veintidos ; ceremonia.
"La paranoia es una forma de conciencia, y la conciencia es una forma de amor..." Charles Manson.
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Busqué con la mirada a Óbito todo el tiempo que estuve sobre la torre del Hokage junto a mis hermanos y Minato-san, también Tsunade, varios del clan Senju y Uzumaki. Sin embargo, no pude verlo en ningún momento.
Suspiré ¿Dónde estaba?
La ceremonia estaba a la mitad y comenzaba a estresarme, pues, estar quieta y en silencio por mucho tiempo no era lo mío, sobre todo si el único que hablaba era mi medio hermano con su discurso de por qué Konoha iba a mejorar estando él a cargo.
Por cierto, agradecí que no insultara a ningún Uchiha.
Además, el azabache me había prometido ir a comer ramen de Ichiraku luego de esto, así que estaba ansiosa por irme y no, no es que sea fan del ramen o algo parecido, pero moría de hambre debido a que ni desayuno alcancé a tomar esta mañana.
—Ancianas... —murmuré.
Entonces, comencé a balancearme en mi puesto como una niña pequeña, a lo que Minato-san me frunció el seño como una advertencia y bufé, volviendo a mi posición de militar.
Ugh ¿Cuál era la idea de estar como una momia toda la ceremonia?
Mordí mi labio inferior a la vez que jugaba con mis manos, pues, no sé cuanto más podría aguantar sin moverme o siquiera hablar, me costaba demasiado.
Y sí, sabía que esto era importante para Tobirama y no podía quejarme o arruinarlo, pero al menos podrían hacer este tipo de cosas un poco más entretenidas, así no me sofocaba tanto ni me estresaba por ser una momia.
—Pst, pst. —se escuchó a mi alrededor, haciéndome fruncir el seño.
Enseguida observé a mi costado, creyendo que se trataba de alguna mosca o un bicho extraño. Sin embargo, no logré captar el origen de este.
Tal vez me estaba volviendo loca.
—¡Pst, pst!
Nuevamente escuché aquel ruido irritante, así que sin importarme la advertencia de Minato-san me volteé, posando mi vista en un lugar bien escondido de la torre y casi se me cae el rostro al ver que se trataba de Óbito, quien intentaba llamar mi atención desesperadamente.
Chillé en silencio, casi entrando en pánico.
Si Tobirama le viese encima de la torre no sé de que sería capaz, pues, durante esta ceremonia solo el clan del Hokage y familiarizados podían estar aquí, y como todos saben... el clan Uchiha no era uno de ellos.
Óbito Uchiha era un demente...
Puse una cara reprochante ante él mientras movía mis brazos algo desesperada y pude notar como Minato-san hacía lo mismo con él.
Así que ya lo había visto.
Sin embargo, a Óbito por lo visto no le importó, debido a que enseguida abrió un pergamino y me lo enseñó, pretendiendo que yo pudiese leer esa letra tan pequeña y fea.
Algo imposible.
—Izune ¿Qué haces? —oí la voz de Tsunade llamarme, y tragué saliva.
Enseguida rehice mi postura de momia y observé hacia el frente como militar, ignorando sus palabras. No obstante, al parecer ella ya se había dado cuenta.
—Oh, ya veo. —dijo, y me volteé a observarla, esta tenía su ceja alzada y una sonrisa lasciva en su rostro.
Mis mejillas no demoraron en volverse rojas y ella soltó una risa pequeña, haciendo notar lo mucho que disfrutaba de mi sufrimiento.
—Tu novio dice que te apures, —murmuró la rubia en mi oído, erizándome la piel— porque esta vez pagará Kakashi...
¿Bakakashi pagando el almuerzo? ¿Qué?
—¡Oh! y que ese kimono te queda sexy.
Nuevamente la sangre me subió hasta el rostro a la vez que inflaba mis cachetes, sin hacer caso a sus burlas. A este punto me pondría a echar humo por las orejas de lo roja que estaba.
—Es broma, eso no lo dijo. —volvió a murmurar en mi oído con gracia.
Nuevamente chillé en silencio.
—Tsunade-san e Izune, basta de cuchicheos o Tobirama-san me reclamará a mi. —ambas nos volteamos ante la voz del Namikaze, quien nos miraba con el seño fruncido y preocupado.
Kushina-san tan solo nos observó de re-ojo, sin dejar su postura.
—Si, si. —respondió mi prima, sin importancia.
Solo para después voltearse hacia mi y tomarme del hombro a la vez que daba un suspiro rendido, dejándome algo perpleja.
—Ve, yo te cubro. —dijo de repente, haciendo que me congelase ante el pensamiento.
—¿Qué?
Enseguida mi boca se entreabrió un poco con sorpresa, queriendo decir algo más y reclamar por el hecho de que pudiesen pillarme o que Tobi-nii se sintiera mal al no estar presente, sin embargo, Tsunade no me dejó al poner su dedo índice en mi boca.
Ahora su semblante estaba serio con un toque rojizo en sus mejillas.
—Puedes aprovechar de darle a Kakashi mis saludos, y también decirle que esta noche tengo libre, ya sabes...
Ya veo...
Su mirada enseguida se fue hacia otro lado con vergüenza, a la vez que sus mejillas se tornaban mas rosadas de lo que ya estaban solo con ver mi sonrisa lasciva.
—Quieres follar con Bakakash...
La rubia me calló de inmediato al tapar mi boca, esta vez por completo y sorprendiéndome con su mirada llena de vergüenza. Lo admito, quise reír.
Sin embargo, mi prima no demoró en destapar mi boca solo para luego tomarme con fuerza del kimono, dejando mis pies muy lejos del suelo. Enseguida le puse ojos de plato, casi entrando en pánico y balanceándome de vez en cuando.
—Tsuna-chan ¿Qué intentas hace...?
—¡Ya, vete!
Entonces, no pude siquiera refutar o negarme, pues, mi voluptuosa prima de un solo empujón me lanzó por los aires haciéndome llegar enseguida hasta la parte en donde estaba Óbito.
Sin duda alguna, Tsunade Senju estaba más demente que yo.
Intenté frenar para no tener una caída tan fea, sin embargo, fue inútil debido a que no logré hacerlo a tiempo por la velocidad en la que iba, cayendo así precisamente sobre el azabache y viendo como se golpeaba la cabeza con el suelo.
Este se quejó de inmediato y tocó su cabeza, adolorido.
—No sabía que los Senju's podían volar. —no dudé en darle un golpe leve en cuanto escuché su tono de voz, muy alto— ¡Auch! —volvió a quejarse, solo que esta vez fue por mi golpe.
—Silencio, idiota.
Rápidamente posé mi vista hacia los honorarios del Hokage, comprobando de que nadie hubiese visto aquel acto brutal de mi especial prima y suspiré al notar que solo Minato-san estaba observándonos, pero él no nos delataría.
Espero...
Aún así, nos fruncía el seño un tanto molesto como reproche, aunque solo hasta que Kushina-san le obligaba a poner atención a la fuerza, algo que me causó gracia a decir verdad.
Sin embargo, no podía olvidar de que ya estaba en deuda con la pelirroja.
A este punto, estaría endeudada de por vida... ugh.
—¿Ves lo que haces Óbito? ¿Estás demente? —le reproché con voz baja mientras me ponía de pie, limpiando mis rodillas.
Óbito imitó mi acción mientras se acariciaba la parte trasera de su cabeza con exageración.
—Tu fuiste la que voló hasta acá, no yo Bakazune. —se excusó, con una mueca en su rostro y le empujé indignada.
—Fue culpa de Tsuna, no mía. —reclamé, a lo que él bufó sin creerme— Además, tu eres el que me llamó a la mitad de la ceremonia ¿Qué hubieses hecho si Tobirama te encontraba en territorio honorable? ¿Eh?
Él no respondió, solo volvió a quejarse del dolor en su cabeza y enseguida solté un suspiro.
—A ver, déjame revisarte. —digo, esta vez acercándome a él para checkear su cabeza.
Sin embargo, solo era un chichón. El azabache no se iba a morir por eso.
—No tienes nada, llorón.
Entonces, le solté el cráneo y me sonrió, soltando pequeñas risas de vez en cuando a la vez que acercaba su rostro al mío con inocencia, ignorando el hecho del golpe en su cabeza.
Enseguida atiné a fruncir el seño con gracia mientras daba pasos leves hacia atrás al notar como Obito se estaba acercando cada vez más a mi con brazos abiertos.
¿Acaso nunca dejaba de pensar en sexo?
—Te ves tan linda con el seño fruncido... —dijo él, tomándome por sorpresa a la vez que posaba su vista en mis labios.
Entonces frené los pasos en cuanto sentí la pared helada en mi espalda y el azabache aprovechó ese momento para acorralarme con una sonrisa maliciosa. No obstante, se me hizo extraño su cumplido, pues, me esperaba un comentario mas vulgar de su parte, en cambio ese fue ¿tierno?
—Óbito, estamos en sector honorable...—balbuceé, para luego soltar una risa nerviosa por su cercanía.
¿Yo? ¿Nerviosa?
—Lo sé. —fue todo lo que dijo antes de cerrar su ojo visible y unir sus labios con los míos.
Enseguida correspondí aquel gesto tierno, que acorde pasaban los segundos se volvía más íntimo y personal, pasando mis brazos alrededor de su cuello para acariciar su cabello con suavidad.
Tobirama se moriría si me viese en esta situación.
No demoramos mucho en subir el nivel de la situación debido a que Óbito había bajado sus labios hasta mi cuello, mordiendo de vez en cuando en ese sector. Y lo admito, no podía resistirme.
Supongo que yo también estaba falta de sexo.
Entonces, subí su rostro con mis manos para besarlo de nuevo y aprisionarlo junto a mi en cuanto mi cuerpo comenzó a calentarse, sintiendo así también como una corriente eléctrica recorría mi espina dorsal en el momento en que el metía sus manos bajo mi kimono, acariciando mi cintura.
Óbito sonrió en medio del beso en cuanto quité mis manos de su cuello y los posaba bajo sus pantalones con rapidez, sintiendo lo duro y pulsante que estaba. Eso solo prendió aún más mis sentidos.
Si seguíamos así no podría resistirme.
—Ewk, podrían conseguirse un motel.
Enseguida quité mis manos de ahí, separándome brúscamente de Obito al escuchar la voz asqueada de Kakashi a un costado nuestro y le observé con vergüenza. En cambio, el azabache solo gruñó, sacando sus manos de donde las tenía con fastidio a la vez que se separaba de mi.
—Bakakashi ¿Por qué me haces esto, zopenco? —gruñó el pelinegro, mirando a Kakashi con el seño fruncido y una erección evidente.
El peligris bufó con asco al notar aquel bulto y yo solo preferí mantener silencio, pues, si hablaba todo podría ser usado en mi contra. Además, ahora el peliplata tenía más material con el cual molestarme y no quería arriesgarme a sus burlas.
—Lo siento par de liebres, pero se estaban demorando mucho y la oferta de Ichiraku solo dura hasta las tres. —explicó, algo fastidiado con manos en sus bolsillos como siempre.
—Tsk, a ver si Teuchi me quita la erección... —se quejó el azabache con sarcasmo, aún más fastidiado que Kakashi.
—Eso sonó mal.
—Lo sé. —gruñó el pelinegro mientras se acomodaba el pito en sus pantalones.
Entonces, solté un suspiro y me quité de la pared, no obstante, recordé que ya no solo el azabache estaba en territorio honorable, sino que el Hatake también y entré en pánico. Ahora menos debían vernos.
—¡Kakashi! —exclamé lo más bajo que pude— No puedes estar aquí, si te pillan Tobirama...
—Calla, sexópata. —me interrumpió, con su mirada tranquila— Óbito tampoco puede estar aquí pero igual lo está, así que no me vengas con esa cara que estabas a punto de follar en territorio honorable.
—Eres irritable, Hatake. —fue todo lo que dije, soltando un bufido a la vez que mis mejillas volvían a arder. Kakashi me había llamado sexópata.
Además, tenía razón con respecto a lo que íbamos a hacer. Eso era peor a que nos pillen a los tres aquí.
—Gracias.
—No era un cumplido —gruñí.
Sin embargo, este me sonrió y luego posó su vista en Óbito, quien seguía intentando bajar o acomodar su pito a regañadientes.
—Esto no va a bajar ¿No les molestaría si...?
—¡No! —ambos exclamamos hacia Óbito desesperadamente al ver como intentaba bajar el cierre de su pantalón.
—Ni se te ocurra, marrano. —insistió esta vez el Hatake, alzando su mano en advertencia.
—Pero ni siquiera me dejaron terminar... —se quejó, alzando sus brazos.
—Aún así, no. —dijo Kakashi, bastante irritado.
Entonces, Óbito suspiró y se volteó, dándonos la espalda para seguir en lo suyo. Lo admito, me causó algo de gracia.
—Y bien, ¿Ya nos vamos? No pienso pagar nada si llegamos después de las tres.
El azabache gruñó, solo para después darse la vuelta, abrir sus brazos y señalar la parte baja de su cuerpo, donde solo se veía un poquitín levantado.
—¿Y? ¿Se nota? —preguntó, ya cansado de tantos intentos por su rostro.
Kakashi se tomó la frente y dio un suspiro, negando con su cabeza.
—Solo un poco. —admití, haciendo que Obito suspirara. Rendido.
—Ya está, lo dejaré así.
—¿Ya podemos irnos? —cuestionó Kakashi, viendo como el pelinegro caminaba hacia nosotros de manera extraña.
—Si. —respondí, con gracia.
Entonces, los tres salimos de allí con mi hiraishin no jutsu, pues teníamos un ramen que comer.
—Shisui ¿La que está con Rin es Akemi?
El azabache le prestó atención a su amigo de coleta, luego posó su mirada en la chica de cabellos castaños claros, algo grises e hizo una mueca.
—Sí, creo que si. —respondió en un murmullo, pues, todos debían mantener silencio en la ceremonia.
Entonces, Izumi les observó cuchichear y frunció el seño, confundida. Esto debido a que no era normal que ambos hablaran en un evento tan importante, así que intentó acercarse para escuchar mejor.
—¿Por qué crees que esté aquí? ¿Ella no es de Sunagakure? —Itachi insistió en seguir hablando hacia su amigo, con el seño fruncido en dirección a la chica.
Shisui soltó una pequeña risa.
—Quizás quiere una segunda oportunidad... —se burló e Itachi bufó.
Mientras tanto, Izumi estaba cada vez más cerca de ambos a la vez que estiraba sus orejas. Esa conversación no le estaba gustando para nada, sobre todo porque sabía de quien estaban hablando y sí, era una celosa de primera.
—Lo dudo. —dijo Itachi, la castaña de Izumi celebró en su interior, aunque no entendía a qué se refería Shisui con ''segunda oportunidad''— Aún así está mas linda ¿No crees?
Y... ahora su corazón se estrujó con brutalidad al oír esas palabras de su amor.
Resulta que Akemi Nohara era familia lejana de Rin, quien tuvo unas cuantas aventuras con Itachi en secreto hace un año cuando visitó Konoha por primera vez. Por supuesto, Izumi Uchiha no estaba enterada de esto e Itachi no quería que lo supiese tampoco, por ello pidió a Shisui que no dijese nada sobre eso frente a ella. Tomando por excusa de que pudiese sentirse mal.
—Sus caderas están mas anchas y sus piernas más tonificadas, no la recordaba de esa forma... Le queda bien.
Shisui dio un brinco al escuchar las palabras de su amigo, queriendo burlarse de él. Sin embargo, en cuanto notó la mirada destrozada de la pobre Izumi, se contuvo y dio un suspiro, palmeando el hombro del Uchiha de coleta.
—Yo creo que no... —le dijo, sonriente. Itachi le observó desconcertado debido a que cuando se trataba de mujeres, él primero en hablar era él. Se le hizo extraño.
—¿Te sucede algo? —preguntó— Porque cualquiera que tuviese dos dedos de frente diría lo contrario, solo mírala...
El corazón de Izumi se rompió una vez más y Shisui hizo una mueca, su amigo no debía hablar más del tema.
—Itachi... no la cagues más. —murmuró, volviendo a su posición militar mientras se tocaba la nuca con incomodidad.
El Uchiha de coleta no entendió a que venía su comentario y solo volvió a posar su vista en la chica de Sunagakure, con una media sonrisa al recordar una que otra de sus aventuras.
—El año pasado ella dijo que volvería por mi ¿Crees que lo haya hecho por eso? Yo dije que la esperaría...
—Itachi...—balbuceó Shisui entre dientes, aún incomodo por la situación.
No obstante, ya era demasiado tarde debido a que Izumi ya se había largado de allí, corriendo lejos de toda la gente con el corazón hecho trizas. Ella jamás había escuchado al Uchiha hablar así de una mujer, y esperaba ser la primera, pero recién ahora se enteraba que tuvo una relación a espaldas de todos. Y Le dolía de sobremanera.
—Pero no es mi gusto, no creo que vuelva a tener algo con ella... —fueron las últimas palabras del hijo de Fugaku antes de que Shisui pusiera sus ojos en blanco y le tomara del hombro.
—Itachi. —insistió, con la voz firme.
—¿Qué?
—Izumi estaba escuchando y acaba de irse corriendo, mide tus palabras amigo mío... —soltó el azabache sin más, haciendo que Itachi le observaba perplejo.
—¿Enserio? —dijo una vez Shisui le soltaba, intentando no mostrar preocupación alguna por la situación.
—Ajá.
Itachi apretó sus puños algo molesto por lo idiota que había sido, ya que, Shisui le había advertido varias veces y él siguió largando la legua sin importancia. Se sintió culpable de cierto modo, quizás ahora la chica esté muy mal por él y no se lo perdonaría, Itachi no era alguien que hiciese sufrir a las mujeres.
Shisui en cambio, le observó con cautela todas sus acciones y sonrió sabiendo que este mismo iría a por Izumi, tarde o temprano lo haría. Sobre todo por esa mirada pensativa que el chico de coleta tenía en su rostro.
—Shisui, —habló Itachi de repente, dándole así la razón al pelinegro— cúbreme un momento, necesito orinar.
''Si claro...'' Pensó el azabache, sin embargo, solo le asintió con una sonrisa. Conocía muy bien a su amigo como para no saber que iría por la chica en vez de ir a orinar. Aun así, no se hacía problemas por sus excusas baratas... Itachi era así, y así tenía que quererle.
Dicho y hecho, Itachi salió hecho un disparate del lugar en dirección contraria a los baños públicos de Konoha, dándole así una vez más la razón al pelinegro.
—Izune-san ¿Usted no debería estar en la torre del Hokage?
La peligris dejó de comer de inmediato al escuchar sus palabras estando en medio de ambos jounin solo para sonreír con simpatía a la hija del gran chef de ramen, Teuchi.
—Ayame ¿Cuántas veces debo decirte que no me trates de usted o con honoríficos? Me siento muy privilegiada, o peor... vieja. —confesó con una mueca, a lo que Kakashi soltó una risa leve.
—Lo estás. —dijo el peliplata con gracia a su costado, aunque estaba de espaldas debido a que no quería que ninguno de los dos le viese el rostro.
Aunque Izune ya lo había hecho.
—Tu lo estás, Bakakashi. —se quejó la peligris con el seño fruncido y la castaña del local soltó unas risas, dejándoles disfrutar del momento mientras se iba a lavar los trastes junto a su padre.
—Espera, espera, espera ¿O sea que yo también? —se unió el azabache a la conversación con el seño fruncido una vez se terminaba su segundo plato y les observaba.
Izune soltó un suspiro y se volteó para observar a su mejor amigo.
—No, tu no.
—Pero tengo la misma edad de Kakashi...—insistió, aún con el seño fruncido sin entender.
La peligris tragó lo último de su ramen y dejó su tazón encima, solo para luego poner sus ojos en blanco. Aquí vamos de nuevo...
—Tu naciste un año después, Óbito... no cuenta. —trató de explicarle mientras Kakashi dejaba el tazón vacío encima del mesón, esta vez sin darles la espalda y con su máscara puesta.
Entonces les observó por unos segundos y sacó una sonrisa en cuanto notó que parecían una pareja cualquiera. Sobre todo porque Izune era la única que le aguantaba tanto.
—En realidad no, porque sino Kakashi sería mayor que yo... —respondió Óbito, algo confundido mientras rascaba su cabeza.
—Kakashi cumple 24 en septiembre, tu no cumples años hasta febrero del año siguiente... —insistió la peligris, esta vez algo irritada.
Óbito se rascó la cabeza nuevamente , esta vez pensativo ante las palabras de la Senju.
—Oh... es cierto —dijo—entonces Bakakashi es el viejo.
Entonces, la peligris se tomó la frente con ambas manos y posó sus codos en el mesón, por fin aliviada de que el azabache hubiese entendido.
—Exacto.
—Izune, en serio me sorprende tu paciencia. —le dijo el peliplata a su costado, también apoyando los codos en el mesón con cansancio.
Enseguida el azabache le frunció el seño al escuchar sus palabras, irritándose.
—¡¿Qué quieres decir con eso?!—exclamó, levantándose de su asiento con molestia en su rostro.
Sin embargo, Izune lo sentó de golpe.
—Quiere decir que yo soy la mejor, no hagas un escándalo. —le dijo ella, haciendo que Obito se amurrara encima del mesón.
—Yo no quise decir es...
Pero Izune le calló de inmediato con su puño sobre el hombro del Hatake, quien solo se quejó. Sin embargo, algo se le estaba olvidado... algo que comenzaba a recordar en cuanto vio la imagen de Itachi ingresar al local de comida, por lo que, tomó a la peligris del brazo con rapidez y se puso de pie enseguida.
Obito les observó extrañado, sobre todo a Kakashi.
—Kakashi ¿Qué estás...? —él no la dejó terminar, pues la sacó de golpe del asiento.
—Te enviaron un recado. —mintió el peligris, observando la mirada curiosa del azabache sobre ellos.
Entonces, Izune quiso responder pero no alcanzó debido a que el Uchiha de coleta se les había acercado con un rostro bastante preocupado, alarmándolos enseguida.
—Itachi ¿Pasó algo? —preguntó Obito, esta vez posando la mirada en él y no en su mejor amiga o Kakashi.
Este hizo una mueca.
—¿Han visto a Izumi? —cuestionó, ignorando la pregunta del azabache.
De inmediato el rostro de Izune cambió de uno confundido a uno preocupado por su amiga, ignorando el hecho de que el peliplata aún la tenía sujeta de su brazo.
—¿Qué le hiciste?
Itachi negó con la cabeza, haciéndole saber de que nada había hecho. Sin embargo, eso no dejó conforme a la peligris e iba a reclamar, pero Kakashi volvió a tironearla. Otra vez teniendo la atención confundida del azabache.
—Si nos disculpan... —habló el Hatake, sacando a la peligris a regañadientes del local— Tenemos algo que hablar con esta sexópata.
Obito le frunció el seño a su amiga, pidiendo una explicación. No obstante, la muchacha alzó sus hombros sin saber qué intentaba hacer Kakashi con ella e Itachi también lo encontró extraño, pero no dijo palabra alguna, ya que, no era asunto suyo.
Además, él estaba buscando a Izumi.
Apenas ambos ninjas salieron del local con Izune quejándose, el peliplata la llevó a un sector donde Obito no pudiese escuchar nada de lo que iba a decir. Aún así, no era un lugar tan lejano. De hecho, solo tuvieron que caminar unas diez casas más a la izquierda desde Ichiraku.
—¿Y? ¿Cuál es el recado? —preguntó enseguida la Senju, sin pelos en la lengua una vez frenaban el paso.
Este suspiró.
—No hay, fue mentira para que Obito no sospeche. —respondió, haciendo que la chica entrecerrara sus ojos algo confundida.
—¿No sospeche qué? —insistió, esta vez cruzándose de brazos.
—De la sorpresa que le están haciendo. —dijo él, posando ambas manos en sus bolsillos con tranquilidad. Izune seguía sin entender y Kakashi bufó— Rin planeó una especie de junta sorpresa para Obito, quiere animarle por lo del incendio y debo distraerlo todo el día, no te dije antes porque apenas me enteré ayer... —explicó.
La chica de ojos rojizos tocó su mentón, pensativa y extrañada. Está bien, Rin era su compañera de equipo y le tenía un aprecio muy grande al azabache, sin embargo, había algo que no le cuadraba.
—Lo sé, a mi también se me hace extraño. —volvió a hablar el Hatake al ver el rostro pensativo de la peligris.
—Ella te pidió que no me dijeras ¿o me equivoco? —preguntó, su semblante serio y hasta algo molesto.
Kakashi pensó en decirle que no, pero no iba a mentir. Esas cosas no iban con él. Menos si se trataba de Izune.
—Ajá.
—Seguramente trama algo, no me da buena espina. —dijo la muchacha— Aún así iré, de seguro le joderá más a ella que a mi.
El Hatake soltó una risa burlona.
—No esperaba menos de ti. —dijo, con una sonrisa.
Izune tan solo alzó sus hombros y le sonrió.
—¿Dónde es?
—En su casa.
Y así, el peliplata le explicó todos los detalles sin que nada se le escapase, quedando así ambos bien claros con todo e Izune aceptó en ayudar. Si era por su mejor amigo, ella haría lo que fuese.
En cuanto ambos jounin volvieron a Ichiraku se encontraron con la sorpresa de que Itachi ya no estaba y Óbito tampoco, haciendo que Kakashi se preocupase de sobremanera, ya que, él debía vigilar al azabache durante el día y ya se le había perdido.
—Disculpa Teuchi-san ¿No sabes donde se fue Óbito? —preguntó la peligris de inmediato, a lo que el hombre le asintió con una sonrisa.
—Salió en busca de una chica junto a Itachi, una Uchiha... —respondió.
Enseguida, ambos salieron corriendo en busca de Óbito. No tenía que acercarse a nadie de su clase o que estuviese invitado, pues, ninguno de ellos sabía disimular como para que no sospechase.
Izune pensando todo el camino en lo que pudiese estar tramando la castaña, solo esperaba no fuese nada que tuviese que ver con ella...
"Esta será una larga tarde..." Pensó la peligris sin dejar de correr.
Todo por su confidente, Óbito Uchiha.
// Espero hayan disfrutado la lectura, esto es un mundo alterno pero igual pueden haber spoilers.
¡Holangas! ¿Qué les pareció el capítulo? Estuvo bastante tranquilo ¿verdad? Jaja se me hace extraño a mi al menos porque no suelo escribir cosas tan pacificas jaja en fin ¿Qué creen que esté tramando Rin? Mmm ya de sabrá jaja o tal vez no trama nada quien sabe.
Ps: Para las que aman sasusaku y para las que no, les recomiendo 100% que lean géminis es lo mejor de la vida, ya me la leí tres veces y no me canso jaja y eso que no soy fan del sasusaku.
Bueeeno, no las aburro más y les doy las gracias por leerme, que tengan un lindo día y mucho amor para ustedes😍💕
* capítulo sin editar *
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