una cosa así a escondidas en vez de follar con tantas personas durmiendo a nuestro alrededor. Y sabía que Óbito no era de esas personas ruidosas como para generar alboroto.

Y se la debía, por todas esas veces en las que le dejé con el pito al aire.

Comencé con chupadas suaves y cortas mientras aún masturbaba la parte baja, saboreando de a poco a la vez que el azabache se acomodaba en el sofá y presionaba mis hombros. Ya luego quité una de mis manos y fui metiéndolo en mi boca lentamente hasta el fondo mientras que con la otra le sujetaba. Escuché como su respiración se entrecortaba e intenté observar su rostro, sin embargo, la oscuridad de las cobijas no me permitía hacerlo.

Aún así, le imaginé y con eso me bastaba para luego aumentar mi velocidad, también metiéndolo hasta el fondo. Sin siquiera importarme la picasón de mi garganta al tenerle tan adentro y sentirle chocar con mi úvula bruscamente.

En un principio cuando recién aprendí la técnica de esto con el mismísimo Obito, no podía siquiera adentrarlo hasta la mitad sin quejarme. Pero la experiencia con este idiota, hizo que pudiese hacerlo sin problemas e incluso, disfrutar con eso mismo.

El pelinegro cambió de posición sus manos para posarlas sobre mi cabellera gris al notar como aumentaba mi velocidad, presionando hacia abajo para que nada quedase fuera de mi boca. Entonces le escuché gemir con suavidad.

-Mierda. -gruñó, a la vez que me dejaba un buen tiempo con su miembro en mi boca.

Cerré mis ojos con fuerza y lo saqué de mi boca enseguida en cuanto él quitaba la presión de sus manos sobre mi cabeza para poder tomar aire. El pecho del azabache subía y bajaba con rapidez mientras una que otra gota de sudor corría por su abdomen, mojando así un poco su playera.

Remojé mis labios con mi lengua y tragué saliva para luego volver a lo mío, esta vez besándole la punta y su ingle de vez en cuando. Sintiendo varios escalofríos recorrer mi espina dorsal al escuchar sus gemidos reprimidos desde mi posición.

Entonces sentí como unos pasos se acercaban hacia el salón y los gemidos del azabache cesaban enseguida. Gruñí al sacar su pito de mi boca, sin embargo, fuese quien fuese, iba a seguir mi trabajo. Nada me lo impediría esta noche, solo sería un poco más sigilosa.

-¿Obito? ¿Estás despierto?

Era la voz de Itachi, traté de no moverme mucho bajo las sábanas mientras succionaba y exhalaba su atributo una y otra vez, el cuerpo de Óbito completamente tenso ante mis movimientos.

-Mmh. -fue la respuesta de mi amigo, y quise reír. Sin embargo, no pude por razones obvias.

-¿Has visto a Sasuke? Lo he buscado por unos minutos pero no le encuentro... -habló nuevamente, su tono tal cual hermano mayor proyectivo.

Entonces sentí como el cuerpo del azabache se tensaba aún más y aumenté mi velocidad, Óbito presionando mi cabeza con fuerza de arriba hacia abajo a medida que su excitación aumentaba. Podía saberlo solo con su respuesta hacia Itachi.

-N-no.

Nuevamente quise reír y en medio de las embestidas di un mordisco suave haciendo que su cuerpo diera un brinco leve. Enseguida por aquello, el pelinegro pellizcó mi mejilla como advertencia y gruñí por lo bajo. Esta vez quitándolo de mi boca para jugar con él y besar cada parte de él, pasando de vez en cuando a su ingle.

-A Shisui tampoco le he visto, iré a dormir un poco, tal vez ambos se fueron sin avisarme -entonces Óbito soltó un gemido suave sin previo aviso al sentir mi lengua, enseguida me paralicé- ¿Te encuentras bien? Estás sudado y tus mejillas algo rojas ¿Cuánto bebiste?

-E-estoy bien -respondió rechinando sus dientes enseguida. Y escuché como Itachi balbuceaba.

Maldición.

-¿Seguro?

No escuché respuesta de parte del azabache, no obstante, al sentir los pasos sobre las escaleras supe que el hijo mayor de Fugaku simplemente había dejado el salón sin razón aparente o demoré en volver a lo mío en cuanto el pelinegro de mi amigo volvía a jadear y a poner sus manos sobre mi cabellera gris, esta vez con más fuerza.

Estuvimos un tiempo así, solo hasta cuando ambos supimos que Óbito estaba llegando a su clímax, por lo que, quitó mi cabeza de su pito con ambas manos solo para después posar estas sobre él y entrometerse bajo las cobijas. Su mirada excitada sobre mi a la vez que jadeaba y tragaba saliva de vez en cuando.

-¿Terminas tu o yo? -murmuró, mientras él se masturbaba con lentitud.

-Yo.

Él alzó una de sus cejas con diversión y luego quitó sus manos de donde las tenía para agarrar el sofá con fuerza mientras mordía su labio inferior. Enseguida bajé el cierre de mi malla delantera y saqué mis pechos del brasier para luego meter su atributo en mi boca una última vez.

Imité la acción de chupar y soltar varias veces con rapidez mientras que el azabache gemía despacio, no pudiendo reprimirlos debido a su gran placer. Entonces cuando sentí como un líquido espeso y salado se escurría de mi boca, lo quité enseguida de allí para ponerlo en medio de mis pechos e intentar una rusa bastante rápida.

Óbito igualmente metió sus manos en el asunto mientras aquel líquido caliente se escurría por mi cuello ferozmente. Ambos paramos nuestros movimientos en cuanto ya no había más por salir ni por masturbar. Enseguida escuché como este soltaba un gran suspiro y limpié mi boca y cuello con las cobijas.

Dudo que a Rin le importe.

-Espero que con esto se te haya esfumado el enojo -digo, una vez que sacaba mi cabeza de las cobijas luego de haberle limpiado el pito con estas mismas y cerrarle el pantalón como si fuese un niño pequeño. A la vez que me acurrucaba en su tórax.

Este soltó una risa suave y besó mi frente, envolviéndome con sus brazos enseguida.

-Mientras se siga repitiendo haré como que nuestra pelea nunca sucedió -respondió con gracia, entonces le miré y sonreí.

No, no iba a besarle luego de aquel blowjob.

-A todo esto ¿Qué hiciste con Sasuke? -pregunto, nuevamente bajando la mirada mientras dibujo pequeños círculos con mi dedo en el tórax del Uchiha.

Este traga saliva y luego suelta un suspiro. Enseguida borro cualquier tipo de pensamientos molestos hacia él y espero a que responda.

-Le emborraché, está encerrado en una de las habitaciones de arriba... -murmuró y otra vez posé mi vista sobre la suya. Negando con mi cabeza.

-¿Qué tu hiciste qué? -por poco lo exclamo y Óbito al notarlo pegó sus labios a los míos en un beso corto.

Lo admito, me causó asco que lo hiciera y por su rostro, supe que a él también.

-Mira, si quieres reprochame mañana... por ahora estemos bien ¿si? -me sonrió de lado mientras con una de sus manos dejaba un mechón de cabello tras mi oreja.

¿Cómo negarme ante eso?

Doy un suspiro y asiento con mi cabeza, esta vez bajando mi vista mientras sentía como el cansancio comenzaba a llegarme. Quizás ya era hora de que conciliaramos el sueño, ya mañana era otro día.

No obstante, en cuanto empecé a cerrar mis párpados, el Uchiha volvió a largar su lengua;

-¿Vamos? No me siento cómodo durmiendo aquí...

Conté hasta diez para no darle una paliza o gritarle en el rostro, pues, siempre hacía lo mismo. No podía quedarse la noche entera, tenía una especie de complejo con dormir en un lugar que no fuese su hogar.

Aunque ahora... mi hogar era el suyo. Solo hasta que su casa fuese reconstruida por miembros del clan Uchiha.

-¿Hablas en serio?

Él asiente con su cabeza y pongo mis ojos en blanco para quitarme las cobijas. Enseguida poniéndome de pie, no iba a refutarle esta vez solo porque no quería más peleas innecesarias.

Óbito imitó mi acción al ponerse de pie, solo que este estiró sus brazos apenas lo hizo y luego me tomó de la mano, entrelazando nuestros dedos. No demoré en sorprenderme por ello, sin embargo, no me negué. Después de todo era mi mejor amigo ¿Verdad?

Y así, ambos salimos de la casa de Rin sin siquiera despedirnos de alguien. Pero no nos importaba, solo queríamos llegar y dormir mil años. Aunque al estar Tobirama en casa, no podría dormir con él.

Solo esperaba no se tomara tan a pecho el haberme perdido la mitad de su ceremonia y el resto del día y noche. Solo esperaba...

// Espero hayan disfrutado la lectura, esto es un mundo alterno pero igual pueden haber spoilers.

¡Hola! Ya que el capítulo no tiene nada en especial y es medio buah pero ¡vamos! ¡Shisui despertó su mangekyou sharingan! Y para quienes saben el poder del kotoamatsukami ya deben imaginarse para que puede usarlo😱 En fin, también quería aclarar esto del sexo explícito pues varias veces he visto que dicen es vulgar en la escritura y que generalmente quienes lo hacen son vírgenes y bla bla bla, no hablaré de mi vida sexual ni esas cosas pero si, yo al menos lo encuentro entretenido(escribir sexo explícito) y si a alguien no le parece están en su derecho de hacérmelo saber o darme sugerencias.🙌 ¡Conste que yo advertí e intento que no se vea tan vulgar! Jaja eso, infinitas gracias por leerme y que tengan un lindo día las amo hasta el infinito y más allá😍😍😍

Ps: afirmense que los próximos capítulos comienza el desarrollo de mi trama yyy estoy muy ansiosa por escribirlo🙌🙌🙌

Ps2: aviso también que se vienen varios recuerdos djdjjd

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro