treinta y séis; secretos.
''La confianza de los inocentes es la más útil herramienta del mentiroso...'' Stephen King.
.
.
.
.
.
.
La habitación estaba casi vacía y el silencio reinaba entre ambos a la vez que el ambiente se tornaba cada vez mas tenso. Kagami se encontraba frente a Shisui con una mesa en medio como si se le interrogara, aunque ambos sabían que no era así porque el azabache ya lo había hecho el día en que su madre murió.
La carta de suicidó de Hikari Uchiha estaba en medio de ambos sobre la mesa, y tenía pequeñas gotas de sangre seca a los bordes. Una real tragedia.
Kagami tomó aquel papel y la leyó una vez más en voz baja, aún sin entender cómo era que la mujer había sido derrotada tan fácil. Ella no sería capaz.
Porque aunque las razones fueran claras y detalladas en aquella carta para Shisui, él conocía bastante a la mujer para saber que no sería capaz de dejar a su hijo solo. Incluso si este ya tenía veintiún años para no necesitar de ella.
─Shisui, necesito que me aclares algo... ─este le observó, asintiendo─ ¿Qué puedes hacer con tu mangekyou? ─soltó de repente, sus ojos entrecerrados de manera seria sin soltar aquel trozo de papel que tenía en manos.
Ni se inmutó en observar al pelinegro, solo mantenía su vista en la carta.
En cambio, Shisui mostró algo de sorpresa y no quiso responder su pregunta tan repentina. Solo fue capaz de entreabrir su boca como si fuese a hacerlo y esperó a que el Uchiha frente a él dijese algo más o retractara su sentencia.
No esperaba que Kagami lo descubriera tan pronto.
─No puedes mentirme, Shisui ─volvió a batir su lengua el comandante frente a él, dejando el papel nuevamente sobre la mesa mientras se cruzaba de brazos para verle de frente─ ¿Quieres saber un secreto?
Shisui no respondió, solo se quedó ahí... estático.
─Yo también desperté mi mangekyou años atrás cuando perdí a alguien muy importante para mi, así que sé como has de estar en este momento... ─Este soltó un suspiro al notar como aún no generaba respuesta del muchacho─ Fugaku-sama no lo sabe, de hecho eres el primero en saberlo... y ahora que sabes mi secreto espero que me cuentes el tuyo, habla.
─No lo hice. ─espetó Shisui, su mirada seria y su voz firme frente a Kagami, quien solo soltó una pequeña risa amarga mientras se tocaba la barbilla afeitada.
¿Por qué no cooperaba?
─Mira Shisui, si realmente quieres encontrar a quien hizo esto debes de decírmelo... solo necesito una prueba más para confirmar mi teoría.
Shisui remojó sus labios con su lengua a la vez que se maldecía internamente y luego sacudió sus cabellos con cuidado. Él no quería a nadie husmeando en lo suyo, sobre todo en sus ojos por las repercusiones que aquello podría traer para el clan... y si Kagami ya estaba casi enterado, solo afirmaba una y otra vez sus teorías. La sangre ardiéndole por dentro.
Solo necesitaba seguir negando aquello y todo estaría bien, él no hablaría frente a Kagami. Además, no había creído ni una sola de sus palabras sobre el mangekyou... solo su amigo y el líder del clan lo poseían y dudaba que Madara-sama hubiese mentido con algo así.
Kagami, al ver como el azabache no respondía se dedicó en alzar una de sus cejas para luego afirmarse con sus codos sobre la mesa. Realmente necesitaba que Shisui le hiciese saber qué tan grande era su mangekyou para que Madara Uchiha fuese capaz de asesinar a alguien de su propio clan para conseguirlo.
Sobre todo por la pregunta de oro que siempre tenía en mente ¿Por qué?
─Tengo mis sospechas...─dijo, aún con su semblante serio mientras obtenía toda la atención de Shisui creyendo que con ello este hablaría─ creo que Madara-sama lo hizo.
Y casi lo logra.
─¿Qué? ─dijo, inexpresivo y por poco dando un brinco desde su asiento con sólo escuchar esas palabras─¿Por qué haría algo así? Él no dañaría gente del propio clan, es el líder debe protegerlos...
Kagami se acomoda en su asiento nuevamente y suelta un suspiro, tocando el puente de su nariz. Sin duda alguna a pesar de lo inteligente que era Shisui, algo había en sus ojos que no le cuadraba... si él no quería hablar era por algo más.
¿Miedo? ¿Ambición?
─Tus ojos ─respondió con su voz serena, quitando la mano de su nariz─ Sé que también lo pensaste Shisui, sino no estarías ocultando tu mangekyou de esta manera ahora mismo...
Shisui presionó sus dientes y tensó su mandíbula, sin duda alguna si había ninja inteligente y analítico... este lo era Kagami, por algo estaba en su cargo y no debía subestimarle.
No conocía a alguien más como él.
─Así que dime... ¿Qué es lo que pueden hacer tus ojos para que Madara-sama los quiera tanto?
El azabache de cabellos desordenados mordió su labio con nerviosismo, estaba entre la espada y la pared ¿Seguir negando u simplemente confesar la verdad? ¿Cómo confiar en alguien de su rango como lo era Kagami? No quería aceptarlo, no quería.
─Si no quieres hablar del poder que tienen solo muéstramelos... ─insistió el comandante─ No tengas piedad si quieres mostrar lo que hacen, tengo la capacidad suficiente para defenderme.
Shisui se removió en su asiento algo inquieto, aún inseguro de si debía confiar o no en su comandante. Pues, no quería a nadie buscándole por sus ojos y mostrar la capacidad del kotoamatsukami era algo muy arriesgado.
Demonios... Pensó.
Él conocía mucho la avaricia de muchos Uchiha's como para saber que algo así sucedería si se hacía saber... y no quería arriesgarse. Para nada.
Por ello mismo mantuvo el secreto de la última misión que tuvo con Yoshiro y no quiso decir nada a Izune, él se lo había prometido a Shinri Ukitake y juró no hacérselo saber jamás, esto por las repercusiones que habría en ese mismo instante si alguien se enteraba. Pensaba llevárselo hasta la tumba... nadie merecía saberlo.
─¿Quién me asegura que no irás a decírselo a Fugaku-sama?
Kagami sonrió de lado y luego activó su sharingan, solo para dar pie a su mangekyou. Shisui corrió la mirada enseguida.
─¿Ya ves que no miento?
Shisui tragó saliva, notando que aquel secreto que había confesado su comandante era cierto y luego suspiró. No había de otra... quizás él podría ayudarlo.
─¡Comandante! ¡Comandante!
Los gritos tras la compuerta hicieron que este desactivara su mangekyou y el mismo sharingan con rapidez, poniéndose de pie enseguida con un bufido irritado.
─Por ahora te zafaste pero a la próxima no lo harás ─dijo, dejando a un inexpresivo Shisui sentado en aquella silla─ Por cierto, no creas que mis intenciones son ambiciosas... porque estoy de tu lado, Shisui... no soy tu enemigo.
Dicho esto, el comandante abrió la compuerta y salió de allí. Shisui enseguida se puso de pie con un suspiro aliviado, observando de re-ojo la carta sobre la mesa mientras pensaba.
Cada vez que lo hacía, su pecho ardía. Nada sería en vano desde ahora.
─¡Basta! ¡Si no me hablan de a uno solo no les escucharé!
El azabache de cabellos desordenados quitó su trance con el seño fruncido y se acercó a los gritos que se oían en el pasillo con mucha facilidad. Se trataba de varios policías, muchos de ellos molestos y hasta presionando sus puños frente a Kagami con rabia evaporando de sus poros.
Shisui frunció aún más el seño al estar fuera.
─¿Qué ocurre? Kagami-san... ¿Por qué están tan molestos? ─preguntó, notando como tres de ellos se iban enfadados a más no poder y los otros dos quedaban en silencio, aunque refunfuñando por lo bajo.
─No te concierne, Shisui.
Ahora él era quien mantenía sus puños presionados al escuchar aquello, sin embargo, uno de los policías frente a ellos volvió a abrir su boca con molestia;
─Tobirama-sama envió una orden de desalojo a todo el clan Uchiha.
Shisui abrió sus ojos de par en par y luego entreabrió su boca ¿Acaso había escuchado bien?
─¿Qué?
Kagami tan solo dio un suspiro y se tomó la frente, esto solo iba a joder más las cosas.
─Nos cambiarán de lugar mañana por la mañana... ─ dijo, moviendo sus brazos─, ahora viviremos cerca de la salida y del bosque... ¡Eso queda a kilómetros de este cuartel! ¡¿Cómo se piensa que patrullaremos?! ─ exclamó este mismo, haciendo notar su descontento con desesperación─ ¡Kagami-san, debemos hacer algo! ¡Hay que decirle a Fugaku-sama!
─¡¿Dónde está Madara-sama cuando le necesitamos?!
─¡Esto no puede quedar así! ¡Kagami-san!
¿Por qué Tobirama haría algo así? Se preguntó Shisui al escuchar a sus compañeros, pues al hacer aquello el Hokage sólo haría que las cosas entre ambos clanes solo fuesen peores. Todo estaba por joderse con dicha noticia. Ya no había vuelta atrás.
«...»
─Vaya... Bakakashi tuvo agallas.
Rin volteó su vista hacia el pelinegro de su costado y le frunció el seño mientras le daba un leve empujón, algo molesta. Recién hace unos segundos le había contado todo lo ocurrido con el Hatake, incluyendo la parte en donde casi follan frente a Sasuke y su conversación acerca de la relación que tenía con la ninja médico. Y no le gustó la reacción de su amigo.
Obito se aburrió durante un momento de la historia, sin embargo, en cuanto la castaña notó que este no le prestaba atención se obligó a escuchar todo el resto para que no se sintiese mal. Y sí, su amigo el peligris había preferido contar la verdad antes de estar a dos bandos y como un marrano mentiroso frente a todos.
Aunque a pensamiento de Rin, lo era incluso si lo había confesado.
─¿Cómo llamas a eso tener agallas? ¿Acaso perdiste la cabeza?
─Lo es, al menos debes admitir que se puso los pantalones y te dijo la verdad antes que te enterases por boca de alguien más... eso es valorable.
Rin resopló en el aire y le puso mala cara. Obito tan solo le sonrió con inocencia.
─Deja de defenderle, me engañó con esa tetas grandes... digas lo que digas, eso no es valorable ni en la luna.
Obito soló unas risas al escucharle y esta solo soltó un bufido, para luego afirmar su cabeza en el hombro del pelinegro y abrazar su brazo con suavidad. Él no la estaba tomando en serio.
─¿Ya ves? Eso no hubiese pasado si te quedabas conmigo, soy el ser más fiel del mundo shinobi pero preferiste al otro... es el karma, Rin. ─se burló el Uchiha, riendo de vez en cuando esperando a que la muchacha le siguiese la broma.
Cosa que no hizo, al menos no como él pensaba.
─Lo sé, es que no eras como ahora Obito... créeme que si pudiese volver el tiempo atrás te escogería a ti. ─dijo ella, observando fijamente aquel lago enorme que tenían frente a ellos. Obito remojó sus labios con incomodidad.
¿De que mierdas estaba hablando?
─¿A qué te refieres? ¿Realmente lo dices en serio?
─Ajá... eras muy infantil y tierno, te hacía falta madurez... cosa que ahora tienes y ya no puedo aprovechar. Además, sé que nunca me engañarías.
Óbito tragó saliva y tocó su nuca con nerviosismo, eso solo quería decir que la chica realmente siempre lo estaba observando y no eran puras patrañas. Vaya día de confesiones para él.
─Rin... yo lo decía de broma ─dijo este, bastante incómodo con la situación. Sobre todo si tenía a la castaña enganchada en su brazo derecho.
Ella soltó una risa natural de improviso y le abrazó, cosa que al azabache le incomodó aún más.
─Yo también idiota, debiste ver tu cara ─se burló ella mientras le apretaba uno de sus cachetes, este quitó su rostro enseguida─ sé que gustas de Izune... y no podrías serle infiel ni aunque te rogara miles de años.
Óbito tosió, atragantándose con su saliva al escuchar aquello ¿Es que era tan obvio? ¿Por qué todos lo sabían menos él?
─¿Cómo puedes estar tan segura? ─preguntó, una mueca disconforme en su rostro mientras jugaba con sus dedos.
Ella rodó ambos ojos, como si fuese lo más obvio del mundo.
─Obito... cuando gustabas de mi vivías haciendo burradas y peleabas con Kakashi todos los días para tenerme... También eras super hiper mega sobreprotector conmigo y me observabas de una manera tan especial que se hacía demasiado obvio, ─Rin dio un suspiro y se separó un poco del azabache para tomar su brazo y luego pasarlo por sobre sus hombros, él no se quejó─con Izune haces exactamente lo mismo y he visto como la observas, aunque ahora agregaría los celos enfermizos que gracias a dios conmigo no tenías... aunque bueno, yo no me revolcaba con cualquiera...
Obito tensó su mandíbula y le observó.
─Rin, lo último estuvo de más... ─gruñó el pelinegro, esta soltó un bufido y rodó sus ojos sin importancia.
─¿Acaso es mentira? ─dijo, algo desconcertada─Mira, no es porque ella no me caiga que te diré esto pero como eres mi amigo siento que debes saberlo, ella te está ilusionando y...
Apenas escuchó esas palabras el moreno se zafó de ella enseguida, ya no quería escuchar más. Rin estaba cambiando el tema muchísimo, pues él no quería hablar de Izune con ella porque sabía a la perfección hacia dónde esta llegaría y odiaba cuando esta comenzaba con sus idioteces, por lo que, prefería ahorrarse ese tipo de comentarios y no calentarse la cabeza.
─Rin, no quiero saberlo... si vine fue porque estabas mal y para hablar de Bakakashi, ella no tiene nada que ver en el asunto.
Rin arrugó la frente y luego volvió a tomarle del brazo como reproche, haciendo que este frunciese el seño debido a su acción.
─Así como tu me das consejos sobre Kakashi deberías aceptar que yo también pueda dártelos sobre Izu...
Este no le dejó terminar, quitando su brazo de ella enseguida. Realmente no quería llegar a ese tema.
─Rin, no.
La castaña presionó su mandíbula con molestia y le observó con su nariz bastante arrugada. Ella solo quería ayudar a su amigo y este nunca se dejaba.
─Ella es una mentirosa y podría apostar lo que fuese de que Shisui diría lo mismo, solo no me crees porque lo digo yo pero realme...
El pelinegro ni siquiera le dejó terminar antes de zafarse de ella y ponerse de pie, ya no quería seguir charlando con Rin sabiendo que esta insultaría o inventaría cosas raras de Izune para que este perdiera la razón. No quería.
─Yo me voy, que estés bien.
Sin embargo, antes de que este pudiese dar un paso más la chica le frenó al tomar su chaleco jounin con fuerza. Obligándole a voltearse hacia ella, quien le observaba más molesta que nunca.
─Sé muchas cosas, Obito ─espetó, sin soltarle y este se tensó enseguida. Ahora él estaba por molestarse─ Sé que Izune te hizo un blowjob en mi sofá y que discutieron en mi baño, las cosas no las digo porque si o por joderte la vida... así que no me vengas con esa cara que la chica no es una santa.
─Espera ¿Qué? ─dijo, bastante confundido a cómo la chica había averiguado aquello siendo que todos estaban durmiendo a esas horas, incluyéndola─¿Cómo lo sabes? Rin, sabes que ya estoy hartán...
Ella no le dejó terminar.
─Tengo cámaras en toda mi casa y patio, Obito. Tú más que nadie deberías saberlo ─gruñó ella, y este se zafó de su agarre. Ya no quería escuchar más─ Realmente lo que te digo no es porque sí... ella te está ilusionando.
Este, sin más que decir se dio la media vuelta y comenzó a caminar lejos de allí con manos en sus bolsillos, dejando a Rin atrás golpeando una roca. No quería oír una sola palabra más de la castaña, incluso si moría de ganas por saber qué había en aquellas cámaras para que se pusiese así. Sobre todo el qué había estado haciendo Izune mientras él estaba con Sasuke.
Aún así ella era una chismosa de primera, y no debía creer sus palabras.
─Izune está presente en mi día incluso si no está en la aldea ─gruñó por lo bajo el azabache, dando un gran suspiro luego─ es una lunática.
Dicho esto soltó una sonrisa leve al recordarle y siguió su camino, solo que esta vez no iría a por su abuela. Pues, debido al horario ya debía ir con Madara-sama para revisar su ojo. Incluso si este ya no dolía tanto como el día de ayer y la fiebre de su cuerpo había disminuido.
Solo esperaba que esta vez si tuviese anestesia, pues no quería volver a sentir aquel dolor ni tener a Zetsu sujetando sus brazos. Aquel tipo le daba asco y tenerle cerca solo le repugnaba más...
Ugh. Pensó, para luego negar con su cabeza y seguir su camino.
«...»
─Madara-sama, disculpe la demora yo...
El azabache apenas ingresó al lugar donde se encontraban desde el día de ayer quiso inventar una excusa, sin embargo, al hablar quedó estancado y solo le sonrió como un niño pequeño. Incluso si este se encontraba de espaldas frente al mesón con todos los implementos que usó el día anterior y otros nuevos.
─Yo... ─balbuceó, tocando su nuca mientras intentaba pensar en algo que fuese digno de una demora para que el Uchiha no le regañase.
Sin embargo, Madara ignoró este hecho y solo soltó un suspiro. Había muchas cosas lo bastante importantes como para preocuparse de aquello.
─No te preocupes, Obito ─dijo, su voz ronca como siempre─ Solo fue una hora...
Madara suspiró al pensar en la hora que tuvo que esperar por el muchacho pero no dijo algo más, no lo valía. Y el pelinegro tan solo se quedó en silencio, buscando por todo el lugar al tipo blanco que siempre irrumpía de la nada. Pero no había rastro de él.
¿Dónde estaba?
El líder del clan se incorporó en su posición y luego cerró aquel frasco de vidrio que tenía frente a él en el mesón.
─Además, necesito pedirte un favor... ─dijo, esta vez volteándose para dar cara al jounin de cabellos azabache con el frasco en manos.
Este al verle entreabrió su boca con algo de sorpresa, no se esperaba verle de esa forma ni mucho menos con aquello entre sus manos. Eso si que era tétrico a vista suya.
─¿Qu-qué le sucedió a sus ojos? ─cuestionó enseguida, tragando salivs con dificultad. A lo que Madara solo se afirmó en el mesón para dejar el objeto a su costado.
Teniendo sus párpados cerrados frente a él.
─Es por esto que te necesito, quiero que cuides de mis ojos mientras no tenga la obligación de usarlos.
Aquel frasco de su costado le causaba sorpresa y disgusto a Obito, pues era en donde dos Rinnegan perfectamente cuidados se encontraban nadando entre las aguas dentro de este. Y Madara por su parte no tenía ojos para observarle, pero aún así sabía que este se encontraba bastante tenso para su gusto. Aunque no le culpaba, el chico era muy inocente aún.
─Espere, espere... ¿Me está diciendo que piensa arreglar mi sharingan sin poder ver? No, me rehúso.
Madara gruñó por lo bajo ante su sentencia, lo bastante irritado con él y luego se acercó al moreno para tocar su hombro, haciendo que este se estremeciera ante el tacto de inmediato. Sintió que la había cagado otra vez.
─Créeme, trabajo mucho mejor sin ojos.
Obito hizo una mueca disgustada, no muy seguro de aquello. Sin embargo, solo dio un suspiro rendido y se alejó de él para ir a la silla. Solo quería terminar con aquello de una vez por todas.
Después de todo, era Madara de quien estábamos hablando. Él no sería capaz de dañarle ¿Verdad?
─Está bien, cuidaré de sus ojos... pero ¿Por qué se los quitó? No entiendo...
─No husmees mas de la cuenta, muchacho... me basta con que los cuides y ya.─reprochó el supremo del clan con su seño fruncido, esta vez volviendo a su posición para revisar el ojo de Obito con sus manos.
Este resopló en el aire un tanto inseguro de lo que el Uchiha frente a él estaba haciendo y quiso ayudar al mayor para quitar su bandana, sin embargo, este golpeó sus manos en cuanto lo hizo.
─No me subestimes.
─Lo siento, es que... no tiene ojos y bueno... Así cualquiera pues... se preocupa.
Madara ignoró sus palabras temblorosas y prosiguió en lo suyo, esta vez quitando el parche del ojo solo para sonreír de lado con satisfacción. El muchacho al parecer no tendría que volver el día siguiente, porque con un solo retoque más... el sharingan estaría de vuelta.
─¿Y? ¿Está muy mal? En la mañana Izune dijo que tenía la mitad de mi rostro colorado y anoche tuve algo de fiebre ¿Es normal?
Óbito jugó con sus dedos, algo impaciente al no tener respuesta de aquel personaje sobre sus ojos.
─Joder, haces muchas preguntas ─se quejó el líder del clan ya con muy poca paciencia sobre Obito, mientras abría los párpados de este con brusquedad, notando que el pelinegro ni se molestó en mostrar malestar frente a eso─ Y sí, es normal... tu sharingan estará de vuelta mucho antes de lo esperado, Obito.
Este remojó sus labios al escuchar aquello con nerviosismo, sin saber como reaccionar o si sentir felicidad, o tal vez inquietud al estar haciendo cosas que no debería por reglas del Hokage. Pues, si pillasen que fue capaz de hacer algo así con su ojo para recuperar su dojutsu, Tobirama seguramente le enviaría a la cárcel sin dudarlo. Y el azabache ya no sabía en que pensar a decir verdad.
Todo era muy confuso, tenía un centenar de emociones en ese momento.
─Y... ¿Cómo está Izune? ─preguntó Madara, tanteando el ojo del muchacho y causando la confusión inmediata de este por su cambio repentino de tema.
─Eh... ¿Bien? Supongo...─respondió, bastante confundido mientras ladeaba su cabeza.
¿Por qué preguntaría por ella?
─Me alegra escuchar eso.
Obito frunció el seño aún más pero no quiso decir algo al respecto, la verdad es que no le interesaba mucho el saber por qué su líder preguntaría por ella y tampoco quería llenar de preguntas a Madara. Solo le jodía el hecho de que cada persona que veía ese mismo día le preguntaba por ella o insinuaban cosas que él sabía no podían ser verdad.
Izune Senju le aparecía hasta en la sopa.
─Obito, activa tu sharingan.
Este sin dudar mucho ante sus palabras hizo caso a su superior y activó su dojutsu, sorprendiéndose enseguida al notar como conseguía ver sombras y un poco de Madara con su ojo dañado. Aunque su cabeza dolió al hacerlo y se mareó un poco. Enseguida sujetando el brazo del mayor para no balancearse.
─Mañana ya estará activado para siempre, felicidades muchacho.
Óbito desactivó el sharingan de inmediato mientras trataba de recuperar su compostura y posó ambas manos en su rostro para no tener que forzar más su vista, esta vez con su mirada sobre el suelo.
En cambio, Madara palmeó su espalda y luego volvió a sonreír con satisfacción. Después de todo no se había equivocado al escogerle, él era a quien quería en primer lugar y con lo de Hikari Uchiha ya nadie estaría al pendiente de él.
Pues, lo que realmente deseaba el ninja de cabellos largos no lo sabía ni el mismísimo Fugaku ¿Aliarse y conseguir mangekyou's por el bien del clan? Patrañas, solo gente ingenua como ellos o el mismísimo Hokage se comían dichas mentiras creyendo que estaban a un paso delante de él.
No obstante, ellos sabían absolutamente nada sobre aquello. Él tenía planes para otras cosas y con Obito de su lado... no habría vuelta atrás.
Todo estaba en perfecto orden, tal y como lo quería.
«...»
─¡Tobirama!
La entrada aún estaba con el gran agujero que había causado la rubia voluptuosa hace un día, por lo que, para Hashirama no fue muy difícil ingresar sin permiso y mucho menos, tomar al peligris de su capa de Hokage con mucha molestia. Y sí, el castaño podría tener un corazón de oro pero también tenía sus momentos de enfado.
─¡¿Cómo se te ocurre desalojar a un clan completo a las afueras de la aldea?! ¡¿Acaso eres idiota?!
Para su mala suerte, Minato no se encontraba en ese preciso momento como para poder salvarlo de aquella situación que seguramente Tobirama encontraba absurda ¿Por qué se preocupaba tanto? Él sabía lo que hacía y no estaba equivocado.
─Hashirama, no es la gran cosa... solo es un pequeño cambio. ─respondió, su semblante serio mientras quitaba el brazo que le sujetaba.
El castaño de cabellos largos dio un suspiro largo y bastante frustrado frente a él, sintiendo como la desesperación se apoderaba de su cuerpo.
¿Cómo su hermano podía pensar de esa manera?
─¿Pequeño cambio? ─dijo este, desconcertado totalmente ─Hermano, el clan Uchiha está hecho un desastre... todos están molestos y pretenden protestar ¿Qué harás al respecto cuando eso suceda?
─Fácil, los arresto.
Hashirama dio vueltas en la oficina mientras se tomaba la cabeza y luego su tabique nasal, no pudiendo creer la actitud infantil que estaba teniendo su hermano al ser el Hokage y tomar decisiones drásticas frente a situaciones que realmente eran delicadas.
Y ellos lo sabían mejor que nadie. Quizás por ello no lo entendía..
─Hermano, realmente no es algo tan grave... tu no entiendes. ─volvió a hablar el peligris de manchas rojas en su rostro, arrugando su nariz al ver lo molesto que estaba Hashirama.
Necesitaban relajarse, cosa que a Tobirama no le costó mucho.
─Lo que no entiendo es por qué estás haciendo esto si sabes que es un clan problema... ¿Qué es lo que quieres? ¿Otra guerra de clanes? ¿Que Izune viva algo así?
Hashirama se posó frente a su hermano de manera desafiante mientras cruzaba sus brazos, por primera vez en su vida... le hacía frente con respecto a labores de Hokage, pues en un principio pensó que dejarle solo estaba bien y que no necesitaría de alguien más por lo maduro que era. Pero ahora, su opinión estaba cambiando.
─Estás exagerando.
El peligris resopló en el aire y luego volvió a su silla presidencial, ignorando así los reproches de Hashirama frente a él. Si bien le tenía bastante respeto, él sabía que no podría entender sus intenciones... Tobirama sentía miedo, miedo en su interior de que su hermana pequeña pudiese ser dañada o peor, que la aldea lo fuese por completo. Él no se fiaba de nadie, no podía ser como el castaño ni aunque lo intentara.
Simplemente no podía.
─Tobirama, si esto lo haces por Izune te estás equivocando... ─dijo, notando como el actual Hokage cerraba sus ojos al acomodarse en su silla. Demostrando desinterés para que Hashirama le dejase solo─ No veo razón aparente además de jodernos a nosotros para que quieran algo con ella, estás alucinando.
─Lo que digas. ─murmuró a ojos cerrados, haciendo que Hashirama tan solo diese un suspiro rendido y negase con su cabeza un par de veces
Si Tobirama quería hacer las cosas a su manera, tendría que acatar las consecuencias por si solo. Él ya no se entrometería.
─Creí que serías mas maduro con un cargo como este, Tobirama ─espetó, esta vez caminando hacia el gran agujero de la entrada para retirarse─ No sé si estar decepcionado con tus actitudes, pero al menos ya no me entrometeré en tus asuntos... Solo me encargaré de Izune y nada mas, estás solo en esto.
El peligris no respondió, a pesar de que aquellas palabras le dolieron de sobremanera como cuchillas clavadas en su alma y que Hashirama no lo dijese completamente en serio. Aunque este no lo sabía.
─Por cierto, no estaré aquí durante esta semana... iré en busca de unas cosas por Sunagakure que me encargó un colega Uzumaki. No te sobrepases con tu poder y cuídate... lo digo en serio.
Tobirama siguió haciéndose el dormido sobre la silla sin interés en él y el castaño soltó un gran bufido para salir de ahí. Necesitaba hablar con Minato urgente, pues él era el único que podría hacerle ver la realidad.
Si es que lo lograba.
Ambos ya sabían lo que era una guerra entre clanes y todo lo que habían perdido, no necesitaban otra guerra ni algo más que fuese parecido. Ellos debían proteger a Izune por su madre y por el futuro de las siguientes generaciones. Realmente no entendía las acciones de su hermano... pero debía cuidarse, algo no se sentía bien en su interior.
// Espero hayan disfrutado la lectura, esto es un mundo alterno pero igual pueden haber spoilers.
¡Hola! 🙌🙌 ¿Qué les pareció el capítulo? ¿Latero? Díganme la verdad jajaja si bien es un capítulo corto realmente necesitaba dejarlo ahí por el título que le puse pero bueno, el otro quizás esté un poquito mejor, mas largo y así🙌💔
En fin, yo creo que mañana escribiré un poco más porque es la final de la copa confederaciones yyyy😍😍😍 jajaja además no estoy segura de si pueda subir del lunes hasta el jueves por unos ensayos que debo dar y así 💔 espero que tengan un lindo día y muuuuuuuchas gracias por leer, son las mejores y ya saben que sin ustedes esta historia y yo.. no somos nada💖😘😍
Un beso y un abrazo a la distancia, las amo💖💖
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro