Tattoo Shop
La fría madrugada había llegado.
Sólo el viento frío recorría las solitarias calles nocturnas.
Y ahí estaba Hoseok, temblando como papel de frío y miedo, apesar de tener su chaqueta puesta y pantalones largos el viento traspasaba la tela y calaba su piel como si fueran agujas, daba pasos rápidos con tal de no durar mucho tiempo más caminando por aquellas solitarias calles.
Cada tanto se cruzaba con algún perro callejero o vagabundo que le causaban pequeños paros cardíacos y le hacían cuestionarse una y otra vez porqué estaba haciendo esa estupidez.
No era un chico especialmente valiente, no se consideraba un cobarde pero definitivamente no se lanzaría en paracaídas desde un avión aunque le pagarán. Todos lo sabían y aunque a la mayoría le daba igual a otros les causaba gracia su personalidad de hamster asustadizo.
Normalmente no tenía problemas con algunas cuantas bromas, había aprendido a soportarlas y más cuando se trataba de compañeros de trabajo con más experiencia que él, un paso en falso y podría convertirse en el que nadie quiere en la oficina.
Aún así, tenía un límite y había sido traspasado luego de que lo llamaron cobarde solo por decir que los tatuajes le parecían dolorosos.
Por sus palabras todos se rieron de él como si hubiera dicho lo más gracioso del mundo, optaron por una reacción absurda que lo incomodó hasta el punto de causarle un sonrrojo por la vergüenza.
En un subidón de valentía declaró que se haría un tatuaje solo para demostrar que no era un cobarde.
Aquella situación se salió de control y en segundos todos estaban haciendo apuestas a favor o encontrá de él. Eso solo lo enojó aún más, por lo que salió del restaurante y emprendió camino hacia alguna tienda de tatuajes, aunque no conocía ninguna su mente estaba demasiado nublada para darse cuenta de su error.
De esa forma acabó vagando como un tonto por calles con las que no estaba familiarizado.
Como si estuviera en un desierto en busca de algún oasis, cuando vio a lo lejos un cartel de "Tattoo Shop", sintió alegría instantánea.
Prácticamente corrió hasta el local completamente feliz olvidando que estaba entrando a un lugar donde le iban a perforar la piel.
Abrió la puerta del local y el aire acondicionado le golpeó el rostro, apesar de estar encendido el pequeño local se sentía más cálido que el exterior.
Lo primero que hizo fue recorrer el lugar con la mirada notando lo oscuro de era, con una decoración no muy amistosa sino que rozaba lo tenebroso según su percepción, la luz del lugar se concentraba en la vitrina donde varias joyas se lucían junto a piezas de máquinas de tatuar desmontadas.
― ¿Hola? ―llamó tímidamente esperando que alguien apareciera.
A lo lejos escuchó algo parecido a un gruñido seguido del rechinar de una silla, eso no ayudó a lo asustado que ya se sentía.
Del pasillo que había al costado del lugar salió un chico con un aspecto intimidante, aunque no era mucho más alto ni musculado que Hoseok aún así su porte lo intimidaba.
Su piel era bastante clara, era pálido, pero esto no lo hacía lucir enfermo o débil. Tenía una postura ligeramente encorvada y un cabello totalmente color menta, su corte dejaba que un poco de cabello cayera sobre sus cuello, los famosos "mullets".
Su ropa era totalmente negra, consistía en unos pantalones ajustados que parecían una imitación de cuero y una camisa igual de ajustada, ambas prendas dejaban ver su figura que, aunque no era especialmente musculosa, estaba bien moldeada, en especial su pecho y brazos.
Su rostro era atractivo, con rasgos finos y unos ojos que parecían los de un felino preparado para atacar, el final de su ceja estaba decorada por un priecing que brillaba cuando la luz llegaba hasta ella.
― ¿En que puedo ayudarte? ―preguntó con una voz profunda y ronca que hizo a Hoseok estremecerse.
― ¿Aquí hacen tatuajes? ―era una pregunta tonta e innecesaria que no pudo evitar hacer por los nervios.
El chico suspiró y caminó hacia el mostrador seguido por la mirada de Hoseok.
―Si viste el cartel de afuera sabrás que aquí hacemos extracción de órganos y no tatuajes ―era una broma, Hoseok lo sabía, pero la expresión tan seria con la habló hacía que pareciera que lo decía en serio.
―Lo siento.
―Entonces...obviamente vienes a hacerte un tatuaje, ¿Tienes algún diseño en mente? ¿En donde te lo harás? ―el chico de cabellos color menta sacó una libreta donde prepararía el lienzo del tatuaje.
―No... Ni siquiera debería estar aquí ―Hoseok comenzó a moverse inquieto ¿Realmente tenía el valor para hacerse un tatuaje?
―Bueno, pero lo estas ―el chico se inclinó sobre el mostrado y puso su rostro sobre su mano ―. Tienes miedo.
No lo preguntó, estaba seguro de eso, era obvio.
―Tal vez...
―Tal vez ―imitó mientras veía a Hoseok tener una batalla mental que le causaba gracia ―. ¿Como te llamas? Yo soy Yoongi ―estiró su mano.
―Hoseok ―respondió tomando la mano del chico notando lo grandes y venosas que eran en comparación a la suya.
―De acuerdo Hoseok, son las... ―se giró para ver el reloj ―. 3am ¿En qué estabas pensando cuando te metiste aquí?
―En que no soy un cobarde.
―Claramente no lo eres si caminas a estas horas solo por la calle, me impresiona que no tengas algún agujero e tu cuerpo ―Yoongi dijo burlesco ―. Interrumpiste mi siesta y no sabes si te vas a tatuar, ¿no prefieres un piercing?
― ¿Duelen menos? ―Hoseok preguntó con esperanza, debía salir de ahí con algo si o si.
―No ―mintió sólo para ver la expresión de Hoseok ―. Es broma, en realidad depende, si te haces este ―señaló su ceja perforada ―. No debería doler.
Hoseok pareció interesado por unos segundos, pero cuando lo pensó mejor negó.
―Me despedirían, no debe ser visible.
―Que tal uno en el pezón ―una sonrisa coqueta apareció en el rostro de Yoongi, pero pasó desapercibida para Hoseok.
― ¿Duele?
―Es como cuando te lo muerden con entusiasmo durante el sexo ―explicó, pero aún así la confusión apareció en el rostro de Hoseok.
―Nunca me han hecho eso.
―Ouw, que triste ―Yoongi ladeó su cabeza y le lanzó a Hoseok una mirada que este no supo cómo interpretar.
―Mejor volvamos a los tatuajes, ¿Hay algún método que lo haga menos doloroso? ―Hoseok se sentó en el esponjoso sofá que estaba junto la vitrina.
―Handpoke.
― ¿Que?
―Handpoke, es una técnica ancestral para hacer tatuajes, es a mano. Duele menos, pero tarda más ―Yoongi explicó sacando ahora un álbum de fotos para mostrarle al chico como era el resultado.
Los tatuajes hechos con esa técnica solían ser bastante pequeños y simples, especialmente atractivos por la sencillez que parecían tener.
―Me gusta, creo que uno en el brazo estaría bien ―Hoseok dijo mientras admiraba todos los diseños que habían.
―Dijiste que no debía ser visible.
―Me refería a mi rostro, trabajo en un banco, siempre usó traje así que mis brazos están cubiertos.
―Bueno sígueme ―Yoongi guió por el pasillo hasta una habitación donde había una silla especial para hacer tatuajes ―. Elige que diseño quieres.
Hoseok revisó página por página buscando algo que fuera acorde a su personalidad, habían dibujos muy distintos, algunos bastantes simples, otros que parecían más elaborados, pero uno causó especial interés en Hoseok.
Se trataba de una flor con pétalos de colores y en el medio tenía una cara feliz.
―Este me gusta ―lo señaló mostrándole a Yoongi el elegido.
―Simple y bonito, buena elección ―Yoongi comenzó a buscar lo que usaría.
De un cajon sacó guantes, vendas adhesivas, paletas de helado, la aguja y cinta adhesiva.
Hoseok al ver todo eso no entendio para que eran.
― ¿Que harás con todo eso? ―preguntó poniendo especial atención en cómo las manos de Yoongi, cubiertas por el látex, se movían agilmente.
―Armar el reemplazo de la máquina, al ser a mano no utilizamos máquina pero sería muy incómodo agarrar la aguja sola, ¿No crees? ―Hoseok asintió rápidamente ―. La unieré a la paleta de helado para tener un mejor agarre y la aseguraré con adhesivo ―al acabar de explicar comenzó su trabajo.
Tomó la paleta de helado y la cubrió con cinta adhesiva dejando el lado pegajoso hacia afuera, lo hizo en ambos extremos de la para luego sacar la aguja nueva y pegarla en el pedazo de madera. Como ultimo revistió toda la paleta, junto con la aguja, con las vendas adhesivas para que todo se quedara en su lugar.
Hoseok notó que una parte considerable de la aguja quedó fuera de la paleta, comprendió que eso era lo que perforaría su piel.
―Si no usas máquina entonces ¿Como haces el tatuaje? —preguntó dándose cuenta que por si mismo realmente no se podía hacer una idea.
―Punto por punto a pulso ―dejó la aguja en una bandeja que estaba unida a la silla donde se encontraba Hoseok y se giró sacando ahora unos tubos de varios colores junto con uno pequeños envases para verter la tinta.
―Wow... ¿Realmente no dolerá?
―Realmente no duele ―Yoongi respondió mientras llenaba las pequellas tapas con los colores del arcoiris.
― ¿Tienes tatuajes? No veo ninguno ―recorrió con la mirada los pálidos brazos del chico.
―Porque no tengo ninguno ―continuó, tomando otro block donde dibujó rápidamente lo que Hoseok había elegido.
― ¿Y cómo sabes si no duelen? ―Hoseok se estaba poniendo nervioso de nuevo.
―Soy mago ―tomó el brazo derecho de Hoseok para desinfectarlo y ponerle una crema que ayudaría a traspasar el dibujo del papel a su piel.
―No creo que lo seas.
―Ups, me descubriste ―la aguja regresó a la mano de Yoongi y la sumergió en la tinta negra ―. Dijiste que quieres demostrar que no eres un cobarde, ¿cierto?
―Si pero-
―Sin peros, no dolerá te lo prometo ―Yoongi conectó su mirada con la de Hoseok tratando de que su sinceridad se transmitiera a través de ella ―. Cierra los ojos y piensa en otra cosa, eso ayudará.
Siendo obediente, Hoseok respiró profundo y cerró sus ojos, de esa forma Yoongi se posicionó para comenzar a tatuar.
El primer pinchazo tomó por sorpresa al chico, no dolió mucho pero se sintió raro, la aguja no calaba profundo en su piel por lo que la sensación era leve.
Los pinchazos eran rápidos y constantes, cada tanto Yoongi limpiaba la zona para despejar y poder ver donde perforar, de esa forma completó todo el delineado del tatuaje y pasó a rellenar con los colores.
En algún punto del proceso Hoseok se acostumbró por completo a las ligeras punzadas y giró su cabeza para ver como iba todo en su brazo.
Realmente Yoongi tenía razón con respecto con el dolor y el tiempo, no sentía ninguna molestia con los pinchazos, pero sentía cansancio, probablemente ya había pasado poco más de una hora. Aún así, aunque apenas el primer pétalo tenía un ligero color rosa sobre el, ya Hoseok podía visualizar lo hermoso que se vería aquel tatuaje.
Su mirada se desvió hacia el rostro de Yoongi y lo admiró por un buen rato.
Su cabello color menta se veía suave, aunque estaba desordenado no le daba un aspecto desaliñado, más bien todo lo contrario, lo hacía ver bastante genial, probablemente por la cascada de cabello que caía sobre su cuello de una forma estilizada.
Observó sus facciones, si tuviera que elegir una parte del rostro de Yoongi como su favorita eligiría sus hermosos ojos gatunos, le daban un toque misterioso que hacían su mirada realmente atractiva.
Continuó observando y notó que los labios de Yoongi estaban entre sus dientes, probablemente algo que hacía inconscientemente cuando estaba concentrado, Hoseok no pudo evitar pensar que se veía sexy con esa expresión.
Respiró profundo y trató de dejar de lado aquellos pensamientos.
― ¿Te puedo llamar por tu nombre? ―Yoongi habló de repente causando una aceleración repentina en el corazón de Hoseok.
―C-claro ―respondió ―. ¿Puedo llamarte por el tuyo también? ―Yoongi asintió como respuesta ―. Entonces, Yoongi...
―Hoseok... ―escuchar su nombre salir de los labios del pálido chico le causó un mini paro cardíaco.
― ¿Porqué no tienes tatuajes? ―preguntó de nuevo observando cómo sus venosas manos se marcaban aún abajo los guantes.
―Duelen.
― ¿Estas bromeando verdad? ―Hoseok hizo una mueca.
―Si.
―No deberías hacerlo con una expresión tan seria, asusta ―recomendó sincero.
― ¿En serio? ―Yoongi levantó la mirada para ver a Hoseok quién asintió ―. Lo tendré en cuenta.
Un pequeño silencio se instaló en el lugar, quedaban solo dos pétalos por colorear.
―En respuesta a tu pregunta, no tengo tatuajes porque me gusta mantenerme simple ―se encogió de hombros.
―Mantenerte simple cuando tienes un piercing en la ceja y el pelo de color fantasía.
―También tengo uno en la lengua ―sacó su lengua para mostrar el pequeño metal que la traspasaba verticalmente.
― ¿No te incomoda? Para comer y esas cosas.
―No, al inicio un poco, pero ahora puedo hacer cualquier cosa, comer, beber, besar...
La reacción de Hoseok fue automática, empuñando sus labios ligeramente para luego pasar a un pequeño puchero.
―Está quedando bonito ―comentó mientras observaba la nueva marca que tendría en su cuerpo.
―Bastante ―Yoongi dio los últimos toques donde faltaba color ―. Listo, ¿Que tal?
Hoseok levantó su brazo para ver más a detalle aquel tatuaje, estaba perfectamente hecho, con los colores del arcoiris dándole vida al contorno de la carita feliz que decorba en centro.
―Se ve hermoso, gracias Yoongi ―Hoseok le dedicó una gran sonrisa al chico.
―De nada Hoseok ―le devolvió la sonrisa ―. Supongo que oficialmente dejas de parecer un cobarde, ya no te pueden molestar.
―Eso espero ―intentó tocar el tatuaje, pero Yoongi le dió una palmada en la mano evitandolo ―. Auch.
―Si te molestan los golpeas y listo ―Hoseok abrió mucho los ojos comenzando a negar ante la sugerencia de Yoongi.
―No sería capaz de golpear a alguien, menos si son mis superiores ―observó cómo Yoongi se alejaba y sacaba un rollo de papel transparente de otro cajón junto a un embase.
―Puedo hacerlo por ti entonces ―ofreció mientras dejaba caer una crema transparente sobre el tatuaje.
―Tentador... ¿Para qué es eso? ―Hoseok preguntó curioso viendo cómo esparcia la crema.
―Ayuda la cicatrización... ―tomó el rollo de papel transparente y cortó lo que necesitaba para cubrir el pequeño tatuaje ―. Y esto es para protegerlo las primeras horas.
Hoseok formó una "O" con su boca y asintió viendo parte de su brazo envuelto en aquel papel transparente con el que envolvía comida aveces.
>>―Ahora bien, tendras el brazo así por varias horas, una vez salgas de aquí irás a tu casa, dormirás y cuando despiertes lo lavaras con agua y jabón hipoalergénico, luego lo secas y lo dejas respirar, de ahí en adelante con que uses crema cicatrizante una vez al día bastará.
―Sencillo pero, ¿donde encuentro jabón hipoalegico a las 6am? ¿Así era? ―Hoseok hizo una mueca.
―Hipoalergénico, y lo encuentras aquí. Sígueme ―ambos se levantaron y salieron de la habitación, Yoongi se puso tras el mostrador y Hoseok enfrente del mismo.
El pálido chico comenzó a dictar en voz alta todo lo que debía cobrar mientras lo ponía en la máquina registradora, Hoseok pagó con tarjeta de crédito y una bolsa con el jabón dentro le fue entregada una vez acabó la transacción.
Afuera ya había comenzado a amanecer, el sol estaba haciendo presencia junto con la gente que salía a trabajar desde temprano.
En teoría Hoseok podía irse por lo que caminó hasta la puerta y dejó caer su mano en la manilla, pero no la giró, en cambio se volteó hacia Yoongi para hablarle.
―Del 1 al 10 ¿Qué tan raro sería que te pregunte si te gustan los chicos?
―7 ―esa respuesta desinfló un poco a Hoseok, pero el ánimo volvió cuando escuchó lo demás ―. Aún así, si me la haces no tendría problema en responder.
―Entonces... ¿Te gustan los chicos? ―preguntó esperando una respuesta afirmativa.
― ¿Y que hay de ti? ¿Te gustan?
―No puedes preguntar si no has respondido aún ―Hoseok lo señaló regañando.
―Si me gustan ―respondió riendo y levantando las manos como si Hoseok lo fuera a arrestar.
Con la respuesta afirmativa que esperaba Hoseok trató de controlar la sonrisa que quería aparecer en su rostro.
―A mi también, que coincidencia ―un sentimiento de timidez se instaló en él.
―Genial, ¿Me pedirás mi numero o lo tengo que hacer yo?
―Que directo ―Hoseok se impresionó por la confianza que tenía el chico ―. ¿Puedo tener tu número?
―Ya lo tienes ―una sonrisa coqueta decoró el rostro de Yoongi mientras que Hoseok quedó confundido ―. Dejé una tarjeta con mi teléfono ahí ―señaló la pequeña bolsa que contenía el jabón.
Hoseok revisó y en efecto había una pequeña tarjetica dentro.
Sacó su billetera y de ella extrajo una tarjeta de presentación, se la entregó a Yoongi quien de inmediato la guardo en su bolsillo.
―Si quiero hacerme otro... ¿Debería venir en la madrugada o en el día? ―lo que dijo impresionó a Yoongi, no pensó que acabaría queriendo hacerse otro.
―Pues cuando llegaste interrumpirte mi siesta, no trabajo en la noche solo tuviste suerte ―. explicó ―. Debes venir en el día con una cita agendada porque no eres el único cliente, así que ya tienes una excusa para llamarme ―le guiñó un ojo haciendo que se le cortara la respiración al chico.
―B-bien, entonces hasta luego ―se despidió con la mano y salió del local siendo encandilado por el pequeño destello de sol que ya brillaba en la ciudad.
No estaba seguro de cómo volver a casa desde donde estaba, así que aprovechando que ya habían carros transitando en la calle tomó un taxi.
En el camino repasó lo que había sido la noche más rara en sus 24 años de vida.
Realmente se había hecho un tatuaje por culpa de los ineptos que tenía como compañeros de trabajo, ni siquiera había bebido alcohol para motivarse, bastó con sus provocaciones para acabará en una tienda de tatuajes a mitad de la noche.
Aún así, de alguna forma agradecía que todo se diera así. Si regresara en el tiempo no cambiaría nada, toda la situación con sus compañeros fue contrarrestada con el haber conocido a Yoongi que seguramente era el chico más hermoso que había visto en su vida.
Tomó la tarjeta con el número del chico y lo guardó en su teléfono, mientras lo hacía tuvo una pequeña idea y aunque dudó en hacerla, al final reunió la valentía suficiente.
Marcó el número de Yoongi y esperó que contestara.
Unos segundos pasaron hasta que escuchó su voz ronca y profunda al otro lado de la línea. Hoseok no perdió tiempo, decidió saltarse el saludo y decir directamente lo que había pensado.
―Dijiste que para hacerme otro tatuaje debo perdir una cita ¿Cierto?
―Exacto, para agendarte.
― ¿Y para salir contigo? ¿También debo pedir una cita o no hay mucha demanda? ―Hoseok lanzó la pregunta tratando de sonar lo más confiado posible aunque en realidad estaba igual de nervioso que cuando tuvo su primera entrevista de trabajo.
―Mmm, hay bastante demanda, pero por ti puedo abrir un espacio en mi agenda.
― ¿Entonces nos vemos el domingo? ―aunque no quería, sonó como una pregunta.
―De acuerdo, hasta el domingo entonces.
―Hasta el domingo ―se despidió y colgó. Lo había logrado, quería saltar de la alegría pero estaba en el taxi, no podía, así que fingió normalidad y se limitó a sonreír de oreja a oreja.
Al llegar a su pequeño apartamento no se tomó la molestia de bañarse, cayó rendido en su cama agradeciendo que tenía ese día libre para dormir.
Thighs~
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