•Jungkook•
—¿Podrías porfavor parar de moverte? —Taehyung ni siquiera me miró, sólo siguió mirando a algún punto fijo con mala cara, su pierna saltaba de un lugar a otro demostrando ansiedad.
Habíamos llegado a la casa y Somi le había pedido al rubio que me llevara a la habitación y se quedara allí conmigo para evitar que me escapara. Claramente al chico le disgustó totalmente la idea, pero aún así asintió renuente y se quedó sentado en el marco de la ventana sin decir nada, y de eso ya habían pasado algunas horas y ya comenzaba a oscurecer.
En ese lapso de tiempo que estuvo en silencio me dediqué a mirar el lugar, era una casa sencilla de madera sería muy fácil escapar y más si contaba con Taehyung como vigilante.
Sólo tenía que lograr inmovilizarlo, escapar de la casa, buscar donde estaba Sunlee e irnos de este lugar del demonio.
No era el mejor plan, pero eso era lo que había.
—Taehyung —llamé y el chico me siguió ignorando totalmente— ¿Pensarás hacerme caso?
—Cierra la boca —espetó sin mirarme— ¿Nunca te callas? Tu voz es irritante.
—Mentira, siempre me han dicho que es armoniosa —reclamé mientras me levantaba de la cama.
—La gente de donde vives tiene los oídos desafinados —sonrio un poco después de hablar y su sonrisa se apagó después de ver lo cerca que estaba de él.
—Tal vez si te hablo más de cerca puedas notar que estás equivocado —el chico ladeó la cabeza cuando me acerqué más, pegando mis labios a su oído— Así es lo suficientemente buena.
Susurré y luego me alejé notando la media sonrisa del rubio que se levantó de su asiento en la ventana y se paró de frente a mí, tan cerca que si me movía tan sólo un centímetro nos besaríamos.
La mirada de Kim bajó a mis labios y luego volvió a mis ojos.
Pero lo que llegó no fue un beso.
—¡Hijo de Puta! —grité luego de caer en el piso por el fuerte golpe que recibí en mi entrepierna.
—¿Acaso te piensas que soy idiota?
El chico me miró desde arriba con una sonrisa.
—¿Qué creíste? ¿Que me ibas a seducir para sacarte de aquí? —torció los labios y negó con la cabeza— Te creía mucho más inteligente la verdad.
En ese momento entendí que salir de aquí iba a ser mucho más difícil.
•Sunlee•
Había visto a Jungkook, no parecía estar lastimado, eso era bueno. Sólo tenía que hallar la forma de sacarlo de allí y poder irnos a salvó.
Me había dado cuenta de que este sitio no era normal, el pueblo parecía sacado de una película antigua al igual que las personas, que se vestían con ropas como las de las personas de antes.
Vestidos largos, bordados, camisas y pantalones anchos.
No había lujos en este lugar, todas las casas eran del mismo tamaño, menos en donde estaba encerrado Jungkook que era un poco más grande, pude deducir que en ese lugar vivía el alcalde del pueblo o alguien importante.
En el bosque era fácil esconderme, si me quedaba en las copas de los árboles no podía ser vista y al parecer los habitantes del lugar no iban mucho al bosque. Todo estaba yendo bien, o bueno, casi todo, exepto por un pequeño problema.
Me había quedado sin comida.
Me había comido la última rodaja de pan el día anterior y ya había empezado a oscurecer y el hambre me estaba empezando a ganar.
El bosque estaba lleno de árboles con frutos extraños, no sabía si comerlos o no, podrían ser venenosos. No habían animales en este lugar, todos estaban en el pueblo y en el prado, ninguno en el bosque.
Tal vez me muriera primero que Jungkook.
Me reí de lo estúpida que sonó mi pensamiento, estaba sentada en un árbol y un sonido proveniente de abajo captó mi atención. Me escondí un poco más en mi sitio y fije la vista al suelo.
Ladeé la cabeza con extrañeza ante la escena.
Habían dos chicos besándose recostados justo en el árbol donde yo me escondía. No había nada de raro en la escena si no fuera porque los dos estaban bañados en sangre, no quise pensar mucho y sólo me dispuse a sentarme sobre el árbol esperando que se fueran, sólo que cuando lo hacía me resbalé con el musgo de aquel tronco y acabé callendo de bruces contra el suelo.
— Oh mierda —me quejé en el suelo, tocando mi brazo para darme cuenta que se me había abierto la herida, que a duras penas se había empezado a cerrar.
No tuve mucho tiempo para quejarme cuando divisé de cerca a los chicos que había visto besarse, los dos me miraban como sin entender nada. Me levanté a duras penas y corrí algunos metros antes de que uno de ellos me jalara del cabello y me volviera a dejar en el suelo.
Estaba débil y adolorida, así no me podía defender.
—¡No me mates! —grité cuando sacó un cuchillo de su bolsillo— ¡Por favor, no me mates!
No quería morir así, en ese lugar, ni en esas condiciones, ni con esos extraños.
—No la mates Nam —habló el otro chico mientras sujetaba su mano— Todavía.
El chico se acercó a mí y retrocedí hasta que mi espalda quedó pegada al tronco de un árbol.
—¿Quien eres? —inquirió el chico más delgado.
—Sunlee —respondí apenas.
—Yo soy Jin, el es Namjoon —señaló al contrario— No deberías estar aquí.
¿Y te piensas que no lo sé?
—Mi hermano, el está aquí, no me puedo ir sin él —conté mientras negaba.
—¿Hermano? —miró al de atrás y luego a mí, con confusión.
—Ella debe de hablar de ese chico que está en la casa de los Kim —dijo el tal Namjoon y yo solo asentí— Deberíamos llevarla con ellos también.
Me alarmé cuando dijo eso y me intenté parar, pero fuí devuelta a mi posición por Jin.
—No me entreguen, por favor, tienen que ayudarme, se los pido.
—Te vamos a ayudar —afirmó Jin.
No pensé que fuera a aceptar tan rápido, y el otro lo miró como si estuviera hablando en ruso.
—¿¡Estás loco!? —gritó— No podemos hacer eso.
—Es la única manera de salir de aquí maldito idiota —le protestó mientras se levantaba— La vamos a ayudar pero con una condición.
—¿Cuál condición? —pregunté casi con miedo.
—Que nos dejes ir con ustedes a donde sea, sólo fuera de aquí
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro