Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

cuarenta y siete; éxtasis.

''Esperaba que no me quitara la venda de los ojos y tener que mirar a sus ojos. Se puso de pie delante de mi. Nuestros cuerpos no se tocaron pero lo sentí en todas partes... '' Seducida en la oscuridad, C.J. Roberts.

.

.

.

.

.

Izune Senju.

No supe cómo ni por qué, pero a duras penas en la noche tuve una de mis pesadillas junto a Uryu, de esas que había tenido desde que llegué a Konoha y me atormentaban... por lo que, había terminado en el cuarto de Obito sin que este se diese cuenta ─o siquiera, de haberlo desvestido por lo acalorado que se veía durmiendo con su ropa─ y ahora que despertaba, tenía a este mismo sobre mí con sus brazos bastante estirados y sus piernas hacia cualquier lado.

¿Ya había dicho que este idiota tenía muy mal dormir?

No obstante, eso no era lo que más me perturbaba, sino que, era el hecho de tener su erección sobre mi muslo derecho y aunque sabía que aquello no era por mi, me prendía de cierta forma.

¿Hace cuanto no...?

─Óbito, despierta ─dije, moviéndolo suavemente para intentar quitarlo de encima─ me estás aplastando...

Él se movió unos segundos y creí que se levantaría, sin embargo, fue solo para acomodarse mejor. Esta vez enredando sus piernas junto a las mías mientras su erección quedaba sobre mi cadera y su rostro se posaba sobre mi cuello, sus brazos rodeándome como si no hubiese un mañana.

Al parecer no pensaba en levantarse.

─Ugh, que te muevas te digo... ─gruñí por lo bajo, aunque no pude evitar el estremecerme ante su respiración lenta sobre mi cuello.

Este hombre iba a matarme.

Rendida, tan solo me quedé en mi posición mientras le observaba dormir y acariciaba su rostro magullado con mi mano libre y mordía levemente mi labio inferior. Posando así mi vista en el pequeño reloj que había al costado de vez en cuando.

Las 10 am.

No era tan tarde después de todo... Por ende, me quedé observándole dormir por algún tiempo más y añorando su rostro bastante tranquilo. Pues, parecía un niño de cinco años luego de haber jugado todo el día sin parar. Al parecer, debía de haber hecho demasiado como para terminar así de cansado... y me parecía ¿Tierno?

Gracias a dios no estaba babeando.

Aunque me preocupó más el hecho de tener tantos magullones en su rostro u cuerpo, pues, según él fue mientras entrenaba... lógico para explicar sus nudillos rotos y la herida de su brazo. Sin embargo, ¿Cómo podía haberse golpeado él solo en el labio, en el rostro o en su estómago? Aquello no me pintaba muy bien, aunque ya le preguntaría luego cuando se despertase. No me parecía lógico.

Sin embargo, primero quería encargarme de esa erección que pulsaba con fuerza sobre mi cadera porque... realmente me estaba matando cada vez que se movía o rozaba con fuerza y no tenía la certeza del por qué, esta mañana al parecer mis hormonas me jugaban en contra y mis emociones estaban desatadas. Ademas... ¿Sabían que la mayoría de mujeres prefiere el sexo en la mañana por las calorías que se bajan al hacerlo? Yo era una de ellas.

Y no, yo no estaba obesa como para querer bajar con urgencia... pero nunca estaban de más unas calorías menos ¿Verdad?

Era la excusa perfecta para tener algo de satisfacción y también, aprovechaba de ''entrenar''.

Estuve bastante tiempo de esa misma forma, observando su rostro demacrado y como su espalda subía y bajaba a medida que su respiración se hacía más profunda. Él se miraba... ¿Inocente? ¿Atractivo? No lo tenía bien claro, solo sabía que aquello duró hasta que el reloj dio las 11 y me jodió, porque disfrutaba verle así.

Una lástima.

Entonces, quise mover a Óbito una vez más para que luego no se nos hiciera tarde al desayunar. Sin embargo, este pareció leer mis pensamientos y se acomodó por su cuenta, rascando así sus párpados con cansancio mientras bostezaba. Luego, posó su vista confundida sobre mi y se alejó un poco, su seño bastante fruncido.

─¿Izune? ─dijo─ ¿Cuando... tú...? Espera, espera... ¿Qué hora e-agh?

Su rostro mostró una mueca de dolor enseguida al cambiarse de posición, pues, al parecer yo me había afirmado muy fuerte en su torso, sin percatarme de su gran moratón que a diferencia de las otras heridas, no había cicatrizado con tanta facilidad.

─¡Lo siento, lo siento! ─exclamé, separándome casi por inercia con pánico y este soltó una pequeña risa adolorida, esta vez intentando tomar el reloj de su costado mientras yo me culpaba de haberlo dañado.

─Descuida, Bakazune... me pasa por entrenar demasiado ─gruñó, aún sin poder alcanzar el reloj desde la cama. Por ende, solté unas risas maliciosas.─ no es tu culpa.

Entonces, este alzó una de sus cejas al ver mi sonrisa y luego dio un suspiro como si estuviese loca, sin embargo, con una de mis manos acaricié su torso desnudo suavemente, solo para después bajar esta misma y agarrar su erección con malicia de un solo golpe.

Óbito dio un leve brinco con sorpresa y logró tomar aquel reloj, aunque sus mejillas enrojecieron enseguida y eso me hizo sonreír. Pues, me encantaba cuando se sonrojaba de esa manera y como se sorprendía. De toda mi vida que le conocía siempre tenía la misma reacción al yo hacer eso y como dije antes... me encantaba.

─Izune... ¿Qué crees que estás haciendo? ─preguntó, sin siquiera observar el aparato en su mano. Pues, yo ya estaba casi metida bajo las sábanas y él bastante sonrojado, sin quitarme la vista de encima.

─Pretendo saludar... ─respondí, con un toque de inocencia fingida al luego acariciar su ingle con mi otra mano mientras mordía mi labio inferior para intentar provocarlo.

─Izune... ─gruñó en reproche, aunque por lo tenso de su cuerpo supe de inmediato que también quería lo mismo que yo.

─¿Te has dado cuenta que Óbito es mas flojo que tú? Tú te levantas antes y sin quejas ─digo con diversión hacia su erección, esta vez quitando su ropa interior para luego masajear esa zona con ambas manos de manera lenta y suave, sintiendo y disfrutando de los movimientos.

Óbito soltó unas risas frenéticas y algo avergonzadas, aunque luego palmeó una de mis nalgas con fuerza mientras se tensaba con mis caricias, era un idiota.

─¿Realmente le estás hablando a mi pene? ─dijo, su respiración dificultándose cada vez más. Aunque no quería demostrarlo─ ¿Por qué no me hablas a mí? ¿Eh?

─Él se levanta de un viaje cuando le hablo, tú no ─respondí, remojando suavemente mis labios al tener su erección frente a mi. Qué ganas...

Realmente necesitaba algo de diversión luego de todo... pero Uryu...

─A él no le tiras baldes de agua... ─gruñó, a lo que comencé a dar pequeños besos en su punta sin contenerme, mientras jugueteaba con mi lengua de vez en cuando. Quizás luego pensaría en todo lo ocurrido...

Uryu... lo siento.

Óbito se estremeció y soltó un leve gruñido, por lo que, no demoré en ubicarme entre sus piernas para dar besos suaves por su abdomen desnudo y luego bajar a su erección para meterla en mi cavidad bucal, aunque no quise que estuviese hasta el fondo─al menos no todavía─. Sin embargo, por las respiraciones entre cortadas y los gemidos roncos de mi amigo supe que no le molestaría.

Entonces, cuando ya succionaba y quitaba su gran atributo un poco más abajo con ganas, le escuché gritar con desesperación y enseguida... no dudó en quitarme de un solo viaje. Por mi parte, fruncí el seño y casi llego a cabrearme por ello.  Pero él parecía decidido.

¿Qué mierdas le pasaba?

─Mierda mierda mierda ─decía sin parar, su voz algo exasperada. Por lo que, bastante frustrada salí de mi lugar fuera de las sábanas y le observé con extrañeza, pues realmente se veía asustado.

Además de que había lanzado el reloj hacia la cómoda de ropas.

─¿Qué ocurre? ¿Te volviste precoz de repente?

Este niega con su cabeza rápidamente y de nuevo, quiso quitarme de encima sin decir palabra alguna más su rostro asustadizo. No obstante, no le dejé hacerlo al pegarme como una larva en su torso desnudo mientras besaba su barbilla afeitada. Obito volvió a gruñir.

─¡Demonios, Izune! ¡Suelta! ─me reprochó, aún un tanto exasperado─ ¡Son las 11 y tenía que estar en la torre más o menos a las 7... Agg, tu hermano va a matarme!

Por un momento, quise dejarle ir... porque si Tobirama lo había citado tan temprano y este no llegaba, no terminaría en algo bueno. Sin embargo, aquella erección desnuda punzando sobre mi ombligo no me dejaba pensar con claridad. Estaba bastante... especial.

Agg, Tobirama puede esperar... ─me quejé, esta vez utilizando mi voz un tanto mas aguda mientras chupeteaba su cuello. Este tragó saliva ante el tacto.  

─Izune... ─reprochó una vez más, su voz un tanto más ronca de lo normal.

Entonces, no dudé ni un solo segundo al subir mi rostro y pegar mis labios a los de él con profundidad, saboreando cada parte de su boca y esta vez abriendo mis piernas para sentarme en su torso con facilidad, quitando así sus brazos ─al concentrar mi chackra─que intentaban frenarme con exasperación. Por lo que no tuvo escapatoria, aunque por lo tenso que estaba supe de sobra que... tampoco tenía ganas de dejarme ir.

Además ¡No podía irse! ya estaba lo suficiente prendida y calurosa como para que me dejase así. ¡Dios! Si hace tanto no le sentía, no le besaba, o es más... no le veía. Y de pronto, mis emociones se desenfrenaban de la nada. Quería pensar en Uryu, porque él no merecía esto. Pero simplemente no podía. Necesitaba calmar mis hormonas de esta manera y...

A la mierda.

─Aún debo ocuparme de esa erección... ─murmuré luego de unos segundos, al haber mordido su labio inferior con suavidad y separarme para sonreír, él los relamió enseguida con una sonrisa lasciva─  incluso si no haya sido por mi que se parase de esa forma...

─¿Quién te dice que no he soñado contigo de repente? ─gruñó en respuesta y luego mordió de igual manera mi labio inferior, jalándolo y haciéndome estremecer aún más. Sus labios eran tan suaves y salvajes a la vez.

─¿Lo has hecho?  

─No me tientes, Izune ─respondió este, esta vez su voz resonando sobre mis labios aún más rasposa de lo que ya estaba, para luego cerrar su párpado y dar un suspiro. Nuestras respiraciones agitadas uniéndose casi al instante.

Entonces, solté un leve gemido muy cerca de sus labios y tomé su erección con malicia para provocar y en un parpadeo, el azabache con un movimiento brusco cambió nuestras posiciones, estando esta vez él sobre mi. Mientras, unía otra vez sus labios a los míos en un beso desenfrenado y profundo, ambos saboreándonos el uno al otro con nuestras lenguas apaciguándose entre sí.

Solo el sonido de nuestro choque de labios y respiraciones agitadas eran audibles en tal habitación. Aquello solo lo hacía cada vez mejor, más íntimo y más personal... Cómo lo éramos ambos.

Abrí mis piernas en un ángulo bastante amplio, dejando que Obito se interpusiese en medio de ellas para rozar su atributo con mis bragas ya bastante mojadas. Esto mientras con su mano derecha acariciaba uno de mis muslos de manera brusca y con la otra se afirmaba en la pared para no caer sobre mi. No haríamos nada inusual esta vez o poses extrañas, de ya con nuestras miradas podríamos saberlo... pero no me importaba, porque a veces, el simple hecho de practicar sexo en la cama era ya placentero.

Y estaba casi segura, que no había quien como Obito para hacerme sentir así... solo tenía que ser él.

Entonces, posé mis manos en su nuca con desesperación cuando sentí las pulsaciones de mi clítoris rogar por caricias, e intenté bajar asímismo su cabeza hacia mis pechos, aunque este soltó una pequeña risa ─sin quitar ese toque lascivo de su rostro─ por mi acción, para luego estirar mis brazos hacia la cabeza y quitarme la gran playera que traía puesta ─ la cual seguramente era de Tobirama. Irónico ¿No creen?─ , masajeando suavemente uno de mis pechos mientras mordía su labio inferior. Se veía jodidamente bien, él...

─Mm... ─gemí despacio, a la vez que rozaba intencionalmente nuestras partes íntimas y dejaba suaves mordidas por sus hombros. El placer que estaba sintiendo en aquel momento era inigualable, sin duda alguna.

Por su parte, el moreno bajó su cabeza finalmente para preocuparse de lamer mis senos con fiereza mientras presionaba mis rodillas y se rozaba con fuerza sobre mi feminidad, su respiración bastante agitada ante tales actos.

─O-obito... ─logré articular entre jadeos, esta vez desordenando aún más su cabello mientras mordía mi labio inferior para no gemir más fuerte. Pues, con su lengua daba giros bruscos sobre mis pezones y aquello hacía que una corriente eléctrica corriese por toda mi espina dorsal.

¿Realmente había dejado pasar tanto tiempo antes de follar así?

Obito, luego de haber mordido un par de veces mis pezones ─bastante duros─, bajó sus besos húmedos y chupeteos por todo mi abdomen, logrando que mi espalda diese un leve brinco debido al hormigueo que sentía por todas partes. Aunque solo duró hasta que este llegase a mi parte íntima con aquellos besos que me hacían estremecer. Por ende, quité mis manos de su cabello casi al instante para afirmarme en la cama, preparándome a lo que venía mientras él hacía lo suyo.

Tiré mi cabeza hacia atrás, aún con mi labio inferior mordiéndolo con fuerza al sentir como el Uchiha quitaba mis bragas con sus dientes y luego, depositaba besos lentos con su lengua por sobre mi íngle. El solo roce de su lengua húmeda esparciendo miles de emociones por cada parte de mi cuerpo.

Quería gemir y ocuparme yo misma de la situación, pues con aquello solo me estaba torturando pero sabía que a mi fiel confidente no le gustaban los gemidos fuertes o que interrumpiese sus acciones. Así que, solo di suspiros desesperados mientras lamía mis labios una y otra vez, intentando calmar las ganas de que me penetrase ahí mismo y sin piedad. Entonces, fue cuando él comenzó con la segunda fase de su tortura... lamiendo mi clítoris con bastante lentitud y profundidad.

Demonios, como odiaba y amaba a la vez esa lentitud de sus caricias ─a pesar de que sabía, él prefería las caricias más bruscas─. Era una verdadera tortura tener que estar sintiendo esos labios y esa lengua pasar por mis partes íntimas con tal profundidad, él era... un experto en ello y no me quejaba. Era un placer inexplicable.

─Ah, ─gemí inconscientemente y le escuché reír con malicia, esto al sentir como se adentraba en mi abertura con su lengua, besándome casi de la misma manera que lo hacía conmigo cuando quería profundizar las cosas.

Tan mojado, tan desesperado y tan adentro... 

Por consiguiente, Obito presionó uno de mis glúteos con su mano derecha en medio de los besos con brusquedad y ahogué un gemido al presionar más las sábanas blancas de la cama, sintiendo como su lengua entraba y salía con más brutalidad y rapidez.

A este punto ya no podría más, él estaba matándome.

─O-obito... eres un... puto genio─dije, mi voz bastante aguda mientras quitaba mis manos de la cama para tomar sus cabellos e intentar quitarlo de ahí, arqueando levemente mi espalda.

Realmente necesitaba sentirlo a él, a su miembro erecto dentro de mi y practicar el sexo como nunca antes. No, yo no quería correrme con su lengua aunque fuese lo más placentero del mundo... al menos en esta ocasión no.

Óbito entendió mis movimientos a su cabello ─ahora bastante desordenado y mojado con sudor─ y gruñó en reproche, presionando con más fuerza mi glúteo derecho y dando una palmada como castigo. Sin embargo, tras un par de besos salvajes sobre mi vulva... finalmente subió su cabeza y cuerpo para posarse sobre mi una vez más.

─Odio cuando haces eso... ─gruñó una vez más, su rostro algo molesto y bastante excitado a la vez.   

Enseguida, le tomé de la nuca bastante desenfrenada con una sonrisa maliciosa y lo obligué a mirarme.

Este relamió sus labios con notoria desesperación y luego medió una leve sonrisa lasciva, para luego bajar esta misma a mis labios con lujuria. Su rostro estaba muy colorado y pude ver como varias gotas de sudor caían de su frente, a la vez que su respiración era agitada. Jamás le había visto tan atractivo como lo hacía ahora. Él... demonios.

Entonces, luego nuestras miradas conectaron una vez más y ...

Óbito, no deberías ponerte tan triste por Rin... si ella no te quiere y prefirió a Kakashi, hay más niñas en las cuales fijarse como Anko o quizás Kurenai digo, limpiando suavemente las lágrimas de impotencia que mi mejor amigo tenía en ese momento.

Este mordió su labio inferior el cual temblaba notoriamentey luego negó con su cabeza, mostrando cabreo absoluto.

P-pero ¡Yo no quiero a otraexclamó, otra vez las lágrimas comenzando a correr por sus mejillas mientras regañaba y presionaba sus puños con fuerza.

Entonces, tras dar un suspiro me acerqué a él y lo abracé con fuerza para mostrar algo de apoyo. Este tensó su mandíbula y noté como no quiso sollozar en frente de mi, aún si sabía que ansiaba por hacerlo. Su cuerpo tenso y el labio moviéndose con frecuencia lo delataban.

Óbito, tu eres alguien muy fuerte... estás por volverte jounin, eres gracioso, siempre estás para la gente, carismático, solidario y hasta diría que algo atractivo... murmuré en su oído, dando suaves caricias en su espalda y este soltó una pequeña risa─ no te preocupes por alguien que no vale la pena, si ella ha preferido a Kakashi pues... es que no sabe lo que tiene en frente. No te compares con Kakashi jamás porque... a mi me gusta como eres, eres mucho para alguien como ella...

Su espalda tembló suavemente mientras me aplastaba con más fuerza, esta vez hundiendo su rostro entre mi cuello y hombro, finalmente sollozando un poco. Él estaba tan mal y... obsesionado con ella.

Ella no se merece tus lágrimas, además... volví a hablar, sobando su espalda suavemente─ tienes que volverte Hokage ¿O ya lo olvidaste?

Óbito se separó de mi bruscamente y limpió sus lágrimas con sus puños de manera rápida, solo para después sorbar el moco y regalarme una leve sonrisa. No pude evitar imitar su acción.

Es cierto, no puedo dejarme vencer por algo así...

Entonces, ambos por alguna casualidad nos observamos a los ojos directamente por algún tiempo. Su cabello estaba más desordenado de lo normal y sus mejillas bastante coloradas de tanto llorar, pero eso no me importaba... era solo el brillo de sus ojos azabache sobre los míos lo que me preocupaba en aquel momento. Fue algo ¿Extraño?

Aunque, aquello solo duró hasta que el mismo azabache fue quien cortó nuestras miradas y se acercó tímidamente hacia mi, fijando así su vista en mis labios mientras tragaba saliva. Por lo que, imité su acción de tragar mi propia saliva ante el pensamiento de lo que pudiese ocurrir, más no me quité del lugar. Copiando así también, la acción de su mirada.

Entonces, Óbito acortó nuestras distancias y tras tomar mi nuca con su mano derecha, ambos nos hundimos en un beso lento y suave que no impedí.

Aquel fue el primer beso que di a Óbito... o que él me regaló en aquellos días. Supongo, todo comenzó ahí... con ese inocente beso que nos dimos como si nada. Sin saber lo que nos deparaba el destino desde entonces.

Negué con mi cabeza de inmediato, bastante sorprendida y asustada por el recuerdo que acababa de tener.

¿Por qué de repente recordaba esas cosas?

Por su parte, Obito me observó extrañado y ladeó su cabeza, bajando esta vez hacia mi cuello para depositar besos húmedos y provocantes en ese sector, dejando así algunas marcas que seguramente... tendría que tapar después.

─¿Qué ocurre? ─preguntó, su voz rasposa haciéndome estremecer una vez más. Sin quitar el hecho de que nuestras partes íntimas se estuviesen rozando entre si, a propósito para no perder el ritmo de lo que estábamos por hacer.

Pero no respondí, solo me centré en dar caricias en su espalda y besar su cabellera negra de vez en cuando, sin poder evitar los suaves gemidos de mi boca al sentir como este intentaba meter su erección en mi feminidad. Por ende, alcé un poco más mis piernas y este gruñó en mi cuello, esta vez mordiéndolo suavemente.

─S-si quieres puedo... frenar ─murmuró, bastante cerca de mi oído entre jadeos y respiraciones profundas─ no estás p-pasando un buen momento y...

Solté una risa frente a sus palabras y luego un gemido se escapó de mis labios al sentir como había ingresado la punta de su erección sin siquiera avisarme. Él realmente me quería torturar.

Era un completo idiota.

─C-cállate... ─digo entre jadeos,mientras que tomaba su cabeza con mis manos y le obligaba a mirarme una vez más.

Este al quedar con su rostro frente a mi, sonrió con malicia y al entreabrir sus labios... poco a poco se fue acercando a mi rostro con notoria lujuria a medida que metía su miembro hasta el fondo con lentitud, torturándome por completo. Por lo que, en cuanto llegó a mis labios para besarme... ambos ahogamos el gemido que se hubiese escapado por tal acción de llegar hasta el fondo. 

─Aggh... ─gimió el azabache en medio de nuestro choque de lenguas, cerrando su párpado para disfrutar el comienzo de nuestro juego que comenzaba con leves embestidas. Obito introduciendo y sacando su miembro repetidas veces de la misma manera.

No pude evitar el hecho de soltar varios gemidos ─despacio─en sus labios en cuanto comenzó a aumentar su velocidad dentro de mi, sus jadeos y la respiración agitada chocando contra mi rostro de manera salvaje. Provocándome aún más de lo que ya estaba.

Quería más rápido, más salvaje, más Obito, más... y más.

Entonces, cuando ya sus embestidas se volvieron más fuertes y rápidas, ambos jadeamos con desenfreno el uno al otro mientras nos besábamos de vez en cuando. Por ello, enterré mis uñas en su espalda debido a la excitación tremenda que comenzaba a sentir. Este gruñó por lo bajo y siguió dando embestidas como un completo animal sin importar el dolor que pude haber causado con ello.

Hace tanto necesitaba sentir esto.

─O-obito... ah ─gemí, para luego morder mi labio con fuerza y no tener que gritar como una loca.─ m-más...

Obito sonrió con su boca entreabierta frente a mi y aumentó un poco más la brutalidad de sus embestidas, finalmente quitando su rostro del mío y bajando sus besos a mi cuello, mordiendo de vez en cuando para ahogar los gemidos que seguramente tenía muchas ansias de soltar.

Esto... se sentía increíble.

─M-mierda... ─gruñó, esta vez aumentando aún más la velocidad mientras mordía con más fuerza mi cuello─ I-izune...

Ambos estuvimos de esa manera por mucho tiempo, entre jadeos y gemidos de ambas partes. Mientras, el azabache seguía con sus brutales y rápidas embestidas dentro de mi aparato reproductor, el sudor cubriendo casi por completo nuestros cuerpos y empapando parte esencial de aquella cama en la que estábamos.

Sin embargo, en cuanto comenzaba a sentir el clímax aproximarse, pude notar como el rostro excitado y sudoroso de mi amigo se angustiaba cada vez más tras cada embestida proporcionada, su cuerpo tensándose de sobremanera mientras presionaba su mandíbula con fuerza.

Él estaba llegando a su punto máximo y lo sabía con certeza, pues yo también lo estaba alcanzando y se sentía tan... bien.

─I-izune ya no puedo... ─gimió sobre mis labios, esta vez jadeando con mas frecuencia y angustia sobre mi rostro.

─T-tranquilo, yo i-igual... dios ─gemí en respuesta, mientras presionaba mis uñas con más fuerza sobre su espalda y sentía el orgasmo cada vez más cerca. 

Entonces, tras una fuerte y brutal embestida de su parte... ahogué un gran gemido en sus labios mientras le besaba con fugacidad, para finalmente llegar al climax y sentir como mi cuerpo se relajaba y destensaba de una manera inexplicable, aquello era mágico. 

Por su parte, Óbito no demoró en alcanzarme y luego de unas cuantas penetraciones fuertes y rápidas, sentí como se corría dentro y fuera de mi, ahogando un gemido de la misma forma que yo en medio de nuestro alcance de labios. Su cuerpo contrayéndose de manera considerable mientras gotas de sudor caían sobre el mío.

─I-izune... agh─gimió un poco alto, su voz ronca a mas no poder mientras daba sus últimas embestidas lentas y se vaciaba dentro de mi.

Aquello me hizo sonreír de sobremanera, pues adoraba verlo así de excitado y más... si era gracias a mi.

Finalmente, Obito cayó rendido sobre mi pecho mientras intentaba regular su respiración, su gran espalda subiendo y bajando con rapidez. Por lo tanto, no dudé en dar un suave beso en su frente para luego volver a sonreír, este también lo hizo al sentir mi pequeño acto de afecto.

─Te quiero, Izune... ─murmuró, subiendo un poco su rostro para observarme con una leve sonrisa y mejillas rosadas─  como no tienes idea...

Entonces, antes de que pudiese corresponder sus palabras... este depositó un beso corto y suave sobre mis labios. Solo para después quitarse de encima casi al instante, su rostro mostrando algo de nerviosismo sin querer voltear a verme.  Dejándome un tanto confundida sobre la cama.

¿Desde cuando actuaba así luego de tener sexo?

─ ¿Qué te pasó? ¿A dónde vas? ─pregunté, extrañada totalmente al ver como tomaba unas ropas anbu de su armario junto al protector de Konoha que solía utilizar.

Aquello solo me confundió aún más ¿Ropas anbu? ¿Obito? ¿Qué?

─A la ducha, ─respondió con rapidez, evitando mi pregunta anterior─  si no me apresuro, tu hermano realmente va a matarme... lo sabes.

Su tono de voz sonaba preocupado, mientras por poco corría hacia el baño de la habitación. Evitando casi por completo mi mirada con sus mejillas algo sonrojadas y su actitud algo extraña. Aquello no me convenció para nada... algo más le ocurría. Él no podía mentirme.

Y como si hubiese sido ayer... sus palabras llegaron a mi cabeza con bastante claridad.

''...creo que Obito gusta de usted... y usted no quiere reconocerlo por miedo u tal vez porque realmente no está interesada en él y le da pena, no lo sé...'' 

No podía ser cierto, él no gustaba de mí... éramos amigos, solo eso...  y yo no podía verlo de otra manera que no fuese esa como él lo hacía conmigo, él era Obito... mi Obito.

Y yo era su Izune... los dos juntos contra el mundo.

Si algo así llegase a pasar entre nosotros, todo se iría a la mierda.

─¡Espera, Obito! ─exclamé, antes de que pudiese cerrar la puerta.

Este dio un suspiro, para luego frenar el paso y posar su vista en el suelo con la mirada algo perdida.

─¿Qué pasó? ─cuestionó, mostrando algo de desinterés y hasta indiferencia. Sus dedos moviéndose con exasperación sobre aquel trozo de madera.

─Yo... también te quiero ─digo, tragando saliva y él no respondió, rascando su cabeza con algo de incomodidad─  Además... ¿Desde cuando eres anbu?

Obito hizo una mueca y luego resopló en el aire, observando así el pequeño reloj que ahora se encontraba en el suelo.

─Es... una larga historia, quizás luego te la cuento ─dijo, su voz bastante rápida mientras se adentraba en el baño─ te adoro, bakazune.

─Pero Obi...

No pude terminar mi frase, pues, el azabache había cerrado la puerta de golpe y el sonido del correr del agua se hizo presente casi de inmediato en toda la habitación.

Ugh, si que era un idiota... y un maldito bipolar.

Entonces, resoplé en el aire por pensar aquello y simplemente me resigné en la cama, limpiando los rastros de semen con aquellas sábanas blancas que cubrían mi cuerpo, mientras intentaba alejar las palabras de Uryu en mi cabeza. Luego, me puse de pie y simplemente tomé la playera que traía puesta antes de follar, para ponérmela encima otra vez sin importancia.

Las bragas... esas tendría que lavarlas primero.

«...»

Acorde pasó el tiempo, ya finalmente había terminado de ordenar el cuarto de Óbito ─o gran parte de este─ mientras él se duchaba y ya solo me quedaba guardar los bóxers sucios que tenía en el suelo para que este los limpiase luego, aunque a medida que me acercaba a su cajón de la ropa interior sentí algo extraño dentro de este. 

¿Repulsión quizás?

Entonces, cuando estuve a punto de abrirlo, teniendo la perilla en mi mano derecha... me arrepentí de hacerlo.

Se suponía que estaba sucio... ¿Y si lo lavaba yo misma? Dudo que me generase algún tipo de problema, después de todo era de Obito. Nuestra confianza era inigualable.

Suspiré. No me metería en su ropa interior por ahora y lavaría aquella prenda yo misma en un rato.

En este momento, por mientras... tan solo iría a lavar las sábanas junto a mis bragas, para así no generar sospechas cuando Hashirama tuviese que hacerlo, pues, esta semana le tocaba a él la lavandería. Y no quería arriesgarme.

Entonces, de inmediato tomé aquellas ropas y me dispuse a salir por la puerta con mi cabello en una coleta desordenada. Sin embargo, apenas lo hice... una voz me petrificó por completo. No podía ser cierto.

─Hasta que despiertas dormilona, ya es bastante tarde ¿No crees?

Tragué saliva instintivamente y entré en pánico, mis mejillas enrojeciéndose enseguida ¿Acaso él...?

Ha-hashi-nii ─tartamudeé, bastante nerviosa de verlo recostado sobre la pared, ambos brazos cruzados mientras me analizaba con la mirada─ Creí que estarías en la torre...

El castaño alzó una de sus cejas y luego negó con su cabeza, dando un leve suspiro con algo de gracia.

¡Dios! Esto no podía estar pasando, tal vez solo era coincidencia y él no...

─Ya no soy Hokage, Hermana... deberías saberlo ─explicó con total naturalidad─ Además, Tobirama me envió a buscar a la pulga saltarina porque estaba demorando mucho...   

Entonces, apenas escuché aquellas palabras solté una risa nerviosa y luego rasqué mi nuca con incomodidad, pensando en cómo zafarme de esta situación.

¿Realmente Hashirama me había descubierto? ¿Era este mi fin? ¿Pulga saltarina?

─Y-y ¿Qué haces aquí tras la puerta? ─pregunté, escondiendo las bragas en medio de las sábanas mientras mi voz temblaba un poco. Realmente no podía creerlo ¿Tan poco precavida había sido?

Él arqueó una de sus cejas y señaló la habitación, mofándose un poco de mis actitudes nerviosas. No sabía si eso era bueno o malo... pero me mataba los nervios.

─Lo mismo debería preguntar yo... si bien tengo entendido, ─ dijo─  este es el cuarto de Obito... no el tuyo.

Sentí como el nerviosismo se apoderaba de todo mi cuerpo y me quedé ahí, estática mientras quería que la tierra me tragase. Incluso, llegué a planear en llorar e inventar una buena excusa para ello... Sin embargo, Hashirama soltó otro suspiro y volvió a hablar, esta vez tomándome uno de mis hombros para que le observase;

─Anoche te vi cambiarte de cuarto, ─confesó, su rostro bastante serio frente al mío y tragué saliva, mis manos temblando considerablemente─ y si quieres saberlo... sí, los escuché hace un rato. Así que espero no sigas inventando que sigues siendo virgen frente a mi cara como si fuese un idiota o hubiese nacido ayer, hace rato les vengo vigilando... ¿Entiendes?

Mi labio tembló considerablemente, no sabía si por el miedo u por la vergüenza que estaba sintiendo en aquel momento. No solía ver a Hashirama de esta forma nunca... él era el gracioso, el tonto y el payaso de la casa. Así que, verle tan serio realmente me dolía.

Lo había decepcionado.

─Hashi-nii yo... 

─Agradece que no soy como Tobirama, ─espetó, interrumpiendo mis palabras por completo─ no le diré nada sobre esto si es lo que te preocupa mientras no me ocultes mas cosas. Pero que te conste... ten cuidado con lo que haces, no sabes donde te estás metiendo.

Mi rostro se transformó en confusión enseguida, incluso si estaba feliz de que me apoyase con algo así ¿A qué se refería con ello? ¿Acaso él...?    

─¿Q-qué estás insinuando? Creí que Obito te agradaba... ─digo, mi tono de voz colgando casi de un hilo.

Hashirama quitó su mano de mi hombro y luego rascó su larga cabellera con incomodidad. Sonriéndome de la misma manera, esta vez relajando un poco su cuerpo sin importancia alguna.

─Lo hace, Izune... siempre lo he dicho, es un buen chico y tiene la misma voluntad que tu, pero su...  

─¿Su qué? ─corté su frase y le observé más confundida que antes.

Él dio un suspiro rendido y luego con sus manos tomó ambos hombros míos, sonriendo ampliamente como solía hacerlo siempre.

─Olvídalo, Izune... es solo que, ya sabes... es difícil asimilar que tu hermana pequeña se encama con quien jugaba de niña ─explicó, sus palabras no tan creíbles para mi gusto─ También, es difícil ver como lo que mas amas crece considerablemente y aprende cosas nuevas que nosotros no pudimos enseñarte o prevenir ¿Sabías? Es... muy difícil.

─Ok-key... te estás poniendo depresivo, Hashi ─digo, bastante incómoda al ver como este comenzaba a irse hacia un rincón. Siempre hacía lo mismo.

Entonces, el rey de Roma apareció por la puerta con su ropaje anbu y su cabello mojado, lo admito... se veía malditamente bien. Este, al vernos en el pasillo frunció el seño y estiró su mano hacia mi hermano como saludo. 

¿Realmente no sospechaba nada al verlo ahí?

─Buenas, Hashirama-sama... ─dijo, con bastante naturalidad frente a él. Sin embargo, mi hermano mayor observó su mano por unos segundos y soltó una mueca incómoda, como si tuviese asco de hacer dicha acción.

Mis mejillas enrojecieron nuevamente, pues Hashirama no respondió su saludo y Obito tuvo que quitar la mano con extrañeza. Aunque, pude notar en su rostro que no le importó mucho a decir verdad.

─Bueno... etto... yo me voy, ─volvió a hablar, sonriendo levemente mientras se alejaba poco a poco de nosotros y quise reír por el rostro de mi hermano mayor─ nos vemos luego.

Dicho aquello, el moreno salió en un parpadeo de nuestras vistas por las escalas y tras oír el cerrar de la puerta principal, solté las risas que estaba aguantando por la expresión de asco que tenía Hashirama en su rostro.

─No me mires así, tengo mis razones para no tocar sus manos.

─Acababa de ducharse, él no... 

Hashirama cerró sus ojos y posó una de sus manos en mi rostro para detonar mi silencio, a lo que solo reí más fuerte. 

  ─No es gracioso, Izune. ─gruñó, sus mejillas sonrojándose un poco.

No pude contener la risa una vez más y este terminó riendo de igual forma. Amaba que el moreno me comprendiese y tuviese ese corazón de oro que lo caracterizaba.

Quizás... solo quizás, no era tan malo que uno de mis hermanos supiese la verdad entre Obito y yo. Siempre se podía encontrar un poco de luz luego de tanta lluvia.

Uryu... su muerte no sería en vano y con Hashirama de mi lado, todo sería más fácil. O eso esperaba.

// Espero hayan disfrutado la lectura, esto es un mundo alterno pero igualmente pueden haber spoilers.

¡Holaa! Sé que tardé pero bueno, no ha sido mi mejor semana 😔 pero ya estoy de vuelta jaja 🙌¿Qué les pareció el capítulo? La verdad yo lo encuentro bastante tranquilo para mi gusto y lo más probable es que suba de nuevo rápido porque quité varias cosas💔 jaja

Por otra parte ¡Llegamos a los 20k! 😱😱 por dios, ya sé que lo digo bastante pero realmente cada vez que veo las visitas no lo creo... es que ... sdkjfds😭😭 realmente ya no sé qué más decir para mostrar lo agradecida que estoy con cada una de ustedes que se esmeran en leer, votar o comentar😭 es enserio😭💓 son lo mejor y muchas gracias, por todo.

En fin, espero les haya gustado el capítulo y que tengan un lindo día, semana, mes, todo💓💓 gracias por leer💓

Adiosín💓

   

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro