2.¡Puedes hacerlo!
El school Meal Club desfilaba en fila al llegar del instituto, las dos más mayores corrieron a la cocina muertas. En cambio, Tzuyu fue a su habitación.
Esto no paso por alto para Jeongyeon, que limpiaba con la aspiradora el desastre que dejaron Nayeon y Momo.
—¿Tzuyu no tiene hambre? —preguntó la unnie preocupada.
—Dijo que le dolía la cabeza, hoy la sacaron a la pizarra y se quedó en blanco —explicó Chaeyoung —Ha tenido un mal día, encima el lunes empezamos los exámenes.
—Ya la intentamos animar, pero dijo que quería estar sola —recordó Dahyun. —Teníamos pensado ir a su habitación en un rato...
Por otro lado estaba la pequeña maknae, hecha bolita en su cama abrazándose a su almohada. El profesor de coreano le había dicho que le haría una recuperación del examen, pero no sabía ni por dónde cogerlo.
Encima, para su mala suerte ese día se empeñó en querer sacarla a la pizarra para analizar unas frases y no pudo hacer ni una sola. Recibió las miradas sorprendidas de muchos de sus compañeros de clase y eso provocó que se pusiera más nerviosa.
Se sentía frustrada porque incluso la bendita coreografía no le salía como quería, pronto tendrían comeback y a su gusto podía hacerlo mucho mejor. Un mohín de formo en sus labios recordando sus primeros años de trainee, no quería llorar así que se abrazo más fuerte a su almohada.
La puerta de abrió de una patada, una patada dada por Jihyo.
—¿Quién hizo llorar a mi bebé?
Tenía un radar implacable de líder.
La mayor se acercó y al verla como un cachorrito abandonado abrazándose se le estrujó el corazón. Se acercó lentamente y Tzuyu se levantó inmediatamente.
—Jihyo unnie, estoy bien.
Sus ojos estaban brillantes y su rostro estaba rojito, se notaba que se estaba aguantando las ganas de llorar.
—Vamos a comer todas juntas Tzuyu-ah —la tomó de la mano halándola donde estaban las siete.
Las demás acababan de llegar pues tenían sus chaquetas puestas y ya estaban comiendo desesperadas, las miradas de las siete chicas se clavaron en la maknae.
—¡Chewyy! ¡Lo hiciste bien!
—Ven siéntate Tzuyu-ah, te mereces descansar.
—¡Yoda! Tienes que probar esto.
Las unnies hicieron que se sentara inmediatamente y la empezaron a alimentar como si fuera un bebé.
—Dí ah~
—¿Está rico? —preguntó Sana acariciando la mejilla de la menor.
La taiwanesa ladeó su cabeza, Mina que ya había terminado revolvía su cabello mimándola. Nayeon contaba como Momo y ella habían peleado en un ascensor logrando las risas de todas, incluida la de Chou.
Al terminar de comer todas miraron expectantes a la más pequeña, ésta tomó su mochila y fue a su habitación para estudiar.
Estaba mucho más motivada.
Tzuyu se sentó en su escritorio y abrió su cuaderno viendo los apuntes, tomó aire y comenzó a estudiar. Al principio se le hizo complicado, pues notaba como las miembros entraban revisando por encima lo que hacía la menor.
—¿Nuestra Chewy necesita ayuda? —Kim se había acercado dándole caricias en la cabeza.
La extranjera asintió con su cabeza y un poco tímida señaló el cuaderno, tenía las mejillas algo encendidas.
—Aquí, no entiendo como ponerlo —murmuro y Dahyun parpadeó.
—Ah, esto es fácil, ahora te lo explico.
Con paciencia le comenzó a explicar e incluso llamó a Chaeyoung que asentía intentándole ayudar con la explicación. Luego de esto, la dejaron sola para que continuara estudiando a solas.
"Puedo hacerlo" pensó animada su mirada estaba fija en el cuaderno y notaba progresos.
—¿Qué tal? ¿Todo bien? —cuestionó la unnie más mayor acercando su vista.
—No creo que entiendas, no se estudiaba literatura cuando los dinosaurios existían —objetó Chewy con una sonrisa pícara.
Nayeon iba a replicarle con un grito, mas luego vio esos ojitos y los hoyuelos adorables en sus mejillas.
—Algo sé, ¡Sana tráeme las gafaaas! —gritó siendo completamente ruidosa.
La líder fue quien apareció con las gafas seguida de la J-Line.
—¿Como le va al bebé yoda con eso? —inquirió Mina.
—Te ayudaría si pudiera, pero te puedo ayudar mejor con lo coreografía Tzuyu-ah —continuo hablándole Hirai.
—Te hemos hecho una canción de ánimos —aportó Minatozaki y comenzó a saltar.—¡Dame una Che! ¡Dame una Wy! ¡Chewy!
—¡Vamos Chewy! ¡Puedes hacerlo! —cantaron las tres japonesas y la líder les hizo un signo de silencio.
Una suave risita fue soltada por Chou, le animaban pequeñas cosas como esas.
—Dejadla ya estudiar, puedes tomarte un descanso y luego retomarlo —habló Jeong desde la puerta.—¡Tzuyu-ah fighting!
Todas llenaron de besos la cabeza de la maknae antes de marcharse, excepto Jihyo que antes de cerrar la puerta sonrió observándola.
—Puedes hacerlo —la animó dándole una sonrisa cálida.
Tzuyu sintió su corazón latir con fuerza, adoraba cuando las chicas le daban ese apoyo y el sentir que ellas confiaban en que era capaz de lograrlo.
🥰🥰
Entre sus manos estaba el papel con la nota asignada, no era un diez, pero tampoco un cero. Era un ocho. Había aprobado y eso era lo importante. Corrió como un niño emocionado para presumir su logro.
Entró dando pequeños saltitos y señalando el examen a penas podía hablar de la emoción.
—¡Bien hecho! ¡Sabíamos que podías! —dijeron en coro.
Los aplausos, besos y revoltijos en su pelo no se hicieron esperar. Las miembros le estaban llenando de mimos por haber aprobado con una nota buena.
—Y no lo dudes nunca Tzuyu, nosotras estamos aquí para ti y haremos lo posible en ayudarte en todo —dijo Jeongyeon abrazando y apretando las mejillas de la menor.
El labio inferior de Chou tembló, esas palabras le habían llegado al corazón. Si tenia a las chicas a su lado ella podría hacer todo lo que pudiera.
Y las chicas no podían estar más felices por ver ese brillo fugaz en su pequeño bebé Yoda.
Desde ese día su lema se convirtió en:
"¡El trabajo duro no te va a traicionar! Si das lo mejor de ti sin frustrarte, habrá un buen resultado".
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