nueve ; favor
"La sensación de querer tocar esa magia que existe en el cielo..." Abel Pintos.
.
.
.
.
.
.
Al salir de la aldea aquella mañana, Izune había sentido algo extraño. Un mal presentimiento y un nudo en su pecho insaciable. También había percibido la mirada de alguien sobre ella durante un tiempo. Sin embargo, no fue capaz de localizarlo.
¿Acaso estaba loca?
La peliplata miró hacia atrás y luego suspiró, me estoy volviendo loca. Pensó en afirmativa con algo de fastidio, mientras caminaba a pasos vagos, echándole la culpa a su hermano Tobirama de sus locuras mentales. Era una paranoica.
Tras horas y horas, finalmente la peliplata de ojos rojizos y sus subordinados se encontraban en la mitad de su misión. Ya les faltaba poco para llegar a su destino y hasta ahora todo iba en perfectas condiciones. Kinoe y Uryu iban en frente, mientras que el señor feudal se encontraba en medio y obviamente, atrás se encontraba Kiara junto a la Jounin vigilando en caso de cualquier incidencia.
—Izune-sensei. —llamó la pelinaranja a un costado de la muchacha, algo inquieta.
—¿Ocurre algo? —respondió la Senju, sin observarla. Esto debido a que tenía que observar alrededores y no distraerse un segundo.
—Disculpe que pregunté pero... ¿Por qué Obito-sensei y usted se la pasan siempre juntos?
Ahora la mirada de la peliplateada sí estaba sobre la de Kiara algo helada ¿Por qué le preguntaría algo así?, Izune se sonrojó de inmediato y trató de disimular.
—Somos camaradas... —balbuceó, excusándose ante tales acusaciones.
Kiara enarcó una de sus cejas.
—¿Segura? Kakashi-sensei y Rin-san son camaradas pero nunca están juntos... es sospechoso. —dijo la pelinaranja, entre cerrando sus ojos mientras observaba a la Jounin con malicia.
Quien estaba más roja que un tomate, por cierto.
Si tan solo supiera que Rin y Kakashi son pareja... aunque ni lo parezcan. Pensó la Senju con algo de frustración y soltó un suspiro; rendida. Después de todo el Uchiha era solo su mejor amigo ¿Verdad?
—Además de ser mi camarada, es mi...
—¡Novio! —exclamó, emocionada totalmente con corazones evaporando de sus ojos— ¡Lo sabía!
La Senju entró en pánico enseguida y la golpeó en la cabeza sin siquiera dudar un segundo; desesperada. A este punto de la situación Uryu y Kinoe ya se habían volteado a mirar que sucedía entre ambas, mientras que el señor feudal seguía su camino.
Kiara soltó un gemido.
—¡Baka! ¡¿Cómo dices esas cosas?! ¡Iba a decir mejor amigo, no novio! —reprochó la Senju a viva voz, desesperada por las insinuasiones de su alumna.
Kiara estaba en el suelo con un chichón en su cabeza, tomándoselo con ambas manos. Su maestra a veces podía ser una bruta.
—¡G-gomen, gomen, Izune-sensei!—exclamaba la pelinaranja, arrepentida totalmente mientras lloriqueaba.
Kinoe y Uryu se miraron entre si con un deje de complicidad, aterrados por el simple hecho del caracter de su propia sensei; característico de los Senjus, por cierto.
—Uryu, recuerdame nunca molestarla con Obito-sensei. —dijo el Inuzuka hacia su compañero en un murmullo, su cuerpo temblando cada segundo.
No obstante, la jounin de cabellos grises estaba desatada, tanto que lo escuchó de todas maneras. Nada se le escapaba tan fácil.
—¡Ustedes dos, bakas! —bramó, logrando que ambos la observasen con horror— ¡¿Qué hacen ahí mirándonos como idiotas?! ¡¿Quieren un chichón en la cabeza también?!
Ambos chicos negaron con la cabeza rápidamente y Kiara ya se había puesto de pie entre quejidos. Izune suspiró, calmándose casi de inmediato al verlos así. Esta juventud de hoy, es un caos. Pensó con un bufido, pues no veía respeto alguna en ellos.
—Bien, entonces... ignoremos esto de Obito y sigamos con la misión, —dijo– ya nos queda poco chicos. —prosiguió la peliplateada con una sonrisa forzada frente a los tres.
—Pero nadie nombró a Obito-sen...—antes de que pudiese terminar, Kinoe ya le había tapado la boca a la pelinaranja evitando un nuevo desastre que obviamente no quería.
La Senju los analizó con la mirada y un deje de molesta, un tic adornando lo que era una de sus cejas.
—Oigan, no quiero preocuparlos pero el señor feudal ya no está. —comentó el pelinegro de Uryu con inquietud, tocando así su cabeza mientras observaba hacia todos lados. Su sharingan activado al instante para poder divisar su flujo de chackra.
—¡¿Queeeeeeeee?! —exclamaron los tres.
—¡¿Uryu, qué es eso de no preocuparnos?! ¡Perdiste al señor feudal! —reprochó Kinoe con desesperación, a lo que Uryu lo golpeó en la cabeza.
—!Baka! ¡A mi no se me perdió, ustedes tenían este show incongruente! —gritó, enfadado con el Inuzuka— ¡Ahora no me culpen por esto!
Izune se sintió la más idiota y estúpida de todas las kunoichi's existentes, ¿Cómo se les podía perder el señor feudal? Obito se las iba a pagar muy caro a la Senju por esto. Puesto que, después de todo en sentido figurado la culpa era de él. Siempre pasaba algo malo con su nombre por encima.
—¡Ya, ya! ¡A la calma! — reprochó la jounin, con el semblante serio y si cuerpo inquieto. Haciendo así que todos se quedaran en silencio.— Kinoe ¿Puedes rastrear su olor?
El castaño no lo dudó dos veces y asintió con su cabeza. Izune suspiró con algo de alivio al oírle, no estaba todo perdido después de todo.
—Sasuke ¿Por qué me invitaste a entrenar? ¿Ahora eres gay?
El Uchiha menor de la casona más importante del clan hizo oídos sordos una vez más ante la voz irritante de su compañero y amigo, Naruto Uzumaki. A quien casualmente le había dicho que entrenaran o practicasen alguna técnica. Sin embargo, el rubio ya se imaginaba una cita o un matrimonio.
—Sasuke-teme ¿Entrenaremos solos? —preguntó nuevamente a voz alta— ¿Hasta qué parte llegaremos? Estoy cansado ya, dattebayo. —el rubio suspiró sonoramente tras esas palabras, fingiendo el cansancio absoluto.
Sasuke seguía caminando a su lado, dejándolo hablar... a ver si así se le acalambraba la lengua.
—Oe, Sasuke-teme. —volvió a hablar— ¿Por qué siempre que hablamos, hablo solo yo? —y cuando el Uchiha iba a responder, el rubio lo ignoró— ¡Oh, mira! ¡Un sapito!
El Uchiha menor cerró los ojos con molestia y contó hasta diez, luego hasta treinta y así estuvo durante todo el camino. Contando y haciendo oídos sordos. Naruto realmente era un grano en el trasero, pero le necesitaba.
—Sasuke ¿Cuánto falta? Podríamos haber entrenado en la aldea, así no me cansaba tanto dattebayo. —comenzó a quejarse, pero el chico paró entre unos árboles.
—Ya llegamos, dobe. —dijo el castaño, entre dientes.
El lugar era amplio y habían unos cuerpos de madera pegados a ciertos árboles y a ciertas distancias, era el lugar perfecto para entrenar.
—Oe, Sasuke ¿Aquí es donde siempre vienes? —le preguntó el rubio, elongando sus piernas. Las cuales ya le dolían de tanta caminata.
—Sí.
Dicho esto, el Uchiha tomó en ambas palmas cuatro kunais y los lanzó por los aires, dándole perfectamente a las distancias más complicadas. Naruto intentó hacer lo mismo, y lo hizo, solo que no a distancias tan lejanas.
—Tsk, siempre serás mejor que yo con esto de los kunais, teme. —bufó el rubio, lanzando unos shurikens a las siluetas de madera.
—Pero tu eres más rápido, dobe. Aunque me cueste admitirlo. —dijo el Uchiha, ahora lanzando séis kunais a la misma dirección.
Naruto le puso una mirada maliciosa e indiscreta, antes de usar sus kage-bunshin para lanzar más kunais. En sí, ya era extraño que este lo invitara a entrenar y ¿Ahora lo estaba elogiando? Eso no era normal en el Uchiha, y Naruto lo sabía mejor que nadie. Además, ¿Por qué lo llevaría tan lejos a entrenar?
—Sasuke-teme, —habló el Uzumaki con una sonrisa— ¿Quieres un favor verdad? —le dijo el rubio, intentando no reirse. El Uchiha corrió el rostro con indiferencia, pero a la vez con vergüenza.
—Quién querría un favor tuyo, dobe. -—dijo, disimulando su reacción y ahora practicando algo de taijutsu.
Naruto se tapó la boca con malicia para no reírse nuevamente, y el Uchiha se estaba dando cuenta de aquello.
—Ya, Sasuke, vamos... dime qué quieres, yo no le diré a nadie dattebayo. —insistió con gracia, y Sasuke se rindió fácilmente.
¿Qué sacaba con luchar si realmente necesitaba un favor?
—Está bien. —respondió, con el seño fruncido y cruzado de brazos. Un amargado total.
Naruto se sentó en el césped, inquieto mientas a su vez cruzaba las piernas y esperaba las palabras del Uchiha algo ansioso. Sin embargo, como no se disponía a responder se decidió a hablar por él. Como siempre.
—¿Qué quieres que le diga esta vez a Sakura-chan? —preguntó el rubio, sin rodeo alguno. Sasuke enrojeció por completo.
¿Qué cosas decía?
—¡Dobe, dijiste que nunca hablarías de eso! —se quejó el Uchiha, Naruto alzó los brazos sin mucha importancia e inocencia.
—Gomen, gomen —dijo— pero como esos favores me pides siempre pensé que era eso, dattebayo.
Un tic en el ojo derecho del Uchiha se hacía presente sorpresivamente y el sonrojo no se iba por más que lo deseara con toda su alma; su paciencia realmente estaba llegando al límite pero necesitaba que el Uzumaki le hiciera el favor, solo él podría hacerlo.
Como odiaba este tipo de cosas.
—Primero, prométeme que no dirás nada ni te reirás. —advirtió el pelinegro entre dientes, mientras apuntaba su rostro con el dedo índice, aún con su tic insaciable.
Naruto comenzaba a emocionarse y a ponerse nervioso ¿Qué clase de favor le pediría el muchacho nomehablesnimetoques que solo él sería capaz de hacer? Se sentía importante y necesario. Sasuke era impredecible.
—No, no lo haré, tómalo como una promesa-ttebayó. —respondió enseguida el rubio, con la mano en su bandana como militar. Sin disimular su emoción.
El Uchiha suspiró, no había de otra.
—Necesito que averigues con tu padre si Obito gusta de Izune, es urgente. —soltó rápidamente con algo de vergüenza, para luego lanzarse al árbol.
Jamás se había avergonzado tanto frente a Naruto.
La cara de emoción del Uzumaki poco a poco se fue esfumando y comenzó a formarse en una de confusión. No comprendía ¿Izune-sensei?
—Espera, Sasuke ¿Hay algo que deba saber? No estoy entendiendo. —dijo, detonando su confusión por doquier.
—Solo averígualo y ya, dobe.—bramó el Uchiha— ¿Por qué tienes que preguntarlo todo? Ugh.
Entonces, cuando el Uzumaki volvería a hablar para rechistar o cuestionar sobre tal petición, ambos fueron interrumpidos y sorprendidos por tres personas; quiénes corrían y saltaban sobre los árboles rápidamente sin parar.
La desesperación tintando lo que era sus rostros, al menos a dos de ellos.
—¿Kakashi-sensei? —se preguntó el rubio de bigotes al verlo pasar a través de ellos, con más confusión en su rostro.
¿Qué estaba ocurriendo?
No obstante, por mucho que preguntaran ambos, los jounin siguieron su camino rápidamente. Junto a él se encontraba Rin y en su hombro iba Obito. El peliplata llevaba mucha sangre en su cuerpo y eso les preocupó a ambos, porque el Uchiha mayor no parecía moverse.
Él estaba inconsciente.
Los dos se miraron entre si, ambos con el semblante serio desde ese punto y luego tomaron sus cosas para correr tras de ellos en retorno a la aldea. Algo malo había sucedido y lo sabían con certeza.
El favor tendrían que dejarlo para después. No era prioridad en ese momento.
// Espero hayan disfrutado la lectura, esto es un mundo alterno pero igual puede tener ciertos spoilers.
¡Hola! sé que hasta ahora solo ha sido Obito (perdonen mi obsesión)😭 pero el próximo capítulo será solo de Itachi y Shisui, lo prometo💖 En fin, ¿Qué opinan del agrandado de Sasuke? Jaja que tengan un lindo día y muchas gracias por leer💖😍😘
*Capítulo sin editar*
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro