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treinta y cuatro; solo amigos.

''Lo tiene que descubrir por si mismo. Hay veces que puedes meterte en el taxi de alguien y decirle lo que tiene que hacer. Pero otras, debes dejar que mire el mar un rato...'' Jacob, LOST.

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─¡Obito, que te apures!

─¡Que ya voy, joder!

La chica de cabellos grises estaba bastante molesta dentro de la ducha mientras el agua caliente recorría todo su cuerpo e intentaba calmar sus hormonas. Si bien ambos se habían besado y tocado hasta el punto de quedar desnudos dentro del baño. Óbito aún no ingresaba a la ducha junto a ella, tomando por excusa el tener que quitarse el parche antes de meterse al agua en caso de cualquier cosa.

Aunque la verdadera razón, es que no quería hacerlo.

─Maldición ─gruñó por lo bajo frente al espejo, sin saber que hacer con el problema de sus ojos que cada vez era peor.

Y de su entrepiernas.

El moreno quitó su bandana de Konoha que se posaba sobre su frente y desordenó su cabello un poco para disimular el parche, sin embargo, el problema ahora se fijaba en su ojo azabache que ya no lo era por completo. Esto debido a que su sharingan se había activado de la nada hace unos segundos.

─¡Obito, el agua no quema no seas sucio!  ─gritó Izune desde dentro, bastante irritada.

─¡Que ya voy! ─respondió de igual manera el azabache, intentando con todas sus fuerzas hacer desaparecer aquel ojo rojizo que le inquietaba.

Y lo logró, aunque solo por unos segundos. Pues, ahora el sharingan estaba de vuelta y parecía no querer irse. Obito suspiró, necesitaría un plan B.

─Izune ─volvió a batir su lengua, algo inseguro.

─¿Que pasó? ¡Joder! Tardas un montón.

Óbito remojó sus labios con inquietud y luego volvió a desordenar su cabello frente al espejo, resoplando los que se posaban en su frente con frustración.

─¿Crees que me veo más atractivo con el sharingan? ─preguntó, aún observando el reflejo de su ojo en el espejo con su cabeza ladeada y una mueca leve.

─No.

El moreno frunció el seño y soltó un quejido enseguida. No se esperaba esa respuesta y menos de ella, pues él tenía el ego bastante alto y que Izune dijese que no... le llegaba.

─¿Cómo que no? Izune yo creo que...

─¡Demonios Óbito que entres ya!

─Está bien, está bien... ─suspiró mientras ponía su ojo en blanco ante los gritos de su amiga─ necesitada... ─murmuró para si mismo mientras se alejaba del espejo, dejando el parche intacto y resoplando por lo bajo.

─¡Te escuché!

El pelinegro se tensó unos segundos en cuanto escuchó aquello, creyendo así que su amiga iría a por él como lo haría Tsunade... pero no lo hizo. Por lo que, al notarlo dio un suspiro aliviado y abrió la puerta corrediza de vidrio frente a él, dejando salir en parte un montón de vapor de dicho lugar, solo para observar a una desnuda Izune refregando su cabello de espaldas.

Este tragó saliva de tan solo ver su cuerpo, a pesar de que no era perfecto a él le fascinaba. Era como una obra de arte para sus ojos. Aunque le cabreaba el hecho de pensar así.

─¿Entrarás o no? No te quedes ahí ─dijo Izune, bastante impaciente al notar como este no se movía, con su nariz bastante arrugada.

Óbito negó con su cabeza para frenar esos pensamientos que le atormentaban, recordando que solo eran amigos con algo de beneficios y luego sonrió de lado para ingresar, cerrando así la puerta tras de él. Ellos lo dijeron años atrás, amigos y algo más... Solo eso.

¿Por qué lo recordaba ahora?

Bakazune, ¿Ya te había dicho lo insoportable que eres cuando estás con las ganas?

─Bikizini, ¿yi  ti hibi dichi li insipirtibli qui iris cuindi istis con lis ginis? ─le imitó ella, con voz chillona mientras movía sus brazos exageradamente─ ¡Dios! tu eres el insoportable...─gruñó mientras soltaba un bufido.

Este soltó una gran risotada al escucharle reclamar y no dudó en acercarse a la Senju para abrazarle de espaldas, aunque se aseguró de dejar su rostro fuera del gran chorro de agua que corría desde arriba para no mojar su ojo dañado. Izune se estremeció de inmediato al sentir la erección del muchacho tocar su trasero desnudo y mordió su labio, debía reprimirse.

Malditas hormonas. Pensó, tensando su mandíbula.

─Tu eres igual de peleona que yo viste... ─ se burló el azabache muy cerca de se oído con una leve sonrisa─  Aunque si nos apresuramos en reconciliarnos... ─murmuró esta vez, acariciando su abdomen a la vez que se pegaba aún más a ella. Esta mordió su labio para reprimir un gemido, su amigo la estaba torturando y aún ni siquiera pasaban a la etapa de besos.

Entonces, Izune no pudo resistir un segundo más en aquella posición. Sobre todo al sentir como este besaba sus hombros con suavidad y los mordía de vez en cuando. Por lo que, esta se volteó para quedar frente al Uchiha y remojar sus labios, contemplando así el cuerpo desnudo, mojado y trabajado de su amigo. Sus ojos repletos de lujuria.

¿Qué le pasaba? ¿Desde cuando se había vuelto tan sexópata?

─¿Te gusta lo que ves? ─preguntó el pelinegro con algo de gracia al ver que la chica no reaccionaba, su voz ronca mientras le acercaba a él con sus brazos en la cintura de Izune. Esta quedando con sus manos en los pectorales trabajados del Uchiha mientras tragaba saliva.

Le necesitaba ahora y ya.

En ese momento sus miradas chocaron y Óbito sonrió de lado, observando sus labios definidos y remojados. Ella quiso besarlo en cuanto vio su sonrisa, pero entonces al caer en cuenta de que su sharingan estaba activado y que su parche aún estaba en su lugar...se retractó de inmediato y quiso reprochar.

Después de todo, ella había esperado todo ese tiempo en la ducha creyendo que este quitaría el parche de ese lugar.

No obstante, el azabache fue bastante rápido al predecir los movimientos de la chica debido a su sharingan. Esta vez juntando sus labios a los de ella en un beso desenfrenado y profundo, aunque avanzando un poco junto a ella para quitar sus cabezas del chorro de agua que corría sobre ellos. No necesitaba mojar su rostro, solo debía de evitar el agua y estaría bien.

En cambio, la Senju no demoró en corresponder aquella acción, necesitando más y más de su mejor amigo. Por lo que, pasó los brazos alrededor de su nuca para acercarle aún más y sentir aquello que colgaba en medio de sus piernas sobre su piel desnuda. Incluso si no estuviese dentro de ella, la chica adoraba esa sensación del tacto entre ellos.

Aunque, al hacerlo sus piernas se movieron inconscientemente con dirección hacia el chorro de agua que corría sin parar y Obito arrugó su nariz en medio de sus caricias, aquello no le había gustado para nada.

El pelinegro sintió como su cabello se mojaba, así como su rostro y el parche de gaza que tenía puesto y quiso salir de allí enseguida, tomando las caderas de la muchacha para caminar hacia la otra dirección. Sin embargo, Izune no se lo permitió. Pues, para ella si se trataba de sexo bajo la ducha debían empaparse, sino... no tendría gracia.

Este gruñó en los labios de la muchacha mientras le apegaba a la pared helada para presionar sus nalgas con ambas manos, deseoso de su cuerpo y algo inquieto al sentir el agua correr por su rostro.

─Deberías haberte quitado el parche... ─murmuró ella, en cuanto se separaron por un poco de aire y Obito suspiró, observando hacia el suelo para intentar alejar las gotas que mojaban el parche de gaza que traía.

─Así está mejor.

─Y tu sharingan debería estar desactiva...

No pudo terminar su frase debido a que el pelinegro había vuelto a besarle, esta vez metiendo su lengua hasta el fondo para saborear cada parte de su boca y simplemente hacerle callar. No quería mentir ni dar explicaciones, Madara había sido bastante claro con eso.

Izune sintió como sus pelos se erizaron en cuanto el azabache bajó aquellos besos salvajes por su cuello, dejando así varias marcas por dicho lugar hasta llegar a sus pechos y saborearlos con desenfreno. Cosa que la chica disfrutó como nunca, mordiendo su labio inferior para prevenir gemidos fuertes mientras sujetaba la cabellera negra del muchacho.

¿Hace cuanto no le hacía sentir de esa manera?

Mierda... ─gruñó el azabache por lo bajo, su mano instintivamente yendo a su ojo parchado al sentir como un líquido caliente amenazaba por salir. Aunque no dejó de chupetear los pechos de su amiga en ningún momento.

Él no podía hacerle esto a ella, no cuando la peligris se iría el día de mañana y no la vería en una semana. Y se cabreó, realmente lo hizo.

¿Por qué justo ahora? Pensó, mientras quitaba finalmente la mano de su ojo para presionar en las nalgas de Izune y hacerle gemir un poco. Aunque el dolor cada vez se hiciese más intenso, él no se perdonaría jamás el dejar a la chica con las ganas en ese lugar. No, él no era así... y mucho menos con ella.

Sin embargo, para todo hay un límite, incluyendo el dolor y Obito ya no sabía cuanto más podría aguantar. Ahora su rostro entero ardía de una manera inexplicable y sus movimientos eran algo temblorosos en cuanto la chica comenzó a besarle los hombros y el cuello. Él estaba entre la espada y la pared, no sabía si seguir o frenar a este punto.

Ya no daba más...

Entonces, como si los dioses estuviesen a su favor... la puerta principal comenzó a sonar en todo el lugar. Alarmando de sobremanera a la peligris, quien no dudó ni un segundo en frenar las caricias del azabache y alejarle de ella brúscamente.

Obito no se quejó.

─Maldición...─gruñó ella, su respiración bastante agitada mientras se tomaba los cabellos mojados─ ha de ser Hashirama... ─ se dijo a si misma luego de unos segundos, tocando el puente de su nariz con frustración─Obito ¿No te molestas si...

─No, para nada.

Izune frunció el seño enseguida ante su respuesta y volteó su cabeza para observarle con detenimiento. No era normal que el muchacho aceptase una condición como esa, menos teniendo esa gran erección.

Él estaba actuando raro, algo no andaba bien.

No obstante, al ver que este se encontraba de espaldas con ambas manos en su pito decidió tan solo dejarle allí para que terminase lo suyo y aprovechar el hecho de que no estuviese molesto para salir de la ducha. Si se demoraba más de la cuenta en abrir la puerta a su hermano mayor, este sospecharía.

Y no quería dos hermanos contra el azabache, ya tenía suficiente con Tobirama.

Aunque de igual manera se le hacía extraño que su hermano mayor no tuviese llaves para ingresar.

Obito por su parte soltó un suspiro aliviado en cuanto le vio salir por la puerta corrediza, esta vez tirando su cabeza hacia atrás para eliminar aquella erección que poseía y luego ocuparse de su ojo defectuoso que ardía como nunca. Realmente había algo extraño con todo aquello, pero en esos momentos no le importó. Mientras Izune no sospechase, todo estaba en orden.

Al menos por ahora...

Izune Senju.

Aquella tarde de invierno, él estaba en mi puerta y no podía dejar de llorar mientras le observaba. Mi padre había muerto, él ya no estaba... y a pesar de que había sido un hombre estricto, amargado y quizás rencoroso, él era mi padre y me dolía el hecho de que no estuviese más en este mundo.

  ─Shisui... Él...

  ─Lo sé, Senjuzune.

No demoré mucho en pegarme a sus brazos como una larva inquieta, soltando varios sollozos en su hombro mientras él me apretujaba con fuerza. Éramos apenas unos niños, pero sin duda alguna... ambos entendíamos lo que significaba esta guerra entre clanes, ambos sufríamos. Aunque con la caída de mi padre ya no sabíamos en qué quedaría todo esto. Supongo que la guerra acabaría.

─Él estará en un lugar mejor... ─murmuró en mi oído mientras le soltaba y miraba de re-ojo hacia mi hermano medio, quien parecía estar en estado de shock aún con la noticia─  y por otro lado, ya no sufrirás más ni tendrás que esconderte para vernos...


─ Shisui... ─esbocé una sonrisa pequeña, aún con lágrimas en mis ojos al ver como este hacía lo mismo─ gracias, enserio.

Teníamos cuatro años, y él ya era capaz de entender las desgracias ajenas. Aquello que sentí en ese momento, no volví a sentirlo nunca más... al menos no con Shisui.

Parpadeo un par de veces y arrugo la nariz ante tal recuerdo, pero me retracto de inmediato al ver como el azabache de cabellos desordenados está frente a mi con su semblante alegre y hasta podría decir que despreocupado. Quizás, solo quizás por aquello estaba recordando ciertas cosas que creía olvidadas.

─Shisui... ¿Q-qué haces aquí? ─pregunté, la sangre subiendo a mis mejillas enseguida al recordar que solo llevaba una toalla sobre mi cuerpo aún estilando por el agua.

Este suelta una pequeña risa, quitando todo mal de su rostro y me observa de pies a cabeza. Aquello solo hizo que me sonrojase aún más ¿Acaso a todos les gustaba avergonzarme? Al parecer sí y no lo entendía.

─¡Ya! ─digo, en cuanto siento que ya es mucho lo que Shisui está observando─ No me mires de esa forma... me da vergüenza.   

Shisui vuelve a reír y luego niega con su cabeza, aún con esa sonrisa cálida de su rostro.

─Es la idea... ─respondió, a lo que no dudé en dar un zape en su brazo. Este soltó una risa pequeña y luego suspiró─ Está bien, lo siento... ¿Puedo pasar?

Mordí mi lengua instintivamente, quería decir que no a decir verdad. Pues, si solo se trataba de Shisui podría volver a la ducha y terminar lo que dejé a medias con Obito. Ni se crean que mis ganas de follar se habían ido.

Pero al parecer, mi boca tenía otros planes.

─Eh, sí... ─digo, haciéndome a un lado mientras sujeto con más fuerza mi toalla.

Este hizo su entrada enseguida y cerré la puerta, viéndole rascar su cabeza como si algo le inquietase. En ese entonces, no pude evitar recordar aquel beso que nos dimos en cuanto vi que los remojaba y me observaba con incomodidad.

No, basta. En días así te pasas de zorra, piensa con tu cabeza y no con tus ovarios, Izune.

Negué con mi cabeza dos veces y luego entreabrí mis labios para volver a preguntar a qué se debía su visita, sin embargo, él se me adelantó.

─Izune, yo solo venía a decirte que...

No pudo terminar su sentencia debido a que ambos escuchamos como un estruendo resonaba desde el baño y fruncímos el seño por ello. Shisui más que yo a decir verdad y me sentí una tonta, tonta por haber hecho entrar a Shisui teniendo al baka de mi amigo en casa. Y no, no es que pudiese molestarse. Me preocupaba el hecho de quedar en vergüenza frente a él.

Incluso cuando fuimos compañeros de equipo me sentía cohibida cuando él estaba cerca e intentaba ser lo más normal posible. Pero estando con Obito... aquello era meramente imposible.

─Dios, este idiota... ─murmuré, segundos antes de ir corriendo hacia el baño. 

Shisui fue tras de mi enseguida a pasos tranquilos, aunque le noté algo incómodo al ver como tocaba su nuca y observaba a sus alrededores. Él definitivamente quería decirme algo importante y por lo visto no hallaba las palabras o el momento indicado para hacerlo. 

Mordí mi labio con nerviosismo ante el pensamiento y luego negué con mi cabeza, solo para después golpetear la puerta del baño varias veces.

─¡Obito! ─exclamé, bastante frustrada. No sabía si por la presencia de Shisui tras de mi o porque no contestase─ ¡¿Qué has hecho?! ¡Espero no hayas roto algo porque te mato!

Nuevamente, no respondió y tan solo solté un suspiro. No había días tranquilos viviendo con este hombre.

─Vaya... no sabía que te duchabas con Obito...

Shisui soltó una risa, aunque más que chistosa como las de siempre esta vez era algo amarga y sentí vergüenza. Mis mejillas volvieron a tornarse rojas y me volteé hacia él de inmediato. Mi cuerpo pidiéndome a gritos que lo negase y escuchara lo que Shisui tenía que decirme.

─¿Qué? ¿Yo? ¿Ducharme con él? No...pff... te equivocas yo no...

La puerta tras de mi se abrió de golpe y pude escuchar los pasos que provenían de este mismo lugar. Mi cuerpo entero estremeciéndose al saber de quien se trataba y aunque no quise mirarlo pude imaginar su rostro. Pero sabía no diría algo imprudente, solo conversaba con Shisui... Nada fuera de lo común.

─Izune... te estaba esperando ¿Por qué demorabas tanto, mi amor?

Mi rostro cayó varios metros bajo tierra al escuchar aquello salir por su boca y por poco casi me ahogo ¿Demorar? ¿Mi amor?  ¿Qué mierdas le pasaba a este zopenco?

─¿Qué? ─suelto, bastante perpleja mientras alejaba al azabache de mi a mejillas rojas─ Eso no es cierto yo no...

─Oh, Shisui ─ exclamó con sorpresa mi confidente, mientras posaba uno de sus brazos por mis hombros con alegría fingida─ no sabía que estabas aquí ¿Qué hay?     

Pude notar como el pelinegro de cabellos desordenados frente a mi presionaba su mandíbula y me sentí mas que mal, molesta ¿Por qué Obito estaba actuando de esa forma tan idiota cuando solo estábamos conversando? Definitivamente, el nivel de sus celos cada día era peor y aquello me enfermaba.

Aunque esta vez lo sentí diferente, algo realmente andaba con Óbito.

─Shisui vino a hablar conmigo, Obito ─digo, quitando su brazo de mi con el semblante serio─ ¿Por qué no te devuelves a la ducha y...

─Descuida Izune, ya me iba... ─ Shisui me interrumpió enseguida y sonrió hacia Obito forzosamente antes de volver a hablar─  Que lo disfrutes, Obito.

─Uh, ni te creas claro que lo ha...

─Basta ─vuelvo a reprocharle, bastante molesta al notar como quería provocar a Shisui y este cambió su semblante para fruncirme el seño. Aunque al ver como Shisui comenzó a irse, no pude evitar entrar en pánico─  ¡Shisui, espera!

No iba a dejarle ir si tenía algo importante que decirme, no después de recordar aquello que vivimos cuando pequeños. 

Este ignora mi llamado y sigue caminando hacia la puerta. Sin embargo, en cuanto toca la perilla de esta vuelve a voltearse hacia mi con una sonrisa. Mi corazón latió con mucha fuerza en aquel momento y no pude entender el por qué, solo sentía que la había cagando en grande. Y ni siquiera había hecho alguna maldad o algo ilícito.

Pero así me sentí.

─Adiós Izune, que estés bien.

─Shisui...  

No pude decir algo más debido a que el Uchiha había salido con mucha rapidez por la puerta, cerrándola enseguida tras de él. Entonces, aguanto un poco la respiración para después suspirar con pesadez. Recordando las palabras dichas por mi mejor amigo ¿Mi amor? ¿Demorar?

Algo andaba mal con él y necesitaba saberlo. Él no era así, al menos no tan exageradamente.

─¡Obito! ─exclamé, mi tono de voz bastante reprochante hacia el muchacho mientras caminaba con mucha rapidez hacia la puerta del baño.

Este al verme ahí no sonrió ni cambió su expresión de seriedad, pasando de mi enseguida para caminar hacia las escaleras. Aquello solo me molestó más, tan así que comencé a seguirlo. Esos celos enfermizos que tenía ya estaban subiendo de nivel cada vez más y no podía seguir permitiéndoselo.

¡Demonios! ¡Solo estábamos conversando!  

─¡Obito Uchiha, que te estoy hablando! ─grité, caminando a pasos rápidos por las escaleras mientras tomaba la toalla en mi cuerpo con mucha fuerza.─ ¿Te ha pasado algo? ¿Por qué te has puesto así? Solo estábamos conversando...

El azabache no respondió.

─Obito, no es normal que actúes de esta manera cuando solo estaba hablando con Shisui y... ¡Vamos! ¿Qué es eso de mi amor?

Nuevamente, no hubo respuesta. Solo el caminar despreocupado de este mientras una que otra gota caía por su espalda descubierta. Aquello solo cabreó mis casillas de una manera inimaginable.

─¡Obito, no me obligues a...  

─ ¡¿A qué?! ¡¿Obligarte a qué?!  

Su rostro estaba bastante molesto a decir verdad en cuanto se volteó a mi y gritó aquellas palabras en mi cara. Sus brazos moviéndose con desesperación mientras tensaba sus hombros.

Lo admito, quedé perpleja. Pues yo no le estaba haciendo nada para que me hablase de esa manera.

─¡Obito, escúchate! ─exclamo, desesperada hacia su rostro y lo tenso de sus músculos─ ¿Qué mierdas te sucede hoy?  Desde que he llegado has estado extraño y no entiendo, realmente no te entiendo ¿Has peleado con alguien? ¿Te sientes mal? ¿Qué diablos te pasa?

─¡¿Qué diablos te pasa a ti mejor dicho?! ¡Que viene ese idiota y con unas palabras lindas que te da ya me niegas! 

─¡¿Negarte?! ─grité, ahora bastante desconcertada─ Obito, solo somos amigos...

Noté como apretaba sus puños y tensaba aún más su mandíbula luego de escuchar mis palabras. Su rostro era diferente... su actitud era diferente y hasta podría decir que sus ojos también lo eran. Incluso si solo era capaz de ver uno, el cual encima de todo seguía de ese tono rojizo que tanto odiaba. Lo admito, me dio algo de miedo verle de esa forma.

─Obito... ─murmuré, bastante preocupada ante su reacción tan repentina e intenté acercarme a él pero este me alejó.

─No, ─dijo─ solo somos amigos.        

Entonces, quise disculparme de cierta forma aunque no lograba entender el por qué le habían afectado tanto esas palabras. Aunque la verdad fuese que no quería pensar en lo que rondaba por mi mente como la única explicación lógica a su molestia, no quería.

Él no estaba confundiendo las cosas ¿O si?

Obito me observó una vez más y luego se volteó para seguir caminando y desaparecer después de pisar el último peldaño. Mi pecho ardió de cierta forma al verle y pensar en todo lo que habís sucedido este día, con todos en general. Varias lágrimas se acumularon en mis ojos y solté un gruñido. No quería que se molestase más, realmente no quería que lo hiciera porque necesitaba de él y ahora simplemente la había cagado. Entonces, pensé en seguirle para terminar su enojo con unos cuantos besos como siempre pero esta vez de verdad había sido diferente... él lucía diferente. 

Y no sabía qué era.

La puerta principal se abrió de repente y limpié de inmediato dos lágrimas que habían corrido por mis mejillas inconscientemente para luego voltearme, viendo como Hashirama ingresaba y dejaba unas cuantas cosas en la mesa. Este al verme ahí plasmadas en las escaleras me frunció el seño, confundido.

─¿Qué haces ahí Izune? Deberías estar durmiendo a esta hora, me enteré que mañana te vas de misión y si no duermes bien, no podrás dar tu 100% ─dijo, aún confundido y le sonreí.

─Lo sé, Hashi-nii  ─respondí─   solo me había ido a duchar... ya me iré a la cama.

Él me sonrió de vuelta.

─¿Y Obito? ─preguntó de la nada, nuevamente al notar que no me movía de aquel lugar.

─No lo sé, se fue a dormir supongo... ─digo, en un hilo de voz bajando un poco la mirada.

Hashirama arrugó su nariz y ladeó su cabeza.

─¿Te pasa algo? No sueles ser así de callada...

─Solo estoy cansada, es todo ─digo, esta vez haciendo que mi cuerpo vuelva a moverse para subir las escaleras─ Buenas noches, Hashirama.

─Que descanses, Izune.

En definitiva, luego tendría que hablar con Obito porque si seguía de esa forma yo no podría irme tranquila a mi misión. Él no era así, quizás si en un grado menor... pero esta vez se había pasado. Solo conversaba con Shisui, eso no era algo malo u razón suficiente para ponerse así ¿Verdad?

No quiero ni imaginar como se pondrá cuando se entere de nuestro beso en casa de Rin. Aunque después de esto... era bastante obvio que no se lo haría saber jamás. Le quería mucho y no me gustaba verle así.

Algo le había sucedido esta tarde, estaba segura...

«...»

─Tobirama-sama, creo que ya debería ir a casa... es bastante tarde y  su hermana se va de misión mañana temprano, seguramente le querrá ver allí para despedirse.

El Hokage de manchas rojas en su rostro resopló uno de los papeles que se encontraba en su escritorio, solo para después tomar dos de ellos y dejarlos sobre unos pergaminos que había en el costado. Esta vez observando al ninja rubio frente a él.

─Necesitaba dejar todo esto listo, Minato... ahora solo me falta lo último ─respondió, tirándose hacia atrás en su sillón presidencia mientras observaba la luna que se divisaba por la ventana.

Minato ladeó su cabeza, bastante confundido con sus palabras y luego fue con rapidez hacia los papeles que había dejado sobre los pergaminos. Tobirama le frunció el seño enseguida al notar dicha acción.

─Minato ¿Qué haces?

─Es broma ¿Verdad? ─respondió este, su semblante bastante serio al observar dichos documentos mientras el Hokage daba un suspiro.

─No.

─El clan Uchiha va a odiarte, lo sabes ¿Verdad? ─insistió el Namikaze, preocupación en su rosto ante las ocurrencias del segundo Hokage. Debía de hacerle recapacitar con su decisión.

Tobirama asintió.

─Pero es mejor hacerlo ahora que después, no necesito más muertes en ese clan... y al tenerles más lejos, sería mucho más fácil vigilarles sin ser dignos de sospecha. ─explicó el peligris, su semblante bastante tranquilo con aquello que pensaba hacer. Incluso si el rubio se moría de los nervios.

─Tiene razón, pero hacer oficial el cambio de lugar tan pronto sin siquiera haber consultado con el consejo u siquiera con su hermano es una misión suicida. ─intentó convencer nuevamente el Namikaze al segundo Hokage, aunque era un círculo sin salida. Pues, él no se retractaría.─ Además, su hermana no estará cuando eso suceda...

─Esa es la idea, si mi hermana se entera junto con el resto de la aldea querrá entrometerse y no quiero que eso pase... será mejor que cuando llegue ya no pueda hacer nada contra el cambio porque ellos ya estarán instalados en otro lugar.

Minato dio un suspiro rendido, no había forma de hacer cambiar de opinión a Tobirama con respecto al clan Uchiha. Incluso si aquello pudiese traer repercusiones, a él no le importaba. Solo quería el bien de la aldea y de su familia, cosa que dicho clan estaba corrompiendo. Sin contar el hecho de lo sospechoso que era todo con respecto a los ataques y muertes, o lo simpático que había sido Madara Uchiha aquel día en la torre con su hermana.

Nada le cuadraba, todo le daba mala espina.

─Por cierto ¿Ya pensó en el espía? o mejor dicho... anbu nuevo─preguntó el ninja rubio con una sonrisa, intentando cambiar de tema pars apaciguar el ambiente.

Tobirama asintió, su semblante serio como el de siempre para no demostrar emoción alguna.

─¿Quién? ─cotilleó Minato, esta vez prestando toda su atención en el segundo Hokage, quien solo resopló en el aire.

─Obito Uchiha. 

// Espero hayan disfrutado la lectura, esto es un mundo alterno pero igual puede tener spoilers.

¡Hola! Sé que tardé pero ya estoy aquí 🙌🙌 ¿Qué les pareció el capítulo? ¿A Obito le llegó la regla o qué? jaja realmente espero que les haya gustado porque en una parte quedé en blanco y me pasé dos horas pensando en como seguir jaja nunca me había pasado la verdad y espero no les pase nunca porque es horrible 😭😭

En fin, que tengan un lindo dí y muchas gracias por leer, son lo mejor de la vida y siempre lo diré, las amo con todo mi corazóoooon💖😍

*pensaba subir este capítulo anoche pero me apagaron en internet wey, eso, bai💖

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