—Soy un tonto.

—¡Oh, cielos, Minho! ¡Que gran descubrimiento!— Soltó Bangchan con sarcasmo, sin dejar de mirar aquella revista de ropas Gucci.

—¡Bangchan!— Regaño Felix, pero también sin dejar de quitar la vista de aquellas gomitas—. No seas malo con Minho tonto. 

Hice un pechero, Felix y Bangchan se estaban burlando de mi.

—¡Ahg, no sé qué hacer ahora, volví a meter la pata, Lix! Jisung me debe odiar.

—Créeme, hasta yo te odiara—. Volvió a hablar Chan.

Él no está ayudando en nada. Tirarlo por la azotea no iba a solucionar mis problemas con Jisung, pero sí me iba a dejar pensar en paz.

—Qué bonita película es Bambi—. Susurró Felix, en las esquinas de sus ojos asomándose las lágrimas debido al
ver todo el sufrimiento del pobre animal.

—No sé quién está más pelotudo, si Felix  llorando por un personaje que no existe, o Minho llorando y quejándose de su fracasada relación amorosa con Jisung sin hacer nada por repararlo—. Bangchan rodó los ojos, dejándo la revista aún lado para mirarme con el ceño fruncido—. Quita esa cara de imbécil, te quedaste sin
novia y sin amistad por tus malas decisiones, fuiste ayer a un parque a terminar de dañar todo, y ahora te quejas
en mi habitación, tirado en mi maldito sofá favorito, sin intención de querer reparar el daño que tú hiciste. Amigo,
estás completamente idiota.

Me encogió de hombros, queriendo contradecir a Chan, pero no tenía ningún argumento válido. ¿Que si estaba idiota? Claro que lo sabía, no tenían porqué recordárselo.

—Si tantos quieres volver a tener a Jisung, levanta tú maldito culo de ahí, y ve a conquistarlo ahora, dejándo de lado tú mierda barata de heterosexual. ¡Tú no eres heterosexual! No sabes que es eso, así que deja de llorar como un perdedor, ¡Tú eres mi amigo, y yo no quiero amigos perdedores y fracasados! Debes conquistar.

Me levanté de golpe al escuchar todas esas palabras, necesitaba una cachetada dura como la que me acababa de dar Chan con sus palabras. ¿Qué mierda es la heterosexualidad? ¡No lo sé! Yeji había sido más que una ilusión. Sólo eso.

El problema era: ¿cómo iba a volver a conquistar a Jisung cuando metí la pata hasta el fondo? Revolví mi cabello, pensando una y otra en qué debía hacer, a mi mente llegando Seungmin, podía hablar con él  para que me hecho una mano, pero conociéndolo, me debe ya de odiar al ver a Jisung llorar. Y mi otra opción era...

No, de ninguna manera. ¡No, simplemente no! Cualquier otra persona menos él.

¿Había opción?

—

¡Pss! ¡Ryujin!— Llamé en un susurro. Hasta que capté la atención de la pelinegra.

Miré a todos lados buscando que Jisung no estuviera cerca. Pasé una mano por mi cabello, realmente me era dificil pedirle ésto a Ryunjin, es que con sólo el hecho de saber que compartimos oxígeno, me disgustaba.

—Hola, Minho.

—Voy al grano.

—Sí, dame una razón para no golpearte ahora—. Hice una mueca, ¿tenía una razón? Naa, yo aseguro que no.

—No lo hagas ahora, reservarlo para más tarde. Ahora necesito un favor.

—Depende, si me tengo que mover, entonces no—.  Ahora era yo quien quería golpear a Ryujin, no tenía tiempo para su vida llena de comedia— ¡Ryujin, es serio!

La nombrada rodó los ojos con fastidio. Y se cruzó de brazos para escucharme. Tomé aire intentando explicar todo sin enredarme yo mismo, es que hasta yo mismo no me entendía lo que quería, o sea, sí, pero no. ¿Ven? Nadie me entiende.

Tomamos asiento en las bancas, para empezar con mi charla extendida. Llegué a pensar que parecía a mi prima cuando hacía sus teorías sobre sus grupos de k-pop, sí, así de largo y extendido era mi plan.

Jisung simplemente no me podía olvidar de un día para otro, es qué, ¿quién olvida de un día para otro todo? Quitando los que sufren un accidente y padecen luego de amnesia. En fin, se supone que conocía a Jisung como la palma de mi mano, sabía que le gustaba comer, sus colores favoritos, las estaciones favoritas, su música, su rara forma de vestir.

Sonreí como un tonto, sí, yo conocía a Han Jisung. Pero era tan idiota para negarme que me gustaba alguien, negarme de que era gay, negarme a que sentía celos cada que Ryujin tonto lo abrazaba, y le daba mimos, yo era el único que hacía eso. Me encogí de hombros, ¿por qué llegamos a ser tan indecisos e inseguros?

Jisung pudo haberme dicho que le gustaba, más también la desconfianza le ganaba.

Él que no arriesga, ni gana ni pierde.

Y pensaba, que si tenía que dar un consejo, era mejor decir las cosas a nunca decirlas y romper un corazón por querer guardar silencio. En éste caso, tres corazones habían sido rotos, por el simple hecho de nunca haber hablado y aclarar los sentimientos.

—Eso es lo que haré—. Ryujin tenía una mano en su barbilla, pareciendo meditar too lo que le dije, hasta que soltó una carcajada. Frunci el ceño, ¿qué le parecía
gracioso?— Amigo, se necesita más que simples trucos para querer a Jisung de vuelta, fuiste un animal.

Me crucé de brazos con un puchero en mis labios, sí, sabía que no había sido el mejor crush de Jisung, no necesitaba recordármelo.

—También un monstruo, un
idiota, un imbécil.

—Ya entendí—. Rodé los ojos— ¿Me vas a ayudar sí o no?

—No debería, pues no te mereces a Jisung, seamos  sinceros, yo soy el que merezco a Jisung—. Apreté el puño por la molestia— ¡No seas celoso, a Jisung no le gustan las personas celosas, imbécil!

Golpeó mi nuca, y me sentí ofendido por  eso.

—Bueno, empecemos de nuevo con la teoría del amor.

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