Sentía algo horrible en mi estómago, y a pesar de que ya no tenía fiebre, sentía como si fuera a enfermar. Yo había salido de esa fiebre hace una semana, semana que Minho se había vuelto muy pegajoso conmigo, a tal punto que me hartaba de tenerlo todo el día diciéndome lo bello y hermoso que soy, no iba a negar que eso había hecho mi autoestima subir.

Pero a pesar de que me quejaba, era en éstos momentos donde lo quería tener a mi lado, diciéndome que la graduacióón iba a salir bien, que no iba a tropezar con
mi toga e iba a hacer el ridículo con cien alumnos en mi frente.

-¿Cuándo irá a llegar, Seungmin?- Mi madre colocó sus delicados dedos en mis hombros, tratando de bajarme un poco la tensión que sentía.

-Calma Jisunggie, de seguro no tarda-. Hice un puchero infantil, tenía ganas de arrancarle la cabeza a Minho.

-¡Llegué, llegué! No me mires así, que me da miedo-. Seungmin era un tonto, no se iba a graduar, pero lo había invitado a estar en mi graduación. A él todavía le falta un año, había que recordar que él es un año menor que yo.

-¿Y Minho?

-No lo sé, voy a llorar-. Seungmin soltó una pequeña risa incómoda, mientras mis padres me miraban con compasión, él tenía que venir porque también se iba a
graduar, así que no tenía excusa.

-Por favor, necesito que tomen asiento, estamos por comenzar-. El director dio ese aviso que me hizo soltar un suspiro.

Mis padre me dejaron un beso en la mejilla para luego ir a sentarse en la parte de atrás, Seungmin se iba asentar a mi lado.

-Bien, respira Jisung.

Mordí mis uñas y por un momento sentí que las iba a arrancar de cuajo, habían alumnos tomando asiento, y ninguno era Minho. Bien, estaba siendo exagerado, pero había que comprenderme era el día de mi graduación, el día más importante de mi vida, y lo quería pasar con las personas más importantes, o sea mis padres, mis amigos, y el chico que me gusta.

¿Era mucho pedir?

-Bienvenidos a la graduación, antes de comenzar, vamos a dar una breve abertura a un alumno que a destacado en el año, alguien que ha preparado una canción. Espero y la disfruten.

No iba a mirar, no iba a mirar. Tapé mi rostro con mis manos, pero como si estuviera viendo películas de terror, abrí mis dedos para ver quién era.

-Buenos días, mi nombre es Lee Minho, acompañado con Lee Felix, ésta canción va dedicada a alguien especial-. Ajustó un poco el micrófono haciendome reír y llorar al ver que lo bajó pues estaba muy arriba y él no lograba alcanzar.

Mi mirada cruzó con la de él unos segundos, para luego volver al público, quienes susurraban cosas. Más yo no
escuchaba nada, ni siquiera lo que me estaba diciendo Seungmin con aparente emoción.

Cerré mis ojos un momento al escuchar la hermosa voz de Minho cantar, al son del piano que tocaba Felix.

Minho se veía tan hermoso, parecía un ángel, alguien tan perfecto, y me seguía preguntan: ¿esto es real? ¿Si está sucediendo? ¿Minho me está mirando mientras canta? Había pasado tantos años esperando ésto, que se hacía difícil analizar.

Si me preguntaban sobre cómo comenzó todo, ni siquiera sabría qué decir, pero sí sabía algo. Para el amor no hay teoría, cada persona es diferente, con diferentes sentimientos, y emociones.

Saber que todo había comenzado como un juego, pues yo era alguien que decía que para todo había teoría, pero para el amor no la hay, sencillamente es algo que sucede y no te das cuenta, no lo puedes frenar. Es como decir: todo se compra. El amor no se compra, pues es algo que sale del corazón.

El amor era un como una montaña rusa, tenía sus subidas, pero también sus bajadas, es normal. Sólo había que aprender a como llevarse todo.

Solté una risa mientras secaba mis lágrimas, mirando a Minho acercarse a mí, tomando mi mano a duras penas entre toda la multitud de gente que se preparaba para el conteo final.

-¡Hannie, casemosno!

Arrugue mi frente.

-Ay, estás tonto, Min, vamos despacio, ¿a penas sabes lo que quieres?

-Si, a tí-. Me abrazó muy fuerte haciendo que me ahogue-. Bien, despacio. Entonces seamos novios.

-¿Novios? Um, déjame pensarlo.

-Bien, somos-. Hizo una mueca soltando un lloriqueo- ¿Cómo qué déjame pensarlo? ¡Cuenta regresiva!

Solté una carcajada al ver los ridículos pucheros de Minho.

-¡Cinco!

¿Que si aceptaba? Me gustaba mucho Minho, ¿había excusa para decir no?

-¡Cuatro!

A pesar de que Minho había hecho cosas malas, también había hecho cosas buenas, mayormente todas eran buenas, pues llegamos a ser tan ciegos cuando se trata de amor que las imperfecciones las volvemos perfectas, por ejemplo, buscale algo malo a la persona que te guste, te darás cuenta que no lo hay para tí.

-¡Tres!

Desde pequeños habíamos sido los mejores amigos, él cuidando de mí en la primaria, secundaria, y en la preparatoria. Siempre estando también en mis peores momentos, haciendome reír, estando cuando más lo necesitaba, así que lo que había pasado, sólo era un poco del contrario de las cosas buenas que él había hecho. Eso era parte de madurar.

-¡Dos!

-Entonces seamos novios, ridículo-. Minho soltó una sonrisa entre dientes al escuchar eso de mi parte, y sin pensarlo mucho, se acercó a mí para dejar un beso en mis labios, sin importarle que todos nos estaban viendo y lo que los demás podrían opinar.

-¡Uno!

Esto no era el fin, ésto era un principio a todo lo que venía. Pues no podía decir: vivimos felices para siempre.

Pues esa frase, no era de verdad, pero si podría decir, que de seguro la vida me tenía muchos planes con él a mi lado.

¿A ustedes le gusta alguien?

Quise preguntar eso durante todo el fic JAJDJXH