Capítulo 33.
Hola criaturas. Cómo andan? Espero que genial. Bueno, aquí está esta actu nueva. Espero la disfruten.
En Multimedia esta una referencia similar a la escena que describo en este cap, es más o menos para que se imaginen por si no fui muy detallista, 😭🤣 es que soy mala con eso jaja. Bueno, ahora si a leer.
—¿Estás mejor? —preguntó en voz baja, siendo suave al mismo tiempo que sus manos se pasaban en delicadas caricias sobre los cabellos del menor.
No sabía exactamente cuánto tiempo habían pasado así, el menor en sus brazos, llorando, aferrándose a él mientras solo trataba de consolarlo con besos en sus mejillas y su frente, con sus manos en su espalda dando ligeras palmaditas, quizás una hora o quizás un poco más. El menor asintió alejándose un poco del cuerpo ajeno, se limpió el rostro y trató de esbozar una sonrisa pero falló.
—Lo siento, estoy hecho un desastre —dijo desviando la mirada. Estaba seguro que sus ojos estaban hinchados y sus mejillas rojas sino que moradas por el frío. El mayor negó y le dio un cortó beso en sus labios—. Siento mucha vergüenza. He llorado como un crío de diez años porque su papá lo regañó —bromeó.
Pero SeHun estaba seguro de que LuHan no disfrutó para nada esa broma. Le acomodó los cabellos viendo cada gesto del menor. El chico parecía más calmado, pero esos ojos que brillaban normalmente en ese instante estaban tristes, apagados.
—Necesito hablar contigo de algo importante, Hun —dijo LuHan pensando en que era lo mejor. Tenía planeado una bonita velada con el más alto, pero si en algún momento SeHun lo iba a odiar lo mejor era que se hiciera pedazos en ese momento definitivamente—. Quizás quieras terminar conmigo después de esto y...
—¿Tenías algo para mí, no? —preguntó interrumpido al menor, LuHan asintió con su cabeza sorbiendo un poco la nariz—. Dímelo después de que pasemos noche buena juntos, ¿sí? Realmente estuve esperando este momento.
LuHan se quedó callado observando detenidamente la sonrisa del mayor, la forma en la que tomó su mano y jugó con sus dedos el anillo que el chico le dio. Mordió su labio inferior y asintió guiando al chico dentro de la playa.
Sus pasos comenzaron a hundirse levemente en la arena, hasta dejar atrás las palmeras y dejar a la vista la bonita casa de playa donde SeHun amaba pasar tiempo. SeHun observaba atento, esperando ver qué era la sorpresa del menor. LuHan se giró hacia él y tratando de no arruinar ese momento se obligó a sentirse mejor. Sacó de su bolso un pañuelo largo y lo colocó sobre los ojos de SeHun.
—Yo te guiaré hasta la sorpresa, tú solo confía —pidio LuHan tomando nuevamente la mano de SeHun. El chico le tomó por la cintura pegándolo a su cuerpo. LuHan se quedó observando la sonrisa divertida del mayor y recibió sus labios cuando este buscó los suyos. Fue un beso corto pero dulce.
—Confío en ti —aseguró.
LuHan sonrió y mordió sus labios comenzando a guiar al mayor hasta donde estaba su sorpresa. Era a unos cuantos metros de donde llegaban las pequeña olas de esa tranquila playa. Guió al más alto hasta que ambos quedaron de frente a la decoración de la sorpresa y LuHan lo pensó, era el momento. Se colocó detrás de SeHun y quitó el pañuelo.
La vista del mayor fue un poco borrosa de inició, pensó en buscar a LuHan pero sus ojos quedaron atrapados ante lo que estaba frente a él. Era una decoración perfecta de velas en frascos de vidrio trasparentes, los mismos que se acomodaba hasta formar palabras que no le llevó mucho entender. Su rostro casi inexpresivo se llenó de emoción, confusión, adoración y un sin fin de emociones que LuHan no sabría cómo describir realmente.
"SeHun, te amo." Decían aquellas velas que daban luz a la playa, la cual a pesar de ser fría por el clima resultaba agradable en ese momento al igual que su calmado oleaje. SeHun se giró, sus ojos se encontraron con los de LuHan quien sonreía tímidamente.
—Te amo, SeHun —repitió el menor sintiendo que el corazón se le quería escapar del pecho para irse corriendo hacia los brazos del mayor y quedarse para siempre en ellos. Iba a decir más pero los brazos del mayor tomándolo y sus labios reclamando los suyos lo impidieron.
SeHun había estado seguro y no se equivocó. Esperar por esas palabras fue lo mejor porque en ese momento las palabras de LuHan fueron tan dulces, sinceras, tanto que su corazón podía confiar ciegamente en él, en que en verdad sí lo amaba como decía y como él también amaba al menor.
Sus labios se alejaron lento, rozandose entre sí brevemente mientras sus ojos se mantenían cerrados y ellos dos abrazados. LuHan suspiró suavemente, un suspiro cargado de los sentimientos que SeHun hacía nacer en él.
—Repítelo —pidió SeHun sobre los labios de LuHan, el chico lo abrazó por el cuello sintiendo las manos ajenas en su cintura, sonrió y dejó un corto beso en los belfos carnosos del mayor.
—Te amo, Hunnie —obedeció aunque él era feliz de decirlo, pues era lo que sentía por su pareja. No lo dudaba, estaba seguro de ello—. Te amo mucho.
—También te amo, bonito —dijo el mayor besando corta pero repetidamente los labios del menor haciéndolo reír, aunque se quejó levemente cuando rozó su herida. SeHun se disculpó haciendo un puchero—. Perdón, y gracias, todo es muy bonito, incluso eso, es hermoso —dijo señalando hacia lo que había más arriba de la bonita frase que alteró sus sentidos.
LuHan asintió y lo jaló con él hacia la otra parte de su sorpresa. Tal como le había pedido a sus amigos lo habían hecho, un espacio amplio bien formado de una mini sala en la area, un sofá tallado en la arena y reafirmado con sabanas suaves y cojines esponjosos. Frente al sofá que era más grande que uno normal había una mesilla de arena también, cubierta por un hermoso mantel rojo, sobre ella había la cena para ambos, un postre y varias frutas así como vino para celebrar. Y en los bordes más velas que dejaban la perfecta luz ambiental de un lugar íntimo para dos personas amándose.
SeHun estaba admirado de todo ello, pensando en cuánto le había costado de tiempo hacer eso al menor, era hermoso, sobre todo por el techo que había sobre ese bonito adorno tallado en arena. El tejado de tela blanca con cuatro barrotes a una distancias prudente, en cuatro esquinas, de los cuales los barrotes parecían firmes pilares adornados de la manta blanca sujetas por una cuerda dorada de ceda y varias luces cayendo desde el tejado dejando una imagen genial y romántica del espacio. Le encantaba. Porque ese era su estilo, un romántico que amaba las cosas lindas, como LuHan, por ejemplo.
Ambos se adentraron a la pequeña salita bajo ese tejado de tela sintiendo más cálido ese espacio, las mantas se movían ligeramente por la brisa. LuHan le hizo tomar asiento al mayor y se sentó también a su lado tomándole la mano. Le dio un cortó beso en la misma haciendo sonrojar al mayor.
—¿Te gusta? —preguntó divertido pues SeHun no dejaba de sonreír y mirar todo ese bonito arreglo. El chico más alto asintió—. Me alegra. ¿Sabes? Quizás ya cenaste y no tengas hambre pero, me gustaría que pruebes un poquito. Lo hice yo —dijo destapando la comida que había sobre la mesa, era un poco de costilla de cerdo a la BBQ. SeHun miró este y se admiró por su bonito color, sabor y la decoración.
—No he cenado amor —mintió. No importaba que estuviese lleno, iba a probar esa comida sí o sí. LuHan le sonrió y partió un pedazo considerable y lo acercó con el cubierto a la boca del mayor. SeHun abrió sus labios recibiendo el bocado.
Era rico, sabía bastante bien y no iba a negar que le gustó. LuHan sabía cocinar bastante bien, su sazón ya lo conocía igualmente.
—Está riquísimo, amor —aseguró y él también partió un pedazo de carne dándoselo al menor.
Disfrutaron de su cena entre risas y cortos besos con sabor a BBQ, pero que para ellos dos sabían a gloria. SeHun era demasiado travieso que terminó manchando la mejilla ajena y limpiando la salsa con su lengua, recibiendo un sonrojo por parte del menor. El postre fue un caso diferente, sabía delicioso y no quisieron desperdiciar, que ese budín con pasas lo comieron por completo acompañado de un poco de vino espumoso.
LuHan sabía que aunque el vino tuviera poco alcohol, al final de cuentas llevaban ya media botella, a ambos le cobraría factura. SeHun lo abrazó a su cuerpo cuando solo se quedaron viendo el bonito reflejo de la luna en el agua y a lo lejos unos cuantos fuegos artificiales de la ciudad. SeHun lo recordo y lo hizo saber al menor cuando dio un ligero brinco llamando su atención.
—¿Qué pasa, Hunnie? —preguntó LuHan mirando como el mayor se ponía de pie y sin decirle nada salió corriendo a pasos torpes hacia donde sabían estaba el auto. LuHan se quedó un poco desconcertado, ¿había hecho algo mal? Se preguntaba. Estaba por ir a buscarlo pero escuchó la risa del mayor.
—Me acordé que compré esto —dijo riéndose mientras corría de regreso, LuHan no entendía. Pero le daba risa la forma torpe de caminar del mayor en la arena y sobre todo si fingía estar corriendo.
SeHun se tropezó con sus mismos pies cayéndose casi al pie del espacio de LuHan quien no puedo evitarlo y se rió fuerte. SeHun le miró y se rió también, lo había conseguido. LuHan se estaba riendo, feliz, su sonrisa llegaba a sus ojos que de nuevo tenían ese brillo que tanto le gustaba de ellos. Se levantó y se sentó junto al menor quien se seguía riendo.
—Ya amor, no te rías —se quejó de mentiras, LuHan le dio un beso en sus labios abultados y ambos sonrieron—. Son luces de bengala y otros cuetes, ¿quieres quemarlos? —preguntó mostrándole el contenido de la bolsa. LuHan miró estos en el interior y después a SeHun, nunca había quemado esas cosas pero asintió rápidamente—. Ven, salgamos —dijo tomando de la mano al menor para ir lejos de donde pudieran quemar algo.
Ambos se sentaron en la area al pie de una de las velas de aquella bonita frase. SeHun le dio varios de los cuetes que compró y le explicó sus funciones. Usaron la lumbre de la vela y pronto un montón de cuetes de luces estuvieron alumbrando el cielo sobre la playa acompañado de risas de ambos y uno que otro beso. Pasar tiempo juntos era como un sueño porque ni siquiera notaban el paso del mismo.
LuHan se recostó sobre el hombro de SeHun cuando los cuetes terminaron. Ambos se quedaron en silencio nada más mirando hacia el mar. SeHun le miró de reojo, el rostro del menor estaba sereno, le acarició suavemente con sus manos y besó su frente. LuHan se removió un poco de forma que pudo ver a la cara al mayor.
—¿Crees que ellos la estén pasando bien? —preguntó LuHan curioso sobre sus amigos. SeHun asintió, él lo deseaba—. Es mi mejor noche buena, ¿sabes? Nunca me gustó festejarla porque hay mucha hipocresía en las familias, todos buscan los regalos, quedar bien ese día, pero, ¿y los demás?
—Tienes razón —dijo SeHun recordando vagamente las antiguas navidades donde en casa hacían fiestas con gente rica. Y sí, todos eran hipócritas cuando sabían que no se llevaban bien brindaban y se abrazan—. Pero, ahora siento que ha sido la mejor noche buena, la más sincera y la más hermosa porque la pasé a tu lado. Realmente deseo que pasemos muchas más juntos. —Tomó la mano del menor y enlazó sus dedos.
LuHan se alzó un poco y besó la mejilla ajena sonriendo después. SeHun le correspondió el gesto.
—También deseó eso, Hunnie —aseguró.
Ambos volvieron al sofá de arena recostandose sobre el mismo, Luhan levemente sobre el cuerpo del mayor mientras este le acariciaba los cabellos. Ambos cabían bastante bien ese lugar cómodo.
—¿Sabes, bonito? A veces parece que lo único que quiero es tener tu cuerpo desnudo junto al mío pero, quiero que sepas que también deseo tener tu alma desnuda junto a la mía, como en este momento —dijo. A pesar del tiempo juntos, nunca antes de había sentido tan íntimo con el menor como en ese momento. Luhan se acomodó sobre su cuerpo—. Me gusta todo de ti, desde tus virtudes hasta tus defectos que no tienes. Eres perfecto.
—No lo soy —susurró LuHan aferrándose al cuerpo ajeno—. Realmente no soy perfecto pero, que me veas así es hermoso —aseguró sintiendo sus ojos pesar.
Eran alrededor de las tres de la mañana, en cualquier momento se rendiría al sueño y sabía que SeHun también por su voz adormilada. Ambos se quedaron en silencio, abrazados, esperando a que el sueño les alcanzara.
Abrió sus ojos después de haber sentido como el espacio de la cama se hundía un poco y después se quedaba ligera. Sabía que el menor se había despertado ya. Miró por la habitación sin moverse de su posición enfocando la espalda del menor perderse en el cuarto de baño de la habitación.
Alrededor de las seis de la mañana, antes de que el sol los despertara él se había levantado y llevado al menor cargando hasta la habitación de la casa. Quedándose dormidos ambos en la cama, abrazados hasta ese momento.
Se sentó en la cama y miró el teléfono de Luhan vibrar en la mesa de noche. Mordió sus labios, este estaba sonando insistente y desde su posición podía ver el nombre de Jia, hizo una mueca.
Se puso de pie y caminó hacia el baño también. Se adentro al mismo, la ducha estaba encendida. Luhan estaba bañándose. Se quitó su ropa y completamente desnudo se metió a la ducha abrazando al menor por la espalda dándole un beso en el cuello mientras el más joven ladea su cabeza y así mismo él colocaba sus manos sobre la pelvis y cadera del menor.
Luhan suspiró por los besos húmedos por el agua de la ducha y calientes por la boca ajena recorrían su cuello y parte de su espalda haciéndolo estremecer. Sehun no pudo evitarlo, el cuerpo del menor lo llamaba fervientemente que no podía simplemente verlo desnudo e ignorarlo.
La hora y todo lo demás fue lo de menos cuando SeHun giro al menor de cabellos rubios y lo besó en la boca al tenerlo de frente. Sus labios se recibieron en un beso profundo, húmedo y bastante excitante para los dos. Porque ninguno iba a negar ese cosquilleo en sus entrepiernas al tenerse tan juntos abrazándose cómo si su vida dependiera de ello. Las manos del mayor se encargaron de recorrer cada curva del más joven como las uñas de Luhan se clavaron en la ancha espalda del más alto cuando este lo tomó a horcajadas de frente y lo alzó por los muslos hasta tenerlo abrazando con sus piernas su cadera. Lo ayudó a subir y bajar sobre su miembro mientras la delgada y estrecha espalda del menor subía y bajaba por la fría pared de azulejos, soltando gemidos y siseos por lo bien que se sentía tener dentro el cuerpo del mayor.
SeHun recostó al menor sobre la cama estando entre sus piernas. Sus bocas compartían un beso húmedo, lleno de deseo mutuo y la necesidad por el otro al igual que sus manos aferrándose al cuerpo ajeno. Un par de embistes más y ambos pudieron conocer un vez más lo que era sentirse en la plena gloria. SeHun se alejó lento de los labios ajenos, jadeando, tratando de conseguir el aliento al igual que Luhan quien temblaba ligeramente bajo su cuerpo a causa de los espasmos que su orgasmo le regalaba. Compartieron varios besos más, cortos y suaves y sonrisas traviesas entre los dos. SeHun hizo cosquillas al menor con la punta de su nariz sobre su mejilla y se acercó a su oído besando cerca de este.
—Te amo, Han —susurró suave haciendo sonrojar al menor.
—Te amo también, Hun —respondió el menor dejándose abrazar por el más alto cuando estuvo acostado a su lado, se acurrucó contra su pecho y suspiró profundo—. Comienza a darme frío —comentó bajo en tono divertido pues solo se habían salido así de la ducha y no se habían tapado más que las mitad de sus cuerpos con una sabana ligera. SeHun lo abrazó más a su cuerpo y sonrió.
—¿Te caliento de nuevo? —preguntó coqueto. Luhan asintió y beso su mentón—. Pervertido, amor.
—Tú no te quedas atrás —dijo en su defensa, ambos se iban a besar pero el sonido del celular de Luhan llamó la atención de ambos.
El chico más joven se sentó en la cama y miró al mayor cuando este también lo hizo.
—Lleva rato sonando, ¿qué querrá? —preguntó vago y con curiosidad, Luhan apretó sus labios, imaginaba de que se trataba.
—No lo sé —dijo aunque dudaba, imaginaba lo que podría ser. Tomó su teléfono y desbloqueó el mismo mientras se apoyaba de la cabecera de la cama y miró al más alto. Era hora de hablar, no podía posponerlo.
"¿Qué se siente perder a lo que más quieres? Mi papá ya no quiere saber nada de ti" Leyó el primer mensaje, SeHun le observaba atento. "Eso mismo sentí yo cuando SeHun te eligió a ti, pero, como te dije, estoy segura de que me ama aún y él será solo mío"
—¿Pasa algo amor? —preguntó SeHun preocupado por la mirada baja del menor mientras parecía leer algo en su teléfono. LuHan negó.
"Mis papás ya se enteraron, ahora le toca a SeHun. Él te dejará sin consideración, eres escoria, hermano"
Fue el último. Alzó la mirada, SeHun le seguía viendo preocupado. Trato de sonreírle pero no le salió nada más allá que una mueca dolorosa.
—Tengo algo que contarte, Hun.
—Vayamos a desayunar, amor. Después me cuentas ¿sí? —pidió SeHun besando los labios de LuHan de piquito. Buscó su boxer para ponérselo y cuando lo hizo caminó en busca de sus demás prendas.
—Tiene que ser ahora, no puedo esperar —dijo LuHan abrazando una almohada contra su cuerpo. Su corazón se sentía bastante inquieto. SeHun detuvo todo lo que hacia prestando total atención al menor. Esa mirada triste estaba ahí de nuevo y esos labios tensos y lastimados le decían que en efecto, no podía esperar más—. Por favor siéntate y escucha lo que diré atento. No me interrumpas hasta que llegué al final, ¿sí?
SeHun se sentó a su lado, la forma en la que el menor se portaba en ese momento le dejaba un sabor extraño en la boca, le inquietaba y estaba seguro de que Luhan se sentía igual.
Quizás fueron unos cuantos minutos en los que solo se mantuvieron ahí sentados en silencio. Luhan sentía que en cualquier momento vomitaría su corazón que estaba en su garganta. Mordió sus labios, cerró sus ojos y suspiró profundo. No había marcha atrás.
—Te he estado mintiendo todo el tiempo, Hun —dijo Luhan finalmente, sabía que después de esas palabras no habría forma de callar—. Yo... Me hice pasar por Jia para terminar contigo —confesó mirando a SeHun.
No sabía cómo describir esa mirada del mayor, no era odio, tampoco había sorpresa ni nada similar a eso en SeHun. Solo estaba ahí, en silencio. Luhan pensó que el chico le reclamaría, que se alejaría de él como escoria, con asco.
—¿No dirás nada? —preguntó temeroso a pesar de lo que había pedido antes. SeHun negó con su cabeza—. Yo, tenía toda la mala intención de hacerte daño y dejaras a Jia, que ustedes dos terminaran aquella misma noche que Jia siendo yo fue a verte a tu casa.
—¿Por qué tendrías toda la mala intención de hacer eso? —preguntó SeHun confundido de esa parte. No lo hallaba con sentido, Luhan apretó la mandíbula y desvió la mirada.
—Yo... Creí que estaba enamorado de Jia, y, estaba celoso de ti —aclaró eso al responder, SeHun alzó una ceja en sorpresa—. Durante mi adolescencia tuve una novia, de ella ya sabes, ¿recuerdas que te dije que le hice daño? Bueno, fue por Jia, mi hermana. —Respiró profundo y se abrazó a sí mismo en la cama hundiendo su rostro en sus rodillas—. No sé si fue vanidad, narcisismo o qué fue, pero, en ese momento la insistencia de mi hermana por un beso, me hizo fijarme en ella, Jia era la niña de mis ojos, la quería mucho y después, me confundí, pensé que era amor más allá de hermanos. Entonces, cuando ella me informó que alguien le gustaba y sería su novia, yo me fui y desaparecí hasta que...
—¿Hasta qué? —preguntó SeHun confundido ante el silencio de Luhan. El chico se puso de pie y con apenas su boxer puesto camino por la habitación como si estuviese encerrado ahí y buscara una salida.
—Jia, ella tuvo un accidente —respondió. Eso había tomado por sorpresa a SeHun—. Tuvo un accidente en su auto, fue tan grave que su rostro se desfiguró. Y después, me pidió que me hiciera pasar por ella y terminara contigo.
—¿Te lo pidió?
—Sí, con la promesa de que se quedaría conmigo, y sí, por eso acepté al final de cuentas a pesar de que era una locura, yo sabía que me ibas a descubrir tarde o temprano, al final de cuentas soy un chico pero. —Pasó sus manos por su rostro exasperado—. Tu problema visual facilitó todo, ahora lo entiendo el porqué ni cuando me presente ante ti en ese antro me reconociste.
—No fue casualidad —dijo SeHun poniéndose de pie también, LuHan negó con los ojos húmedos—. Tú realmente fuiste a buscarme a mí ese día.
—Sí, Jia me dijo donde estabas —aclaró limpiando un par de lágrimas que bajaron por su mejilla—. SeHun, yo. Yo solo quería ser tu amigo, porque nunca he estado de acuerdo en las estupideces de mi hermana, ese día te vi tan devastado por lo que pasó con Minho que sentí pena, pensé que harías alguna locura y yo no iba a poder con la culpa.
—Pero no fuiste tú, fue Jia.
—Lo que haya sido. Desde que supe lo que mi hermana te hizo cambió mi forma de pensar de ti, los celos que sentía por ti al saber que eras el novio de mi hermana se fueron, porque ella dejó de ser la niña perfecta que tenía en un altar para mí —dijo y fue al buró tomando su celular. Lo desbloqueó y le dio el teléfono al chico—. Ahí están todos los mensajes que Jia me ha enviado todo este tiempo, también los últimos que me envió ahora. Yo, quería decirte esto desde aquella vez que nos encontramos. Pero, no sé, se me fue el tiempo y no lo había hablado además que, tengo miedo de que ya no me quieras ver más.
SeHun tomó el teléfono y lo bloqueó. Dejó este sobre la cama y miró fijamente a Luhan hasta bajar su mirada al cuello del chico de donde colgaba ese collar que el menor mismo había dado.
—Realmente fui muy estúpido todos estos meses, ¿no? Estuvo muy claro todo, a pesar de mí problema si me di cuenta de algunas cosas que eran diferentes. Los pocos besos que me diste como Jia, eran más dulces y suaves, al igual que tus ojos, los tuyos lucían bonitos y alegres a pesar de no tener delineador —dijo SeHun sonriendo apenado de saber que realmente era un tonto—. Estaba tan enamorado de Jia, que nunca se me pasó por la cabeza que fuera alguien más, ahora entiendo porque eras tan reacio conmigo cuando quería besarte como mi novia.
—Lo siento mucho.
—LuHan. Intentaste terminarme muchas veces, a todas me aferré por idiota pero, la última vez tu me dijiste que, no íbamos a terminar porque me amabas, ¿era Jia o eras tú?
—Fui yo por orden de Jia. Ella me pidió que te convenciera de que te amaba.
—¿Por qué?
—Porque ella quería estar contigo y sus operaciones estaban ya en marcha, ella solo quería volver a ser bonita para estar contigo. —Sonrió amargamente porque la forma de amar de su hermana era bastante superficial.
SeHun se sentó en la cama nuevamente y se apoyó en sus rodillas agarrándose la cabeza un momento hasta que sus manos pasaron por su rostro.
—¿Aún te sigues haciendo pasar por ella?
—No. Eso lo deje desde el momento que tú te fuiste de viaje con tu papá —dijo rápidamente, SeHun le miró—. Yo no quería seguir con eso, ya no podía.
—¿Por qué? —preguntó pero le hizo una seña de que no hablará por lo cual LuHan se quedó solo mirándolo—. Dime algo, ¿todo lo que pasó entre nosotros?
—Fue real. Es real —aseguró bajando la mirada—. Es por eso que ya no podía seguirlo ocultando, pensé en dejarlo olvidado pero, no. Yo no puedo vivir con esta mentira y, prefiero decírtelo yo a que Jia te lo diga con sus mentiras como se lo dijo a mis padres. Perdóname, y entenderé si no quieres saber más mí, realmente esto es un asco lo que hice y la razón por la que lo hice.
—¿Me amas?
Luhan miró confundido, no esperaba esa pregunta en ese momento. Mordió sus labios y asintió apretando su mano sobre estómago desnudo.
—Como no tienes idea.
—Entonces —SeHun se puso caminando hasta el menor. Le tomó el rostro con sus manos y con una caricia suave de sus pulgares acarició suavemente sus mejillas—. Eso es lo único que importa.
—Eso quiere decir que...
—Que te amo, y lo demás no me importa. —Le besó sus labios brevemente porque LuHan estaba en shock. Sehun sonrió y solo lo abrazó contra su cuerpo—. Debería agradecerle a Jia. Si ella nunca te hubiese pedido eso, yo no te hubiera conocido. Y, quizás el amor de mi vida estaría en brazos de otra persona y no en los míos como en este momento.
—SeHun. —LuHan se aferró de su cuerpo. No podía creer que realmente SeHun le dijera eso y no se enojara, pero sin duda estaba feliz por ello.
Bueno, fue todo. Espero que si les haya gustado🤗 ahora si Hun ya sabe la verdad. Creen que realmente fue buena la forma en la que lo tomó? Habrá más drama? No sé jaja, bueno nos leemos pronto.
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