𝐄𝐍𝐅𝐑𝐄𝐍𝐓𝐀𝐌𝐈𝐄𝐍𝐓𝐎.

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❝Nos pasamos los días mirando el reloj 
y seguimos llegando tarde a la vida.❞
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Llevaba una semana en cama, Klaus y Elijah se habían encargado de que no me pusiera de pie más que cuando me bañaba, lo cual creo que era algo demasiado extremo, me estaba volviendo loca sin salir y poder hacer mis cosas; el doctor me prohibido que bebiera alcohol por un tiempo, pues estaba tomando medicamento y eso me podría afectar, también me dijo que no podía recibir noticias fuertes que alteraran mi condición emocional, porque eso provocaría ataques de asma o pánico. Y una cosa lleva a la otra, mis hermanos por su parte venían a visitarme seguido, me habían pedido disculpas como mil veces por lo sucedido con Elena, pues como se abran dado cuenta, todo fue culpa de ella. Kol se la pasaba conmigo cuidándome en las noches viendo películas, a veces me traía dulces o cosas por el estilo para consentirme, a espalda de sus hermanos claro esta; y al final Rebekah se había ido a Nueva Orleans de nuevo, después de cerciorarse de que me encontraba fuera de peligro. Cada uno se había preocupado por mí en distintas formas, pero eso no quitaba que no dejaba de pensar que pasaría ahora con Klaus y conmigo; no quería que todo lo que paso entre los dos solo quedara en el olvido, y que me haya ilusionado de nuevo.

-Espero que te encuentres lista para salir al exterior hoy, enfadosa-la voz de Kol inundo mis oídos.

-Lo he estado desde que me dieron de alta.

-Entonces báñate y arréglate; te llevare al Grill.

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Necesitaba salir, y cuando lo logre me encanto seguir el aire en mi rostro, y sentirme libre, por así decirlo, me gustaba caminar por el bosque y salir milagrosamente de él y encaminarme a mi bar favorito y estar ahí por horas tomando bourbon. Al llegar Matt se me quedo viendo como de costumbre, al parecer todos se habían enterado de lo que me había sucedido; el rubio bajo su mirada un poco apenado, pues lo que me había pasado era culpa de la Doppelganger que me había metido un miedo enorme al recordar mi pasado.

-Solo intenta ignóralos-murmuro Kol.

-¿Qué van a querer?-la voz de Matt nos interrumpió.

-Una botella de bourbon y dos vasos, rápido Donovan-dijo Kol.

-Enseguida-murmuro molesto.

-No deberías tratar así a las personas-dije.

-Es de Donovan de quien hablamos, no es la gran persona.

-Aquí está su orden-Matt había llegado con la orden-¿Cómo estas Victoria?

-Mejor, gracias por preguntar-dije.

-Me alegro-dijo.

-No seas hipócrita Donovan, y lárgate de aquí-dijo Kol.

Matt al parecer se puso incomodo, y enseguida se fue por donde vino. Ambos comenzamos a beber y a divertimos, después fuimos a la mesa de billar y a jugar target. Así que en particular mi tarde se estaba volviendo grandiosa hasta que la llegada de Elena con Bonnie borro mi sonrisa.

-Maldición-murmuro Kol volteando a verlas.

-¿Si te hablo no te da un ataque de pánico milagrosamente?-pregunto sarcástica Elena.

-No, pero harás que te rompa la cara-dije.

-Vaya, la gata aún tiene garras.

-Ay Elena-comenzó a hablar Kol-Siempre se te olvida que soy un original, y tu una simple humana. No sabes cuantas ganas tengo de romperte el cuello ahora mismo.

-Bonnie aun sabe cómo matar originales-dijo.

-Deja tus amenazas banas Elena-dije-Porque la que lo sabe matar es Bonnie, pero recuerda que si matar un original, mueren todos-dije.

-Eso no quitara que muera tu protector.-dijo Bonnie.

-Eso es obvio, porque al parecer Elena solo ocupa personas sobrenaturales para defenderse-dije con una sonrisa y ella la borro-Dime Elena, ¿no te cansa ser siempre la mártir, y necesitar que todos te salven, todo el tiempo?-pregunte con una sonrisa-No respondas-la corte-Vámonos Kol, aquí está lleno de lacras.

Ambos salimos del Grill, el enojo comenzó a brotar de mi sistema, estaba totalmente harta de Elena, nunca había tenido tantas ganas de matar a alguien como las tengo ahora; claramente yo conocía todo el historial de los seres sobrenaturales de Mystic Falls, los Mikaelson me habían contado todo sobre ellos, sobre mis hermanos y sobre Elena. El primer Doppelganger fue Amara, quien se enamoró de Silas (el cual también es un Doppelganger y resulta ser la línea de Stefan), luego fue Tatia, Katherine y al final Elena. El simple hecho de pensar que había personas iguales a Elena, hacía que mis estomago se revolviera, y que una sudor frio me invadiera; Tatia hizo que Elijah y Klaus se enamoraran de ella, igual que Katherine lo hizo con ellos y con mis hermanos. Todo esto de alguna manera me daba risa, nadie aprendía a no confiar en una Petrova, al final todas ellas destruían algo; la familia. Sin lugar a duda necesitaba un psicólogo para desahogarme o matar a la Doppelganger que ya me tenía harta.

-Sé que la odias, Victoria-dijo Kol-Se te nota.

-Nadie entiende como me siento de alguna manera al verla, cuando la detesto y como pueden mis hermanos tener amor y devoción como si se tratara de un ángel.

-Hubo un tiempo donde yo me preguntaba lo mismo con mis hermanos, referente a Tatia y Katherine; nunca lo he comprendido.

-¿Nunca te enamoraste de una Petrova?

-No, siempre me han gustado las brujas.

-Ahora entiendo lo de Davina.

-Sí, Davina me gusto; pero tengo un pequeño rencor hacia ella.

-¿Cuál es ese rencor?

-Lo que le hizo a Klaus, mi hermano siempre me ha desesperado, pero jamás había pensado que alguien le podría hacer lo que ella le hizo.

-¿Y porque estas con ella?

-Porque necesitamos cosas de ella, y hasta que no las obtenga, seguiré con esa relación.

-Vaya, ustedes tienen el código de moral más alto que el de mis hermanos.

Kol solo se rio, y me dio un leve empujón, así estuvimos jugando hasta que llegamos a la casa, y adentro ya se encontraban Klaus y Elijah, este primero se miraba molesto por nuestra llegada tarde.

-¿Qué parte de que no puedes salir, no entiendes?-me pregunto Klaus.

-El no-dije.

-Solo fuimos al Grill.

-¿Tomaste alcohol?-pregunto Elijah.

-Poquito-dije haciendo una seña con mis dedos.

-Como sea-dijo Elijah suspirando y sentándose de nuevo-Kol, tú y yo iremos mañana a Nueva Orleans por algunas cosas, volveremos el viernes.

-Maldición-dijo el nombrado-Los odio-dijo subiendo.

-Y tú y yo tendremos un día en el Grill mañana-dijo Klaus refiriéndose a mí.

-Sin duda alguna, nunca entenderé tu bipolaridad.