⁀➷ 21 ִֶָ ᭟
—¿Me das una?— Preguntó Seungmin con tranquilidad, tratando de sacarme de mi transe, yo no despegaba la mirada de la cama, decorada con muchas bebidas de colores—. Se está esforzando.
—¿Y a mí que me importa?— Solté tajante, con cierta molestia, pero con nostalgia—. No es suficiente para todo lo que pasé.
Seungmin bajó un poco su mirada, tal vez dándome la razón. Minho no podía venir como si nada a pedirme que fuéramos amigos, que pensando que con esas cosas
me iba a conquistar.
—¿Por qué mejor no hablan?
—No tengo nada que hablar con él—. Seungmin se dejó caer en su cama, totalmente rendido de la situación—. Te voy a hacer una pregunta, se sincero, y dime sí o no—. Tomé aire, preparándome para la pregunta de mi amigo— ¿Te sigue gustando Minho?
Tomé asiento en la orilla de mi cama, comenzando a pensar, ¿me gustaba Minho? Sí, la respuesta definitiva era sí, más era un momento donde te decepcionabas de la persona que te gusta, que sólo quería ver si ponía un poco de interés, si me alejaba, ¿qué pasaba? ¿Me iba buscar? ¿O iba a hacer como si no nos conocemos?
Interés.
Eso queria, sólo que mostrara si yo le importaba, y en ese momento pensaba que tal vez había sido duro con Minho, había hecho estrictamente la ley del hielo, pero después pienso, ¿si yo hubiera seguido ahí? ¿Minho no siguiera pensando que me tiene en la palma de su mano? Y amigos, la dignidad sí importa, ¿ok? Sí importa.
Quererte un poco, darte tu lugar, enseñar que no debes depender de alguiena tal punto de perder tu dignidad.
—Sí—. Seungmin alzó una de sus cejas, mientras destapaba una de las gaseosas.
—Entonces hablen, aclaren sus cosas, basta de estarse evitando. ¿Van a tirar años de amistad por su inmadurez? Minho lo está intentando Jisung, él de verdad lo está intentando—. Dejé caer mi espalda en la cama, prestando atención al blanco techo de nuestra habitación—. Sé que Minho se portó como un idiota, pero lo mejor siempre es hablar, sino hablan, entonces nada se resuelve, si tú hubieras hablado de que él te gusta, si hubiera hablado de ese beso, creo que nada de ésto hubiera pasado, los dos se confundieron, pero prefirieron evitarlo y esconderlo, y amigo, lo sentimientos no se esconden, más bien siguen creciendo.
Ay, cállate Suengmin. Quise decir, Seungmin a pesar de ser menor que yo, me hacía sentir tonto, me hacía sentir pequeño, inmaduro, él sabía que decir, qué hacer, mientras yo me encerraba en mi cajita de cristal.
—¿Entonces? ¿Qué vas a hacer?
Yo era un universitario, que le quedaba muy poco para graduarse, que en realidad ya tenía toda su vida resuelta por haber estudiado todo el maldito año, así que si había pasado el año, ¡¿más una desicion amorosa era difícil?! ¡No! Han Jisung era genial, y yo no me iba a dejar dominar.
—¿Puedo tomar otras dos?
Miré a Seungmin, quién tenía un puchero en sus labios, ¿cómo pasó de un sabio a un niño pidiendo gaseosa?
—Te has tomado dos.
—¡Tienes diez, dame dos más! ¡Egoísta! No te voy a prestar más mis peluches cuando estés llorando.
—Diez minutos antes, genial, ¿y ahora?— Me pregunté yo mismo, mirando a todos lados. Había citado a Minho en la heladería, creo que era mejor hablar, tal vez hacer el ridículo no hacía de más en la vida.
Tomé asiento en el fondo, mirando como el mesero se acercaba, con una sonrisa coqueta. Rodé los ojos, queriendo estreyar mi cabeza contra la mesa hasta que llegara Minho.
—¿Se le ofrece algo, lindo?
—Espero a mi cita—. Corté, mirando la puerta, esperando que llegara Minho rápido, sabía que quedaba tiempo, pero me empezaba a hartar de ver esa sonrisa.
—¿Quiere algo de parte de la casa?— Las comisuras de mis labios temblaron, queriendo retener mis sonrisa, ¿a quién engaño? ¿Porqué rechazar algo dulce? No, yo no rechazaba nada dulce.
—Está bien—. El muchacho asintió, para luego irse, peine mi rubio cabello, acomodando mi gorro de lana.
Pude escuchar la campana sonar, alcé mi mirada, pude ver claramente a un Minho buscandome con su mirada, alcé mi mano, hasta que éste me vió. Minho se acercó casi trotando a mí, tomando asiento en mi frente. Una sonrisa timida asomándose en nuestros labios, pareciamos desconocidos, Minho con su gorrito de lana tambien, un suéter de cuello de tortuga, todo en color pastel. Daba un aire de su adolescencia, la nostalgia me invadió.
Quisimos decir algo, más el mesero nos interrumpió, dejando en nuestra mesa un batido de vainilla. Minho me miró, preguntándome si había pedido algo.
—¿Se le ofrece algo más?— Me encogí en mi sitio, tenía que preguntarle a Minho él era el que había llegado.
—Sí, que te retires.
—¿Perdón?
—Soy su cita, retirate, y vuelve cuando te llame—. El chico abrió y cerró su boca, tal vez queriendo decir algo, pero guardando silencio—. Bueno, me alegra que me hayas invitado, y por fin podamos hablar.
Solté una sonrisa, ¿pasó de celoso a como si no hubiera pasado nada? Bueno, no tenía mucho que decir sobre eso.
—Primero, quiero pedirte perdón, he sido un idiota, he ensallado ésto desde la mañana, queriendo no trabarme, pero en realidad debido a los nervios de tenerte en frente me hizo olvidarme de todo lo que ensalle, así que improvisare. Primero, perdón Jisung, soy un imbécil, el peor amigo y crush, podés golpearme, lo aguantaré, no me supe expresar, me sentía confundido y eso te ha dañado mucho, perdón por no ver las señales que me dabas, repito, soy un idiota, se acerca la graduación, y no sé qué hacer, Jisung, quiero estar contigo...
—Obvio que vas a estar conmigo, y con otros 100 alumnos más, ni modos que te den el título a tí solo—. Minho rodó los ojos pero soltando una risa.
—Arruinas el momento. En fin, voy a pedirte perdón así sea de rodillas.
—Hazlo.
—¿En serio?— Traté de no reírme, Minho tragó saliva, y después observé cómo el chico se levantó de su asiento para acercarse a mí, y empezar a arrodillarse, solté una carcajada.
—¡No, no lo hagas! Es broma—. Minho hizo un puchero.
—De verdad lo iba a hacer, si eso te hacía sentir mejor—. Tomó de nuevo asiento en frente—. Prometo conquistarte, Jisunggie.
Miré a Minho buscando algún signo de broma, pero no, no lo había, solo esos ojos mirándome con sinceridad.
—Inténtalo—. Minho parpadeó, estupefacto, incrédulo de lo que acababa de decir. Me levanté, con una sonrisa en mis labios.
—¡Jisung! ¡¿Eso es un sí?!— Solté una risa, mis mejillas ardiendo al ver como todos los presentes nos miraban—¡Prometo no defraudarte!
Espero no lo hagas.
Faltan 7 capítulos para que termine 💔
Feliz cumpleaños para nuestro líder,
te amo flaco😭🌷
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