sesenta y dos; amenazas {#1}
''Temer al amor es temer a la vida, y los que temen a la vida ya están medio muertos...'' Bertrand Arthur William Russell.
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Las luces eran escasas, solo el rabillo de la ventana emanaba un gran destello de brillo en aquella habitación en la que el peligris siempre dormitaba. Hace unos extraños momentos, su confidente Minato le había hecho saber de ciertas encomiendas que habían llegado de parte de otras aldeas. Una de ellas, Amegakure.
Ellos necesitaban ayuda de Konoha, esto debido a que en unos cuantos meses lo más probable es que aquel lugar fuese tomado por campo de batalla entre Kirigakure y otra aldea que desconocía su nombre aún, por ser una guerrilla reciente aún. Un grupo de muchachos haciéndose llamar Akatsuki requerían la ayuda, puesto que su líder de aldea no pretendía dar ayuda ni apoyo alguno.
Tobirama suspiró, tanteando el gran mesón que había en la torre hokage con sus dedos mientras pensaba en alguna posible solución a ello. Aunque eso no era lo que más irritado le tenía, sino el hecho de que Óbito estuviese con su hermana y él aún no podía darle la enorme charla de por qué debía cuidarla y protegerla siempre. Sin tener sexo, obviamente.
Primero muerto a dejar que esa atrocidad sucediera.
Además, su hermano mayor Hashirama actuaba demasiado extraño con su presencia y no parecía decirle lo que le estaba incomodando como antes ¿Acaso no confiaba en él? Tobirama ya no estaba seguro de aquel hecho.
Más con el hecho de tener demasiado tranquilos al clan Uchiha, aunque hace poco de unas horas Minato informó en ese mismo despacho que varias personas de dicho clan estaban desaparecidas. Pero por lo visto, tampoco podía hacer mucho por lo reciente que eran las desapariciones. Puesto que según los libros antiguos, y la gente que su propio hermano había dejado en el consejo tenía que esperar un mínimo de 24h para poder hacer algo al respecto.
Siendo sinceros, Tobirama ya estaba algo harto, más por el hecho de querer proteger a su hermana de algo que ni siquiera tenía la certeza. Él sabía que Madara se tramaba algo en su contra, pero... ¿Qué? No podía encontrar una respuesta lógica ante ello, porque dudaba que el líder sombrío del clan Uchiha fuese capaz de querer venganza por lo ocurrido con Kei en el pasado.
Sería muy idiota e infantil de su parte. Pensó, segundos antes de tirarse hacia atrás en su silla presidencial y observar el resto de pergaminos que le faltaban por examinar unos segundos con cierto enfado. Todo se le complicaba cada vez más, tan así que llegó a dudar de si había sido una decisión correcta el dejar al clan azabache lejos de dónde estaban antes.
Ahora les vigilaba sí, más teniendo a Obito de su parte trayendo información confidencial —Al menos desde esa mañana— Pero era exactamente lo mismo, ni una sola pista. Nada.
Ni siquiera en Fugaku, quien era revisado o vigilado de vez en cuando por Minato.
Entonces, en cosa de segundos divagó en sus recuerdos, a la vez que cerraba sus párpados y una leve sonrisa irónica se formulaba en sus labios por primera vez después de mucho tiempo. Ella nunca amó a Madara, ni siquiera a Kōga o al mismísimo Hashirama. Y por mucho que evitase esa clase de pensamientos mezquinos al ser el único que pudo llegar tan a fondo en su memoria o deseos, él sabía que aunque lo hubiese intentado... jamás hubiese podido seguir con ella.
Kei era una desgraciada. Se dijo, aunque le agradaba el pensamiento, porque Madara no era como lo es ahora. Él era ingenuo en ese tiempo remoto, demasiado ingenuo para creer todo lo que aquella mentirosa solía decir a todos.
─Ay, Kei ─suspiró, soltando una risa sarcástica sin abrir sus párpados─ todo lo que te sucedió fue solo por tu culpa y no me compadezco...
Tras aquellas palabras murmuradas de la misma manera y hasta con un cierto toque de rabia, el segundo Hokage por fin decidió dejar un poco su descanso para seguir en lo suyo o terminaría jamás. Sin embargo, apenas abrió sus ojos y observó el mesón que tenía en frente... quedó atónito. Aunque antes que alguien entrase y pudiese verlo de esa manera frunció el seño otra vez con molestia.
¿Otra vez?
Se puso de pie casi de golpe, yendo en un leve viento hacia la cortina de la ventana que ahora parecía moverse con fiereza por la olas de aire que había en la atmósfera. No obstante, aquel extraño chackra poco a poco se disipaba de sus sentidos. Seguramente, había llegado otra... otra carta.
Otra amenaza.
─Maldición. ─gruñó, segundos antes de tomar aquel sobre del mesón que parecía cerrarse con sangre de cordero.
Él estaba molesto, no por las cartas sino por no ser capaz de atrapar a quien le estaba jugando una mala broma. Pero parecía que mientras más lo intentaba, menos posibilidades tenía de hacerlo. Eso; era lo que realmente le jodía. Nadie pasaba por Tobirama Senju y vivía para contarlo.
Enseguida lo abrió y tensó su mandíbula. No solo los problemas anteriores le tenían así de tenso, alguien estaba enviando amenazas; pero no a la aldea.
A él.
Esta era la tercera que recibía en aquellos días y se lo había mantenido en completo secreto, investigando por su propia cuenta al responsable. No necesitaba preocupar a sus hermanos más de la cuenta y mucho menos temer de algo así. Era Tobirama Senju, no un ninja cualquiera.
''Cuán rápido subas, rápido bajas.'' Leyó una vez más en su mente, esta vez pegándose a las palabras sin comprender a qué se refería. Todas las cartas ─las tres─ decían exactamente lo mismo y con la misma sangre. No lo comprendía, pero tampoco bajaría su guardia.
Tenía que proteger a la gente de su aldea, y a su familia. Nada más importaba. Ni siquiera su propio pellejo.
─Hokage-sama, alguien ha husmeado en... ¿Está bien?
La voz inminente de Minato se hizo presente en la habitación sin previo aviso junto a un Anbu cualquiera , ambos alertando a Tobirama un poco; quien sin dudarlo arrugó el papel en su mano y luego posó su vista en ellos.
─Sí, ¿Decías?
El rubio no creyó mucho en sus palabras, sin embargo, sabía de sobra que el llevarle la contra al Senju no era algo que le gustase hacer. Solo por ello no dijo nada sobre su estado y siguió comentando lo que realmente importaba. Varios archivos anbu estaban siendo tomados o manipulados de cierta forma por una persona que no podían identificar.
Tobirama dio un suspiro y le ordenó que cerrase la puerta, ahora más que nunca. Tenían que idear un plan, algo para descubrir la verdad de lo que atormentaba sus sentidos y a la aldea misma.
Podría ser el de las cartas...
No quería una destrucción, ni mucho menos un golpe de estado y temía que Itachi estuviese metiendo manos donde no le correspondía. Todo se le complicaba al de ojos rubí sin siquiera tener una amenaza viva.
Tenía que tener paciencia, o realmente perdería la cordura. Su aldea y su familia... eran lo más importante.
«...»
─Espera, no.
Izune apenas escuchó esas palabras salidas de los labios finos de Shisui, supo de inmediato que lo hecho anteriormente había sido una locura. Más si el mismo azabache posase sus manos sobre su pecho para quitarla de encima mientras cortaba aquel choque de labios que no esperaba de su parte.
Fue algo... impactante.
La peligris no demoró en sentir sus mejillas enrojecer junto a la vergüenza que estaba sintiendo en ese mismo momento, sus orbes abiertos más de la cuenta mientras balbuceaba sin quitar su posición.
¿Qué le estaba ocurriendo?
─Shisui, yo...
El de cabellos negros y alborotados parecía serio ahora, sus labios unidos en una fina línea recta mientras intentaba no cruzar miradas con la Senju. Pues él sabía de sobra lo impotente que se sentía al no poder hacer algo más al respecto con ella por más que lo quisiese, aunque no lo comprendía. Ella no se lanzaría de una sola vez a la nada junto a él, algo andaba mal con la peligris.
De eso podía estar casi 100% seguro.
Izune mordió su labio inferior, estática y sin poder quitarse de dónde estaba. Su mirada estaba fija en el Uchiha a la vez que sentía sus mejillas arder aún más de lo que ya lo hacían.
Estaba más que sorprendida, desconcertada ¿Qué acababa de hacer?
Incluso si sus partes bajas ya estuviesen chocando con las suyas por sobre la ropa suavemente, ella no podía evitar el entrar en pánico ante tal situación que no quería. No es como si él tuviese una erección en ese preciso momento, pero sí podía sentirlo a la perfección.
Ambos estaban en una posición no muy favorable.
Por aquella misma razón, la peligris de ojos rojizos llevó de inmediato sus pensamientos hacia Óbito, ella no podía estarle haciendo aquello ni aunque la obligaran. Pero él...
Otra vez, sintió su alma desvanecerse. No quería creer en lo que sus ojos divisaron en los recuerdos de su amiga una hora antes.
─Quítate. ─espetó finalmente Shisui con firmeza, nuevamente sin querer observarla o hacer el amago de ello. Algo extraño estaba sucediendo con Izune y tenía que frenarlo cuánto antes─ No cometeré el mismo error dos veces, y menos contigo.
El seño de Izune se frunció levemente en un solo segundo al oír su sentencia, demasiado confundida por sus palabras y por no poder ser capaz de moverse por mucho que quisiera ¿Qué le sucedía a su cuerpo?
Ella no lo sabía ni tenía sospechas, pero había sido un gran error no percatarse de los detalles una hora atrás.
─¿Mismo error? ─soltó de golpe, sumida en la confusión mientras esta vez sentía como sus caderas pretendían moverse en aquel lugar sin previo aviso para provocar. Haciendo que ella sintiese aún más vergüenza frente al azabache.
Shisui se estremeció ante el contacto, tragando saliva suavemente.
Entonces, la muchacha de apellido Senju para no tener que seguir con aquellos movimientos, presionó su mandíbula con mucha fuerza y con fuerza de voluntad intentó quitar esos movimientos que parecían no frenar. Sus mejillas completamente rojas como si de un mismísimo tomate se tratase.
Vamos Izune, quítate. Se dijo internamente, mientras el azabache comenzaba a entrar en pánico. Incluso si no fuese capaz de demostrar algo así o le gustasen los movimientos.
Él parecía demasiado sereno ante aquella situación.
─Izune, hablo en serio... ─gruñó una vez más, aún con su mirada en un punto fijo intentando ignorar aquellos movimientos sobre él o sus pensamientos. No era sorpresa el saber que el Uchiha se moría por ella desde hacia tiempo.─ quítate. Esto no está bien y...
─¡No puedo, Shisui!
Él pareció sorprendido ante su exclamación repentina y algo angustiada frente a él, pues su rostro no demostraba más que terror y demasiado pánico. El azabache de cabellos alborotados no lo comprendía aún, pero por sus movimientos algo bruscos y manos temblorosas sintió miedo por ella. Su seño fruncido levemente ante lo que ocurría.
─¿Qué dices? ─soltó, bastante confundido.
─No puedo, es como si mi cuerpo se moviese por si solo. ─explicó, hablando demasiado rápido por el miedo que sentía de lo que pudiese ocurrir después. Ella no podía hacer lo mismo que Obito, por mucho que le jodiese el hecho de romper su promesa.─ Shisui, dime que esto no es por mi sharingan por favor. Ya no quie...
─Mírame a los ojos. ─espetó Shisui con firmeza, sin quitarse de dónde estaba en cuanto notó el posible error de lo que le sucedía a la muchacha. Solo necesitaba fijarse en sus ojos.
Genjutsu.
No obstante, la Senju estaba demasiado concentrada en no meter las manos dónde no debía que no hizo caso a sus palabras. Por lo que, él no dudó en tomar su mandíbula con brutalidad y la obligó a hacerlo. Ella demostrando demasiado pánico ante él.
─Shisui...
Sus orbes estaban rojizos como la sangre junto a las tres aspas de este dojutsu, y su mirada estaba algo molesta. Pocas veces se le veía así a Shisui pero era comprensible ¿Quién sería capaz de hacer algo así? ¿Qué clase de juego estaban planteando contra Izune o hacia él mismo? Shisui no lo sabía, pero por ahora solo tenía que mantenerla a salvo. Si no, se arrepentiría el resto de su vida.
Era demasiado sucio lo que estaban jugando; Shisui la quería y odiaba ser burlado por alguien.
Izune al notar aquello en sus ojos y la mirada punzante del Uchiha, solo pudo entreabrir su boca para decir algo o quejarse ante las fuerza de su mano sobre su mandíbula. Sin embargo, Shisui lo impidió de inmediato, sus dientes rechinando levemente antes de modular lo que tanto ansiaba;
─Kai.
Su mano derecha hacía lo que al parecer era un sello de manos, uno que Izune conocía a la perfección a pesar de su ignorancia frente a las habilidades de un poder ocular como lo era el sharingan.
Él la estaba desligando de un genjutsu, mientras que con su otra mano sujetaba el cuerpo de la chica para que esta no cayera sobre él de un solo golpe.
Izune no pudo hacer más que sorprenderse ante tal hecho y su mente distorsionada se fue casi de inmediato hacia Izumi. Ella tenía esa capacidad y había sido la única que... Pero ¿Por qué?
¿Por qué haría algo así, sabiendo que estaba de pareja con Obito?
─¿Puedes moverte ahora? ─preguntó el azabache tras unos cuantos segundos, dando un suave suspiro algo cabreado y cansado por la situación. No le cabía en la cabeza que alguien haya sido capaz de hacer algo así.
Más por el incesante ¿Por qué? ¿Cuál era la gracia de ello sabiendo que habían cosas más importantes en la vida de ambos que estar preocupados por coger? Era estúpido.
La peligris tragó saliva una vez más con vergüenza, pues aún no podía asimilar todos los hechos que habían en su mente. No podía. Más por el hecho de no querer creer en la realidad que podía estar frente a sus narices.
Izumi no...
─E-eso creo... ─murmuró, moviendo así sus piernas de inmediato para ponerse de pie en un breve salto.
Shisui suspiró una vez más, esta vez algo aliviado mientras recuperaba su compostura en aquel enorme sofá. Se tranquilizó de inmediato al notar que aquel genjutsu ya no podía tener control sobre ella. Incluso si su mente parecía igual de inquieta que la de Izune.
Ella por su parte, aprovechó de palmear sus hombros con incomodidad y mucha vergüenza con su mirada fija en la nada. No se atrevía a observar a Shisui, no luego de lo que había hecho. Incluso si este sabía de sobra que no era su culpa. Izune no lo podía creer.
Y tampoco, que Izumi haya sido capaz de hacer algo así. Tenía que haber otra manera o...
─¿A quien viste antes de llegar al cuartel policial? ─preguntó el pelinegro con ese deje de seriedad preocupada, quitando así ese incómodo silencio que se había formado entre ambos luego de unos cuantos minutos.
Él necesitaba saberlo, su mente se mantenía inquieta de tan solo pensar en la idea de alguien haciéndole daño a ella. Shisui sabía de sobra que ella no lo correspondería en otros aspectos como el amor o la atracción, pero poco le importaba ahora más que el sharingan y lo que esto conllevaba.
Entre querer salvar a Kagami de su traición, ser ignorado por Itachi sin razón aparente justo ahora que lo necesitaba para investigar lo faltante y captar a Óbito varias veces en cosas extrañas al salir del santuario... Shisui poco comprendía y en algún momento podría perder la calma.
Tenía un mal presentimiento y ya no confiaba en nadie.
─Pues... a Izumi, pero no creo que ella haya sido capaz de esto. ─respondió un tanto a la defensiva, su voz temblando suavemente frente a la idea de su mejor amiga deseando algún mal hacia ella después de todo lo que ambas habían pasado juntas. Y también, a las imágenes de Óbito junto a Rin. Esto ya era demasiado.
Demasiado.
Shisui rascó su nuca incómodamente sin observarla, como si no estuviese seguro de lo que fuera a salir por su boca. Ahora el genjutsu y el cómo ella había actuado así con él tenía sentido, solo Izumi sería capaz de algo así. Pero... ¿Para qué exactamente?
Porque definitivamente no era una ayuda al Uchiha para conseguir lo que tanto ansiaba desde años. Esto iba más allá de eso.
Entonces sintió pena por Izune, porque ella realmente la consideraba su amiga; no como la castaña.
─La verdad es que si puede ser posible, Izune ─dijo él, sin querer fijar su vista en ella mientras se afirmaba en uno de sus brazos. Pensativo e incómodo─ Ella, bueno...
─¿Ella qué? ─bramó Izune, un tanto desesperada ante la ocurrencia.
¿Por qué todos parecían mentirme de pronto? Se preguntó la de ojos rojizos con desesperación, su pecho ardiendo más que nunca y su alma quebrantándose al sentir como todos parecían estar en su contra desde que Uryu falleció. No era justo, no para alguien como ella.
De los aldeanos o gente del clan referente al Uchiha que fue su alumno lo comprendía, pero de su gente... jamás.
¿En quién confiaría ahora?
Óbito no sería capaz de engañarme e Izumi no sería capaz de sumirme en una especie de genjutsu para que me lanzase a Shisui como una cualquiera. No, no lo harían. Se dijo con alusión, pues los conocía bastante bien como para estar segura de tal hecho pero... ¿Por qué dudaba entonces?
─Ella está molesta contigo o algo así, Izune ─volvió a hablar su antiguo compañero de equipo, su voz algo rasposa.
Él no quería ser quien tuviese que hacerle ver la realidad pero, una mentira no dura para siempre.
─No sabría decirte exactamente la razón pero creo que esto va de antes, desde el examen chunnin cuando le jugaste una mala pasada con lo de Itachi.
Los ojos de Izune mostraron dolor, rabia y sobre todo confusión, más por las lágrimas que inconscientemente amenazaban por salir disparatadas en un solo viaje de tan solo pensar en la idea. Ella ya no quería más. No más mentiras.
¿Por qué todo se desmoronaba de un día para otro? ¿Qué querían los dioses de ella?
No había peor dolor para ella que la traición y las mentiras. Izune estaba llena de secretos y mentía de vez en cuando también, pero no sería capaz de saciar un mal hacia un ser querido jamás. Aquello era simplemente... Doloroso e insano.
─¿Qué? ¿Acaso estás bromeando? ─respondió a dientes rechinados, demasiado desconcertada a lo que decía mientras inhalaba todo el aire que podía para no soltar lágrimas en frente de Shisui. Aquello sería una pérdida de dignidad enorme─ ¿No debería ser yo la molesta por todas esas veces en las que la ayude y no me dio un solo gracias? ¿Todo el tiempo que gasté en subir su puto autoestima? ¿Todo lo que he hecho por ella para que me pague así por una tonteria? Esto es increíble.
─Izune...
─¡¿Por qué no solo me lo dijo en vez de querer joder lo que Óbito y yo tenemos con ese maldito genjutsu?! ¡¿Acaso está loca?!
Los brazos de Izune se movían con desesperación al compás de sus palabras mientras intentaba mantener la poca calma que tenía en ese minuto. Le dolía en lo más profundo, y le jodía como mil demonios.
Ella siempre había estado con Izumi como lo había estado ella con Izune, ambas tuvieron demasiadas vivencias y se ayudaron mutuamente durante años. La peligris siempre animándola a pesar de todo.
Dolía, como no tienen idea.
Aunque también, si ella fue capaz de sumirla en un genjutsu eso quería decir que lo de Óbito pudo ser mentira. Pero entonces ¿Por qué él se había puesto tan nervioso y tenso cuando le vio en los cuarteles? Nada tenía sentido. Nada.
Óbito solo se pondría de esa manera si algo malo hubiese hecho o si supiese de lo que la peligris hablaba. Izune lo sabía con certeza porque lo conocía mejor que nadie, pero si era mentira entonces ya no sabía en qué creer.
Definitivamente, iba a volverse loca. Los Uchiha comenzaban a exasperarla a como de lugar después de tanto tiempo.
─Espera, ─musitó Shisui luego de unos segundos, esta vez poniéndose de pie con una leve mueca en su rostrro─ ¿Tú y Óbito...?
Izune suspiró, recordándose que pocas personas sabían de lo suyo. Además... Obito ni siquiera le había pedido noviazgo y la cena del otro día quedó pendiente. Porque sí, ella siempre hacía lo que él quería.
Quizás, estaba pensando de más. Pero el tumulto de cosas innecesarias e inútiles divagaban por su mente como un avión estrellándose, pues ahora hasta le preocupaba el hecho de que su confidente no le hubiese pedido noviazgo como debería.
Una idiotez.
─Sí, hace como tres días que nosotros... ─balbuceé, algo incómoda─ algo así, ya me entiendes.
─Sí... entiendo.
Nuevamente, ambos quedaron en un completo silencio incómodo mientras Shisui bajaba la mirada al meter ambas manos en sus bolsillos. La mente de la Senju retorciéndose una vez más en todo lo que estaba ocurriendo aún. No, no era el fin del mundo. Pero sí se sentía decepcionada, enrabiada y sin tener pruebas contundentes ¿Por qué imaginaba tantas cosas?
Tobirama, Óbito y ahora Izumi. No lo encontraba justo y hasta sentía que la muerte de Uryu pudo haber sido en vano. Siempre que pensaba de más... algo malo sucedía. Realmente tenía que controlarse, de una u otra forma.
Era una kunoichi fuerte, pero su punto débil estaba donde menos lo esperaban. En su mente.
─¿Has hablado con Tsunade-san sobre el tema del ADN? ─cuestionó Shisui, tratando de evitar lo que había oído antes. Aunque se veía venir, eso no quitaba el hecho de que su corazón se hubiese estrujado de tan solo imaginarlo─Si quieres descubrirlo pronto deberías...
─Lo sé, Shisui ─interrumpió sus palabras, esta vez tumbándose en el sofá mientras tapaba su rostro para no pensar. Shisui le siguió el paso de inmediato, ubicándose a un costado de ella en aquel sofá─ pero no he tenido tiempo con esto de Kiara y su embarazo, sin quitar a Óbito que ya no sé que le sucede y... ugh, olvídalo.
─¿Qué ocurre con él?
Izune quitó la mano de su rostro con lentitud y un poco de sorpresa, solo para observar al azabache un tanto cansada y dar un suspiro ¿Por qué a pesar del dolor que sentía él por esa relación seguía escuchándola?
─No es como que quiera saberlo, pero si desahogarte te hace sentir mejor pues... ─Shisui alzó sus hombros─No tengo problemas. Aunque hay cosas sobre Ukitake-sensei que me gustaría supieras también luego...
Izune dio otro largo suspiro para luego comenzar a relatar con lujo y detalle lo que pensaba o las cosas que le agobiaban, él observando cada movimiento y poniendo demasiada atención a las cosas que decía. Parecía irreal que ella le estuviese diciendo ese tipo de cosas a él, tan así que se sintió nostálgico al recordar las cosas que decía o hacían juntos en el pasado cuando eran un equipo.
Aunque la persona de quien hablaba ahora la Senju era diferente a la del pasado, de Yoshiro no hablaba con tanta alusión o rabia por ciertas actitudes.
No obstante, ella se guardó también varias cosas, como los supuestos recuerdos de Izumi sobre Rin y su azabache, quien lo más probable ahora se estuviese cabeceando en qué es lo que había hecho mal. O si lo sabía, planteando una disculpa en cuanto llegara a casa.
La peligris, poco a poco se aliviaba.
─Y... supongo que solo es eso ─finalizó, dando un gran suspiro de alivio al poder gritar las cosas que no podía antes.
Como el hecho de la herida en el cuello de Obito, el supuesto trabajo que comenzaba aquel día en la mañana junto a su hermano y un sinfín de cosas que no le entraban en la cabeza.
─Pues, vaya...
─Además, hoy se suponía debía verme con Madara-sama pero yo no quiero ir. ─se quejó una vez más, intentando olvidar también lo mal que parecía sentirse al pensar en ello─ ¿Qué ibas a decirme sobre Ukitake-sensei?
─¿Madara-sama? ─soltó el pelinegro de cabellos alborotados, entrecerrando sus ojos al estar bastante confundido y finalmente reaccionar a lo que su antigua compañera de equipo estaba diciendo; ignorando su pregunta─ ¿Por qué tenías que verte con él?
Izune suspiró y alzó sus hombros, cansada totalmente. De todo.
─No lo sé, pero espero que no sea por lo de mi sharingan porque ahí si que tendríamos un gran problema Shisui. ─dijo, tirándose hacia atrás en aquel cómodo sofá mientras armaba con sus manos una especie de coleta en su larga cabellera gris.
Shisui mordió su mejilla suavemente por dentro, sintiéndose algo nervioso de tan solo oír lo que ella estaba diciendo. Madara no le intimidaba, para nada. Pero sí podía sentir un deje de miedo cuando se trataba de la chica que tanto gustaba.
¿Qué es lo que quería de ella?
─No lo hagas. ─bramó, esta vez tensando su mandíbula mientras evitaba su mirada con cierto enfado.
─¿Qué? ¿Por qué? ─cuestionó, algo confundida. Incluso si era muy obvia la respuesta─ Esperemos que no sea así, Shisui. De todas maneras no iré, no tengo los ánimos para hacerlo.
El azabache cambió su vista esta vez, analizándola con la mirada y la sintió diferente, no siendo ella misma. Sin embargo, intentó ignorar aquellos signos de su cuerpo y simplemente siguió con su sentencia;
─Él ha estado siguiéndome, Izune. ─explicó─ quiere saber de ti y sabe muchas cosas también que nuestro maestro jamás nos contó. Su muerte fue muy repentina y por ciertos archivos creo que él tuvo que ver con ello, así como también sobre la abuela Hanaro y toda la gente del clan que ha estado siendo asesinada como si nada.
Los orbes de Izune se abrieron más de la cuenta, y antes que pudiese decir algo al respecto. Shisui continuó;
─Itachi encontró unos restos de información acerca de ti en casa de Izuna, no sé como lo hizo pero lo consiguió y... ─frenó un poco sus palabras, algo incómodo y con cierta preocupación en sus ojos─ según ellos eres Uchiha. Pero aún así siguen siendo suposiciones, porque eran papeles vagos de Ukitake-sensei en dónde él parecía investigarte. De hecho...
─¿Qué estás diciendo...? ─soltó en un hilo de voz, tragando saliva ante el pensamiento de ello.
─Otro de ellos decía que él pidió entrenarte, porque tu maestro iba a ser otro... ─siguió explicando, su rostro algo angustiado al ver el rostro aterrado de la Senju─ pero al parecer tu hermano mayor hizo un arreglo y nos dejó a todos juntos. Siento decirte esto justo ahora pero, es mejor que lo sepas. Realmente no quiero que te acerques por ningún motivo a Madara-sama. No es de fiar.
La peligris de orbes rojizos se observó las manos y su sharingan se activó, realmente confundida a todo lo que estaba oyendo. Todo parecía aclararse en su mente y a la vez no, era obvio que si de un sharingan era portadora, Uchiha tendría que ser. Pero lo de su maestro no lo esperaba, y eso le recordó a Yoshiro.
A su antiguo compañero el Inuzuka y a su difunto alumno, Uryu. No tenía que desmoronarse.
─No es mal hombre, claro que no... ─prosiguió Shisui, con una leve mueca─ pero desde que Obito perdió su ojo todo ha estado patas hacia arriba en el clan. Muerte tras muerte, desapariciones por doquier y... no me fío. Ni de él y nadie. Ya solo me quedas tú e Itachi, son los únicos en los que puedo confiar ¿Sabes?
─¿En Uryu confiabas? ─soltó la peligris, su seño levemente fruncido mientras se acercaba un poco más a Shisui para que este dejase su postura de robot a su costado.
Se sintió débil, y poco a poco recordaba las imágenes de Óbito como si hubiese sido ella misma la que lo vio en esa situación. Su alma ardió, quizás aquello dolía más que lo de Izumi o cualquier cosa.
No se lo imaginó nunca con otra mujer y menos con ella.
─¿Siquiera lo dudas? ─respondió, desconcertado─ Uryu fue el alumno que jamás tuve, siempre quise introducirlo en la policia militar pero ni al caso... ¿Por qué la pregunta?
─No, solo quería saberlo. ─dijo ella, una leve sonrisa nostálgica, adolorids, posándose en sus labios refinados y algo secos─ ya no quiero hablar más sobre el hecho de poder ser Uchiha o lo que quiera Madara-sama de mi ¿Sabes? Estoy cansada, creí que estando con Obito todo se me olvidaría... porque vaya que hace olvidarme de todo mal pero, una vez estoy fuera es como si lo recordara todo de nuevo. Mi mente suele jugarme varias malas pasadas, lo sabes y me jode. No quiero pensar en nada más.
Shisui soltó una leve risa, recordando varios escenarios donde ellos solían ir de misiones y ella siempre terminaba haciendo cosas indebidas por el hecho de preocuparse demasiado. Incluso si el Inuzuka y el mismo Uchiha supiesen defenderse como nunca.
─Lo sé...─murmuró, a lo que Izune sonrió y dio un leve golpecito en su hombro. Causando extrañeza en el azabache.
Ella están como... ida.
─¿Sabes? Eres el único capaz de tocar a Kinshi, ni yo puedo hacerlo ─comentó con vagas expresiones la Senju, sintiéndose algo nerviosa e incómoda sin saber exactamente la razón─ ¿Qué haces para qué...?
─¿Estás bien? ─preguntó, notando como ella movía su cuello de un lado a otro como si este le molestase de sobremanera.
Izune asintió, esta vez regalándole una enorme sonrisa como agradecimiento mientras tomaba su mano para que no se pusiera de pie. Puesto que, él había decidido en hacerlo para ir en busca de agua o algo para ella.
─Izune, solo voy a...
─Gracias. ─musitó, a lo que este no pudo evitar que sus mejillas se tornasen un poco rosadas antes de sonreír con inocencia.
─No tienes por qué, Senjuzune...
Entonces, ella pareció sentir un dolor de cabeza junto a una extraña atracción frente a la sonrisa de Shisui. Sin embargo, se enfocó más en bajar la mirada hacia la placa Uchiha que traía puesta su antiguo compañero de equipo. Por ende, no pudo evitar el acercarse demasiado para verla mejor y ni tener que verlo a los ojos, sintiendo así también su aroma inundar todos sus sentidos.
Olía tan bien...
─Shisui... ─murmuró ella, cierta seriedad en su rostro mientras sentía una culpa tremenda inundar su mente pero no sus acciones. Él la observó detenidamente, ambos demasiado cerca el uno del otro ─ ¿Yo te gusto?
El azabache de cabellos desordenados tragó saliva, un leve sonrojo cubriendo gran parte de su rostro pero en cosa de segundos lo esfumó. Pues no se esperaba una pregunta de ese tipo. Así que ya lo sabía... Pensó, segundos antes de dar un suspiro e intentar responder. Sin embargo, al hacerlo su nariz quedó muy pegada a la suya y ella sonrió de lado un tanto nerviosa por la cercanía.
Una sonrisa lasciva, una sonrisa que nunca antes había visto en el rostro de Izune por mucho que su mente le dijese que no hiciera lo que venía a continuación. No podía ser verdad. Ella y Óbito...
─Izune...
Poco a poco, la peligris alzó su mano para introducirla bajo la playera del azabache con cuidado y mucha inocencia; tanteando así poco a poco su abdomen marcado hasta llegar a un camino al cual muchas mujeres llamaban era de felicidad pura. Shisui presionó sus dientes, bastante confundido y queriendo frenar aquellas caricias.
Aunque cuando ella bajó el cierre de su pantalón y comenzó a masajear su parte baja, poca voluntad ya le quedaba.
─Izune...
─Shh... ─murmuró ella, besando suavemente la comisura de sus labios con una leve sonrisa─ Tú también me gustas.
Él parecía sorprendido ahora frente a aquella confesión, aunque no pudo decir mucho debido a que ella insistía en besarlo una y ota vez. Incluso si este no estaba correspondiendo.
¿Qué sucedía?
Pero también, a Shisui le hizo ilusión que ella dijese aquellas palabras por mucho que su mente le gritase que no creyera. Solo por esa razón quiso cuestionar, vaya que quiso hacerlo. Sobre todo por Obito, a quien estaba seguro no le gustaría ver a la Senju de esa manera.
Ni esta situación.
No obstante, los deseos por ella y el cómo esperó tantos años a por ello ganaron por completo su cordura. Esta vez siendo él quien correspondiera aquellos besos húmedos y salvajes que ella le estaba dando, mientras así posaba ambas manos alrededor de su cintura y la acomodaba en aquel sofá.
Así fue como el ambiente que parecía denso, algo desastroso y hasta melancólico; se transformó en uno lleno de pasión y calentura retenida entre los antiguos camaradas. Shisui ya se había quitado la playera y estaba sobre ella como un animal cualquiera, besando su barbilla, el cuello y obviamente, los labios. Para él era algo mágico, y para ella... ni siquiera el más grande dios podría explicarlo.
Izune estaba rompiendo su promesa sin saberlo.
Shisui contorneó con sus dedos la no tan perfecta figura de la muchacha que ahora parecía estar solo en su ropa interior a jadeos, mordiendo su labio inferior de vez en cuando mientras soltaba suaves suspiros de vez en cuando al sentir las caricias del otro Uchiha. Definitivamente, al compararlo con Obito no había poca diferencia. Porque nadie superaba a su mejor amigo y ahora ''pareja''.
Pero el calor había ganado sus sentidos, ¿O estaba siendo inmoral?
Era primera vez, que la Senju se acostaba con alguien que no fuese Óbito. Una experiencia nueva.
─¡Ah! ─gimió la peligris de ojos rojizos, al sentir como Shisui a rostro algo empapado y cabellos desordenados introducía sus dedos en su feminidad para profu ir aún más placer de lo que ella sentía.
Él lucía atractivo como nunca antes, eso no se le negaba. Pero la mente le jugaba en contra a Izune, y sus acciones eran diferentes. Era demasiado el placer que estaba sintiendo junto a su antiguo compañero de equipo, tanto que ni siquiera fue capaz de pensar en otra cosa. Él frotaba sus cuerpos, contorneaba su figura, chupaba, lamía y hacía todo tipo de cosas para complacerla como debía.
Y ella se lo agradecía.
Mientras, él también sentía demasiado calor con todo lo que estaba ocurriendo, casi parecía irreal que ella estuviese a sus pies como lo deseó desde siempre. Su miembro estaba demasiado duro a estas alturas, y si no fuese por el hecho de querer tratar con respeto a Izune, sin duda alguna le habría pedido un cálido y a la vez salvaje blowjob. Pero él no era así, al menos no con ella.
No con Izune Senju, la chica que le quitaba el sueño.
─E-entra ya... ─jadeó ella bajo sus brazos, sintiendo como las gotas de sudor caían sobre su cuerpo y su alma se quebrantaba por dentro. Shisui besó sus labios, los besó como nunca y aprovechó de acariciar sus senos de arriba hacia abajo mientras abría levemente sus piernas.
¿Por qué se sentía tan bien un simple acto de sexo?
Él era cuidadoso, la peligris siempre lo había pensado y esta vez no era la excepción. Incluso si su conciencia la estuviese quemando por dentro al oír el sonido de sus labios juntándose o el simple hecho del roce entre sus partes íntimas. Ella no podía estarle haciendo esto a Obito, no podía.
O mejor dicho, no debía.
''Obito te ha estado engañando...'' La voz de Izumi resonó en su cabeza unas diez veces, cosa que la cabreó e hirió de sobremanera. Aquello podía ser una mentira, porque no tenía pruebas de ello.
Pero Izune no podía frenar sus pensamientos ,mientras tenía a quien la había ayudado con todo lo referente a su sharingan sobre ella, besándola, acariciándola y rozando ambas partes mientras soltaba suaves gemidos en su oído y labios. Llevándola a lugares inexplicables.
Pero no era Óbito.
Realmente, tenía que desconectar y dejar de pensar en ello.
─M-mierda... ─gruñó el azabache de cabellos alborotados, sintiendo como una corriente eléctrica llenaba todo su cuerpo y le hacía arquearse un poco antes de embestirla con cuidado.
Izune soltó un suave gemido, sujetando con sus manos los cojines de su cómodo sofá mientras sentía un enorme nudo en su garganta. Tal sofá era dónde Obito y ella dormían o tenían sexo a veces. Otra vez, la culpa quiso salir en su defensa y la Senju no la dejó al sentir otra embestida de Shisui.
Necesitaba enfocarse en el placer, o eso es lo que sus acciones querían.
La peligris acarició sus cabellos, mordiendo su labio inferior suavemente mientras sentía como él se movía dentro de sus paredes vaginales. Si bien el pene de Shisui era grande y bastante adecuado para ella. No superaba al de Obito, solo por la contracción de sus paredes sabía de inmediato que solo los distanciaba uno o dos centímetros.
Pero no era Óbito.
Ambos cuerpos desnudos y deseosos el uno del otro estuvieron de esa manera durante quizás cuanto tiempo más. Solo los gemidos de ambos y los jadeos, junto al choque de las embestidas siendo audibles en aquel salón principal. Shisui cumpliendo uno de sus sueños mas queridos, e Izune rompiendo una promesa.
Promesa que Obito había roto primero ¿No?
─S-shisui... ─habló la Senju en medio de los labios del Uchiha, ahogando un gemido gracias a las rápidas embestidas que este le proporcionaba. Él la observó, su boca algo entreabierta mientras jadeaba como un perro cualquiera─ c-creo que vo-oy...¡Ah!
Ella estaba en el borde de su punto máximo, tocando el cielo al sentir semejante placer que su antiguo compañero de equipo le estaba dando. Pronto llegaría al orgasmo y notoriamente, Shisui también... ¿Cómo era que habían llegado a este punto?
Izune no lo sabía, pero su mente estaba completamente bloqueada, por mucho que quisiera salir a por auxilio.
─J-joder... ─gimió con voz ronca el pelinegro de apellido Uchiha, mordiendo uno de los senos que Izune mantenía al aire para ahogar otros más fuertes. Sus estocadas siendo cada vez más rápidas y bruscas.
Al diablo con ser Izune a quien se estaba follando, el placer era demasiado que no podía aguantar o fingir ser un caballero.
Entonces, de esa misma manera la peligris arqueó su espalda y soltó un gemido ahogado al llegar a su tan amado orgasmo. Mientras que Shisui de la misma forma lo tuvo un minuto después, dejando unas cuantas marcas en los senos de la Senju para reprimir cosas indebidas. Sin importarle el hecho de saber que Obito podría verlos después.
En sus preocupaciones, Obito era lo último en lo que pensaría luego de la tarde perfecta que había tenido.
Ya daba igual si ella no lo decía en serio.
─Eso fue increíble... ─murmuró el de cabellos alborotados para si mismo, algo agitado mientras caía en los brazos de una sorprendida Izune que sujetaba sus hombros.
¿Qué mierdas acabo de hacer? Se gritó internamente, aguantando a viva voz soltar una lágrima o simplemente echarse a correr de ahí. No podía creer lo que había hecho, no lo asimilaba ni lo encontraba sensato de su parte.
Ella no era así, ¿Por que...?
Más teniendo a Obito en mente todo el tiempo ¿Cómo pudo? Ella no se lo explicaba y mucho menos lo que había dicho antes ¿Realmente de su boca salió esa confesión barata que ni siquiera era cierta? Izune sintió miedo, mucho miedo de sus acciones.
¿Que le estaba sucediendo?
Mientras tanto, sobre el tejado de aquella enorme casona de los Senju se encontraba una encapuchada. Aunque no por mucho, pues al observar sus pensamientos culpables se quitó la gorra que traía puesta. Izumi sabía que el plan tenía que salir a la perfección y solo por ello con su nuevo poder utilizó a Izune como un completo maniquí.
Pero no se sentía tan bien como creía.
Ella sabía que Shisui lo notaría si solo se lanzaba hacia él de la nada, por ello cuando el Uchiha creyó desligarla de un supuesto genjutsu que no existía... la castaña tomó provecho de la situación. Aunque sentía pena por quien era su mejor amiga, no había mayor pena que la suya y estaba harta de ser incomprendida.
Más si su madre había muerto la noche anterior a manos de Fugaku frente a sus ojos, despertando así el famoso mangekyou que la mayoría de Uchihas ansiaba por la sed de poder. Ella no lo sabía controlar aún, eso estaba claro. Pero al menos le había servido para uno de sus objetivos.
El poder controlar las acciones de otro vaya que tenía sus beneficios.
─A ver si luego de esto te sientes un poco como yo... ─murmuró hacia ella misma, presionando sus puños a la vez que soltaba una que otra lágrima─ Lo siento mucho, Izune.
Creyó que aquello saciaría su alma inquieta, pero no había diferencia alguna. El dolor seguí a ahí a pesar de su venganza.
─Uh, la verdad es que esos dos se ven mejores juntos que con el otro... pero creo que no es la manera correcta de hacerlo, a fin de cuentas Shisui siempre consigue lo que quiere y más con el kotoamatsukami.
Izumi abrió sus orbes de par en par, su cuerpo tensándose enseguida y helándose por completo de tan solo oír esa voz que creía perdida. Aquella voz no podía ser verdad, tan así que Izumi creyó que se estaba volviendo loca y pretendió escapar de golpe, aunque las mismas manos de aquel individuo le impidieron el paso.
Tenía una fuerza increíble.
La castaña se sintió enferma de tan solo pensarlo, su cuerpo temblando demasiado ante la silueta que estaba viendo sobre el tejado de su amiga ¿Cómo...?
─Tú... ─balbuceó, aún sin poder creerlo mientras este sonreía de lado y luego soltaba una gran carcajada.
─¿Te sorprende? ─preguntó con inocencia, mientras luego daba un suspiro al notar como Izumi parecía realmente sorprendida e incrédula a lo que estaba frente a sus narices─ No me mires así, era bastante obvio que yo...
Izumi tragó saliva, esta vez activando su sharingan una vez más mientras sacaba un kunai de su bolsillo. Realmente no podía ser verdad.
─¿Qué haces con eso? Ni te creas que vas a dañarme, ─espetó, sin mucha importancia mientras soltaba el brazo de la mujer─ por cierto, no le digas a Izune que estoy aquí ¿Vale? Me gusta ver como me sigue amando a pesar de...
El individuo arrugó su nariz antes de poder finalizar sus palabras, sintiendo unas cuantas presencias a lo lejos. Quizás Tobirama seguía buscando su chackra después de dejarle el recado. Aunque sería inútil, él ya se había encargado de ello.
Era imposible que el Hokage supiese que él estaba ahí.
─Izumi, ¿Tú también escuchaste que Izune es Uchiha? ─cuestionó, su tono de voz tranquilo pero curioso a la vez. Ella asintió, apuntando aún con su kunai─ yo conozco a otros dos que también son mitad y mitad, como Shisui por ejemplo ¿Lo sabías?
─¿C-cómo? Izune te vio, e-ella...
Aquella persona dio un largo suspiro, siempre creyó que Izumi era una gran kunoichi. Sin embargo, a veces su envidia y miedo solían hacerla caer muy bajo. Más al no poner atención a lo que decía, porque la información que él tenía sí era importante.
Shisui también era como Izune.
No obstante, al ver como pretendía escapar de ahí como una niña cualquiera pidiendo ayuda a su amado que quizás ya no lo era tanto, decidió por no incluirla en sus planes como tenía pensado antes. Le faltaba rencor para ello.
Tendría que borrarle la memoria antes que se lo hiciera saber a Izune Senju. Nadie podía saber qur él estaba ahí.
─No te haré daño, tú si vales la pena... ─dijo, su voz algo aniñada mientras la alcanzaba de un solo viaje. Al parecer era rápido─ sin embargo, no dejaré que le hagas saber a Izune que estoy aquí o al hokage, a cualquiera.
─Ella sufrió... y tú...
─Calla, tú no sabes nada de eso. ─espetó, segundos antes de tapar su boca y sujetarla de ambos brazos─ Y por cierto, gracias por hacerme el favor de verla junto a Shisui. Eso es lo que él siempre quiso.
Tras decir aquellas palabras, el incógnito junto a la castaña desaparecieron de ahí en un simple puf. Izumi se arrepentía, recién ahora caía en cuenta que la amenaza que venía tras de su clan no era tan simple. Su amiga tenía un sharingan y estaba en peligro, más con la aparición de él cuando ella no creyó verlo jamás.
¿Shisui? ¿Mitad y mitad? Aquello tenía que ser una mala broma.
Necesitaba remediar sus errores, ella sí quería a Izune y pretendía arreglarlo. Así como también la relación junto al de coleta.
Esta amenaza, no era una cualquiera.
// Espero hayan disfrutado la lectura, esto es un mundo alterno pero igualmente pueden haber spoilers.
¡Hola! ¿Qué les pareció el capítulo? 😭 La verdad yo lo encontré flojo porque me faltaron unas cosas, pero mejor decidí hacer dos capítulos (siendo el mismo) y ahora subo este, ya mañana subo el que sigue para que algunas cosas se vayan entendiendo jaja.
Perdón si el lemon no quedó como esperaban, pero quería hacer ver que solo fue sexo y nada más allá... No sé si lo habré logrado o si quedó como buah, pero en fin, ya estoy emocionada por escribir los capítulos finales y dkjfj eso, yo me entiendo.
En fin, muchas gracias por leer, ustedes me animan día a día a seguir escribiendo y joder, no tengo palabras para describir lo feliz que me hacen sus comentarios, votos o simplemente que lean en silencio y que les guste. De verdad, nunca sé que más decir así que muchas gracias por todo. Son lo mejor 😭😍💓
Y eso, espero les haya gustado el capítulo, muchas gracias por leer y que tengan una muy linda noche o día. También ¡Feliz halloweeeen! ¡Día de los santos!
Este capítulo se lo dedicó a todos los angelitos que me cuidan desde arriba💓
Esto me está quedando muy largo (más que el capítulo)😂 pero les quería recomendar One shots de halloween con personajes de Naruto que están fenomenal, los escribe @marniema y en serio, son de lo mejor de lo mejorrrr. Y la escritora es lo más jaja💓💓.
Y esooo, ya no los aburro más con mis palabras así que...
Adiosín💓
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