Epílogo.
Holas, aquí de nuevo yo.
Y sí, os traigo el epílogo. Está hermoso.
(Sisi, como tú lo hiciste por eso está hermoso xD) bueno, qué decir, estoy feliz.
El FIC lo comencé en abril, mes del HunHancito y pues, hoy lo estamos terminando finalmente, completito y eso.
Pues espero que lo disfruten, trabaje mucho en él el día de hoy y creo que tiene justo lo que necesita.
Lean con calma, disfruten y amén este cap, he dicho. Okno. Bueno lean chiquillos.
Epílogo.
—Papi, ¡papi Hannie!
Gritó la pequeña corriendo sin tener cuidado hacia su querido papi Hannie. La pequeña de apenas tres años de edad se abrazó con fuerza de las piernas del mayor quien al tenerla junto a él se rió por la linda actitud de la pequeña y la cargó en brazos dándole dos besos en cada mejilla haciéndola reír.
—Hola preciosa, ¿cómo estás? —preguntó Luhan meciendo a la pequeña niña que se abrazaba de su cuello dándole pequeños besos en su mejilla.
—Bien, papi Hunnie, ¿dónde está? —preguntó con sus palabras cortadas, producto de apenas comenzar a hablar más fluido, Luhan sonrió y le señaló hacia la puerta por donde iba entrando el aludido, con un enorme peluche de felpa, la niña soltó un gritito emocionada.
Luhan la bajó de sus brazos dejando que la pequeña corriera hacia donde estaba el mayor, quien la abrazó también dándole vueltas al aire, dejando que la dulce melodía de sus risas se escuchará por todos lados.
—Hola, hijo —saludó la señora Lu a su hijo quien al verla la abrazó y besó su mejilla—. Que bueno que han llegado ya, ¿cómo les fue?
—Todo bien mamá, SeHun pudo cerrar contrato con los rusos, estarán invirtiendo en la nueva empresa allá —respondió el chico llevando a su madre hacia la mesa del jardín donde también estaban el padre de SeHun y su novia, quienes sonrieron al verlo.
—La niña estuvo preguntando por ustedes todo el tiempo, ya quería verlos —contó la señora Lu a lo cual Luhan sonrió, también habían extrañado a la pequeña, estar lejos de ella era casi una tortura de la edad media—. Parece que SeHun también la echó de menos.
—Eso sí, ya queríamos volver, sabes que no estamos acostumbrados a estar lejos de ella —dijo mirando desde su posición a su pareja e hija correr de un lado a otro para tumbarse sobre el oso riéndose—. ¿Cómo está ella?
—Está bien, más tranquila —respondió la mujer quedándose a un metro de llegar a la mesa donde el señor Lu y la pareja Oh conversaban de negocios—. Los médicos dicen que, si sigue llevando su tratamiento y ven mejorías pronto la podrán dar de alta y tendrá una cálida de vida estable. La verdad nunca esperé que tuviera problemas tan graves.
—Yo tampoco, la verdad... No me hizo nada feliz saber que debía pasar tanto tiempo encerrada y que, hasta la fecha siga ahí —mencionó haciendo una mueca.
Cuando SeHun se acercó a ellos con la pequeña Jiao en brazos, que era la adoración de ellos dos, los cuatro fueron a la mesa. Después del viaje de una semana y media a Rusia ambos tenían muchas cosas que platicar con los mayores de ambas familias. Luhan había aprendido a llevar bien el negocio de su familia, que prácticamente era una empresa de márketing y exportación extranjera, por ello mismo, la sociedad entre los Lu y los Oh fue bastante beneficiosa para ambos lados.
Luhan a pesar de haber estudiado algo diferente al márketing había tomado amor por la publicidad y ventas, por ello mismo se había encargado de las campañas del nuevo coche que la empresa de SeHun sacó a la venta, y por qué no presumir de ello, les fue bastante bien, tanto que los medios los conocían como la pareja perfecta. Ambos jóvenes eran una promesa para la economía del país, y sobre todo al ser uno de ellos hijo del presidente del país.
Y a pesar, de que no estaban casados los medios de comunicación los difundían como si lo estuvieran y la pequeña Jiao era la hija de ambos. A ninguno de los dos jóvenes les dio por desmentir dicha noticia, al contrario, amaban que fuera así.
Luhan con sus ya recién cumplidos 25 años era feliz, tenía más de lo que en algún momento pudo pedir. La relación con SeHun iba cada día mejor, no lo iba a negar, a veces tenían sus desacuerdos, pero nada que no se pudiera arreglar con sus detalles, un beso y quizás una noche calurosa entre los dos.
La casa que ambos compartían siempre estaba llena de amor, nunca faltaba eso por ningún motivo. A pesar de LuHan había aceptado casarse con SeHun, fue muy claro al decirle que no lo harían de inmediato. Ambos estuvieron de acuerdo en que había pasado muchas cosas entre ambos, muchas buenas pero también otras no tanto que de alguna manera había fisurado su relación y tenían mucho que reparar.
Y así fue, durante los meses siguientes se encargaron de pasar más tiempo el uno con el otro. A pesar de sus obligaciones, los padres de ambos chicos apoyaron mucho para que ambos se fueran de viaje y estuvieran viviendo lejos de todos ellos, de las personas que pudiera también hacerles daño, como Jia. Luhan a pesar de no querer hacer que SeHun descuidara su empresa terminó aceptando y por ello durante medio año estuvieron lejos, viajando cada mes a distintos lugares. Asia fue uno de los continentes que más visitaron, como Japón, Tailandia y China, que les sirvió mucho para conocer otro tipo de gustos y formas de ser del contrario. Europa parecía que les dio mejor para su relación, a pesar de que siempre eran así, no pudieron abandonar la cama.
SeHun todos los días, había tomado la costumbre de darle una rosa al menor con pequeños postín donde le escribía pequeñas frases llenas de sus sentimientos, por el contrario, Luhan era más hogareño, los desayunos a la cama, el postre favorito de SeHun o, alguna nueva habilidad al estar solos. A SeHun le encantaba la forma de ser del menor, amaba cada detalle del mismo por ello también se encargó de enamorar todavía más de ser posible a su chico, programando salidas, lugares especiales para los dos y nunca olvidar las pequeñas cosas que al menor le gustaban.
Sin duda el viaje les sirvió a ambos, porque cuando regresaron, sus amigos lo notaron de inmediato. Ese brillo que antes hubo en sus ojos, ahora se notaba más, incluso su lenguaje corporal hablaba por sí mismos. No había momento en el que estuvieran juntos y sus cuerpos no se tocarán de manera inconsciente.
Baekhyun que era el más abierto a decir las cosas siempre les hacía burla, de que eran novios no siameses para estar todo el tiempo juntos, pero a pesar de eso, todos estaban felices de ver a sus dos amigos juntos.
Con el paso del tiempo, la relación entre todos ellos se había hecho más cercana, incluso de LuHan con ChanYeol y Chen, quienes siempre recurrían a él para pedirle favores, como investigar algo de su amigo MinSeok o de su íntimo Baekhyun, pues eran realmente terribles para darles detalles a sus parejas. Así mismo, Kai y KyungSoo se habían acercado más a LuHan cuando se enteraron que pensaba casarse con SeHun. Ambos chicos amaban a su amigo y por ello mismo trataban de orientar a LuHan para que su matrimonio no fallara en su primer año, y LuHan agradeció ello, que aunque todavía no se casaba con SeHun, vivían juntos y todo marchaba mejor.
Fue por ello y por la estabilidad que tenían, que LuHan tomó esa decisión cuando Jia dio a luz y dos meses después todo se puso mal con ella. LuHan jamás entendió porqué Jia era así, hasta que fue internada después de que quiso regalar a su hija tras ser dejada por MinHo, quien al enterarse que Jia estuvo con otra persona y la bebé que dio a Luz Jia no era de él.
La pequeña Jiao, estuvo lejos de casa una semana por los descuidos de Jia, tanto SeHun como LuHan pusieron todas sus energías para encontrar a la pequeña y cuando por fin la tuvieron, le concedieron a LuHan poder tener su patria potestad al ser hermano de la verdadera madre.
—Sé que Jia es lo que es, pero... Jiao es mi sobrina y ella no merece crecer sin alguien que le de amor —fue lo que dijo LuHan a su novio, mientras ambos estaban abrazados en aquel columpio bajo el árbol de su casa.
SeHun se había sorprendido mucho por lo afectado que se veía su menor, podía corroborar que sí, le dolía lo que le pasaba a su hermana, al fin de cuenta era su melliza y le era posible sentir por ella.
—Si quieres, podemos adoptar a Jiao, aunque no sea mi hija la querré como tal... Tiene tu sangre —sugirió SeHun viendo como su novio lo miraba sin poder creerlo. Le sonrió y besó su frente.
La decisión para ambos fue buena, pero lamentablemente, no estaban casados y los dos no podían tener derecho sobre la pequeña, por lo cual Jiao pasó a ser solo hija de Lu Han como su padre. Y tal como SeHun dijo, la quiso como si fuera suya.
Cuidar de una bebé no fue fácil para ninguno de los, el desvelo cuando ella despertaba en las noches porque tenía hambre, el cambiar pañales, el cuidar que no se enfermara, el darle todo lo que ella necesitaba era difícil, pero aun así no iban a desistir. Los chicos siempre estuvieron a su lado, apoyando a sus dos amigos que ahora estaban viviendo una nueva etapa de sus vidas, así mismo, la novia del señor Oh quien a pesar de no tener hijos, había cuidado de sus sobrinos y sabía del tema, por lo cual siempre estuvo orientando a Luhan. Y sobre todo su madre, la señora Lu estaba tan orogullosa por la madurez de LuHan siendo tan jóven, por ello no lo dejó solo en ningún momento.
Para ambos jóvenes no fue difícil sentirse enamorados de la pequeña bebé de mejillas llenitas y labios de cereza, redonditos y rojos, era hermosa. Sus cabellos castaños, hacían una buena combinación con sus ojos almendrados, tan idénticos a los de LuHan, algo que SeHun amó en la pequeña, quien parecía ser un pequeño LuHan.
Con el pasó de los meses, el primer año de vida de la pequeña Lu JiaoXing con ellos pasó rápido, dejándoles una experiencia inolvidable a ambos chicos, que gracias a ella, también maduraron y la responsabilidad en ambos era enorme, si salían a alguna parte la pequeña no podía faltar, luciendo tan hermosa con sus pequeños trajecitos que tío JunMyeon le compraba cada que la veía, y los zapatitos que el propio tío Key hacía en diseños especiales para ella.
LuHan y Sehun estaban de acuerdo que la niña era muy querida por todos. Y en ese momento que ambos volvían a casa en el auto familiar que por supuesto ellos no manejaban sino el chofer de la familia OhLu, a petición de SeHun quien deseaba darles toda su atención a ellos y no al volante.
—Y abu Lin, me dio pastelito —contó la pequeña lo que había hecho con sus abuelos el fin de semana, con sus manitos moviéndose por todos lados producto de la emoción. LuHan y SeHun sonrieron por eso—. ¡Los extrañé muchooo! —dijo de pronto la pequeña niña setanda frente a ellos dos en los asientos traseros echándose sobre el cuerpo de ambos compartiendo un abrazo de tres.
Al llegar a la casa, LuHan fue quien bajó primero, cargó a la pequeña Jiao cuando SeHun se la dio y esperó por él para entrar a la casa. Los dos caminaron al interior de la misma subiendo a la segunda planta hasta llegar al cuarto de la pequeña niña, donde la dejaron en su cama tipo cuna completamente dormida.
Mientras miraban a la pequeña, SeHun abrazó a su chico por la espalda besando su cuello, la piel que quedaba libre de manera juguetona.
—Debió estar cansada de seguro, se quedó dormida mientras hablaba —dijo SeHun riéndose bajo, pues había sido muy gracioso. LuHan se giró sonriendo y asintió dándole un beso en los labios—. ¿Tú tienes sueño? —preguntó acariciando la cintura ajena, LuHan negó con su cabeza empujando al mayor con cuidado hacia la salida del cuarto, sin dejar de verse ni separarse.
—Te amo mucho, SeHun, ¿lo sabes? —dijo como si fuera algo que nunca se decían, SeHun negó a pesar de que sí, lo sabía muy bien, el menor siempre se lo recordaba cada día, en los momentos que no esperaba haciéndole sentir bonito—. Te amo mucho.
—Yo también te amo mucho, mi vida —respondió el más alto besando los labios de su chico, en roces suave y lentos, llevando un beso dulce hasta estar fuera del cuarto de la pequeña.
Sehun pegó al menor contra la pared sin dejar de besar su boca, tomando sus manos colocó las mismas contra la pared besándolo un poco más profundo, robándole un jadeo a su chico. No importaba cuánto tiempo pasara para ellos dos, el deseo que tenía por el más joven era el mismo que años atrás y podía presumir que aumentaba con el tiempo.
Ambos no perdieron tiempo. Entre besos y caricias se fueron quitando la ropa hasta llegar a su cuarto, el mismo que no se preocuparon por cerrar pues solo eran ellos dos en ese momento. Entre besos y frotes de sus cuerpos se dedicaron a disfrutarse mutuamente. Soltando gruñidos y jadeos a su vez al consumar su amor nuevamente ese día.
Al acabar, ambos unieron en sus labios, jadeantes y sudados. El mayor separó los cabellos rubios del más bajo de su frente húmeda con suavidad, mirando su bonito rostro sonrojado antes de besar nuevamente sus labios, LuHan esbozó una sonrisa entre el beso llamando la atención del más alto.
—¿Qué pasa, amor? —preguntó el mayor de ya veintiocho años, pero que seguía luciendo igual que antes a comparación de que sus expresiones eran más maduras en ese momento, LuHan negó acariciando su espalda desnuda—. Dime.
—Pues... Creo que es hora de cambiar esto, amor —dijo LuHan bajando sus manos hasta la nalgas ajenas las mismas que apretó y separó un poco haciendo gemir al más alto y ruborizarse, LuHan amó eso, Sehun con esas expresiones era tan caliente, eso no lo iba a negar—. Uy, creo que alguien disfrutaría mucho el papel de recibir.
—¿Qué? —Sehun alarmó haciendo un puchero, aunque si eso era lo que su chico deseaba no se lo iba a negar—. ¿Ha... Hablas en serio, amor?
—Bobo. —Se rió y besó la punta de la nariz ajena abrazando bien por el cuello al mayor quien no entendía—. Me refería a que, deberíamos cambiar el título de nuestra relación.
—¿Cómo, bebé?
—Que te parece —dijo LuHan e hizo una expresión de duda, como si pensara en ello, más besó cortamente los labios de su novio y sonrió—. Cambiar el de novios por, esposos.
Sehun se alejó del menor sentándose bien en la cama, LuHan también lo hizo tapándose la desnudez con las sabanas, viendo la expresión de sorpresa con boca abierta del más alto.
—¿Estás hablando en serio? —preguntó sin poder creerlo, había soñado tanto con ese día que ahora, sin haberlo pensando, no lo creía, LuHan asintió sin borrar la sonrisa divertida de sus labios.
—Creo que, mi hija necesita de su otro apellido ahora mismo, en unos meses la estaremos inscribiendo al Kinder y, sus dos papás deben estar al pendiente de ella —mencionó LuHan inclinándose hacia el cajón de noche y de este sacó una pequeña cajita terciopelo color roja, se acercó al mayor sentándose sobre sus piernas a horcajadas y tomó su mano besando el dorso de la misma—. Hace años, estábamos muy lastimados, tenía miedo de que esto no fuera a funcionar por todo lo que pasamos, pero, hemos pasado por tanto y aunque no necesitamos de un título, me gustaría que usted, señor Oh, sea mi esposo y el padre de mi hija, y mis futuros hijos que quiero tener con usted, ¿acepta casarse conmigo?
Los ojos de SeHun miraron como las manos suaves del menor abrían aquella cajita dejando ver un bonito anillo de plata, el anillo tenía sus iniciales grabadas junto con una pedreria en forma de corazón, LuHan esperaba una respuesta suya.
—Unos cinco hijos, dos gatitos y un perrito estaría bien, ¿no? —preguntó SeHun con los ojos aguados, LuHan asintió sintiendo sus mejillas sonrojarse y su corazón ir más rápido—. Sí, quiero ser su esposo, mi hermoso chico.
—Te amo —susurró LuHan poniéndole el anillo al mayor y enlazó sus dedos con los ajenos recibiendo los labios del mayor, quien lo recostó sobre la cama sin dejar de besarlo en ningún momento—. Hunnie...
—Podemos adelantar la Luna de miel, ¿no? —preguntó el mayor sonriendo a lo cual LuHan ruborizado asintió dejándolo boca abajo sin dejar de besarlo nuevamente.
Ambos sabían que esa noche sería larga.
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—Yo creo que negro, es elegante y se ve hermoso —dijo Key mostrándole el traje a los chicos, sabiendo que era lo último que faltaba, ya estaba todo listo.
BaekHyun negó y les mostró un traje blanco, muy bonito y elegante, Key rodó los ojos.
—Este blaco se ve hermoso, le quedará mejor, se verá como un angel —dijo Baekhyun dependiendo su elección, a lo cual Key puso por encima su traje negro que también lucia bonito, bastante elegante.
—Negro, dije.
—Blanco.
—Ya chicos —intervino JunMyeon quien él como los otros chicos se estaban riendo.
Habían ido esa tarde a ver los trajes de gala para LuHan, siendo que estaban nada más a un par de días de la boda de sus mejores amigos. JunMyeon junto a KyungSoo y Minseok estaban riéndose nada más al ver como esos dos chicos se peleaban por tener la mejor elección de traje, pero al final, sería LuHan quien lo eligiera.
El chico se encontraba hablando con la encargada de la tienda, desde hacía más de media hora, que era el tiempo que Key y Baek se estaban peleando.
—Pero es que, el negro se verá hermoso en él —puchereó Key quien fue consolado por Minseok quien aunque no lo dijo, estaba de acuerdo con el blanco. A LuHan le iban más las tonalidades claras.
—¿Y por qué mejor no les sugieren ambos colores? —intervino finalmente KyungSoo mirando ambos trajes—. Los dos son hermosos, que Han lleve el blanco y SeHun el negro.
Tanto Key como Baekhyun se miraron entre sí, sus sonrisas complices decían claro que sí, sería así.
Cuando Luhan se apareció frente a ellos ambos chicos lo atacaron diciendo tantas cosas que LuHan no entendió nada, solo sonreía sin saber qué decir.
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—¡Salud! —dijeron los cinco chicos al estar brindando por la felicidad de SeHun quien prefería no tomar nada de alcohol, no quería hacer cabrear a su prometido, por ello bebió de su jugo de frutos rojos.
—Estamos tan orgullosos de ti —dijo Chen abrazando a su amigo por los hombros y besó su mejilla—. Nuestro bebé ha crecido, está siendo un niño grande ya, y pronto se nos casará.
—Eso es verdad —dijo Kai quien tanto él como todos los demás veían a SeHun como el bebé de todos ellos, por ser el más joven y sobre todo, el más serio—. Pero estás dando un buen paso, LuHan es perfecto para ti.
—Gracias Chicos —dijo SeHun sintiéndose bendecido por contar con sus amigos en esos tiempos, porque gracias a ellos era que también podía estar al lado de LuHan.
—Sabes que yo te conozco menos que ellos —comenzó JongHyun con una sonrisa tímida en sus labios—. Pero por Key es que pude conocerlos a ti y a LuHan, por ello mismo es que sé que serán muy felices, ambos se apoyan y el amor se les nota, espero que sean muy, muy felices juntos. ¡Salud!
Los cinco volvieron a brindar soltando risas con los chistes que Chen y Chanyeol comenzaron a contar. Sin duda como siempre, eran el alma de las fiestas y reuniones en las que siempre iban juntos.
Cuando los otros dos chicos se fueron y solo quedaron ChanYeol, Chen y SeHun, estos iban caminando como siempre hacia el estacionamiento donde quedó el auto de Sehun, quien sería quien maneje por no haber bebido.
—Sabes SeHun, nosotros sabíamos que este día llegaría —dijo Chanyeol después de un rato de silencio, SeHun le miró con interés—. Desde aquel día que nos hablaste de él.
—¿Ah, sí? —dijo en tono divertido, recordaba bien ese día, al siguiente día de haber besado a LuHan estando borracho les había hablado de él a sus amigos.
—Sí —afirmó Chen alzando un pulgar—. Te di la bienvenida al mundo gay, y aquí estás, a un día de casarte con LuHan —dijo palmeando su espalda, SeHun sonrió, estaba feliz porque después de mucho tiempo, su deseo por compartir su vida con LuHan bajo la ley y su amor se haría realidad.
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Los chicos estaban de un lado a otro, como locos sin saber cómo era que ambos novios estaban tan tranquilos. Por más que ambos deseaban que la ceremonia y la fiesta fuera algo pequeño era imposible. El hijo del presidente, y dos jóvenes empresarios, herederos de las familias más importantes que había actualmente en el país se iban a casar, y no podían tener una fiesta mediocre. Eso ambos padres de los chicos también lo sabían y por ello mismo tiraron la casa por la ventana.
El enorme jardín de la casa Presidencial estaba llena de arreglos de rosas blancas con el centro de rosas rojas, orquideas que hacían de centro de mesa, y demás arreglos de alta calidad por todas partes. Meseros iban de aquí allá, ordenando todo en las mesas, que la comida estuviera lista, los bocadillos y las bebidas.
Los invitados pronto comenzarían a llegar llenando el lugar. Baekhyun junto con Key habían estado ayudando a vestirse a Luhan, quien contrario a lo que los chicos pensaron, estaba bastante tranquilo, jugando con su pequeña hija. No entendían cómo el chico podía mantenerse tan sereno el día de su boda.
—Ya chicos, tampoco es como si SeHun me fuera a dejar plantado —se burló el menor acomodándole la peineta a la pequeña—. Mejor díganme, ¿cómo se ve SeHun vestido de blanco?
Ambos chicos se miraron entre sí y sonrieron, no pensaban decirle nada al chico.
En otro cuarto de la gran mansión Presidencial, se encontraba SeHun con los demás chicos, quienes se estaban riendo de él al tener los nervios de punta. SeHun estaba sentado en uno de los sillones comiéndose las uñas al ya estar listo.
—¿Y si se arrepiente y me deja plantado? —preguntó paranoico el chico mirando aterrado a los demás quienes se rieron de él, no podían creer que en esa etapa de su vida siguiera asustado por perder al menor.
Cuando la hora llegó, todos a excepción de Luhan se dirigieron al jardín, ocupando sus lugares en la recepción. SeHun todavía con los nervios de punta se encontraba en la pequeña y bonita zona dónde se llevaría la ceremonia Civil. Estaba adornado con un arco lleno de flores, una mesa blanca y el juez del otro lado esperando por oficiar la boda.
Luhan todavía estaba dentro del cuarto, se miraba al espejo mordiéndose los labios, extrañamente estar ahí, vestido de negro, a punto de ver a SeHun para unir su vida con él, le hizo recordar aquella vez en que se disfrazó de Jia para ir a ver a SeHun por vez primera.
Soltó una ligera risa incrédula, quién diría que algo que parecía una locura, le regalaría lo mejor de su vida y una persona con quien era feliz. Mordió sus labios y salió del cuarto topándose con su padre, el señor Lu vestía galante, con su smokey negro bien planchado y su moño al cuello, su padre era un hombre de porte.
—Sé que esto sonara extraño, eres un chico pero, eres mi niño y me gustaría poder entregarte de la mano a la persona que cuidará de ti toda la vida —pidió el hombre mayor tendiendo su brazo a su hijo.
Luhan se rió ligeramente por ello. Odiaba que lo tratasen como una chica, pero, en ese momento que su padre le dijera eso le hacía sentir feliz que poco le importaba si eran costumbres diferentes. Caminó con su padre hasta la salida de la mansión, el jardín era enorme y todo estaba hermosamente decorado, el pasto verde estaba tapizado de pétalos por todos lados, le gustaba, sobre todo porque en ciertas partes había el tapiz con sus iniciales, y estaba seguro que era obra de SeHun.
Al llegar a la zona donde ya lo esperaba SeHun, se detuvo con su padre a unos cuantos metros, las personas invitadas lo miraban, todos estaban fijos en él, haciéndolo sentir finalmente nervioso. Tomó aire y sonrió mordiendo su labio inferior. Pensaba que ahora sí, estaba sintiendo esos nervios por estar a punto de casarse. Apretó el brazo de su padre, el mismo que le susurró que todo estaba bien.
La marcha nupcial sonó, Minseok se había encargado de eso. Luhan comenzó a caminar con su padre por el estrecho camino lleno de petalos de rosas color blanca y rojas, sus amigos que estaban en la fila principal le sonrían, todos vestidos de traje beige, a petición de Kyungsoo, eran como sus damas de honor.
Al estar ya muy cerca de SeHun el menor sintió sus mejillas muy calientes, el corazón aceleró y que sus piernas le iban a fallar en cualquier momento, y a pesar de que SeHun parecía muy tranquilo en ese momento, estaba en el mismo estado que el más joven. Ambos chicos conectaron sus miradas y una sonrisa boba apareció en sus rostros. El señor Lu sonrió por ello, podía ver que en efecto sí, SeHun amaba a su hijo y Luhan parecía ser muy feliz con el chico.
Soltó una ligera tos, ambos chicos le miraron apenados.
—Oh SeHun —habló el hombre tomando la mano de su hijo y se la entregó al chico—. Dejo en tus manos a mi pequeño hijo, espero que sepas cuidarlo a él y a su hija, y sean muy felices juntos.
—Lo cuidaré con mi vida, suegro —dijo sin dudar en ningún momento enlazando sus dedos con los del menor, el mismo que sonrió terminando por acercarse a la par de su prometido viendo como su padre se iba a sentar—. Te ves hermoso, Hannie —susurró besando su mejilla.
Ambos chicos escucharon la bulla de sus amigos, quienes amaban molestarlos cada que podían. El juez al ver ya a los dos jóvenes ahí, comenzó la ceremonia.
Cada uno de los presentes en compañia de sus parejas escuchaban lo que el oficiador decía. Si bien, no podían tener una boda religiosa pero sí, ambos decidieron dar sus votos frente a todos, quienes serían testigos de su amor. La firma de la acta se llevó acabo primero, lo que les hacía oficialmente esposos, el juez a pesar que eso no era su trabajo, sonrió y alentó a los muchachos.
—Ahora, frente a todas las personas que hoy los acompañan, tomen sus anillos y digan sus votos el uno al otro.
La pequeña Jiao caminó hasta ellos, con un pequeño cojín rojo en el cual iban el par de anillos de boda que sus amigos habían escogido para ellos dos. SeHun cargó a la pequeña niña y ambos tomaron el anillo del contrario. Fue Luhan quien tomó primero la mano del más alto.
—Yo, Lu Han de Oh, te doy este anillo como lazo de mi amor por ti, prometo amarte, respetarte, cuidar de ti y de nuestro amor, todos los días de mi vida, serte fiel y estar contigo en lo prospero y en lo adverso, porque no tengo ninguna duda de que eres el amor de mi vida, te amo —dijo y deslizó el anillo por el dedo del chico quien mantenía su sonrisa amplia en los labios.
SeHun tragó saliva, estaba bastante conmocionado, la felicidad no cabia en su pecho. Tomó la mano de Luhan y besó la misma, escuchando a todos suspirar por lo tierno que eso había sido ante los ojos de todos. Colocó apenas el anillo sintiendo su mano temblar, Luhan acarició con sus dedos la mano ajena.
—Yo, Oh SeHun de Lu, te acepto a ti, Luhan, como mi esposo y te entrego este anillo como muestra de mi amor, para amarte, respetarte, estar contigo en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida, hasta que el tiempo nos permita vivir juntos —dijo SeHun sintiendo que las lágrimas de felicidad se le saldrían de los ojos en cualquier momento, Luhan quiso abrazarlo, y protegerlo como el pequeño niño que para él era—. Porque eres el amor de mi vida, la luz que me ha guiado todo este tiempo y hoy soy tan dichoso de poder estar contigo aquí, uniendonos en matrimonio. Te amo tanto, Luhan.
—Te amo también, SeHun —dijo el menor sin esperar más, en cuanto escuchó el "los declaro esposo y esposo, pueden besarse" Tomó el rostro de su chico con sus manos y dejó un suave y dulce beso sobre los salados labios de su ahora esposo.
Todos aplaudieron, compartiendo la felicidad de esos dos chicos que se abrazaban junto con su pequeña hija. Sehun tomó suave la mano del menor caminando con él hacia los demás, pensando en lo dichoso que era justo en ese momento. Estaba perdidamente enamorado de ese chico, a quien veía sonreír y su corazón latía tan rápido.
«Sí, él es el amor de mi vida, de esta y de las que vienen, yo lo sé» pensó cuando sus ojos hicieron contacto con los ajenos y Luhan le sonrió.
Fin.
Y bueno, antes de despedirme quise dejarles esta galería. Me encargué de buscar una foto que pudiera hacer referencia al beso que se dieron al final y aquí quedó, el del centro, espero que les guste, a mi me encantó 😍🤭❤🌸 sé que la niña no es asiática pero pues ustedes no se fijen en ello🌸🤣 quería poner en grande la foto del medio pero no me carga la imagen, así que solo puede subir estas dos.
Y pues nada, creo que estee s el mejor final que pude darle a la. Historia, cada quien tuvo lo que merece. Jia al final estuvo loca, HunHan se quedó con la pequeña Jiao y al final, tienen una bonita familia.
¿Les gustó? A mí me encantó, espero que me dejen saber su opinión al respecto del FIC, si la cague, si fue mucho drama, si el amor no se noto, etc.
Estoy muy agradecido de que ustedes hayan acompañado a estos chicos en el paso de la historia, así mismo sus votos y comentarios que poquito a poquito la hizo crecer.
Y sin más que decirles, me despido, nos vemos si ustedes quieren en nuevos proyectos que seguro traeré en algunos días. ☺❤🌸
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