𝐒𝐄𝐂𝐔𝐄𝐒𝐓𝐑𝐎.

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❝Nunca supe que era ser fuerte;

hasta que serlo fue mi única opción.❞

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Sin duda convivir con todos los Mikaelson en su totalidad, era algo único y hermoso; cada uno tenía una personalidad distinta y única que volvía loco al otro, primero estaban Klaus y Kol, era tan parecido que siempre peleaban por saber quién tenía la razón, ambos eran mujeriegos, sociópatas y tenían una forma sádica de ver la vida; Freya, Elijah y Finn se llevaban demasiado bien, eran más consintientes en lo que hacían y decían, sin duda eran los mayores; y Rebekah era la más joven de sus hermanos, ella siempre se peleaba con Kol, siempre, por cualquier cosa mínima y Klaus se terminaba metiendo en su pelea y yéndose con Kol al Grill, (sin duda siempre me llevaban a mí con ellos). Cada uno había robado una parte enorme de mi corazón, me habían cuidado, alimentado y me dieron donde dormir; no solo era agradecimiento lo que sentía, era amor y lealtad a esa familia, como ellos me la dieron yo se las entregare; llevaba seis meses viviendo con los Originales, y seis meses sin perdonar a mis hermanos, sin poder abrazarlos o platicar con ellos, seis meses de que había vuelto y seis meses que mis peleas con Elena no paraban en ningún momento, como también mis idas al Grill, siempre iba con Kol y Klaus, ambos eran idiotas y protectores hasta mas no poder, si preguntan qué paso después de tantos besos con Klaus, no se responder a ello. Ninguno de los dos hemos hablado, la única diferencia es que a mi parecer, el híbrido siempre se pone celoso cuando Matt se me acerca. Sin duda alguna, jamás entenderé lo bipolar que es Klaus Mikaelson.

-¡Victoria!-el grito de Rebekah me saco de mis pensamientos.

-¡Que paso!-grite igual.

-Iremos de comprar, Freya, Hayley, Hope tu y yo nena-dijo con una sonrisa.

-¿Para qué, o que?-pregunte divertida.

-Para comprar vestidos y lo que necesitamos para la fiesta, payasa-dijo riéndose mientras se sentaba delante de mí.

-De acuerdo. Quiero uno color coral-dije cerrando la revista que tenía en mano.

-Sí, yo quiero uno rojo, Freya lo quiere verde, Hayley dorado y la pequeña Hope blanco-dijo enumerando con sus dedos.

-¿A qué hora iremos?-pregunte.

-En dos horas, mañana es la fiesta; ya entregue las invitaciones.

-De acuerdo.-dije poniéndome de pie.

Comencé a caminar por la casa, hasta que llegue a la cocina, donde estaba Kol tomando una bolsa de sangre.

-Es la comida más nutritiva que he visto en mi vida-dije con sarcasmo.

-Calla-dijo tomando.

-Extráñame cinco horas-canturree.

-¿Por qué?

-Iré con tus hermanas de compras.

-Que Dios te proteja.

-Reza por mí.

-Compra algo sexy.

-Comprare algo decente.

-Aburrida.

-Cállate calzón veloz.

-Ese no es vocabulario para una dama-la voz de Elijah me hizo estremecer.

-Je...-murmure volteando a verlo con una sonrisa.

-Mejor ve a arreglarte-dijo Elijah negando con su cabeza.

Y con una sonrisa en mi cara, salí corriendo de ahí; Elijah tenía el don de poner su cara tan seria que hacía que me cagara, el original sí que me daba miedo, uno nunca sabia cuando se podía enojar de verdad.

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Eran las 6:30 pm, llevaba treinta minutos de que a penas habíamos llegado a la casa, sin duda salir con Rebekah era peor que salir de compras con Caroline, era súper indecisa, y terminaba comprando más de la cuenta, sin duda alguna Rebekah Mikaelson era una adicta a las compras; cuando llegamos a la casa Kol y Klaus me habían dejado una nota de que estarían en el Grill, pero la verdad estaba demasiado cansada para ir, y mañana seria la fiesta y tenía que estar al cien, seguía siendo humana así que me cansaba con más facilidad que los demás, por cortesía Elijah había ido a darles formalmente a mis hermanos y a sus amigos la invitación, sabía perfectamente bien que vendrían. Solo tenía que esperar lo que la noche me tendría preparada.

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Todo el día no la habíamos pasado arreglando la casa, contrataron meseros, pusieron mesas elegantes con manteles blancos de ceda, compraron demasiado champagne, vino y bourbon y ahora cado uno nos encontrábamos arreglando, me había bañado y Rebekah hace un momento había venido a maquillarme y peinarme, ahora me encontraba poniéndome el vestido y los tacones; era de un color coral de mangas cortas caídas con un pequeño escote en forma de corazón, y de lado derecho tenía una abertura de corte de sirena, era largo y recto con algunas patillas que lo hacían ver único, mis zapatos era de color dorado abiertos. El maquillaje era natural pero cargado, que se viera bonito; Rebekah se había encargado de hace el delineador delgado y discreto, mi cabello estaba hacia atrás lleno de caireles con una pequeña diadema de brillos. Sin duda alguna que me encantaba como me miraba.

-Ya llegaron los invitados-Kol entro sin tocar a mi habitación, como de costumbre-Te ves hermosa-dijo con una sonrisa-Y sexy.

-Tú te ves hermoso y sexy también-le dije con una sonrisa en mi rostro.

-Me alagas, cariño; bajemos.

Tomo del brazo a Kol, y ambos comenzamos a bajar las escaleras, mis hermanos acompañados de sus esposas, fue lo primero que vi, Elena traía un vestido color purpura que no era de mi gusto, y Caroline uno color cielo extraño, al final Bonnie traía un vestido naranja; sin duda no usaría ninguno de los tres por el tipo de corte. Al voltear a la derecha me encontré con Klaus, que sin duda se miraba hermoso, traía un traje color negro con un moño igual, se le miraba tan bien que mordí lo labio inferior y él lo noto.

-Te ves increíblemente maravillosa-me dijo Klaus al oído.

-Tú te ves increíblemente maravilloso, como lo que eres-le dije al oído.

-Te dejare a Victoria, hermano-dijo Kol entregándole mi brazo a Klaus-Iré con Davina.

-Me alegra tenerte como mi acompañante-dije.

-Eso no evitara que tenga ganas de besarte.

-¿Y qué te detiene?

-Nada-dijo y me robo un pequeño beso haciendo que una corriente pasara por mi cuerpo.

-¡Vaya!-la voz de Lucien hizo que me apartara de Klaus de golpe-Hacen una estupenda pareja.

-Tienes suerte de que estemos en público, o si no te rompería la cara.- le dijo Klaus molesto.

-Tranquilo-dije mientras lo abrazaba por la cintura.

-Que hermosos se ven-dijo sarcástico Lucien-Sin duda alguna, te ves espectacular con ese vestido Victoria, pero te verías mejor sin el-Klaus se removió de mi agarre por un arranque de ira.

-Déjalo, es lo que él está buscando-le dije a Klaus.

Solo observamos como Lucien se marchaba de donde estábamos y se iba a otro lugar de la fiesta, seguía abrazada de Klaus, solo sentí como sus manos bajaban a mi cintura y sin poder evitarlo me separe un poco de él y lo bese en los labios.

-Si haces esto cada que me enojo, siempre estaré molesto-dijo de broma.

-Hare lo necesario para que siempre estés feliz-dije con una sonrisa-Iré por algo de tomar, ahora vuelvo-dije alejándome de él.

-No tardes amor.

Yo solo le di una sonrisa y comencé a caminar hacia donde estaba el champagne, hasta que las ganas de ir a la terraza me llenaron y comencé a caminar hasta ahí, pero en aquel lugar se encontraba Lucien, que al verme una enorme sonrisa se formó en su rostro.

-Deja en paz a Klaus-le dije firme a Lucien.

-¿Por qué lo haría amor?-me pregunto con una sonrisa.

-Porque te lo estoy ordenando.

-Para ser una simple humana, eres muy valiente.

-Mis hermanos son vampiros, tócame un pelo y mueres aquí.

-Lo tengo claro, pero te lo dije una vez, si no eres mía, no serás de Niklaus-para ese entonces él ya se encontraba detrás de mí, y rápidamente cubrió mi boca y nariz con un pañuelo que olía extraño, aquello me hizo marearme hasta que vi todo negro.