|CAPÍTULO E X T R A|

Decadencia e inmortalidad.

Varna, Bulgaria. 4 de diciembre de 2090.

Diez años es lo que llevaba viviendo en Varna, Nueva Orleans había pasado directamente al poder de Astrid y Hope, y ahora teníamos nuevos problemas asechando a Niklaus, quien diría que después de tantos años de regocijo de alegría, llegarían de nuevo más enemigos cautivos de la ira y el descontento del hibrido original. El extraño e particular enemigo de Klaus tenía al pequeño nido de vampiros en Varna un tanto asustados y presos del sol, al parecer Anastas Danailov-nombre del vampiro-tenía una fuerte alianza con las brujas de Bulgaria, que por estos años eran reconocidas como brujas de sacrificio o de expresión. La gran catedral de Varna era bellísima en toda su plenitud, sin embargo estos días había estado muy desolada, Nueva Orleans no era el único lugar donde los vampiros mandaban, aquí también sucedía lo mismo, la diferencia era que el rey de aquí estaba sumergido en las oscuras calles gracias a Anastas.

Mis tacones resonaban fuertemente en el piso de perfecto mármol entablado, las paredes de solidos ladrillos hacían el lugar un tanto misterioso, que solo era alumbrado por algunos largos candelabros de velas y por los cirios. En una pequeña banca, hincado, con una capucha; se encontraba un hombre murmurando, por su olor pude descifrar que era un vampiro.

-Tu aroma de hibrida me llega hasta acá-hablo en un perfecto inglés.

-Por tu apariencia y tu forma de hablar, puedo decir que eres el Rey de Varna; Chavdar, tu nombre da reverencia a lo que eres.

-Por tu forma prepotente de hablar, puedo decir que eres Victoria Mikaelson. Reyna de Nueva Orleans.

-Estas en lo correcto, pero me gusta más que las personas me den la cara.

Chavdar se pudo de pie lentamente quitándose la capucha del camino, dando a la vista su perfecto perfil pálido y ojos azules, que por un momento me hicieron recordar a Damon.

-Entiendo por qué Klaus te tomo por esposa-hablo viéndome de arriba hacia abajo.

-¿Ah sí?-pregunte levantando una ceja inquisidoramenté, mientras tomaba asiento en una banca delante de él.

-Tus ojos deslumbran vida y seguridad, difícil encontrar en pocas mujeres vampiro.

-Me alagas Chavdar, pero no vengo aquí a hablar sobre mi vida personal u aura espiritual, mucho menos lo que mis hermosos ojos trasmiten. Vengo a hablar de negocios.

-Eres directa, me gusta.

-Eso me alegra; supongo que quieres tu reino de nuevo...-hable viéndolo.

-¿Me ayudaran?-pregunto sorprendido.

-Si, a cambio de algo muy importante que necesitamos-dije sonriendo.

-¿Y qué es eso?-pregunto el, levantando la ceja.

-Anka, quiero a esa bruja.

-Todos, pero es difícil de obtener, es la más poderosa de Bulgaria.

-No más que mi hija-mi bello esposo hablo mientras entraba con una sonrisa a la catedral.

-He escuchado de Hope Mikaelson, también de Astrid, hija de su matrimonio; ¿me equivoco?

-No lo haces en absoluto-dije.

-Sé que no solo me ayudan por ayudar, sé que quieres la cabeza de Anastas-hablo con una sonrisa.

-Estas en lo cierto viejo amigo-hablo Klaus mirándolo fijamente.

-Es un trato; a la bruja y la cabeza de Anastas, por mis anillos solares y mi reino de vuelta.

-Trato-dijimos Klaus y yo a la vez.

(...............)

Una larga semana había pasado desde aquel incidente, y solo algunos Mikaelson vinieron, Astrid, Hope, Freya, Elijah y Kol; los demás deben de cuidar bien Nueva Orleans; los hechizos pasaban de allá para acá, sin parar ni un solo momento, y todo parecía empeorar con las recientes muertes de algunas brujas del congreso mayor en Varna. Las brujas negras las estaban aniquilando completamente, pues el poder debe trascender, menos brujas más poder para ellas. Las calles cada momento se volvían mas peligrosas, se pintaban de rojo y había desperdicios humanos por doquier, y el olor a putrefacción se podía sentir y aspirar en cada rincón.

Me encontraba caminando entre las criptas de una familia antigua y llena de poder en Petersburgo y Varna, los Rasputín, brujos poderosos donde su poder se eres reducido en bóvedas de cristal, para sellar su pacto con la madre naturaleza. También se hablaba que ellos mantenían el orden de toda Rusia, pero su familia venia de Rumania, pero por siglos se habían mantenido en secreto de varios vampiros que querían su poder, o bueno eso hasta que sucedió la pelea de Chavdar -y la caída de los Romanov en Rusia- y gano el respeto de Varna, y así hizo que trajeran a toda familia a Bulgaria.

-Malditos brujos, son una piedra en los huevos-Kol siempre tan respetuoso.

-Shhh... los muertos duermen-dije poniendo mi dedo en mi boca en signo de silencio mientras lo volteaba a ver.

-Aquí huele asqueroso y hay ratas por doquier-dijo mientras gritaba como niña al sentir una rata caminado por su pie. Yo lo voltee a ver mal-¿Qué?-me reprocho molesto.

-Deja tus reclamos de nena, y mejor busca la maldita tumba de Grigori Rasputín.

-Nosotros conocimos a ese hijo de perra-hablo Kol-También vimos a la familia Romanov caer, fue horrible.-menciono viéndome.

-Me supongo que ustedes llegaron a cazar al megalodon-dije divertida.

-Cállate-dijo aventándome una manzana.

-Lo encontré-dije mientras volteaba hacia abajo.-Esto es horrible-mencione.

-¿Acaso miraste tu cara en un espejo?-pregunto Kol divertido.

-Ja, Ja, Ja; que divertido eres.

-Y todo un galán.

-Eso te lo decía tu mami para que no lloraras-dije riendo.

Entre los dos abrimos la tumba, y el olor rancio llego, era tan fuerte que las ganas de vomitar querían llegar; pero ahí estaba, entre sus manos que ya eran esqueletos, se encontraba una pequeña caja de cristal, donde la luz de adentro era roja y latente. La tome con mis manos volteando a ver a Kol.

-Es hora de irnos enfadosa.

(...........)

Hope se encontraba haciendo un hechizo para abrir la caja, Astrid otro para anclarse de ella junto Freya; y los demás estábamos tomando bourbon, pero mi vista fue directo a mi hermoso esposo que se encontraba sentada a lado de la ventana, pintando. Me puse de pie de donde estaba y llegue a él, sentándome en sus piernas mientras mi brazo derecho abrazaba su cuello.

-Todo saldrá bien-murmure en su oído, mientras depositaba un beso en él.

-Lo sé, pero tengo miedo de perderlos, a nuestras hijas...de perderte a ti-dijo mientras dejaba un suave beso en mi cuello.

-Nunca pasara amore, dije mientras besaba sus suaves labios que sabían a vino.

Nuestros labios jugaban, pero la verdad era que yo compartía ese mismo miedo con Klaus, esas mismas dudas, y ese abundante terror de legar a perder a alguien; pues al fin y al cabo el relacionarte con los Mikaelson y volverte uno, te trae miles de problemas, enemigos pero lealtad, infinita lealtad a la familia.

Estoy completamente segura que ganaremos esta guerra, es nuestro mayor bloqueo para llegar a Elijah, necesitamos que vuelva, y necesitamos vencer los enormes problemas que están por venir en Nueva Orleans, pero sobre todo, los problemas que vendrán para Hope y Astrid. Los miles de obstáculos que vendrán; y el pensar que mi inmortalidad no será monótona del todo, llenan mi ser de adrenalina, hace que las cosas cambien, y que todo se revolucione de una manera distinta.

Porque la familia es poder, es lealtad...por siempre y para siempre.

¡FELICES 100,000 K!

Estoy muy feliz y emocionada, nunca pensé que fuéramos a llegar a tantos lectores en menos de un año.

Gracias por todo, por sus votos, por sus comentarios, sus opiniones, por todo, me alegra mucho que esta historia haya sido de su agrado, que hayan amado a los personajes y hayan odiado a otros. Me alegra enormemente saber que esta historia cada momento sube de puesto.

Sé que tal vez el capítulo no es como lo esperaban, pero me gusta el misterio y creo que el hecho de dejarlo así, es perfecto.

Sin más que decir...

¡CAMBIO Y FUERA!