Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

cincuenta y uno; chupa y sopla.

"Creo que lo único que hace falta para que gente distinta se lleve bien es un interés común y unas cervezas..." Un final feliz (el lado bueno de las cosas), Matthew Quick.
.

.

.

.

Izune Senju.

─¿Rin? ¿Q-qué haces aquí?

Ella pareció sentir vergüenza, pues se tomó las manos con cierto nerviosismo mientras observaba el suelo, sus pies moviéndose suavemente en un golpeteo constante. Realmente yo estaba sorprendida pero aún así...

─M-mira, no quiero ser grosera pero Obito...

¿Por qué tartamudeo? ¡Solo es Rin!

─No no, no vengo a discutir ni a ver a Obito ─me interrumpió, alzando sus manos enseguida con nerviosismo, a lo que fruncí el seño con más confusión─ Solo... quería disculparme, y decirte también que lo siento mucho por Uryu, sé que no nos llevamos bien y todo pero eso no quiere decir que bueno... Ya sabes, lo que tu has vivido no se lo deseo a nadie. De verdad espero que superes esto como lo hiciste antes...

Mi rostro era de sorpresa pura y mi boca estaba levemente abierta en una perfecta 'o' mientras parpadeaba, sin embargo, en cierto punto sentí alivio. Pues ralmente no quería dramas ni pleitos el día de hoy. Aunque fuese Rin.

Con Óbito me basta y me sobra... Aunque ya esté un poco normal.

Le analicé un par de segundos y alcé una de mis cejas con cuidado, era muy poco común ver a Rin de esa forma conmigo y Tobi-nii mencionó una vez que hay que tener precaución con ciertas amabilidades. Aunque en cierta forma me alegraba, pues... mi único problema con ella era lo cotilla y manipuladora que podía ser a veces, sólo conmigo.

Y que ella ignorase todo eso solo para apoyarme en mi duelo, era algo bastante valorable... Vaya.

Rin suspiró al ver que no respondía, sacando de su chaleco jounin una pequeña caja rojiza para luego estenderla hacia mi. Una leve sonrisa algo frustrada esbozándose en su rostro y sus mejillas un tanto sonrojadas.

─Entiendo que no confíes en mi, pues no tenemos buena historia la verdad... ─dijo, moviendo un poco su brazo─ pero de verdad siento lo que pasó con tu misión y... toma, es lo mínimo que puedo hacer para darte un poco de mi apoyo.

Observé aún más sorprendida aquella caja pequeña en sus manos. Sin embargo, luego solté un poco mis músculos y suspiré, sonriendo esta vez de oreja a oreja y tomando el objeto enseguida con ansias. Ella soltó una risa.

─Gracias, Rin... de verdad no tuviste por qué molestarte ─digo, aún con una sonrisa plasmada en mi rostro, a la vez que analizaba aquella cajita en mis manos.

¿Hace cuanto no recibía un regalo? Aunque fuese de parte de Rin y la situación no fuese la mejor, igualmente me emocionaba la idea y más, la pequeña tregua que estábamos haciendo. Ni por mi cumpleaños recibía este tipo de cosas, no exagero...

Supongo que tener dos hermanos varones no favorecía en ese aspecto...

─No hay de qué, espero te guste... lo ha hecho mi madre ─explicó y luego con un leve suspiro metió sus manos en los bolsillos─ bien... Yo solo vine a eso, así que... espero estés bien y como dije antes, que te guste el rega...

─Espera, Rin ─interrumpí sus palabras para luego tomar su brazo al ver que planeaba irse. Ella frunció el seño enseguida─ Adentro están los chicos y estábamos a punto de contar historias de terror... dudo que les moleste que te unas, venga, quédate.

¿Qué acababa de decir?

La castaña quitó mi agarre con suavidad y luego con una sonrisa negó con su cabeza.

─No, no me apetece estar ahí teniendo a Kakashi... ya sabes ─intentó explicar─ o sea, supongo que lo sabes porque Óbito te cuenta todo... Pero gracias de todas maneras.

Relamí mis labios con algo de tristeza y luego suspiré, Rin tenía razón. Estaba siendo una estúpida, ¿Cómo no pensarlo antes? Al parecer, este no era mi mejor día.

Quién sabe si ahora se cree que lo hice a posta, bien pensado Izune.

─Si... ─murmuré con incomodidad y ella me regaló una última sonrisa antes de voltearse─ Gracias Rin, en serio se aprecia tu apoyo ¡Ten cuidado por las calles, derecho hacia tu casa!

Rin al haber caminado varios pasos lejos de la entrada soltó una pequeña risa y se despidió con su mano. Enseguida, cerré la puerta y observé la cajita en mi mano con entusiasmo.

Qué locura.

Intenté abrirla con mis dientes, un tanto emocionada en la entrada. Sin embargo, una voz me interrumpió...

─¿Quién era?

Se trataba de Obito, quien al parecer no había aguantado el estar lejos de mi, pues, mientras los demás conversaban él había ido a mi posición y no me quedó más que sonreír hacia él, haciendo muestra del objeto que tenía en mi mano como una niña pequeña a la cual le regalan un dulce. Realmente me hacía alusión lo que Rin había hecho por mi. Él ladeó la cabeza y lo analizó por unos segundos, la confusión bastante notoria en su rostro.

─¿Y eso qué es? ─preguntó, acercándose a mi mientras se agachaba para ver la caja.

Negué con mi cabeza y con algo de nervios se lo pasé, este aún analizándolo.

─¿Qué no ves? ¡Es un regalo! ─expliqué, a lo que este alzó sus cejas y luego rió.

Aunque su risa no duró mucho.

─Espera espera ¿No querrás decir que tienes un admirador secreto verdad? ─preguntó, su rostro algo angustiado frente a mi─ Dios, no podría con uno más...

Aquello último lo bufó más para él que para mi, aún así me causó gracia y sin previo aviso me puse de puntillas para besar sus labios, pues aquel gesto de Rin realmente me había puesto de buen humor. Este sonrió de lado y luego de separarnos me entregó el regalo.

─Fue Rin, idiota... ─dije, luego de unos segundos y él suspiró.

─Creo que era menos extraño que fuese el admirador la verdad...  ─se burló y solté una risita, esta vez golpeando su brazo suavemente.

Entonces, no pude evitar el tono rojizo de mis mejillas al ver como voltwaba su mirada hacia el grupo y rascaba su nuca. Sus cabellos estaban bastante desordenados y su rostro parecía cansado ¿Desde cuando lucía así de bien?

"... ambos deben darse cuenta que lo suyo dejó de ser amistad hace mucho tiempo..."

Negué con mi cabeza ante el pensamiento de inmediato y luego tragué saliva, sintiendo así un aluvión de emociones en mi estómago al solo pensar en la idea de nosotros juntos. Él... mierda.

─Ya es segunda vez que me miras así, Bakazune ─le escuché hablar con gracia y una leve risita escapando de sus labios ─¿Te volviste mi admiradora? ya admítelo, te mueres por mi... ¡Nadie se niega a los encantos de Obito-sama!

El timbre de su voz parecía bromista y como si no lo dijese enserio, sin embargo, ahora tras las palabras de Kakashi ya me lo tomaba más personal todo lo que decía y no quería que eso sucediese. Es como si la mayoría de personas se empeñaran en vernos juntos y...

¿Por qué? ¿Por qué tenía que sentir estas cosas?

─Oye Izune ya, enserio me estás mirando mucho me voy a desgastar ─habló una vez más con esa sonrisa burlista y corrí la mirada de inmediato─ no no, no era para que dejases de hacerlo ¡Ugh, si es que soy un idiota!

Entonces suspiré y luego solté una risa, si es que hasta sus bufidos me parecían adorables. Él era mi mejor amigo, y yo no debía mirarle así.

Pero...

─No lo eres... ─murmuré y él me observó con confusión, por lo que negué con mi cabeza─ ¿Vamos al grupo? ─sugerí, señalando la cajita con una sonrisa─ tengo ansias de abrir esta cosa...

Óbito me analizó unos segundos y cuando noté que iba a preguntar por mi cambio de humor repentino, tomé su mano sin siquiera preguntar y luego comencé a caminar hacia dónde estaban todos.

─Oye, Izune ─se quejó el azabache tras de mi, algo confundido─ ¿Te pasa algo? ¿Estás menstruando? Lo siento si yo...

─No, idiota ─respondí, levemente sonriendo por la ocurrencia─ solo me dio un bajón como los de Hashi-nii, no te preocupes.

Él asintió, no muy convencido de mi respuesta. Pero no dijo algo más, pues ya habíamos llegado al grupo y estos estaban hablando de una especie de fantasma que poseía los cuerpos de la gente, algo bien... extraño. Aunque mejor dicho, Shisui era quien relataba los hechos mientras los demás escuchaban con atención.

Esta vez Izumi si estaba con Itachi, mordiendo sus uñas a la vez que se acurrucaba en él. Eran adorables.

─Entonces, él ya no volvió a... ¡Izune, te tardaste un montón! ¿Quien era? ─preguntó Shisui, a lo que sonreí y enseñé la cajita sin más, aún con mi mano entrelazada con la de Óbito.

Todos posaron su vista sobre mi.

─Rin me trajo un regalo miren ¡Es un regalo! ─digo, bastante emocionada mientras Shisui me observaba con algo de sorpresa.

─Bien... A nosotros se nos olvidó el detalle ─habló Kakashi con algo de gracia y frustración, tomando su frente como si su cabeza estuviese por explotar─ ¿Ves Shisui? Deberíamos haberle traído un regalo...

El azabache de mi costado gruñó por lo bajo al escucharlo y solo ignoró sus palabras, algo había entre esos dos que no me cuadraba. Sobre todo porque Kakashi no diría algo así sin querer tocar los cojones de Óbito.

Aún así, no quise meter más leña al fuego y callé.

─¿Qué dices? La idea fue tuya, pero bueno sí... quizás pudimos haberlo hecho ─respondió el de cabellos alborotados, algo pensativo.

Entonces me atraganté con mi propia saliva ¿Qué?

─Espera, Kakashi ─digo, algo sorprendida mientras tosía un poco. Óbito golpeó mi espalda con suavidad─ Todo esto... ¿Fue idea tuya?

Noté como el azabache se tensaba un poco a mi costado solo por el tacto de nuestras manos. Sin embargo, el peligris alzó sus hombros desde el sofá sin importancia alguna. Me sentí muy culpable en ese entonces.

─Sí, a pesar de que vendríamos igual luego, fue idea de Kakashi que nos juntásemos todos... ─la voz de Itachi irrumpió mis sentidos y me sentí mal.

Sí, estaba feliz por ello y sonreí ampliamente al presionar la cajita. Pues, que el Hatake haya planeado todo esto por mi era simplemente grandioso. Sin embargo, hace un rato fuimos bastante bordes con él y bueno... No se lo merecía.

Para nada.

─Gracias, Kakashi... yo... ─balbuceé, a vista de todos. Pero él me interrumpió.

─No te preocupes, sexópata ─dijo, una leve sonrisa haciéndose notar con sus ojos─ solo abre el regalo y disfruta, estamos esperando...

Entonces, no dudé en dedicarle otra sonrisa verdadera y volver a observar el obsequio, Óbito por su parte gruñó una vez más y le reprendí con la mirada, pues no dejaba de tironearme para que tomáramos asiento en el sofá de antes junto a Itachi e Izumi.

¡Parecía un niño de cinco años!

─A todo esto Izune-chan ¿Enserio fue Rin? ─preguntó la castaña, aún confundida─ ¿No es un engaño o algo? Digo, aún no lo has abierto... quien sabe y es una bomba, excremento o qué se yo.

Solté una risita con su sentencia y luego alcé mis hombros. Izumi siempre era tan precavida. Aunque podría tener razón.

─Ahora me saldré de las dudas, dijo que lo hizo su madre... a saber qué es lo que hizo ─respondí sonriente, aún sintiendo el tirón de Óbito con mi brazo, por lo que lo fulminé con la mirada unos segundos─ ¡Obito, que ya voy! Joder eres exasperante.

Enseguida, en cuanto el azabache se sentó en el sofá me tomó de las caderas para que yo lo hiciese sobre él como antes y no me quejé, pues Óbito no era feliz hasta conseguir lo que quería. Aunque a veces eso implicase que se comportase como un niño.

Este, apenas lo hice envolvió sus brazos en mi cintura y posó su barbilla en mi hombro. Demasiado cariñoso.

Todas las miradas estaban en mi, pues yo enseguida intenté abrir aquel objeto con mis manos y me sonrojé un poco. Estaba muy apretado todo.

Sobre todo mi trasero con la entrepiernas de Óbito, el cual aunque no estuviese erecto igualmente me incomodaba.

─¿Nadie va a gritar 'que lo abra'? ─fue la voz de Shisui, un leve toque de gracia en su voz mientras aplaudía.

Una risita se escapó de mis labios.

─Eso ya no se usa, Shisui... ─respondió Itachi, a lo que solté otra risita y Óbito besó mi mejilla.

Por lo visto, era una caja muy difícil de abrir y ya comenzaba a fastidiarme, pues mi paciencia no era de oro. Quien sabe y hasta tendría que usar mi chackra para romperla.

A la mierda.

─Epa epa, no te desesperes ─me regañó Obito, mientras que con sus manos quitaba la caja de mi boca, pues había intentado con los dientes ─ deja, yo te ayudo.

Solté un gruñido frustrado y solo dejé que Óbito intentase por su cuenta, pero al parecer era inútil.

─¿Ves Izune-chan? Te lo dije, es una bomba mejor que ni la abran ─habló Izumi, alzando sus brazos de manera dramática.

Esta vez solté un bufido.

─Óbito ten cuidado ─digo, esta vez yo intentando quitar la caja de sus manos. Pues este usaba mucha fuerza y también comenzaba a fastidiarse.

¿Qué mierdas traía este regalo?

─¡Agh, a la mierda! ─exclamó, bastante frustrado mientras me devolvía la caja─ te han tomado el pelo Izune, lo siento.

Mi rostro fue decepcionante, pues realmente creí que Rin había ido con buenas intenciones y que nuestra tregua podría seguir. Sin embargo, aquello fue solo hasta que Kakashi quitó el objeto de mis manos y lo analizó con su mirada. Luego, soltó una pequeña risa con los ojos en blanco.

─Son unos idiotas, ─dijo, a lo que fruncí el seño y no comprendí─ miren y aprendan.

Dicho esto, todas las miradas se posaron en él y de un solo tirón, Kakashi había logrado abrir el regalo, para luego así estender su mano hacia mi. Mis ojos bastante asombrados.

─¡Genial! ─exclamé, tomando con suma efusividad dicha caja.

─Vaya, Kakashi si es un genio después de todo... ─murmuró el azabache tras de mi, mientras que los demás observaban con asombro al Hatake.

Aún así, mi vista se posó completamente en el regalo frente a mi y me alegró lo que pude ver en cuanto lo saqué de la caja. Se trataba de una especie de dije con el logo oficial del clan Senju, el cual ers simplemente ¡Hermoso!

Sus colores, la textura y el brillo de nuestro clan, todo. Realmente Rin se había esmerado en aquel obsequio. O en realidad, su madre.

─A ver a ver, dejame verlo ─me dijo Óbito, al notar que yo lo contemplaba con todos mis sentidos.

La vista de Itachi e Izumi también estaban cerca del regalo con algo de emoción, mientras que Shisui fruncía el seño.

¿Qué le sucedía?

─Dios, es... hermoso ─dije sin querer, mientras le daba un leve golpe en la mano a Obito. Pues estaba esmerado en tocar mi pequeño dije.

Este gruñó por lo bajo y se lo estendí a Tsunade para que lo viese, solo por el hecho de ser parte de mi clan. A Tobirama iba a encantarle. Ella lo tomó enseguida y comenzó a analizarlo con la mirada.

─Oye no es justo ¿Por qué se lo pasas a Tsunade y a mi no? ─se quejó Óbito en mi oído, a lo que solo lo callé con un beso corto en sus labios.

Era la única forma de tenerlo tranquilo.

─Kakashi ¿Cómo lo abriste? ─preguntó Shisui luego de un rato, pues había estado en silencio mucho tiempo. Su seño levemente fruncido mientras me observaba de re-ojo.

El peligris alzó sus hombros y bebió un poco de lo que quizás era su cuarta copa, o al parecer la copa de mi prima. No lo tenía bien claro. Todos posaron su vista en él.

─No fue la gran cosa, ─explicó, bastante desinteresado y algo burlista─ estos idiotas lo estaban abriendo por donde no era, solo era eso.

Entonces, fue cuando Tsunade frunció levemente el seño y luego noté como un toque de enfado se hacía presente en su rostro, como si hubiese descubierto algo terrible. Crucé miradas con Shisui y este me alzó los hombros, desapareciendo del salón sin mucha importancia para ir al baño o quien sabrá.

Óbito bufó, por lo que golpeé su mano levemente en reproche.

─Ahora que lo pienso, esto se parece mucho a un dije que llevas en tu cuello con el logo de Konoha ─espetó mi prima, su voz algo detonante frente a él.

Izumi me observó de re-ojo y tapó su boca con una de sus manos, como si un conflicto se avecinase. En cambio, Óbito con su mano recibió el obsequio para verlo bien y su cuerpo se tensó.

─Bakakashi está en problemas... ─canturreó mi amigo con voz ronca y burlista en voz baja, nuevamente le golpeé la mano para que se dejase de provocar a la gente. Realmente no quería peleas.

Esperen... ¿Acaso Kakashi aún llevaba los obsequios de Rin?

El peligris suspiró e ignoró su pregunta, nuevamente tomando de aquella copa. Al parecer no lo negaría.

─Solo dejémoslo así. ─dijo con tranquilidad, poniéndose de pie mientras sacudía sus pantalones.

Bueno... esto sí que era incómodo ¿Así se ha de sentir él cuando Óbito y yo discutimos? No lo dudo.

Entonces, tras unos segundos vi como Tsuna gruñó por lo bajo mientras manteníamos el incómodo silencio, aunque Itachi estaba más pendiente de besar a Izumi de vez en cuando que de lo que sucedía a nuestro alrededor. Supuse que para matar la incomodidad.

─Izune ¿Tienes cartas para después?

Di un leve brinco al escuchar como Kakashi me hablaba, pues, no entendía como había llegado frente a mi tan rápido y en cosa de minutos Shisui también volvió al salón, esta vez con su cabello algo remojado mientras metía sus manos en los bolsillos. Óbito me besó el lóbulo de la oreja y me retorcí un poco.

─Eh... sí, en el cuarto de Tobirama hay ─expliqué, señalando con mi dedo la dirección─ en el primer cajón.

─Vale.

Dicho esto, el peligris desapareció de nuestra vista con su cuerpo relajado y suspiré con alivio. Óbito por su parte, me besó la mejilla una vez más y luego mi cuello, para así después separarse de mi unos centímetros y recostarse en el sofá.

Por ende, solté una pequeña risita ante ello y me tiré hacia atrás encima de su torso. Mi rostro por poco chocando con su cuello mientras él me envolvía con sus brazos y daba un bostezo.

─¿Qué haremos ahora? ─preguntó Shisui, supongo que para animar el ambiente y por su voz lo noté impaciente.

─Dormir. ─respondió Óbito con amargura y le palmeé el pecho, algo enfadada.

Lo hacía a propósito, y luego se quejaba del hecho que todos pelearan con él. No hay quien lo entienda.

─No seas cabrón, no te ha hecho nada ─reprendí en voz baja y este me puso una mueca.

─Lo que sea, yo voy a dormir.

"...Le molesta el hecho de que siempre lo defiendas por sobre él y mucho más ahora que le gustas."

Enseguida, tras un leve gruñido por recordar esas palabras, acerqué su rostro molesto al mío y deposité un beso en sus labios. Uno bastante tierno, suave y lento. Pero reconfortante. Óbito me sonrió.

Y yo también lo hice.

─Yo apoyo a Shisui ¿Qué haremos ahora? ¿Seguiremos con historias de fantasmas o...? ─esta vez fue Itachi quien habló y levanté un poco mi vista para alzar mis hombros. Óbito me presionó un poco más a él, abriendo sus piernas para acomodarse.

─A mi me parece bien, ¿Ustedes? ─cuestioné, esta vez observando a mi prima, a Izumi y luego a Shisui. Ninguno se opuso.

Óbito... a él le daba igual. Se podía saber solo con el hecho de haber cerrado su ojo visible luego de haberse acomodado ¿Realmente iba a dormir? ¿Acaso era idiota?

─Pues... ¡Que sean historias de fantasmas! ─exclamé, un entusiasmo algo fingido para poder motivar a los demás. En especial a mi prima.

Su rostro demostraba querer asesinar a alguien y no quería arriesgar mi casa por ello. Tobirama sería capaz de asesinarme.

─¡Yo empiezo! ─me apoyó Shisui entre todo el silencio, a lo que sonreí para luego volver a apoyarme en el malhumorado de mi amigo.

Asimismo, tras un rato el Hatake volvió con nosotros. Aunque mi prima parecía no ceder ante sus cariños o palabras, por lo que, solo se resignó en el sofá y todos escuchamos a Shisui con atención. Incluso, Itachi apagó la luz para que fuese más tétrico el relato y desperté a Óbito para que al menos me abrazase cuando sintiera miedo alguno. Cosa que no sería muy posible, o al menos eso creía.

En medio de su relato, Kakashi dejó las cartas sobre la mesa y dio un bufido notorio, tocando su sien. Otra vez, sentí aquella picazón en mi espalda y comencé a moverme en el torso de Óbito.

Este soltó un quejido.

─Entonces, se dice que en Takigakure siempre van y vienen luego de poseer los cuerpos, buscando nuevas almas jóvenes de otras aldeas...

Me moví aún más y Óbito pareció notarlo, incluso si todo estaba en completa oscuridad él podía saber que algo no andaba bien conmigo.

─Izune ¿Sucede algo? ─preguntó, a lo que solo tomé su brazo izquierdo para meterlo bajo mi camisa. Este soltó una risa maliciosa─ oye, si querías que te tocara no tenías por qué...

─Me pica, idiota. Tu solo rasca ─interrumpí sus palabras con impaciencia.

Entonces, Obito con su mano derecha subió mi mentón para besarme la comisura de los labios suavemente, rascando asimismo con la izuierda mi espalda y nuca.

¡Dios! Era verdaderamente reconfortante.

─Y pues... la última vez que le vieron fue aquí, en Konoha así que tengan cuidado ¡Boo! ─terminó de hablar el de cabellos alborotados y Óbito soltó una risa.

Otra vez, golpeé su pecho con molestia y tapé su boca.

─Es la tercera Óbito, no quiero que peleen... ─murmuré casi entre dientes. A lo que Shisui bufó, al parecer había notado de igual manera la burla de mi mejor amigo.

Incluso si tapé su boca.

─¿Acaso quieres seguir tú, Óbito? ─dijo, luego de unos segundos en silencio. Izumi tragó saliva y la pude escuchar. No sabía si por el miedo o por los nervios.

Óbito quitó mi mano de su boca enseguida y le vi sonreír con malicia. Por dios, no quería más pleitos.

─Nah, no creo en fantasmas ─respondió─ solo un idiota como tu se cree esas cosas...

─¡Obito! ─reproché y este rodó sus ojos. También escuché el bufido de parte de Itachi.

─¿Podrías dejar de ser aunque sea menos...

─Shisui, no le respondas. ─le interrumpió Itachi, cosa que agradecí.

Óbito podría molestar a cualquiera y ser algo borde, pero como le digan algo a él se pone insoportable. Aunque el día de hoy lo estaba desde que Shisui cruzó esa puerta, por ello mismo no quería que le siguieran el juego o esto podría terminar muy mal.

─Óbito, y si no crees en fantasmas ¿Qué es eso tras de ti?

Sentí el cuerpo de Óbito tensarse y por inercia observé hacia atrás de nosotros, pegando un leve brinco al ver un kage bunshin de Kakashi. Le vi reír suavemente y negué con mi cabeza mientras tomaba mi pecho con alivio. Era de esperarse, aún así... Óbito no quiso hacerlo.

─¡Por dios!─esta vez fue Izumi quien pegó el brinco al observar en la misma dirección y reí, Itachi también lo hizo.

─Kakashi, eres un...

─Vamos, Óbito ¿Por qué no miras? ¿Acaso no dijiste que no le temías a los fantasmas? ─me interrumpió Shisui y tensé mi mandíbula al notar sus intenciones, a lo que el azabache gruñó.

¿Por qué le seguía el juego? Itachi bufó.

─Cierra la boca. ─espetó con molestia y se removió un poco en el sofá.

Shisui soltó una risa burlona y escuché como el kage bunshin desaparecía tras de mi en un 'puf' mientras que Itachi le reprendía con la mirada.

─Te haces el que no cree en fantasmas y no eres capaz de siquiera mi...

─¡Qué cierres la boca te digo, si no quiero mirar es porque no se me da la puta gana y ya! ─espetó Óbito, el cabreo aún más notorio en su voz y en como se había sentado de golpe en el sofá. Aunque le sujeté de inmediato─ joder, eres estresante.

Entonces, empujé su torso con ambas manos en su abdomen para que volviese a su posición inicial, mi rostro mostrando cierto enfado hacia él. Izumi parecía sorprendida por la actitud de Óbito y yo también lo estaba un poco, pero eso no importaba. Solo estaba el hecho de evitar una posible pelea entre ellos.

─Tú eres el insoportable, solo mirat...

─¡Basta, Shisui! ─esta vez fui yo quien reclamó, porque Óbito al escucharle se había empeñado en sentarse de nuevo para responder y quien sabe qué más.

Él se mantuvo en silencio y soltó un suspiro, sin embargo, el semblante de Óbito aún seguía molesto. Al parecer, no se le podría decir nada esta noche.

«...»

Luego de aquella pequeña discusión, Kakashi había sugerido jugar a las cartas y a todos pareció irles bien. Aunque Óbito perdía todo el tiempo y eso lo cabreaba un poco, pero no lo daba a demostrar. En cambio, yo no quise jugar pero me encargaba de observar quiénes hacían trampra, pues entre tanto sharingan lo mas probable es que se previnieran movimientos y cosas. Pero al parecer, nadie lo estaba utilizando.

─Agh, me cansé ya no quiero jugar. ─dijo Óbito, soltando sus cartas en la mesa con notable fastidio y solté una risita.

Era un picota de mierda, totalmente.

─No seas gruñón Óbito ─digo, volteándome hacia él para besar la comisura de sus labios. Aunque este tiró su cabeza hacia atrás y me quejé─ vamos, se supone que tienes que animarme no encabronarme.

Y sí, lo admito. Ya me estaba cabreado un poco su actitud de pocos amigos frente a mi o a cualquiera que se encontraba en el salón. No lo comprendía, ni siquiera podría decir que era por la falta de sexo porque habíamos cogido en la mañana. Él estaba extraño, como si algo le estuviese molestando además de Shisui.

Pero no dije nada sobre ello.

Él pareció notar mi rostro de enfado y solo dio un suspiro, abrazándome con fuerza para luego besar mi labios, sonriendo de lado.

─Tienes razón, lo siento ─murmuró en mi oído─ te quiero demasiado Izune.

Mi cuerpo se erizó casi por completo ante sus palabras y voz ronca e iba a responder. Sin embargo, la voz enfadada de Itachi nos interrumpió.

Ambos pegamos un brinco.

─¡Eres un tramposo!

Shisui soltó una risa casi interminable y alzó sus manos como si estuviese siendo arrestado. Kakashi dio un suspiro frustrado y Tsunade dejó sus cartas en la mesa, tomando así el vaso con alcohol para beber un poco con una leve sonrisa.

Izumi apuntó de igual forma al de cabellos alborotados y luego ya solo tomó su frente.

─¡Aprovechaste que Izune no estaba mirando para cambiar tus cartas! ¡Te vi! ─volvió a reprochar, a lo que solté una risa e Izumi le tomó el brazo con gracia al verle enfadado por una cosa así.

─¡No lo hice! ─se excusó Shisui─ ¡Admite que has perdido, Itachi!

El de coleta a mi costado soltó un gruñido frustrado y también, dejó las cartas en la mesa ¿Es que ningún juego podría terminar bien? Con bien me refiero a terminar con un ganador como personas adultas.

─Al parecer se acabó el juego ─habló Kakashi, recogiendo las cartas de la mesa con fastidio─ Óbito ¿Te acuerdas del chupa y sopla?

Fruncí el seño enseguida y observé a mi mejor amigo, confundida. Este soltó una risa nerviosa y tras tener la atención de todos asintió.

─¿Lo quieres jugar Kakashi? ─preguntó con gracia y vi a todos fruncir el seño, al igual que yo.

El peligris alzó sus hombros y luego soltó una risa.

─Es inocente pero divertido, yo siempre ganaba ¿Qué dices?

Solo eso bastó para confundirnos más y que mi curiosidad fuese enorme. Iba a cuestionar de qué trataba el juego, sin embargo, Izumi se me adelantó;

─¿Chupa y sopla? ¿Qué es eso? ─preguntó, su seño levemente fruncido.

─Es un viejo juego de cuando nos juntábamos los de nuestra clase, solo tienes que chupar una carta con tu boca y pasarla a otra persona sin que esta se caiga o bueno, ya saben el resultado... ─explicó el Hatake, jugando con las cartas de sus manos.

Nuevamente, observé a Óbito y este alzó sus hombros con inocencia. Él nunca me dijo que jugaban a ese tipo de cosas.

No quería imaginar cuantas veces se le pudo haber caído la carta y besar a Rin por accidente. Más sin decírmelo. Me ardió el estómago de solo pensarlo.

Enseguida, negué con mi cabeza y tragué saliva con pánico. No tenía derechos de molestarme, realmente no los tenía.

─A mi me parece bien ─habló Shisui, con esa sonrisa que le caracterizaba─ solo es mover la carta ¿No?

Kakashi asintió con su cabeza y dejó las cartas a su costado.

─¿Empiezo yo entonces para mostrar como se juega? ─cuestionó, bajando un poco la cabeza.

─Sí, hazlo... yo no entendí bien.

Entonces, de esa misma forma Kakashi nos indicó que nos pusiéramos en un círculo alrededor de la mesa pequeña y lo hicimos. Noté como Óbito se había tensado al ver que a mi costado derecho se había puesto Shisui, mientras que en el izquierdo estaba él y a su otro costado estaba Izumi. Sin embargo, no le di mucha importancia.

No hasta que Kakashi había succionado la carta con su boca, sin quitar su máscara y pretendía pasarla hacia Tsunade. Pues, Óbito abrió su gran bocota y frenó el juego.

─¡Espera, Kakashi! ─exclamó, alzando su brazo y noté el fastidio en el rostro de Itachi.

El peligris suspiró, botando la carta sobre su mano y le observó con frustración.

─¿Y ahora qué te pasó? ─dijo, pues este parecía bastante nervioso y algo tenso.

─Izune no va a jugar.

¿Qué?

─No tiene ganas de hacerlo, Kakashi... ─insistió─ así que yo tampoco, jueguen ustedes.

Mi rostro fue de sorpresa pura y desconcierto, no podía creer lo que acababa de decir y noté que para no generar problemas, Kakashi solo alzó sus hombros e iba a seguir en el juego. Sin embargo, yo le frené.

─No decidas por mi, yo si quiero jugar ¿De dónde mierda has sacado eso? ─gruñí hacia Óbito, desconcertada por haberme quitado así sin más.

Podría quererlo, adorarlo y soportar cualquier cosa que este hiciera. Pero ni hablar de intentar manejar mis acciones, ahí se estaba equivocando y muy fuerte.

Yo no quería problemas, pero ya estaba llegando a mi límite.

─¿Y para qué quieres jugar si se nos caerá la carta a todo momento? Así no tiene gracia ─me respondió, su mirada algo seria y tensa sobre mi.

─Eso no lo sabes ─espeté, bastante cabreada─ Kakashi, si voy a jugar.

Sí, sabía que estaba cometiendo un grave error al llevarle la contraria a Óbito pero realmente me jodía que tomase control de mis acciones. Más si era por un estúpido juego.

─Bien... ─dijo el grisáceo frente a mi─ Óbito ¿Tú igual?

─Como sea.

Suspiré, tomando su mano blanquecina con suavidad y él la quitó de un solo golpe, sin querer observarme. Sin embargo, en cuanto Kakashi comenzó a pasar la primera carta le robé un beso de pico y volví a tomar su mano, con este a regañadientes.

Era un celoso de mierda, pero a mi no se me caería esa carta.

De lejos pude notar como Shisui nos observaba con cierta molestia, más a Óbito que a mi para ser sincera. Aún así, no dije palabra sobre ello y solo me concentré en el juego frente a mi nariz.

Ya habían pasado unas tres cartas por mi posición y poco a poco iba agarrando la técnica, aunque me causaba gracia los rostros de Óbito y Shisui al succionar las cartas. Hasta ahora la única que se había caído fue entre Izumi e Itachi, pero al parecer mi amiga solo lo había hecho a propósito para besar al hijo mayor de Fugaku-sama y no la culpaba.

O al menos eso creí, hasta que una nueva carta cayó a mi costado y los labios de la castaña se posaron sin previo aviso en los de Óbito. Ella se separó casi enseguida, sus ojos abiertos como platos y sus mejillas bastante sonrojadas mientras le empujaba.

La mayoría soltó una risa por aquella repentina reacción, incluyendo al idiota de mi mejor amigo. Sin embargo, a mi no me hacía gracia. Para nada. Ella lo había hecho a posta.

«...»

La noche y oscuridad era bastante evidente en la torre del Hokage, la cual estaba completamente en silencio. A excepción de los pequeños ruidos que generaba un ocupado Senju dentro de ella. Todas las compuertas estaban bloqueadas y las cortinas cerradas. Él necesitaba estar así, solo con sus locos y descabellados proyectos.

Este, con decisión tomó el pergamino una vez más y con una brocha pintó una especie de sello, solo para luego morder su pulgar y dibujar figuras dentro de este. Muchas figuras.

Su frente comenzó a sudar.

─Maldición. ─gruñó luego de unos segundos, al notar que aún le faltaba mucho para poder progresar.

Tobirama suspiró, intentando que las ansias de llorar no incrementasen al sentir semejante frustración ¿Por qué? Tantos años trabajando en lo mismo para nada, no le gustaba mucho. Y le dolía.

Entonces, cuando pretendía seguir intentando al tomar más tinta y otros pergaminos sintió un chackra bastante conocido para él ingresar a la torre.

Tobirama entró en pánico y escondió aquel pergamino dentro de su capa, esta vez volviendo su semblante serio a como lo tenía siempre al tener tras la puerta la imagen de su hermano mayor.

Sorpresivamente, la puerta se abrió y la luz se encendió. Tobirama cruzó sus brazos y el moreno frunció el seño al verlo solo.

Normalmente estaría con Minato, y no tan a oscuras.

─Hermano ¿Tan a oscuras trabajas? ¿Y Minato?─preguntó, posando su vista en toda la habitación.

Sin embargo, a pesar de que Tobirama había ocultado muy bien el pergamino y demás, la sangre de su dedo que goteaba el suelo repetidas veces lo delataba completamente. Hashirama frunció el seño y observó la montonera de papeles que había encima del escritorio, más tres pergaminos que él conocía muy bien.

─Tobirama ¿Qué estás haciendo? ─insistió, acercándose a él rápidamente para tomar uno de los papeles. El peligris le frenó con su mano enseguida.

─No es de tu incumbencia, ni algo importante, Hermano. ─escupió hacia él con firmeza, a pesar que dentro de si sentía muchos nervios por lo que estaba haciendo─ ¿Cómo entraste?

Hashirama quitó su brazo y sonrió sinicamente.

─Soy tu hermano, te conozco mejor que nadie para saber que tipo de claves serías capaz de poner.

Dicho esto, Tobirama no pudo anticipar el que su hermano metiese las manos bajo su capa y sin previo aviso quitar uno de los pergaminos, pues los otros el peligris los afirmó con fuerza.

─Hermano, no es tan terrible como se ve.

Hashirama abrió sus ojos con sorpresa al abrir y leer tal pergamino, aunque modificado por el mismo actual Hokage. No lo podía creer.

─E-esto es insano, Tobirama ─tartamudeó y Tobirama solo tomó su sien en respuesta.

Después de todo, Hashirama siempre terminaba descubriendolos. A ambos.

// Espero hayan disfrutado la lectura esto es un mundo alterno pero igualmente pueden haber spoilers.

¡Hola! que es pronto y el capitulo está algo largo (espero no se les haga pesado) 😔 pero ahora que estoy motivada se me hace imposible no actualizar jaja😂 en fin ¿Qué les pareció?

Y eso😱, ojalá les haya gustado el capítulo y muchas gracias por leer como siempre, son lo mejor de la vida y siempre estaré agradecida con ustedes hasta el fin de los tiempos💓 ¡Que tengan un lindo día!😘💓

Adiosín💓

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro