cincuenta y cuatro; Madara.
''La ira es la emoción más inútil, destructiva para la mente y dañina para el corazón...'' Stephen King.
.
.
.
.
.
Izune Senju.
─Izune, al menos deja que te expliq...
─¡¿Qué me vas a explicar?! ¡¿Que te dio por destruir toda la casa a golpes?! ¡¿Acaso no piensas Óbito?!
Sí, quizás estaba exagerando un poco con todo aquello. Sin embargo, no era algo agradable ver todos esos muebles rotos a sabiendas que Tobirama o Hashirama podrían llegar en cualquier minuto y regañarme, o incluso peor, tirar a la calle a mi mejor amigo. Cosa que no quería para nada.
Enseguida, cualquier rastro de miedo que tuve antes con el azabache ya se había esfumado. Ahora estaba molesta, demasiado. Pues parecía que se buscaba los problemas a propósito.
─Izune, cálmate... ─gruñó por lo bajo, aún sosteniendo mis brazos con sus manos en caso de que me atreviera a golpearle una vez más.─ No es para tanto.
─¡¿Cómo quieres que me calme?! ¡¿Qué no es para tanto?! ─reproché mientras rechinaba mis dientes, esta vez soltándome de su agarre para fruncir el seño y observar como este se tocaba la mejilla una vez más con cierta culpa─ Lo único que te pedí fue algo de paz allá abajo ¡Nada más! Ah pero no... Tenías que ponerte como loco y arremeter contra Shisui y todos los muebles de esta casa ¡Eres increíble!
Su seño se frunció de igual manera y posó su vista sobre el suelo, como solía hacerlo cada vez que alguien lo regañaba. Siempre tuvo esa manía de pequeño y la mantenía hasta el día de hoy sin cambiar una pisca, eso solo me cabreaba más. Pues, odiaba que hasta eso me pareciera adorable en una situación así donde debería poner orden y no pensar en cómo lucía de esa forma.
Ya no quería sentirme así ni regañarle de esa manera, menos con él. Era mi mejor amigo. Pero estaba cansada, extrañaba a Uryu y no podía con todo esto.
─¡¿No vas a decir algo?! ¡¿Disculpas, nada?! ─insistí, esta vez alzando mi voz con irritación al ver como él no pretendía responder y seguía con su mirada intacta sobre el suelo.─ ¡Obito mira el armario! ¡Las paredes! ¡¿Eso te parece bien?! ¡¿Así quieres solucionar las cosas?! ¡Si algo te molesta solo tienes que decírmelo y no actuar como un completo idiota agresivo!
Noté como su cuerpo se tensaba levemente cada vez que volvía a gritar frente a él. No quería hacerlo a decir verdad, porque sabía lo mucho que aquello podía molestarle pero el enfado mío era más grande y ¿Para qué estamos con cuentos? Si no le reprochaba Kakashi o yo ¿Quién lo haría?
─¡¿Qué demonios te sucede?! ¡Antes de que Shisui llegara estabas bien! ¡No has pensado en manejar un poco el tema de...
─¡Ya cállate, deja de gritarme por dios! ─finalmente me respondió, moviendo sus brazos con cierta desesperación muy cerca de mi─ ¡¿Por qué solo me echas la bronca a mi?! ¡Sé que estás pasando algo muy malo en este momento, claro que lo sé y lo siento mucho! ¡Pero joder él me ha buscado desde que tengo memoria y no es justo que solo yo tenga la culpa de esta mierda!
─¡No te estoy culpando ni reprochando por eso! ¡Obito que te has comportado como un maldito animal!
─¡¿Y él no?! ─gritó, esta vez haciendo notar la rabia y desesperación mientras se acercaba a mi─ ¡¿Por qué no vas y le gritas lo mismo que a mi?! ¡¿Por qué solo yo?!
─¡Porque eres un idiota y me importas tú, si él quiere sacarte de tus casillas es obvio que no le das el gusto! ─exclamé, alzando ambos brazos con desesperación─ ¡Además, eso no tiene que ver con lo que estoy diciendo! ¡Siempre haces lo mismo, no me tergiverses la situación!
─¡No lo estoy haciendo, joder! ¡Lo siento, Izune, ya está! ─me respondió, golpeando con su puño la pared una vez más mientras cerraba su ojo con frustración y gruñí notoriamente.
¿Acaso no lo estaba reprochando por eso?
─¡¿Te das cuenta?! ¡Lo sigues haciendo!
Óbito negó con su cabeza y luego dio un largo resoplido para afirmarse en la pared, tocando su sien suavemente sin querer observarme. Se le notaba cansado.
Suspiré.
─Oye... si te sermoneo o te grito no es porque se me de la gana, de hecho no me gusta hacerlo porque ya eres bien grande para saber lo que está bien y lo que no. ─dije, esta vez manteniendo la calma con un cierto toque de pena. Aunque el enfado seguía vigente─ Pero joder, lo hago porque te quiero Obito, demasiado. Eres mi mejor amigo y no me gusta que te comportes de esta manera. Tú eres mejor que todo estos berrinches de niño y lo sabes.
El azabache soltó un bufido al escucharme y comenzó a morder su dedo meñique con desesperación. Enseguida, tomé su otra mano y la acaricié con suavidad. Óbito no quiso mirarme.
─No sé cuanto más podré estar sin perder los estribos por... Uryu ─confesé, un nudo haciéndose presente en toda mi garganta a medida que hablaba─ él murió en mis brazos, Óbito. Y lo único que necesito ahora es tener algo de calma contigo, no quiero que pelees con Shisui. Si algo te molesta realmente puedes hablarlo conmigo pero no te despilfarres, yo no soy tan ogro como me ves.
─No te veo como un ogro Izune, si es cierto que pareces mi madre a veces pero...
─Te necesito, Óbito ─le interrumpí, notando como mis orbes comenzaban a mojarse y él tragó saliva─ ¿Podrías cooperar solo un poco con todo esto?
Mordí mi labio inferior tras esa sentencia y luego suspiré, solo por el hecho de no querer llorar por una estupidez como esta y menos en frente de él luego de haber llorado mares la noche anterior. Llorar solo empeora las cosas en momentos así. Obito rascó su nuca con incomodidad e iba a decir algo, si no fuese por otra voz que se sumó en la habitación de forma repentina.
─Izune, ¿Dónde podemos sacar cobijas o algo? Tsunade no quie... Lo siento, no quise interrumpir.
Me volteé casi al instante tras oír esa sentencia para ver a Shisui con una mueca algo incómoda al haber notado como yo sostenía la mano de Óbito, quien al divisarlo solo tensó sus músculos y permaneció en silencio. Gracias a dios.
No me gustaría tener que separarlos una vez más, sobre todo porque no podría. Ambos eran demasiado fuertes en cuanto a habilidades.
─No te preocupes, en mi habitación la de puerta roja hay varias ─dije, señalando con mi mano libre y una leve sonrisa apenada hacia la izquierda─ ¡ah! Y procura que Tsunade no hable de la noche en Takigakure con el barman, por favor.
El de cabellos alborotados soltó una pequeña risa y asintió en silencio, esta vez desapareciendo de nuestra vista mientras se despedía con la mano. Óbito gruñó y soltó la mía de golpe apenas se fue, desconcertándome.
─Óbito...
─¡¿Lo ves?! ─me interrumpió, volviendo a alterarse y haciendo que yo pegase un leve brinco con su grito repentino frente a mi─ ¡Eso es lo que me molesta de ti, Izune! ¡¿Por qué siempre soy yo el que se lleva la bronca y a él bien que puedes darle una sonrisa?! ¡Y con todos haces lo mismo!
Enseguida, mi seño se frunció con molestia y cierta pena a la vez que observaba su rostro enfadado. Él parecía no entender mis palabras y me dolía, solo quería paz. No más enredos.
─¡No es justo Izune y lo sabes! ¡¿Por qué er...
─¡Pues porque esta vez la has cagado tú! ─grité un tanto harta, sumida en la desesperación y sin pensar mucho en las cosas que estaba diciendo. Óbito soltó una risa amarga de inmediato y luego negó con su cabeza. Odiaba cuando se ponía así.
Ya no estaba gritando pero esa actitud soberbia no la soportaba, para nada.
─¿Sólo esta vez? ¿O siempre? ─soltó, casi escupiendo sus palabras sobre mi con mucho enfado y esa sonrisa amarga que me irritaba─ ¿Podrías nombrarme una sola situación en donde tú le reprochas a Shisui, a Yoshiro o a cualquiera con el que haya discutido en vez de a mi? Con Yoshiro era lo mismo Izune y no puedes decirme que no.
─¡No metas a Yoshiro! ─grité, bastante fuera de mis cabales dando un leve empujón al azabache mientras aguantaba las ganas de llorar. Ya estaba cansada de todo esto y su actitud soberbia─ ¡Me jode que lo nombres como si nada, como si hubiera sido un trapo sucio o algo! ¡Siempre lo has hecho incluso después de su muerte, y no te lo dije solo porque te dejo ser, porque me gusta que seas feliz pero ya no puedo contigo! ¡Basta!
─¡No lo nombro como si nada! ─se excusó él a brazos abiertos─ ¡¿Pero qué esperas, Izune?! ¡¿Qué le tire flores cuando nunca me llevé con él?! ¡¿Que le guarde luto todos los días de mi vida?! ¡Si lo respeto es solo porque tú le querías y yo te quiero a ti, no porque se me de la gana!
─¡¿Respeto?! ¡¿A eso le llamas respeto?! ¡Ah pues entonces no debiste golpear a Shisui solo por nombrar a la abuela Hanaro, él lo hizo con respeto! ¡Ese bendito respe...
─¡No es lo mismo! ¡Joder! ¡Ya cállate, cierra la puta boca de una buena vez!
Su grito frente a mis ojos y el agarre de mis muñecas detonó el silencio de la habitación dando cierto fin a nuestra discusión, mi labio comenzó a temblar en cuanto sentí las lágrimas avecinarse y pude ver que él estaba en las mismas condiciones, aunque más sorprendido que otra cosa. Solo por ello no dije algo más. Estaba igual de sorprendida y dolida que él.
Sin embargo, como pude me zafé de su agarre y limpié mis mejillas para observarle con enfado. El agarre no fue lo suficientemente fuerte para generarme dolor, pero me había molestado.
Óbito no entendería nunca. Quizás Uryu sí tenía algo de razón.
─Izune yo...
─No me vuelvas a hablar, soy tu mejor amiga. No un saco de papas al que puedas aporrear.
Dicho esto, tomé aire suficiente para no volver a llorar y salí por la puerta a pasos rápidos. Óbito no entendía, simplemente no lo hacía. Yo no defendía a Shisui, solo intentaba que él hiciese las cosas mejor porque yo sé que puede ¿En qué momento se volvió de esa forma?
Agresivo era antes, eso estaba claro. Pero nunca a tanto como ahora. Y celoso también, pero ya estaba superando sus límites.
Quizás sí, lo nuestro ya no era simple amistad porque no lo parecía. Tenía que reconocerlo y él si podría gustar de mi. Maldición. Uryu podía tener razón, al igual que Kakashi.
─¡Neh, Izune!
Enseguida al escuchar mi nombre, subí la mirada un tanto demacrada antes de intentar bajar las escaleras y noté como Shisui me sonreía de lado, mostrando dos cobijas una a cada lado de sus manos como si necesitase algo.
Suspiré.
─¿Necesitas ayuda? ─pregunté con cierta pereza en mi voz, volteandome totalmente hacia su dirección mientras caminaba. Él asintió.
Llegué a su posición y tomé las cobijas que tenía en el suelo, más no dije palabra alguna. Ya no tenía ganas de bromear o algo parecido, me sentía como un completo zombie. Estaba dolida, y mucho.
Entre Uryu y Óbito no sabía qué me afectaba más.
─Oye Izune... ─volvió a hablar el de cabellos alborotados al ver que no decía palabra alguna y le observé─ Sé que no debo meterme pero no deberías dejar que Obito te hable así, tu eres mucho mejor que esas palabras vagas. Tobirama-sama lo llegase a oír y sería hombre muerto, lo sabes.
No dudé en soltar un resoplido cansado y asentí vagamente ¿Por qué Shisui tenía que ser así?
─¿Nos escuchaste? ─pregunté, esta vez tomando asiento en una de las cobijas mientras tomaba mi sien con mis dedos. Vaya que dolía.
─No es como si hablaran despacio de todas formas...─confesó, y le sentí tomar asiento a mi lado. Shisui dio un suspiro y yo resoplé en el aire─ Izune, estás mal. Y no quiero que estés peor solo por él o por mi culpa, yo realmente siento lo que pasó allá abajo como no tienes idea y verte así... joder. De verdad lo siento. No debí buscarle, al menos no hoy.
Solté una pequeña risa. Uno se disculpa más de la cuenta y el otro se enoja y no lo hace ¿Agua y aceite no creen?
─Está bien, Shisui ─respondí, quitando la mano de mis sienes para verle─ ya sucedió y no hay más que hacer por eso, deja de disculparte.
Shisui asintió, generando una leve mueca mientras enrollaba una fresada en su cuerpo y se acomodaba en la pared. Enseguida arqueé una ceja, incrédula ante sus acciones.
─¿Pretendes dormir aquí? ─pregunté, un tanto sorprendida y este soltó una risa inocente. La sangre seca de su labio moviéndose al compás de este.
─¿Y por qué no? Tengo la mejor vista y la tranquilidad por doquier.
─¿Me estás tomando el pelo? ─solté, generando una sonrisa agraciada por la ocurrencia─ Shisui, es un pasillo negro y el suelo es duro como roca.
Él alzó sus hombros sin mucha importancia y luego suspiró con una sonrisa.
─Pues, si lo imaginas con ganas puede ser el mejor hotel del mundo ¿Lo sabías? ─insistió con burla y algo de gracia─ Además, no me refería al pasillo con lo de buena vista.
Enseguida, tragué saliva notoriamente por sus palabras y sentí mis mejillas enrojecer a pesar de estar a oscuras en aquel pasillo. Shisui también era un idiota. Un galán jodidamente idiota.
─Shisui, no...
─Lo siento, no medí mis palabras ─me interrumpió, antes de que pudiese decir algo más─ pero es algo obvio que tú eres mejor que este pasillo.
─¿Por qué coqueteas? ¿Lo tienes en tu naturaleza? ─me burlé, moviendo uno de sus hombros ligeramente queriendo jugar un poco con él y así olvidarme de lo mal que me estaba sintiendo. Además de asimismo, no hacer notar mi malestar con Shisui y pretender estar bien por unos momentos. Este tragó saliva y noté nerviosismo en su cuerpo. Quise reír.
─No estoy coqueteando.
─Sí, lo haces.
─Que no, Izune ¿Por qué coquetearía? ─insistió, esta vez tomando la cobija con ambas manos para ubicarla sobre su cabeza, ocultando su rostro por completo.
Medié una sonrisa maliciosa y luego alzando mis hombros respondí;
─No lo sé, no fui yo quien dio el primer paso en casa de Rin... ─canturreé con gracia mientras con uno de mis dedos le pinchaba─ Admite que eres un galán y necesitas mujeres para vivir, ya llevas mucho tiempo solo.
Él soltó un leve gruñido y salió de su escondite para observarme.
─Tú también llevas mucho tiempo sola y no por eso necesitas a alguien,─iba a hablar pero él no me dejó al subir su mano─ Óbito no cuenta.
Bufé ¿Cómo que no contaba?
─Si cuenta, yo no te he visto follar con nadie Shisui.
─¿Y por qué querrías verme follar con alguien? Eso sería insano Izune. ─dijo, frunciendo levemente el seño en medio de la oscuridad.
─No literal, digo, con alguna mujer que te quiera o alguna amiga. No quiero imaginar que te matas a pajas todos los días...
─¡Izune!
Solté unas risas y me sonrojé de inmediato por lo que había salido de mi boca. Pues, si bien yo tenía confianza con Shisui jamás en la vida había sido capaz de hablar a ese nivel ordinario y a lenguaje vulgar como lo hacía con Óbito. Me había salido de mis cabales y me daba vergüenza.
¿Qué no debía ser una señorita?
─Ya pues, si no te pajeas entonces tienes que haber cogido con alguien ─insistí, intentando olvidar lo que dije antes con mucha vergüenza─ ¿Cuándo fue la última vez que lo hiciste?
Él titubeó y mordí levemente mi labio, esta conversación se me había ido de las manos.
─¿Cuándo fue la última vez que lo hiciste tú?
Solté un suspiro frustrado y me golpeé la frente con mi mano derecha, odiaba cuando me evitaban una pregunta con otra. Entonces, en cuanto quise mirarle para responder a su pregunta y hasta reprochar, él ya estaba muy cerca de mi y demasiado. Su rostro con el mío sobre todo.
Mi cuerpo se tensó unos instantes al sentir como su respiración golpeaba mi nariz con cuidado y observé como Shisui posaba su vista en mis labios casi al instante al chocar. No pude evitar el hecho de recordar nuestro beso y aquello me hizo estremecer ¿Qué estaba sucediendo?
Shisui al ver mi posición estática y nerviosa no dudó en quitar un poco las fresadas de su cuerpo para tomar mi cintura con cuidado. Su tacto generando un pánico inexplicable a medida que comenzaba a acercarse y su respiración chocaba con mis labios.
Dio dos caricias con sus dedos en mi espalda baja en cuanto su mano llegó a ese lugar y luego contorneó con estos mismos en su posición a medida que mostraba una sonrisa.
Mi corazón latió con fiereza enseguida, casi lo podía escuchar salir de mi pecho y entreabrí mi boca un poco, sintiendo el leve tacto de sus labios húmedos con los míos. Él sonrió de lado y comencé a cerrar mis ojos.
¡¿Qué estaba por hacer?!
Entonces, justo en el momento en que nuestros labios húmedos rozaban y él entreabría los suyos para dar el siguiente paso yo le empujé. No podía, no podía simplemente estar besándole luego de haber negado las palabras de Óbito. No era justo para él. Así solo le daría la razón y ¡Mierda! ¿Por qué pensaba tanto en el idiota de mi mejor amigo?
Yo era una mujer completamente libre, podía estar con quien quisiese y eso no debería afectarme, ni a él. Pero no podía, simplemente no. Era algo insano besarle justo ahora.
─Lo siento, yo no qui...
─Deberíamos bajar ya, probablemente Tsunade tenga un escándalo y no quiero perderme eso. ─solté casi de golpe con cierto nerviosismo e intentando evitar el tema, mientras así quitaba la cobija de nuestros cuerpos y me ponía de pie. Mi cuerpo temblando suavemente frente a lo que hubiese ocurrido si no le paraba antes.
No lo podía creer.
Shisui asintió con su cabeza y tras rascar su nuca con incomodidad se puso de pie, tomando asimismo ambas fresadas para caminar tras de mi sin decir palabra alguna con ellas en mano. Yo tampoco lo hice.
Ambos bajamos las escaleras en silencio, sin siquiera chocar nuestras miradas y al parecer, Izumi e Itachi ya estaban en el salón sin notar nuestra presencia. Los dos se encontraban bien abrazados en un colchón que conocía bastante, seguramente lo habían sacado del cuarto extra. Pero no me molestó, pues Izumi siempre lo hacía cuando venía a casa y si habían cogido en el baño dudaba que lo hicieran de nuevo en el salón. O eso esperaba.
Por otra parte, Kakashi se encontraba en uno de los sofá junto a Tsunade sobre sus piernas y un café en manos. Ella parecía un completo zombie y él... él también. Lo admito, me causó cierta gracia verles de esa manera.
─¡Hasta que aparecen! ¡Te lo dije mi amor, ellos dos iban a...
─Ya ya, calla Tsunade ─soltó el peligris con cierta molestia a mi prima y medié una sonrisa burlona, Kakashi me frunció el seño y luego volvió hacia Tsunade─ calladita te ves más bonita ¿Lo sabías?
─¿Me has dicho bonita? Creí que Rin era la bonita, como a ti te gustaban tanto sus ojos y sus pier...
─Ya, toma el café y cierra la boca. ─insistió, frustrado totalmente mientras daba un gran suspiro y acercaba la taza a su rostro─ dios, si es que eres exasperante.
Tsunade hizo caso a sus palabras como cual niña pequeña fuese y bebió de aquella bebida sonoramente, mientras que Shisui lanzaba una cobija a la parejita del colchón y luego se sentaba en otro sofá con una de estas mismas sobre su cuerpo, cerrando sus ojos casi al instante. Tragué saliva notoriamente al verle y negué con mi cabeza.
¿Realmente casi nos besamos luego del lío que hubo?
─Neh, Izune. Ven, necesito preguntarte algo. ─escuché la voz de Kakashi llamarme y salí de mi pequeño trance, acercándome a él enseguida. Izumi e Itachi ni se inmutaron en observarme─ pon tu oído, no quiero que Tsuna lo grite.
La rubia de mi prima nos observó analíticamente y tras arrugar su nariz por nuestra conversación 'secreta' luego siguió en lo suyo. Por lo que, aproveché de hacer caso a su sentencia y acerqué mi oído a su rostro cansado. Él carraspeó y luego susurró;
─¿Obito no quiso bajar? ¿Está bien?
Tensé mi mandíbula unos instantes al recordar nuestra pelea y lo dolida que me sentí después de ella, solo para luego negar con mi cabeza y alejarme del Hatake al instante. Este asintió, captando mi indirecta enseguida.
─Ya veo... ─dijo, meciendo suavemente a mi prima─ ¿Dónde dormirás?
─En el sofá que queda supongo, ─respondí, señalando este mismo con mi dedo índice─ no pienso dormir en mi habitación, pues no tendría gracia que lo haga si vinieron a verme.
Kakashi soltó una risa pequeña, se le notaba cansado pero aún así por animarme se hacía el amago de seguir en pie cuidando a mi prima. El Hatake era un buen hombre después de todo y yo, le traté pésimo solo por ver que Óbito estuvo a punto de llorar antes.
Fui una idiota y una egoísta.
─Oye Kakashi, yo... lo siento, por lo que dije en la cocina─hablé, meciendo mis pies un poco con cierta culpa. Él me observó detenidamente─ supongo que debo preguntar antes de sacar conclusiones apresuradas.
Kakashi soltó una risa leve y luego asintió con su cabeza como si mis disculpas no fuesen necesarias. Aquello me alegró de cierta forma, pues no quería tenerle molesto conmigo a pesar de ser un molestoso de primera. Aunque aquello solo duró hasta que mi prima nos arqueó una ceja a ambos. Luego soltó un gruñido de enfado.
─Esperen... ¿Ustedes dos?─dijo, apuntándonos con el dedo índice y esa mirada aterradora─ Me estás tomando el pelo ¿Verdad, mi amor?
No dudé en chocar nuevamente la mano con mi frente al escucharla y ver su rostro enfadado. Aquello era jodidamente imposible, jamás podría estar con el peligris ni aunque quisiera y ¿Para qué mentir? No era mi tipo, incluso si fuese bastante guapo a boca de muchas. Kakashi enrodó sus ojos y solo siguió dando suaves caricias en sus hombros para calmarla. A pesar de lo fastidiado que se encontraba.
─Es Izune, jamás estaría con una lunática como ella ─explicó enseguida, a lo que fruncí el seño─tú solo bebe el café y calla, ella no es mi tipo. ─le ordenó, bastante irritado. Tsunade gruñó una vez más y tan solo siguió en lo suyo.
Entonces, en el momento en que iba a avisar que iría al sofá al Hatake. Mi vista se nubló un poco y sentí un mareo inexplicable, aquello provocando que me sujetase del mango del sillón en donde estaba Kakashi. Posando así una de mis manos en mi boca en caso de que pudiese vomitar en ese mismo lugar. Sentí pánico, mucho pánico.
─Izune ¿Estás bien? ─oí la voz de Kakashi algo angustiada llamarme, mientras intentaba sujetarme con su mano libre.
─Woo, no soy la única que se pasó con los tragos... ─canturreó mi prima con cierta gracia, aunque fue reprendida enseguida por el Hatake. Tragué saliva instintivamente varias veces y mi respiración se entre cortó.
Esto no podía estar sucediéndome, no ahora en frente de todos.
─Shisui, ayúdala. No puedo soltar a Tsunade.
Enseguida, sentí que alguien sujetaba mi otro brazo en cuanto estuve por caer y supuse que sería Shisui. Sin embargo, al notar la coleta supe de sobra que se trataba de Itachi. Él me observaba con cierta preocupación mientras los otros dos estaban alertas a lo que me sucedía. Entonces fue cuando ocurrió, un líquido caliente comenzó a escurrirse por mi nariz suavemente y comencé a toser al sentir la bilis subir por mi garganta. Sumida en el pánico.
─Mierda, Izune ─por poco exclamó el novio de mi mejor amiga, incorporándome un poco para llevarme a otro lugar. Supuse que el lavabo. Aunque ya la bilis había bajado, gracias a dios.
No entendía mucho de lo que sucedía alrededor, mis manos mantenían poca sangre pero me sentía fatal. Esto solía ocurrirme cada vez que bebía de más o me estresaba más de la cuenta pero no lo encontraba lógico, pues me sentía relativamente bien hasta hacia unos segundos. No lo comprendía.
Ni siquiera había tomado más de lo que debía y sobre lo de estresarme... tal vez podría ser aquello. No quería pensar que esto se debía al sharingan, pero era lo más probable. Menuda mierda.
─Llamen a Óbito ─fue la voz detonante de Kakashi sobre el salón y negué con mi cabeza repetidas veces. No lo quería cerca.
─No lo encuentro necesario, Kakashi. ─respondió Itachi, su voz algo apagada frente al peligris.
─Ve a por él o iré yo mismo.
─¡No! ─exclamé, algo desesperada al oír su nombre una vez más. Si bien lo necesitaba más que nunca, no podía con mi orgullo por todo lo que había dicho y mucho menos si esto se trataba de un dojutsu que no me pertenecía. No era razonable que él viniese a nada. Él estaba muy molesto como para hacerlo y no me esperaba siquiera una disculpa de su parte.
Tampoco quería que me hablase, no después de reaccionar así.
Entonces, ahora todo era un debate mientras yo corría hacia el lavabo de la cocina con bastante rapidez para remojar mi nariz sangrante, mientras que Shisui venía tras de mi a pasos rápidos. El pánico siendo evidente en su rostro y en el mío.
─Izune, tira tu cabeza hacia abajo y presiona tu nariz. ─ordenó, sujetando levemente mi cabeza mientras yo presionaba mi nariz con mis dedos─Solo es sangrado nasal, no entres en pánico porque es peor... ¡Joder, no debí buscarle a Obito!
─No te preocupes Shisui, no todo es tu culpa. ─le animé, con una leve sonrisa mientras la sangre corría junto al agua─ entre lo de Uryu y demás... era inevitable que sucediera.
Él asintió con su cabeza mientras daba un leve suspiro e hice caso a lo que este decía antes. De pronto, el sangrado finalmente paró mientras que el resto se iba por el drenaje. No tardé más de dos minutos en que mi respiración volviese a la normalidad y suspiré con alivio. La verdad, incluso me sentí mucho mejor luego de aquello.
─¿Ves? Tranquila, Izune.─fueron las palabras de Shisui en cuanto tomaba un trapo viejo para limpiarme con una leve sonrisa incómoda. Yo tan solo me dejé.
Sí, últimamente estaba muy paranoica con ciertas cosas. Solo fue un sangrado de nariz debido a tanta cosa junta y ya creía que algo tenía que ver con el sharingan─aún lo pensaba─. Pues apenas cuestioné con la mirada a mi antiguo compañero, él negó con su cabeza casi de inmediato ante mis ocurrencias. Haciendo un leve ademán de que volviéramos al salón para no preocupar a los demás.
─Izune ¿Estás mejor? ¿Qué ocurrió? ─fueron las preguntas del ninja de coleta a mi costado apenas aparecí en el living. No pude evitar soltar una pequeña risa al ver a todos con pánico en sus rostros.
¿Realmente tanto se preocupaban de mi?
─Solo fue sangre de nariz, nada extraño. ─hablé, queriendo tranquilizar a los demás con mis palabras. Ellos dieron un suave suspiro─ suele suceder cuando me estreso, a Tobi-nii también le sucede... pero gracias.
─¿Estás segura Izune-chan? Te veías muy asustada ─me dijo Izumi, a lo que asentí con una sonrisa.
¿Acaso esta noche no podía ser peor? Izumi siempre sospechaba cosas y me jodía en cierta forma, nunca se le podía mentir a esta mujer. Aunque era cierto, en un principio creí que tendría que ver con el sharingan, olvidándome por completo de todo lo ocurrido antes. Estaba muy paranoica. De eso no había duda.
─Gracias a ti también, Shisui ─dije hacia el azabache en cuanto le vi irse hacia el sofá otra vez, éste asintió con una sonrisa mientras yo recogía una manta del suelo con mi mano derecha para luego ir hacia el sofá más grande─ ¡Buenas noches chicos! y... gracias, por todo. No hay palabras suficientes para hacerlo de verdad, incluso si hubo ciertos percances me divertí. Los adoro.
Ellos me observaron inseguros y asintieron con sus cabezas a la vez que mediaban suaves sonrisas, Itachi tirándose a un costado de Izumi mientras ella le tapaba con las cobijas. No los culpaba por ello, pues yo tampoco estaba muy segura y sentí miedo del dojutsu ocular que había despertado sin saber por qué. Este sharingan, realmente es un grano en el trasero y deseaba con toda mi alma no haberlo despertado jamás. Más si no sabía el por qué y nada me cuadraba. Yo era hija de mi madre, mi parentesco era muy notable con ella y Tobirama. Pero con mi padre...
Dios, si seguía pensando así terminaría volviéndome loca. Este rompecabezas era jodidamente irritable e imposible de armar. Sobre todo porque habían muchos cables sueltos.
Ukitake-sensei... ¿Qué escondiste durante toda tu vida?
Suspiré.
Por consiguiente, sin más que decir o pensar, simplemente me tumbé en el sofá con la manta que había recogido del suelo y cerré mis párpados al instante. No quería pensar en nada, ni siquiera en Óbito. Solo quería un descanso. Ya mañana sería otro día para juntar piezas y volver a mis preocupaciones.
«...»
El cuarto estaba vacío, en completo silencio mientras la única persona dentro se encontraba sentado en el suelo con sus brazos envolviendo sus rodillas y una mirada perdida sobre la nada mientras mediaba sus acciones. Óbito sabía que lo que había hecho estaba mal, todo lo que hacía le salía de mala manera últimamente y no podía soportarlo. Madara se lo había advertido y él se pasó por el culo todas las advertencias.
¿Qué le estaba sucediendo? Él no lo sabía, ni quería saberlo. Solo quería que todo acabase ya y volver a su vida tranquila como un simple jounin. No le agradaba ser anbu, no era algo para él y lo supo en el momento en que comenzó con los entrenamientos porque ese no era su mundo, pero ¿Cómo negarse ahora? Ya tenía la aprobación del segundo Hokage y este ponía su fé en él, tan así de pedir algo tan horrible como husmear en información que no le correspondía. No podía simplemente echarse para atrás luego de aquello.
Pero Madara-sama... Él le preocupaba más, pues sabía de los duros castigos de Izuna siendo su propio hijo. No quería imaginarse los suyos siendo un simple Uchiha más. Le causaba escalofríos.
Obito suspiró con pereza. Esta vez observando la habitación por completo con algo de satisfacción incómoda, pues con su vago uso del mokuton logró arreglar parte del mueble y las paredes que había destrozado. Aunque no era suficiente solo con ello, lo sabía con mucha certeza porque eso no quitaba el hecho de haberse comportado como un animal ¿Qué debería hacer ahora con Izune? ¿Ir y pedirle disculpas?
Para cualquiera era lo más lógico para hacer en una situación así, pero algo se lo impedía. No se sentía conforme, se suponía que iba a hacerla sentir mejor luego de verla destrozada en sus brazos y a ser fuerte por ella. Pero la muerte de su abuela comenzaba a pasarle la cuenta y le jodía de cierta forma ¿Cómo ayudar a superar una muerte reciente a Izune, si él ni siquiera podía superar una que ni siquiera aún ocurría?
Se sintió inútil.
─Menuda mierda.
Tras esa sentencia, el azabache mordió su labio inferior con brutalidad para no tener que arremeter con todo otra vez o siquiera llorar, posando así ambas manos sobre su cabello para luego exhalar todo el aire que había en sus pulmones. Exasperado. Madara no estaría contento con aquel comportamiento que había tenido, para nada. Y aquello sí que le preocupaba. Aunque no más que su mejor amiga.
Obito resopló en el aire una vez más y luego remojó sus labios para ponerse de pie con decisión. Pues, si seguía ahí sentado como un idiota no lograría nada, solo aplastarse el culo más de la cuenta y achacarse aún más por haber gritado a Izune de esa forma. No sacaba nada con estar ahí.
¡Demonios! Si hasta presionó sus muñecas. Obito no podía creerlo.
Entonces, el Uchiha negó con su cabeza repetidas veces y luego salió de la habitación para caminar con manos en sus bolsillos por aquel oscuro pasillo, finalmente iría y se disculparía con Izune. Si no lo hacía se volvería loco. Ya después pensaría en otras cosas como las que tenía en su pequeña cabecilla. El rinnegan estaba nuevamente en su cajón y no tenía que preocuparse por aquello ahora. O por el resto de su trabajo como anbu, su abuela o incluyendo el pequeño favor de Tobirama. Tenía otras prioridades, su mejor amiga por ejemplo.
Obito relamió sus labios una vez más antes de tomar la barandilla de las escaleras para bajar hacia la mujer que tanto quería, todo estaba en completo silencio y oscuridad. Aquello solo le generó aún más nerviosismo de lo que ya sentía, pues no se creía capaz de realmente haber jodido la noche de su mejor amiga luego de haber tenido el cadáver de su alumno entre sus manos. Tampoco, de lo capullo que pudo ser con todos los que estaban en aquella vivienda.
Aunque Shisui e Itachi ya le daban igual.
Entonces, cuando finalmente dio un paso más en las escalas para bajar definitivamente, un trozo de papel sonó bajo sus pies y él frunció el seño, confundido ante aquel ruido. Enseguida, sin siquiera sisear frenó sus pasos para agacharse y tomarlo entre sus manos, leyendo el contenido casi de inmediato.
─¿Qué es esto? ─ se dijo a si mismo con una ceja alzada y un toque de diversión─ Si es un dibujo de Tobirama, realmente este hombre dibuja muy mal o lo hizo borracho...
El moreno tras una leve risa burlona por tales dibujos a su parecer 'feos', solo arrugó el papel y lo lanzó al piso a dónde pertenecía. Siguiendo asimismo su camino a pecho inflado y corazón en boca, pues Izune era más importante que todo lo demás y necesitaba disculparse. Ya no podía más con la culpa, para nada y esos dibujos no iban a pararle.
«...»
Izune Senju.
Mis ojos picaron unos instantes, justo en cuanto iba en la mejor parte de mi sueño un tanto feliz e imposible de realizar, yo volaba junto a los pajaritos llena de vida y sonreía al ver que era líder de todos ellos, Uryu iba a mi lado y todo era simplemente perfecto. Sin embargo, nada es para siempre y lo pude saber por como sentía que alguien pinchaba mi hombro intentando despertarme. Una verdadera mierda.
─Psst, psst.
Gruñí por lo bajo y me volteé a regañadientes, abriendo un solo ojo para verificar si era de día y tenía que volver a mis labores. No obstante, lo único que encontré fue la mirada algo apenada de Obito frente a mi junto a la oscuridad entrante. Por lo tanto, no dudé en volver a mi posición inicial mientras cerraba mis parpados con notorio enfado. Primero me jode la noche y ahora me jode el sueño, no necesitaba más dramas por ahora. Más si probablemente no viniese a disculparse.
Estaba molesta con él, y mucho.
─Izune, no te hagas la dormida ¿Podemos hablar? ─fueron sus palabras, bastante serenas y tiernas para mi gusto. Se le notaba inquieto e inseguro.
No respondí ni me atreví a mirarle. Sin embargo, no pude evitar el brinco que pegué al sentir como este abría la manta brutalmente y se acostaba a mi lado sin pedir permiso o algo parecido. Acto siguiente fue pasar sus brazos alrededor de mi cintura mientras ubicaba su mentón entre mi cabeza y hombro, besando suavemente mi mejilla mientras se acomodaba un poco mejor en el incómodo sofá. Intenté alejarlo, pero este no me dejó. Sus agarres eran bastante fuertes.
Solo me quedó rendirme.
─Lo siento mucho, Izune ─murmuró en mi oído, su voz algo temblorosa mientras intentaba captar mis manos para entrelazar sus dedos con los míos. Mi corazón se frenó unos segundos al escucharle y simplemente le dejé hablar, no tenía ansias de interrumpir o seguir discutiendo si él finamente se estaba disculpando. Por muy molesta que estuviese─ sé que fui un grandísimo hijo de puta contigo, con todos a decir verdad y... joder, realmente lo siento como no tienes idea. Tengo muchas cosas en la cabeza últimamente y sé que no lo justifica pero hoy colapsé. No pensé, ni me controlé o algo y mierda, si pudiera remediar todo lo que hice o dije lo haría. Pero por ahora solo me queda disculparme porque no puedo devolver el tiempo... por favor, no te enojes conmigo Izune que no lo aguanto. Haré lo que sea para que me perdones.
Tragué saliva instintivamente al escuchar su voz tan arrepentida y un tanto quebrada. Luego, mordí mi labio inferior con cierta angustia, sus palabras anteriormente de verdad me habían dolido. Pero más había sido el hecho de su mirada mientras intentaba golpear a Shisui o me gritaba en nuestra discusión. Sin quitar el hecho de su agarre. Él no parecía el mismo, no parecía el Obito que tanto quería y solo por ello un nudo en mi garganta apareció de repente.
No quería darle la razón a Uryu, pero esto me superaba de una manera inexplicable.
─Eres un idiota. ─respondí, mi voz bastante quebrada mientras sentía como unas pocas lágrimas mojaban mis mejillas y Obito las limpiaba cuando podía con su pulgar.
─Lo sé y... lo siento, enserio lo siento Izune. No volveré a hacerlo ni mucho menos a gritarte así, intentaré manejar los celos y controlarme. Lo prometo. No pelearé más con Shisui y...
─Comprendí, Óbito ─digo, mi voz bastante temblorosa y me odié por ello. No quería seguir llorando como una bebé pero a este punto ya se me hacía inevitable─ pero... no eras tú, y no me gustó verte así. Lucías peor que Fugaku-sama o Madara-sama en el campo de batalla. Jamás te vi de esa forma y no me gustaría volverlo a hacer.
Óbito dio un suspiro cansado tras mis palabras y volvió a besar mi mejilla húmeda por las lágrimas. Le noté algo tenso pero no dije más, solo lloré durante unos segundos y desahogué la angustia que estaba sintiendo, por todo. Él me presionó contra su cuerpo y sentí algo llenar mis sentidos. Amaba sentirme cálida en sus brazos.
Esperen, ¿He dicho amar?
─Perdóname, Izune. No me gusta que estés así y mucho menos por mi culpa, yo...
No le dejé terminar su sentencia, pues antes de que pudiese hacerlo quise voltearme para verlo a los ojos y poder presenciar la verdad de sus palabras. Sin embargo, se me hizo algo difícil al estar ambos en aquel incómodo sofá y pude notarlo solo por el gruñido de Óbito al haber caído una de sus piernas fuera de este. Fue inevitable no soltar una risa pequeña.
─Izune, no es justo que estem-¡Agh!
Enseguida, me llevé ambas manos a la boca con sorpresa en cuanto noté como al acomodarme había golpeado accidentalmente con mi rodilla el pene de mi mejor amigo, quien no dudó en retorcerse de dolor en aquel sofá frente a mi. Por una parte quise reír pero por otra sentí pena, realmente eso tuvo que haber dolido. Fue un golpe muy duro.
Hasta mi rodilla ardió.
─¡Lo siento! Óbito no quise hacerlo te lo juro. Por más que hubiese querido yo no...
─Tranquila, es el karma. Me lo merezco. ─interrumpió con una mueca de dolor mientras presionaba su parte baja con sus manos y enrodaba su ojo visible, la irritación notoria en su voz. Un movimiento más y el azabache caería del sillón, de eso estaba segura.
No siseé al sujetarle.
─A ver, acomodate bien ─ordené, una vez me corría más en el sofá para darle algo de espacio. Él no se movió de su posición y me negó con la cabeza─¡Oh, vamos! No te quedarás toda la noche así por un pequeño golpe en las bolas ¿O sí?
Óbito gruñó por lo bajo y finalmente con suaves resoplidos de dolor quitó las manos de dónde las tenía para envolverme casi por completo. Mi rostro chocando con su cuello al instante y mis piernas rozando su recién apaleado miembro. Ambos estábamos un poco más cómodos así. Suponía, pues al menos yo lo estaba.
─Golpeas fuerte, eh... ─murmuró, una leve mueca formándose en su rostro mientras intentaba apaciguar su dolor. Solté una risa pequeña.
─Mi rodilla sabe que lo merecías, ─me burlé, alzando mis hombros con un leve toque de diversión. Él no se rió y solo continuó con quejas─ ¡Ay, Obito! ¿En serio te dolió tanto?
─Izune, golpear esa parte es peor que follar a un rinoceronte. ─me respondió, pasando una de sus manos por su cabello mientras intentaba recuperar el aire.
Joder, si es que era un quejica de primera.
─¿Cómo sabes que es peor que eso? Nunca te vi follar con uno.
─¡Agh, qué es una expresión! no literal Bakazune ─se quejó, gruñendo por lo bajo para volver a la normalidad.
─A veces me sorprende la cantidad de expresiones que te inventas, eh... ─dije, dando un suspiro frustrado─follar con un rinoceronte. Qué remedio.
Volví a soltar una pequeña risa tras la ocurrencia, las lágrimas poco a poco secándose en mi rostro mientras la molestia y la angustia anterior ya comenzaba a esfumarse. Por ende, con una de mis manos me decidí en bajar el cierre de su pantalón. Este me observó con pánico y negó con su cabeza.
─Izune ¿Qué haces? ─preguntó, tomando mi mano casi al instante al ver como pretendía tocarlo.─ Ni se te ocurra.
─Solo quería checkear, te estás quejando mucho. A lo mejor algo más está mol...
─¡Pues porque me has dado justo ahí! ─exclamó en un susurro desesperado, impidiendo que yo tocase su masculinidad a toda costa─ ¡Me dolió Izune, no estoy jugando!
Enseguida, con mi mano libre tapé mi boca mientras intentaba no reírme con tanta fuerza o volumen. Pues, no quería despertar a los demás y mucho menos joder la bonita disculpa que óbito me había dado. Él bufó frente a mis burlas.
─Óbito, solo quiero tocar no lo voy a morder... ─insistí entre risas, este no queriendo ceder ante mis forcejeos.
─¡Que no!
Entonces, tras unos minutos peleando con nuestras manos finalmente gané la batalla al hacer trampa y utilizar mi chackra, metiendo así una de mis manos bajo su pantalón para acariciarlo suavemente sin presionar. Este soltó un pequeño suspiro de alivio.
¿Lo ven? Si es que era un quejica y luego disfrutaba. No hay quien lo entienda.
─¿Mucho mejor? ─pregunté, subiendo la mirada al ver como este entreabría su boca y cerraba un poco su párpado para disfrutar más de aquello. Una sonrisa se dibujó en mi rostro.
Era un idiota.
─Ajá... ─respondió, esta vez bajando su mirada a mi rostro con lentitud. Solo para luego pegar sus labios a los míos y contornear mi diminuta boca con su lengua. Un beso lento, mojado y profundo. Como solía darlos él.
Aumenté los roces de mis caricias en cuanto ya no le veía quejarse del dolor y luego comencé a masturbarlo, de arriba hacia abajo suavemente. Éste soltó un suave gemido en mis labios por ello y pasó una de sus manos por mi cintura de inmediato. Metiéndola casi al instante bajo mis pantalones para gruñir en medio de nuestros besos mojados.
Entonces, apenas comencé a chupetear su barbilla para bajar mis besos... paré mis movimientos. Uno por el hecho de que no se lo merecía y dos, porque la puerta principal se había cerrado de golpe. No fue un gran portazo pero sí se hizo sonar. Óbito me frunció el seño y volteó su cabeza para observar hacia el sector. Quité mi mano de su entrepiernas enseguida y solté un suspiro ¿Qué mas podría salir mal?
─Bueh, supongo que no podremos esta noche ¿Neh, Bakazune?
Shisui se había ido.
// Espero hayan disfrutado la lectura, esto es un mundo alterno pero igualmente pueden haber spoilers.
¡Hola! 💓🙌 ¿Qué les pareció el capítulo? ¿Se esperaban que Izune lo perdonase tan fácil? Buee jaja.
En fin, otra vez tuve que cortar el capítulo pero ya se me hizo costumbre así que da lo mismo😂
¡Somos 30k! 😱😱😱 les juro que miro el número y no lo creo, jamás me imaginé esto y dios. Muchas gracias por todo el apoyo, los comentarios, votos o lo que sea😭 me hacen muy feliz y😭 son lo mejor💓
Y eso, muchas gracias por todo y que tengan un muy lindo día💓
Adiosín💓
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro