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Capítulo 38.

Hola chiquillos. No diré mucho, solo lean. Este cap esta que arde.

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Entrar todos los días a la oficina era encontrarse con una rosa y un chocolate acompañado de una pequeña nota con frases lindas. De alguna manera con el paso de los días estas le habían robado una que otra sonrisa.

Había querido pedirle a SeHun que dejara de hacerlo, pero no lo había visto en esas dos semanas en la empresa, no desde que lo vio en su casa y este se fue del departamento como se lo pidió. Desde entonces no lo había visto más.

Tener que concentrarse en los estudios era un poco complicado, tenía demasiadas cosas en su cabeza. Y estas llegaban como remolinos haciéndole daño cada que se topaba con Jia en la universidad. La chica siempre le dedicaba sonrisas burlonas, dejándole en claro que había ganado.

Trataba de no darle importancia al asunto, pero por más fuerte que se viera, dolía.

Como en ese momento que la chica se detuvo frente a él mientras salía del salon. Jia le dedicó una mirada de burla y cinismo que lo único que quiso hacerle era darle una bofetada por zorra, pero se contuvo. Quiso pasar de largo pero Jia era bastante castrosa.

—¿Qué quieres? —preguntó irritado. La chica sonrió ladina.

—¿Cómo te sientes, hermanito? ¿Ya entendiste que para SeHun no valías nada? —preguntó ella fingiendo sentir pena en el tono de su voz. LuHan apretó sus labios—. Ese día no me diste tiempo de explicarte cómo pasaron las cosas y...

—No me interesa.

Quiso cortar esa conversación lo más rápido posible. No quería escuchar nada más de eso. Pero Jia le tomó el brazo y lo detuvo.

—No me importa si te interesa o no, vas a escucharme —le dijo apretando su agarre en la mano de su hermano, LuHan le miró cabreado, su ceño se hundió y su mandíbula se puso tensa—. Te dije que SeHun iba a dejarte de lado cuando me probara, y no me equivoqué, así que lo mejor es que te largues de nuevo de aquí. Nadie te quiere. Mis papás te odian, SeHun no te ama y eres un...

—Mira, hermanita —dijo cansado de todo eso. Le tomó la mano por la muñeca y apretó la misma quitándose esta de encima—. Estás enferma. Deja de meterte conmigo, Jia. Ya me estás cansando. ¿Qué era lo que querías? ¿Qué terminara con SeHun? Listo, sé feliz. No estamos juntos. Así que deja de estar jodiendo y dedícate a lo tuyo.

—Te voy a acabar, LuHan.

—¿Por qué? ¿Qué es lo que te duele aún? —preguntó él decidido a acabar con esa situación con su hermana—. Tu odio hacia mí me tiene sin cuidado, pero ya me estás cansando. Y esa mentira que le dijiste a mis padres se puede acabar en el momento que le enseñe todas las conversaciones tuyas. Así que para ya esta mierda, ¡déjame en paz!

Empujó a la chica y siguió su camino ignorando todas la amenazas de la chica. ¿Qué clase de monstruo era su hermana? ¿Qué tan mal de la cabeza estaba? Soltó un suspiro pesado, su cuello estaba tenso por lo cual lo sobó suavemente deteniéndose en la puerta cuando vio a un oso gigante saludarlo y tenía un ramo de rosas en la mano.

—¿Qué diablos? —susurró un poco consternado por esa situación.

Los chicos que salían también de la universidad miraban curiosos a aquella botarga de oso que bailaba tiernamente, preguntándose quién sería. LuHan tenía las mejillas ligeramente rojas de la pena porque muchos habían comenzado a señalarlo, murmurando que ese oso lo había ido a buscar.

El oso caminó hasta él quedando a una distancia prudente, le tendió el ramo de rosas haciendo una pequeña venia, como suplicando que las tomara. ¿Qué era todo eso? Pestañeó confundido pero aún así tomó el ramo mirando a aquel oso quien hizo como si esa acción de aceptar su regalo llegara a su corazón cuando se tocó el pecho y comenzó a bailar de nuevo robando una sonrisa al chico.

—Tu sonrisa es muy bonita.

Escuchó esa voz desde el interior de la botarga. Luhan apretó sus labios y desvió momentáneamente la mirada soltando un pequeño bufido incrédulo.

—¿Qué haces aquí SeHun, vestido así? —preguntó pues esa voz era irreconocible.

—¿SeHun? ¿Quién es SeHun? —preguntó como si no supiera de lo que le estaba hablando. Luhan hizo una mueca—. Yo soy Mister Oso Oh, que vino a darle estas flores, hasta luego —dijo y se fue corriendo.

Luhan pestañeó confundido. ¿Qué había sido eso? Sus mejillas se pusieron rojas cuando se dio cuenta de todas las personas que habían visto ese pequeño episodio de su vida. Mordió sus labios mirando las rosas, eran rojas como las que recibía cada tarde en la oficina. Suspiró suavemente y pronto comenzó a caminar hacia la avenida para tomar un taxi que lo llevase a casa.

De alguna manera ese "misterioso oso" le había dado un poquito de alegría, borrando ese sabor amargo que le había causado la discusión con su hermana.

Al llegar a su casa se quedó parado frente a su puerta. En ella había una pequeña caja de cartón, ¿qué Diablos hacía ahí? Pensó en ignorarla pero algo le decía que no debía hacerlo. Abrió la puerta de su casa y se adentró dejando las flores en la mesilla de la entrada y se volvió por la caja.

Esta estaba algo pesada, y podía sentir que algo se movía en su interior. Quiso aventarla lejos pero un pequeño maullido llamó su atención.

—¿Qué? —se cuestionó destapando la caja llevándose una peluda y linda sorpresa, dentro de ella había un gatito de quizás un mes y medio con un hermoso pelaje gris y ojos verdes. Su corazón se derritió en ese momento—. Cosita —dijo sonriendo amplió mirando al gatito y lo sacó de su caja, pronto este se le trepó en la ropa ronroneando, buscando un poco de cariño.

SeHun esbozó una pequeña sonrisa al ver que Luhan había recibido su regalo. Mordió sus labios al verlo entrar al departamento y cerrar la puerta. Salió de su escondite quedándose helado cuando Luhan abrió de nuevo la puerta y se le quedó mirando fijamente.

—¿Creiste que no me iba a dar cuenta de que estabas aquí? —preguntó calmado con el gatito en brazos, SeHun se rascó la nuca—. ¿Una botarga de oso, rosas, y un gatito? —preguntó cómo si no entendiera lo que SeHun quería hacer.

—¿No te gustaron? —preguntó el mayor tímidamente mirando como la mano de Luhan acariciaba el lomo del minino deseando ser él quien recibiera esa caricia-. Lu...

—¿Quieres pasar? O, ¿tienes otra cosa mejor que hacer? —preguntó Luhan sin mostrar mucho interés en ello.

La invitación del menor era algo que SeHun no esperaba realmente pero aún así asintió con su cabeza, no pensaba perder esa oportunidad de pasar un momento con Luhan aunque este lo mantuviera a raya. Casi un mes sin él estaba matándolo.

Ambos entraron al departamento. Era un poco triste saber que estuvieron a punto de formar quizás una familia y ese sueño se había desmoronado por completo. Luhan bajó a la gatita en el sofá y miró al chico un momento.

—¿Quieres algo de tomar? —ofreció quitándose la chamarra que llevaba puesta y dejó esta sobre el sofá.

—Solo un vaso con agua —dijo al no desear nada más mirando a Luhan asentir e ir a la cocina.

Tomó asiento en el sofá junto a la gatita que pronto estuvo buscando ser mimada. Era muy bonita si era sincero. Luhan llevaba el vaso con agua en la mano pero se detuvo en el marco mirando a SeHun jugar con su nueva mascota.

—Nunca he tenido una mascota —habló el menor llamando la atención de SeHun—. Me preocupa un poco no ser un buen dueño para ella y que pueda morirse.

—Oh. —SeHun se sorprendió un poco de eso. Había pensando que quizás una mascota le iría bien a Luhan en esos momentos, pero no se puso a pensar en ese pequeño detalle. Aun así sonrió—. Si quieres podemos ir a una veterinaria y, ver que todo esté bien con ella, así no tienes problemas en cuidarla.

—Sí, está bien —dijo Luhan sonriendo apenas mirando al pequeño felino y se acercó a SeHun dándole el vaso con agua antes de tirarse y tomar asiento en el otro sofá—. ¿Por qué has estado haciendo todo esto?

La pregunta los dejó en silencio unos minutos donde solo se quedaron viendo el uno al otro hasta que Luahan desvió la mirada. Era tan extraño estar ahí, en distancia con la persona que había compartido demasiado su espacio personal. Mordió sus labios y soltó un ligero suspiro.

SeHun se había puesto de pie acercándose al menor y frente a él se hincó haciendo que Luhan se sorprendiera de eso. El chico mayor estaba inclinado, con cabeza sobre sus rodillas y sus manos en el sofá.

—Perdóname —pidió.

Luhan se quedó estático. Sin saber que hacer solo cerró sus ojos apretando los mismos. ¿Por qué tenía que ser así?

—Levántate. No me gusta verte así —pidió Luhan tratando de que el chico alzara el rostro, pero fue casi imposible. Sehun se aferró más a él de esa manera—. Sehun.

—Siento que me estoy muriendo sin ti. Los días van pasando y es mucho el dolor cuando recuerdo que no estás conmigo, que no quieres verme y que nunca más tendre un beso tuyo ni un te amo, nada —mumuró el chico.

Luhan podía sentir sus rodillas húmedas. Sehun estaba llorando. ¿Realmente era tan fuerte como para no ser un estúpido en ese momento? Su mano vaciló un poco en tocar los cabellos ajenos, la hizo puño y la retiró.

—Las cosas pasaron así... Yo no puedo hacer nada al respecto. Te dejé muy claro que no dañaras esto, SeHun —le recordó. La última oportunidad que le había dado fue en base a ello—. SeHun, nosotros no nacimos para estar juntos. No la has superado, entiendo esa parte. En vez de estar rogándome, ve con ella y sé feliz. Al fin te está correspondiendo como siempre quisiste.

—No... Yo no la amo. Yo no quiero nada con ella —alzó su rostro hacia el menor al decir eso. Luhan desvió la mirada—. Mírame, ¿qué es lo que ves en mí? Tú me conoces. Nunca te he mentido en decirte que te amo y eres lo más bonito en mi vida.

Luhan se negó a mirarlo, pero fue SeHun quien le tomó del rostro haciendo que le viera. El menor apretó sus labios y trató de safarse de ese agarre. Ver a Sehun llorando le dolía.

—Y aún así lo echaste a perder, Sehun —dijo sintiéndose agotado en ese momento—. Por favor vete, me haces daño.

—Perdóname.

—No puedo, el dolor está ahí y cada que te veo me recuerdas lo que hiciste, no confío en ti —soltó sincero poniéndose de pie para caminar hacia la puerta y abrir la misma, se quedó quieto cuando los brazos del mayor lo rodearon por la cintura y hundió su rostro húmedo entre su cuello—. Sehun.

—Estoy decidido a encontrar una cura para mi enfermedad... —habló bajo el más alto aferrándose al cuerpo del menor que le escuchaba nada más—. Yo sé que no es excusa para lo que pasó... Pero, no pude diferenciarlos en ese momento, me engañó y te echaba tanto de menos que pensé que esas cosas que tú no haces con frecuencia y las vi ese día estaban bien. Fue una semana lejos de ti.

—Tienes razón, no es excusa —aceptó Luhan tomando las manos ajenas y trató de alejarlas de su cuerpo, tener a SeHun tan cerca no era sano, estaba haciendo flaquear su posición-. Sueltame y vete.

—No, escúchame, de ahí me iré —suplicó aferrándose más sus manos—. Sí, la besé pensando en que eras tú. En ningún momento pasó por mi cabeza que fuera ella haciéndose pasar por ti. Preparé una sorpresa bonita para ti, compré el oso de peluche más grande que encontré, decoré el jardín de JunMyeon y te llevé a una cita, no sabes que asco sentí de saber que no fuiste tú sino ella. Porque ella no merecía vivir lo que era para ti.

—SeHun. Sueltame, voy a escucharte —pidió Luhan una vez más, el más alto negó—. Por favor —pidió una vez más tratando de controlar sus emociones, las cosas que SeHun decía solo lo estaban llenando de molestia hacia su hermana.

—Sé que aunque termine de hablar no podré abrazarte más, permíteme tenerte así unos minutos más —susurró sobre el oído ajeno. Su cálido aliento hizo que los vellos del menor se erizaran—. Cuando llegamos a la fiesta, hubo algo que no me dejaba tranquilo. Era ese lunar en tu cuello. No recordaba que tú no lo tenías, pues en la cita habíamos tomado un par de martinis. El alcohol se me subió a la cabeza. El Luhan con el que yo pasé el día se empeñó en hacerme tomar hasta no poder más con mi vida.

—Pero si pudiste acos...

—Han. —El mayor giró al más bajo de manera que lo tuvo de frente. Luhan trató de huir de él pero el agarre del más alto fue firme contra su cuerpo—. Aunque parezca lo contrario. Yo estoy seguro de que no pasó nada entre ella y yo. Me quedé dormido, la luz del cuarto fue lo que me despertó... Lo último que recuerdo es haber entrado al cuarto, sí, pensé que eres tú e intenté quitar tu ropa, pero no me dejaste, me rendí y me dormí. Es todo lo que recuerdo, estás en tu derecho de creeme o no, pero esa es mi verdad.

—Yo la vi, Sehun —dijo el menor sintiendo sus ojos húmedos—. ¿Cómo puedo creerte que no pasó nada? Si es lo que tanto habías deseado de ella. ¿Acaso no estuviste conmigo por que me parezco a ella y conmigo sí te pudiste acostar rápido?

—No. No es así —respondió de inmediato haciendo que el menor soltara lágrimas y negara, no podía creerlo—. Estaba idiota por ella, creí que la amaba pero no era así. Eres la persona que es todo para mí, eres mi pilar, mi alegría... Tú eres el amor de mi vida Luhan, ¿fui tan malo el tiempo que salimos que me crees capaz de haberte engañado cuando sé lo que duele? —preguntó tomando el rostro del chico entre sus manos. Luhan apretó los labios.

—¿Si tú me hubieses encontrado así, me creerías eso? —preguntó el chico tomando por sorpresa a Sehun, pero aun así asintió sin dudarlo en ese momento—. Necesito tiempo. Por favor.

—Está bien —aceptó el chico esbozando una débil sonrisa—. Sé que será difícil recuperar tu confianza, pero... Por favor, no me alejes de ti. No voy a insistir.

—Está bien, ahora vete, por favor —pidió una vez más. SeHun asintió alejándose un poco del menor quien agradeció eso. No podía seguirlo teniendo cerca—. Gracias por la gatita, la cuidaré.

Ambos caminaron hacia la puerta del departamento, Luhan abrió la misma para que el chico saliera.

—Me voy entonces, espero poder verte pronto —dijo e iba a salir pero se detuvo girándose hacia el menor y le dio un beso en los labios tomando por sorpresa al más bajo.

Fue solo un roce, suave. Pero le removió cada uno de sus sentimientos a LuHan quien no pudo reclamar porque SeHun ya se había ido. Cerró la puerta detrás suyo y se deslizó por la misma hasta quedar sentado en el suelo, hundiendo su rostro entre sus rodillas. No podía negar que el amor que sentía por ese chico era demasiado, ni siquiera por su ex novia había sentido tanto como en ese momento.

Cuando SeHun salió del departamento se quedó parado en la puerta cuando vio a la madre de LuHan ahí. La mujer también parecía sorprendida de verlo.

—¿Mi hijo está en casa? —preguntó ella con voz suave. Él asintió—. Me enteré de lo que hizo Jia, supongo que... Ustedes dos.

—Sí... Ya no estamos juntos —respondió esbozando una sonrisa amarga. Esa idea no le gustaba nada.

—Lo lamento mucho, SeHun. Sé que se tenían mucho cariño —dijo ella subiendo pasando cerca del chico y colocó su mano sobre el hombro del joven—. Con el tiempo todo se alegra —susurró y siguió su camino.

Subió hasta el piso de LuHan donde tocó el timbre. Esperó a que su hijo abriera la puerta y cuando lo hizo LuHan se quedó un momento solo mirándola hasta que la abrazó con fuerza. Tener a su madre en ese momento abrazándolo la hacía sentir un poco mejor.

Pasaron a la sala donde la mujer solo consoló a su hijo. No podía creer que su hija hubiera sido tan cruel para lastimarlo así, era inconcebible el que su pequeña Jia fuera un monstruo de persona.

—Vi a SeHun cuando llegué, ¿vino a verte? —preguntó la mujer dándole un beso en la frente. LuHan asintió—. ¿Se arreglaron?

—No mamá, no puedo perdonarlo —le dijo cerrando sus ojos un momento y después se incorporó bien en el sillón-. Pienso que no es su culpa, sino la mía. Nunca debí relacionarme con él. No al menos si no había superado a Jia. Yo, creo que siempre supe que él la elegía...

—No bebé —interrumpió su madre acariciando su mejilla suavemente—. SeHun dejó de querer a tu hermana desde hace mucho tiempo, lo veo en sus ojos, lo vi desde aquel momento que se comprometieron, él solo tiene ojos para ti.

LuHan negó con su cabeza. Lo dudaba realmente. Su madre le sonrió de Nueva cuenta dándole un beso en la frente.

—Estás lastimado pequeño, es normal que te sientas así, confundido y traicionando pero, hace falta que tu mente este fría para que veas como te mira, ese amor se le nota en sus ojos —dijo ella dejando que su hijo se acueste en sus piernas mientras le acaricia los cabellos—. Yo, dudo que haya pasado algo entre los dos. SeHun no tolera a tu hermana, lo vi hace unas semanas en el centro comercial, él no tiene ningún interés en ella ni la ha perdonado, ¿crees que se acostaría con ella?

—Yo los vi juntos, mamá —susurró recordando ese momento—. Además, Jia dijo que ellos dos se frecuentaban y...

—¿Y crees en la palabra de Jia? —preguntó ella mirando fijo a su hijo, Luhan se quedó callado ante eso. De alguna manera esa pregunta le hizo sentir extraño.

Era cierto, ¿por qué creería en Jia? Ella solo se había dedicado a mentir y lastimar a los demás. Pensar en que quizá todo era un mal entendido le hacía sentir confundido.

El maullido de la gatita llamó la atención de ambos en la Sala, la señora Lu se sorprendió de ver una mascota en casa de su hijo.

—Me la regaló SeHun —contó llamando a la gatita que se subió sobre su regazo—. Yo lo amo, mamá. Pero no quiero que me siga lastimando. Si no ha superado a Jia, prefiero estar así, lejos a llevarme otra desilusión.

—Lo entiendo bebé, pero... Todo culpable merece el derecho de demostrar que es inocente, ¿no? —preguntó ella de manera divertida a lo cual Luhan hizo un puchero—. Además bebé, tú lograste engañarlo sobrio haciéndote pasar por tu hermana, ¿por qué sería diferente con Jia cuando ella lo engañó tomado?

—Mamá —se quejó sentándose con la gatita en brazos—. ¿Estás de lado de SeHun o del mío? —dijo con un ligero tono molesto. La señora Lu se rió levemente.

—De tu felicidad, cariño —dijo sincera poniéndose de pie y le sonrió—. Y tú felicidad es él. Tus ojitos tristes me lo dicen. Es solo tu orgullo lo que no te deja ver la realidad y posibilidades de un futuro juntos.

LuHan hizo una mueca cruzándose de brazos y suspiró al final. Era cierto. Su orgullo era lo que no le dejaba decir lo que realmente quería.

—Gracias, mamá —susurró a lo cual ella negó.

—Anda bebé, ve por tu chamarra que saldremos a dar una vuelta, ¿no quieres un armario nuevo? —preguntó ella de manera traviesa haciendo sonreír a su hijo. Era lo único que quería, verlo feliz. Lo merecía.

[>>>]

—Jia, ¿no es esto ya demasiado? —preguntó Yuri, una de las pocas amigas que tenía todavía.

La chica la miró y rodó los ojos al dejar la pequeña cajita de prueba en su buró y los análisis sobre la misma. No pensaba echarse para atrás en ningún momento.

—Mira, yo desde que conocí a SeHun y supe que era un tonto lo escogí para que fuera mi esposo y así será —dijo claro mientras se arreglaba el maquillaje de la cara—. Además, mi papá está muy enojado conmigo, ¿sabes que me quitó las tarjetas de crédito? Este bebé es lo único que me va a unir a SeHun. Ya después el amor que sentía por mí regresará —aseguró sonríendo mientras miraba a su amiga sentada en la cama por el espejo.

—Pero tienes ya tres meses, lo de SeHun pasó hace casi un mes, Jia —dijo la chica mirando mal a su amiga, no estaba de acuerdo en los planes de la rubia—. Sabes quién es el papá. Y también tiene una posición económica buena, ¿por qué SeHun?

—Porque SeHun era mío. Y no voy a dejar que Luhan se quede con él. —Se giró mirando a Yuri con el ceño fruncido—. Luhan, el prefecto LuHan, ¿por qué siempre le tienen que pasar cosas buenas? Tenía una novia perfecta, ¿sabes? Se veían felices cuando estaban juntos, y yo no podía conseguir un novio, porque decían que a pesar de ser gemelos Luhan era más bonito. ¿Por qué siempre tenía que destacar más?

—¿Por eso hiciste que se fijara en ti? —preguntó Yuri sorprendida de ver y oir la envidia que Jia sentía por su mellizo. Jia le miró obvio—. Eres bárbara.

—Quería que dejara a su novia, no los quería juntos... Pero se enamoró de mí, pensé en seguir con él, realmente es un chico lindo como novio, pero, SeHun lo es más, ¿viste como se desvivía por mí? —preguntó soltando un suspiro mientras recordaba lo bonito que era su relación—. Pero era un virgen, no tenía experiencia, y yo no quería mi primera vez torpe. Por eso busqué a MinHo. No porque me interese algo de él, así que no jodas por eso.

—Tu hermano no se merece lo que has hecho —dijo Yuri quien conocía poco a LuHan pero sabía bien que era un tipo de persona distinto a Jia, la chica se encogió de hombros—. ¿Y cómo vas a hacer cuando des a luz? El bebé nacerá antes.

—¿Has escuchado de los 7 mesinos? —dijo de manera divertida—. O los bebés que nacen antes, bueno, mi hijo nacerá antes. Seré la esposa de SeHun sí o sí y tendré todas las posibilidades de pagar un médico que me ayude con eso —aseguró sonriendo amplio, mostrando una ternura en ello.

—Tú no te acostaste con SeHun, ¿verdad? —preguntó Yuri haciendo una mueca. Se sentía molesta con esa actitud de su amiga, Jia soltó una risa.

—¿Con SeHun? Por Dios. Ese estúpido se quedó dormido cuando lo desvestí —dijo haciendo una mueca por ello, se acomodó su vestido y la faja, iban a salir—. Pero me encargué de que pareciera que sí, la verdad que lo que yo quería era que SeHun me viera a su lado, y que solo se matara con Luhan por la culpa. Pero mi hermanito llegó, salió perfecto.

—Estás mal de la cabeza, Jia —dijo Yuri poniéndose de pie, la verdad era que ya no quería ir a ningún lado con ella. Caminó hacia la salida del cuarto para irse de ahí pero la voz de la chica la detuvo.

—Tanto que si te atreves a decir una palabra de esto, podría irte muy mal, Yuri cariño —dijo con voz dulce.

Yuri la miró por encima del hombro, lo sentía tanto por esos dos chicos.

Fue todo. Espero que lo hayan disfrutado y esas dudas que tenían se hayan despejado😱 Jia es un Monstruo completo. Pobre de SeHun y Han, ¿cómo ira a acabar esta historia? Aksum nos leemos. Dejen comentario y votitos

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