Llevábamos Jisung y yo dos semanas sin
hablarnos, aquello me tenía deprimido, miré detenidamente aquella cabellera castaña, aquella que acariciaba en las noches de preparatoria, pero ahora cada vez se alejaba más de mí.

Yeji a mí lado pidiendo atención con un puchero en sus labios, algo en mi se removía al verla de esa manera tan linda, más también me sentía molesto al ver a Ryujin tan apegado a Jisung, y éste último no hacía nada para separarlo, sus mejillas tan juntas mientras soltaban risas, como si estuvieran solos, haciéndose pucheros, cuando Jisung al único que el hacía puchero era a mí, ¡no es justo!

¿Jisung me estaba remplazando con la idiota de Ryujin? Me levanté de golpe, y cielos, si yo era idiota, ahora lo era más al
tomar a Jisung del brazo y levantarlo de
al silla para llevármelo, no, no, y no, no iba
a dejar que Jisung siguiera jugando de esa manera con Ryujin, ¡él sólo juega conmigo
de esa manera!

—¡Minho!— Se quejó Jisung al yo ejercer
tanta presión en su mano.

Más no me detuve hasta llegar a un lugar
bien alejado, teníamos tiempo, la profesora de inglés había faltado.

Necesitaba a Jisung.

—¡Minho, basta, me lastimas!— Solté
su mano mientras en mis labios se formó
un puchero triste— ¿Qué te sucede? Por
qué hiciste eso? Cielos, Ryujin debe estar
confundido, eso fue muy infantil de tu parte, no entiendo, sólo debiste-

—Te extraño—. Susurré, y con el dorso de
mi mano quise tratar de quitar esa pequeña lágrima que se asomaba por el rabillo de mi ojo—. Lo siento, ¿sí, Jisung? Te extraño, ¿qué ocurre? ¿Por qué te alejas de mí? Llevas dos semanas esquivandome.

—Sólo son tareas, Minho—. Y yo fruncí el ceño, el chico en mi frente de brazos cruzados, su miraba hacia un lado, otra vez esquivandome.

—¿Tareas? ¡¿Tareas, Jisung? ¿Hice algo
mal?— Tomé aire, necesitaba calmarme—. Lo siento, si hice algo mal, perdóname, prometo ser un mejor amigo, más, no me
abandones.

Bajé mi mirada, un nudo formando mi garganta. Sentí los cálidos brazos de mi amigo, su cabeza dejándose caer en mi pecho. Necesitaba eso, y no lo sabía hasta que lo tuve en mis brazos, su cabello haciendo cosquillas en mi cuello, Jisung  era lo más lindo que tenía en mi vida.

—¿Qué pasa con las teorías?

—Se acabó, ya conseguiste lo que querías,
ya eres novio de Yeji—. Cerré mi boca un momento.

—¿Podemos salir más tarde?—Pregunté
esperanzado, más Jisung se alejó un poco, y me miró, con un pequeña sonrisa, de esas que él siempre me daba para calmarme.

—Tengo una cita con Ryujin.

—¿Mañana?— Insistí de nuevo.

—Le prometí a Seungmin que lo acompañaría a comprar peluches.

—¿Pasado?

—Lo siento, Min—. Ese nudo en mi garganta volviendo, no era bonito sentirse
así, ni siquiera cuando perdí a mi mascota me sentía tan triste y dolido.

—Pero Hannie, somos amigos.

—Lo somos, más estoy un poco ocupado, lo siento—. Dejó un beso en mi mejilla, y se fue, miré su pequeño cuerpo alejarse de mí, una punzada de dolor llegando a mi pecho.

Necesitaba hablar con alguien sobre ésto, lo necesitaba. ¿Qué estaba pasando?

—Cielos Yeji, ¡dije que no!— Grité con algo
de frustración, la chica se asustó un poco por mi tono.

—Hoonnie, ¿qué te sucede?

No pude responder, pues ni yo lo sabía, mi
vista fue de nuevo a aquella pareja sentada en el parque, Jisung y Ryujin, sentía la necesidad de ir allá, más no podía arruinar su ridícula cita.

—Minho, me iré, creo que hoy no a sido
tu día, lo siento—.  Me atore con mi saliva,
tomé su mano y dejé un pequeño beso en los labios de la chica, quien dejó toda molestia a un lado para sonreírme de nuevo.

Yeji se fue, más mientras lo hacía, mi mente divagaba en ese beso, pues por un momento, imaginé a Jisung sentía una confusión muy grande.

Alrededor de cinco minutos llegó Bangchan, con su respiración agitada, lo había llamado diciéndole que era urgente, por lo tanto, al verlo tan agitado, supe que había corrido.

—¿A quien mataste? ¿Cuando lo enterramos?

Le di un golpe en su hombro con molestia, no estaba para bromas, ésto era serio.

—Ya Chan, es serio, necesitamos hacer
algo.

—¿De qué hablas?—Tomó asiento en el
suelo, justo a mí lado, atrás del arbusto donde espiaba a los chicos.

—Ryujin no me da buena espina, ella se quiere  aprovechar de Jisung, hay que
separarlos, hay que hacer algo rápido, ¡puede hacerle daño a JIsung!

—Primero que nada, relájatey péinate—. Fruncí el ceño—. Segundo, amigo, Jisung
está enamorado, déjalo ser, después de todo, es correspondido, tercero, ¿por qué te molesta tanto que a Jisung le guste alguien?— ¿Qué alguien guste le guste a Jisung?— Hannie es un chico, guapo, inteligente, cariñoso, y muy detallista—. Enumeró con sus dedos, me encogií de hombros—. Ya entendi, ¡estás celoso!

—¡No lo estoy! ¿No ves que trato de proteger a Jisung?

—¿De qué lo tratas de proteger? ¿De enamorarse de otra persona? Es absurdo, deja a Jisung él es feliz, ¿no lo ves tú acaso?

—¿Cómo que de otra persona?

—No lo entenderías, eres muy idiota, o tal vez te haces—. Solté un pequeño gritó ahogado, no era justo, se suponía que Bangchan también es mi amigo, pero nadie me apoya—. Ve Minho, dedícate a tú novia, deja a Jisung ser feliz. Qué lo que estás, es celoso.

Quise decir algo más, pero el chico se había ido. ¡No! ¡Yo no estaba celoso! ¡Sólo protegía a mí amigo! Quise pensar eso, más ver ese pequeño acercamiento de rostros entre Ryujin y Jisung, me hacía sentir mal, ¡no los quería juntos! Y punto.

Yo no estaba celoso, ¿verdad?