[35] Entrenamiento
Si Hibana fuera total y completamente honesta, al punto de la brutalidad extrema, entonces diría que sus entrenamientos con el Jounin sensei son tan inútiles que son basura, incluso Kakashi debió enseñarles algo al equipo siete que sea más valioso que lo que sea que intentara hacer su Jounin sensei.
-Después de todo, a diferencia del canon, la manipulación y control de chakra se aprende en el clan y luego se refuerza en la escuela, no es algo que se aprenda a los trece años como en el canon, sino a los cuatro o cinco años y si aún estuvieran en guerra, entonces se aprendería a los tres.-
-También estaba el hecho de que al ser la primera clase de la academia, se les enseñaba demasiadas cosas que quizás se pudieran aprender con el tiempo, muchos tipos de Taijutsu distinto junto que, con mayor colaboración del clan Uchiha, también incluían el método de aprendizaje para ejercer Genjutsus de bajo nivel.-
Cielos, en todos los entrenamientos que ha tenido desde que salió de la academia, ella no ha soltado ni una sola gota de sudor en cada entrenamiento que ha tenido -en especial, porque aún no tenían un Taijutsu definitivo que enseñar y su cabeza trabajaba horas extras para recordar los próximos movimientos y hacerlo delante de los sensei de academia sin confundirlos con el estilo Uchiha o los otros siete estilos que enseñaban en la academia-, por lo que su Sensei parece como si tuviera como meta intentar hacerla miserable en los entrenamientos, dándole mucha más carga, tratando de presionarla con más ejercicio, pero sin éxito alguno y, en vez de mostrarse agotada y cansada con tanto entrenamiento, ella recibe las miradas resentidas de sus compañeros de equipo empapados en sudor.
Incluso Kouta, como Shinobi más entrenado que ha ido a misiones reales, no dura exactamente tanto como ella, lo cual era risible -Y Hibana lo aprovechaba al punto en que le saldría otra cabeza de ira a Kouta-.
Sus compañeros de equipo casi parecieran estar desmayándose del agotamiento -porque en la academia era más memorizar las katas en vez de entrenamiento netamente físico sin técnica alguna-, porque su Sensei parece tan enfrascado en derribarla, que está presionando al extremo a sus compañeros de equipo mientras que ella estaba tan fresca y limpia como una lechuga a pesar de tener el mismo nivel de entrenamiento físico que ellos.
Digo, no es por presumir, pero Hibana durante estos años ha recorrido mucho el mundo de Minecraft junto con Izuna -el pobre bastardo ha sido arrastrado a sus expediciones-, han ido a muchas cuevas, recorrido diversos biomas -Izuna ahora tiene un panda y un oso polar de mascotas, incluso les hizo especialmente un bioma artificial en su castillo para ambos animales- e incluso han logrado desbloquear el modo PVP al entregar todos sus puntos de logro -completar todas las misiones fue un dolor de huevos, pero de alguna manera lo lograron y ahora ambos hermanos Uchiha tiene un odio innato hacia el Warden-.
Al haber completado todos los logros del mundo de Minecraft, pudo intercambiar sus puntos de logro para acceder al Lobby de minijuegos que le darán cierta cantidad de puntos para seguir poniendo mods como el que modifica los biomas para ponerlos más bonitos.
Como el tiempo transcurre diferente entre ambos mundos, se podría decir que trabaja como una especie de cámara del tiempo de baja calidad del mundo de Dragon Ball, solo que en vez de permitirle entrenar todo su -ki- chakra y habilidades, solo le permite entrenar su físico y cómo manejar los cambios de temperatura extremos, como cuando viaja al desierto, al Nether o a las montañas nevadas.
Y también le da valiosos recursos.
Por lo tanto, incluso cuando empezó a luchar con su Jounin Sensei, aunque aún no era posible derrotarlo -¿Cómo derrotabas a alguien que había asesinado a muchos expertos en su trayectoria de vida cuando lo más peligroso que has asesinado es un Wither al aire libre porque Madara, Izuna y ella son pendejos confiados?-, no sufriría una perdida catastrófica y humillante que la haría estamparse la cara contra el suelo, sino que su lucha se convertiría rápidamente en un entrenamiento de cazar al objetivo.
En pocas palabras, su sparring se convertiría en simple juego del gato y el ratón, lo que haría que fácilmente ambos pudieran estar cazándose el uno al otro durante todo el día.
Mientras tantos, sus compañeros de equipo intentaban analizar la toma de decisiones durante el entrenamiento, anotando cuidadosamente las trampas utilizadas durante los entrenamientos, los momentos ideales para tender emboscadas, como guiar al enemigo a las trampas previamente puestas, las retiradas estratégicas y el cómo analizar diferentes rutas de escape en momentos críticos.
Jiro y taro tomaron nota cuidadosamente de cada elección tomada tanto por su Jounin sensei como por Hibana, tanto las buenas decisiones, como las malas.
Algo que era bastante sorprendente para Hibana, que estaba acostumbrada a la estupidez ocasional de los shinobis a su alrededor y de la mentalidad del siglo XXI sobre que los niños son niños y que no pueden hacer nada realmente peligroso -bueno, aparte de tener la menta podrida como para acosar a tu compañera e intentar desnudarla públicamente para humillarla y obligarla a ser tu esposa-, a Hibana le chocó bastante que en realidad estos niños estuvieran tan dispuestos y acostumbrados a matar.
-Lo cual, en retrospectiva, no debería de sorprenderle tanto cuando ella misma vio la brutalidad de la guerra a los tres años, cuando de los pocos niños que salieron a jugar al bosque ese fatídico día en que conoció a Kouta, solo sobrevivieron un pequeño puñado-.
En cada entrenamiento que había sparrings, Shiranui Jiro atacaba a puntos vitales que se vio obligada a memorizar por Izuna y Madara. Si sus oponentes se distrajeran un poco, podrían morir sin siquiera saber cómo lo hicieron, lo peor es que como sus armas eran agujas senbon, son realmente delgadas y muy peligrosas, en especial porque no se ven mucho al ser tan delgadas y porque casi no se sienten al momento de ser golpeadas por ellas.
Siempre y cuando los senbon fueran manejados por personas con buenas vistas y unas manos rápidas y ágiles, el arte del asesinato son Senbons podría ser un espectáculo muy hermoso, etéreo y aterrador de ver.
Sin duda alguna, si le agregabas veneno a esas armas, serían incluso aún más aterradoras de lo que ya eran.
Dicho esto, Kamizuki Taro, al igual que Jiro, era del tipo tranquilo y frio, pero sin duda alguna era el más sigiloso y silencioso del grupo, del tipo asesino que te ataca cuando estás distraído y te raja la garganta con sus cuchillas antes de que siquiera puedas procesarlo.
Taro era realmente un tipo muy aterrador, sobre todo porque su presencia era bastante débil de por sí y, si se lo proponía, al controlar cuidadosamente su chakra y controlar su respiración, casi lograba ser indetectable.
Honestamente, Hibana no entendía porque la ponían en un equipo que claramente estaba destinado al asesinato silencioso... ¿Acaso nunca la vieron en la escuela o qué? Hibana era del tipo ruidoso y descontrolado, no del que se queda callado y espera pacientemente el siguiente movimiento para atacar, pensando cuidadosamente en todas sus acciones antes de actuar.
Era realmente frustrante, era como una pieza discordante en todo el grupo y como ella era la marginada, sabía que las misiones serían prioritarias para las habilidades que más destacaban dentro de su equipo, en otras palabras, misiones de asesinatos.
Hablando de imprudencia...
Hibana siempre supo que Kouta era un poco imprudente, con ganas de ser un héroe e incluso es un poco engreído, arrogante y fanfarrón, lo cual se veía un poco reflejado en su estilo de lucha, feroz, despiadado y casi violento. Su Taijutsu estaba casi enfocado en el romper huesos con fuerza bruta, mientras que su ninjutsu era como el de una bestia feroz, sumando su actitud como un perro de caza que no dejaría ir a su víctima hasta asegurarse de que estuviera completa y totalmente destruida, era un estilo muy agresivo en general.
En opinión de Hibana, Kouta tenía un complejo Uzumaki, pero no tenía las reservas como para solventar su estilo de pelea, ni el cuerpo mejorado y fornido natural de los Uzumaki o los Senju, ni tenía la capacidad de recuperación de ninguno de esos clanes, por lo que él debería de ser más cuidadoso con sus reservas de chakra en vez de intentar dar el golpe decisivo desde el principio y darlo absolutamente todo en los primeros minutos de la pelea.
Es como si se creyera un tanque de chakra como los Uzumaki o en su mente él pudiera alcanzar a bestias como Madara o Hashirama, ¡Por un demonio! Incluso Izuna tenía casi el doble de chakra que cualquier miembro de elite del clan para soltar tantos ninjutsus clase B y A seguidos, incluso convocando alguna clase S y, aunque Kouta podía lanzar una gran variedad de ninjutsu de clase C y un puñado de clase B, Hibana lo encontraba descuidado.
¿De qué te servía quedarte sin chakra y agotado a mitad de una pelea? ¿Estás buscando la muerte?
Madara, Hashirama, Izuna y Tobirama no eran estándares realistas a los que los niños de esta época pudieras aspirar.
Entendería si aspiraran a personas como Uchiha Hikaku, el cual era bastante fuerte e inteligente y que tenía una suma considerable de fans dentro del clan o a Senju Touka, la cual era el estándar para casi todas las mujeres que quisieran ser Kunoichis y liberarse de la opresión de sus familias y las expectativas infundadas por la sociedad de lo que debe ser una buena mujer, lo que Hibana respetaba.
Ambos ejemplos, aunque mencionados apenas en un panel del manga de Naruto, eran estándares más realistas para los chicos de esta época. Touka y Hikaku eran objetivos y metas más alcanzables a las que aspirar e intentar llegar y superar, que intentar siquiera llegar al talón de monstruos como los dúos de hermanos protagonistas de la era de los estados combatientes.
Por un demonio, ¿Saben qué? Incluso Sarutobi Sasuke era un gran ejemplo para impulsarte a ser más fuerte permaneciendo dentro del rango de los razonable, incluso era un hombre que Hibana podría considerar uno las pocas personas nivel Kage medio en la aldea que no es un monstruo absoluto como los hermanos Senju o los hermanos Uchiha.
Pensando en ello, Hibana apoyó a sus compañeros de equipo mientras corrían por las afueras de la aldea por petición de su maestro, el cual estaba intentando probar, por milésima vez, su resistencia -más bien, intentando agotar su energía indomable, el pobre hombre no estaba pudiendo seguir el ritmo acelerado de Hibana y parecía estar quedándose calvo al intentar buscar una manera de encontrar un método de entrenamiento efectivo para ella-. Llevaban algunas horas corriendo, en algunas partes trotaban para descansar un poco, pero luego seguían corriendo ya que, de lo contrario, aparecería su sensei por detrás para golpearlos con un látigo.
-sorprendentemente, no se considera maltrato infantil ni tortura, sino que el hombre está siendo suave con ellos-.
—¡Vamos, cabrones! ¡Ustedes pueden más que esto! —exclamó Hibana corriendo de espaldas y sonriéndoles al puro y único estilo Migth Guy, haciendo que los tres detrás de ella se estremecieran con disgusto y retrasaran su ritmo para alejarse de ella.
Kouta miró a Hibana fijamente, sus ojos pegados en ella y... ¿Puede realmente golpearla? Era cara le parecía un poco repugnante.
—¡Vamos, idiota Kou-kou! ¡¿A poco realmente vas a resistir menos vueltas que genins recién graduados de la academia?! —Hibana se burló, animada como si hubiera comido un kilo de azúcar.
—¡Cállate! —gritó Kouta con gotas de sudor corriendo por la frente y dientes de Tiburón.
Si pudiera, Kouta le arrancaría la cabeza de un mordisco a esta perra estúpida.
El clan Uchiha estaba lleno de personas aterradoras y fuertes, eso es lo que se dice en la mayoría de clanes menores o el mundo en general, pero la realidad es que los Uchiha tienen mucha menos capacidad física que su basta energía espiritual.
No es que sus cuerpos fueran débiles, ya que seguían siendo más fuertes que la mayoría de las personas, pero es cierto que jamás tendrían esa aterradora fuerza física de los Senju y por ello, la mayoría de los Uchiha son personas delgadas con cuerpos menos voluminosos, a los cuales les costaba ganar una musculatura marcada y voluminosa.
Pero siempre hay excepciones, como, por ejemplo, Uchiha Madara.
El cuerpo de Madara es, en retrospectiva, envidiable dentro del clan Uchiha por el mero hecho de que no solo es muy fuerte y puede combatir contra monstruos físicos como los Senju en igual de condiciones y derrotarlos fácilmente -aunque Hashirama es un mundo completamente aparte-, sino que es asquerosamente resistente. Madara bien podría estar combatiendo durante horas contra bestias como Hashirama hasta que su pequeña debilidad lo hiciera arrastrarse durante la pelea, mientras que podría combatir durante días contra pequeñas papitas fritas como cualquiera que sea inferior al líder del clan Senju.
Dicho esto, Kouta ya tenía una impresionante resistencia para su edad dentro del clan Uchiha, podría considerarse un pequeño genio, si no fuese porque existían monstruos como Hibana.
Quizás sea efecto de sus constantes palizas o el hecho de que se sana constantemente con pociones de otro mundo -Izuna y Madara se encargan genuinamente de que reciba palizas tan atroces que son urgentes esas pociones-, pero su cuerpo no tiene las limitaciones comunes del clan Uchiha, como al llegar a cierto nivel de poder de genjutsu, su cuerpo no podría seguirle el ritmo
Hibana ha tratado con las ilusiones y le ha ido muy bien, sus Genjutsus son... bueno, no sabría describirlo.
Madara e Izuna, con su pensamiento arcaico de que el genjutsu debe asustar, traumar y lastimar a la víctima, no aprueban mucho el estilo de genjutsu que hace Hibana, pero no niegan que es mucho más efectivo que paralizarlos del miedo cinco segundos.
Digo, Hibana utiliza sus Genjutsus, simula la pelea con una gran cantidad de detalles y guía lentamente a la víctima a que crea que ganó la batalle, sigue gastando chakra para que esta piense que lentamente sigue con su vida y no se dé cuenta de que está indefenso, atrapado en una ilusión y le da más tiempo, si es que realmente quisiera, de asesinar.
Como maestros del genjutsu, Madara e Izuna se libraban fácilmente de ellos, pero por curiosidad se dejaron atrapar en su genjutsu. Si no fuese porque Hibana subestimaba sus habilidades y responsabilidades, probablemente podrían haber pensado que realmente sucedió.
Aun así, lo encontraron un despilfarro de chakra.
Después de todo, ¿De qué servía un genjutsu que no dejaba una huella profunda en la victima?
Los Uchiha no lanzaban Genjutsus solo por las risas, eran tantos métodos para matar más fácil, conseguir tiempo o incluso advertencias de lo que sucedería, sus ojos no llevan de decoración la palabra "malditos" por nada.
Aun así, Hibana les argumentó que no era necesario traumar a un aliado.
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Perdón por la ausencia, pero hoy hay cap doble porque no actualicé ni ayer ni el fin de semana pasados provecho 💋
Pd: sin dibujos porque hice un cospobre de Shisui y me tomó todo el día cociendo su pinche pechera
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