dieciséis ; fuego.
"Una historia no tiene comienzo ni fin: arbitrariamente uno elige el momento de la experiencia desde el cual mira hacia atrás o hacia adelante..." El fin del romance, Graham Greene.
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Izune Senju.
Esta mañana me había levantado temprano y me arrepentía un montón, pues, el entrenamiento con mi equipo sería más tarde y como soy lo demasiado inteligente confundí el horario de hoy, por lo que, ahora me encontraba en el hospital visitando a Obito, para poder hacer algo de tiempo y disimular lo ocurrido.
Abrí la puerta sin el permiso de alguna enfermera o algo y lo vi, después de todo no había mucho personal a estas horas. Solo a mi se me ocurría venir.
Mi mejor amigo se encontraba durmiendo plácidamente en su cama, y no pude evitar soltar una risita en cuanto noté que babeaba a más no poder. Para tener veintitrés años él seguía luciendo como un bebé, y eso no me molestaba.
Cerré la puerta tras de mi y me acerqué a él, estirándome. Luego observé el florero que había a su costado y sonreí con malicia, tomándolo de inmediato.
─bakabito, es hora de despertar...─canturreé, a punto de lanzar el agua.
Sin embargo, el Uchiha me tomó el brazo con fuerza, impidiendo mi plan macabro.
Bufé, no era buena en este tipo de cosas.
─¿Izune? ¿Qué haces aquí? ¿Y qué crees que estás haciendo?─me preguntó, su voz ronca y reseca por estar recién despertando.
Me solté de su agarré y dejé el florero en donde pertenecía, frustrada.
─vine a verte ─dije, con una sonrisa inocente.
Este me observó confundido y entre cerró su ojo visible, luego se estiró en la cama, bostezando.
─Eres tan linda Izune─me dijo, restregando su ojo─ni mi abuela viene tanto.
─Lo sé.
Sonreí moviendo mis brazos de manera inocente, este volvió a bostezar y se sorprendió al notar la baba que tenía corriendo por su boca, sonrojándose de inmediato y limpiándosela con las sábanas.
No pude evitar la risa.
─No te rías, tu igual babeas. ─me dijo, sentándose en la cama mientras me apuntaba con el dedo.
Suspiré y me crucé de brazos con superioridad.
─Yo no babeo, ni pongo las piernas encima, o si quiera me muevo en las noches ─dije, este bufó─ ese alguien eres tu, Óbito.
─Si claro... ─murmuró, con el seño fruncido.
Y cuando pensé que se había molestado, el azabache cambió su cara de inmediato de una molesta a una maliciosa y observó la puerta, luego posó su mirada sobre mi.
─¿Está cerrada? ─me preguntó, apuntando con su dedo.
Yo alcé una ceja, confundida.
─¿Con seguro dices tu?
Ya me estaba haciendo una idea de lo que pasaba por su mente, y solo le seguí su juego.
─Ajá
Me acerqué a la puerta e hice lo que pensaba el Uchiha ya estaba hecho, cerrar la puerta con seguro. Sonriente.
Luego volví hacia él y me senté en la cama, este me sonrió y posó una de sus manos por mi pierna, acariciándola suavemente.
─¿Y si...? ─dijo, sin dejar de mirarme y con una pequeña sonrisa.
─Óbito, estamos en un hospital ─le recordé, ya sabiendo lo que quería.
─¿Y qué? Siempre quise follar en un hospital ─dijo, con gracia y reí.
─Si claro, sexópata. ─respondí, rodando mis ojos divertida.
Este suspiró, frustrado y sin dejar de acariciar mi muslo. Luego su rostro se transformó en confusión.
─A todo esto ¿Qué hora es? ─cuestionó, este tío no tenía coherencia para hablar.
Bufé.
─las siete ─respondí, corriendo la cara con vergüenza.
─¿Queeeeé? ─exclamó, sorprendido─ ¿Por qué tan temprano Izune? ¿Eres demente? ─se quejó.
Yo alcé mis hombros haciéndome la desentendida, si le dijera que me equivoqué de hora sería la burla de Konoha.
Este bufó y luego me abrazó por la cintura, besando mi cuello con suavidad.
─Por lo menos podríamos dormir un poco más ¿No crees? ¿A qué hora tienes entrenamiento? ─dijo en mi oído, yo le correspondí pasando mis brazos por su cuello.
─A las tres ─respondí y este rió.
─Te equivocaste de hora ¿verdad? ─se burló.
Entonces no dudé ni un segundo en golpearlo, sin embargo, este fue más ágil y me atrapó con sus piernas, dándome vuelta en la cama y dejándome bajo él, pegando ambas partes bajas nuestras a propósito, con una sonrisa.
─¿Sin ropa? ─me sugirió con una sonrisa, apretando nuevamente nuestros genitales por sobre la ropa.
Pude sentir como el miembro de Óbito estaba completamente tenso y duro, no estaba segura de si era por la hora o por mi, tal vez por ambas.
Solté una pequeña risa nerviosa.
─¿Erección mañanera? ─pregunté y este rió, luego se acercó a mi y juntó nuestros labios en un beso tierno, bueno, solo al principio.
Me negué un poco debido a que, si Óbito estaba despertando recién probablemente no se haya cepillado los dientes y eso me molestaría, sin embargo, me sorprendí al notar que su boca no sabía nada mal, de hecho aún tenía un toque de menta en su cavidad bucal.
Él era un maniático del higiene después de todo, no sé de qué me preocupaba.
En medio del beso, en donde nuestras lenguas se encontraban, mi mejor amigo y confidente se dedicó a bajar el cierre de mi chaleco Jounin y a pasar su mano sobre mi pecho izquierdo, masajeándolos con suavidad.
─O-obito te dije que...─dije en medio de algunos besos.
─Cállate ─respondió con una sonrisa, yo imité su acción.
Justo después metió su mano bajo mi pantalón, apretando uno de mis glúteos para que nos juntáramos más, y por inercia abrí mis piernas para enrollarlas en él, cediendo.
Imité su acción y me separé de su boca solo para chupetear su cuello y hombros, deseosa. Él se quitó la playera para facilitarme el trabajo y dejó que mi lengua jugase en su cuerpo por varios segundos. Sentí como la electricidad se apoderaba de todo mi cuerpo.
Y cuando menos lo pensé, el azabache rompió mi blusa para ─suponía─ evitarse el drama de quitar el chaleco Jounin y sonreí, mordiendo el lóbulo de su oreja.
Este gruñó y se pegó a mis labios fugazmente, acariciando uno de mis pechos bajo mi brasier. Mi respiración se volvió agitada y metí mis manos por debajo de su short, sintiendo su erección por encima del bóxer.
Eso sólo hizo que mi diminuto cuerpo se encendiera aún más, y comenzase a jugar con su erección de vez en cuando.
El azabache gruñó en mi oído y me lamió el cuello con suavidad, solo para después con ambas manos bajar mi pantalón junto con mis bragas, besándome de nuevo en los labios.
Ambos estábamos sumidos el uno con el otro, era casi mágico. Así es como me gustaba follar con Óbito, no como cuando está enojado y quiere desquitarse. Esto es como más personal.
Pero entonces sentí como alguien intentaba abrir la puerta y entré en pánico.
─Óbito, ¿escuchaste? ─dije, este me ignoró mientras besaba mis labios.
Entonces ese alguien comenzó a golpear la puerta al ver que no se abría.
─Óbito ─me quejé y este gruñó con molestia.
¿Así que así se siente? ¿Eh? ¿Tsunade?
Me quité al azabache de encima para ponerme de pie y subir mis pantalones, también aproveché de cerrar mi chaleco Jounin con rapidez mientras ocultaba la blusa que Óbito había roto, éste en cambio se fue directamente al baño con mucha molestia.
¿Y cómo no? Si esta era segunda vez que lo dejaba con el pito al aire.
Solo que esta vez, no era culpa mía.
Suspiré al verlo, y aproveché de arreglar mi cabello un poco debido a que estaba muy chascón y luego me dirigí hacia la puerta para abrirla, sonriendo.
─¿Shisui? ─dije, algo sorprendida. Éste me miró de la misma manera.
─¿Por qué tenías la puerta cerrada, Senjuzune? ─respondió con burla, entrando en la habitación.
Mis mejillas se volvieron de un rojo pasión inmediatamente al recordar lo que íbamos a hacer con Obito.
O tal vez fue porque Shisui lo insinuaba.
─Es que Óbito no quería que lo molestaran, ahora está en el baño ─mentí y este me arqueó una ceja ─A todo esto ¿Por qué estás aquí tan temprano? ─pregunté, acomodándome la blusa sigilosamente. Miren si después Shisui me veía con una mano en mis pechos.
Shisui se sentó en el sillón y miró la cama vacía con confusión.
─Pensé en lo que dijiste el otro día ─me respondió─solo quería disculparme...
Le miré bien y se notaba realmente arrepentido, como si algo terrible le hubiese hecho. Su mirada estaba más o menos nostálgica y mordía su labio con nerviosismo.
─Que bien... ─dije, un tanto sorprendida.
─Además, mira ─me señaló─es una buena sorpresa encontrarte aquí a esta hora ─volvió a hablar, haciéndome sonrojar─ Luego podríamos ir a por unos dangos, antes de tu entrenamiento...
─¿Cómo sabes de mi entrenamiento? ─cuestioné, sorprendida. Este rió.
─Uryu es muy hablador cuando se lo propone ─respondió este y bufé.
Entonces iba a responder pero en ese mismo instante Obito salió del baño, con el seño fruncido y el cabello mojado.
Inmediatamente bajé mi mirada hacia su miembro, sin embargo, ya no estaba como antes.
Tendrá que ser para otra ocasión.
─Obito ¿Cómo estás? ─habló Shisui con simpatía al verlo, poniéndose de pie y estirando su mano.
El azabache de mi mejor amigo a regañadientes le aceptó el saludo, tomando su mano. Y quise reír, se me hacía gracioso ver a Obito de esa forma.
─Bien ...─respondió─ ¿Qué haces aquí?
─Venía a disculparme, ─Shisui suspiró─ no estuvo bien lo que te dije en la reunión Uchiha y no me gusta que por cualquier cosa saltemos el uno al otro, simplemente no está bien... Además, no había venido a visitarte.
Miré a Obito de re-ojo para ver su reacción, este lo miraba fijamente con ojos entrecerrados, al parecer no le creía nada de lo que este decía. Sin embargo, le di un codazo leve al notar como no decía palabra alguna y se quejó.
─Está bien, acepto tus disculpas...─finalmente respondió─ Yo tampoco estuve bien al lanzarme encima, pero si sabes como soy no deberías provocarme de esa manera. ─ Le explicó, rascando su nuca.
Yo estaba en silencio mientras los observaba conversar, ambos se estaban arreglando y eso era algo bueno. Me gustaba ver este tipo de cosas en un clan que según Tobirama era de lo peor, ya que, esto probaba que no era tan así.
─¿Todo bien, entonces? ─ Le preguntó Shisui luego de una ardua conversación, tocando su hombro. Obito no se veía muy convencido, sin embargo, yo sabía lo poco que le gustaba discutir.
─ Sí, no te preocupes ─respondió, sonriendo.
Shisui se tocó la nuca y me observó, luego posó su mirada nuevamente en Obito.
─ Bueno... yo me voy, ─dijo, con una media sonrisa─ espero te mejores, Obito.
El azabache le asintió con gratitud, sin responder.
Entonces, este abrió la puerta para irse, pero antes paró y se volteó ante nosotros.
─Y también espero me prestes un tiempo a Izune, tenemos que ponernos al día.
Iba a hablar pero el azabache se me adelantó.
─ Nah, no la presto ─ Obito rió, pero noté sarcasmo en su voz.─ Adiós, Shisui.
Dicho esto el Uchiha salió por la puesta, despidiéndose con la mano y una sonrisa. Yo le imité y Obito me puso mala cara.
─¿Qué? ─ le dije, observándolo inocentemente.
Este arqueó una ceja.
─Y encima me preguntas, baka. ─ respondió de mala gana, yo le besé la mejilla.
Obito Uchiha era un celoso de mierda, y lo admito por él debido a que este jamás lo haría.
─No te diré nada solo porque vino a disculparse, pero de todas maneras no me gusta como te mira ─Dijo, cruzándose de brazos con la mirada amurrada. Yo reí y lo abracé del cuello.
Y me sonrojé ¿Shisui me miraba? No pude evitar sonreír ante tal pensamiento, sin embargo, no iba a decírselo al celópata de mi mejor amigo.
De todas maneras Shisui no me gustaba y dudo que lo haga, ya que, lo conozco desde la academia y fuimos compañeros de equipo, sin embargo... eso no le quitaba lo atractivo.
Ay por dios, qué cosas pensaba.
Izumi Uchiha.
─Así no, Akane.
La pequeña Uchiha intentaba lanzar un kunai en dirección al árbol, sin embargo, ya había roto dos ventanas y no quería arriesgarme a otro más. Pero esta vez lo lanzó a un basurero, suspiré con frustración y me lancé al pasto de aquel parque.
─ Izumi-san ¿Puedo lanzar otro? ─me preguntó la niña de cinco años, yo negué con la cabeza de inmediato.
─Descansemos un momento, Akane... ya luego practicamos taijutsu mejor ─le dije, intentando de que no hubiese mas vidrios rotos. Esta asintió con entusiasmo.
Gracias a dios.
Cerré mis ojos un momento y crucé mis brazos bajo mi cabeza, estaba muy cansada. Todo debido a que la señora del almacén Uchiha tenía cosas que hacer el día de hoy y me había pedido el favor de cuidar a su nieta Akane durante un momento, en cambio, han sido horas y horas. Ya estaba exhausta.
─¿Qué clase de niñera se duerme en el pasto?
Abro mis ojos de inmediato al oír su voz, Itachi-kun me ponía los pelos de punta, sobre todo después de lo que ocurrió en el baño del hospital, digo, no me atrevía a mirarlo.
─Solo yo, Itachi-kun─digo, posando mi mirada en Akane, quien jugaba con las flores.
Y cuando pienso que este se iría, lo noto acostándose en el césped a mi costado, con mi misma posición. Akane nos miró de re-ojo y la sangre subió a mis mejillas. Oh por dios, Oh por dios, Itachi-kun está a mi lado.
─¿Por qué me evitas, Izumi ─habló en cuanto ambos habíamos quedado en silencio, uno incómodo, por cierto.
─No te evito, simplemente he estado ocupada ─respondí, haciéndome la lesa.
Y sí, después de aquello era imposible hablar o si quiera verlo a los ojos. ¿Y cómo no? Si quedé como una maniática sexual frente a él, a este punto terminaría como mi sexópata amiga Izune.
Demonios, perdonen, no quise decir eso.
─Ocupada evitándome ─ dijo, bufando.
No dije palabra alguna, simplemente me quedé en silencio mientras observaba el cielo. Itachi por lo visto hizo lo mismo.
Ambos estábamos solos, junto a la pequeña Akane obviamente. El parque estaba casi vacío y el ambiente era agradable. Estaba aguantándome las ganas de gritar, diablos, estoy a solas con Itachi-kun.
─A todo esto, ¿Por qué obedecieron a Madara-sama? ─pregunté, finalmente haciendo frente y matando otro silencio incómodo. Este suspiró.
─No quiero hablar de ese tema, Izumi ─respondió, y me sonrió de lado.─ ¿Por qué mejor no me hablas de tu día? Necesito distraer la mente.
Inmediatamente me senté de golpe, observándolo con mucha preocupación. Este se notaba apenado.
─Itachi-kun, si algo te está molestando no tengas problemas con decírmelo... yo no te juzgaré ─dije, sin pensarlo antes. Y mis mejillas volvieron a enrojecer.
Itachi me sonrió con simpatía y me tomó la mano.
Itachi-kun me estaba tomando la mano, repito, Itachi-kun me está tomando la mano. Respira, Izumi.
─Eso espero, Izumi ─murmuró casi inaudible, sin embargo, yo era capaz de oírlo.─ Ahora si ¿Me contarás sobre tu día?
No podía negarme, a pesar de que no fuese a decirme lo que le sucedía al menos si podía hacerlo sentir mejor contándole mi día, lo haría.
─¿Eso te haría sentir mejor? ─cuestioné, ladeando mi cabeza.
─ Sí, mucho ─respondió, con una media sonrisa.
Y entonces comencé a contarle sobre mi día, sin dejar mi vista de él o de Akane, quien seguía jugando con las flores y un sapito que había encontrado. A medida que veía a Itachi-kun reír con mis tonterías notaba como mi corazón se aceleraba más y más, cada día me enamoraba más de él y me jodía.
Cuando éramos niños solíamos hacer esto cada vez que salíamos de la academia, sin embargo, en cuanto Itachi se graduó antes se volvió más frío y más cerrado. Después cuando tenía tiempo me hablaba o cosas parecidas.
Si me preguntan, era muy difícil de entender. Itachi era del tipo que un día te habla super amigable y al otro ni te mira. Así de extrema la situación.
Y no le entendía.
¿Por qué me daba falsas ilusiones y luego se alejaba como si nada? ¿Qué tan difícil era su vida siendo el hijo de Fugaku-sama? ¿Qué tendría que ver con Madara-sama? ¿Por qué tanto misterio? No lo sabía, solo esperaba que Itachi-kun algún día se diera cuenta que guardarse las cosas era mucho peor que decirlas.
Suspiré.
Estábamos en paz, ambos mirando al cielo después de conversar mucho y jugar con Akane, sin embargo, algo nos alarmó.
─ Itachi-kun ¿hueles eso? ─dije, sintiendo el olor a quemado que provenía del barrio Uchiha.
Este me miró con confusión, luego apartó la mirada hacia donde provenía tal humo.
─ Creo que es de una casa, vamos a ver ─ respondió, poniéndose de pie.
─ Akane, vamos ─ dije hacia la pequeña luego de ponerme de pie y tomarle su mano.
Rápidamente ambos corrimos hacia el barrio Uchiha, yo con Akane en brazos e Itachi a mi lado. Al llegar notamos como varios chicos y chicas del clan se encontraban lanzando agua hacia la casa, la cual ardía en llamas y comenzaba a propagarse hacia la del costado. Incluso Fugaku-sama se encontraba allí.
Casi tiro al suelo a Akane debido al shock y el asombro que sentí en el momento en que divisé de qué casa se trataba, y la reconocería donde fuera, pues, se trataba de la casa de Obito y la abuela Hanaro.
// Espero hayan disfrutado la lectura, esto es un mundo alterno pero igual puede tener ciertos spoilers.
¡Holaa! Izune otra vez no pudo follar con Óbito 💔 y Shisui se disculpó solo por Izune, y por lo de su ojo con Obito... Aunque Óbito no lo sabe 🙊jaja pero en fin ¿Qué les pareció el capítulo? ¿Qué opinan de todo lo que está sucediendo?
Y bueeeno, ojalá les haya gustado el capítulo y muchas gracias por leer, que tengan un lindo día son lo best😍💖😘
Capítulo editado el 25/04/2017.
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