𝐅𝐈𝐍𝐍 𝐌𝐈𝐊𝐀𝐄𝐋𝐒𝐎𝐍.

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❝Ten cuidado con querer arreglar
un corazón roto,
te puedes cortar con los pedazos.❞

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𝕿𝖗𝖊𝖘 𝕾𝖊𝖒𝖆𝖓𝖆𝖘 𝕯𝖊𝖘𝖕𝖚𝖊́𝖘.

Todo era un verdadero caos en la casa Mikaelson, cuando Kol y Elijah estaban por salir llegaron Freya y Rebekah junto a Marcel y Davina, traían un ataúd con ellos, todos estaban desesperados sin lugar a dudas todo estaba de cabeza; Klaus se miraba sorprendido con la llegada de todos pero sobretodo con aquel extraño ataúd, también había llegado Vicent con ellos. En realidad yo me encontraba sentada en la sala con un libro en mano, viendo por encima de este todo lo que ocurría en la casa, solo miraba como todos se movían y venían e iban grimorios por doquier, hasta que Klaus me vio y camino rápido hasta pararse justo delante de mí.

-¿Qué haces?-me pregunto.

-Leyendo.

-Ve al Grill un rato, amor.

-¿Qué?-pregunte.

-Hay cosas turbias en la casa, y abra peleas, no quiero que veas esto.

-De acuerdo-dije poniéndome de pie y tomando mi abrigo.

-Si Elena o algún idiota te molesta, llámame.

-Lo hare.

Y con eso salí de la mansión Mikaelson, comencé a caminar rápidamente, el día estaba extrañamente callado y aquello no me gusto, sentí como un auto se acercaba levemente a mi lado, era de color negro y al parecer era del año, la ventanilla del asiento de atrás e bajo levemente.

-¿Quieres que te lleve?-aquella extraña voz se coló en mis oído.

-No.-dije secamente.

-Vamos Victoria, sube-Lucien me había insistido.

-No quiero.

-No me digas que Klaus te dijo que no te acercaras a mí-dijo Lucien riendo.

-No es de tu incumbencia Lucien; aléjate-dije.

-Si te subes y te portas bien conmigo, perdonare tu vida.

-¿Qué?-pregunte parando y volteando a verlo.

-Escuchaste bien.

El miedo me lleno y con una sonrisa y parándole el dedo corazón comencé a correr, sabía que si corría por la carretera me podría alcanzar, así que entre al bosque. Corría demasiado rápido y varias veces voltee hacia atrás asegurándome que no estuviera siguiéndome, hasta que me caí, mis piernas se rasparon y comencé a sangrar, sabía que el olería mi sangre. Me puse de pie lo más rápido que pude, hasta que voltee hacia arriba, Lucien se encontraba recargado en un árbol con una sonrisa en su rostro.

-Eres una humana, no puedes escaparte.

-¿Qué quieres de mí?

-Me gustas.

-Solo me has visto dos veces.

-Bueno, digamos que todo lo que Klaus tiene, yo también lo quiero.

-No soy un objeto.

-Si yo así lo quiero, serás un objeto.

-Vete al diablo.

-Cuando te tenga para mí, ambos nos vamos amor.

Y sin más Lucien se fue a velocidad, mi corazón comenzó a latir demasiado rápido, estaba harta de él, volví a caminar pero ahora para volver a la casa de los Mikaelson, esta asustada y no paraba de temblar ni por un momento. Cuando llegue entre rapidamente a la casa, estaba sudada entonces Klaus llego rápidamente a mi lado.

-Lucien-mumure.

-¿Que sucedió con él?-pegunto.

-Él- no podía hablar, él aire comenzaba a faltarme.

Sentí él aire faltarme de mas, y comencé a ver todo negro, hasta que cerré los ojos y me desmaye.

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Cuando desperté no tarde en contarles lo que Lucien me había dicho, claramente ahora no me dejarían sola para nada, Klaus se volvió loco cuando se entero de lo que Lucien esta pensando hacer conmigo. Sin lugar a dudas él odiaba al híbrido con todas sus fuerzas, pero yo no era algo de Klaus, o no de la manera que Lucien lo estaba viendo.

-No saldrás sola.-la voz de Kol sonó.

-Tampoco quiero estar aquí todo el día.

-No lo estarás.

-Kol-la voz de Rebekah se escucho- Necesitamos tu sangre, el hechizo se llevará a cabo ahora.

-Vamos- Kol comenzó a caminar a la salida de la habitación.

-¿Que hechizo?-pregunte.

-Miralo tu misma-dijo Kol haciéndome la seña de seguirlo.

Ambos comenzamos a bajar, cuando llegamos a la sala todos los Mikaelson estaban sentados en un círculo, él ataúd y Freya estaban en medio; cada uno dio su sangre voluntariamente, poniéndola en un extraño tarro, Freya comenzó a decir un hechizo y Elijah abrió él ataúd. Casi al final Klaus puso la sangre dentro del ataúd; y entonces un hombre desnudo salió de el. Hechizo de resurrección.

-Victoria-escuche la voz de Elijah-Te presento a nuestro hermano Finn, Finn Mikaelson.

Y unos enormes ojos azul cielo chocaron con los mios, era atractivo, su piel era bronceada y su cabello castaño, sus ojos eran iguales a los de Freya, rápidamente Elijah le dio una bata y se cubrió.

-Tenemos que hablar Finn-Freya le dijo aquello y ambos se fueron de ahí.

-Te acostumbraras a Finn-me dijo Kol.

-Claro que lo haré Kol, ustedes son mi familia- y aquello hizo que sus ojos se iluminara.

-¡Victoria!-el grito de Hope se escuchó. La niña llego corriendo hacia mi y me abrazo.-Ahora podremos jugar juntas.

-Claro que si cariño-aquella niña era un amor, y comenzaba a formar parte de mi corazón.

Hayley se encontraba recargada en la puerta viendonos y una sonrisa se dibujo en su rostro, rápidamente llego Klaus y la cargo, y poco a poco comenzaron a llegar todos los Mikaelson.

-Haremos una fiesta por tu llegada, hermano-dijo Klaus.

-Estaría perfecta para él viernes-opino Rebekah.

-Entonces comencemos a comprar y organizar-dijo Freya.

-Me alegró que todos estemos aqui-dijo Bekah con una sonrisa en su Cara-Pues también tenemos la llegada de alguien nuevo a nuestra familia- mencionó.

-Como olvidarlo-dijo Elijah riendo.-Victoria, bienvenida oficialmente a la familia Mikaelson.

Mis ojos se abrieron de par en par al ver a todos los hermanos, y a Hayley levantando sus copas y mirándome con una sonrisa en su rostro.

-Por siempre y para siempre-dijo Rebekah con una sonrisa, para abrazarme.

-Gracias-les dije con una sonrisa.

-No tienes nada que agradecer amor, nos has demostrado lealtad y confianza; nosotros te responderemos igual-dijo Klaus.

-Prometo que no los defraudare-dije levantando mi Copa-Por siempre y para siempre.