cuarenta y tres; la llegada
''Te digo adiós, y acaso, con esta despedida, mi más hermoso sueño muere dentro de mí... Pero te digo adiós, para toda la vida, aunque toda la vida siga pensando en ti...'' José Angel Buesa.
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Izune entreabrió su boca y comenzó a reír, no sabía si por los nervios de llevar a Uryu con Tsunade lo más pronto posible, o por la idiotez que sus alumnos estaban diciendo ¿Cómo ella iba a tener el sharingan siendo Senju? Era algo sumamente ridículo e... imposible.
Definitivamente habían perdido los estribos.
─Chicos... se están confundiendo, siempre he tenido los ojos así ─espetó ella, negando con su cabeza repetidas veces mientras sentía el pulso de Uryu disminuir poco a poco sobre sus brazos. Un toque de nerviosismo recorrió su espina dorsal ante ello─ quizás ahora parezcan sharingan por el hecho de mis lágrimas inconscientes pero estoy segura de que no lo es... vamos, no perdamos tiempo.
Kinoe se removió en su puesto con su rostro shockeado y un montón de emociones recorrer todo su cuerpo, bastante incómodo a lo que su propia sensei planteaba. Él no estaba mintiendo, él realmente veía dos aspas en un ojo y en el otro, sólo una. Cosa que ella antes no tenía. Pero sería muy imposible hacérselo creer en ese momento si no había algún espejo a la mano u otra cosa parecida. Además, debían salvar a su compañero y amigo... No debían retractarse y despistarse solo por ello.
La vida de su amigo era más importante. Aunque si su sensei volviese a la aldea con aquellos ojos, Kinoe no sabría si eso sería bueno... o malo. No lo tenía bien claro y de por si le preocupaba, sobre todo por el hecho de la rivalidad notoria que había entre ambos clanes;
Uchiha y Senju... Él no era idiota.
─Sobre eso, Izune-sensei... ─esta vez fue Kiara quien habló, su voz temblorosa al notar lo mucho que sangraba su propio compañero─ ¿S-se dio cuenta el tipo de lágrimas que tiene? Es... sangre...
Izune se congeló en su lugar y llevó una de sus manos a su mejilla por inercia, su rostro mostrando perplejidad al ver que Kiara estaba en lo correcto. Pero también pudo ser sangre de Uryu, ella no caería con algo así y mucho menos en esa situación.
Aunque sí, le preocupó ¿Qué le estaba sucediendo?
─Solo vamos, esto da igual... ─murmuró ella fingiendo desinterés, aunque bastante audible para sus alumnos. Estos enseguida chocaron miradas dolidas y cómplices. Uryu... él, él tenía que salvarse.
¿En qué momento la misión se les había puesto en su contra?
─Aunque preferiría que lo mantuviesen en secreto.
Ambos ninjas de rango Chunnin se acercaron a su maestra y tocaron sus brazos al ver como con una de sus manos tomaba el kunai especial e intentaba hacer un sello de manos con Uryu en su hombro. Cosa que le resultó más o menos al tener a Uryu en ese lugar y además, teniendo su pulso bajando cada vez a medida transcurría el tiempo. Eso solo le aumentaba los nervios y la angustia, no podía con ello.
Él debía salvarse.
─Hiraishin no jutsu.
Dicho aquello, los tres ninjas junto a un moribundo Uchiha se teleportaron con mucha rapidez hacia las afueras de Konoha. Izune pretendía llegar al hospital enseguida, pero a pesar de ser casi una experta en aquel jutsu de espacio-tiempo... no pudo. Sin embargo, a pesar de no haber llegado exactamente a tal lugar, lo habían hecho solo unos cuantos árboles más afuera. Ahora solo quedaba correr o gastar su chackra por completo.
Menuda mierda. Pensó.
Izune cayó de rodillas, su respiración bastante agitada y sintió así como su vista volvía un poco a la normalidad, mientras trataba de enfocarse, esta vez sujetando a Uryu con mas fuerza al sentir su pulso tan débil. Kinoe y Kiara por su parte, ambos estaban de pie y observaban a su sensei con horror. No sabían si por el sharingan... o por Uryu. Estaban aterrados por todo, quizás hasta por el viaje con el hiraishin.
Nunca habían viajado desde tan lejos con él y tenían un mal presentimiento.
─Izune-sensei ¿Está bien? ─preguntó el castaño, agachándose a su altura mientras tocaba el hombro de Izune─ si quiere yo puedo llevar a Uryu esta vez...
─No, estoy bien.
Tras esas palabras, la Senju al ponerse de pie... tomó el pulso del Uchiha una vez más para confirmar lo que tanto temía hace un segundo y su corazón se frenó, el ambiente volviéndose más denso de pronto al sentir como la desesperación e impotencia se aproximaba. Uryu no tenía pulso, no era su imaginación...
Y era su culpa.
Quiso gritar, llorar, patalear y hacer un RCP común, pero ella no era idiota... eso no funcionaría, lo sabía con certeza. Su cuerpo estaba rígido y cada vez le sentía más tieso sobre ella. Pero no podía creerlo, aquello no podía ser posible... solo había sido una espada, una mísera espada ¿Cómo algo tan inútil pudo acabar con él? Izune no lo podía asimilar.
Él, él iba a ser jounin... Tenía tantos momentos pendientes por vivir, era un gran hombre a pesar de su característica tan seria de ser y sobre todo, era demasiado joven. No podría nunca tener una familia, hijos, alguien a quien amar... sus amigos, él... aquello no podía estar pasando. No podía dejarla... no así.
¿Qué haría ella sin su Uryu? Tantos momentos tirados a la basura por una... mísera espada. Todas sus misiones juntos, las veces que ella podía sincerarse con él sin problemas... aquella sonrisa y esos abrazos que él le proporcionaba cuando los otros dos no estaban ¿Qué sería del equipo Izune sin Uryu? ¿Qué sería de una guitarra sin sus cuerdas? Nada.
Definitivamente, estas misiones del demonio... no las volvería a hacer jamás. Nunca más.
¿Qué importaba el bien de Konoha si a fin de cuentas seguía perdiendo gente? ¿Para qué? ¿Para que los demás vivan felices a costa de los otros?
No. Ella no podía dejarse vencer por ello... no.
Aunque no podía evitarlo, pues como sensei... había sido un asco, no solo por haber permitido que algo así ocurriese sino que, ni siquiera traían al espía con ellos para que al menos valiese la pena algo de lo hecho. Fue todo un completo desastre y se sentía fatal, no lo quería asimilar.
Uryu no podía, él no...
Ukitake-sensei... ¿Cómo pudiste con esto? ¿Eh? Pensó, segundos antes de presionar el cuerpo de su alumno con fuerza para no volver a llorar. Sintiendo así todo el dolor de saber que ya no había más que hacer y que él ya se había ido, aunque no quisiera admitirlo. Ella quería esperanza...
Obito... lo necesitaba y a Tobirama también, a pesar de todo ellos siempre estaban para ella. Solo quería encerrarse y llorar, a pesar de saber que su hermano probablemente la miraría con indiferencia por no haber completado la misión al llegar. Eso siempre importaba más ¿No?
Hashirama... A él también lo necesitaba.
─¿Izune-sensei?
¿Realmente había dejado que su Uryu muriese en sus brazos? Izune aún estaba completamente en shock mientras no pretendía soltar el cuerpo inerte del Uchiha y ladeó su cabeza un poco para observar a los demás al escuchar el llamado de Kinoe. Sí, se arrepintió de hacerlo. Estos mantenían su vista bastante preocupada por la repentina acción de su sensei y observaron a su amigo con sus mandíbulas tensas. En aquel momento la Senju lo decidió, no se los haría saber... al menos, no aún.
Ella seguiría su retorno al hospital de Konoha como si nada, quizás... aún había esperanza para él.
Al menos eso quería creer la albina de ojos rojizos.
─Va-vamos, chicos ─tartamudeó, su rostro observando a la nada mientras volvía a posar uno de sus kunais sobre el suelo de tierra y pastizales viejos para generar el sello de manos. Sin siquiera soltar una lágrima, estaba nula.
Kiara y Kinoe de inmediato se observaron entre si con dolor en sus ojos y tan solo siguieron a su maestra pervertida. No había tiempo que perder.
«...»
El hospital estaba casi vacío a tales horas y no era para menos, pues, aquella tarde la mayoría de aldeanos en Konoha habían asistido al funeral de Hikari Uchiha... muerte de la cual se enteró toda la aldea un día antes, a pesar de que había ocurrido hace muchos días. Sin embargo, a pesar de ello Tsunade Senju como siempre se encontraba vagando por esos lugares con papeles en mano... buscando alguna solución para la anciana Uchiha que estaba a su cargo. Ella no merecía morir. Necesitaba hacer algo más.
Y tampoco quería bancarse a su nieto, del cual había creído cada una de sus palabras en dicha amenaza. Aunque no se lo haría saber a su primo, porque eso solo sería otra razón más para quererle fuera de casa y a Izune no le gustaría.
Tsunade suspiró. Tendría mucho trabajo por hacer.
Asimismo, estuvo tranquila durante varios minutos, caminando por los pasillos, pensando... No obstante, su tranquilidad no duró mucho al sentir un gran estruendo al final de una de las escalas de aquel hospital y también, como alguien caía sobre el suelo bruscamente. La rubia ante ello quitó sus papeles del rostro enseguida y se dedicó a correr hacia el lugar. Varios ninjas médicos de turno le siguieron el paso.
El estruendo había sido bastante fuerte.
Su corazón latió con fuerza al escuchar el ladrido de un perro, sabiendo casi enseguida que se trataba de su prima sexópata. Aunque, eso solo le preocupó más porque... ella no hubiese llegado al hospital de esa manera si algo estuviese bien. Pues, luego de una misión la torre del Hokage es la primera en enterarse.
Entonces, fue cuando les divisó... a los tres. Principalmente a la Senju sobre el suelo cubierta de sangre por todos lados en posición fetal. Los demás ninjas médicos tuvieron casi la misma expresión al verles.
─¡¿Izune?! ─exclamó, bastante preocupada mientras se agachaba hacia ella, buscando su pulso. El cual solo estaba acelerado, pero nada más. Por lo que, suspiró con alivio.
Kinoe por su parte, tomó su cabeza entre manos con fuerza y luego se afirmó en una de las barandas de aquella escalera para apaciguar el mareo y la nausea que sentía en ese momento. Esto debido al hecho de viajar dos veces con aquel jutsu desde distancias tan lejanas. Kiara en cambio, quiso ayudar a la ninja médico a pesar de su estado, mientras dos de ellos se acercaban al castaño para ayudarle.
La peligris enseguida al escuchar a su prima, se removió en el suelo con dolor y mucha dificultad, sobre todo por lo dañada que estaba... mental y físicamente. Aunque se alivió de cierto modo, pues, al fin y al cabo... habían regresado. Estaban en Konoha.
─Izune, no te muevas ─espetó la rubia, esta vez volteándose hacia uno de sus compañeros─ Mifune, avisa al Hokage que su hermana está de vuelta... ¡Rápido!
─¡Hai! ─respondió, enseguida alejándose de ahí.
La Senju desde el suelo, volvió a removerse y logró articular uno de sus brazos para señalar lo que tenía en sus brazos, mientras murmuraba sin ser entendida. Pues, estaba a punto de desmayarse.
Kiara quiso hablar, sin embargo, esos viajes y la angustia de no saber qué sucedería con Uryu o demás... fueron mucho para ella. Por lo que, cayó desmayada tras Izune. Tsunade suspiró, tomándose los cabellos.
Sin embargo, uno de los médicos que checkeaba al castaño se alejó de ahí para enseguida tomarle en brazos, sin duda alguna... no había sido una gran misión. Al menos así lo pensaron todos en ese lugar.
─Izune, deja de moverte... por favor. ─ordenó la rubia con preocupación al notar lo inquieta que estaba, sin embargo, Izune no iba a rendirse.
Con su mano derecha logró cambiar su posición, para así señalar el cuerpo que se traía entre sus brazos. Tsunade se llevó ambas manos a la boca en cuanto le divisó.
─Tsuna... sálvalo, aún pue-de vivir ─murmuró, su voz quebrándose casi con cada palabra y la rubia tragó saliva al ver que los ojos del Uchiha aún se mantenían abiertos─ por favor...
La voluptuosa Senju asintió con su cabeza y tomó al pequeño Uchiha entre manos, sintiendo así lo frío que estaba y como su cuerpo no parecía moverse ni su nariz respirar. Tsunade no era tonta, ella sabía que el pequeño estaba muerto y también sabía... que Izune estaba sufriendo por dentro, por lo que, sigilosamente cerró sus párpados y soltó un suspiro apenado. No le cabía en la cabeza como pudieron terminar así de mal.
Entonces, su corazón se estrujó por un momento al ver a Izune, pues esto le iba a doler mucho. El Uchiha de sus brazos era demasiado jóven... demasiado.
Aunque no tanto como Yoshiro.
─Zaku y Torune, iré a pabellón... procuren que Izune no se mueva y le avisaré a los demás para que traigan camillas ¿Entendido? ─mintió la rubia, pues ya no podría hacer nada por el muchacho aunque fuese a pabellón en dos segundos, pero... las reacciones de su prima le rompían el corazón.
─Sí, Tsunade-san.
Instintivamente, la rubia al escucharles corrió con Uryu en sus brazos. No había algo que pudiese hacer respecto a su vida, pero al menos podría limpiar toda esa sangre que cubría su cuerpo. Pero estaba preocupada, el chico no podía morir así... eso solo sería otra gran gota para e vaso de rivalidad que había en ambos clanes.
Un Uchiha muriendo en manos de una Senju... Aquello no era nada favorable y la rubia lo sabía con certeza, Izune no la tendría barata con aquello... para nada.
«...»
─Minato, recuérdame... ¿Por qué no podemos enviar un escuadrón anbu ahora mismo?
El rubio rascó su cabeza y sonrió con incomodidad frente al Hokage. Si bien sabía que el peligris estaba preocupado por su hermana ─no confundan, él también─ Minato no podía simplemente quitar a un escuadrón de sus labores por ello, sobre todo con las investigaciones de la muerte de Hikari Uchiha y la desaparición inesperada de Madara en la aldea. Algo sumamente importante y peligroso.
─Porque están todos ocupados, además... usted puso un plazo de siete días y solo han transcurrido seis, ya mañana a la tarde podremos desocupar alguno de ellos para ir en su búsqueda... ─explicó el Namikaze, bastante incómodo por el rostro tenso del mismo Hokage y le entendía, en parte.
Tobirama solía ser alguien responsable con su labor y tomaba decisiones inmediatas, algo nada parecido a su hermano mayor que le daba mil y mil vueltas al asunto. Sin embargo, cuando se trataba de su hermana pequeña es como si no fuese él... se descontrolaba. Y Minato haría lo mismo por Kushina, o por Naruto si fuese necesario.
─A todo esto... ¿Qué está haciendo el idiota este? ─soltó de repente, causando la extrañeza del rubio por el cambio repentino de tema.
─¿Obito? ─respondió, su rostro algo pensativo y Tobirama asintió─ Hoy al parecer tenía entrenamiento en los cuarteles, pero no sé la verdad... ¿No es anbu directo? Usted debería saber su paradero...
Tobirama dio un suspiro frustrado y tiró su cabeza hacia atrás, pensando.
─Lo sé Minato, pero es como una pulga saltarina y se me pierde de vez en cuando, sobre todo en las tardes... ─explicó, intentando calmar un poco su preocupación y nervios por su hermana al recordar al Uchiha.
Minato soltó una risa, recordando todas las veces que perdió al muchacho en su niñez.
─¿Ahora me comprende? ─preguntó con gracia, Tobirama dando un gran bufido enseguida─ Aunque no debería admirarse mucho, mire que yo por hacerlo... uf.
El peligris soltó una pequeña risa al comprender a que se refería el rubio, pues su hijo era casi diez veces peor de lo que fue Óbito alguna vez... un completo inquieto y desenfrenado cabeza hueca. Quizás sí... no debería admirarse tanto.
Quién sabe si algún día cuando tuviese hijos le saliesen peor que ambos, no quería ni imaginarlo.
─Te comprendo ─dijo─ Izune era parecida... aunque lo más jodido es que siempre quería hacer lo que yo, todo me lo copiaba y era aún peor cuando se dibujaba las manchitas, luego corría por todas partes diciendo que iba a la velocidad de la luz... era una lunática.
Minato se sonrió al recordarla en esos tiempos, puesto que desde pequeña siempre solía arrancarse con Obito para hacer otras cosas... o planear algún tipo de método de conquista para el azabache y Rin. El rubio varias veces se cabreó con ello porque no podía hacer sus entrenamientos como corresponde, pero como era bastante pacifico no fue capaz de reprenderla. Solo a su alumno... ya de ella se encargaba Shinri Ukitake.
Habían sido buenos tiempos, después de todo...
─Ya es toda una mujer... ─murmuró el rubio, notando la mirada pensativa del Hokage. Este negó con su cabeza.
─Sigue siendo alguien que debo proteger con mi vida, me vale madres si es mujer o niña... ─refunfuñó con su cabeza entre manos─ ella aún es inocente y los hombres ya no quieren nada serio en estos tiempos, así que solo me niego a ello...
Minato soltó otra risa, tomándose la frente.
─Sonaste igual a un veterano, Tobirama. ─se burló, esta vez dejando aquel tono formal que utilizaba siempre y el peligris negó con su cabeza, también habiéndose dado cuenta de lo dicho.─ Aún así... cuando Obito va enserio, es porque va enserio... sabes a lo que me refiero y no solo al ámbito de pareja. ─insinuó con una sonrisa lasciva en su rostro, Tobirama de inmediato marcó una mueca de disgusto.
─Agh, me da asco pensar que ellos dos... ─dijo, esta vez cubriendo por completo su rostro y Minato rió más fuerte esta vez─ no, por mucho que me agrade no... simplemente no. Sobre mi cadáver.
─¿Has dicho que te agrada?
─Minato, solo... cierra la boca.
Asimismo, ambos continuaron platicando por un tiempo para despejar sus mentes, solo hasta que la puerta ─la cual había sido reparada─se abrió de golpe, dejando ver así a un sonriente Hashirama con varias bolsas en sus brazos y un sombrero de vendedor. Tobirama alzó una ceja, incrédulo ante ello.
─Hermano ¿Tan miserable se volvió tu vida desde que dejaste de ser Hokage? ─dijo, causando la risa de Minato enseguida. Sin duda alguna el rubio no lo pasaba nada de mal estando con Tobirama, a pesar de sus arrebatos.
Hashirama soltó una risa suave y negó con su cabeza ante la ocurrencia, dejando así aquellos bolsos sobre el suelo y quitando su sombrero mientras se dirigía hacia su hermano menor para saludarle. Si bien habían discutido antes de su partida, eso no quitaba el hecho del cariño que ambos se tenían... y el que ambos tenían por Izune, la última Senju nacida de su madre, quien perdió la vida tras su nacimiento.
─¿Cómo ha ido todo? ─preguntó el moreno, luego de haber dado un gran abrazo al peligris─ Veo que ya instalaste a casi todo el clan Uchiha, eres rápido...
Tobirama alzó sus hombros, como si aquello no tuviese importancia.
─Así es como hago las cosas ¿Verdad, Minato?
El rubio asintió con una leve sonrisa y Hashirama suspiró, tocando así su larga cabellera.
─Por eso eres el dios de la velocidad ¿No? ─dijo Hashirama, un tono burlón adornando sus palabras.
─Ja ja, que chistoso... ─ironizó el peligris, esta vez volviendo a su silla presidencial con ojos entrecerrados.─ no sirves para bromear, Hashirama.
Este, enseguida se corrió a un rincón... bastante deprimido. Tobirama tan solo resopló en el aire ¿Acaso siempre tenía que hacer eso?
─Mientras lleves todo bien yo...
Antes de que pudiese terminar su sentencia, la presencia de alguien en la habitación irrumpió aquello con timidez... haciendo así que Tobirama frunciese el seño al ponerse de pie y le observase de pies a cabeza, confundido. Hashirama dejó su estado depresivo por un momento y puso la misma expresión.
¿Por qué un ninja médico haría presencia en su oficina de manera desmedida?
─Hokage-sama, siento interrumpir así pero me enviaron a hacerle saber que el Izune Senju y su equipo acaban de regresar a la aldea...
El rostro de Tobirama cambió en un solo segundo y caminó lejos de su mesón para hacerle frente, pues a pesar de que sonase tranquilo algo no le cuadraba. Si ella estaba de vuelta ¿Por qué no fue a por él primero?
Hashirama también le puso atención, sintiendo un gran mal presentimiento al igual que el rubio de su costado.
─¿Dónde está? ─preguntó el segundo Hokage a mirada seria, para luego tragar saliva notoriamente.
─En el hospital, todo su equipo está muy mal la verdad... pero no puedo dar mas detalles porque me enviaron enseguida y no pude preguntar mucho ─explicó, teniendo la atención de todos─, allá le explicarán de seguro que fue lo que ocurrió... pero debe apresurarse.
Tobirama presionó su mandíbula y su corazón comenzó a acelerarse con más frecuencia. Todo su equipo está muy mal. Se repitió, odiándose de inmediato por haberla enviado a ese lugar. Él sabía que no debería haberlo hecho.
El primer Hokage no dudó en fruncir el seño con notoria preocupación y Minato se tomó de los cabellos, no se esperaba algo así.
─Hashirama, encárgate de todo mientras... iré a ver que ocurrió con ellos. ─ordenó el peligris segundos antes de caminar hacia la puerta, pero Hashirama le frenó enseguida al tomar uno de sus brazos con mucha fuerza─ Hermano ¿Qué...?
─Iremos los dos, ─espetó el moreno, su semblante bastante serio y sombrío─ que no se te olvide que también es mi hermana.
Tobirama le observó con cautela, su respiración comenzando a fallar y solo suspiró. Su hermano tenía razón.
─Minato...
─Lo sé, yo me encargo ─respondió con una mueca, interrumpiendo las palabras del peligris─ no se preocupen por esto...
Dicho aquello, ambos hermanos de apellido Senju junto al ninja médico salieron con mucha rapidez de la torre. Tobirama con el corazón en la boca y Hashirama intentando mantener la calma, realmente sentía que algo no andaba bien. Aunque, no quería pensar antes de tiempo e imaginar cosas que quizás no estaban ni un pelo de cerca.
Solo esperaba que su hermana estuviese bien... o todos en realidad. Si algo grave había ocurrido, Tobirama no se lo perdonaría.
Jamás.
«...»
─¿Le dijiste a tu padre?
Itachi suspiró, su amigo de cabellos alborotados había estado muy inquieto y extraño frente a él durante casi todo el funeral y estaba comenzando a estresarse, sobre todo por el golpeteo de sus pies en el suelo mientras remojaba sus labios una y otra vez. No podía soportarlo más, pero aún así lo entendía... había perdido a su madre ¿Cómo no estar así de inquieto?
Aunque le prefería llorando que de esa manera tan estresante... sentía que explotaría en cualquier minuto.
─No, mi padre no escucha si no se trata del clan... ─respondió, notando como esta vez la mayoría de desconocidos dejaba el pequeño cementerio. Pues, el funeral apenas había terminado y solo unos pocos quedaron allí. Eso incluía a Izumi, quien estaba metros más allá de ambos junto a su madre.
Shisui alzó sus hombros y luego observó la tumba frente a él con un gran suspiro. Él ya no iba a llorar, si no lo hizo al comienzo del funeral... ahora menos ¿Qué le sucedía? Quizás ya solo se había cansado de hacerlo, pues no sacaba nada. Ella no volvería ni aunque hiciese un río completo. Solo sería una pérdida de tiempo.
Además, se sentía incómodo teniendo a Itachi todo el tiempo a su lado luego... de haber cogido con su chica. No lo sentía justo.
─¿Crees que mi madre haya estado orgullosa de mi? ─soltó de repente, intentando calmar todo nerviosismo de su cuerpo.─ Después de todo... esa carta era falsa.
Lo último fue más un murmullo hacia él que para Itachi, sin embargo, el ninja de coleta le había oído de todas maneras, soltando un suspiro apenado mientras le tocaba uno de sus hombros. Y Shisui se estremeció ante el tacto. Se sentía sucio, desleal y sobre todo... un marrano. La culpa le estaba carcomiendo todo el cuerpo y no podía hacer mucho con ello, porque no... no pensaba decirle sobre ello. Al menos no aún.
Lo habían acordado con Izumi.
─Eso es obvio aunque no lo haya escrito, Shisui... ─ dijo Itachi, su voz serena mientras mediaba una leve sonrisa─siempre estuviste para ella cuando te necesitó y fuiste leal, ─trató de animarle aún más─ así como también lo eres conmigo... digo, todos tus cercanos nos enorgullecemos de tener una persona como tu en nuestras vidas... dudo que ella pensase lo contrario, te adoraba...
Shisui tragó saliva al escuchar esas palabras. Ya no podía más. Por lo que, esta vez quitó la mano que se posaba en su hombro brúscamente con su mandíbula tensa e Itachi frunció el seño enseguida por su actuar, más no dijo algo sobre ello solo porque era el funeral de su madre. Él necesitaba un tiempo y lo comprendía.
Aunque se le hizo extraño. Él no solía ser así.
─¡Itachi!
Ambos voltearon su cabeza al escuchar esa voz molesta y gruñona, Itachi dando un suspiro cansado al notar de quien se trataba y el pelinegro soltando una pequeña risa al verle con muletas y una gran venda cubriendo casi toda su pierna. Se trataba de Sasuke.
─¿Y a ti que te pasó? ─soltó Shisui con gracia al notar lo mal humorado que iba. Pues, no le había podido ver durante mucho tiempo y encontrarlo así... le daba risa. Sobre todo por las muletas que por poco doblegaban su altura.
Sin embargo, a pesar de ello le agradecía por aparecer así de la nada y no haber tenido que oír más las buenas palabras de Itachi hacia él, debido a que no se sentía digno de ellas y le causaba dolor ¿Y cómo no? Se había cogido a su chica, algo meramente prohibido y no podía aguantar aquello. Itachi no se lo merecía.
No se merecía lo que ambos le habían hecho.
─Mejor ni preguntes, Shisui ─gruñó Sasuke, esta vez posando su vista en su hermano para evitar el tema de su gran humillación─ Papá te necesita, dice que tiene que hablar contigo así que no demores... ya sabes como es, está allá con el idiota resentido ese.
─¿Qué? ¿Para qué? ─preguntó el mayor, ladeando un poco su cabeza. Sasuke resopló en el aire.
─Yo que sé, ─respondió─ pero a Obito le cobrarán el doble por reconstruir su casa... a pesar de haber sido un accidente, o eso fue lo que escuché al menos antes de venir a por ti.
Shisui cambió su semblante a uno confundido al escucharle, sin embargo, se mantuvo en silencio al igual que Itachi.
─Y... supongo que eso, ─volvió a hablar el azabache menor─ nos vemos luego.
Itachi arrugó la frente, confundido a por ello y solo le asintió. Por lo cual, Sasuke simplemente se dio la media vuelta y comenzó a caminar lejos de allí, o bueno, a cojear lejos de ellos. Entonces, el de coleta al notar que Obito se encontraba de manos en los bolsillos, con mirada angustiada junto a su padre le causó una leve sonrisa, no se iba a zafar de esa... seguro.
Aunque igualmente se sintió mal por pensar así, pero era lo mínimo que podía recibir por haber inhabilitado a su hermano pequeño.
─Itachi ¿Qué le sucedió a Sasuke? ¿Por qué cojea? ─insistió Shisui en preguntar, curioso ante las muletas del otro Uchiha y el caso de Obito.
Itachi dio un suspiro leve y se tomó la frente al recordarlo.
─Óbito, ─dijo, disgustando aún mas al pelinegro de su amigo─ Óbito le rompió el tobillo porque besó a Izune.
Shisui frunció el seño y entreabrió su boca con molestia.
─¿Qué? ¿Ese es idiota o se hace?
─Yo creo que lo es...─se burló el de coleta, resoplando en el aire─ de hecho, hasta me amenazó en cuanto lo plasmé en la pared y... ─Itachi frenó sus palabras un segundo para pensar─¿Por qué no te había contado esto?
Shisui alzó sus hombros intentando mostrar despreocupación, sin embargo, por dentro estaba un tanto molesto y la rabia le carcomía los sentidos... Óbito Uchiha no cambiaba jamás ¿Acaso no entendía que esa actitud idiota no le llevaría a ningún lado? Golpear a un niño era algo bastante bajo para caer, no lo entendía.
─Porque tu...
Antes de que pudiese terminar sus palabras hacia Itachi, este notó como una cabellera castaña se acercaba a ellos y su amigo tensó sus músculos. Por lo que, su corazón se aceleró por unos minutos en cuanto la vio, si ella se acercaba a conversar con ellos... seguramente no aguantaría la culpa o la incomodidad.
¿Acaso era tonta? ¿Por qué ir hacia ellos luego de lo que sucedió?
─¿Ustedes no estaban molestos? ─preguntó el de cabellos desordenados al notar la leve sonrisa que se formaba en los labios de Itachi, pretendiendo desinterés.
Este resopló en el aire.
─No, ─respondió─ o bueno, algo así... no hemos hablado del tema aún.
─¿Y qué piensas hacer? ─preguntó, tragando saliva ante el pensamiento.
─Disculparme.
Shisui tensó su mandíbula enseguida, y no sabía si por las palabras de Itachi o al ver como Izumi se acercaba cada vez más hacia ellos con una leve sonrisa y sus cabellos iban sueltos, no en una coleta como cuando solía estar con la peligris de Izune. Se veía bien a decir verdad y ese kimono negro no la opacaba para nada.
Aún así, Shisui no entendió su actitud ¿Por qué podía fingir todo tan bien?
─Itachi-kun ─dijo ella en cuanto llegó frente a ellos, una sonrisa incómoda esbozándose en su rostro. La cual al ver a Shisui se esfumó de inmediato─ oh, Shisui... hola.
─Hola... ─murmuró Shisui, algo molesto por su actitud.
El ninja de coleta rascó su nuca con algo de nerviosismo al verla frente a él y luego simplemente la envolvió con sus brazos sin mediar alguna palabra. Aquello sorprendió de sobremanera tanto a Izumi como Shisui, pues su padre solo estaba unos metros más lejos que ellos y Shisui... se sintió incómodo. No pudo evitarlo.
Enseguida, ya estaba dando golpes el suelo con sus pies otra vez.
─Lo siento, Izumi ─murmuró Itachi, bastante audible para ambos... pero eso no le importó, él se había comportado como un imbécil. Pero era lo bastante hombre como para disculparse, incluso frente a quien llamaba su mejor amigo. No tuvo vergüenza alguna.
Incómodo. Pensó Shisui al verles de esa manera, inseguro de si era por el hecho de tocar el violín o por lo que él había hecho junto a ella unas noches atrás. Sin embargo, la piel de gallinas que traía Izumi evidenció que ella se sentía igual o más incómoda que él en los brazos del Uchiha.
Aunque fingía muy bien.
─Itachi-kun... no tienes por qué, supongo que yo ta-ampoco fui muy cons-siderada... ─su voz tembló un poco al ver como Shisui le enarcaba una ceja con incredulidad, modulando así un ''hipócrita'' con sus labios sin que Itachi se diese cuenta y por ello Izumi alejó su mirada, esta vez algo molesta.
Shisui soltó una pequeña risa con su reacción, porque a fin de cuentas... él también lo era. Un hipócrita.
Itachi no quiso hablar, solo se envolvió en sus brazos y con eso a Izumi le bastaba. Él a fin de cuentas... no era de muchas palabras.
─Solo... empecemos de cero ¿Vale? ─dijo la castaña, finalmente saliéndose de los brazos del Uchiha, con algo de incomodidad por tener la vista de Shisui sobre ella. Todo le recordaba a su pene, no podía siquiera pensar en su nombre sin hacerlo.
Y le jodía. Porque si seguía de esa manera seguramente terminaría teniendo hasta sueños con el mejor amigo del hombre que amaba. Y se sintió zorra, por primera vez en su vida ¿Dónde estaba Izune cuando la necesitaba?
─Vale... ─respondió el Uchiha de coleta, algo confundido por su actitud tan accesible ¿Desde cuando Izumi perdonaba tan fácil con un simple abrazo?
Algo sin duda, no estaba bien.
─Oye Itachi... ¿No tenías que ir con Fugaku-sama? ─preguntó el de cabellos alborotados, intentando cambiar de tema al notar la mirada analítica de este sobre la chica. Shisui no era idiota y por lo visto, su amigo tampoco.
Itachi posó su vista en su amigo y frunció el seño. Shisui sintió muchos nervios en ese momento pero no los demostró, y pudo ver así como Izumi miraba hacia todas partes para no tener que observarle, quizás estaban siendo muy obvios... o Itachi era muy inteligente.
Sin embargo, cuando pensaban que diría algo sobre ellos dos... este simplemente sonrió de lado y tocó su nuca.
─Es cierto, ─dijo─ Shisui... luego si quieres te puedes venir a mi casa, digo, para que no estés solo y pensando mucho sobre esto... ya sabes.
Shisui suspiró y luego le sonrió, posando así ambas manos en sus bolsillos con incomodidad ¿Cuánto tiempo más tendría que mentirle?
─Lo tendré en cuenta, Itachi.
Dicho aquello, el ninja de coleta y kimono negro se dedicó a caminar lejos de allí, no sin antes dar un leve beso en la frente de Izumi, notando así al andar... como Shisui le hablaba a la castaña sobre algo que no pudo escuchar. Él no era idiota. Algo se traían esos dos y muy pronto lo averiguaría. Aunque no podía imaginarse qué podría ser, o quizás solo eran alucinaciones suyas.
Itachi suspiró, queriendo tapar sus oídos enseguida al escuchar los gritos del Uchiha cabeza hueca frente a su padre en cuanto llegó. Él realmente era un idiota si pensaba que así lograría algo con el segundo líder del clan, cosa imposible. Itachi conocía a su padre mejor que nadie... y estaba seguro de eso.
─¡Fugaku-sama, yo siempre le hablo con respeto pero esta vez no es justo! ¡Su hijo vino a mi con Chidori! ─exclamó, bastante exasperado y con algo de temor en sus palabras─ ¡¿Qué esperaba que hiciera?! ¡¿Quedarme ahí como un idiota y qu...
─¡Basta, Obito! ─gruñó el mayor, detonando su silencio enseguida con su mano al ver la presencia de su hijo a su costado. Su rostro bastante molesto en contra de Obito.─ Hasta que por fin llegas, Itachi.
Este alzó sus hombros y Obito tragó saliva ¿Algo más que pudiera suceder aquel día del demonio?
─Shisui estaba muy mal, ya sabes...
El pelinegro refunfuñó al escuchar sus palabras y le observó de pies a cabeza, queriendo reír por el atuendo que este traía, el cual según Obito... era bastante ridículo. Pero no lo haría, al menos no frente al segundo líder del clan Uchiha.
Fugaku se tensó por un momento y solo dio un suspiro, debía alejar esa culpa que le quemaba por dentro. Pues, él la había asesinado y no se sentía para nada bien.
─Está bien... ─dijo, esta vez volviendo su vista seria hacia el azabache de un solo ojo─ Obito, ya lo he decidido y no puedes refutarme, es la última vez que lo digo.
Obito presionó sus puños con fuerza al notar como Itachi sonreía de lado, creyendo que se burlaba de él e iba a reclamar una vez más, moviendo así sus brazos con fuerza. Sin embargo, una mano fue la que frenó aquella sentencia.
─Fugaku ¿No crees que estás exagerando un poco? ─era la voz de Madara, quien sostenía con mucha fuerza el brazo de Obito y observaba fijamente al castaño─ Su abuela aún está en el hospital, no puedes cobrarle tanto.
El rostro de los tres presentes fue de sorpresa pura, Obito por el hecho de que este le hubiese defendido y Fugaku por el hecho de que este apareciese de la nada. Pues, llevaba desaparecido por mucho tiempo. Y de Itachi ni que hablar, le causaba temor y repudio de solo verlo. Más si defendía al idiota de Óbito.
─Madara-sama... ─dijo el castaño, descruzando sus brazos enseguida─ pero aún así, hay que dejarle algún castigo... no podemos dañarnos entre nosotros sin alguna represaría.─ explicó, causando la sorpresa de Obito al verle tan sumiso... y quiso reír.
Madara finalmente soltó el brazo del moreno y dio un leve suspiro, esta vez desordenando el cabello de Obito con este a regañadientes. Pues, se sintió como un niño al sentir aquel tacto del ninja sombrío de capa.
─Yo me encargo de él... tu solo preocúpate de cosas más importantes como el cambio de lugar, ─reprendió el ninja de cabellera larga y ojos azabache─ porque si hubiese estado yo aquí, no lo habría permitido.
Dicho aquello, el rostro del segundo líder se volvió inexpresivo e Itachi frunció el seño, enrabiándose enseguida al ver como el pelinegro se aguantaba las ganas de reír. Pues, nuevamente se había salido con la suya... pero ¿Desde cuando él y Madara...? No lo comprendía.
─Vamos, Obito. ─espetó, esta vez tomándole de los hombros para comenzar a caminar lejos de ambos. Este soltando pequeñas risas al haberse zafado al menos de un solo problema.
Y nuevamente, agradeció a Madara por ello. Al parecer... este siempre le salvaría, fuese como fuese la situación.
// Espero hayan disfrutado la lectura, esto es un mundo alterno pero igualmente pueden haber spoilers.
¡Holaaa! 🙌 No sé cuanto tardé pero bueno, aquí está... ¿Qué les pareció? y bueno, si quieren que lo confirme... sí, Uryu murió 😭😔💔 pero no me odien por favor, eso debía suceder yy... hagamos un minuto de silencio por ello... o si quieren me matan a mi, ahre😔💔
En fin, dar como siempre las gracias porque apenas ayer me di cuenta que somos 15k 😭 y... dios, nunca sé que decir porque jamás esperé tanto lo juro y enserio, muchas gracias por leer en las sombras, comentar o dar votos... lo que sea, muchas gracias, son lo mejor💓😭😍
Y eso, que tengan un muy lindo día (a pesar de la muerte de Uryu) y nuevamente, muchas gracias. Las amo montones💓💓💓
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