cincuenta y nueve; Y volveré.
''No sufras más, quizás mañana nuestro llanto quede atrás y si me dices que tu amor me esperará, tendré mi luz que mi sendero alumbrará...'' Los bunkers.
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Obito parecía luchar bien en contra de Kakashi, entusiasmado y hasta se podría decir que feliz a comparación de otras veces cuando lo hacían.
Sus movimientos eran casi igual de buenos que los de su mejor amigo, nada de inferioridades entre ellos. Él se sentía invencible, incluso si aún no le hacía saber de su kamui a alguien o le ganaba en batalla al mismísimo peligris. Tener a Izune solo para él lo era todo.
Se sentía vencedor de solo tenerla junto a él.
Y más con la sorpresa que tenía que darle, pues al pensar en ello no sintió oscuridad alguna en su corazón. Incluso teniendo aquellos ojos que todo lo que hacían era sentir y ver dolor junto a la oscuridad del mundo. Al pensar en ella, no sentía tales cosas.
Todo estaba bien con Izune, siempre fue así.
─Oe Kakashi ─habló en medio de unos cuantos golpes, frenando el paso─ ¿A dónde crees que deba llevarla? Será nuestra primera cita como pareja y no quiero estropear-¡No hagas trampa!
Kakashi tan solo soltó unas risas maliciosas al haber dado justo en su espalda luego de sus palabras, lanzándolo así varios metros más al fondo del bosque por haber frenado a hablar de la Senju.
Como por tercera vez desde que habían comenzado a luchar entre sí.
El azabache soltó un gruñido, mientras el polvo se disipaba a su alrededor segundos antes de ponerse de pie y limpiar sus ropas con leves palmadas.
─Estamos entrenando, no debes perder la concentración. Eso pudo ser fatal en batalla.
Obito enrodó sus ojos al escuchar aquello de su amigo y esquivó un nuevo ataque de Kakashi en su dirección. Esta vez quedando sobre una rama de árbol con su cabeza hacia abajo, fastidiado totalmente aunque con las manos sobre sus caderas.
─Istimis intrinindi, ni dibis pirdir li concintrición.
Kakashi bufó ante tales burlas, definitivamente no había caso con Óbito cuando se trataba de la Senju de cabellos grises. Ambos eran exactamente iguales de burlistas, aunque Izune a menos escala. Por ello, finalmente lanzó un kunai al árbol de su costado con rendición.
Óbito dio un suspiro al ver tal acción y bajó de la rama de árbol sin dificultad.
Aquello solo demostraba que su batalla había terminado. Por lo que, el azabache no demoró en sentarse sobre el suelo apoyando así su respaldo en el tronco y suspirando con alivio. Tenía que pensar bien, sobre todo.
Aunque más le preocupaba Izune.
─Ahora sí ¿Me ayudarás a escoger un lugar decente? ─ soltó con mucho entusiasmo, logrando que el peligris se tomase la frente con frustración.
Aunque sabía que su amigo podría estar mal con la muerte de su abuela, se le hacía extraño que todo estuviese tan bien para él como solía verse. No, no confundan. Él sí estaba feliz por ello y por ambos, pero lo conocía demasiado bien para saber que había la mínima posibilidad que estuviese fingiendo todo.
Por ello no le gustaba que el pelinegro se emocionase tanto con nada, la decepción podría ser fatal para alguien como él. Lo conocía demasiado bien, casi más que Izune.
Kakashi negó con su cabeza. No, esto era por Izune. De ahí venía toda esa felicidad del azabache que creía perdida. Él no tenía por qué quitarle aquello diciendo sus pensamientos.
─Obito, aunque la lleves a comer arena a un basurero ella estará feliz igual. Es una cerda que come de todo, deja de preocuparte tanto.
El azabache medió una mueca pensativa, él peligris tenía razón. Aunque eso no quitaba el hecho de quedarse repasando todos los lugares de comida posibles en Konoha. No podía decidirse por uno solo.
─Y... ¿Cómo ocurrió?
Óbito frenó su lista de locales mentales de inmediato, solo para fruncir el seño hacia el peligris frente a él. No sabía a lo que se refería.
─¿Qué cosa?
─El que ella por fin admitiera todo, ─respondió, arqueando una ceja al notar el sonrojo de su amigo─ Izune es muy orgullosa, no me creo el que haya sido tan fácil. Con razón estás tan feliz idiota, lo hiciste bien.
─Sí, eso creo... ─murmuró el azabache, siendo poco audible para el Hatake─ Etto... yo no estaba muy bien anoche y entonces ella solo lo dijo. No quiero creer que haya sido por pena Kakashi, si es lo que estás pensando. Ella realmente sonaba sincera, te lo juro.
Kakashi negó con su cabeza dando un suave suspiro, observando a sus alrededores con mucha cautela. A veces Obito se preocupaba demasiado.
─No lo pienso ni pongo en duda tus palabras, Obito. Porque aunque lo haya dicho por esa razón era muy notorio el cómo ella te correspondía de hace mucho tiempo.
─¿Tú crees?
─Lo sé con certeza, así que no te preocupes ─insistió con manos en sus bolsillos─ pero tampoco te ilusiones tanto, terminarás aburriéndola como a Rin.
─Rin nunca me correspondió, no es lo mismo.─se quejó el azabache, tomando uno de sus kunai para jugar con él a rostro cabizbajo pero amurrado. Mostrando cierta gracia.
El sol ya se estaba escondiendo a este punto del día.
─La aburriste antes de enamorarla ¿Ves que si es lo mismo?
Óbito soltó un resoplido, no quería pensar en Rin ahora después de todo lo que lloró y luchó por ella en su niñez sin conseguir algo a cambio más que su amistad y las mentiras que inventó sobre Izune. Pero al parecer, el Hatake tampoco se veía a gusto hablando de ella y lo comprendía en parte. Séis años no se van a la borda con tanta facilidad.
Quizás Óbito tenía que ser algo más accesible y empático con él sobre el tema, después de todo Kakashi lo había ayudado bastante y él solo seguía dando problemas.
─¿La extrañas? ─preguntó de improviso, subiendo su rostro con inocencia y hasta malicia al notar lo tenso que el peligris se había puesto─ Bueh, tomaré eso como un sí. Y por muchas ganas que tengo de decirlo, está demás decir que eso te pasa por cambiar al amor de tu vida por una escoria. Lo siento.
Kakashi frunció el seño. Sin saber si era el hecho de que hubiese llamado escoria a su novia, o el que dijese ese tipo de cosas como si fuese su culpa.
─¿A eso le llamas dar ánimos tú? ─bufó, algo irritado y molesto. Obito estaba algo sorprendido por su reacción.
─Es lo único que puedo hacer, ya me conoces. ─dijo─Además, yo siempre te voy a ser sincero Kakashi por más que te apoye. ─respondió, alzando sus manos con inocencia─ muy prodigio serás pero para escoger...
─Rin estaba actuando como loca todo el tiempo y lo sabes, no me hagas sentir culpable por ello si fuiste tú el que me incitó a que probase "nuevas aguas".
─Oye oye oye, yo no te dije que la engañarás. Podrías haber terminado con ella primero ¿No crees? Además, también quería una oportunidad con ella ¿Qué esperabas?
El peligris se llevó ambas manos a la cabeza, dando un gran suspiro frustrado. Kakashi estaba bien junto a Tsunade y con el sexo que tenían, aunque poco a poco comenzaba a suceder lo mismo que ocurrió con Rin. Él se estaba aburriendo y se odiaba por ello, por la rubia y por haber engañado a Rin, a quien quiso demasiado.
Al menos la castaña siempre tenía tiempo para él.
─A todo esto, ¿Izune sabe sobre las chicas de Iwa? ─intentó cambiar el tema el Hatake, él quería un rato junto a su amigo para apoyarlo. No recordar a su ex novia y volverse un melancólico.─ sería una lástima que no se lo hayas dicho ahora que están juntos.
─Pues...
El moreno no sabía que responder ante ello, simplemente rascando su nuca con cierto nerviosismo al ver el rostro recriminante y hasta molesto del Hatake. Él debería habérselo dicho, un año atrás. Pero no fue capaz, aunque más por engaño fue porque no lo sentía necesario.
Él estaba soltero en ese entonces, e Izune también. Incluso ahora también, pero con más restricciones.
─Si quieres un consejo, deberías decírselo pronto. Ella entenderá, Obito. ─dijo el peligris, su rostro vago observándolo hacia abajo jugar con su kunai─En ese entonces no estabas profundamente enamorado de Izune y pues... estabas soltero ¿Qué mas da?
Obito medió una mueca, algo frustrado por su pequeña aventura junto al Hatake aquella noche en las termas. Él decía esas cosas porque no conocía lo suficiente a su amiga, pues ambos lo habían prometido la primera vez que decidieron seguir con su juego de amigos y algo más. Se suponía que solo tenían que coger entre ellos dos.
Nadie más.
Pero el ''probar nuevas aguas'' resultó bastante tentador para el azabache, y con Izune solo eran amigos aquel tiempo. No había mayor drama para practicar sexo junto a dos chicas de Iwa mientras el Hatake se insinuaba hacia la rubia de apellido Senju y pechos enormes. Había sido una noche de locos.
─Porque si se entera cuando ya estén juntos como ahora, se lo tomará muy personal. ─insistió el Hatake, dando un bufido.─ y una mentira no dura para siempre.
─Ugh, lo sé pero... ─gruñó, algo cabreado─ ¿Qué clase de ánimos son estos Bakashi? Tenías que hacerme sentir bien.
Kakashi alzó sus hombros con inocencia.
─El mismo que me das tú.
El moreno dio un gran resoplido en el aire, intentando no recordar aquella fantástica noche en dónde había estado con dos chicas que no eran Izune por primera vez. Pero había pasado un año y algo más desde ese entonces.
Esa fue la primera vez que el peligris fue infiel a la castaña de marcas púrpuras en su rostro. Izune no podía molestarse por algo así ahora ¿Verdad?
Entonces, tras unos cuantos minutos en silencio entre ambos. El azabache recordó algo esencial que prefería saber ahora mismo antes que esperar. Por mucho que Madara adorase tomarse su tiempo, Obito no podía ser de esa manera.
Prefería actuar rápido.
Por ello, tal cual lo había hecho en casa de Izune remojó sus labios y palmeó su costado, intentando que Kakashi se ubicase a su lado como solía hacerlo después de entrenar. Sin embargo, él prefirió quedarse de pie.
Analizando.
─Oe, Kakashi ─habló una vez más, su voz casi colgando de un hilo al haber bostezado justo en ese momento por el cansancio. Kakashi posó su vista en él─ ¿Sabes dónde estará Tsunade-san en la semana?
El peligris frunció el seño, negando con su cabeza de inmediato con algo de sorpresa y extrañeza. Obito asintió, algo frustrado al no obtener una respuesta clara.
Piensa en Izune, todo a su tiempo. Se dijo. Intentando quitar esas imágenes sangrientas de su cabeza, en dónde la rubia era partícipe y no precisamente viva.
─¿Por qué lo preguntas?
Obito alzó sus hombros, fingiendo un poco su leve importancia al tema. Madara lo había dicho, todo siempre con cautela. No vaya a ser que alguien más ─además de Hashirama─ se enterase de las cosas que estaban haciendo. El azabache estaba siendo vigilado 24/7. De eso no había duda y el líder del clan Uchiha se tomaba sus precauciones.
Aunque al menos, ahora no lo estaban haciendo con él en aquel bosque. A no ser que Kakashi fuese lo suficientemente inteligente para notarlo, pero lo dudaba. No creía que el peligris fuese a pensar que él sería capaz de algo así.
─No lo sé, un día de estos podríamos ir a comer todos juntos. ─dijo el azabache, aún con ese deje de poca importancia y un leve brillo en su ojo─ Digo, tú junto a la rubia y yo con Izune. No es una mala idea ¿Verdad? Además, debo sacarme unos exámenes de sangre.
De inmediato, Kakashi entrecerró sus ojos analíticamente sobre él y quería cuestionar. Sin embargo, el azabache al enseñar un enorme y horrible magullón en su hombro derecho finalmente el peliplata dio un suspiro rendido antes de hablar;
─Siempre está en el hospital, el piso 5. ─dijo, a lo que Obito bajó su mirada para observar su kunai. Tapando así aquel magullón que mantenía al margen con su otra mano─ y si no... en su apartamento. Pero odia que le visiten sin avisar, así que si quieres yo le digo de aquella herida y así...
─No, no te preocupes. Yo le aviso.
El peligris arqueó una ceja, algo confundido a su voz ronca y su cambio de actitud. No obstante, luego subió su mirada y medió una sonrisa sin mostrar sus dientes. Kakashi no lo comprendía.
─Y... ¿A dónde crees que deba llevar a Izune? Yo estaba pensando en Ichira...
─¡Obito-sensei! ¡Kakashi-sensei!
Antes que el azabache pudiese terminar su frase, una voz chillona y muy fuerte se hizo presente junto a ellos. Ella parecía emocionada, mientras que Kakashi simplemente se tomaba la frente con frustración ¿Por qué tenía alumnos tan agrandados? El peligris no lo comprendía.
─Oh, ─soltó el moreno, observando a su amigo de re-ojo mientras pedía una explicación─ Sakura ¿Qué haces aquí? Ya es algo tarde...
─Bueno, la verdad es que les vi entrenar y quise unirme ─respondió ella, sus mejillas suavemente sonrojadas mientras Obito la analizaba con su mirada y seño fruncido─ usted prometió que iba a enseñarme, podría hacerlo ahora. No soy tan lenta como Naruto pero tampoco tan rápida como Sas...
─Sakura, ─interrumpió esta vez el Hatake, notando como Obito se había puesto de pie y tronaba su cuello con pereza. ─ Obito no está para entrenar ahora, quizás mañana. Ve y dile a Sasuke, él está bien avanzado y...
─Kakashi-sensei,─dijo─Sasuke-kun no me dirige la palabra y ni piense que voy a por el baka de Naruto.
Obito bufó, queriendo escabullirse en su kamui casi al instante. Ya estaba cansado de todo nuevamente, aunque lo único que le mantenía con el poco buen humor que le quedaba, era el hecho de salir junto a Izune y luego practicar sexo como unos completos conejos. Sería una noche bastante bonita.
Entonces, cuando el pelinegro pretendía negarse una vez más. El peligris de ojos azabache frenó sus pasos y tras observar a sus alrededores con cautela, sonrió ampliamente y se ubicó a la altura de Sakura. Ella parecía sonrojada aún y no movía ni un solo músculo.
Obito frunció el seño.
─Obito si puede entrenar contigo hoy, ─le dijo, para luego posar su vista en el azabache─vayan a los bordes del río y le enseñas sobre el control de chackra. Yo los sigo después.
El moreno parecía desconcertado, pues no quería pasar más minutos en ese lugar y mucho menos entrenando a Sakura, quien lucía demasiado contenta con la proposición de su sensei. Tan así que no dudó en tomar la mano blanquecina de Obito para intentar llevárselo de ahí con mucha rapidez.
Éste frenó en seco y frunció el seño una vez más, quitando su mano de golpe. La pelirosa por poco cayendo al suelo bruscamente, si no fuese por los fuertes brazos del Hatake que la sujetaron a tiempo. Ahora él era el desconcertado frente a su amigo el Uchiha.
No se esperaba un gesto tan brusco.
─Obito, solo serán unos minutos. ─gruñó entredientes, y Obito tensó su mandíbula─ luego iré yo a entrenarla ¿Podrías ayudarme un poco? Sé que no te ha sido fácil todo esto y te comprendo, pero realmente serán solo unos minutos ¿Puedes?
Obito tragó saliva sonoramente, sin querer observar a la chica en los brazos de su amigo. Él quería volver con Izune cuanto antes, pero Madara lo había dicho. Tenía que estar tranquilo, el proceso de su kamui podría ser terrible y él se lo había advertido...
─...Tienes que cuidar las cosas que haces, o dices. ─fueron sus palabras, serenas y algo roncas─ Izuna te ayudará en todo lo que necesites, pero a como enloquezcas yo mismo me encargaré de tu trasero y no te gustará ¿Comprendes?
Obito asintió, rasgando un poco sus uñas en el frío concreto. Realmente necesitaba arremeter en contra de algo. Pero no podía, aquella actitud solo generaría más problemas. Él tenía que pensar en Izune... así, todo era mejor.
─¿Obito?
El azabache salió de su pequeño trance al instante, rascando así su nuca con incomodidad y fastidio. Sin embargo, finalmente terminó por asentir con su cabeza. Los ojos jade de la pelirosa brillando con mucho destello al oír aquello.
Al fin sería entrenada por Obito.
─Gracias. ─murmuró el Hatake, segundos antes de bajar a su alumna para que pudiese caminar por si sola.
Obito soltó un gruñido en negativa, a lo que Kakashi soltó una leve risa mientras le daba una palmada en el hombro.
─Solo serán unos minutos... ─dijo, con aquella sonrisa.
─Si, si. Lo que digas.
Dicho aquello, el azabache se zafó del agarre del peligris enseguida para seguir a la chica delante suyo. Ella hablaba, y hablaba. Cosa que le irritaba un poco, sin embargo, al recordar que ella moría por él simplemente le siguió la conversación amena. Ambos dejando a solas al Hatake.
Entonces, en cuanto parecía que no había más rastro de su amigo el Uchiha o siquiera, de Sakura. El peliplata finalmente sacó uno de sus kunai a rostro enfadado, acercándose violentamente a uno de los arbustos que solían estar cerca de Obito cuando él se había recostado allí.
Ciertamente, quien estaba tras los arbustos subsiguientes era Izuna y el peliplata era demasiado inteligente para captar una presencia más junto a ellos. Sin embargo, no contaba con el hecho del mangekyou secreto que tenía el hijo único de Madara.
Pero eso no fue lo que salvó al azabache de coleta de ser descubierto, sino, otra presencia en ese mismo bosque que se ocultaba. La cual tras ver los ataques agresivos del Hatake no dudó en salir de su escondite con cierto miedo en sus ojos. Aunque más, demostraba malicia y un poco de enfado.
Izuna dio un suspiro silencioso al sentirse libre, generando así un sello de manos para utilizar un vago shunshin y salir de ahí. Tenía que pilotear a Obito, a dónde quiera que fuese.
─¿Rin? ¿Eras tú? ─soltó el peligris de ojos azabache, un tanto nervioso y sorprendido al verla sonriendo con inocencia mientras rascaba su nuca─ ¿Q-qué haces aquí? ¿Acaso tú...?
─No te emociones. ─escupió ella luego de unos segundos, quitando enseguida aquel aspecto dulce que tanto encantó al Hatake en su adolescencia y durante muchos años─ Necesitaba saber cómo estaba Obito luego de lo que sucedió, y con Izune cerca se me hace muy difícil. Tú no me importas en lo absoluto, Kakashi.
─Auch.
Kakashi fingió un rostro adolorido, mientras ubicaba dramáticamente una de sus manos en su pecho. Sin embargo, aquellas palabras dolían como cuchillos por mucho que lo ocultase. Más tras haber divisado esa sonrisa inocente que estuvo escondida en sus últimos años con ella ¿Qué le estaba sucediendo? Él quería a Tsunade. Pero extrañaba a Rin.
Uno no elige lo que siente el corazón ¿Verdad? Aunque para él era aún más difícil que cualquiera.
─Ahora si me disculpas, me voy a hablar con Obito. Hay unas cuantas cosas que debo decirle.
Antes de que la castaña tuviese la oportunidad de caminar más de tres pasos por el sendero donde se había ido el azabache junto a Sakura, el peliplata tomó su brazo con fuerza. Esa mirada no le gustaba. Más si había oído gran parte de su conversación.
─¿Qué cosas? ─preguntó el Hatake con ímpetu y un toque de enfado─ Obito está pasando un mal momento, y ahora que por fin está con Izune no permitiré que le metas mierda en la cabeza.
─¿Mierda en la cabeza? ─soltó ella, desconcertada y muy molesta mientras se zafaba de su agarre─ ¿Tan mal te ha hecho el estar con Izune y su prima que me crees capaz de algo así? ¿Acaso eres idiota? ¡Espera, ni siquiera tengo que decirlo porque ya lo sabes! ¡Eres un completo idiota, Kakashi!
El peligris tragó saliva, observando con cierta pena y confusión a la castaña de ojos cristalinos tras esas palabras con rabia hacia él. Pero no fue capaz de decir algo más. Él solo la observó y la dejó continuar.
─Sé que Izune ha salido con Shisui más de diez a doce veces a comer dangos sin que Obito lo sepa. ─comenzó a hablar, demasiado enfadada frente a las acusaciones de quien fue su novio alguna vez─ También sé que Shisui está enamoradísimo de Izune desde hace siglos, y sé que ese día en mi casa, ambos se besaron como si no hubiese un mañana. Pero... ¿Qué crees que he hecho con todo eso? ¿Acaso me has visto diciéndoselo a Obito? ¡Pues no! ¡Porque si él quiere joderse la vida estando junto a alguien que no lo quiere y no lo valora es cosa de él! ¡Yo con Izune ya no tendré más dramas, aquel día que estaban en su casa sellé mi paz con ella al regalarle aquel dije, así que...
─No sigas, Rin.
─¡Así que no vuelvas a inculparme de esa manera! ─finalizó, rechinando sus dientes y dando un leve empujón en su pecho antes de seguir el sendero para ir hacia dónde Obito y Sakura se habían ido.
Ella no podía creerlo.
Kakashi rascó su nuca, algo sorprendido y dolido. Por haber pensado de esa manera sobre ella, y por haberse enterado del beso que supuestamente Izune se había dado con Shisui porque no se lo esperaba ¿Debería creerle? Él ya no sabía que hacer con su amigo, con su novia, con su ex novia y mucho menos... con las órdenes del actual Hokage.
Todo era un desastre.
«...»
La tarde parecía haber estado algo tranquila, al menos para Itachi luego de haber buscado archivos por doquier junto a Shisui encontrando ciertas cosas. Sin embargo, según él era mejor hacerle partícipe luego de saberlo todo y el ninja de coleta lo respetaba. Porque él también tenía sus secretos.
Aunque quizás no tan espeluznantes como los de Shisui y su alocado maestro.
Itachi suspiró. Pateando una roca pequeña mientras caminaba tranquilamente por el barrio Uchiha hacia una vivienda en específico. El hogar de Izumi, pues necesitaba verla tras tener mucho trabajo estos días. Al parecer las cosas no iban bien en las fronteras y no sabían exactamente el por qué, el espía había desaparecido de la faz de la tierra y al parecer las otras aldeas ya se habían enterado de ello.
Sin quitar el hecho de la rebelión secreta dentro de su propio clan.
Si no es una cosa, es otra. Pensó el hijo mayor de Fugaku, observando el suelo mientras analizaba una y otra vez todas las situaciones que lo abordaban ¿Realmente su padre creía ser capaz de vencer a Tobirama Senju? o siquiera ¿A Hashirama Senju? No. Él no quería eso aún, necesitaba pasar tras Madara primero. Algo meramente imposible.
─Solo espero que recapacite, esto es una mierda. ─murmuró para si mismo, chocando sin querer con una presencia que corría desesperadamente o parecía hacerlo con mucha rapidez.
Una presencia que él conocía bastante bien.
Ella se incorporó al instante, para luego intentar utilizar su nivel dos de hiraishin y llegar a su destino con más facilidad. Sin embargo, al notar que quien estaba frente a ella era Itachi frenó el paso enseguida.
Ya era segunda vez que se encontraba a un conocido en esos lados.
─¡Itachi! ─exclamó con sorpresa, a lo que él simplemente asintió con una leve sonrisa cansada─ ¿Has visto a Shisui? Planeo ir a su casa pero no sé si tiene trabajo hoy y...
─Debe estar ahí, tu solo has la presencia necesaria ─dijo él, con cierta gracia en su voz─ a Shisui le agradará verte.
─¡Gracias!
Dicho aquello, la peligris de Izune no demoró ni un solo segundo en utilizar el hiraishin y en un viento desaparecer de ahí. Él se sonrió, pues esperaba con todas sus ganas que Izune se diese cuenta de lo buen hombre que era su amigo. Y no es que Obito no lo fuese, pero Shisui era mucho más estable. El ninja de coleta no tenía sus dudas.
Asimismo, tras caminar y caminar a pasos vagos mientras pensaba en diversos temas llegó a la vivienda de su chica. Aunque al tocar la puerta y luego ser abierta por la misma castaña, sintió algo extraño en ese lugar . Su madre parecía no estar presente y ella lucía cansada, sus ojeras siendo bastante notorias mientras se aferraba a los brazos del Uchiha apenas le vio, sollozando de inmediato con desenfreno.
Itachi pegó un leve brinco, sorprendido totalmente ante su actitud mientras cerraba la puerta tras de él.
─Hey, Izumi... ¿Qué ha ocurrido? ─cuestionó, bastante preocupado al verla de esa manera y pensando en las posibilidades de que fuese algo malo. Muy malo.─ Izumi...
─¡Todo! ─exclamó ella entre llantos a sharingan activado─ ¡He hecho todo mal, contigo y con todos y y... además la abuela Hanaro está muerta y mi madre... ella, ella...!
Itachi tragó saliva, solo para acto seguido besar su frente con suavidad y luego tomarla en brazos como un bebé para subirla hacia su habitación. No era muy agradable el estar de esa manera en la entrada de su propio hogar.
Tras haber ingresado a su habitación y dejarla sobre la cama sollozando, se sentó a su lado de inmediato. Ella aferrándose a sus brazos como si no hubiese un mañana. Ambos en silencio, sin decir palabra alguna. Itachi no se atrevió a hablar y simplemente le dejó llorar en su regazo.
Hasta que por fin cesó sus lágrimas. Él realmente parecía preocupado por su estado y ella lucía muy mal.
─¿Estás así por la abuela Hanaro? ─cuestionó suavemente y ella solo soltó más lágrimas ─Oye... ella no iba durar más que eso y ahora estará en paz como no tienes idea, y Obito está bien con eso. Izune se ha...
─¡No me hables de ella! ─gruñó, limpiando sus lágrimas con suma rapidez. Itachi parecía sorprendido por su actitud.
─Pero... ¿Por qué?
La madre de Izumi acababa de ser despechada, al igual que Kagami. Ambos sumidos en lo mismo en aquellas celdas ocultas del mismísimo hogar de Fugaku, pues, la madre de la castaña solía robar información para el mismísimo Madara. Siendo que antes en las reuniones había firmado a por ellos y no por el verdadero líder, aunque lo hizo solo por órdenes de su líder mayor.
Ahora aquello le iba a costar la vida.
Ella caminaba sin rumbo, ida totalmente mientras pensaba en ello. No sabía hacia dónde ir, ni con quien hablar. Itachi estaba ocupado aquel día. Sin embargo, pensó en Izune. Después de todo ella era su mejor amiga ¿No?
No obstante, al observar por la ventana de su habitación la notó demasiado feliz junto al azabache como para molestarla al haber muerto la abuela de este mismo. Ya luego hablaría con ella.
Así transcurrió su día, caminando por doquier sin rumbo y cuando finalmente se decidió ir a por Shisui aquella tarde logró encontrarse con Izune. Finalmente el sol alumbraba un poco la miseria que estaba viviendo. Quizás, ahora ella podría darle algo de apoyo.
─¡Izune-chan! ─exclamó con entusiasmo, cierto brillo tocando un poco sus ojos apagados.
La peligris frenó su hiraishin y la observó, aunque parecía apresurada.
─¡Izumi, es bueno verte! ─respondió ella de igual forma, a lo que la castaña pretendió acercarse para seguir conversando─ ¡Pero ahora voy apresurada, necesito ver a Shisui! ¡Hablamos luego!
Y así, desapareció en un viento. Sin importar lo que ella tuviese para decirle.
Itachi asintió con una mueca, demasiado sorprendido por lo que ocurriría con su madre y la rabia interna que tenía ella contra la Senju. Aunque más por la información, es porque los miembros del clan querían saber el paradero de Madara. Cosa que ella no pretendió ni pretende hacer saber.
Aquello le iba a costar la vida.
─Lo siento mucho, Izumi ─murmuró el de coleta, besando su hombro suavemente para dar algo de apoyo─ hablaré con mi padre, quizás él...
─¡Además, estoy cansada Itachi! ─bramó ella, sorprendiendo aún más al Uchiha por no utilizar su característico kun junto a su nombre─ ¡Siempre hago mal las cosas, pero me arrepiento y a nadie parece importarle! ¡Izune juega a dos bandos, siempre lo hizo con esos dos y todos la tienen en un altar! ¡¿Pero y yo qué?! ¡Solo soy su sombra, su peor sombra! Y... ¡Me odio, Itachi! ¡Ni siquiera merezco que estés aquí consolándome!
El Uchiha no sabía qué decir, si bien varias veces la había visto llorar. Jamás lo había hecho a esta escala tan negativa y desgarradora. Algo más estaba mal con ella, él podría apostarlo con quien fuese.
¿Culpa? Sí, eso veía en sus ojos rojizos.
─Nadie la tiene en un altar, Izumi ─intentó apaciguar las aguas─y a mi si me importa, tú me importas. No te preocupes del resto Izumi, tú eres una gran mujer y además, todos aprendemos de nuestros errores. Aunque no lo creas y...
─¡¿Una gran mujer?! ─soltó ella, nuevamente llenando su rostro de lágrimas. La impotencia siendo aún más fuerte en ella mientras presionaba sus puños─ ¡¿Y si te dijera que soy una zorra?! ¡¿Que soy una maldita puta envidiosa que se acostó con Shisui solo porque él ama a Izune sabiendo que te tenía a ti, a quien amo desde que tengo memoria?! ¡Dime lo mismo ahora que lo sabes, Itachi! ¡Dilo!
─¿Q-qué?
Ahora el Uchiha estaba impactado más que sorprendido, y de muy mala manera. Su corazón ardió como mil demonios al oír esas palabras y no pudo creerlo ¿Acaso ella y Shisui...? No, aquello tenía que ser una mala broma.
─¡Lo que oyes, ahora puedes irte perfectamente porque me lo merezco! ¡No debí hacerlo y lo hice de todas maneras! ¡Lo siento mucho, pero no podía más con toda esta miseria!
─N-no, Izumi. ─soltó él, su voz algo quebrada debido a los nervios que sentía en todo su cuerpo. No podía creerlo─ Si esto es una mala broma yo...
─Yo también quisiera que fuese una broma, porque no hay día en el que no me arrepienta de lo que hice. ─respondió ella, sin siquiera pensar en las cosas que decía─ Pero ya está, ya lo dije y ahora que todo está acabado para mi es mejor que lo sepas. Solo... no culpes a Shisui, porque fui yo quien lo forzó. Yo lo obligué y...
─¡Basta! ─bramó esta vez el Uchiha, zafando su agarre de la castaña con mucho enfado y dolor en sus ojos.
Ella volvió a sollozar.
─O sea... ¡¿Todo este tiempo me estuvieron tomando el pelo?! ─exclamó, abriendo levemente sus brazos mientras se ponía de pie─ ¡Todo este tiempo que estuve apoyándote, queriéndote y sintiéndome mal por lo estúpido que estaba siendo al tratarte mal! ¡¿Fue una pérdida de tiempo?! ¡Todo lo que...
─Itachi-k-kun... ─murmuró ella, sin poder frenar el llanto.
─¡No vuelvas a llamarme así! ─gritó, perdiendo el control completamente. Él no podía creerlo, realmente todo tenía que ser una broma─ ¡Todo lo que hice por Shisui, todas las veces que le he defendido y lo mucho que he estado con él! ¡¿Por qué, Izumi?! ¡¿Por qué traicionarme?!
Ella no pudo responder, porque no tenía una explicación clara y las excusas no se le daban bien.
Izumi solo bajó su mirada hacia sus manos, llorando a más no poder. Ella sabía que decirle era una mala idea, pero... una mentira no dura toda la vida. Y ella ya no podía más con la culpa.
─No vuelvas a dirigirme la palabra. ─espetó el Uchiha luego de unos segundos de silencio y llanto, su corazón estaba destrozado.
Aunque más, decepcionado. Por haber caído en las mentiras de la Uchiha y haber creído que Shisui realmente era su amigo. Pero estaba equivocado.
─N-no culpes a Shisui, él quiso frenar y yo lo obli...
─Adiós, para mi desde hoy no existes.
Dicho aquello, el hijo prodigio del segundo líder del clan Uchiha a puños presionados y corazón roto salió de ese lugar. Aún no podía creerlo y le dolía como mil demonios, su padre quizás tenía razón. Él se lo había advertido, naces solo... y mueres solo.
Pero ya no más, para Itachi. Aquellos dos estaban extintos.
«...»
Izune Senju.
─¡¿Izune?!
Apenas arribé en la vivienda del Uchiha, escuché su exclamación con sorpresa y enseguida ocultó los papeles que parecía tener en el suelo de su salón principal. Todas siendo tomadas por él con sus manos.
No dudé en entrecerrar mis ojos y agacharme a observarlos, este volvió a esconderlos. Solo por ello no pude ver más.
─¿Q-qué haces aquí? ─insistió en preguntar, tragando saliva con algo de nervios y seriedad.
En otro momento podría inventar algo para mi llegada tan repentina al haber desordenado un poco los sillones, pero hoy no estaba para juegos. Más si ya estaba anocheciendo y seguramente Obito ya estuviese de camino a casa para mi ansiada salida a comer.
Aunque me daba igual el lugar a dónde fuéramos, me encantaría que me invitara un ramen a lo simple. Así quizás no lo sentía tan diferente, pues no quería que la amistad se jodiese por la relación que estábamos llevando. La cual de por si me gustaba, y me causaba nervios.
Sobre todo porque conocía todas sus manías, sus gustos, disgustos y sueños. Eso para una relación puede ser fantástico, pero también algo jodido... porque él también conocía los míos.
─Necesito respuestas, ─dije, con mucha firmeza en mi voz y luego di un suspiro al ver la mueca en su rostro─ y si eso que tienes en manos es pornografía me da igual, Obito tiene muchas de esas imágenes y no me quejo. Incluso le he oído masturbarse con ellas así que no es necesario que las escondas.
Él formuló una mueca aún más grande con disgusto y asco, a lo que tapé mi boca de inmediato con mucha vergüenza en cuanto me di cuenta que aquello lo había dicho en voz alta. Ugh, esta mierda siempre me sucedía con Shisui.
─Yo... joder, no tenías que saber eso y...
─No importa, por mucho asco que me de... No importa.
Dicho aquello, el azabache se puso de pie junto a las imágenes y papeles de sus manos. Dando un gran suspiro mientras se perdía en sus escaleras sin siquiera observarme. Aquello me desconcertó ¿Acaso me estaba ignorando?
─¡Oe, Shisui! ─exclamé, divisando solo su pie derecho desde dónde estaba, creyendo que frenaría. Pero no lo hizo─ ¡Oye, realmente no quise decir eso! ¡Quiero respuestas!
Entonces, tras tomar mi frente con vergüenza y frustración me decidí en seguirle con algo de enfado. Yo venía a por información que aseguraba él tenía y no permitiría que se me escapase así como así.
No señor, conmigo no. Me daba igual que fuera Shisui.
─¡Shisui, realmente quiero respuestas y sé que tú sabes cosas! ¡¿Por qué mierdas tengo un sharingan?! ¡Habla! ¡No me ignores maldición! ─exclamé, muy frustrada en cuanto ingresé sin permiso a su habitación y él parecía tener casi todos los papeles ordenados en su cama con la mirada perdida.─ ¿Qué es...
─Léelos, ─me interrumpió, su rostro demasiado serio para mi gusto mientras corría ciertos papeles─pero te lo advierto. No van a gustarte.
Entreabrí mi boca con algo de sorpresa y cierto miedo sin decir algo, notando como él corría su mirada al yo observarlo fijamente. Luego, tras tragar saliva me dediqué a observar los papeles y aquellas fotografías con atención.
Mi cuerpo se estremeció, no pude evitarlo.
La primera de ellas era mi madre, junto a mi padre y Hashirama. Su primer hijo y mi hermano mayor, antiguo hokage de la aldea escondida entre las hojas. La segunda eran imágenes vagas de mi madre junto a Tobirama, de Kawarama, Itama y hasts de mi padre junto a ella. Y la última, era una de mi madre junto a mi siendo un completo bebé.
No pude evitar el tragar saliva. Me sentí nerviosa.
Supe enseguida por el rostro de felicidad que tenía Tobirama a mi costado en aquella fotografía, pocas veces se le veía de esa manera. Y verlo sonreír a los dieciocho años era oro puro. No pude evitar el que una sonrisa se esbozase en mi boca. Necesitaba quedarme aquella fotografía.
¿Por qué no la había visto antes?
─No entiendo qué hay de malo en esto, Shisui... ─murmuré, presionando un poco aquella imagen mientras soltaba una pequeña risa ─ esto solo es mi...
─Mira la información que hay detrás de esa imagen, luego mira las que hay en la derecha de tu padre y Hashirama-sama.
Fruncí el seño, confundida ante sus palabras y solo hice caso a lo que decía. Volteé la fotografía tal cual dijo Shisui. Tras de ella había una fecha y con letras claras decía en uno de los bordes ''Kanata Senju junto a su familia, tras volver de su desaparición y de dar nacimiento a su último hijo''.
¿Desaparición?
─Esto lo encuentras extraño por lo de la desaparición ¿No es así? ─cuestioné, mi cuerpo temblando suavemente. Al menos sabía que mi madre sí era la misma que creí siempre.
Eso era algo bueno ¿Verdad?
─No, ─respondió Shisui, quitándome la fotografía para entregar el acta de defunción de mi madre─ esto lo conseguí hace un rato de los archivos que tenía Kagami-san, según estos dicen que tu madre murió en el parto y eso es lo que Hashirama-sama siempre ha dicho. Pero al ver esta fotografía ¿Tú que piensas?
Nula. Mi mente estaba nula, y no lo comprendía ¿A qué se estaba refiriendo Shisui? y sobre todo ¿Cómo pudo sacar conclusiones de solo una fotografía? Estaba siendo lerda, vamos Izune. Piensa.
Él suspiro, notando mi poco entendimiento a lo que decía y luego tomó otra fotografía. Nuevamente, era mi madre junto a Tobirama, yo y Hashirama. Pero yo tenía más de un mes de vida, eso no lo podía dudar.
─Si tu madre hubiese muerto realmente en el parto, ¿Cómo es que existen estas fotografías? ─soltó él, una leve mueca en su rostro.
Entonces lo comprendí claramente, mi madre no murió tras darme a luz como solía decirme Hashirama o Tobirama. Porque en esas fotografías ella lucía bien, todos lucíamos... bien. Aunque no podía guiarme por unas simples suposiciones.
Pero ¿Por qué mis hermanos mentirían con algo así?
─¿D-dónde encontraste estas fotografías? ─pregunté, sin querer asimilar el hecho de la mentira. Las odiaba, con todo mi ser.
Shisui alzó sus hombros.
─Solo fue coincidencia que juntara esas piezas, estas cosas estaban en los archivos de tus difuntos hermanos. Porque información tuya o del hokage no había, ni siquiera en los de Kagami-san...
─¡¿Robaste a los escuadrones anbu?! ─solté, haciendo que él diera un leve brinco ante la sorpresa y luego me sonrojase por gritar─ Lo siento, ¿Solo esto encontraste?
─No, ─respondió, rascando su nuca con nerviosismo mientras tomaba otro archivo sacado de la policia militar. Lo supe por el logo Uchiha en uno de los bordes─ ahora viene lo que has dicho tú, lo de la desaparición. No estoy seguro pero en estas investigaciones sobre la mujer de Madara-sama ella desapareció al mismo tiempo que tu madre, exactamente... nueve meses.
─¿La mujer de Madara-sama? ¿Por qué has llegado a ella? ─cuestioné inevitablemente al no comprender tal hecho, Shisui dio un suspiro.
─Itachi me ha dicho que Ukitake-sensei la investigaba hace unos años, y él al sellarte el sharingan era bastante obvio que algo le incomodaba. Solo fue de metiche que quise saber de esas cosas, pero dentro de su investigación estaba la de tu madre y... junté algunas piezas. No estoy seguro de nada, Izune. Pero esto no puede ser una coincidencia.
Rasqué mi cabellera unos instantes, bastante frustrada al no saber ni comprender absolutamente nada. Pues, saber el hecho de que ambas mujeres desaparecieran al mismo tiempo no probaba nada que tuviese que ver conmigo. A no ser que la mujer de Madara fuese mi verdadera madre...
Pero entonces... ¿Quién mierdas era mi padre?
Abrí mi boca con demasiada sorpresa y nerviosismo ante la alocada ocurrencia que cruzaba mi mente. Me encontraba paralizada al pensar en la posibilidad. Shisui pareció notarlo y sujetó mis hombros para que no cayese al suelo desplomada.
Si Obito me ha pedido que vea a Madara-sama, quizás él... ¿Él era mi padre?
─Izune, oye, oye ─insistió en recomponerme mi antiguo compañero de equipo, logrando que lo observase fijamente a los ojos con miedo─ ¿Qué ocurre? Te advertí que esto no iba a gustarte, pero tampoco es tan terrible porque no hay pruebas de nada. Solo son suposiciones, Izune yo...
─¿Crees que Madara-sama sea mi padre? ─solté de golpe, causando su sorpresa con solo ver sus ojos. Luego, frunció el seño en negativa sin dudarlo.
─No, no lo creo.
Aquello me desconcertó, es que todo era tan obvio ahora. Pues, si juntaba piezas como lo hacia Shisui podría llegar a varias conclusiones.
Si mi madre era su mujer y entonces yo tengo un sharingan improvisto, esa era la única opción. Por muy tétrica y descabellada que fuese. Más tras oír la petición de Obito de verme con él.
Tenía miedo, y mucho.
─¿Por qué no?
─¿Qué te hace pensar que si? Si fuese esa la respuesta, Izune. Entonces no tendrías el cabello gris ni los ojos rojizos como Tobi...─entonces, frenó sus palabras de golpe y abrió sus ojos más de lo normal. Como si hubiese descubierto algo─ mierda, esto no... joder.
─¿Qué? Shisui no te entiendo ¡No pongas esas caras joder, me asustas y...
Entonces, lo dijo.
─Creo que Tobirama-sama es tu padre.
Mi corazón tronó, y todo mi mundo se fue a pedazos. Todo tenía sentido, o casi. Solo esperaba equivocarme.
«...»
Año desconocido, un joven Madara transitaba por las anchas calles del clan Uchiha con desesperación. Los aldeanos de aquella época parecían asustados y él necesitaba llegar a tiempo. Pero ya era demasiado tarde.
Las llamas eran altas, escuchaba un llanto pero no podía divisar dónde. Quedaba poco tiempo.
─¡Madara-kun, debemos ir a por Kōga! ─escuchó la voz afeminada de aquella Uchiha que estremecía su corazón─ ¡Esto es malo, va a asesinar a todo el clan Senju y eso solo desencadenará más desgracias, no quiero...
─Nuestra prioridad es su hijo, Kei. ─gruñó el de cabellos largos, su rostro derrochando desesperación entre las llamas─ Kōga se ha vuelto loco, si tiene que asesinar a todo ese maldito clan ya no es mi problema. Solo nos quitaría una espina del zapato al hacerlo, por ahora tenemos que encontrar a ese niño.
La mujer presionó sus puños, observando el cielo con mucha angustia. No obstante, la mejor opción... era seguir a su pareja.
─¿Padre? ¿Por qué estás aquí?
La voz de su propio hijo cesó sus inquebrantables recuerdos, él parecía asustado y también sorprendido al verle sentado en su sofá principal. Pues, no era propio de Madara reaparecer en su hogar luego de solo dar órdenes fatídicas y largarse como si nada.
Izuna soltó un resoplido en el aire tras unos segundos, notando que aquel hombre sombrío y frívolo no respondería a sus preguntas. Siempre era igual, sin embargo, cuando pisó el primer escalón de la escalera tuvo que frenar su andar. Pues Madara había abierto su boca;
─Te pareces mucho a tu madre, Izuna.
El azabache de coleta mordió su labio inferior, presionando sus puños levemente sin querer responder. Izuna odiaba a Madara, vaya que lo hacía.
Más que cualquier otro.
─¿Puedo subir ya?
Madara no respondió, dejando que el muchacho corriera escaleras arriba como si de un crío se tratase. No tenía los ánimos suficientes para reproches y esas cosas.
Madara suspiró y tomó un poco de su bebida, Bourbon. El favorito de Kōga.
─¡Nii-san! ─Kōga corría mientras gritaba, años atrás con entusiasmo y Madara frunció su seño─ ¡He conocido una chica! ¡Y la amo!
─¿Qué chica? ─preguntó el azabache, tan solo tenían catorce años pero Kōga parecía ilusionado.
Y mucho.
─¡No lo sé, aún no sé su nombre pero es el amor de mi vida y será mía cueste lo que cueste! ─insistió en exclamar, para luego dar un suspiro enamorado─ su cabello olía a flores ¿A ti te gustan las flores, Madara?
─¿No..?
Kōga bufó, dando un leve empujón a su hermano.
─Eres un aburrido. ─dijo, causando el desconcierto de Madara─ algún día te enamorarás y sabrás lo que es, no sé si es por el hecho de ser Uchihas pero joder... ya quiero dejar de ser virgen con ella y...
─Ok, ok. He entendido, Kōga. ─interrumpió lo que vendría después, un tanto irritado─ el amor te ha cegado y eso, qué va.
Kōga rió.
─Algún día lo entenderás...
Madara rompió su copa en el suelo, tragando saliva a medida que tensaba su mandíbula y presionaba dud puños. No estaba seguro si la culpa era de Obito o no, pero se odiaba. Por extrañar a Kōga, pues aquello era una falta de respeto hacia su persona. Pero no se culpaba, todos son inocentes al nacer. El mundo crea monstruos sin siquiera saberlo, pero eso no era lo que lo mantenía así.
El amor. Para él, no existía tal cosa.
Entonces, tras observar a la nada durante unos cuantos minutos se recordó. Nuevamente cambiando su mirada melancólica a la que usualmente solía usar con todos. Su torrente sanguíneo incrementó y presionó sus puños aún más, ahora él estaba enfadado.
─Kōga, terminaré de cumplir tus deseos. ─murmuró entredientes, finalmente poniéndose de pie mientras observaba con decisión hacia la botella de Bourbon─Pero no de la forma en la que tú lo querías.
// Espero hayan disfrutado la lectura, esto es un mundo altero pero igualmente pueden haber spoilers.
¡Woooooooooola! ¿Qué les ha parecido el capítulo?😱 ¿Es todo más claro ahora? ¿O todo sigue siendo confuso? En fin, espero les haya gustado realmente porque lo sentí de una manera algo sjd😞s no sabría explicar pero nunca estoy conforme jaja y que no se les haya hecho pesado.
Aprovecho para confirmar que solo quedan 12 capítulos y esto se acaba 💔😭 así que, solo avisando.
Yyyy también decir ¡Llegamos a los 40k! 🙌😍 ustedes son demasiado increíbles, en serio. Ya les he dicho muchas veces cuanto las adoro a cada una de ustedes pero es que jodeeeeeeeeeeer, son maravillosas y :') se merecen lo mejor por todo este apoyo que me han dado, y a la historia que sin ustedes sería nada💓😘😭
Eso, espero de corazón les haya gustado y gracias por leer, que tengan un grandioso día (noche), las adoro💓
Adiosín.💓
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