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U n i q u e

Son Chae Young miraba para todas direcciones con demasiada desesperación. ¿Era normal que en un día de semana no haya un maldito taxi merodeando por el lugar? No era algo que ella sabría, pues siempre iba con el coche de su padre a todas partes. Pero luego de que se le fundiera el motor, las únicas salvaciones eran sus pies y las ganas de caminar... aunque a las nueve y monedas de la noche, una caminata de unas horas no era muy buen plan.

— Que se jodan todos. — Musitó entre dientes.

Dio una leve palmada a su bolsillo trasero del pantalón, para revisar si estaba todo en orden con su móvil. Al sentir el objeto rectangular, miró nuevamente a su al rededor; no sería tan idiota de sacar el IPhone si hay gente un tanto sospechosa cerca de ella. Al no ver a nadie, con tranquilidad lo agarró y desbloqueó para dirigirse directamente a la aplicación de kakaotalk. Allí se toparía con un chat que estaba primero de todos; el de su ex. Se ve que mientras estaba ocupada, esta le mando demasiados mensajes estúpidos con lamentos. Ignoró el primer chat y fue directamente al segundo: El de su mejor amiga.

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Minutos... ¡Minutos en responder estuvo! Y lo peor a todo esto, es que ahora está completamente desconectada. Y tampoco esperaba el milagro de que le contestase ahora, pues eran las diez; horario donde el novio llegaba a la casa de su mejor amiga. Bye TzuYu... ¡Disfruta el sexo mientras tu best friend forever se está muriendo de frío en la calle!

¿Qué más daba? Todo ya era en vano. Su mejor amiga no estaba disponible; su otra amiga Na Yeon había perdido el celular; Sana habría recibido un castigo de cinco meses sin nada tecnológico por sus notas bajas; El guapo HoSeok seguramente estaba durmiendo; Y la cereza del postre: ¡Sus padres habrían ido de vacaciones a Orlando, dejando la casa sola!

¿Y saben qué es lo peor?

¡Ningún puto taxi pasa en la zona donde se encontraba!

Jodidamente jodida.

Pero si había algo que Sana le había enseñado hace un tiempo, era buscar en Google.

Si, parece estúpido decirlo. Y no. No es que Chae Young era tan inútil que no sabía que era el navegador de su móvil. Solo que la compinche le habría mostrado como zafarse de algunos apuros con esa aplicación. Si vamos a hablar con la sinceridad, Chaeng solo usaba el navegador para buscar la tarea, porno, y más porno... ¡Ah! Y la solución para borrar el historial.

— Si me nombró sobre algo que no conozco, tengo que buscar eso en "gu-gle"... — Tecleó lo más rápido posible y a los segundos le apareció la famosa Wiki con la descripción del famoso Uber —: A ver... empresa internacional... vehículos... umh... En pocas palabras, ¿Taxis con otro nombre?

Pero lo más sorprendente para ella, era que, al seguir navegando para abajo, encontró un dichoso "Uber en App Store - iTunes - Apple"

¿Acaso se descargaba?, ¡Era más fácil que buscar porno gratuito sin virus!

Sin dudas entró a la App Store y dio al botón de instalar la aplicación, cosa que solo tardo unos segundos en hacerlo... ¡Benditos datos!

— Términos y c... ¡Acepto todo, maldita sea! Mientras no cosan mi boca en el culo de otra persona por aceptar esto, me parece genial. — Siguió algunos pasos; dentro de ellos el registro de la aplicación, y luego pudo entrar al inicio, donde podía ver en un mapa dos autitos cerca de un punto celeste; supuso que esa figura geométrica era ella. Arriba del inicio, había un rectángulo grande donde preguntaba cuál era su destino. Lo llenó y se le marcó el recorrido, donde también figuraba el monto del viaje, y cuantos minutos podría tardar. — ¿Noventa minutos? Joder. — Pero lo que casi le da un gran infarto era el precio: — Espero que sea más barato que un taxi, señorita Tzu. — Confirmó el Uber en efectivo, y gracias a esa acción le aparecieron los datos del chófer. — Myoui Mina... Cuatro estrellas y media; 48 viajes; está a una calle de mí... ¡Por dios!, ¡¿Dice el número de patente?! Me siento toda una stalker.

Pero para su gran sorpresa, ni bien sacó la vista de la pantalla del IPhone, había un coche rojo estacionado centímetros de ella.

Enarcó una ceja y fue levemente acercándose, pero antes miró la patente del coche que coincidía perfectamente con la de la descripción. Era más que obvio que era su taxi con otro nombre, aun así, nunca estaba demás confirmar: — Disculpe, ¿Usted es... Mina?

La joven conductora miró de reojo a su costado, sacando una leve sonrisa: — Así es. Soy Myoui Mina.

La —ahora pasajera— suspiró con alivio al saber que la chófer era una chica. Aunque obviamente, sabía que el peligro lo podría traer un hombre tanto como una mujer. — B- Buenas noches ~...

Chae Young impulsó su mano para abrir la puerta trasera, pero la contraria la frenó inmediatamente: — ¡Oh! Disculpe, ¿Podría subir adelante como acompañante? Es que Uber todavía aquí no es algo completamente legal. Si un policía me frena y no tengo la licencia especial de taxista, podría hacerme una multa.

Chaeng asintió, aunque gracias a ello le sacó las expectativas un poco altas que tenía de la aplicación, ¡¿Como demonios no era legal?!, ¡Entonces estaba haciendo algo ilegal! Demonios. Se sentía una chica mala.

Se acomodó en el asiento de adelante, y luego de asegurarse con el cinturón de seguridad, se dispuso a darle la dirección: — Mi destino es e...

— Sí, lo sé. Marcó en la aplicación donde ir. Noventa minutos de viaje.

La recién subida decidió mirar con sorpresa a la muchacha por la respuesta, pero lo único que quedó fue completamente cohibida por el bello rostro que poseía la conductora. — O-oh, genial... Qu-que tecnológico todo.

La chófer levantó un poco más su cabeza inconscientemente, regalándole una bella sonrisa. — ¿Nunca ha usado Uber?

— ¿Se nota que soy nueva...? — La conductora afirmó con la cabeza, haciendo que Chaeng se sintiera completamente estúpida.

La contraria decidió asentir con la cabeza, y luego de unos minutos de silencio, tomó la acción de sacar algún tipo de charla: — Tuve un día bastante largo. No soy de aquí, mi hogar está a una hora y media aproximadamente — Chae Young miró con atención a la contraria. —; Una señora antes que usted me trajo hasta aquí. Demasiada problemática.

— ¿Se quejó de tu servicio? — Lo único que faltaba, ¡Que su chófer sea un completo desastre!

— No. Lo digo por su charla en el móvil. Estaba discutiendo, por lo que se ve, con su hija. Las adultas coreanas parecen ser estrictas en todo momento.

— Acabas de decir "adultas coreanas"; y tu acento es un poco raro...

— Soy japonesa...

Chae Young pudo notar como la conductora, al responder su duda, cerraba los puños con fuerza sobre el volante; por lo que se notaba, no le gustaba hablar de su país. Obviamente, no quería hacer un tema tenso, así que decidió responder con un simple: "Entiendo", y mirar rápidamente para la ventanilla.

— ¿Por qué un viaje tan largo? Obviamente no me estoy quejando, pero es una simple curiosidad. Demasiado gasto, ¿No crees?

— Se me ha roto el coche que mi padre me prestó. Es más, vine hasta aquí para llevarlo a reparar, obviamente lo hice a la tarde. Pero luego tuve que hacer otros tramites por aquí, y en un parpadeo se me hizo las diez de la noche... ¿Pero sabes qué?, ¡No hay taxis! Es una locura. Hablé con mi mejor amiga, y me dijo sobre esta aplicación.

— ¿Y qué tal los autobuses? Aunque, claramente tardarías más de noventa minutos.

— Odio ese transporte. Todos sudorosos.

Chae Young sintió como la observaron al momento de hablar, realizando la acción de que sus mejillas se tornen a un rojo carmesí.

— ...Sigo pensando que es tremenda locura cuanto usted va a gastar por este viaje. — La dueña del coche, por enésima vez, le echó una mirada disimulada de dos segundos a su pasajera, viendo perfectamente en esa poca cantidad de tiempo que la muchacha estaba observando el medidor del combustible. — Sí, no se preocupe. Ahora tendré que parar en una gasolinera cuanto antes... Obviamente usted no tendrá que pagar eso. ¿Le molestaría que se llegase hacer esa parada?

— No sería un problema. Diez minutos más, diez minutos menos...

Treinta minutos de viaje. Todavía no habían visto ninguna gasolinera cerca. El estómago de Chae Young rugía; y los ojos de Myoui Mina ya no daban más del cansancio.

Aun así, la chófer no quería que su pasajera pasara un viaje incomodo por su cara de adormecida, y más si era su primera vez con Uber. Miró por todos los rincones del coche para sacar algún tema de conversación, pero no había nada atractivo. Entonces, decidió echarle otra pequeña mirada a la joven (Quizás la número 67), para al menos charlar sobre su vestimenta. Y fue ahí cuando vio algo que le llamó demasiado la atención, cosa que no dudo ni cinco segundos de hablar sobre ello: — Me gusta tu pulsera colorida.

La pasajera dio un pequeño brinco del asiento, se estaba quedando dormida. — ¡¿Umh?!, ¡¿Qué pulse...?! — Miró con cautela la parte de su brazo, notando su brazalete del orgullo. —: Ah, sí.

— Bueno... — La japonesa miró atentamente por el retrovisor y prosiguió —: aquí hay una gasolinera. Serán cinco minutos.

Al estacionar el coche, la conductora se desabrocho el cinturón de seguridad; abrió la puerta y salió de allí. En ese momento la contraria había decidido dar la venganza sobre las miradas, y empezó a observar las acciones de la otra, quedando realmente embobada con esas piernas bien trabajadas y únicas que poseía la extranjera.

Lo primero que pensó Chae Young es tener la mejor suerte del mundo de no ser un hombre, sino ya estaría con una tremenda erección notable. Bueno, si es que habría salido con un pene enorme, en cambio no se hubiera notado tanto. Pero Chae Young estaría segura de que, si hubiera sido un chico, tendría un gran tamaño entre sus piernas. Como sea y sin desviarnos del tema, daba gracias de ser una mujer y no tener que preocuparse por el "pequeñín" del hombre.

Vagina: 1 - Pene: 0

Salió de sus pensamientos medios extraños y eróticos con un pequeño zamarreo de cabeza. Al estar nuevamente con la mente limpia, se dio cuenta que la joven ya habría terminado en la gasolinera.

— ¡Ahora sí! Vamos directo a tu destino, señorita. — La mujer entró y se aseguró de que todo esté en orden. —; Luego de este viaje, dormiré toda la vida. — Encendió el coche y arrancó para una de las carreteras más vacías.


— El monto que te daré a ti por este gran viaje, me hará la vida imposible en esta semana. — Soltó una carcajada sin muchos ánimos, mientras cruzaba sus brazos.—; Es mucho, pero al menos estoy segura. 

— Me tranquiliza al saber que te sientes segura.

Chae Young no le dio importancia a las últimas palabras pronunciadas, porque podía ver perfectamente por la ventanilla —a tan solo unos pocos centímetros— su departamento. Lo único que merodeaba por su mente era la figura de la pizza que estaba en la heladera. Quería pagarle a la chica del Uber, tirar la puerta, y entrar directamente a la cocina para abrir la heladera y sacar esas porciones grasosas.

— ¡Es en ese portón...! Muchas gracias por el lindo viaje; fue muy tranquilo.

— Claro. El gusto fue mio. 

Chae Young sacó su billetera y se dispuso a buscar los billetes para pagarle a la trabajadora, pero de sus nervios, tiró casi todas las monedas al suelo del coche. Rápidamente se dio cuenta, y empezó a manotear por todo el tapis, pero en vez de agarrar los centavos, se encontró con una mano suave y cálida. Era de la conductora, quién tuvo la gran intención de ayudar a la joven con su búsqueda. — Y-yo... L-lo siento...

— No hay problema.

Claro que había problema.

Un enorme problema.

Y nuevamente estaba tranquila de no tener pene.

¿Cual era el G R A N inconveniente? Que ahora sus caras estaban apenas a unos centímetros. Se encontraban tan cerca que Chae Young podía escuchar la respiración agitada de la chófer. 

— ¿Nunca te ha pasado esto con algún cliente...?

— ¿De que pierdan monedas? Sí. A veces hasta billetes.

— Me refiero a que estés tan cerca... Y n-no tengas ninguna intención de moverte, por lo que se ve.

— ...Vi como mirabas mis piernas. — Metió de excusa ante su acto.

Bien. Quizás Chaeng no tenga pene, pero si un gran problema con la mirada disimulada.

— Joder... — Estaba acabada. ¿Que más daba? Inhaló y exhaló para contar su gran verdad: —  ¡Bien! Es que cuando entre al coche me quedé enamorada de tu rostro, y luego cuando vi esas piernas, ¡Me enamoré el triple! Además, ya-

— Ya cállate. — Myoui agarró el mentón de la pasajera y aproximo sus rostros, para su asombro, la contraria fue quién atrapó su labio inferior con los dientes. La empleada rápidamente separó su boca para aclarar algo bastante importante  —: Espero que no me veas como una depravada.

— Ahora cállate tú, y disfruta. — Nuevamente sus bocas se juntaron, mientras sus lenguas se movían al compás. Y entre tantos besos fogosos Mina nuevamente cortó el beso, pero esta vez no para hablar, sino para ponerse arriba de Chae Young; sería una posición más cómoda para lo que vendría. Por enésima vez, volvieron a la misma acción caliente. 

Chaeng, al estar abajo de Mina, decidió agarrar con sus manos el culo de la contraria para apretarlo con fuerza; al tener una calza veraniega era mucho más fácil de apretar y sentir. Entre tanto, ambas empezaron a mover lentamente sus pelvis para dar un efecto de roce.

Los besos ahora se habían pasado para la parte del cuello, y las manos atrevidas de Myoui apretaban con pasión la espalda de la joven, causando algunos arañazos. Por otro lado, Chae Young, sin pensarlo ni consultarlo, le dio una tremenda nalgueada, haciendo que a la contraria se le escapase un gemido.

La conductora soltó una de las manos de la espalda, y apretó un botón que estaba al costado del asiento, para que la posición recta del apoyo se diera por completo hacia atrás así se recostaban.

Con la respiración aun agitada, decidieron ambas dar un paso más:

Mina apoyó su frente contra la de Chae Young; bajó su mano y la metió dentro del pantalón para introducir dos dedos en ella. Sentía como la coreana apretaba con fuerza los dedos con sus paredes vaginales, dando como señal de que la niña quería más. 

Y un empleado siempre tiene que satisfacer al cliente.

Entonces decidieron que la joven con pantalón debía quedarse en ropa interior; así acariciaba el clítoris con el pulgar con el fin de más comodidad, mientras metía y sacaba los dedos rápidamente de allí. Aun así, Mina no aguantaba ser solamente la que daba, así que cortó la acción para acomodar su pierna entre las de Chaeng y juntar su centro con el de ella. Primero empezaron con movimientos leves, pero en un parpadeo se convirtieron en embestidas incontrolables. Para colmo, mientras Chae Young recibía placer apretaba más el culo de Myoui; y la chófer cada vez que recibía un apretón daba más y más choques. En un momento, los gemidos tiernos se convirtieron en gritos lujuriosos, hasta que llegó el momento de que sus cuerpos empezaron a temblar por la ola de placer. Pero antes de que todo terminase, fueron víctimas de múltiples espasmos mientras soltaban pequeños gemidos.

Luego de tremenda diversión, Mina se tumbó en el pecho de Chae Young. Ambas estaban totalmente agotadas.

— Ojala hayas disfrutado el viaje gratuito.

— Lo mismo digo, cinco estrellas.

Cerró la puerta con llave mientras su mente se preguntaba en que mierda había pasado; en que momento se había descontrolado todo. Aun así, no se quejó. Sea como sea que haya ocurrido, estaba más que satisfecha. Y ahora teniendo el kakaotalk de Myoui Mina, algo le decía que iba a pedir un Uber personal más seguido.

Sacó el móvil de su bolso para ponerlo a cargar en el living, pero se dio cuenta que tenía un mensaje de su mejor amiga Tzu Yu. Realmente no sabía si matarla por contestarle tarde, o agradecerle por la recomendación del Uber.

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˗ˏˋ ¡Gracias por leer! ˎˊ˗

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