⁀➷ 15 ִֶָ ᭟
Dejé que mi espalda chocara con el pecho de Minho, éste parecía no protestar, así que eso me dió pié a no apartarme. Tenía muchas preguntas, quería preguntar porqué me besó, también porqué estábamos ahí, qué quería hablar conmigo, pero me era tan difícil articular
alguna palabra mientras él me acariciaba.
—Minho—. Susurré, y como por cuarta vez en esa noche, él me volvió a ignorar, solté un suspiro—. Minho, tenemos que hablar.
—Yo no quiero hablar—. Soltó sin rechistar, no podía negar que eso me hacía sentir un poco enojado.
—Pero me acabas de besar—. Frunci el ceño, ¡Él no sabía lo que estaba causando! — Minho, no me ignores.
—Jisung, fue sólo un impulso, un juego, no dejabas de llorar y eso me desesperó—. Frunci más el ceño, me despegue de él, ¡es qué él no entendía lo que me estaba
haciendo!
—¡No puedes hacer eso, Minho!
—Cielos Jisung, sí tanto te molestó, entonces olvídalo y ya—. Me levanté de golpe, el chico me miró también con
su ceño fruncido.
—Eres un idiota, Minho.
—¡Wou, gran dato!— Rodé los ojos por su sarcasmo, ¿por qué él se estaba comportando así? Se estaba comportando
como un idiota.
—¡Me acabas de besar, Minho! ¡¿Eso para tí significó algo?!
—Sí. Fue un error besarte—. Me sentí dolido, alcé mi barbilla tal cual como si lo acababa de decir no me había destrozado.
—Y también imagino que tus manos tocando todo mi cuerpo, fue un error. No seas hipócrita—. Empecé a caminar para irme a las cabañas, y tuve la más mínima
esperanza de que él me siguiera, pero no, él se mantuvo ahí sentado, tan tranquilo, sin siquiera hacer el intento de moverse, eso me dolió aún más, yo no le importaba, yo era como su maldito juguete, y eso no era justo.
Las lágrimas traiciones escapando de nuevo, más no sabía si era por las ramas, por el abandono de Minho o las dos cosas.
Caminé apresurado entre todo el bosque,
odiaba la oscuridad, ¡Minho sabía! Más eso a él no le importó. El frió volvió a mí, ¿qué tenía Yeji que no tenía yo? Por qué él no me amaba?
Tropecé con una rama, haciendo que mi rodilla se raspara, no pude evitar hacer un puchero y empezar a llorar tal cual niño pequeño.
—¿Minho, Jisung?
—Soy Jisung, Ryujin—. Susurré entrecortado
—Bebé, ¿qué te pasó? ¿Y Minho?
—Ojalá se lo coman los lobos al baboso ese—. Hice un puchero y me dejé cargar por Ryujin, quién se mantuvo en silencio.
—¿Qué hacías afuera?
—Ahg, qué chismoso—. Soltó divertido, pero a mí ni me hizo cosquillas, me sentía molestó, dolido, triste, quería irme de la estúpida cabaña—. Ya Jusung, sólo no podía dormir.
Quise creerle, pero otra parte de mí me decía que no, más tampoco quería protestar, no me sentía de ánimos.
—Vamos a dormir juntos—. Me encogí de hombros, con la última persona con quién dormí juntos fue con Minho, y no, iba a romper eso— ¿Quieres llorar?
Asentí sobando mis ojos.
—No lo hagas, no vale la pena, deja que amanezca, que yo voy a golpear a Minho, no voy a preguntar qué hizo, pero si te hizo llorar, es más que suficiente para golpear al tarado ese.
Solté una pequeña sonrisa.
—Si no quieres ir, está bien , yo me puedo
quedar contigo—. Rodé los ojos y sonreí de manera apretada.
—Vayan ustedes, yo me quedo, diles que me siento mal, más intenta que no vengan—. Seungmin asintió muy inseguro, más soltó un suspiro derrotado, sí él no iba, lo
iba a sacar a patadas de mí cabaña.
—Puedes llamarme, Jisung. Por cualquier cosa—. Siguió Ryujin, asentí rodando los ojos, me trataban como un niño.
—Ya larguense—. Seungmin me tiró un beso y se fue con Ryujin. Al cerrar la puerta, me senté en la orilla de la cama, dejándo que mi vista se perdiera en algún punto.
No me iba a permitir llorar, ya había llorado mucho anoche, más esa opresión en el pecho no se iba.
Era malo, Minho tal vez se sentía confundido, pero no había razón de besarme, ni siquiera eso que él me había
dicho era excusa, tampoco estaba de excusa el alcohol, cuando no habíamos bebido nada, y sentir el rechazo del,
dolía mucho, ver cómo no intento ni siquiera impedir que yo me fuera, eso dolía.
La puerta de la cabaña sonó, rodé los ojos, ¿ahora de que se habrá olvidado Seungmin? Arrastré mis pies a la puerta con una mueca, ni siquiera planeaba salir hoy de la cama, quería comer todas las golosinas que encontrara y listo.
—Minho—. Susurré con confusión, ¿lo había invocado de tanto pensar en él todo él día?— ¿Qué quieres?
—Hablemos.
—¡Ah, ahora sí quieres hablar! Idiota—. Me crucé de brazos
Minho se acercó a mí, haciendo que retrocediera, y así, hasta que mi espalda tocó la mesa, me sentía intimidado.
Minho colocó cada mano al lado de mi cintura, dándome a entender que no había escapatoria. ¿Por qué tanta cercanía para hablar?
—Ya, Minho. Puedes hablar.
—Perdóname por comportarme idiota, como ayer—. Abulte mis labios con molestia, ¿qué? ¿Así de fácil? Sólo discúlpame y ya?— Fui un tonto, me sentía confundido, y no controlé mis palabras.
Solté un suspiro, no, no debía ceder, pero ver sus lindos ojos mostrando arrepentimiento, sus labios en un
pequeio puchero, me hacía dar cuenta de mi debilidad con él.
—Perdóname Hannie, sí, soy un tonto, un tonto por ti.
Y eso había sido suficiente para tenerme a sus pies de nuevo, mirándolo a los ojos con mucho amor, él sabía eso.
—Eres un tonto— Solté un risa para luego abrazarlo. Ahg, no podía durar mucho tiempo molesto con él.
Y nos quedamos así, en un cálido abrazo, más una vez más la misma pregunta, ¿qué hacía yo con mis sentimientos?
—Hannie...
—¿Uhm?
—¿Puedo besarte?— Frunci el ceño, ¿qué? ¿Qué acababa de decir Minho? Deshice el abrazo para mirarlo, tal vez esperando a que dijera que era un broma, pero que
al mismo tiempo me dijera que no era un broma.
Y al no contestar, dejé que el chico se acercara a mí, sus manos en mi cintura, nuestras narices rozando, hasta que nuestros labios se tocaron.
Y si no hubiera sido por ese plato quebrándose, no nos hubiéramos separado realmente asustados de saber quien era la persona en la puerta.
Me da bronca q Jisung se deje
boludear por Minho, pero bueno,
es Minho, yo tambien me dejaría boludear por él 👍
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