cuarenta y cuatro; crisis.
''No puede haber amistad donde no hay libertad...'' William Penn.
.
.
.
.
El ambiente estaba un tanto tenso en aquel cementerio luego de que Itachi se fuese y ninguno se atrevía a decir palabra alguna al otro, solo hasta que Shisui decidió que era tiempo para hablar;
─Estás siendo muy evidente, Izumi.
Enseguida, la chica cerró sus párpados y posó dos de sus dedos sobre su frente como si fuese una idiota. Pues, al parecer lo estaba siendo y bastante. Sobre todo cuando Itachi estaba cerca... ¿Comenzar desde cero? Patrañas, Izumi no sabía las cosas que estaba provocando con aquello y siempre era así de estúpida cuando se trataba de su amor, se volvía bastante torpe en ese sentido. Si tan solo no se hubiese metido con Shisui... ella no estaría en esa problemática.
Por su parte, Shisui entrecerró sus ojos y la analizó con su mirada para luego, negar con la cabeza y dar un leve suspiro. Ella realmente estaba haciendo las cosas mal y no se veía del todo bien.
¿Qué le sucedía?
El pelinegro realmente no lo comprendía, pues, si bien a Izumi la conocía de hace muchos años... A pesar de que siempre tuvo ese toque de inseguridad, jamás llegó hasta el punto de fingir tanto por una causa así. Sí... se había metido con él estando con Itachi, pero aún así, le sorprendió el hecho de que ella fuese la que inició todo. Y además, también fue idea de ella que el ninja de coleta no tuviese que enterarse de aquello, jamás. Era algo bastante extraño a su parecer, Izumi no estaba siendo ella misma ni sincera...
¿Dónde había quedado la tierna Izumi de siempre?
Sin embargo, eso de callar para siempre no iba con Shisui, él se lo haría saber a su amigo en algún momento, solo... no todavía.
─¿Por qué me besaste? ─inquirió el de cabellos alborotados hacia ella sin pelos en la lengua, esta vez con su nariz algo arrugada y sus manos en los bolsillos. Su voz un tanto baja por el hecho de no querer que alguien más escuchase. Ella resopló en el aire.
─¿Por qué me seguiste el juego? ─respondió, un leve tono molesto y a la defensiva en su voz─ pudiste frenarme, es lo mismo.
Shisui carraspeó y se rascó la cabeza con incomodidad, ella tenía razón... en parte. Pero su actitud de ya no le había gustado, para nada. Él solo quería saber el por qué de las cosas. Pero ella estaba siendo borde con él y no era justo, no después de todas las veces que la ayudó.
Sí, el pelinegro también podía cabrearse con algo de facilidad.
─Eres bastante grande como para frenar la situación por ti sola... Izumi ─gruñó este, esta vez con su semblante algo serio.─ Además, yo no tenía compromiso alguno, tú si.
─¿Me estás echando la culpa? Si mal no recuerdo es tu mejor amigo... y eso es aún más grave que una infidelidad como la mía, Shisui. ─gruñó ella en respuesta, esta vez resoplando en el aire mientras posaba su vista hacia el padre de Itachi.
Sin embargo, le sorprendió el hecho de ver como Madara Uchiha se llevaba al mejor amigo de Izune a regañadientes y así también, le causó curiosidad.
¿Por qué Madara tendría algo que ver con él? Izumi entrecerró sus ojos enseguida, aquello le daba bastante mala espina y sobre todo, si Madara era quien tenía que ver con todo. Odiaba que todo se lo ocultasen, realmente lo aborrecía... y no solo a ella, sino que, a sus padres también.
─Lo sé... y no, no te estoy echando la culpa─finalmente murmuró Shisui entre dientes, presionando así levemente sus puños─ solo quiero saber por qué me besaste si tu...
Antes de que pudiese terminar su sentencia, Shisui frenó sus palabras al notar como Hashirama Senju corría por sobre los techos con mucha desesperación y así también tocaba pequeños árboles de ese lugar, a una velocidad muy considerable mientras una ráfaga de viento azotaba todo el sector. Shisui se extrañó, de eso no hay duda.
Izumi también lo hizo.
─Shisui... ─habló la castaña, viendo como este entrecerraba sus ojos y seguía el paso del Senju con sus ojos. Analizando la situación por completo.
Entonces, al caer en cuenta que venía desde el hospital... no pudo si no mas que entrar en pánico, sus ojos abriéndose de par en par. Pues, aquello solo indicaba una cosa... algo había ocurrido y no podía sacarse el nombre de su antigua compañera, Izune, de la cabeza por ello. El primer Hokage solo se vería tan desesperado si fuese algo realmente grave y ¿Qué más grave que el bienestar de su propia hermana?
─¡Shisui! ─exclamó Izumi, tomándole del brazo para que este reaccionara. Cosa que la verdad... si hizo.
Aunque no del todo.
─Creo que Izune está de vuelta... ─soltó de la nada frente a la Uchiha, esta entreabrió su boca pero no dijo palabra alguna─dile a Itachi que luego iré a su casa... por ahora tengo que ir a ver que ocurrió.
Ella, al ver que este pretendía dejar el lugar volvió a tomarle del brazo, se notaba tenso y preocupado ¿Y cómo no? Ese actuar del anterior Hokage no era normal y no quería pensar en lo peor. Aunque lo hiciese... y ella también se preocupó.
─¿También vendrás? ─preguntó Shisui al ver su rostro serio y como esta tragaba saliva.
Ingenuo.
─No, solo dile que... ─entonces quedó a mitad de frase, pensativa totalmente y Shisui ladeó su cabeza, confundido─ Nada, tu solo ve a por ella.
Dicho esto, la chica de cabellos castaños soltó su brazo con un toque de tristeza y dejó que este corriese lejos de ella, bastante confundido y cabreado. Izumi sin duda alguna era una mujer muy complicada, incluso más que Itachi... Quizás por ello congeniaban tan bien.
Entonces suspiró, él no debía pensar esas cosas... no luego de haber cogido con ella y traicionar a su mejor amigo. Él solo debía limpiar su conciencia y pensar en Izune, en su bienestar. Pues no quería pensar en lo peor.
«...»
Izune Senju.
La luz del sol y el parque, aquel parque tan ansiado para todos... uno lleno de felicidad y sueños. Estaba realmente en el paraíso.
─Bien, así como me han asignado este equipo y me he presentado ante ustedes... Me gustaría que hiciesen lo mismo conmigo, ─dije, apretando mis manos con una leve sonrisa─ ya pueden comenzar.
Ellos me observaron con duda y el menor de ellos, el Inuzuka me apuntó con el dedo. Su frente algo arrugada.
─Eres muy joven para ser sensei ¿No crees?
En un momento real y teniéndolos como los tenía ahora me hubiese reído, pero en ese entonces no lo hice. Solo desaparecí de ahí con el hiraishin para reaparecer tras de él. Este tragó saliva y los otros dos me observaron con sorpresa.
─¿Insistes en tener duda? ¿Eh, muchachin? ─digo, bastante cerca de su oído fingiendo una voz algo tétrica y este negó con su cabeza bastante desesperado.
Entonces, solo me dediqué a volver a mi puesto, sonriéndoles con simpatía. Sin embargo, ninguno habló, solo se miraban entre ellos. Por lo que, tuve que hacerlo yo;
─Tú, el Uchiha... ─este abrió sus ojos de par en par y me observó con asombro─ preséntate, nombre, edad y ambiciones.
Él titubeó unos segundos, sólo hasta que su compañero le tocó el hombro. Entonces, pudo reaccionar con un leve suspiro.
─Etto... soy Uryu Uchiha, tengo trece años y bueno, aún no sé que hacer con mi vida la verdad...
Entonces, le sonreí con ojos achinados ,pues, su actitud era bastante tímida y sus mejillas estaban algo rojas a comparación de todos los Uchiha que conocía... Él era demasiado tierno.
Y demasiado joven.
Abrí mis ojos de un solo golpe y toqué mi pecho enseguida con fiereza, solo para luego intentar regular mi respiración y quitar las gotas de sudor que caían por mi frente. Aquel sueño... ese recuerdo.
Entonces, cuando finalmente logré calmar mis sentidos... pude escuchar como dos personas conversaban a lo lejos sobre mi estado, mi cabeza punzaba un poco y mi pecho también. Realmente deseaba que todo fuese mentira, que Uryu se pudiese salvar y... con ese pequeño sueño, yo no sabía cuanto podría aguantar. Necesitaba verle y matar esta cruda realidad.
Urgente.
─Izune, no pensé que estuvieras despierta... ─escuché decir por primera vez desde que había abierto mis ojos a Tobirama, quien recién se percataba de mis movimientos.
Sin embargo, ignoré sus palabras por completo solo para quitar las sabanas blancas de mi cuerpo y ponerme de pie con bastante decisión, incluso si sentía mis alrededores revolver un poco. Y de pronto, cuando lo hice... todo el dolor en mi cuerpo se hizo nada. Solo el pensamiento de ver al Uchiha y creer que estaría bien, todo eso me mantenía de pie.
─Izune, ¿A dónde crees que vas? Aún estás débil, no puedes salir...
Su voz, nuevamente la ignoré y me acerqué a la puerta con bastante rapidez para abrirla. Entonces, fue cuando su mano agarró mi brazo con mucha fuerza, impidiendo dicha acción de mis manos. Sin embargo, luego al observarle, con mucha molestia me zafé de su agarre inmediatamente a boca cerrada con solo fuerza de voluntad. Y asimismo, logré salir enseguida de aquella habitación a pasos bastante rápidos. No, no pensaba usar el hiraishin una vez más.
No iba a arriesgarme.
Sobre Tobirama... sabía que había sido borde con él, pero es que, aunque lo necesitara a más no poder, un abrazo o unas simples palabras de aliento. Sabía por su mirada que él no pretendía hacer aquello conmigo en ese momento y lo comprendía, había fallado por completo la misión... no merecía sus palabras agradables o su apoyo. Y tampoco, quería oír sus reproches.
Yo solo necesitaba encontrar a Uryu y verle una vez más, o no lo resistiría...
Corrí como nunca, varias vendas cubriendo mis heridas y brazos a la vez que una playera grande cubría todo mi cuerpo. Sí, me sorprendió el hecho de despertar así pero... odiaba las batas de hospital y quien me haya curado las heridas parecía saber aquello. Solo por eso... me importó en lo absoluto.
─¡Izune, no corras! ¡Espera!
Nuevamente, la voz de mi hermano medio me llamaba por poco alcanzándome, bloqueando así casi por completo mis sentidos e intenté ignorarle... pero no pude, mi corazón no me lo permitiría. Por lo que, volteé mi cabeza para observarle.
Gran error.
Mis piernas se doblaron y me sentí chocar junto a alguien que al parecer caminaba por esos lugares. Sin embargo, antes de que pudiese caer de culo al suelo, fui salvada.
No como Yoshiro, o Uryu.
─¿Sh-Shisui? ─tartamudeé, un leve temblar en mi cuerpo al verle así de serio y preocupado por mí.
Lo admito, me sonroje apenas le divisé y no supe si por mi vestimenta, o porque él estaba sujetándome ¿Qué estaba haciendo aquí? ¿Por qué ese kimono negro?
Entreabrí mi boca para preguntar pero nada salió. Enseguida, Tobirama no demoró en llegar hacia donde estábamos, su seño un tanto fruncido frente a la escena.
─Al parecer te salvé de una fea caída... ─trató de bromear, pero no le funcionó por el rostro preocupado que traía sobre mis vendas─ ¿Qué fue lo que te pasó, Senjuzune?
Enseguida, me incorporé en mi lugar y dejé la vergüenza de lado, soltando así de inmediato a Shisui ─quien solo me observaba con determinación─ y recordé el por qué estaba corriendo, Uryu... él podría estar, muerto.
Nuevamente quise hablar hacia mi hermano, sin embargo, este tomó mi hombro herido con cuidado al instante para observarme con esa mirada que aterrorizaba a cualquiera.
─Debes volver a tu habitación, Izune... Hashirama fue en busca de unas cosas y quiere hablar contigo, aún estas débil para andar corriendo como una loca...─insistió en reprocharme con su semblante firme y mi vista se fue a la nada, estaba bloqueada. No quería escuchar sus palabras. Él no me entendería.
¿Por qué tenía que ser así?
Shisui se mantuvo en silencio, por lo que, tomé su mano inconscientemente y este pareció no quejarse. Aún así, este se sorprendió y Tobirama por poco le fulmina con su mirada.
─¿Dónde está Uryu? ─pregunté hacia él mientras presionaba la mano de Shisui con fuerza, incluso si seguía observando al suelo como una completa idiota.
Tobirama suspiró, más no dijo palabra alguna por ello, y solo eso me bastó para correr lejos de ahí junto a Shisui. Tobirama quedando justamente donde lo había dejado con su mandíbula tensa. Era bastante obvio que de algo tenía que saber y no me quería partícipe de ello... él no me entendería.
Uryu... mi Uryu.
En tanto, Shisui se mantuvo callado todo el tiempo que lo estuve arrastrando de un lado hacia otro por todo el hospital, preguntando así mismo enfermera por enfermera por Uryu Uchiha y su paradero. Aunque todas ellas parecían callar... diciendo que no sabían sobre ello.
─Disculpe ¿Sabe algo de Uryu Uchiha? ─insistí, la chica tenía sus ojos jade y su cabello era castaño claro. Ella me observó con algo de pena y Shisui rascó su cabellera con algo de incomodidad.
Aunque sabía que estaba preocupado.
─Etto... La verdad es que no, pero Tsunade-sama debe saber algo... ella está en el piso séptimo seguramente. ─respondió, evitando mi vista pero aquello no me importó.
─Gracias... de verdad lo agradezco.
Entonces, estaba por voltearme para volver a correr junto a Shisui pero este me frenó enseguida, su mirada casi inexpresiva sobre mi.
─Izune... ¿Qué está ocurriendo? ¿Qué sucedió con Uryu?
Tragué saliva sonoramente al escuchar lo que, seguramente le estaba molestando en su cabeza desde que comenzamos a correr de allá para acá y viceversa. Sin embargo, no quería decírselo... Uryu, él era muy cercano a Shisui y seguramente me culparía por lo sucedido. Aunque si él estaba vivo no...
─Luego te explico, s-solo... quédate conmigo ¿Vale? ─digo, mi voz temblando un poco por todos los nervios que estaba sintiendo en ese momento.
Shisui rascó su nuca una vez más y luego me asintió, sus labios juntos en una línea recta mientras que su mirada seguía igual de inexpresiva que antes. Algo tenía que sospechar... Sin embargo, no dejé que aquellos pensamientos me bloquearan y solo volví a correr con él tras de mi. Nuestras manos juntas en todo momento.
No sabía por qué lo hice... pero, necesitaba de alguien que me entendiera y Shisui a pesar de nuestra distancia era el más comprensible. Incluso si estuviese pensando en Obito ¿Dónde estaba? ¿Ya se lo habrían hecho saber?
Lo dudaba.
Al llegar al quinto piso comencé a caminar un poco más lento, pues, mis piernas ya no daban más de lo esperado y mi respiración estaba bastante agitada. Necesitaba verle, saber de él... Uryu. Mi prima podía salvarlo, tenía la esperanza...
─¡Tsunade! ─exclamé sin vergüenza alguna, con Shisui tras de mi a pasos arrastrados, aunque su mirada estaba bastante tensa. Supongo que había entendido un poco el por qué de mis arrebatos o quizás por el hecho de que al gritar, todos los presentes en ese pasillo se voltearon a vernos─ ¡Tsunade!
─Izune, yo creo que...
Entonces la encontré, ella estaba conversando con otro de sus médicos al final del pasillo con papeles en manos y quise correr hacia ella, soltándome enseguida de Shisui. Sin embargo, al hacerlo sentí como alguien me tomaba de los hombros y me apegaba a la pared con fuerza, zamarreándome un par de veces.
¿Qué diablos?
─¡Hasta que apareces, maldita! ¡¿Por qué lo hiciste?! ¡¿Por qué lo dejaste morir?!
Mis ojos se abrieron de par en par al divisar a aquella mujer de ojos azabache, mi respiración faltándome un poco al notar que se trataba de su madre, la madre de Uryu. Ella tenía sus mejillas bastante rojas y se notaba que había llorado bastante, a pesar de haber activado su tan preciado sharingan contra mi ¿Cuánto tiempo estuve dormida para que se lo hubiesen hecho saber?
No pude evitar sentir culpa.
─¡No me mires así! ¡Yo lo dejé a tu cargo! ─gritó una vez más sobre mi rostro y pude notar como Shisui trataba de quitarla de encima.
─Señora Tomori, sea lo que haya ocurrido no es favorable que actúe así... por favor, déjela en paz. ─su voz era tranquila, pero por sus nudillos supe que estaba utilizando mucho su fuerza en contra de ella.
Su mirada parecía querer asesinarme con esos ojos rojos que tanto aborrecía y enseguida, noté como varias lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos, esta vez rindiéndose ante todo lo ocurrido. Pues, apenas lo hizo... Shisui logró quitármela de encima y por fin pude respirar, tocando así mi pecho con bastante sorpresa y algo horrible quemándome por dentro.
La culpa.
Ella se lanzó al piso, bastante destrozada mientras se tomaba las rodillas y sollozaba sin frenar en medio de ellas. Algo en mi se quebró... al parecer, Uryu no se había salvado como pensé que lo haría. Él estaba muerto.
─Izune... ─la voz de Shisui me llamó, su rostro un tanto angustiado mientras se acercaba a mi y no quise observarle. Esto era mi culpa.
Entonces, al voltear mi vista pude notar como Tsunade se había acercado a nosotros... bastante preocupada junto a su ninja médico y Tobirama, quien también había llegado a mi costado enseguida. No supe cuando ni cómo... pero mi hermano estaba allí. Realmente era bastante rápido, no lo niego.
─Mifune, quiero que lleves a Tomori Uchiha a la sala de terapias... yo me encargaré del resto. ─dijo en cuanto vio mi estado de shock frente a la mujer que sollozaba y gritaba bajo mis pies.
Ella estaba muy destrozada, y no la culpaba.
─¡Hai! ─respondió el ninja médico, esta vez tomando casi en brazos a la mujer y caminando lejos de dónde estábamos.
Esta por poco asesinándome con su mirada rota antes de irse, no pude evitar el tragar saliva ante ello.
No entendí la gravedad de la situación o lo terrible que era, no hasta darme cuenta como Tobirama no dejaba de observarme con esa mirada analítica que él tenía y también, como la mayoría en ese lugar cuchicheaban sobre nosotros. Al parecer, en ese pasillo nadie parecía dejar pasar esto por alto y solo quise esconderme. Era mi culpa.
─Tsuna... ─nuevamente, sin observar a alguien me atreví a hablar y sentí como una mano acariciaba la mía con suavidad en señal de apoyo... Shisui─ No pudiste hacer mucho... ¿Verdad?
Finalmente, me atreví a observarla y ella soltó un suspiro apenado, para luego así... negar con su cabeza. Tobirama intentó tocar mi brazo en señal de comfort, sin embargo, me alejé como cual gato esquivo enseguida y este gruñó por lo bajo. Más no dijo algo por aquello.
─Tu bien sabes mejor que yo en que estado llegó, sé que lo sabías... ─murmuró bastante cerca de mi, su voz también angustiada por toda la situación y tragué saliva, esperando lo peor al ver la mirada un tanto aterrada de Shisui, por fin comprendía... estaba segura─ Él llegó muerto, Izune... no pude hacer nada más contra eso, lo siento...
Mi mundo se fue por la borda casi por completo al asimilarlo, y mi vista se posó en Shisui casi por inercia. Este teniendo un rostro bastante aterrado y angustiado, solo... ¿Por qué? ¿Por qué todo tuvo que ser así?
Él... realmente estaba muerto.
─Uryu... ─murmuré, sintiendo como Shisui me envolvía en sus brazos apenas dije esas palabras, mientras intentaba encontrar mi vista, bastante en shock al igual que yo. Aunque en el fondo de mi corazón sabía que ocurriría─ é-él... realmente murió, Shisui.
Enseguida sentí su cuerpo tensarse y me presionó un poco más, pero no quise llorar... o en realidad, no pude. Mi cuerpo estaba diferente, todo se sentía de otra manera y... no podía creerlo. Al fin podía aceptarlo... o supongo, no quería. Después de todo, Tsunade tenía razón, ya sabía el estado en el que llegó.
Todo era mi culpa.
─No puedo creerlo. ─fue todo lo que musitó Shisui, esto mientras me separaba lentamente de él. No quería absolutamente nada, con él ni con nadie.
Entonces, observé a Tobirama y este intentó tomar mi brazo pero me alejé otra vez. Necesitaba pensar... alejarme un poco, era mi culpa.
Ellos no tenían nada que ver, necesitaba estar a solas. Incluso si sabía que tenía la fuerza suficiente para salir adelante...
─¿Ya nos vamos a casa? ─dije hacia mi hermano con una leve sonrisa fingida, todos observándome como si fuese una pobrecita─ ¿Tobirama?
Él tensó su mandíbula y posó su vista hacia alrededor por unos segundos para luego suspirar frente a mi.
─No puedes, aún tienes que...
─Quiero ir a casa. ─gruñí en respuesta, esta vez presionando ambos puños, sin siquiera soltar una lágrima o muestra de debilidad frente a él. Ya no más.
Incluso si por dentro estaba muriendo, la culpa... el dolor y el remordimiento comiéndose cada parte de mi cuerpo. Solo quería estar en casa junto a mi familia y Óbito, no quería nada más.
«...»
─Madara-sama...
El Uchiha de cabellos largos observó de re-ojo al muchacho que hace mucho intentaba hablarle, segundos antes de saltar a su escondida guarida como siempre lo hacían. Por lo que, Obito tan solo se resignó e imito su acción para caer de pie un tanto cabreado en tal lugar. Madara siempre le ignoraba.
─¿Decías? ─habló Madara, esta vez quitando aquella capa azul que cubría casi todo su cuerpo para dejar ver su gran armadura. Obito frunció el seño por ello.
─Gracias... digo, por lo de antes... ─murmuró, un tanto avergonzado mientras rascaba su cabeza. Madara se sonrió, volteándose hacia él enseguida.
Lo estaba consiguiendo, poco a poco... pero lo hacía. El Uchiha que estaba apadrinando comenzaba a tener más confianza en su persona y eso lo agradecía, pues ni su propio hijo mantenía eso con él. Le agradaba de cierta forma y le favorecía bastante.
─Es muy temprano para que me agradezcas, Obito.─ respondió este, arreglando ambos guantes negros de sus manos─ ya luego lo harás...
El azabache arqueó una ceja y tan solo dio un bufido, antes de tomar asiento en la misma silla que solía usar cada vez que iba de visita. Enseguida, al echarse sobre la mesa, observó sus puños dañados con detenimiento y resopló en el aire al recordar lo que la rubia le había dicho, además de... extrañar a Izune y preocuparse al ver que no regresaba.
Si no dejaba de pensar en ello, seguramente se volvería loco.
─¿Qué te está sucediendo, Óbito? ─volvió a hablar con aquella voz tétrica que le caracterizaba al líder de su clan─ No sueles ser así de cabizbajo...
Óbito dio un suspiro, cerrando levemente sus párpados ¿Desde cuando a Madara le apetecía hablar tanto?
─Amenacé a Tsunade-san en el hospital y casi la golpeo...─soltó de golpe, un toque de arrepentimiento en su voz por primera vez en toda la tarde.
Madara frunció levemente el seño y tronó su cuello al sentirse algo tenso por lo que escuchaba. Aquellas acciones no hacían más que recordarle a su padre, eran exactamente iguales.
─¿Por qué hiciste eso? Sabes que si algo así sucede me culparan a mi... ¿Lo sabes, cierto? ─reprochó el mayor un tanto nervioso, pues, Óbito no tenía que descontrolarse o si no... todo sería en vano. Sin embargo, este no fue capaz de notar aquel toque de nervios.
El pelinegro se tomó los cabellos y tan solo dio un gruñido. Cabreándose casi por inercia al escuchar que Madara le reprochaba, no quería más sermones.
─Has estado muy agresivo esta semana Óbito, debes controlarte si quieres conseguir algo... todo con calma y a su debido tiempo.
Entonces, el pelinegro no lo aguantó un segundo más y se puso de pie bruscamente para lanzar aquella mesa lo bastante lejos de dónde estaba, esta haciéndose trizas casi por completo en la pared rocosa. Madara se tomó la frente con algo de frustración.
¿Qué no acababa de decirle lo contrario?
─Óbito, no quiero ser severo contigo... realmente no lo quiero pero si sigues de esa manera voy a tener que repensar el castigo de Fugaku ─gruñó, aún algo tenso─ Necesito aunque sea un mínimo de respeto de tu parte, soy tu líder ─regañó a seño fruncido el Uchiha de cabellos largos, observándole detenidamente─ que no se te olvide, no abuses de tu confianza.
Óbito, enseguida se volteó para verle y comenzó a mover sus brazos con desesperación, su rostro bastante cabreado a lo que su propio líder decía. El sharingan apareciendo casi al instante.
─¡Mi abuela se va a morir e Izune aún no regresa! ─exclamó, el enojo bastante evidente en sus músculos tensos─ ¡¿Cómo pretende que me controle?!
Entonces, Madara nuevamente esbozó una leve sonrisa y se cruzó de brazos. La decisión haciéndose notar por completo en su rostro. Incluso si se sintiese algo nervioso con sus arrebatos.
─Ese clan está lleno de mentiras... ─espetó, casi con un toque de asco en sus palabras─ un día prometen el mundo entero y al otro no cumplen, olvidándose de todo por completo... así es Hashirama y todo ese maldito clan.
El moreno gruñó en su posición al escuchar esas palabras y tan solo se agarró de los cabellos, bastante desesperado y queriendo azotar con todo lo que se le cruzase. Necesitaba calmarse, no podía actuar así estando con Madara.
Recién se había zafado de un castigo por ser un impulsivo de mierda, y ahora no quería uno peor. Vamos, concentrate. Se dijo, sin querer posar su vista en su superior.
¿Qué le sucedía?
─¿Quieres pelear? ¿Quieres desquitarte? ¿Quieres asesinar a alguien? ─preguntó Madara con decisión, logrando que el azabache le pusiera atención con algo de confusión─ Toma.
Entonces, Óbito tan solo tuvo que quitar sus manos de la cabeza para atrapar los guantes negros que Madara le había lanzado casi por inercia y ladeó la cabeza, bastante confundido ante tal acción.
─Póntelos, vas a entrenar. ─ordenó, su semblante bastante serio sobre el azabache─ No puedes andar por las calles golpeando a cualquiera por idioteces, ahora vas a pelear y te sacarás todo ese estrés que llevas dentro. ─dijo, su voz firme como siempre la tenía─ y por cierto, usa ese instinto asesino porque sino... no podrás contra mi.
─¿Qué? No, espere, yo no...
El pelinegro enseguida frenó sus palabras al ver como el Uchiha más frívolo y sombrío, activaba su sharingan y parecía ir bastante enserio. No es como si Óbito le tuviese miedo, pero a decir verdad se sentía incómodo y perturbado por el hecho de tener que pelear contra él.
¡Demonios! Era el mejor Uchiha de todos lo tiempos. Él no podía compararse con alguien de ese nivel pero aún así tenía un toque de ansias por luchar y que este le enseñara. Así, él podría ser mucho más fuerte y la meta de ser Hokage estaría solo cada vez más cerca. Óbito aprovecharía esa instancia para ello.
─¿Qué esperas? ─nuevamente, la voz de Madara hacía presencia en dicha guarida─ Atácame, muéstrame lo que tienes.
Óbito tragó saliva y observó los guantes por un segundo. Sin titubear.
─Si lo hago bien ¿va a seguir entrenándome? ─preguntó, su ceja visible alzada levemente y una media sonrisa esbozándose en su rostro.
Madara soltó una risa pequeña, después de todo no se había equivocado... Óbito Uchiha, era mucho más astuto de lo que se pensaba.
─Me parece perfecto.
Entonces, el moreno sonrió aún más con algo de ironía y así, se puso los guantes de un solo tirón sin siquiera preguntar el por qué debía hacerlo. Luego, teniendo la mirada penetrante de Madara sobre él, se dedicó a quitar su protector de Konoha y la bandana sobre su sharingan permanente, tirándolos al suelo sin importancia y activando así su otro ojo para ponerse en posición de lucha con kunai en mano.
Madara con una sonrisa macabra imitó su acción y tan solo esperó el ataque del muchacho, bastante satisfecho con lo que estaba logrando y no le importó si alguno de sus cuerpos creados se marchitaba con los ataques. Todo avanzaba casi a la perfección y si todo seguía así... Hashirama y los Senju se arrepentirían de todo el daño que causaron alguna vez.
No era una venganza, ni siquiera estaba cerca de serlo, si no más bien era algo mucho mejor para todos... y con Óbito de su lado, sería imparable. Incluso si esto solo fuese el comienzo de sus verdaderas intenciones.
Nadie de ese clan se zafaría, solo Izune Senju... Ella, ella era un caso especial.
// Espero hayan disfrutado la lectura, esto es un mundo alterno pero igualmente pueden haber spoilers.
¡Hola! 🙌Sí, el capítulo está algo corto y lo siento por eso😔 pero si ponía lo que tenía planeado en este capítulo... Uf, esto hubiese quedado extremadamente largo jaja así que el próximo capítulo lo subiré pronto🙌💓
En fin ¿Qué les pareció? ¿Tedioso? Ay😔 y lo siento de nuevo, por Uryu💔 siempre en nuestros corazones.
Y... eso jaja espero realmente les haya gustado y muchas gracias por leer, son lo mejor y que tengan un lindo día porque se lo merecen💓💓 son las best💓👏
Adiosín💓💓💓
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro