35 : the message
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TWO YOUNG HEARTS
❝el mensaje❞
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Meredith trepó hasta llegar al mascarón del barco donde se encontraba Lucy mirando hacia el mar, al agachar su vista, Meredith vio a sus amigas las sirenas saludándolas, la rubia les devolvió el gesto con una sonrisa y sacudiendo su mano antes de acercarse más a la adolescente.
— Son agradables ¿no crees? —preguntó recargándose a su lado
— Lo son —Lucy afirmó con una sonrisa
— Muchos hombres les temen, pero son unos seres increíbles —le devolvió la sonrisa— ¿Cómo han sido las cosas en... su tierra? —la castaña hizo una mueca
— Susan y Peter se mudaron a América por ser los mayores -dijo con cierta decepción-, Edmund y yo nos quedamos en Londres en casa de nuestros tíos por la guerra
Meredith hizo una mueca de confusión al escuchar las palabras América y Londres, jamás había escuchado sobre ellas, pensó que probablemente serían tierras muy lejanas.
— Son países distintos, están en continentes diferentes, muy lejos el uno del otro —Lucy explicó al ver el ceño fruncido de Meredith
— Ya veo —asintió— ¿Pueden visitarlos?
— No, tenemos que pasar más meses en casa de nuestros tíos, la guerra no permite que viajemos
— ¿Eso es malo? ¿Las guerras ahi son como las de aquí? —preguntó con curiosidad haciendo reír a Lucy
— Son muy diferentes a las de aquí —respondió
— ¿El niño gritón es pariente suyo?
— Es nuestro primo, Eustace
— Me compadezco de ustedes por qué tengan que aguantarlo —ambas soltaron una risa
— ¿Y qué tal las cosas aquí? ¿Cómo están tus hermanos? ¿Zephyr, Nick, Olive? —preguntó colocando un mechón de cabello detrás de su oreja
— Como dijo Caspian, hay paz en todos lados y mucha tranquilidad —habló—, los tres están bien, cuidando el área que Zephyr nos asignó durante nuestra última reunión... si quieres puedo llamarlos y decirles que están aquí para que vengan de visita, Oliver no dudará en venir, mientras se trate de romper su guardia hará lo que sea
Lucy soltó una risa sintiendo como el calor subía por sus mejillas provocando un leve rubor.
— ¿Puedes hacer eso? —preguntó— Llamarlos
— Si, es algo que descubrimos hace poco tiempo, grabamos el mensaje susurrándolo a algo que éste hecho de nuestro elemento y lo mandamos, en poco tiempo nos llega el mensaje —explicó—, es algo confuso si lo explico, mejor te enseño
Antes de que la castaña pudiera decir algo Meredith extendió su mano invocando un chorro de agua que pronto tomó entre sus manos convirtiéndolo en una pequeña bola de agua.
— Hola, Oliv, sigo en el barco con Capian ¿Adivina quienes regresaron? —extendió la pequeña bola de agua hacia Lucy que se acercó dudosa
— Hola, soy Lucy, Edmund y yo regresamos hace poco —dijo
— Ven a verlos, puedo admitir la responsabilidad si Zephyr se entera —terminó, hizo un movimiento con sus manos al rededor de la bola—, ahora solo debo entregarlo
Dejó caer la pequeña pelota al mar, ambas se asomaron a la orilla viendo como salía dispara dejando un camino de pequeñas burbujas de agua.
— Ahora solo queda esperar —comentó
Ambas chicas se sentaron en unos barriles pegados a la orilla donde podían apreciar el duelo de espada que se había formado entre Edmund y Caspian, la multitud aplaudía y animaba al par. Al final ambos bloquearon el ataque del otro quedando en un merecido empate, ambos eran muy buenos manejando la espada.
Meredith gritaba y aplaudía eufórica.
— Gracias a mi son así de buenos —sonrío orgullosa a lo que Lucy soltó una risa—, yo les enseñé
Edmund se acercó a las dos chicas mientras tomaba un vaso de agua, al llegar a su lado abrazó a Meredith por los hombros. Antes de hacer cualquier acto cariñoso vio como Lucy se removía en su asiento así que se contuvo de ser muy empalagosa, no quería incomodarla.
— ¿Creen que si navegamos hasta el fin del mundo, nos caeremos del borde? —preguntó Lucy de pronto
— No te preocupes, Lu, estando muy lejos de ahí —Edmund respondió
— Veo que siguen diciendo tonterías —reclamo Eustace acercándose— y veo que si existe tu novia
Meredith giro su cabeza hacia Edmund con una sonrisa divertida.
— Alguien estuvo hablando mucho de mi —comentó con una risa divertida a lo que el chico sonrió abrazándola por la cintura
— ¿Ya te sientes mejor? —Lucy preguntó
— Si, pero no gracias a ti. Tengo una constitución fuerte
— Tan simpático como siempre —dijo Reepicheep colgado de una cuerda— ¿Ya te adaptaste al mar?
— Siempre me adapto. Fue el choque del cambio —respondió borde—. Mamá dice que soy preso picas por mi intelecto —aquello hizo reír a Edmund provocando que tirara el líquido que tomaba y ganándose un golpe de Meredith
— No me impresiona ese intelecto —Reepicheep contestó
— ¡Tan pronto demos con la civilización llamaré al cónsul inglés y los arrestarán pro secuestro! —gritó caminando lejos de ellos, unos pasos más y chocó con Caspian
— ¿Secuestró? —cuestionó el rey con una sonrisa— Que chistoso
— Te salvaron la vida —agregó Meredith
— Me encerraron sin permiso
— Porque estabas histérico —la rubia susurró
— En unas barracas muy poco higiénicas -agregó el rubio
De pronto el calor embriagó a todos por un torbellino de fuego que inició al centro del barco causando un grito agudo de parte de Eustace que se acercó asustado a la orilla.
— ¡Volví! —Oliver extendió sus manos al cielo— Se que me extrañaron, no se amontonen, ni lloren —guiñó un ojo
— ¡Vieron eso! —Eustace chilló— Salió del fuego... él... él
— ¿Y ese quién es? —Oliver hizo una mueca hacia el rubio
— Oliver —exclamó la menor de los Pevensie caminado hacia él con una sonrisa
— ¡Mi reina de antaño favorita! —sonrió extendiendo sus brazos— No les digas a los demás —dijo abrazándola
— Que gusto verte —Lucy se separó
— Lo mismo dijo, Su Majestad —hizo una reverencia—. Y mi cuñado favorito —volteo hacia Edmund— eres el único que tengo así que no hay de donde elegir
— También me alegro de verte —Edmund respondió dándole un abrazo
— Bueno —Oliver dijo abrazando a Lucy por los hombros— ¿Y qué los trae por aquí? —preguntó sonriente
— En realidad no los sabemos —Edmund respondió
— ¿Cómo? —cuestionó sus palabras mirando a Meredith esperando una explicación pero esta solo encogió sus hombros
— Si, no sabemos que nos trajo o por qué volvimos —Lucy agregó
Oliver giró a mirar a Lucy frunciendo el ceño para después embozar una sonrisa amplia mirando hacia la pareja de enfrente.
— Da igual —se encogió de hombros— ¡Denme cuatro tarros de cerveza para festejar! —exclamó alegre
— ¿Desde cuando tomas alcohol? —Meredith preguntó confundida
— Desde que no te interesa querida hermanita —le guiñó un ojo antes de irse
— ¡TIERRA A LA VISTA! —gritó un hombre desde lo alto del mástil
— Creo que mi celebración se canceló —Oliver fingió tristeza
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