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➤ Cᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 04

Leah Hee Tuan;

     No era fácil convivir en un ambiente de trabajo con una persona como él, lo odiaba y detestaba porque él cree que tiene un gran control sobre mí, cuando lo único que tiene sobre mí es el respeto que se merece por ser mi superior.

     Bajé del ascensor en busca de mi Audi R8 plateado, de lo molesta que me encontraba solo deseaba irme a mi apartamento donde está mi paz junto a la tranquilidad que me transmite mi hermano, ese ser que es la razón de mi existir.

     Subí al auto y lo puse en marcha, en el camino cambiaba la música una y otra vez hasta encontrar una que realmente me agradara o terminaría aún más molesta de lo que ya me encontraba, aunque mis gustos no eran tan exquisitos, solo detestaba escuchar rock pesado.

     Minutos después, había llegado al gran edificio, era uno de los más costosos de todo Seúl, ¿Y cómo lo sabía? Los de bienes raíces hicieron un buen trabajo buscando un apartamento adecuado para ambos adultos con gustos muy distintos, casi de polo a polo, siendo muy unidos sanguíneamente.

     Entré al estacionamiento, busqué mi puesto de estacionamiento con la vista y me estacioné de trompa hacia la pared, apagué el motor y salí del auto junto a mi bolso de mano, unos lentes que tenía en el asiento delantero y mi teléfono, verificando de todos modos que tuviese todo; cerré la puerta y le puse seguro al auto.

     Caminé a paso apresurado al lujoso ascensor y marqué mi piso correspondiente, mientras esperaba a que él ascensor me llevara a mi destino, comencé a revisar mis mensajes ya que mi teléfono iba a estallar de tanto vibrar.

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Mejor amiga:

“¿Cómo es eso que el Doctor Jeon te ha expulsado?”.

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     Era un mensaje de mi amiga, SunMin. Al igual que ella, también estaba desconsertada, el descerebrado y sin neuronas Jeon acababa de expulsarme oficialmente, además se dió la tarea de darle la gran noticia a los demás residentes.

     Bravo, Jeon, subiste de nivel, imbécil.

     Empecé a escribir muy molesta, moviendo mis dedos a la velocidad de la luz para responderle.

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Yo:

“De seguro es una de sus tantas bromas pesadas, ya lo conoces”.
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     Fruncí el ceño, eso quería pensar y de pronto las puertas se abrieron dándome una señal clara que ya debía bajarme, poniendo de una mis pies a funcionar. No podía evitar estar enojada, ¿Cómo no estarlo? Yo no había hecho nada malo hasta ahora y si era sólo para divertirse un rato, se estaba sobrepasando de la raya.

     Saqué las llaves mientras mi teléfono vibraba indicándome que me había llega un mensaje el cual ignoré, ya que podía escuchar que en el interior del apartamento habían voces, voces que podía reconocerlas a una gran distancia, ¿Qué hacían ellos aquí? Mark odiaba verlos, apuesto a que lo hicieron a propósito.

     Ignoré aquello que tal vez y sólo tal vez estaba imaginando para distraer mi mente, así que sólo miré el mensaje de SunMin.

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Mejor amiga✨

“Se veía muy decidido, estaba hablando muy en serio, Leah. Deberías hacerle caso, quizás en una semana se le pase”.

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     No podía creer lo que estaba leyendo, SunMin no sería capaz de pedirme que ceda ante los juegos y provocaciones de Jeon, ¿Cree que me dejaré intimidar por sus palabras? Porque conmigo se equivocó, yo no soy ese tipo de chica que se acobarda a la primera.

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Yo:

“¿Sabes en dónde vive el Doctor Jeon? Me urge arreglar las cosas con él”.

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     Abrí la puerta del apartamento con el teléfono aún en la mano y pude visualizar los dueños de aquellos murmullos que se escuchaban a través de la puerta.

     —Hija. —Habló mi madre parándose del hermoso sofá de cuero negro que tenía en el salón— Por fin llegas, nos dejaste mucho tiempo con el inservible del hermano tuyo...

     —Que te recuerdo, también es tu hijo —La interrumpí.

     Ya era suficiente con lo que me había pasado hoy en la clínica, no quería otra escenita y menos en mi propio hogar.

     —Que yo recuerde sólo tengo una hermosa hija. —Constestó mi padre, poniendose de pie al igual que mi madre, esperando a que los saludara como es debido, pero ¿Saben qué? No quiero— ¿No piensas saludarnos? Teníamos más de cinco meses sin verte —Asentí con la cabeza y caminé rápidamente a ellos.

     A cada uno le dí un beso en la mejilla y de forma rápida me alejé de ellos, no se merecen mi compasión ni mi aprecio.

     —Ya pueden irse de mi casa —Pedí por lo bajo.

     Mi padre abrió los ojos como platos, al igual que mi madre, sorprendidos con mi petición.

     —Te hemos dado todoz ¿Y así es como nos pagas? Sólo por defender a lo que tú llamas "hermano". —Hizo énfasis en esa palabra.

     Mi padre no aceptaba este tipo de contestas, pero si era soy sincera conmigo misma, estaba tan cansada de discutir con ellos que prefería ignorar que existían.

     —Mamá, papá, si no han venido a felicitarlos, vernos o darnos una gran noticia, pueden retirarse, no veo algún motivo por el cual deban quedarse —Sonrío señalando la puerta, aunque estaba segura que ellos ya sabían por donde salir, ni modo que por la ventana.

     Aunque tampoco era una mala idea.

     —¡Esto es inaceptable! —Gritó mi padre. Lo escuché fuerte y claro, estaba a tan sólo unos centímetros de ellos— Ese bueno para nada te lava la cabeza te las llena con cucarachas, debes vivir con nosotros en Estados Unidos como siempre hemos querido, además podrás...

     —¡Basta! —Ya estaba empezando a exasperarme— No volveré a hacer mi vida en otro país y menos bajo su techo, si no les molesta, iré a ver a mi hermano, ya saben por donde salir.

     Dicho eso con orgullo y claridad me dí la vuelta dejándolos con las palabras en la boca mientras caminaba con estos tacones matadores a la habitación de mi hermano.

     —Mark. —Lo llamé y al mismo tiempo tocaba la puerta. Al no escuchar respuesta decidí abrirla, lo ví sentado de espaldas hacia mí, mirando por la ventana que dá a un hermoso parque que alumbraban de noche— Mark. —Lo volví a llamar. Aún sin escuchar respuesta, me acerqué a él por detrás dejando mi bolso de mano y lo que traía en las manos en la cama para poder abrazarlo con facilidad por la espalda y a su vez dejaba pequeños besos en sus hombros.

     —Hee, ellos tienen razón, deberías volver a Estados Unidos. —Podía escuchar como su voz se rompía y estaba a nada de llorar— Es lo mejor para los dos, sólo te doy problemas —Me aferré más a su espalda, mientras intentaba sentarme en la cama para abrazarlo mejor.

     —¿Te estás escuchando? —Reí— Suenas muy estúpido, aunque eso ya lo eres. —Aunque no podía verlo, podía escuchar como reía, bajito, pero lo hacía— Eres lo más importante para mí, jamás vuelvas a pedirme algo así, ¿Te quedó claro? —Me separé de su espalda desnuda esperando a que me viera a los ojos, no importaba que estuviéramos en la oscuridad y como si hubiese escuchado mis pensamientos, se giró para verme a los ojos.

     —Jamás me dejes solo, aunque te lo pida millones de veces.

     Al ver sus ojos cristalizarse, mi corazón se contrajo, ¿Cómo cree él que yo lo voy a dejar? Eso jamás pasará, es lo más preciado que tengo en la vida.

     Mis padres sólo han sido un martirio para él.

     —Mark. —Lo llamé, captando toda su atención— Aunque tu me pidas tal idiotez por tu falta de neuronas o testículos, jamás lo haré. Incluso, si me llegas a fallar ahí estaré yo, apoyándote como siempre lo he hecho —Esa hermosa sonrisa, el cual yo amaba, estaba alumbrando su rostro en todo su esplendor.

     Podía soportar cualquier cosa sólo por verlo sonreír, aunque sea, una última vez.

     —Créeme, si no fueras mi hermana, te besaría ahora mismo y subiría mi mano por tu hermoso cuello, para apresar tus labios con los míos...

     —¡Mark! —Lo regañé, ¿Alguna vez mi hermano a tenido un sueño húmedo conmigo? Era una de las preguntas que me hacía dar vueltas a mi cabeza y más las posibles respuestas, esas que no estaba dispuesta a escuchar.

     —¿Qué? —Me miró sorprendido por el tono de mi voz— Era sólo un comentario. —Dijo poniendose de pie para darme un beso en la mejilla— Y si no te molesta, iré a bañarme —Se empezó a bajar el pantalón.

     Al ver tal acción me puse de pie rápidamente, estaba muy incómoda, él era mi hermano.

     —¡Eres un pervertido! —Tomé mis cosas y salí rápidamente de su habitación, cerrando la puerta detrás de mí.

     Una sonrisa se formó en mi rostro, pero se desvaneció al leer los mensajes que me habían llegado de SunMin. Abrí la puerta de mi habitación y luego cerré con seguro poniéndo mi bolso en una mesita que tenía en el, para caminar a la cama y tirarme en ella con poco glamour. Desbloqueé el teléfono y leí de forma calmada los mensajes.

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Mejor amiga✨

¿Estás loca? ¿Para qué quieres saber su ubicación?”.

“NO ME DIGAS QUE QUIERES ACOSTARTE CON ÉL ¿O SI?”.

“Leah Hee, no hagas algo estúpido, pero abajo te dejé su dirección”.

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     ¡Perfecto! Ya tenía mi plan b funcionando, por si en el plan a salen ciertos desperfectos.

     Quité la ropa que traía puesta para cambiarla por un pijama bastante cómodo de short, tenía mucho sueño y necesitaba descansar, esperaba no tener esa pesadilla que me perseguía a cada instante en mis hermosos sueños.

Dato curioso:

Está historia fue la menos querida y apreciada de mi cuenta (Detestada, en otras palabras), por eso la eliminé y ahora la estoy resubiendo.

Gracias por leer❣️

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