quince; ¿tú?
"Los valores no tienen que entenderse simplemente se acogen en el corazón y se viven..." Juventud en éxtasis, Carlos C. Sánchez.
.
.
.
.
—Antes de que digas algo, no quiero que Rin se entere. —habló el peliplata, un tanto desesperado al ver mi expresión.
Sin embargo, mi reacción asombrada fue más por su rostro que por la simple razón de que se estuviese follando a Tsunade. Pues, el Hatake se encontraba sin su máscara habitual.
Era primera vez que veía su rostro.
—Tú... —apunté nuevamente al peliplata con mi dedo índice, atónita—y tú... —mi dedo se fue en dirección a Tsunade, con confusión y sin poder entender— ¿Cómo?
Tsunade se sonrojó más de lo normal y se tapó con las sábanas enseguida. Ahora ella se encontraba apuntándome con el dedo mientras Kakashi se levantaba, dejando a la vista su trasero.
Tapé mis ojos de inmediato, no quería ver más.
—¡¿Y tú?! ¡¿Cómo entraste sin avisar?! —me gritó la rubia, y por su tono de voz se notaba molesta.
¿Y cómo no?
Es entendible, o sea, digamos que le jodí su cogida junto al peligris. Yo también estaría enojada en su lugar. Sin embargo, no dejaba de sorprenderme el hecho que mi prima y Kakashi tuviesen algo que ver.
Era algo... extraño.
—No sé para qué te tapas los ojos, si fuese Óbito te pondrías hasta lentes 3D para ver mejor.
Enrojecí de inmediato ante sus palabras y quité una de mis manos para poder reprochar, notando así como ya tenía puestos sus pantalones.
—Deja de molestarme, sexópata. —me quejé a mejillas rojizas y él bufó.
Parecía frustrado conmigo, o quizás tan sólo era mi impresión.
—Primero me chocas en el hospital y ahora no me dejas follar, eres una lunática. —dijo, pereza tintando toda su voz y finalmente quité mi otra mano para ver como se ponía su máscara, algo frustrado.— Ya deja de acosarme.
—¡Kakashi! ¡Que no te acoso! —refunfuñé, muy molesta y avergonzada ante su acusación.
—¡Izune! ¡Basta! —me reprochó Tsunade, y recién notaba como se tomaba la frente, igual de frustrada que el Hatake.
Enseguida, cambié mi vista hacia ella con algo de temor y sonriendo con nerviosismo mientras jugaba con mis dedos. Esto no era nada bueno.
Tsunade quitó su mano de en frente y me observó con molestia.
— ¿Qué es tan importante como para interrumpir algo así, Izune Senju? —bramó, esta vez cruzándose de brazos e ignorando la presencia de Kakashi; quien terminaba de vestirse a su lado.
Me nombró como Izune Senju, esto es malo. Muy malo.
—Etto...—balbuceé, tocando mi nuca con nerviosismo mientras una gota de sudor se notaba en mi frente— Es sobre el clan Uchiha y...
—¿Ves? Encima de todo tiene que ver con Óbito, no es tan importante. —me interrumpió Kakashi, reprochándome desde el costado con su típica mirada de ninja ejemplar.
Entré en pánico y desesperación. Kakashi realmente colmaba mi paciencia.
—¡Ni si quiera lo nombré! —exclamé, abriendo ambos brazos.
—Pero dijiste clan Uchiha, es lo mismo.
Chillé, desesperada y demasiado irritada. Aún así no podía reprocharle, después de todo yo los interrumpí.
Kakashi rió ante mi reaccion, y Tsunade solo bufó.
—Continúa, Izune —dijo, cansada de nuestro "pleito".
Solté un suspiro, observando de re-ojo la mirada incrédula de Kakashi.
—Tobirama me contó sobre lo que ocurrió el otro día sobre bueno... ya sabes... —intenté explicar, inflando mis cachetes para así no tener que nombrar a mi mejor amigo. Incluso si fuese él, el tema principal.
Después de todo, Kakashi me reprocharía o se burlaría. Y no quería eso, al menos no ahora.
—Ahh, sobre Óbito. —asintió la rubia con algo de malicia, entendiendo lo que yo quería decir pero pronunciándolo en voz alta a propósito.
Me tomé la frente, este no era mi día de suerte.
—Te lo dije. —habló el peliplata con obviedad en sus palabras, quien se acercaba a nosotras alzando sus hombros.
Gruñí por lo bajo.
—Eres insoportable, Hatake. —me quejé, aguantando las ganas de querer golpearlo. Él me esquivó con una risa maliciosa.
—Gracias.
—No era un cumplido. —refunfuñé, cruzándome de brazos.
Luego, tan solo me rendí y me alejé de él con fastidio, este en cambio se acercó a mi prima simultáneamente y la besó en los labios, bajando su máscara un poco mientras cerraba sus ojos. La rubia se lo correspondió.
Yewk.
—Yo me voy, nos vemos después. —dijo, una vez finalizaba su choque de lenguas hacia a mi prima, mientras así subía su máscara y me sentí incómoda, como si tocase algún violín.
Pero no me quejé. Eso me pasaba por ser una solterona de primera.
—Y tú, zopenca... —se dirigió a mi, a lo que yo solo inflé mis cachetes mientras me cruzaba de brazos aún más— No le digas nada a Rin.
Dicho esto, el peliplata salió por la ventana sorpresivamente mientras nos despedía con la mano. Y una vez ya no estaba, Tsunade me miró detenidamente... muy molesta.
Demonios.
—No vuelvas a irrumpir así, baka. —me reprochó, su tono de voz demasiado demandante ante mi.
Solté una leve risita, descruzando mis brazos al instante.
—Lo sé, lo sé... —respondí, jugando con mis dedos con algo de nerviosismo— Aún así... tú y Kakashi ¿Desde cuando?
Ella enrodó sus ojos, notando como no había sido capaz de disculparme o algo parecido.
—Ugh, supongo que no tengo más remedio que contarte... —se dijo a si misma al ver mi rostro nervioso y lleno de alusión , bufando después— Un año más o menos, creo.
Mi boca cayó directamente al suelo ante semejante confesión, con sorpresa. Estaba atónita. O sea, Kakashi Hatake engañó a Rin Nohara durante un año y con Tsunade Senju, mi prima.
Óbito se va a querer morir con esto, ahora todo tenía sentido...
Ahora recién caía en cuenta que con razón el peliplata no le ponía atención a la castaña, y yo que creía era porque ella lo molestaba mucho. Fui ingenua.
En fin, creo que con esto de su amorío, lo del Clan Uchiha lo dejaríamos para mas tarde. Siempre era satisfactorio tener este tipo de conversaciones con Tsunade-san.
Sobre todo si sabía su secreto con Kakashi.
Era tarde, la puerta se cerraba sorpresivamente mientras que Madara se encontraba en el sillón de su propia casa. Izuna se sorprendió ante su presencia, aunque luego le puso mala cara.
No era muy de costumbre que éste se encontrará allí. Tampoco le agradaba de igual forma.
—No pensé que estarías aquí ¿Qué quieres? —dijo Izuna, quitándose así su chaleco jounin y dejando ver su ropa con el logo de la policía de Konoha. Al igual que de su propio clan.
Madara soltó un suspiro, demasiado ligero y tranquilo.
—Vine a verificar si reconsideraste lo que te dije hace días. —respondió, esta vez poniéndose de pie para hacerle frente a su propio hijo.
Izuna tiró su chaleco hacia el sillón con molestia, solo para después acercarse a Madara. Él quería acabar con todo de una buena vez.
—Si, lo he pensado... —contestó, con el semblante serio y sin doblegar su postura— y creo que no. No lo haré.
Se notaba decidido y con mucha determinación. Sin embargo, la respuesta a su padre no le gustó para nada. Necesitaba el apoyo de su hijo, ahora más que nunca.
—Lo harás de todas maneras. —ordenó, sin perder su postura tranquila a la vez que le observaba.
Izuna negó con la cabeza, decidido.
—No, ni pienses que voy a asesinar gente de nuestro clan por caprichos tuyos y mucho menos a la abuela Hanaro ¡Es una anciana! —su rostro era decidido y a la vez molesto frente a tales ideas, su padre era simplemente un desquiciado y un obsesionado por su clan. No le agradaba.
En cambio, Izuna Uchiha no quería hacerle daño a nadie.
Madara se tomó la frente con dos dedos y luego soltó un suspiro, conocía a su hijo mejor que nadie.
—Itachi te ayudará, ya hablé con Fugaku y también está de acuerdo. —su voz era calmada, no había necesidad de alterarse.
—¡¿Qué?! Tienes que estar bromeando, Itachi no mataría a la madre de Shisui solo por el bien del clan ¡Demonios, es su mejor amigo! —En cambio, Izuna ya estaba lo bastante molesto como para comenzar a gritar o alterarse. No le gustaba la idea de asesinar por razones banales.
Madara Uchiha sonrió.
—Créeme, lo hará... —la seguridad brotaba por su piel y el muchacho demostró confusión en su rostro ¿Cómo podía estar tan tranquilo? — Y tu también.
Izuna cerró sus ojos y apretó los puños con demasiado enfado, pues no soportaba esa manera de plantear las cosas de su padre; tan tranquilo y sereno. Lo peor de todo es que siempre tenía razón.
No había manera de quitar su postura.
—No puedo perder la oportunidad de ver sus mangekyou sharingan, lo entiendes ¿Verdad?
—No, no lo entiendo... Ni pienses que cuentas en esto conmigo, padre.
Dicho aquello, el azabache de coleta y nariz respingada corrió escaleras arriba como si de un adolescente se tratase, mientras que Madara Uchiha tan solo se quedaba allí, suspirando.
—Mi plan dará sus frutos, lo sé. —se dijo a si mismo, sonriendo— Ya lo verás, Izuna.
Me había enterado de muchas cosas el día anterior, demasiadas a decir verdad.
Por lo visto, según mi hermano mayor Hashirama, los Uchihas estarían planeando un golpe de estado en su contra. Pero aún así tampoco era muy lógico según Tsunade y otras personas importantes de nuestro clan, esto debido a que Fugaku-sama no ha mostrado indicios de algo así. Aquello me hizo suspirar.
¿Por qué me importaban tanto los portadores del sharingan? Era la pregunta más frecuente que me hacía durante mucho tiempo, mientras me dirigía hacia el hogar de mi mejor amiga Izumi. Digo, soy una Senju... Los problemas de otro clan no deberían importarme.
¿Verdad?
Sin embargo, es como si mi corazón estuviera conectado con ellos. Algo bastante raro a decir verdad.
O tal vez era por Óbito, o por Izumi, Shisui, Itachi... Quien sabe.
Si tan solo Ukitake-sensei estuviese aquí, él me diría algo filosófico. Siempre sabía qué decir en cada momento.
De inmediato sonreí ante tal pensamiento. Lo extrañaba.
—¡Izune!
Me volteé ante la conocida voz que me llamaba desesperadamente, se trataba de Sasuke. Lo cual me confundió, pues corría hacia mi sin cansancio alguno y hasta con algo de entusiasmo. Yo le observé con algo de sorpresa.
¿Por qué me buscaría?
—Oh, Sasuke ¿Sucede algo? —pregunté, una vez se encontraba a mi costado y recuperaba su respiración.
—¿Podrías entrenarme? —soltó de la nada, y yo me sorprendí aún más.
¿Yo? ¿Entrenando a un prodigio e hijo del segundo líder del clan Uchiha? ¿En qué mundo me estaba metiendo? Con aquello solo esperaba ansiosa a que Óbito saliera del hospital. Pues, él me hubiese dicho que hacer en este preciso momento, o probablemente se hubiese burlado de mi o de Sasuke. Incluso se hubiese ofrecido él mismo.
Dios, dame paciencia.
// Espero hayan disfrutado la lectura, esto es un mundo alterno pero igual puede tener ciertos spoilers.
¡Hola! ¿Qué les pareció el capítulo? Según yo medio flojo y aburrido, pero neh, el otro será más lemon si gustan jaja💕.
¡Al final era Kakashi! ¿Se lo esperaban? Jaja, ahora hay que ver como se comporta Sasuke cuando Izune lo entrene, en fin, que tengan un lindo día los amo💕.
Gracias por leer💕.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro