Especial; One shot.
"Locura en Iwagakure"
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Cuentan las leyendas que el hombre es primitivo, ansioso de instintos y que actúa de acuerdo a la necesidad. No piensa, no relaciona y más que nada sus acciones dependen del sentido común que le den a las cosas ¿Será tan así? ¿Un shinobi es capaz de actuar de acuerdo a la necesidad sin pensarlo antes?
No. No lo sabemos, al menos no hasta averiguar lo que realmente ocurrió aquella noche en donde todo sucumbió de calor a los dos miembros varones del Equipo Minato. Honorables y... un poco desquiciados.
—Rin, ¿Estás segura de dormir en la otra cabaña y no con nosotros? —preguntó el de cabellos azabache, un tanto inquieto y sentado a piernas de indio frente a la fogata en donde todo el equipo se tomaba un descanso. Para conversar, o al menos hacer los planes para el día siguiente en su misión.
Allí. En Iwa.
La castaña asintió, sin siquiera decir algún si o una respuesta animosa. Al parecer el ambiente entre el peligris y la castaña no estaba muy bien. Obito se sintió incómodo de tan solo notarlo con su respuesta.
Siempre en medio.
—Oe, Kakashi ¿Qué le hiciste a Rin? —murmuró en el oído de Kakashi, con su seño levemente fruncido y tapando así su boca para que Rin no descifrara lo que estaba diciendo.
—¿Por qué insinúas que yo le hice algo? —respondió, a la defensiva.
—Pues... porque a veces eres un poco harto capullo con ella. —gruñó en un murmullo el azabache, logrando así que el Hatake diera un bufido.— Maldito bastardo.
—¿Quieres cerrar la boca un segundo? —ahora el peligris parecía molesto, fulminando así los orbes oscuros de su amigo con los suyos. Todo en un murmullo para que Rin no escuchase nada de lo que estaban diciendo.
—¿Por qué debo callarme? ¿Qué le hiciste, pedazo de idiota?
Kakashi soltó un gruñido, finalmente hartándose de las insinuaciones de su amigo cuando en realidad él era quien estaba molesto con la castaña. Con quien ya tenía suficiente. Por todo le celaba o reprochaba, incluyendo a Anko y Kurenai. Algo demasiado idiota para su pensar, él era demasiado pegado a las reglas en ese entonces como para engañar a su novia y ellas no eran de su gusto ¿De dónde mierdas sacaba esa idea?
Era inútil.
—¡Oe, Kakashi! —exclamó el azabache a cejas fruncidas— ¡Que te estoy hablando! ¡Oe!
Kakashi se puso de pie, ignorando así todos los llamados insaciables del Uchiha o la mirada escondida e inquieta que tenía Rin sobre él. Se iría a dormir, sí, eso es lo que haría.
Ya tenía suficiente.
—Ugh, es un... —se quejó Obito, segundos antes de no ponerse de pie para ir en su búsqueda, solo por la mirada apenada de su compañera— Por dios Rin ¿Cómo es que lo aguantas? —cuestionó en un bufido cabreado, en cuanto el peligris se iba pasó a paso hacia la cabaña del fondo.
Sus pasos siendo vagos y algo perezosos. Como si nada le importase.
—Tiene sus momentos, hay que dejarlo solo. Así como a ti cuando te enojas... —respondió en un murmullo apenado, logrando así que Obito se pusiera de pie y se sentase a un costado de ella. Demasiado cerca.— Obito ¿Qué haces?
—¿Por qué no te quedas conmigo en vez de Bakakashi? —soltó, sus mejillas algo sonrojadas mientras sonreía tímidamente. Rin soltó una risa pequeña y se tomó la frente— Mira, conmigo serías feliz 14/7 y no habrían mañas como las de Kakashi. Haría todo lo que me pidieras con tal de hacerte feliz.
Nuevamente, Rin soltó una risa. Si tan solo fuera así fácil.
—Es 24/7 y no me quedaré contigo, amo a Kakashi —respondió, con algo de gracia— sabes lo que siento Obito.
—Oh, vamos...
—No. —cortó, soltando otra risa apenada al mantener su pensamiento fijo en Kakashi. Mientras empujaba levemente a Obito— Además, si Izune te viese coqueteando de esta manera conmigo de seguro te corta la cabeza. Ella me odia ¿No?
Obito dio un suspiro fastidiado, finalmente rindiéndose y alejándose un poco de su costado.
Maldito Kakashi.
—Yo diría que es al revés, a ella le vas y le vienes Rin. No le importas. —contestó con molestia, estirando así un poco sus piernas mientras las chispas del fuego se mezclaban con la oscuridad— Neh, dime ¿Qué ocurrió con Kakashi?
—Nada que importe, él está extraño conmigo nada más. —respondió con timidez, dando así un suave suspiro sin dejar de ver las llamas— Ojalá pudiéramos ser como tú con Izune, por mucho que no me venga ella o lo de follamigos.
—¿Nani?
—Te gusta ella, son muy amigos y follan siempre. Se entretienen bastante cuando están juntos. Por mucho que no entienda como ella te entretiene. –explicó con un leve puchero en sus labios— Se tienen mucha confianza y ese pacto que tienen es... no lo sé, estoy nostálgica. Mejor ignora lo que digo.
—A mí no me gusta Izune, lo sabes Rin. —gruñó el Uchiha, confundido y un tanto a la defensiva— Ella es mi mejor amiga, es fea y gruñona de naturaleza. Aunque sí, la aprecio más que a mi propia vida, eso es obvio. Pero no sé si podría llegar a gustarme de la otra manera... ¿De dónde sacas eso?
Rin alzó sus hombros, una leve sonrisa tintando su diminuto y frágil rostro. Por mucho que no le gustase la idea.
—Intuición. —dijo— Ella es manipuladora, poco a poco te llevó a la cama y eso te quedó gustando ¿No? Nadie me asegura que después te ata a sus redes maléficas.
—Rin...
—Lo siento, no lo pude evitar. —respondió, alzando los brazos con inocencia— Por mucho que lo intente, me caga lo perfectilla y honorable que es. Sobre todo porque le hace creer a todos que es virgen y seguro ya ha hecho todo el kamasutra contigo.
—Debe mantener la imagen perfecta del Hokage, no es su culpa.
—Si claro.
Obito dio un suspiro, arrancando así un diminuto retoño de pasto que había en su costado, para luego lanzarlo a la fogata y quedar en silencio. Extrañaba mucho a su mejor amiga ahora que lo pensaba y escuchaba a Rin, pero aún así no podrían ir hacia Konoha en unos cuantos días. Tendría que aguantársela.
Rin por mucho que le gustase desde tiempos antiguos, no era Izune como para entretenerse. Y mucho menos le daba el sexo que tanto añoraba.
—¿Y si cambiamos el tema? —soltó el azabache— me haces extrañarla. Y no me gusta como hablas de ella.
Rin bufó, enseguida alejándose un poco más de Obito en aquel tronco en donde estaban sentados. Fastidiada.
—Solo llevas dos días fuera, no seas llorón.
—Te puse celosa ¿No es así?
—Obito...
El azabache soltó una carcajada, nuevamente lanzando retoños de pasto hacia la fogata con pereza. Mientras así observaba la luna junto con las chispas que se iban mezclando y pensaba en su amiga o en lo que estuviese haciendo en ese momento, pues cuando volviera seguro tendría su revancha. Sí, ni siquiera quedaría cama para ello.
Él lo sabía muy bien. O tal vez no. Ganas no faltaban para el cometido.
«...»
Kakashi cerró la puerta tras de él, frenando sus pasos y soltando un enorme suspiro consigo. Todo estaba oscuro dentro de la acogedora cabaña en donde suponían hospedar el equipo Konoha y el equipo Iwa, había paz y eso lo pudo sentir de sobra. Aunque había una habitación que desprendía una poca de luz, cosa que llamó su atención.
Ellos como equipo en su misión, tenían como prioridad el resguardar al equipo honorable de Iwagakure, mientras que el equipo Sunagakure era el encargado de resguardar al de Kirigakure. Si algo sucedía a cualquiera de ellos dos era meramente su responsabilidad. Solo por esa razón a pasos sigilosos llegó hasta el lugar donde provenía la luz, y por el rabillo de la puerta observó que todo estuviese en orden.
Aunque lo estaba.
Ambas chicas estaban despiertas, sentadas con sus rodillas sobre el suelo y sus talones bajo el trasero, mientras así jugaban a las cartas. Hanafuda. Pensó el Hatake, analizando inquisitivamente sus movimientos. Esto debido a que también tenían que estar atentos a cualquier ataque enemigo o traiciones entre los equipos. El Tsuchikage no era alguien que precisamente aceptase la paz con tanta amabilidad, y de eso él estaba seguro. Tenía que ser cuidadoso.
—Nai, ¿Qué opinas de los jounin de Konoha? —una de ellas finalmente habló, lanzando una de sus cartas sobre el suelo. La otra, enrojeció enseguida ante la mirada maliciosa de su rubia compañera.
—¿Q-qué tratas de insinuar?
—Nada, nada. —se burló, viendo como la chica que tenía en frente lanzaba una carta sin pensar en nada— Solo quería saber qué pensabas, tienen buenas habilidades. Nunca había visto el poder de un Uchiha tan de cerca.
—Es cierto, yo tampoco. —asintió la morena, finalmente quitando un poco su sonrojo— Aunque no es de mi interés el poder de los Uchiha, solo causan problemas con ese ojito rojo que tienen.
—Bueh, ese ojito rojo nos está ayudando a la nación y a nosotros. —insistió la rubia, mientras la otra alzaba sus hombros— Además, el otro equipo de seguro nos quiere joder ¿O te piensas que Kirigakure viene en son de paz? Ese equipo es el que menos me da confianza para esta misión. Son aliados de mercenarios seguro.
—A saber, mientras no nos hagan daño no podemos hablar antes de tiempo.
Entonces, la rubia frenó su jugada con una de sus cartas sorpresivamente. Sus ojos se entrecerraron levemente y en cosa de segundos lanzó un kunai hacia la puerta. Kunai el cual fue atrapado instantáneamente por la mano del peligris.
La otra chica estaba sorprendida, sobre todo porque tras del jounin de máscara en su rostro se encontraba Hiro, el otro compañero de Iwa que suponía estar dormido. Sujetando con su brazo el cuello del peli plata.
Aunque él ni se inmutó.
—¿Espiando chicas? —murmuró, demasiado cerca del peligris. Aunque, Kakashi no movió un solo músculo. Relajado— ¿O espiando información?
El peligris alzó sus hombros, dando un enorme suspiro de cansancio.
—Ninguna de las anteriores. —respondió— ¿Puedes soltarme ya?
—No confío en Konoha. —gruñó el chico, quien confiaba miradas cómplices con su compañera la rubia. Mientras que la morena tan solo observaba desde su posición. Sorprendida.
—Una lástima que así sea, porque en realidad los resguardamos más de lo debido a ustedes. —respondió el Hatake, a manos alzadas y mirada tranquila. Por mucho que estuviese cabreado antes con Rin, en estos momentos el ponerse agresivo tan solo era una mala idea— Kirigakure trama cosas, nuestra misión es vigilar que ustedes tres salgan ilesos. Así que, podríam...
—¡¿Qué está sucediendo?! ¡Suelten a Kakashi, ahora!
—Ay madre, lo que faltaba. —se murmuró el peligris, fastidiado por completo al ver como el gritón de su compañero pretendía atacar a quien lo tenía sujeto de atrás. Obito no tenía pelos en la lengua, ni en alguna otra parte que indicara un deje de sutilidad.— Obito, no lo ataques. Solo están asegurándose de que no seamos los malos. Quieto hombre.
Obito, a cejas fruncidas y cuerpo tenso apretó sus puños. Conteniéndose. Sin doblegar su postura o siquiera quitar el rojo de sus ojos para atacar o contraatacar en caso de cualquier incidente. Una mala situación, o que el chico tras Kakashi se dispusiera a finalizar su cometido.
Sin embargo, él no lo hizo.
—Hiro, quítale las manos de encima. —habló la morena desde el suelo, finalmente poniéndose de pie y yendo a un costado de su compañera— Dudo que nos quieran hacer daño, ellos nos defendieron de los mercenarios ¿Recuerdas?
El castaño observó a la rubia de ojos grises, esperando una orden al ser la líder de su equipo. Mientras Kakashi estaba a la espera al igual que Obito.
Quien moría por atacar al muchacho.
—Si, haz caso a Naisha y quítate. —soltó finalmente la rubia, dando un suspiro— Si nos ponen las manos encima yo misma me encargo.
—Pff...
Todas las miradas se posaron en Obito, quien rodaba sus ojos frente a las últimas palabras de aquella chica de Iwagakure. Aún así, nadie dijo algo sobre ello. Solo tuvo la mirada reprochable de su amigo y un leve golpe en su hombro de parte suya.
Era un peleón de primera.
—Pues venga, vamos a dormir entonces. —habló Hiro, finalmente guardando su arma para ir a su habitación— Siento mucho atacar al prodigio de Konoha.
—Ey, —se quejó el azabache— a mí no me has atacado.
Entonces, Hiro rió.
—No hablaba de ti.
—¡¿Eh?! —exclamó el azabache, enseguida queriendo correr hacia el muchacho con ese deje de cabreo que siempre tenía. Si no fuese por Kakashi de seguro hubiese llegado— ¡Kakashi, tú lo has oído! ¡Él...
—No miente, ya vete a dormir. —gruñó, sujetando así a Obito de su chaleco jounin para que no se moviera un centímetro— Y ustedes, también vayan a dormir. Mañana debemos salir temprano para complementar todo lo que falta.
La morena de ojos castaños asintió, obedeciendo enseguida a las palabras de Kakashi. Mientras que la rubia un tanto a regañadientes hacía lo mismo, cerrando la puerta en su cara para no tener que dar buenas noches o una disculpa.
—¡Kakashi, que lo has oí...
—¿Dónde está Rin? —cortó sus palabras, la seriedad siendo innegable en su rostro. Obito tan solo frunció más el seño antes de zafarse.
—Ahora te preocupa ¿No? Eres un...
—No empieces ahora, marrano. —dijo, un tanto fastidiado— ¿Ha quedado en la otra cabaña?
Obito se cruzó de brazos, fingiendo más molestia de la que podía sentir en ese momento. Aunque luego soltó un suspiro. Madurez. Eso es lo que necesitaba en las misiones, Rin se lo había dicho.
Por mucho que Izune dijese que un poco de diversión no estaba mal en misiones, si que necesitaba madurar un poco. Ya tenía 22 años, no podía estarse molestando por cosas banales que ni siquiera le involucraban del todo. Él tampoco tenía pareja, no era como si pudiese dar algún consejo sobre ello o una solución.
—Pues... sí. —respondió— No quiso quedarse con nosotros por tu culpa.
—Enviaré al chico este, —dijo el otro, ignorando las últimas palabras de Obito con cansancio— Benzaiten y su equipo no me son de fiar. Kirigakure tendrá que tramar algo.
—Como digas, después si Rin se folla al chico este la culpa será tuya. No mía.
Kakashi presionó los puños, aguantando ¿Es que Obito siempre tenía que ser así?
—¿Acaso no hay otra cosa en la que pienses, que no sea sexo?
—Tú lees el Icha Icha frente a los niños y no complaces a la mujer más bella de Konoha, pensar en sexo es poco a comparación tuya.
Óbito parecía ofendido. Y Kakashi perdía su poca paciencia.
—Mira pedazo de idiota, —comenzó a hablar, rechinando un poco sus dientes— si insistes con eso, olvídate en que guardaré tu secreto del cajón con Izune.
Entonces, en cosa de segundos el rostro de Obito palideció y enseguida se tornó un tanto preocupado. Una leve gota siendo evidente en su frente mostrando el temor que podía sentir si aquello era revelado.
—Juegas sucio, Bakakashi.
—Así es como hay que ser contigo.—gruñó, finalmente caminando hacia la habitación del chico para hacerle saber de su cambio.
Entonces, el azabache tan solo suspiró. Qué ganas de follar. Se dijo, dando un suspiro y metiendo inconscientemente una de sus manos bajo el pantalón negro. Las situaciones así de tranquilas lo aburrían un poco, con Izune la misión tendría algo de emoción. O tal vez no. Todo era mejor y más divertido con ella.
Aún así, siempre tenía ganas. Y al no poder coger con su mejor amiga antes de marchar, esa ansiedad era aún mayor estando ahí solo con dos mujeres guapas a las cuales resguardar.
Se tocó un poco, por sobre el bóxer de manera perezosa y relamió su labio inferior. Sin embargo, luego quitó la mano de ahí al ver como Kakashi junto a Hiro salían de la habitación y el muchacho se iba de la cabaña. No dijo palabra alguna, simplemente siguió a su compañero con la mirada y vio su cansancio al sentarse de golpe en el sofá que había en la parte principal de la cabaña.
Quizás, a Kakashi también le había falta un folleteo.
—Oe, Kakashi. —habló, mientras tomaba asiento en el otro sofá que había al costado y captaba la atención del peligris.
—¿Ahora qué?
—¿Hace cuánto no follas con Rin? —soltó, con una mueca pensativa en su rostro.
—¿A qué viene esa pregunta? —evadió el Hatake, inquieto y fastidiado en aquel sofá.
—No lo sé, tienes cara de querer follar. —dijo, alzando los hombros— Yo con Izune no alcanzamos a hacerlo antes de venir, así que ando con ganas ¿Tú no?
—El burro por delante...
—¿Eh?
El azabache parecía confundido, mientras observaba como el Hatake cerraba sus ojos e intentaba dormir. También moduló una mueca después, pues al parecer su compañero nunca lo escuchaba y eso lo cabreaba un poco. Sin embargo, no le dio mayor importancia y se quedó ahí. Estático. Insatisfecho. Observando el techo y pensando en Izune. Muerto de ganas.
Sus labios, sus pechos y las chupadas. Todo. Que ganas. Se repitió mentalmente, mientras así metía nuevamente la mano bajo su pantalón. Sin embargo, no alcanzó a siquiera moverla un centímetro para masajear antes de que Kakashi le tomase el brazo y frenara lo que estaba haciendo.
Obito gruñó.
—Ni se te ocurra.
—Pero Kakashi, no seas injusto. —se quejó en voz baja, un tanto irritado— Ni siquiera soy ruidoso, no te vas a dar ni cuen...
—No.
—Oh, vamos. Seguro es porque te pondrías a pensar en Rin y...
—¿Te quieres callar un momento?
—Déjame satisfacer mis necesidades aunque sea un ratito entonces, —insistió— joder. No seas egoísta.
—Que no te digo, no seas marrano. Hay chicas adentro y estamos en una misión.
Obito soltó un nuevo gruñido, intentando así quitar el agarre de su compañero mientras mantenía la mano en el lugar donde debía estar para tocarse un poco. Ambos forcejeando entre sí, y sus posiciones siendo poco favorable para ambos. O eso fue al menos hasta que la luz del salón se encendió sorpresivamente.
Lo cual hizo que ambos se quedasen estáticos.
—¿Eh? —oyeron desde en frente una voz femenina, ambos maldiciendo la posición desprovechada en la que se encontraban y la chica no fue capaz de decir algo. Al menos no aún.
No obstante, el azabache aprovechó de inmediato la instancia para quitarse al sonrojado Hatake de encima. Aunque también, tuvo que quitar su mano del pantalón para ello.
A regañadientes.
La chica, morena de cabellos largos y baja estatura parpadeó un par de veces más frente a ellos. Sonrojada hasta los pies por lo que acababa de ver. No sabía ni qué decir sobre ello.
—Eh... ¿Necesitas algo? —carraspeó Kakashi con algo de vergüenza, intentando así mantener su compostura de ninja prodigio y no de un gay en el closet. Sus mejillas siendo algo rojizas.
—Uh, solo iba a... ¿Son gays?
Ella no lo pudo evitar, la chica de Iwa simplemente actuó de acuerdo a sus pensamientos y aquellas palabras salieron de su boca sin siquiera meditarlo y llenísimas de vergüenza. Se le hacía difícil creer en que ambos jounin pudiesen tener algo que ver entre sí.
—¡¿Nani?! —exclamó de inmediato el azabache, observando con mucho asco y sorpresa a quien era su compañero— ¡Kakashi será gay pero yo no, que conste! ¡Asco!
—¡No soy gay, pedazo de idiota! —le reclamó en el mismo tono el Hatake, muerto de la vergüenza por culpa de su amigo— ¡Deja de encubrirte conmigo!
—¡Tú me tenías agarrado, yo solo quería mastur...
—¡Por última vez te lo digo! ¡¿Quieres callarte?!
Naisha parecía sorprendida, hace unas cuantas horas huyendo de los mercenarios, ambos parecían ser temidos y muy frívolos al momento de luchar. Uno por ser prodigio y el otro solo por el hecho de ser Uchiha. Y verles ahí, de esa manera tan vulnerable solo le causaba sorpresa e incluso algo de curiosidad.
¿Acaso todos los shinobi's eran así en el fondo tras sus máscaras?
—Yo... solo no podía dormir, pero descansen...yo...
Aquellas palabras fueron las únicas que Naisha pudo pronunciar antes de intentar escapar hacia la habitación en la que estaba la rubia. Sin embargo, al hacerlo no demoró en chocar con los vagos pechos que su compañera tenía. Ella parecía molesta y a la vez divertida.
Ese no era el baño. Y ella estaba muy sonrojada para su gusto.
—Nai ¿No ibas al baño? —picó la ojos grises, causando el sonrojo inmediato de la morena. Si no fuese por la presencia de ambos jounin, de seguro ya le habría dado una colleja a la rubia por insinuar cosas. Se pasaba de molestosa.
—¿Hasta qué punto vas a llegar con es...
—Tampoco puedes dormir ¿Uh? —interrumpió el azabache de pronto, una sonrisa llena de malicia pegándose en su rostro al ver los pantalones cortos de la rubia. Aunque, la morena no estaba para nada mal— Podrían sentarse acá y así conversamos un rato. Con Kakashi tampoco podemos dormir.
El peligris lo notó enseguida, como si hubiese previsto esa situación cuál oráculo fuese. Su seño frunciéndose casi por inercia al ver hacia donde se había ido su vista y pensamientos. Cosa por la cual dio un enorme golpe en su hombro, antes de acercarse a su oído con advertencia.
—¿Qué estás tramando? —gruñó en un murmullo, observando de re-ojo las miradas de ambas chicas que también conversaban entre sí de la misma manera. Cuchicheando.
Obito alzó sus hombros, suspirando antes de morder su labio.
—Nada, nada.
—Obito, te juro que si se te ocurre follar en esta cabaña yo mismo te sacaré a patadas. No estoy jugando e Izune te diría lo mismo. No seas un animal.
Obito ahora estaba entre la espada y la pared, el solo hecho de nombrar a Izune en una situación así no lo hacía más que peor. Por ella no estar para satisfacerlo, y por la mísera razón de su pacto si es que las cosas se daban bien con la rubia de Iwa. Ellos no podían follar con nadie más que no fueran ellos mismos. Así lo habían dicho, y él confiaba en Izune.
Ahg, maldito Kakashi. Pensó, presionando uno de sus puños al sentirse culpable. Tal vez sí, mejor era que ambas chicas se fueran a la cama antes de que comenzase a fantasear más de la cuenta.
—Oigan, no, creo que mejor...
—Nos parece bien, de todas maneras no agradecimos la ayuda con los mercenarios. Una charla no vendría mal. —interrumpió la rubia, ubicándose en el mismo sofá que Obito con suma confianza. Mientras que Naisha tan solo se ubicó de cuclillas en el suelo, no sintió la fuerza suficiente como para sentarse a un costado de Kakashi. Al menos no aún. — Ustedes son bien fuertes.
Obito alzó sus cejas, un tanto sonrojado. Enseguida carraspeando y arreglando un poco su ropaje. Era el momento perfecto para brillar por sobre Kakashi, quien solo rodó sus ojos al ver la actitud infantil que estaba teniendo el pelinegro.
—Bueh... es lo que consigues por ser un Uchiha ¿Sabes? No es difícil luchar allá fuera, es pan comido.
La rubia de ojos grises soltó una risa, sintiendo mucha ternura al verle así, y es que los Uchihas antes que nada también eran conocidos por lo guapo que lucían. Y aunque Obito no fuese tildado el mejor, para la chica de Iwa era bastante guapo. Al igual que el Hatake.
—No lo dudo. —dijo ella, echando un mechón de su cabello hacia atrás mientras por poco se lo comía con la mirada. Irónico es que hace unos minutos tan solo quería arrancar su cuello por desconfiar— Por cierto, soy Kira. Creo que lo dijimos antes pero quizás ya no se acuerdan, ella es Naisha.
La morena alzó su mano en señal de saludo, bastante incómoda con toda la situación. Pues al parecer los únicos que hablaban eran la rubia y el azabache. Aunque no le sorprendía, su compañera de equipo siempre fue así de sociable y el azabache parecía ser un chico extrovertido. Alguien con quien era fácil sacar una conversación.
Pero Kakashi... ¿Acaso ese hombre hablaba, más que para dar órdenes o defenderse? Ella lo había comprobado antes, pero ahora estaba ahí; estático y congelado en su lugar. Mientras por poco asesinaba con la mirada a Obito.
No tenía de qué charlar, ni tampoco pensaba él cómo sacar un tema para ello.
—¿Es enserio? ¿Así se hicieron honorables? Vaya, y yo creyéndome la hostia cuando ustedes están casi al mismo nivel. —insistió en hablar el azabache, sin quitar la mirada de sus piernas descaradamente. La rubia lo había notado, pero no es como si le molestase aquel hecho.
De hecho, le fascinaba que así fuese.
—No nos compares, somos de diferentes lugares. Tal vez en Konoha seamos el equipo más débil. —comentó la rubia, observando de re-ojo a su compañera— Aunque Naisha es muy buena utilizando el elemento lava ¿No es así, Nai?
Ahora ambos hombres habían posado su mirada en la morena, quien muerta de vergüenza balbuceó y luego negó con su cabeza.
—No, no, Kira solo exagera. Yo...
—Es genial, deberías preguntarle cómo venció a diez enemigos la semana pasada Kakashi. —habló directamente hacia el Hatake, sorprendiéndolo— Bueno, si es que puedo usar ese nombre informal para ti.
—No te preocupes, gracias a este idiota ya estamos en confianza. —ironizó, aún queriendo asesinar a su amigo con la mirada— Pero venga, si quieres contarme la experiencia yo escucho y...
La mirada de Obito en vez de inocencia ahora detonaba malicia pura, su mano poco a poco bajando hacia su muslo por sobre el pantalón. Solo para luego quitar su mirada de la rubia con mucha vergüenza al haber pasado aquella mano sobre el muslo desnudo de ella. Si lo viese Izune, estaba muerto.
Pero ella no estaba ahí ¿Por qué se preocupaba tanto? Solo era un pacto ¿No? Ellos no eran novios, no tenía por qué dar explicaciones ¿O si? Tantas dudas inundaban al azabache en ese momento, mientras sentía un hormigueo en sus partes bajas de tan solo sentir la piel suave de esa rubia de ensueño e imaginársela de mil maneras sobre y bajo él. Era un martirio.
Más si ella lo observaba de esa manera tan lasciva.
Por otro lado, al parecer Naisha ya había quitado un poco su incomodidad al haberse sentado finalmente a un costado de Kakashi. Narrando los hechos de sus últimas misiones mientras el peligris parecía sorprenderse un poco, nunca había visto a alguien con semejante elemento y que lo dominase tan bien. O quizás solo no había tenido la oportunidad de hacerlo.
La chica le agradaba, tenía una mirada tímida y sensual a la vez. Era difícil de explicar, muy parecida a las facciones que solía poner Rin cuando quería tener un folleteo. No, él no podía estar pensando en esas cosas. Estaba molesto con Rin pero aún así no pensaba en jugarle sucio, jamás.
Esto solo le daría la razón a la castaña una vez más. Y él no le daría en el gusto.
Así, pasaron unas cuantas horas de conversación e intercambio de ideas. Mientras Obito ya tenía a la rubia en sus brazos —literalmente—, pues su brazo estaba sobre su hombro mientras que Kira acariciaba lo que era su abdomen por sobre su ropa. La cabeza estando directamente pegada al hombro de Obito, olfateando así su aroma. Él parecía ser un tipo bastante limpio, para como lo llamaba su propio compañero y eso le gustaba.
Por otra parte, la morena y Kakashi tan solo conversaban. Ningún tipo de acercamiento hubo entre ambos, pero eso le agradaba a Kakashi. No solían gustarle las mujeres lanzadas y por lo visto Naisha no era una de ellas. Eso le atrajo de cierto modo, por mucho que no quisiera. No tenía que dar en el gusto a Rin, o mucho menos al azabache.
Tal vez ya deberían ir a la cama. Pero no confundan. A dormir, solo a eso ¿O no?
—Oe, Kakashi... —habló el pelinegro, al ver como el peligris por poco se dormía en el sofá.— Kira ha dicho que cerca de acá hay aguas termales nocturnas, tal vez podría...
—No, no puedes salir de esta cabaña. —cortó el Hatake, bastante harto de lo infantil y animal que estaba siendo el Uchiha— Estás en una misión, no de vacaciones.
—No dije que fuéramos solo yo y Kira, ustedes también. Disfruta un poco, no seas aburrido Bakakashi.
—El burro por delante...
—¿Eh? —soltó, confundido a la risa pequeña de la rubia— Ya has dicho eso dos veces ¿Qué te pasa?
Kakashi suspiró con algo de gracia, después de todo Obito si era un burro para no comprender. Aún así tener la mirada de Naisha sobre él le daba algo de incomodidad y nervios. Sus ojos eran bastante finos, preciosos.
—Vamos, Kakashi. —insistió Obito, finalmente poniéndose de pie mientras abría sus brazos— Solo será un rato de descanso y luego volvemos. No pasará nada.
—No.
—Vamos, amiguito. —prosiguió, con una sonrisa inocente mientras señalaba con su cabeza a la rubia. Sin embargo, la mirada de Kakashi estaba neutra— Por favor.
—¿Qué diría Izune sobre esto que quieres hacer? ¿Eh?
La cabaña quedó en completo silencio, mientras una gota de preocupación se mostraba en su frente. Kira estaba sorprendida y Naisha también, puesto que por los movimientos lanzados de aquel Uchiha jamás pensaron que pudiese tener novia o un parecido.
—Obito ¿Tienes novia? pues...
—¡No! —exclamó, desesperado y hasta el colmo de las palabras de Kakashi hacia la morena— No, no, no. No tengo, ni siquiera sé quién es esa Izune de la cual habla. Kakashi solo...
—Uh, que encantó ver como la niegas. Te recibirá de brazos abiertos cuando se entere.
—Ka.ka.shi. —gruñó entre dientes, acercándose al peligris para tomarlo del chaleco jounin y enseguida ponerlo de pie— Yo y tú tenemos que hablar, ahora.
Kakashi soltó una risita, divertido.
—El burro por delante...
Entonces, el azabache no resistió un minuto más y lo llevó directamente a la habitación de ambas chicas, cerrando la puerta consigo. Bastante cabreado.
—¡¿Qué es lo que estas haciendo, joder?! —exclamó en voz baja— ¡¿Me quieres matar de culpa o qué?!
—Obito, estamos en una misión. —dijo, cruzando sus brazos— Tenemos que resguardarlas, no follarlas.
—Pero la rubia es fácil y estoy seguro que la morena si la amiga se lo pide, cede. No te quita la mirada de encima, por favor. No sabes las ganas que tengo desde que vinimos y tú ni siquiera me dejas masturbarme, eres un injusto. Si te arreglaras con Rin seguro andarías follando en los baños o qué se yo ¡Por favor!
Kakashi se tomó la frente, sin poder creer lo necesitado que estaba su amigo para, en primer lugar hablar mal de las mujeres y en segundo para negar el pacto de su mejor amiga. O peor, en tercero, meterlo a él en su enrollo.
Rogar por ello.
—Yo no follaré con Naisha, olvídalo.
—Sí, si lo harás. —insistió el azabache— Te conozco, yo también vi como la mirabas.
—Estoy con Rin, no puedo aunque quiera.
Tras oír esas palabras, Obito cambió su semblante preocupado a uno de malicia enseguida, y el peligris no lo comprendió.
—O sea que si quieres... —canturreó, apuntando con su dedo índice en su dirección.
—Obito, no me hagas esto. —dijo—Yo solo quería dormir.
—Mira, si vamos a las aguas termales de seguro nadie se entera. Yo no le diré a Rin y tú no le dirás a Izune ¿Vale?
—Obito...
—Solo será una vez, Rin te ha hecho pasarla mal esta semana. Tú lo has dicho, aunque no sé cuál sea tu problema con ella tienes que disfrutar un poco. Salir de tu rutina, de tu zona de confort. Vamos, Kakashi... Solo será una vez. Muero por follarme a Kira, además a mí las mujeres ni me miran y que ella venga a coquetearme es un regalo del cielo. No seas injusto.
—Pues...
Kakashi titubeó. Por primera vez en su corta vida titubeaba su pensar o en lo convincente que podía ser Obito a veces. Lo había decidido. Por mucho que no le gustara la idea.
—Ve y fóllatela, pero ni pienses que yo iré.
Entonces, Obito lo abrazó como nunca antes lo había hecho. Sin dudarlo un segundo antes de salir e ir a por la rubia. Olvidándose de su pacto con Izune casi por completo. Sería una noche inolvidable.
«...»
—No puedo creer que me hayas traído de igual forma.
El peliplata a puños cerrados murmuraba con mucha molestia a su amigo. Observando y analizando sus alrededores. Mientras, la rubia conversaba con el recepcionista del lugar y tenía a Naisha a su costado, pensativa. El sector era privado, así que no tendrían problemas con que alguien más los viera.
La rubia era experta en ese tipo de cosas.
—Oh, vamos. Igual querías... —bufó el azabache— yo no te obligué.
—Pero tú...
Tarde. El azabache ya se había ido de su costado para ir y pasar su brazo por sobre el hombro de la morena, quien ya estaba un poco más en confianza. Al menos con la rubia y el azabache, porque Kakashi tan solo parecía un ninja muy gruñón y pegado a las normas. No era alguien fácil con el cual hablar.
—¿Y a ti que te dio por abrazarme? —se quejó la morena, incómoda mientras ingresaban al lugar. Kira agradeciendo al recepcionista antes de seguir a los otros tres.
—No lo sé, igual eres muy bonita. —confesó— Dan ganas de abrazarte.
—¿Siempre eres así?
—¿Así cómo?
—Capull...
—¡Vamos, Nai! ¡Tenemos que quitarnos la ropa!
Antes de que pudiese responder, la rubia sin previo aviso tomó la mano de su compañera, por poco corriendo a los vestidores para ingresar a la enorme piscina temperada que había en el sector. Generalmente estas cosas no eran mixtas, pero Kira tenía dotes para convencer al recepcionista. Así que no tendrían problemas con ello tampoco.
—Se van a sacar la ropa, joder. —por poco gimió el azabache, mordiendo su labio inferior mientras golpeaba al Hatake de su costado.— Muero por ver esas malditas te...
—Calla. —reprochó— No seas animal.
—Oh vamos, tú también quieres.
—Pero no se lo digo a medio mundo. —se excusó en un gruñido, algo nervioso ante la mirada burlona que tenía Obito en su rostro.— Deja de mirarme así ¡Joder! Yo debería estarme burlando de ti, no tú. —suspiró, irritado— Mejor olvidemos esto y vamos a quitarnos la ropa de una buena vez ¿Quieres?
Obito soltó una enorme carcajada, alejándose así un poco al tener la mirada amenazante de Kakashi sobre él. Pocas veces se le veía de esa manera al ninja prodigio y Obito tenía que aprovecharlo.
—Juro que después de esto te arrepentirás. —rechinó el peligris, apuntando hacia el azabache con su dedo índice— Realmente lo juro, y yo no juro en vano pedazo de escoria.
—Si, si, lo que digas... sexokashi.
El azabache siguió riendo un momento, en señal de burla, para luego ingresar a los camarines y quitarse la ropa antes que su amigo lo asesinara por aquellas palabras. Aunque, Kakashi tan solo siseó un poco, ignorando al azabache y observando el cielo oscuro mientras pensaba en Rin. Tal vez, ni siquiera terminarían follando con ambas chicas y él solo se abrumaba por nada. Tenía que quitar algo de estrés, si, eso tenía que hacer para pensar con claridad.
Que sea lo que sea, guíame por primera vez... Obito. Pensó, para finalmente seguir los pasos de su amigo en el camarín y descansar un momento. No tenía de que preocuparse, al menos no por ahora.
«...»
—Vaya, es muy bueno todo ¿Saben?
La conversación entre los cuatro ninjas se hizo amena en cuanto Kakashi lanzó al Uchiha sin previo aviso a la enorme piscina termal. Solo en orden de dejarle en vergüenza al estar ambas chicas dentro por diversión. Naisha cubriendo casi todo su cuerpo al verles en un principio, mientras que a la rubia poco le importaba ese hecho. Había Sake, aunque eso no fue prioridad en ninguno de ellos.
La cosa es... Ahora tenían más confianza que antes, y ya habían expresado lo suficiente como para no sentir vergüenzas. Todo era muy ameno entre todos.
—Obito, tienes algo en el cuello ¿Puedo ver? —cuestionó la rubia luego de unos segundos de silencio, gateando descaradamente en el agua para acercarse al azabache que parecía disfrutar de su vista. Naisha la siguió para no quedar sola, sus cabellos oscuros pegados a sus hombros haciendo que el Hatake a un costado de Obito tragase saliva.
Ingenuo, eso es lo que había sido. Pues, la morena lucía demasiado guapa estando de esa manera y mucho más al notar sus senos bajo el agua que poco a poco se hacía cristalina. Era simplemente tortura.
—Eh... si hablas de la separación de mi cuerpo, bueno pues no tengo na...
—No es eso, déjame ver. —se quejó ella, frunciendo el seño mientras notaba lo tímida que estaba siendo Naisha. Ya tenía al Hatake bajo sus redes ¿Por qué sisear ahora?
—Adelante. —respondió Obito, algo confundido e inseguro— Mira lo que quieras.
La rubia de ojos grises, sin siquiera rechistar tomó suavemente los hombros del pelinegro y comenzó a masajear esa zona de manera agradable y hasta algo pasional, logrando así que Obito cerrase sus ojos y diese suaves suspiros a cada movimiento. La chica no lo hacía para nada mal.
Sus manos eran simplemente el paraíso, y su parte baja era la que más daba evidencia de ello.
—Hace años tuve que aprender a hacer masajes, en caso de que el Tsuchikage lo necesite. Todos en Iwa deben saber hacerlo, es una obligación. —comenzó a charlar la rubia, mientras poco a poco lo iba transformando en un murmullo muy cerca de su oído; estremeciéndole.— Tú estás más tenso que él, vas a necesitar relajarte muuucho.
—¿Tú crees?
—Ajá...
Poco a poco, lentamente la muchacha comenzó a besar sus hombros tras de él. Pasando la lengua, y dejando suaves marcas. Sin importarle el hecho de que Kakashi estuviese observando la escena con sorpresa fingida, mientras tomaba un poco de su bebida para no tener que lidiar con lo que pretendía evitar.
Naisha estaba muy cerca suyo. Fuerza de voluntad, eso es lo que necesitaba. O tal vez sí, un folleteo.
—¿Te gusta? ¿Sigo así? —murmuró la rubia en su oído, mordiendo levemente el lóbulo de su oreja y bajando sus manos hasta la cadera por detrás, para luego así pasar ambos brazos alrededor de su cintura bajo el agua. Óbito tragó saliva en cuanto sintió el hormigueo en su parte baja ser más fuerte— Veo que lo tienes perfecto, de tamaño y forma ¿Te lo habían dicho?
—¿De qué cielo vienes?
Kira sonrió ampliamente al instante, sus labios tornando un deje lascivo al haber observado lo que había bajo el agua desde arriba. Eso solo encendió sus sentidos, al igual que los del azabache al divisar su mirada. Kira mordió su labio inferior, deseosa. Solo para luego bajar aún más sus manos y comenzar a tocar sus partes íntimas de manera descarada. Obito tensó su mandíbula y luego suspiró por lo bajo, tocando así con sus manos los muslos de la chica. El placer por poco consumiendo todos sus sentidos.
¿Esto realmente no era un sueño?
—También se ve que puede tener buen gus...
Antes de que la rubia pudiese decir algo más sobre su pene, el azabache ya se había volteado como un completo tigre sobre su presa encima de Kira, capturando así sus labios fugazmente mientras sus manos se iban directamente a sus pechos desnudos bajo el agua. Acariciándolos de arriba hacia abajo mientras tocaba sus pezones, los presionaba y empujaba. Incluso si la rubia no tuviese unos senos enormes o promedio como su mejor amiga, aquello realmente lo satisfacía.
Era otra cosa.
Sobre todo los suspiros de placer que soltaba la rubia de vez en cuando, pasando las manos por la nuca y cabello mojado del pelinegro. Sus piernas bastante abiertas para dar pase al azabache a que estuviese en medio de ellas sin problemas. Aunque fuese de noche, esto estaba bastante caluroso. Sobre todo esos besos que ambos se proporcionaban, parecía una locura.
Kakashi... No, él tan solo corrió la mirada de ese sector. No es como que nunca hubiese visto pornografía, pero esto estaba a otro nivel. Y dudaba que Naisha fuese de esa forma como la rubia era. Aún así le incomodaba el poder prenderse poco a poco, porque a ver... Obito estaba besando fugazmente a un chica en su costado, a punto de follar mientras tocaba sus pechos y ella gemía suavemente. No era algo que se viese todos los días del año.
Realmente era una locura, si Rin lo viese ella... no. Basta, se dijo. Negando con su cabeza para observar a la morena de su otro costado.
—¿No te molesta ver a tu amiga de esa forma? —murmuró el Hatake, su voz tornándose algo ronca sin querer. No sabía si era por el ambiente o simplemente el hecho de querer seguir la línea de Obito por una vez en su vida. Sería solo una noche y Rin no se enteraría, pero...
Su cabeza era un lío.
—No, costumbre. —respondió la morena, alzando los hombros mientras observaba como Óbito la elevaba un poco para chupetear sus pezones, de manera lenta y brusca a la vez fuera del agua. Solo sus cinturas hacia abajo estaban siendo mojadas.
—¿Siempre se folla a todos?
—Algo así, creo...
—¿Y tú?
Naisha abrió sus ojos de par en par, sintiéndose algo intimidada por la mirada del Hatake o aquella pregunta que salió de la nada. Y más, por el simple hecho de haber observado el suelo justo en dirección a sus partes bajas. Cuando bajaba la espuma, siempre el agua se tornaba cristalina y pudo ver perfectamente lo que Dios le había dado para poder crear hijos.
Era... wow. Jamás había visto uno así.
—¿Y-Yo qué? —tartamudeó, llenísima de vergüenza al notar como Kakashi ya se había dado cuenta de lo mucho que analizaba sus partes íntimas. Una leve sonrisa lasciva tornándose en su rostro.
—¿Tú también te los follas a todos?
—No, no, no, yo solo...
Antes que la morena pudiese dar explicaciones o una respuesta contundente, fue la mismísima rubia quien dio un empujón a su compañera para que cayese sobre el Hatake. Su rostro por completo bajo el agua, y aquel bulto enorme rozando todo lo que era su abdomen y muslo derecho. Por poco matándola de la vergüenza, y aún más, de las ganas que sintió de probarlo.
Kakashi actuó por inercia, sujetando así su diminuto cuerpo desde las caderas antes de que se hundiese aún más en el agua tibia de aquellas termas. Ella sintió algo de pánico.
No, no era virgen. Pero tampoco se lanzaba a cualquiera, eso lo teníamos bastante claro.
—¡Kira! —reclamó, una vez se secaba el rostro con ambas manos y pretendía ir hacia ella. Quien al parecer ya estaba lista con el azabache, pues su mismo rostro lo detonaba.
Y más, el estar sentada por completo encima de Obito. Besando sus hombros y labios con fugacidad, incluyendo su sector blanquecino junto con el cuello y barbilla. Los labios de Obito simplemente no querían cerrarse al sentir sus labios húmedos o su pene dentro suyo, ella era simplemente fantástica.
Siempre había tenido esa quisquillosa fantasía de follar con una rubia, no sabía el por qué y se le estaba cumpliendo.
¿Acaso no podía ser mejor?
—Bésala, Kakashi. —gimió el pelinegro, con su cabeza levemente hacia atrás mientras meneaba sus caderas para que Kira saltase sobre él de manera bruta. Esto sin quitar sus manos de su trasero y pecho derecho para darse placer— Y-Yo sé que quieres... No seas m-marica.
Kakashi bajó la mirada, mordiendo así su labio inferior bajo la máscara de manera lasciva y con un deje de lujuria, una vez analizaba a la morena de pies a cabeza. Por poco comiéndosela con la mirada ¿Y si tan solo dejaba de pensar tanto? ¿Y si...?
Naisha por su parte frunció el seño, queriendo golpear con todas sus fuerzas a la rubia. Sin embargo, antes que alguno pudiese decir algo... ellos ya lo habían planeado todo. O bueno, casi.
—¡¿Q-qu...?!
Naisha quedó a la mitad de su grito, al menos en cuanto vio que su compañera y Obito se separaban bruscamente para ir hacia ellos. Y más, al notar qué era lo que pretendían hacer. Obito simplemente llegó a su costado, tomó brutalmente su cintura y pegó sus labios a los suyos. Sin importar lo mucho que la morena intentó zafarse.
No por Obito, sino por Kira. Pues... ella estaba haciendo exactamente lo mismo con Kakashi.
El ninja de rango jounin estaba sorprendido, aún así el simple roce de su cuerpo con el de la rubia ya le hacía perder la poca cordura que le quedaba por culpa de Obito. Así que, si eso es lo que el azabache quería. Se lo iba a dar. No más vueltas de cabeza ni achaques, o al menos eso es lo que pensó Kakashi en cuanto bajó por completo su máscara para besar ampliamente a Kira y presionar ambos glúteos enormes que ella tenía.
Obito les observó de re-ojo y sonrió en medio de sus besos y caricias, porque sí. Porque pudo. Naisha no era de acero, y esos dedos en medio de sus piernas la habían hecho caer como cuál bebé se envuelve en los brazos de Morfeo, pero con Obito. Aunque ahora, ella tenía ansias de estar con el peligris. Se le notaba en sus movimientos.
Entonces, el azabache a respiraciones agitadas y jadeos incontrolables gateó en dirección a la otra pareja junto a Naisha. Solo para agarrar el trasero de Kira descaradamente mientras mediaba una leve sonrisa, los brazos de Naisha estando sobre la nuca del pelinegro mientras de igual forma besaba su barbilla suavemente. Ella era así, tímida.
Pero eso solo era una excusa para lo que podía hacer junto al peligris si se lo propusiera.
—Veo que disfru-tas. —jadeó el azabache, notando como las respiraciones de Kakashi se tornaban más densas al tener a la rubia tocando todo su cuerpo.— Neh, ¿Kakash...?
—Cierra la boca. —gruñó, su voz siendo demasiado grave para el gusto de cualquiera. El Hatake, con ese cuerpo empapado y ese cabello cayendo por sobre su frente era simplemente tortura para ambas chicas.
—Bésame, Kakashi.
El seño del peligris se frunció enseguida, confundido y hasta algo aterrado. Mientras los ojos grises de Kira se volvían negros de la lujuria, su pedido iba a ser cometido y eso la encendía de sobre manera. Por mucho que no le gustase la idea al peliplata.
—¿Nani?
—Solo bésame, jodeer.
El jounin de cabellos grises se sintió incómodo, pero de igual forma al ver el rostro lujurioso y asustado de Naisha por oír semejante cosa se separó un poco de la rubia y se acercó a Obito, su respiración y palpitaciones yendo al cien y mil por el simple hecho de hacer semejante cosa.
Jamás lo había hecho, y mucho menos lo volvería a hacer en su vida.
Se acercó con cuidado, rozando de manera dúctil y apacible los labios húmedos y sonrosados del pelinegro que pedía a gritos que aquello sucediera. No por Kakashi, sino para complacer a su chica. La chica de esa noche loca que moría por algo de acción entre ambos. Un prodigio y un Uchiha.
—Hazlo.
El murmullo un tanto ronco de Obito simplemente prendió de nervios al Hatake. Sin embargo, eso no fue más que un impedimento para su actuar consiguiente. Pues, apenas tomó su nuca ambos labios fueron congeniados en un beso pasional y amplio. Húmedo, inquieto y lleno de lujuria. Por mucho que les diese asco hacer ese tipo de cosas, la situación lo ameritaba y él solo se dejó llevar.
—Oh, dios. —gimió la rubia, quitándose de inmediato de donde estaba para cambiar de lado con su compañera. Quien estaba muy sorprendida y hasta sin querer... sintió ese hormigueo inundar sus partes bajas cuando vio aquellos labios unidos, moviéndose entre sí al compás de la situación.
Ambos varones del equipo Minato se separaron bruscamente luego de un tiempo, e intentaron aguantar las caras de asco que se querían formar. Enfrentando así también a las chicas que se posaban junto a ellos. Obito sin dudar correspondió los besos de la rubia, sintiendo una corriente eléctrica inundar toda su espina dorsal y partes bajas. Su cuerpo se lo pedía a gritos, necesitaba la boca de Kira sobre su masculinidad. Ahora.
—A-abajo —jadeó el azabache, una vez salía del agua y se sentaba en las piedras de los costados a piernas abiertas. Mientras la rubia le seguía el paso y desde abajo comenzaba con sus caricias.
En cambio, Kakashi quiso ser un poco más sutil y simplemente acorraló a la morena bajo unas rocas. Olvidándose del paradero de Obito por completo en cuanto capturó sus labios, sus lenguas poco a poco comenzando un bailoteo que no tendría fin. Tocó sus pechos, los presionó y cuando dejó de besarla los mordió. Naisha tomando con ambas manos la roca que tenía tras su espalda, mordiendo así también su labio inferior para no tener que gemir a los cuatro vientos y dar en el gusto a su compañera de equipo; a quien la verdad... no le importaba mucho tal hecho.
El Hatake era tortura para alguien como ella.
—Abre tus piernas. —ordenó el peligris, empapado por las aguas termales y también por el sudor que comenzaba a inundar su frente al estar en ese punto del momento. Su erección siendo cada vez más evidente a medida avanzaba el tiempo y subía la temperatura entre ambos.
La morena hizo caso de inmediato, sin rechistar o quejas. Ambos ojos levemente cerrados mientras de una u otra forma se dejaba llevar por los movimientos del ninja prodigio de Konoha. Disfrutando al máximo al igual que él.
Kakashi sonrió, bajando a besos húmedos desde el pecho hasta el ombligo y finalmente dar con su feminidad. Lamió por encima, por los bordes y por su ingle, sintiendo así como ella se estremecía y daba gemidos suaves sin querer. Aquello solo lo encendía aún más y le daba provecho. Kakashi amaba eso, ella le causó muchas cosas.
Hasta olvidarse de Rin.
—O-Oh... —gimió ella, en cuanto el Hatake introducía su lengua y la quitaba lentamente. Lamiendo por todos los sectores que podía y tenía acceso, saboreando de su flor en todos los sentidos. Naisha se sintió en las nubes.— D-dios, ooh.
Estuvieron así unos momentos, mientras la boca de Kakashi se llenaba de aquel líquido que siempre le gustó sacar en las mujeres. A pesar de que Naisha fuese su primera vez con alguien distinta a Rin no quedaba corta. Y entonces, en cuanto sintió que la tenía a sus pies con uno de sus dedos tocó los labios de la morena, solo para luego meterlo dentro y hacer que está lo chupase una y otra vez. Cosa que ella no impidió.
Él la observó con admiración, mientras con su mano libre masajeaba su pene y le rozaba su intimidad. Causando un gran martirio en Naisha e incluso en él mismo ¿Hasta dónde iban a parar?
Ninguno de los dos lo sabía, pero ambos morían por algo de sexo y eso se notaba en sus miradas. En sus movimientos y todo. Se conectaban bastante bien.
Por otra parte, el pelinegro disfrutaba de los famosos blowjob que tanto añoraba. Ella no iba tan profundo como Izune lo solía hacer, pero el placer era similar y con eso le bastaba. Corrió su cabeza hacia atrás, su boca levemente abierta mientras las estrellas parecían estar cada vez más a su alcance. Su mano sujetando fuertemente lo que era el cabello de la rubia mientras la introducía y la quitaba, una y otra vez.
No tuvo cuidado, ni compasión. Pero al parecer eso a ella le gustaba. Y es que de todas maneras al pelinegro no le importaba. Ella no era Izune ¿Para qué ser cuidadoso?
—J-joder, así... —gimió, su voz siendo algo más aguda al haberla dejado por un tiempo abajo. Aunque luego la quitó, oyendo cómo está tosía un par de veces y volvía a lo mismo— A-así, más abajo... así... d-dios, eres un... Oh.
Kira estaba cansada, pero aún así al ver a Obito de esa manera no frenó un segundo. Aguantando y siguiendo los ritmos bruscos que este tenía, sin duda alguna era un Uchiha. Ella lo sabía más que bien.
Obito la empujó un poco más abajo, notando como ella sí podía llegar. Aunque por precaución observó de re-ojo y simplemente siguió en lo suyo. La dejó por un tiempo más abajo y luego la sacó, oyéndola toser un par de veces más. Así estuvo por un buen rato, hasta que sintió que era momento de darle un poco de lo suyo también.
Quitó su cabeza de su pene una vez más, soltando así su cabello para masturbarse un par de veces. Ella mojó su cabellera y lamió sus labios, sintiendo como el azabache la tomaba en brazos y la posaba sobre la roca en la que estaba sentado antes. Su erección estaba bastante dura, y moría por embestirla. Pero no era justo que solo él se diera el gusto, tampoco era tan malo.
La besó unos momentos, mordió sus pezones y chupeteó su cuello mientras pudo. Activó su sharingan, solo para darse el gusto de verse más atractivo a petición de la rubia. La abrió de piernas y golpeó unos de sus glúteos, mordiendo su labio inferior constantemente para no pensar en embestirla de un solo golpe.
En resumen, hizo todo lo que tuvo al alcance con el cuerpo de la pobre Kira.
—Aah. —gimió Kira, ubicándose de lado en el suelo al sentir como Obito se recostaba a su costado y le abría las piernas una vez más, acariciando con dos dedos su parte íntima. Mientras, ronroneaba en su oído cuál tigre fuese y ella gemía como una gata en celo.
La embestió unas tres veces con ambos dedos en esa misma posición, solo para luego dar pie a un escupo en su trasero e intentar introducir lo que era su pene ahí. Quería disfrutar al máximo esa noche, realmente lo necesitaba. Tenía que aprovechar esta oportunidad que Dios le estaba dando y sin duda lo haría.
Por ello, no tuvo compasión al embestirla por detrás después. Soltando así un enorme gemido ahogado en cuanto lo hizo, mientras que Kira tan solo dejó escapar un grito de placer. Cosa por la cual Obito metió dos dedos en su boca, no disfrutaba cuando gritaban mucho y eso bien lo sabíamos. Así que por ello prefirió callarla.
En cambio, Kakashi ya estaba dentro y embistiendo como nunca las paredes de Naisha. Ambas piernas de la jounin de Iwa posándose sobre sus hombros mientras gemía sin control. Kakashi también gemía y jadeaba, las gotas de agua y sudor cayendo por completo sobre el rostro de Naisha cada vez que se iba con más fuerza dentro de ella.
—Ohh, por el amor de Konoha. —gimió ella, mordiendo fuertemente su labio inferior al sentir las penetraciones cada vez más fuertes y rápidas del Hatake.
Si seguía de este modo, seguramente el climax ya llegaría muy pronto y daría pie a un hermoso y pasional orgasmo. Incluso para ambos, o al menos eso pasaría si ella seguía acariciándose de esa manera frente al Hatake, quien tenía su boca levemente abierta y sus ojos cerrados. Intentando así aguantar un poco más, a pesar de que ya llevasen bastante tiempo de esa manera y haber cambiado posiciones unas tres veces.
El Icha Icha si que servía en situaciones así. Naisha estaba fascinada.
—O-Oh demonios tío, que me ven-ah.
Kakashi sonrió lleno de lujuria, acercándose así fugazmente a su boca para atrapar sus labios y morder suavemente el inferior, eso antes de aumentar aún más su rapidez y apretar sus glúteos. Ambos jadeando en medio de esos besos húmedos y gimieron como nunca, hasta el punto en que Naisha no pudo aguantar un segundo más; dejándose ir.
Dando pie así a un fantástico orgasmo que seguramente no olvidaría jamás, —ninguno de los dos— el ninja prodigio de Konoha sabía como llevar las situaciones. Ahora realmente no le cabían dudas de ello.
—Ohh. —ahogó en su último gemido sobre el hombro del Hatake, mordiéndolo hasta el punto de que éste comenzase a sangrar. Pero aún así eso no le molestó para nada, de hecho hasta incrementó sus ansias de venirse junto a ella.
Naisha se lanzó hacia atrás, rendida y algo exhausta. Intentando así recuperar su aliento mientras Kakashi se salía de encima y comenzaba a masturbarse a lo loco. Cubierto de placer de tan solo observar a la morena.
—Acer-cate. —jadeó el peligris, quitando las piernas de Naisha sobre sus hombros para tomar su mano y por poco pegarla a su pene. Ella inhaló todo el aire que pudo y sin dudarlo metió aquello en su boca.
Ni el cansancio podría frenar lo que ambos estaban sintiendo, una conexión inexplicable que de seguro ni Rin le había dado. Solo ella podía hacerlo; aquella chica honorable de Iwa.
—Aah, ahh-sí. —gimió el Hatake, tomando así su cabeza inconscientemente para introducirla hasta el fondo y afuera con mucha rapidez.
Finalmente, Kakashi sintió su cuerpo tensarse más de la cuenta y arqueó su espalda. Cosa por la cual ya había llegado a su climax en cosa de segundos, sus gemidos siendo demasiado incontrolables al aumentar la velocidad de sus embestidas sobre la garganta de la morena.
Ella poco a poco comenzaba a ahogarse, pero eso no importó. Valía mucho más el rostro de placer que tenía frente a ella, eso era bastante obvio. Y fue mucho más, cuando Kakashi ahogó un gemido con su cabeza hacia atrás al comenzar a correrse dentro de Naisha.
Ella, por inercia quitó su cabeza de ahí; respirando un par de veces mientras tragaba aquel líquido blanquecino del peligris. Eso sí, sin dejar de masturbarlo un momento para que siguiera corriéndose hasta frenar.
Su cuello, sus cabellos y gran parte de su pecho estaba cubierto con esa capa blanca que provenía del Hatake. Tibia y viscosa como siempre la había sentido, pero esta era aún más especial... era de Kakashi.
—Ohh. —suspiró, finalmente regulando su respiración al haberse vaciado por completo— Arigato.
Naisha estaba confundida, mientras así intentaba limpiar sus cabellos oscuros.
—¿Por?
—Solo recuérdalo siempre, gracias.
La morena frunció el seño, aún estando confundida ante sus palabras. Pero de igual forma asintió, algo cohibida y sonrojada por la imagen caliente que tenía en frente. No podía creer que se había follado a Hatake Kakashi, el prodigio de Konoha. Sin quitar el hecho de que su rostro era fenomenal.
Sin duda, esto sí que no lo olvidaría jamás.
—Kakashi, tú tampoco...
—Tengo novia, es la chica de nuestro equipo. —el corazón de Naisha hizo un leve crack, mientras observaba el rostro de culpa que tenía él en esos momentos— Procura no decir nada de esto, al menos cuando esté ella. Aunque debo admitir que tengo que la impresión de que no eres así de chismosa. Así que confío en ti, pero Kira... a ella sí que podrías mantenerla callada.
Naisha suspiró, aún limpiando los restos de semen que habían en su cuerpo.
—Obito también tiene novia ¿No? —cuestionó, no pudiendo evitar la baja de ánimo al enterarse de aquello.
Kakashi alzó sus hombros, algo incómodo al ver la reacción de la chica.
—Algo así, —dijo— es la hermana del Hokage con quien está. Así que por eso es preferible que Kira mantenga su boca cerrada y nosotros lo haremos de igual forma. Ustedes son honorables también ¿No?
Naisha asintió, sin modular palabra alguna y el peligris tan solo dio un suspiro. Acercándose así a la morena para besar sus labios cortamente y regalar una sonrisa solo para ella después. Causando su sonrojo.
—Esto fue genial, nunca lo olvides y yo no lo haré. Pocas quedan como tú.
La morena estaba sorprendida, pero antes que pudiese decir algo... Kakashi ya se había quitado de ahí y pretendía irse. Ella no pudo frenarlo.
En cambio, apenas Obito comenzó con sus embestidas salvajes sobre Kira, ella no demoró en llegar a su orgasmo fácilmente. Ese sharingan, los cabellos oscuros moviéndose con el viento y esa cicatriz en su labio la volvía loca.
Y ahora, ella esperaba e intentaba ayudar a que él pudiese llegar de igual forma. Aunque no faltaba mucho tiempo.
Él aumentó la velocidad de sus embestidas, y quitando su habilidad ocular se arqueó casi por completo encima de la rubia; comenzando a vaciarse sin previo aviso. A Kira poco le gustaba ensuciarse con ese líquido espeso, pero al ser Obito de quién se trataba poco le importó y simplemente dejó que él se encargara de su cuerpo.
—Oh-Oh por dios. —gimió una última vez, mordiendo así el cuello de Kira al sentir un máximo de placer inigualable.
Al menos eso fue hasta que culminó su llegada al orgasmo, logrando que este cayese exhausto sobre la rubia. Aunque, sin querer abrazarla. Cosa que Kira al parecer no comprendió.
—Eres fantástico ¿Lo sabías? —ronroneó la ninja de Iwa, acariciando la espalda del Uchiha suavemente mientras besaba su hombro blanquecino.
—Ajá...
El azabache, tras haber recuperado el aliento simplemente se puso de pie y comenzó a limpiar sus partes bajas; pretendiendo irse de igual forma.
—¡Oye! —exclamó la rubia, un tanto indignada por aquel comportamiento— ¡¿Realmente te vas a ir?!
Obito frunció el seño, confundido ante su actitud sentida frente a él.
—Pues, si... —dijo, algo inquieto e inseguro— ya deben ser las cinco de la mañana y tenemos que volver.
—¡A eso no me refiero!
—¿Uh?
Kira chilló internamente, un tanto frustrada.
—Olvídalo, como buen Uchiha eres un idiota.
—¿Disculpa?
El azabache ahora parecía desconcertado y se había volteado hacia ella para contestar. Su nariz levemente arrugada al no gustarle esa referencia. Sin embargo, el agarre de alguien impidió tal hecho.
—Suéltame, —se quejó el pelinegro, un tanto molesto— me ha dicho algo muy ofen...
—Vamos, es tarde.
—Pero Kakashi...
—He dicho que vamos.
Obito soltó un suspiro, finalmente rindiéndose ante Kakashi para seguir sus pasos. Al igual que Naisha y Kira, una muy bajoneada y la otra un tanto molesta. Aunque eso al azabache poco le importó, ya habían follado y eso era lo realmente importante. Ahora podría estar más relajado.
Y así, los tres caminaron hacia sus camerinos para vestirse. Mañana tendrían una misión que dar.
«...»
A la mañana siguiente, todos los equipos fueron formados en una de las enormes montañas que había en Iwagakure de tiempos remotos. Todos parecían inquietos y esperaban una orden, menos el equipo Minato junto al equipo Iwa.
—Obito, —habló la castaña de Rin, Algo preocupada— ¿Te sientes bien? Luces cansado, pero feliz...
El pelinegro, quien por poco se dormía sobre su posición soltó una leve risita y negó con su cabeza.
—Ya sabes lo que eso significa, Rin.
—¿Te has masturbado anoche? —murmuró, algo sorprendida y Obito no pudo evitar la risa.
Kakashi se le sumó, sin poder evitarlo y mucho menos porque él no debería reírse al haber sido infiel. Aún así era inevitable no hacerlo, y menos al tener la mirada de Hiro sobre sus compañeras de la misma forma.
—Obito, no te rías estoy hablan...
No pudieron evitarlo un segundo más, ambos cruzaron risas maliciosas mientras varios del equipo Kiri posaban su vista en ellos. Una persona en específico, la bella y monstruosa líder del equipo; Hoshigaki Benzaiten.
—¡Hey! —exclamó, captando la atención de ambos— ¡Estamos en una misión, no en el circo par de idiotas! ¡Por eso es que Konoha nunca triunfa por sobre nadie! ¡¿Sabían?!
Todas las miradas se posaron en Benzaiten, aunque la minoría estaba en el ninja prodigio y en el Uchiha. A quienes poco le importaron sus palabras, a fin de cuentas el recuerdo de aquella noche en Iwa solo quedaría en sus memorias.
Y ellos... no lo olvidarían jamás.
// Espero hayan disfrutado de este especial, esto es un mundo alterno pero igualmente pueden haber spoilers.
*Perdonen lo largo, me inspiré ahre*
¡Hola! ¿Qué les ha parecido este especial? La verdad tenía pensado avisar de esto en el capítulo anterior pero lo olvidé y lo puse en mi tablero, es algo canon pero no influye mucho en la trama así que si les ha gustado bienvenido sean! El próximo capítulo sí será el último y espero que de verdad les guste porque skks dios.
En fin, estuve ausente esta semana pero fue por una fuerza mayor y de ya les digo que valoren lo que tengan ¡Eso es muy importante!
Y por penúltimo pero no menos importante, disculpas si no he podido responder algún comentario del capítulo anterior y solo he respondido algunos, ya saben que Wattpad va del orto y a veces me deja y otras no. Así que enserio ¡DISCULPAS ENORMES! que ustedes saben lo mucho que me gusta saber sus opiniones para poder mejorar y así😭.
Yyyy eso, no lo alargó más y no me queda más que agradecer este apoyo incondicional que me dan, son de lo mejor. En serio lo digo, esto es gracias a ustedes💕.
Que tengan un muy lindo día, y nuevamente, muchas gracias por todo💕.
Adiosín💕.
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