ꜱᴜꜱʜɪ ʀᴏʟʟ
No todo en su vida era de color rosa, aquello era claro.
Eran seres humanos a pesar de todo. Habían momentos en los que simplemente llegaban a su límite y se dejaban caer en ese hueco de tristeza momentánea del que solo lograban salir con la ayuda de la otra.
Y eso era lo que sucedía en ese momento.
Luego del último vídeo que había subido una persona que, hasta ese día, había formado parte de su grupo de amigos, había envuelto a Jennie en una polémica en donde la mayor afectada había sido ella.
Desde luego, Chaeyoung había hecho un post en Instagram donde aclaraba todo y pedía que pararan toda la lluvia de odio que había comenzado a caer sobre su novia. Sin embargo, aquello solo lo empeoró todo.
Había tratado realmente de mantener a su novia alejada de toda red social, sin embargo, Jennie había logrado ver aquellos comentarios mal intencionados y llenos de odio.
Y a Chaeyoung le dolía el corazón al ver a su novia sumida en aquel estado de tristeza y llorando en silencio, hecha bolita en la mitad de su cama, su mirada fija en la nada. Obviamente, la menor había hecho todo lo posible e imposible para tratar de hacer que su novia volviera a su buen humor de siempre, acostándose a su lado y dándole besitos y abrazos mientras la susurraba cuanto la amaba y que todo estaría bien.
Pero realmente no había funcionado.
—¿Sigue igual? – escuchó la voz de su cuñada. Actualmente, estaba en el balcón de su habitación, apoyada en la barandilla mientras veía hacia su cama. Estaba en una llamada con Jisoo, quién desde luego, estaba enterada de toda la situación.
—Ajá. – le respondió. Levantó la mano libre y se la pasó por el cabello, revolviendo su cabello. — Ya no sé que hacer.
—Tal vez sea algo idiota, pero puede funcionar. – dijo la mayor. — Papá nos contó a mí y a Jennie que hacía esto cuando mamá estaba triste, y ahora yo lo hago con Lisa cuando se siente mal.
La menor prestó toda su atención a lo que le decía su cuñada, haciendo muecas de desagrado cada vez que está revelaba detalles realmente innecesarios.
En cuanto colgó, entró en la habitación, caminando hacia el armario para sacar una manta grande y suave, se la llevó a la nariz, inhalando el delicioso aroma de suavizante de bebé impregnado en la tela.
1-. Extiende una manta.
Chaeyoung tendió la manta en el suelo, teniendo sumo cuidado de no llamar la atención de Jennie. En cuanto lo hizo, se incorporó satisfecha, dejando que una sonrisa ladina apareciera en su rostro.
2-. Toma a la persona triste.
La menor miró hacia la cama, borrando la sonrisa de su rostro en cuanto fijó su mirada en su novia.
La expresión triste en el rostro de Jennie hizo que su corazón diera un vuelco. La punta de la nariz de la mayor estaba roja, además de sus ojos rojos por haber estado llorando durante un largo tiempo.
Lentamente, caminó hasta la cama, volteando suavemente a Jennie hasta dejarla boca arriba. La mayor frunció el ceño, mirando extrañada a su novia.
—¿Rosie...? – preguntó, esperando a que la menor dijera algo, sin embargo, una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Chaeyoung.
La menor se agachó y dejó un pequeño beso en la frente de Jennie, murmurando un suave te amo antes de pasar uno de sus brazos por la parte trasera de los muslos de Jennie y el otro por su espalda, alzandola y pegandola a su pecho.
Jennie, aún confundida por lo repentino que era aquello, simplemente se dejó hacer.
3-. Coloque a la persona triste sobre la manta.
Para Jennie todo quedó claro cuando Chaeyoung cayó de rodillas en el suelo, soltando un pequeño quejido por el golpe, sin embargo, siguió con lo que estaba haciendo.
La menor dejó a Jennie en el centro de la manta, tirándose sobre ella por algunos segundos para comenzar a repartir pequeños besos por el rostro de la mayor, causando que un par de risitas salieran de Jennie.
El último beso fue en los labios de Jennie. Chaeyoung comenzó a mover sus labios suavemente, dando inicio a aquel beso suave y lleno de amor, asegurándose de que la mayor lograra sentir todo el amor que tenía para darle.
3-. Enrollela como si fuera un sushi.
Jennie comenzó a soltar risitas cuando vio a Chaeyoung tratar de enrollarla en la manta. La menor también aprovechaba esto para hacerle cosquillas de vez en cuando.
Chaeyoung comenzaba a amar el hecho de que una linda y radiante sonrisa comenzaba a aparecer en el rostro de su novia y, desde luego, eso era suficiente motivo para que una sonrisa también apareciera en su rostro.
—Eres el rollo de sushi más lindo y sensual que he visto en mi vida. – habló Chaeyoung entre risas, disfrutando ver como el sonrojo aparecía en las mejillas de Jennie.
4-. Coloque al rollo en un lugar cómodo.
En cuanto Jennie estuvo totalmente envuelta, la menor se levantó y estiró los brazos, soltando un pequeño suspiro antes de agacharse y levantar el rollo que era su novia en ese momento.
—Yah, Rosie. – rió la mayor en cuanto Chaeyoung volvió a colocarla en la mitad de la cama.
La menor se subió también, dejando su cuerpo sobre el de Jennie pero sin dejar todo su peso. Con su mando derecha apartó un par de mechones del rostro de Jennie.
—Realmente odio verte triste, preciosa. — susurró Jennie, causando que la sonrisa se borrara de su rostro. — Y no puedo evitar odiar a todas aquellas personas que te hacen sentir así. – dejó un pequeño beso en la punta de la nariz de la mayor. — Solo quiero que sepas que a pesar de todo, estoy aquí y seguiré aquí hasta que estemos viejitas y con canas. – los ojos de Jennie se llenaron de lágrimas. — Y que te amo tanto que mi amor por ti crece cada segundo que pasó a tu lado y estoy totalmente segura de que nunca dejara de crecer. – Chaeyoung limpió un par de lágrimas que caían por las mejillas de Jennie con sus pulgares, luego besando suavemente sus mejillas. — Soy capaz de darte todo lo que tengo para simplemente jamás volverte a ver triste y haría hasta lo imposible para hacerte la mujer más feliz del mundo.
Y luego unió sus labios en un suave beso, dulce y largo.
En cuanto el oxígeno comenzó a hacer falta en sus pulmones, Chaeyoung se separó de los labios de Jennie y pegó sus frentes.
—Te amo, Rosie. – susurró la mayor, levantando la cabeza para besar de nuevo los labios de Chaeyoung.
Poco a poco, aquel beso comenzó a subir de intensidad, causando que una chispa se encendiera en sus interiores y ambas sabían con exactitud cómo sería la mejor forma de apagarlo.
Y Chaeyoung decidió seguir el último, pero opcional, paso.
5-. Rellene al sushi de felicidad.
Sin duda, sería una larga noche.
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