Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

sesenta y uno; pecado.

''No hay peor pecado que provocar lágrimas en una cara que nos ha regalado sus mejores sonrisas...'' Bob Marley.

.

.

.

.

.

Izune Senju.

Las flores son visibles, camino por el sendero mientras observo dos caminos. Uno tiene dirección hacia el bosque. Y el otro, hacia el mar.

Camino un poco, especificando mis ansias de ir a por el mar al observar a Tobirama al final del sendero de espaldas.

¡Tobi-nii!

Por más que exclamaba o gritaba él no podía oírme, y aquello me extrañó. Solo por esa razón me decidí en tomar su brazo con fuerza para llamar su atención en cuanto estuve a su costado, sintiendo la calidez que nunca antes había sentido. Su cuerpo ardía.

Entonces, subí la mirada para encontrar la suya. Sin embargo, di un gran brinco de espanto al ver el rostro de Madara plasmado en el suyo. Él me sonreía con demasiada amabilidad pero yo sentía miedo, mucho miedo.

Di un salto, respirando agitadamente mientras sujetaba mi pecho sobre la cama. Apenas eran las 4 am y estaba soñando estas cosas horrendas. Pero no me culpo, para mi era algo demasiado normal el estar asustada con todo lo que estaba ocurriendo.

Más si hoy planeaba visitar a aquel hombre junto a Óbito, quien se encontraba durmiendo plácidamente a mi costado mientras una fina línea recta de agua corría por el costado de su boca. No pude evitar el sonreír ante ello.

El babeo había vuelto, lo que significaba que él parecía más tranquilo luego de la muerte de la abuela Hanaro. Y me alegraba de cierta forma. Porque Obito era y es fuerte, incluso más que yo.

Si bien mi hermano ─o quien sabe mi padre si es que terminase siéndolo─ no gustaba que durmiéramos en la misma habitación, últimamente estaba mucho fuera de casa y aquello jugaba a nuestro favor. Óbito llegaba tarde también, pero nunca tanto como Tobirama.

Y Hashirama no hacía dramas sobre ello.

De hecho, justamente esta noche Obito había llegado algo más temprano luego de una ardua investigación de la que no me quiso hacer partícipe. Tomando por excusa el poder dormir a mi lado para que yo lo cuidase de todo monstruo bajo su cama. Además de sentirse un poco mal físicamente, diciendo que su estómago dolía como mil demonios luego de haber comido junto a Kakashi en Ichiraku.

Bufé ante el pensamiento.

Pues no le creía nada. Él siempre buscaba excusas para estar conmigo y lo sabía con certeza.

Como si no lo conociese.

Pero me gustaba que fuera así, y ya recién me daba cuenta de ello. No había quien como él.

Es curioso que hasta hace unos días tenía dudas en que si lo que sentía por él era real o solo confusión al haber estado juntos siempre. Tal vez era el miedo a obsesionarme más de la cuenta, no lo sabía. O lo que él sentía por mi se trataba de ello, pero ahora ya no tenía dudas ni miedo alguno. Estaba segura. Me había decidido, y no lo dejaría ir jamás.

¿Qué importaba ahora si la amistad se jodiese? No tenía que preocuparme por ello antes de tiempo, era una mera estupidez por mucho que me diese miedo la idea. Al menos luego de todo lo ocurrido y la información que poco a poco iba recolectando referente a mi sharingan junto a mi familia que recurrentemente parecía estar llena de mentiras.

Shisui me haría una prueba de ADN dentro de poco para confirmar tales hechos, pero tenía que hablar con mi prima antes para ello. Pues, no quería a otro médico husmeando tales asuntos y mi antiguo compañero había sido bien riguroso con ello.

Suspiré. Finalmente lanzándome hacia atrás de nuevo en la almohada al encontrarme un poco más calmada, observando así también el techo durante unos cuantos segundos para luego posar mi vista en Óbito y sonreír sin mostrar los dientes. Sin quitar el hecho de haber limpiado su boca por inercia con la manga de mi playera, a lo que él se removió un poco y pasó sus brazos alrededor de mi cuerpo junto a sus piernas como una completa larva.

No demoré en acariciar su rostro y cabello suavemente, depositando así un beso en su frente sin querer despertarlo.

Entonces pensé en Uryu ¿Qué pensaría él al vernos de esta manera? ¿Estaría feliz? Quizás él se había equivocado con sus predicciones sobre esta relación, nos habíamos equivocado al creer que lo nuestro con Obito era tóxico. Porque no lo era, no sentía mayor paz que con él y estoy segura que a Uryu le agradaría saberlo.

Sonreí. Estaba siendo una maldita nostálgica luego de unos días tranquilos ¿Por qué tenía que ser así? ¿Por qué pensaba tanto las cosas justo ahora cuando antes solo me lanzaba a lo que viniese? Si todo estaba en perfecto orden no tenía que llevar mis pensamientos a algo traumático como lo fue la muerte de mi alumno, mi Uryu.

El cual era padre del bebé de Kiara. Estaba segura. Incluso si ella creyera que Kinoe había sido quien la desvirgara aquella noche, Hashirama lo descubrió junto a la enfermera. Ese tipo de genjutsu era muy común pero la pelinaranja no fue capaz de darse cuenta cuando aquello sucedió.

Me causaba cierta pena pensar en ello. Uryu realmente quería a la Sarutobi pero ella quería al Inuzuka. Una verdadera tragedia que no pude evitar... o tal vez sí. Todo lo que había ocurrido era mi culpa, por más que intentara quitarme eso de la cabeza no podía. Pero tampoco debía caer, solo tenía que aferrarme a su recuerdo y no a sus momentos finales.

Obito lo dijo una vez, fue su decisión. Y yo tenía que respetarla. Incluso si la culpa siguiera intacta en mi corazón.

¿Ya se han dado cuenta? ¿Ven como he llegado a este tema cuando el asunto de mis vagos pensamientos era mi sharingan y este estúpido sueño? Definitivamente, tenía que dejar de pensar tanto o me volvería loca. Tal vez hasta depresiva y no quería eso. Los Senju no somos quiénes se rinden fácil, había que dar la pelea.

Hasta el final.

Entonces, tras un suave suspiro simplemente quise relajarme para volver a dormir un poco más y seguí contemplando al azabache por unos cuantos minutos mientras acariciaba su rostro. Al menos solo hasta que noté una gran herida en su cuello, en su parte blanquecina helada.

Se me hizo extraño y frené mis movimientos, pues por lo que tenía entendido esa parte de Óbito no podía ser dañada por nada. Ésta estaba cicatrizando con gran rapidez como si quemase, pero tenía pintas de sangre seca en medio de ella. Eso fue lo que realmente me preocupó.

Porque no debería tener sangre al ser materia muerta.

Tragando saliva posé mi mano en aquel lugar, sintiendo el rugor de tal zona y me estremecí. No por haber sentido su herida, sino porque la mano de Óbito se había posado en mi muñeca con suma rapidez. Impidiendo así que siguiera haciéndolo.

─Óbito ¿Y esa herida? ─pregunté de inmediato, mi seño fruncido en señal de reproche al ver como despertaba o quizás ya estaba despierto de antes.

Él soltó un gruñido y luego de soltar mi muñeca con cuidado se acomodó un poco mejor en su cama para observarme. Un gran bostezo apareció en su boca mientras quitaba aquella sustancia rojiza de su cuello y luego me observaba con algo de confusión. Su seño algo fruncido.

─No es nada, Izune ─respondió, enseñándome su cuello esta vez sin manchas y entreabrí mi boca con algo de vergüenza─  cuando fui a comer con Kakashi me ensucié, estás muy paranoica últimamente ¿Te sucede algo? No va a pasarme nada...

─P-pero y el tajo ese que tienes ¿Qué es? ─insistí antes de tragar saliva y apuntar con mi dedo índice, a lo que este soltó una risa.

─Izune, eso lo tengo desde siempre... ─dijo, su seño algo confundido sobre mi pero con un deje de felicidad y cierta preocupación al ver mi rostro deprimido─ Ow ¿Has tenido un mal sueño? 

─Ugh, si...

Entonces tras decir esas palabras con suma frustración, Óbito no demoró en volver a pasar sus brazos por alrededor de mi cintura y acomodar su mentón en mi hombro. Depositando así suaves besos húmedos sobre mi barbilla y mejillas. Aquello me tranquilizó un poco más, sus caricias siempre eran bienvenidas.

La verdad es que sí estaba muy paranoica.

─Tranquila, súper Obito-sama está aquí para protegerte ─murmuró con suavidad, esta vez metiendo su mano bajo mi playera para sujetar uno de mis senos con suavidad y luego acariciarlo, una sonrisa sin mostrar sus dientes pintando su rostro. No dudé en sonreír de igual forma.

Pues aquello no era para algo sexual, lo sabía por lo destensado que estaba y a veces solía hacerlo para volver a dormir. Esto podría ser incómodo para varias, teniendo de referencia a mi mejor amiga y a Tsunade. Pero a mi no me molestaba... era realmente cómodo y Obito parecía un bebé de esa forma.

Como cual niño toca las orejas de su madre para volver a dormir.

─¿No era que te sentías enfermo? ¿Que yo tenía que cuidarte de los monstruos? ─cuestioné con un deje de juego y burla, acariciando sus cabellos con una de mis manos mientras observaba su espalda subir y bajar lentamente.

─Ya se me pasó, tu eres la mejor enfermera de la vida. Bakazune.

Solté unas cuantas risas antes de pegar mis labios a los suyos en un beso íntimo y algo pasional, y todo hubiese ido a mayores por el correr de mis manos o las suyas. Si no fuese por la voz de mi hermano afirmado sobre la puerta y su tos un tanto fuerte.

De inmediato nos separamos para sentarnos en la cama, ambos bastante sorprendidos y algo asustados.

─Insisto ¿Qué parte de no aprovechar no comprenden?  ─gruñó con algo de obviedad en su voz.

─Hashirama, solo nos estábamos besando y...

El castaño dio un suspiro y soltó unas cuantas risas frustradas antes de ingresar a la habitación. Encendiendo la luz consigo. Lo admito, aquello me jodió como mil demonios porque mis ojos ardieron más de la cuenta y al parecer el de Óbito también, pues le oí quejarse.

─¿Por qué me das explicaciones si sabes que no voy a regañarte? ─se burló, esta vez abriendo el armario de Óbito para sacar su ropa anbu y tirarla en la cama─ Tobirama está por levantarse, sabe que ustedes en algo están pero aún vive aferrado a la idea de que Izune es virgen. Así que mejor les recomiendo que se vayan moviendo, no quiero que les plante la bronca al verlos dormir juntos o que yo soy cómplice de esto.

Escuché un suspiro cansado del azabache luego de aquellas palabras, observando así el reloj de mesa antes de echarse hacia atrás una vez más mientras se cubría con las sábanas y la almohada. No se le veían ánimos de levantarse y lo comprendía.

Apenas eran las 5 am.

En cambio a su actitud, yo me puse de pie con algo de emoción por sus palabras y esto más que nada debido al insomnio que había ganado con aquel horrible sueño. No demoré en soltar una risa al ver a Obito cubierto hasta la cabeza antes de caminar hacia mi hermano. Hashirama nos estaba encubriendo y aquella idea me agradaba. Me hacía alusiones de que quizás no todo había cambiado al enterarme de ciertas cosas.

Probablemente mis hermanos no me mentían tanto como lo parecía.

─Eres el mejor hermano del mundo ¿Lo sabías, Hashi-nii? ─dije, tornando mi voz algo aguda mientras me apegaba a su cuello y él soltaba un quejido por mi fuerza bruta.

─Si si, pero me asfixias.

Solté otra risa pequeña e inocente antes de soltarlo por completo, no sin antes besar su mejilla sonoramente y sonreír ampliamente hacia él. Hashirama se sonrojó ante ello y me pareció adorable de cierta forma.

─¿Qué hora es? ¿De verdad tengo que levantarme Hashirama-sama? Aún es de noche...─gruñó el azabache bajo aquellas telas blancas. A lo que mi hermano dio un suspiro, afirmando su brazo en el gran mueble de su habitación.

No demoré en morder mi labio inferior para no reír. Aún no podía creer como Obito había aceptado el ser anbu si era uno de los trabajos mas arduos de la aldea. Sobre todo por los horarios.

─A lo que se vaya Tobirama, ─dijo mi hermano, ignorando todas sus quejas y preguntas ─tendrás que ir con él.

─Creí que hoy podía ir más tarde...─murmuró entre gruñidos sin salir de su posición, Hashirama me observó de re-ojo y luego se acercó a la cama para quitar aquellas telas de su cuerpo.

─No, mi hermano ha cambiado de opinión.─espetó, alzando sus hombros con poca importancia mientras Obito se quejaba al quedar al descubierto casi por completo─Comenzarás hoy con tu deber.

Mi seño se frunció enseguida al escuchar sus palabras ¿Comenzar hoy? ¿A qué se refería? Pretendí preguntar un tanto confundida, pero antes de que lo hiciera mi hermano ya había tomado al azabache de las piernas para quitarlo de la cama y dejarlo en el suelo. Por ello solté una risa, pero al ver como Obito me observaba con enfado desde el suelo volví a morder mi labio. No tenía que reírme de estas cosas ¿O si?

─Te apresuras, no es una pregunta ─insistió Hashirama, su voz bastante tranquila y burlona mientras caminaba hacia la puerta cerca de mi─  y tú, cochina ─se dirigió a mi con su dedo frente a mis narices─ te irás a tu habitación. Hoy tienes entrenamiento con tus alumnos.

Enrodé mis ojos y luego posé mi mano en mi frente descubierta. Odiaba esa faceta de padre que adoptaba Hashirama varias veces, lo prefería siendo el payaso antes que dando órdenes. Ya tenía suficiente con Tobirama ¿No creen?   

─Tu hermano se ha tomado mucha confianza conmigo ─escuché decir a mi actual pareja luego de que Hashirama dejase la habitación, por ello posé mi vista en él─ dile que no me gusta.

─¿Perdona? 

Él parecía enfadado, pero no de esos enfados que suelen ser por lo picota que es. Realmente Obito parecía cabreado con que mi hermano lo hubiese sacado de la cama de esa manera, no pude hacer más que dar un suspiro al ver que no respondía ni pretendía ponerse de pie.

─Obito... ─dije─ ¿Hablas en serio? Él solo te tiró de la cama, no es como si...

─Pero no me gusta. ─interrumpió mis palabras de golpe, esta vez poniéndose de pie para tomar los pantalones de la cama─ Si yo hiciese lo mismo a él tampoco le gustaría, ni Kakashi se toma tanta confianza de la nada.

Entonces medié una leve mueca, cruzando mis brazos mientras le observaba quitarse la ropa interior para ponerse una limpia. Él tenía un cierto toque de razón, pero jamás creí que Obito fuera de ese tipo de personas. Picota era sí, pero no que se lo tomase tan en serio.

Por ende, cuando estaba poniendo sus pantalones me acerqué a él y descrucé mis brazos para abrazar su abdomen por detrás. Él tragó saliva y le sentí observarme unos segundos antes de sujetar mis manos y acariciarlas. Su tacto generando que la mayoría de mis cabellos se erizase.

─No te enfades, ─digo─ Hashi suele ser confianzudo pero yo no tengo la culpa... ¿Si?

Él dio un gran suspiro, esta vez destensando su gran espalda antes de quitar mis manos para voltearse hacia mi y sonreír de lado.

─Lo sé ─dijo, acariciando mi mejilla suavemente─ tú no tienes la culpa...

Aquello último lo sentí más un murmullo que algo para mi en específico, sin embargo, no quise preguntar. Al menos no aún porque para mi era normal que actuase así cuando se sentía impotente o molesto. Más si se sentía pasado a llevar por mis hermanos.

Era nuevo, pero lo podía ver en su orbe cansada y tenía que acostumbrarme.

Pretendí besarlo, pero antes de hacerlo él puso un pare al posar su mano en mi pecho. Aquello me desconcertó, haciendo que arrugase mi nariz más de la cuenta y él sujetó mi muñeca de inmediato por si intentaba escaparme. Obito sabía lo mucho que me jodía el que me dejase con la trompa al aire pero ¿Por qué lo hacía entonces?

No lo comprendía, al menos no hasta que medió sus palabras. Su rostro algo decidido pero cabizbajo sobre el mío.

─Obito...

─No quiero que veas más a Shisui.

─¿Qué? ¿Y eso por qué va al caso ahora? ─solté, algo confundida y sin pensar en lo que salía de mis labios.─ Me has dejado con la trompa al aire, ugh.

─Lo siento.

Obito carraspeó un poco, sin querer observarme mientras rascaba su nuca. Algo le estaba sucediendo y no lo entendía. Por primera vez en toda mi vida junto a él no lo comprendía del todo. Porque sí, él podría pedirme eso por sus celos y razones justas. Lo sabía solo por el hecho de que yo me había besado con él una vez. Incluso si Obito no lo sepa.

También por haber salido a comer varias veces junto a él, y por sus insinuaciones hasta podría apostar que Shisui sentía algo por mi más allá de la amistad. Era algo estúpido que lo meditase ahora, porque era más que obvio que así era.

Pero... ¿Por qué ahora?

─Porque se me había ido las otras veces que quise decirlo... ─dijo, sus mejillas tintándose algo rojas mientras mediaba una mueca y quise hablar─ no quiero que lo tomes como algo aprensivo porque no es lo que pretendo pero... no lo sé. No quiero.

Tragué saliva ¿Qué se suponía tenía que responder a eso? Mi mente me decía no lo hagas, porque ahora más que nunca necesitaba de Shisui para descubrir mis orígenes y lo que respectaba a mi nuevo poder ocular. Pero mi corazón... mierda.

─Obito...

─Por favor. ─gruñó, esta vez algo molesto.─ ¿O le prefieres antes que a mi?

Entonces me acerqué a él un poco más enrodando mis ojos y sujetando su rostro con mi otra mano para besar sus labios suavemente. El moreno sorpresivamente correspondió aquel gesto, ambos separándonos luego de unos segundos.

─Lo intentaré, pero no prometo nada. ─respondí, con un deje de inocencia en mi voz al ver lo cabreado que se notaba. Lucía adorable─ Siempre te voy a preferir a ti, idiota. Pero piensa que también fue mi compañero de equipo ¿O acaso tú dejarías de verte con Rin si yo lo pidiera?

 ─Sí, porque ella no me interesa. ─ni siquiera dudó su respuesta, alzando sus hombros mientras me observaba y solté un suspiro. Aunque luego una sonrisa maliciosa se pintó en mis labios.

Obito arqueó una de sus cejas, notando aquel hecho al instante.

─Entonces... ─canturreé, esta vez soltándome de Obito para jugar con mis dedos un tanto avergonzada─ ¿Dejarías de hablar a Sakura también? ─inquirí, posando mi vista de re-ojo en él sin dejar de jugar con mis dedos.

¿Desde cuándo me humillaba así?   

─Lo intentaré, pero no prometo nada.

Enseguida, propiné un golpe suave pero irritado en su hombro. Este alzando sus brazos con inocencia y una sonrisa maliciosa posándose en su rostro. Era un idiota, odiaba ese tipo de juegos usando mis palabras. 

Siempre se salía con la suya.

─Agh, eres un pesado. ─solté, finalmente rindiéndome ante su petición─ está bien, trato hecho. Yo no me veo con Shisui y tú nada de nada con esas dos ¿Vale?

Obito soltó una risa.

─Pero no es justo, yo tendré que evitar a dos personas. ─dijo, a lo que alcé mis hombros.

─Tómalo o déjalo. Yo no tengo tantas admiradoras como tú.

─Entonces estás admitiendo que soy popular...

Chillé internamente al verle con esa sonrisa burlona sobre mi, mientras seguramente mis mejillas ya estuviesen ardiendo como mil demonios y solo por los nervios. Obito solía irritarme siempre.

─¡Yo no dije eso! ─exclamé, algo avergonzada.

Obito rió una vez más y luego besó mi frente, acariciando suavemente mi rostro antes de ir hacia su playera. Quise reprochar, pero no tuve el tiempo suficiente para hacerlo.

─Trato hecho, Bakazune. ─dijo, colocando aquella playera donde debía estar mientras yo formulaba una sonrisa vergonzosa al observar su espalda─ No hablaré a ninguna de las dos aunque cueste con Rin... para que veas lo mucho que te amo.

Tragué saliva una vez más, y tuve ansias de llorar. No sabía si por el hecho de oírle decir que me amaba o porque tanto tiempo estuve observando o buscando en otros lugares cuando realmente lo que necesitaba estaba frente a mi. Yo también lo amaba.

Estaba siendo una sensible, casi como Izumi ¿Qué es lo que me ocurría?

─Yo también te amo... ─murmuré, quitando la mirada al sentir como él me observaba con esa sonrisa burlona─ Idiota, no me mires tanto.

Entonces, tras soltar una pequeña risa burlesca ante mi última sentencia él se acercó y me envolvió con sus brazos, cosa que no demoré en responder. Hundiéndome así en su aroma y latidos del corazón en su pecho. Obito besó mi cabellera, luego mi frente hasta llegar a mis labios y no me despegué.

Ambos sintiendo nuestras lenguas uniéndose entre sí mientras el sonido suave de nuestros movimientos era lo único audible en la habitación. Sus labios eran tan suaves y sus besos perfectos, aquel fino toque que le daba a pesar de ser un salvaje me ponía como loca. Hacía que mis latidos se hicieran más frecuentes.

Jamás había sentido algo así ¿Por qué demoré tanto para darme cuenta? o mejor dicho ¿Para aceptarlo? Sentir no era malo, menos si la persona que amas te corresponde y acepta con todos tus defectos. Me sentía en las nubes.

Obito fue quien frenó aquel beso, para luego mediar una sonrisa y desordenar mi cabello como solía hacerlo siempre. A lo que no pude evitar el gruñido que se escapó de mis labios.

─Ve a tu cuarto, no quiero arriesgarme a que tu otro hermano nos vea ─dijo, segundos antes de besar mi frente una última vez y separarse─ Luego nos vemos en el santuario Uchiha, procura que nadie te vea ¿Si?

Asentí, aunque dudaba de ello lo haría. Obito estaba para mi, él iba a protegerme si algo malo sucedía con Madara y ¿Para qué estamos con cuentos? No era la mujer más débil de Konoha aunque lo pareciera. También sabía defenderme.

Y asímismo, tras despedirme salí de su habitación. Hoy sería un gran día.

«...»

─¡Vamos Kinoe, una vez más! ─exclamé a viva voz, notando como el castaño se agarraba las rodillas y respiraba agitadamente.

─¡¿Qué clase de sensei es usted?! ¡Me estoy muriendo!  

Enrodé mis ojos al oír sus gritos mientras me tomaba la frente desde donde estaba. Kinoe se encontraba sobre un árbol mientras intentaba perfeccionar un poco su destreza y rapidez en sus ataques, pero ya llevaba siete intentos y aún seguía cayendo en el mismo agujero una y otra vez. 

Sí, sé que debería ser un poco más sensible al entrenar luego de haber perdido a uno de nuestros miembros. Al más importante más que nada y sabía que eso les afectaba más de la cuenta a ambos. Pero teníamos que entrenar... ellos ya no estarían bajo mi mandato y harían misiones por si solos desde ahora. No quería cometer el mismo error.

─¡Hazlo otra vez! ─grité desde abajo, éste gruñó y oí a Kinshi ladrarme con enfado. Hasta su can notaba que estaba siendo algo dura─ ¡Yo sé que puedes, y dile a Kinshi que no me ladre! 

─¡Qué va! ¡Fácil es sentarse y vaguear mientras yo me rompo el trasero!

─¡¿Qué has dicho?! ─grité de vuelta, bastante desconcertada.

lo amas Izune, no lo golpees.

¡Ahora que está con Obito-sensei lo único que hace es caminar mientras da órdenes! ¡¿Por qué no se para y se pone a entrenar como lo hacía antes a ver si le da el cue...

─¡Ya verás, Kinoe!


Estuve a punto de ponerme de pie con mis humos hasta la última aldea presente en el mundo shinobi para darle su merecido por bocón y sin respeto. Sin embargo, antes de poder hacerlo la mano de mi alumna había tomado mi muñeca con fuerza. Solo eso bastó para que Kinoe escapara junto a Kinshi, ese teme... iba a pagármelas.

─No es necesario, Izune-sensei. ─murmuró Kiara, su rostro bastante tranquilo sobre el piso y tragué saliva de tan solo oír su voz tan frágil.

─Kiara...

Ella subió su mirada y quitó su mano de dónde la había posado antes, mediando una leve sonrisa un tanto fingida. En ese momento me sentí algo incómoda ¿Qué se supone debía decirle si ya habíamos hablado de casi todo? ¿Cómo ayudarla a superar lo que estaba viviendo?

Solté un suspiro y le sonreí de igual forma, esta vez volviendo a mi posición a su costado mientras observábamos la arboleda a las afueras de Konoha. Sin rastro de Kinoe o alguien más. Estaba todo muy tranquilo y en parte me agradaba.

─Uryu dijo que me amaba, y yo lo rechacé... ─la escuché murmurar, mientras sentía la leve presión de sus puños─ pero no pude evitarlo. Yo quería a Kinoe, siempre lo he querido.

Posé mis orbes en ella de re-ojo, esta vez tomando un kunai de mi bolsillo para jugar con él mientras la escuchaba desahogarse. Era lo mejor que podía hacer por ahora.

─Además, él actuaba extraño...─prosiguió con un toque de angustia en su voz─ no estaba siendo él antes de salvarme la vida.

─Izune... ─la voz de Shisui me llamó, días antes de nuestra última misión como equipo─ debo preguntarte algo.

─¿Qué es?

Él pareció dudar un poco, sin embargo, luego se armó de valor para formular su pregunta;

─¿Has notado lo extraño que está Yoshiro?

Pude responder. Incluso si yo no me fijase en ello ni lo notaba de esa manera. Pero la voz del mismo castaño nos interrumpió y aquello quedó hasta ahí. No volvimos a tocar el tema.

─Izune... ¡Izune-sensei!

Moví mi cabeza con algo de espanto frente al grito asustadizo de la pelinaranja y solté el kunai, al parecer me había sumido en los recuerdos que vagamente rondaban mi cabeza. Pero no tenía sentido. Nada lo tenía.

─Lo siento, me he quedado pegada ¿Decías? ─dije, tomando mis sienes con algo de cansancio antes de afirmarme en la corteza que ambas teníamos detrás. Ella me observó con cierta preocupación.

─Solo dije que Uryu no estaba siendo él antes de salvarme la vida, ─respondió, esta vez rascando su nuca con algo de pena y suspiré─ no he querido hablar con Kinoe sobre esto o algo más... pero siento miedo y aún no puedo asimilar que Uryu realmente ya no está ¿Qué es lo que hizo usted para superar algo así? ¿Para llenar ese miedo o ese vacío?

Solté una leve risita, más nostálgica y nerviosa que agraciada. Vivir una pérdida tres veces no se supera jamás. Uno aprende a vivir con ello y a salir adelante, pero las enseñanzas quedan.

Ay, Uryu ¿Cuándo dejaré de extrañarte?

─No lo hice, Kiara... ─respondí, siendo lo más sincera posible─ con el tiempo se puede vivir con sus enseñanzas. Pero no se supera, al menos en lo personal yo no lo he hecho. Simplemente hay que tener buenas personas que puedan llenar ese vacío de la gente que se va para poder ser feliz ¿Sabes?

La pelinaranja parecía atenta a mis palabras, incluso si ni yo misma sabía las estupideces que estaba diciendo. No era buena con los consejos, pero ser sincera era lo más que podía hacer por alguien como ella.

─Obito, él... ─no pude evitar el sonrojarme de tan solo nombrarlo con ella, pues no demoró en sonreír maliciosamente ante ello─ él me ha enseñado muchas cosas, siempre está cuando lo necesito y con eso me basta. Mis hermanos también, cada vez que caigo están ahí para levantarme y ¿Qué decir de ustedes? No puedo simplemente decaer sabiendo que tengo gente que me ama y valora, o que depende de mi. Tú tampoco deberías hacerlo, Kiara...

Ella mordió su labio inferior, y pude notar como intentaba evitar mi mirada mientras posaba una de sus manos en su vientre. Por ello, fui capaz de tocar su hombro y sonreírle.

─Menos ahora que tendrás a alguien dependiendo de ti para siempre... ─dije, a lo que esta sonrió de igual forma y se envolvió con mis brazos de pronto. Sorprendida lo correspondí. ─ Recuérdalo Kiara, no se supera. Pero se aprende.

Arigato... Izune-sensei.

Di un suspiro algo aliviado al oír tales palabras, al menos hasta sentir otros brazos rodearnos a ambas. En ese momento no demoré en separarme y dar un gran golpe al castaño tras de mi, este cayendo al piso de inmediato.

Que ni se crea que me había olvidado de sus palabras.

─Ugh, antes los abrazos del equipo Izune eran más cómodos...─se quejó, a lo que bufé mientras me ponía de pie y sacudía mis manos.

Una risa se escuchó de fondo y me sonrojé de tan solo notar de quien era aquella risa. Al parecer el Inuzuka no estaba solo, pues Sasuke junto a Naruto le acompañaban mientras Kinshi gruñía por lo bajo al notar el chichón en la cabeza de mi alumno.

Kinshi era un gruñón.

─Gracias a dios Kakashi-sensei es nuestro maestro, porque con golpes así no podría vivir dattebayó.

─Eres un exagerado, Naruto. ─me quejé, a lo que este alzó sus hombros mientras se dirigía a la pelinaranja para saludar alegremente.

Sasuke aún utilizaba muletas, lo pude observar bien, pero ya no tenía un gran yeso en su pierna. En cambio, solo se trataba de un leve vendaje y una especie de sello, supuse que para apresurar el trabajo de sus huesos rotos. Tragué saliva por ello, pues me sentía demasiado culpable por ese hecho.

Óbito tenía mucha fuerza.

─¿Cómo has estado, Izune? ─dijo, su rostro algo inexpresivo pero con un leve toque rojizo en sus mejillas.

Sonreí.

─Bien... supongo ¿Y tú? ─cuestioné, a lo que solo asintió con su cabeza. No era un chico de muchas palabras y aquello lo sabía con mucha certeza. ─ Chicos, no es que me moleste su presencia pero... ¿En qué andan?

─Pues, nosotros estábamos...

─Buscándote, porque yo necesitaba hablar contigo. Disculpa que aparezca tan de pronto Izune-chan.

Di un leve brinco al oír la voz de Izumi tras de mi, con cierto toque infantil al haber interrumpido la explicación del Uzumaki. Pues, sí que me había dado un susto ¿Desde cuándo utilizaba ese tipo de apariciones?

Pero daba igual, Izumi siempre traía buenas noticias.

─Tonta, casi me asustas... ─dije, tocando mi pecho exageradamente. A lo que ella me dio un golpe en el hombro. ─ Vale vale ¿Para qué querías hablar conmigo? Siento lo del otro día, estaba muy apurada y...

Ella soltó una carcajada, dando así un gran abrazo en mi cuerpo y fruncí el seño. No me molestaba que lo hiciera, eso estaba claro pero... tenía un mal presentimiento.

No sabía exactamente la razón, pero sus brazos estaban helados. Quizás yo estaba muy paranoica aún.

─No te disculpes, baka ─dijo, una vez separándose de mi─ pero bueh... me he enterado de algo y pues, no podía esperar hasta decírtelo.

─¿De qué te has enterado? ─solté de golpe, los nervios y ansias carcomiendo cada parte de mi cuerpo.

─No puedo decírtelo aquí, Izune-chan...

Esta vez su rostro parecía apenado, y no pude adivinar el por qué. No obstante, solté un suspiro y observé a los demás presentes para hacer una leve seña con mi mano derecha. Me sentía nerviosa y aún no tenía ni la menor idea de lo que fuese a decirme.

Díganlo, últimamente estaba muy paranoica. Demasiado.

─No se muevan, volveré en un rato... ─digo, en cuanto vi como Izumi saltaba hacia uno de los árboles─ Kiara, estás a cargo.

─¡¿Nani?! ¡¿Por qué Kiara?!

Refregué mis sienes con frustración al sentir un leve hormigueo por su grito, aún así no tenía las fuerzas como para propinar otro golpe a Kinoe y humillarme al mostrarme agresiva con los otros dos. Yo tenía dignidad.

─Porque yo lo digo.

Dicho aquello, le oí quejarse otras veces más antes de saltar al mismo árbol que Izumi para seguirla. Ella corría y saltaba demasiado rápido, algo poco común en ella. No digo que Izumi sea una mala jounin, para nada. Pero en cosas de rapidez... yo solía ser mejor.

Algo le sucedía.

─Izumi, me pones de los nervios ¿Qué ocurre? ¿De qué te has enterado? ─solté, en cuanto ella activaba su sharingan para observar hacia sus alrededores─ Izumi... ¿Es algo malo? ¡Joder dime algo!

─Shh, aún no. ─respondió, su voz serena y demasiado tranquila─ no quiero que caigas de la sorpresa o decepción.

Aquello no hizo más que aumentar mis nervios, pero de igual manera preferí callar y esperar. Por mucho que lo odiase. Mi mejor amiga siempre se iba con rodeos y lo sabía con mucha certeza, pero algo me decía que esta vez no sería tan así.

Aún mantenía ese mal presentimiento.

Ambas frenamos nuestro paso en cuanto llegamos al costado de los monumentos Hokage con los rostros de mis hermanos, por ello observé a todas partes e incluso la aldea completa se podía apreciar desde tal lugar.

Era un sitio muy bonito.

Algún día tenía que traer a Óbito, pues antes solíamos escondernos aquí durante las noches en que discutía con Tobirama. Esto me traía muchos recuerdos.

Vaya...

─Quizás estaré exagerando con esto pero... no lo sé ─comenzó a hablar la castaña de mi mejor amiga, sin querer observarme mientras posaba su vista nula en la aldea. No demoré en ponerle atención─ he oído rumores que Obito y tú...

Modulé una mueca, rascando mi nuca inconscientemente al oír tales palabras. Tal vez le había molestado el hecho de que no fuese capaz de contárselo, siempre solía hacer dramas en el pasado cuando con el azabache manteníamos secretos ocultos y no se los hacía saber a ella.

Creí que ya no le molestaría. Pero podía estar equivocada. Maldición.

─Estem... sí ─respondí, sintiendo como mis mejillas comenzaban a colorearse─ te lo iba a decir Izumi, pero con esto de Kiara y la muerte de la abuela Hanaro no he podido y...

─Tranquila, eso da igual Izune-chan ─cortó mis palabras de golpe, soltando una leve risa y no la comprendí─ es normal que quieras estar con Obito en sus peores momentos.

Esto no me estaba gustando, su voz no me gustaba o en realidad su tono de voz. Su sonrisa estaba siendo falsa y no pude evitar el tragar saliva con nerviosismo por ello. La conocía demasiado para saber que esta vez... no traía buenas noticias.

Y no quería escucharlas.

─Izumi... ─dije, mi voz temblando un poco mientras me acercaba a ella─ si lo que tienes que decirme es malo prefiero que no lo hagas, o sí... pero no ahora. Yo solo quiero...

─¿Prefieres vivir en una mentira? ─cortó mis palabras una vez más y me sorprendí, pues su rostro mostraba tristeza. Pero también un deje de enfado.

Su sharingan aún seguía a viva voz en sus ojos.

─¿Una mentira? ¿De qué estás hablando? ─solté, sintiéndome demasiado frágil al solo imaginar cientos de cosas posibles que pudiesen salir de su boca.

Mi sharingan fue una de ellas, porque como ella solía ser más cercana a Shisui quizás... Joder. Izumi estaba matándome sin siquiera saberlo.

─Me cuestioné muchas veces en sí decírtelo o no Izune-chan, créeme... ─volvió con sus rodeos, aumentando aún más mis nervios si era posible─ pero no me perdonaría el hecho de que te ilusionaras por algo que seguramente se quebraría alguna vez, más porque no me gusta que te vean la cara de idiota y porque te mereces algo mejor. Siento que es mejor hacértelo saber ahora que después por mucho que duela...

─Izumi, me estás asustando...─solté, en un hilo de voz solo por la incertidumbre y su rostro muy apenado─ ¿Qué es lo que...

─Obito te ha estado engañando.

Tragué saliva nuevamente y comencé a pellizcar mis manos al oír esas palabras vagas, eso no podía ser verdad. Obito no lo haría, no conmigo.

Izumi estaba loca si pensaba que creería algo así. No luego de haber hecho algo más que sexo hace unos días. Yo me había entregado a él.

Nos decíamos te amo, joder.

─No, él no lo haría ─bramé con un bufido, sintiendo como la tranquilidad llegaba a mi cuerpo─ quizás lo confundiste o no lo sé, pero Obito no...

─¿No me crees? ─cuestionó, demasiado segura de sí misma mientras alzaba una de sus cejas. ─ Mira, no sé cuánto tiempo lleve tomándote el pelo con todo este amorío, pero el otro día me enviaron al distrito Nohara a por unas medicinas y le vi. Él estaba en el hogar de Rin.

Solté otro bufido nervioso, pues que el azabache estuviese en casa de Rin no probaba nada. Más si hoy comenzaba nuestro trato. Lo único que me mantenía confundida era ¿Por qué Izumi me inventaría algo así?

No podía ser cierto.

─Eso no prueba nada Izumi, puede que estés asustada por mí pero yo conozco a Obito y...

─Él estaba sobre ella, ambos desnudos en su salón y ella gemía su nombre ¿Eso no prueba nada?

Suficiente. Solo aquello me bastó para darme media vuelta y querer alejarme de ahí lo antes posible, no quería creer aquella mera estupidez. Incluso si mi corazón ardiera como mil demonios dentro del infierno con solo imaginar esa escena. O con la idea de que Izumi estuviese tomándome el pelo.

Yo no estaba para bromas. Al menos no hoy.

─¡Izune-chan, espera! ─le oí gritarme, mientras yo comenzaba a saltar sobre los árboles. Mi mandíbula presionada al igual que mis puños mientras intentaba alejar esas palabras.

¿A qué jugaba mi mejor amiga? ¿Por qué inventaría algo así?

─¡Izune-chan, no te enfa...

─¡Déjame en paz! ─exclamé, demasiado pero demasiado molesta sin querer voltearme hacia ella.

Entonces, en un mal movimiento estuve por caer. Solo por el hecho de que mis manos comenzaran a temblar al igual que mis piernas, pero Izumi fue lo bastante rápida para sujetarme y apretar mis muñecas para que no volviese a correr como una idiota.

Realmente, esto tenía que ser una broma.

─S-sé que puede dolerte, Izune pero... tenías que saberlo ─insistió, su rostro mostrando demasiada tristeza mientras yo intentaba no creerle. No quería creerle─ y creo que tampoco es la primera vez que se acuesta con alguien que no eres tú, oí a Kakashi decir algo sobre unas chicas de Iwa y... joder. No me gusta que te tomen el pelo.

─No, Obito no me mentiría. ─espeté, aún con firmeza mientras intentaba zafarme. Izumi me apegó a uno de los árboles con fuerza, logrando que soltase un leve gemido de dolor. ─ Izumi...

─No quiero mostrarte, realmente no quiero pero...

Cerré mis ojos de inmediato, instintivamente lo hice al comprender qué era lo que trataba de hacer conmigo. No quería ver sus recuerdos si eso involucraba a Obito revolcándose con Rin. No lo comprendía, no quería comprenderlo ni quería creer.

Él no me mentiría. No lo haría.

─Izune-chan, tienes que creerme... ─murmuró mi amiga, su tono de voz quebrantándose a medida que aflojaba sus agarres─ si no fuese tu amiga me hubiese callado, pero realmente he visto aquello y lo de Kakashi-kun...

Entonces no resistí un momento más en esa posición, mi corazón latiendo a mil por segundo mientras sentía una enorme angustia llenar todo mi cuerpo de tan solo pensar en esa escena. Por ello mismo abrí mis ojos, encontrándome con los rojizos de mi mejor amiga que aún mantenía sus orbes con un deje de tristeza y hasta pude notar una lágrima amenazando por salir.

─Izumi...

─Lo siento mucho, Izune.

La casa era amplia, caminaba por los pasillos con suma facilidad mientras seguía el paso de mi mejor amiga. Ella parecía angustiada y algo triste, sin embargo, no era lo que me importaba y en cuanto tocó la puerta pude oír gemidos.

Esos gemidos que tanto conocía.

Llevé ambas manos a mi boca con demasiado asombro en cuanto esta se abrió de golpe, mi corazón hecho trizas por completo mientras sentía todo quebrantanse. Quemaba, ardía y era un sentimiento inexplicable. Él estaba con ella, en el sofá e Izumi parecía sorprendida mientras los papeles que se traía en manos caían al suelo.

─Obito...

Antes que pudiese decir algo más al ver su rostro asustadizo hacia mi amiga, todo se tornó negro y sentí mis manos temblar. Así como también el nerviosismo y la angustia de mi cuerpo completo.

─Yo... ─balbuceó la castaña, en cuánto finalmente me quitaba de sus recuerdos─ realmente lo siento, Izune. No sabes cuánto.

Mi labio inferior tembló, todo mi cuerpo parecía no quedarse quieto mientras buscaba con la mirada un punto fijo ¿Debía enfadarme? ¿Debía llorar? ¿Qué es lo que se supone que se debe hacer cuando todo el que te rodea parece mentirte?

Aún así, tenía un poco de esperanza que todo lo que dijese Izumi fuese mentira. Pero ese recuerdo... mierda.

No sabía en qué creer.

─Gr-gracias, Izumi.

Aquello fue todo lo que pude modular antes de zafarme por completo de su agarre, para así volver a saltar sobre los árboles. Demasiado cansada y decepcionada, dolida. No sabía que sentir o qué pensar en ese preciso momento.

¿Acaso por eso dijo que se le hacía difícil no verse con Rin? ¿Por esas razones llegaba tan tarde a casa? ¿Por aquella razón estaba tan extraño muchas veces?

Muchas dudas, y pocas respuestas. No lo quería creer.

La castaña se quedó en la posición inicial, observándome con pena. Algo demasiado humillante y como si fuese una idiota por estar con alguien que me ha mentido todo el tiempo. Pero ¿No es eso lo que hacía yo también? ¿Mentirle al no decirle del beso que me di con Shisui aquel día en casa de Rin? ¿Al no hacerle partícipe de todas veces que salí con él sin decirle?

O de las veces que pensé en Shisui de manera indebida, sintiéndome completamente culpable por imaginarlo así cuando tenía que mantenerme fiel a Obito. Ahora que lo pienso era estúpido ¿En qué momento se me había ocurrido dejar que luego de nuestra primera vez siguiéramos en el mismo juego?

¿Por qué tenía que ser así?

Necesitaba verlo, necesitaba confirmar que aquello mostrado por Izumi no era verdad. Sentía miedo, dolor y sobre todo decepción. Ya no podía más.

Presioné mis puños una vez más, sintiendo así el filo de mis uñas punzar con fuerza mi palma mientras intentaba mantenerme cuerda. No quería que fuese verdad.

Éramos Obito y yo contra el mundo, pero con esto... mierda.

─Basta. ─murmuré en voz baja una vez me escapaba de aquel bosque y comenzaba a correr por medio de la aldea. Varios aldeanos se volteaban a verme, pero no me importó.

Pude usar el hiraishin, sí, pero no quise hacerlo. Mi cuerpo estaba demasiado nervioso y ansioso a la vez que con mi habilidad solo terminaría desgastando chackra, probablemente llegando a lugares que no deseaba ir. Por eso cuando pequeña admiraba a Tobirama, sus emociones siempre han estado controladas y gracias a ello su hiraishin era perfecto. Sin contar el hecho de que él lo había creado años atrás.

Di un suspiro, pues el aire comenzaba a faltarme y no quería enloquecer ahora. No ahora que todo estaba bajo control. Aunque no podía evitar el pensar en ello.

''Tú eres la única, Bakazune. Incluso si seas más hombre que mujer.''

Mi pecho se apretó de tan solo recordar una de las cuantas cosas que Obito siempre solía decirme cuando yo supuestamente le celaba. Yo le creía, siempre creía a él antes que los demás porque no existía persona más sincera que él. Pero ahora, ese mal presentimiento estaba comiéndome por dentro y no sabía que hacer.

Porque Izumi tampoco me mentiría de la nada ¿O si?

''Te amo''

─¿Izune? ¿Qué haces aqu...

─¿Dónde está Obito? ─solté de golpe en cuanto vi a Itachi en el primer salón de los escuadrones anbu, mi respiración demasiado agitada y probablemente lucía como una completa lunática observando de un lado a otro.

Solo por su rostro confundido y preocupado lo pude confirmar.

─¿Ocurrió algo? ¿Estás bien? Oye...

─¿Dónde está? ─insistí, esta vez haciendo notorio mi enfado descomunal al arrugar mi frente y nariz. Mis manos sangrando levemente ante el contacto con mis uñas.

Itachi rascó su nuca con incomodidad, siendo observado así por varios anbu que desconocía por utilizar sus máscaras. El novio de mi mejor amiga también la llevaba puesta, pero solo con la coleta podía saber que se trataba de él.

Aunque eso no era lo importante. Necesitaba ver a Óbito.

─En el subterráneo. ─respondió, y enseguida quise correr hacia las escaleras pero él sujetó mi brazo, observándome con mucha preocupación en sus ojos─ pero no puedes entrar ahí así como así, ni yo puedo ingresar Izune. Si quieres cuando salga yo le...

─Me vale.

Entonces, utilizando algo de trampa al concentrar mi chackra en mis brazos me zafé de su agarre. Así como también del de muchos anbu's que intentaron hacer lo mismo conmigo, pero mi nivel uno de hiraishin podía ser utilizado en zonas cercanas.

Una gran ventaja.

'' ─Además, te entiendo...─volví a hablar, mojando mis labios con mi lengua mientras observaba la playera en mi mano─ realmente se me hacía extraño que estés tan bien con todo lo que ha pasado, yo no sé qué haría en tu lugar...

Miro hacia su rostro y éste me sonríe, dando un leve suspiro.

─Eso es porque te tengo, Izune ─respondió y sonreí, apegándome aún más a su cuerpo''.

Varios anbu de alto rango se sorprendieron al verme entrando con mucha fiereza al subterráneo de los escuadrones. Sentí vergüenza, sí, pero aun así no me importó del todo. Yo solo necesitaba saber la verdad o reclamar. No lo sabía del todo aún... pero estaba destrozada. Por dentro y por fuera probablemente.

Quizás estaba siendo demasiado dramática, pero esas escenas vistas anteriormente rondaban por mi cabeza una y otra vez. No podía evitarlo.

Yo lo amaba ¿Por qué...?

─Hey, no puedes estar aqu...

Antes que aquel anbu de cabellos lilas siguiera hablando, ya había acorralado al azabache en la pared en cuanto lo encontré. Éste me observó con mucha sorpresa a través de su máscara anaranjada, la cual solo tenía un agujero y era en forma de espiral. Verle así solo me dio ganas de gritar, de reclamar y enloquecer.

Pero tenía que mantener la calma. Mantener la calma, esto tenía que hacer. No podía soportarlo, estaba actuando como una desquiciada.

─¿I-izune? ¿Qué haces aquí? ─soltó, luego de unos segundos mientras observaba de re-ojo al resto de anbu's.─ No puedes esta...

─¿Creíste que no iba a enterarme? ¿Qué podías tomarme de estúpida? ─solté, sin siquiera pensar en las cosas que estaba diciendo. Porque él parecía confundido.─ ¿Por qué no me lo dijiste?

─Izune, joder, ─dijo, bastante angustiado al ver mis manos ensangrentadas y luego a mi rostro destrozado─ ¿De qué estás hablando?

Uno de los hombres que estaba en el cuartel se acercó al azabache y lo quitó de mi agarre, observándome hacia abajo como si yo fuese nada. Por su mirada podía saber de sobra quién era, y él también sabía de sobra que mi hermano era el Hokage.

Pero eso a él no le importaba, y nunca lo hizo.

─No puedes estar aquí, por mucho que seas hermana del Hokage este lugar es privado. ─espetó, sin expresión alguna en su rostro mientras sujetaba a Obito.

El azabache quitó su máscara y parecía preocupado, demasiado. Pues, de todas las veces que le había visto jamás le vi de esta manera y menos por mi. Mi respiración seguía siendo agitada pero no doblegué mi postura.

Ahora Óbito parecía nervioso, como si poco a poco supiese de lo que estaba hablando. No podía ser verdad.

─Espera, Torune ─habló Obito, quitándose la mano de encima─ déjame hablar con ella...

─Uchiha, estamos en medio de una investigación ardua. ─gruñó, haciendo notar su molestia conmigo─ Me vale si eres familia, largo de aquí.

Entonces, no sucedió mucho en segundos hasta que Obito había lanzado al castaño a la pared con mucha fuerza. Esta vez siendo este sujetado por el resto de anbu's que estaban ahí.

Tragué saliva por ello.

─No vuelvas a hablarle así, muy mi jefe después de Tobirama-sama serás pero si quiero puedo mandarte al séptimo infierno como le vuelvas a hablar de esa manera ¿Me captas? ─gruñó, esta vez sujetando su armadura anbu con mucho enfado y fuerza. Sus nudillos siendo completamente blancos.

En ese instante me sentí vulnerable, porque la mayoría de cazadores anbu se encontraban sujetando al azabache para que no cometiese una locura frente al otro hombre ¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué yo estaba causando esto?

Rin y Óbito... No me los podía sacar de la cabeza.

─Eres un cerdo. ─solté, sin pensar en las cosas que decía mientras sentía como mis ojos comenzaban a picar por las ansias de llorar.

Él me observó con desconcierto al instante, y zafó el agarre de aquel hombre de inmediato para acercarse a mí. Sin embargo, yo comencé a retroceder y asimismo corrí lejos del subterráneo antes de que pudiese alcanzarme. Este siendo sujetado por el resto de anbu's para que no diese un paso más.

Y tampoco me quejé, simplemente le dejé el recado con Itachi. No quería más problemas.

Le había jodido la tarde, sabiendo lo que estaba pasando con su reciente pérdida. Estaba siendo una egoísta pero él... Rin...

No podía soportarlo.

«...»

Caminé por mucho tiempo, pensando, imaginando y meditando lo sucedido. Las cosas que nos dijimos y mi entrega absoluta hacia él. En el fondo sí quería creer a Obito por sus reacciones al verme, pero esas imágenes... esas malditas imágenes no podían salir de mi cabeza y joder. Ni siquiera fui capaz de volver a por Kiara y Kinoe para seguir el entrenamiento.

Me sentía mal. Por él y por mí.

¿Qué se suponía tenía que hacer ahora?

Mis pies se movieron en dirección al cuartel militar del clan Uchiha, todo en mí se movía como si yo no manejase mis propias articulaciones. Y se me hizo extraño, pero a este punto me valía. Por mucho que no supiese el por qué estaba en ese lugar.

Yo creía en Obito. Pero mi cuerpo parecía no hacerlo.

─¿Izune?

Su voz, la voz del azabache que suponía tenía que ignorar y menos esperaba estaba tras de mí. Mi cuerpo no demoró un segundo en voltearse y quise no hablar con él, evitarlo y largarme a casa. Pero mis pies volvieron a hacerme la contra extrañamente. Como si alguien controlase mi cuerpo por completo.

¿Qué...?

─Oye, estás herida... ¿Ocurrió algo? ¿Qué haces aquí?

¿Por qué todos me hablaban como si fuese una puta cría? No lo comprendía, solo estaba dolida, decepcionada y molesta. No larguirucha ni inútil. No por esto tenía que lucir débil... porque no lo era.

─No lo sé... ─murmuré, sin querer observarlo e intentando retroceder para volver a con mis alumnos. No quería hablar con él.

Esto de mi cuerpo moviéndose en contra de mi voluntad no me pintaba bien, y menos con el estado mental en el que me encontraba ¿Qué estaba ocurriendo?

Shisui lucía preocupado, como si viese a un fantasma o algo parecido. En cambio, yo estaba ida, aún intentando ignorar las imágenes de Obito sobre Rin completamente desnudo. O de su rostro preocupado en el cuartel anbu. Todo se estaba volviendo una mierda y no sabía cuánto más podría aguantar.

Todo estaba en mi mente, tenía que ser fuerte. Porque yo lo era.

Entonces, le observé conversar con otros policías un momento mientras le oservaba dentro del mismo cuartel militar. Solo para luego volver a mi posición con una leve sonrisa simpática y tomar mi brazo con suavidad.

─Shisui ¿Qué...

Antes que pudiese decir o reclamar algo por su actuar tan repentino, ya habíamos salido de aquel lugar junto a su famosísimo Shunshin. Ese maldito poder que podía algún día superar a mi hiraishin, estaba segura.

Aunque conociendo a Tobirama no tendría problemas.

─Estás muy pálida, Izune. ─murmuró, en cuanto aparecimos a las afueras del hospital sin dejar de quitar su leve sonrisa. ─ Te tiene que ver un médico, realmente luces mal.

Mi cuerpo seguía temblando, y hasta ahora me daba cuenta de aquello. No obstante, en cuanto quiso seguir el paso hacia el hospital frené junto a él por inercia. No necesitaba eso, yo no quería estar en el hospital.

No quería a mi prima husmeando en mi cuerpo por algo que obviamente estaba en mi cabeza. Tampoco preocupar a mis hermanos por algo meramente inútil que hasta podría ser mentira. Tenía todo bajo control.

Pero eso no quitaba el hecho de que doliese.

─Izune... ─murmuró el azabache, su semblante bastante preocupado al notar como me afirmaba de él. ─ Tienes que...

─No, llévame a mi casa o a la tuya ─respondí, sintiendo mi corazón latir con mucha fuerza─ me vale donde sea. Pero no voy a entrar al hospital, estoy bien.

Él no pareció muy convencido de ello, pero aun así hizo caso a mi petición por muy vaga que fuese. Utilizando así su tan preciado Shunshin para así reaparecer frente a las puertas de mi hogar. El cual a estas horas realmente estaba en solitario.

¿Realmente Obito sería capaz de cogerse a Rin? ¿Por qué el miedo había vuelto de repente? ¿Por qué Izumi mentiría?

─¿Es por lo de tu sharingan? ¿Has encontrado algo?

La voz de Shisui en el salón principal no hizo más que aumentar el dolor de cabeza que comenzaba a tener de pronto por pensar en diversas cosas, solo por ello tomé asiento en mi sofá y mordí mi labio inferior para no llorar de impotencia.

─Oye...

─¡Solo cállate, demonios!

Shisui pareció sorprendido ante mi grito de enfado hacia él, unas cuantas lágrimas acumulándose en mis ojos sin querer salir. No podía creer que Obito se había follado a Rin, no lo creía aún. Pero por alguna razón las imágenes seguían en mi cabeza y él...

Todo dolía.

─¿Quieres que busque a Obito? Quizás él...

Entonces, antes que pudiese negar con mi cabeza y simplemente decir que me dejase sola con mi mente inquieta en casa. Mis piernas parecieron moverse por sí solas, caminando así con mucha rapidez hacia el azabache. Tanto así que llegué a empujarlo sobre el sofá grande del salón.

Este me observó, confundido totalmente. Yo estaba sorprendida.

Sobre todo por mi acción consiguiente, puesto que, lo había besado en los labios.

¿Qué mierdas estaba por hacer? ¿Por qué mi cuerpo no reaccionaba? Definitivamente, esto no iba a terminar bien.

// Espero hayan disfrutado la lectura, esto es un mundo alterno pero igualmente pueden haber spoilers.

¡Hola!🙌 ¿Qué les ha parecido el capítulo? La verdad a mi gusto no está como quería... lo arreglé y lo arreglé pero bueh, uno nunca está conforme así que eso jaja😿😔.

Por cierto #NoAlHateAIzumi por favor ahre no jaja ella en el fondo yo sé que es un amor💓

Y pueees, espero que desde ahora no me odien porque ufff por fin estoy llegando a las partes que quiero pero sé que me lanzarán zapatos y cosas con todo lo que tiene que pasar pero ksjjak mejor ignorenme,😂.

En fin, realmente espero haya quedado a la altura y que les guste como siempre, muchas gracias por leer y que tengan un muy lindo día, son lo mejor💓.

Adiosín💓.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro