30 : another war
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TWO YOUNG HEARTS
❝ otra guerra ❞
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Mientras cabalgaban por el bosque Meredith tuvo un deja vu, uno vivido que logró causarle un escalofrío al tener la sensación del frío metal incrustarse en su pecho. Si no fuera por que Oliver jalo las riendas desde atrás se hubieran estampado contra el caballo que montaban las Pevensie.
— ¡CABALGUEN! —Meredith dirigió su vista hacia lo alto de la colina.
Un grupo de telmarinos viajando a caballo las perseguía.
— ¡Nos vieron! —exclamó Lucy
Susan y Meredith jalaron las riendas obligando a que sus corceles andarán más rápido, metros más adelante los habían perdido de vista a lo que la mayor de las Pevensie detuvo el caballo y bajó de él.
— ¿Qué haces? —preguntaron Oliver y Lucy a la vez
— Vuelve a subir, no podemos detenernos —Meredith ordenó dando una rápida mirada hacia atrás al escuchar las voces de los hombres cada vez más cerca.
— Lo siento —la ojiazul les dio una mirada—, yo los atrasare un poco, ustedes sigan
Los Brown asintieron dudosos y siguieron a Lucy por detrás. Oliver se aferró a la cintura de su hermana puesto que Meredith obligó a que el caballo cabalgara más rápido, por poco se cae.
— ¿Crees que sea buena idea dejarla sola? —preguntó Oliver
— Es Susan —Meredith respondió— y es una reina, sabe cómo defenderse
— ¿Vas bien, Lucy? —preguntó Oliver llegando a la par de su caballo
— Si —respondió la niña con una sonrisa
— ¡Por ahí! —escucharon a sus espaldas
— Mer, nos persiguen —Oliver avisó
La rubia dio una rápida mirada a su espalda, un grupo más grande que el anterior los perseguía. Meredith detuvo el caballo.
— Después de todo tendrás que seguir sola —avisó hacia Lucy—, suerte —dijo bajando del caballo
— Lo lograrás —dijo el chico
Oliver imitó su acción, le dio una sonrisa tranquilizante a Lucy y palmeó el glúteo del caballo que salió corriendo hacia el frondoso bosque. La menor de los Pevensie les dio una última mirada a los hermanos antes de seguir su camino.
— ¿Cómo en los viejos tiempos, no? —Oliver dijo sacando su espada
— Espero no te hayas oxidado —Meredith bromeó imitando su acción
Pronto estuvieron rodeados de Telmarinos, al rededor de diez caballos de acercaban a ellos amenazando con sus espadas ni eso logró intimidar a los hermanos Brown.
— Cubre la derecha, yo cubriré la izquierda —Meredith ordenó— y no...
— No dañar a los caballos —Oliver respondió—, anotado
Comenzaron a luchar espalda con espalda, ninguno dudaba en quitarle la vida a aquellos telmarinos que habían robado sus tierras.
— ¡Uno escapó! —gritó Oliver en medio de la pelea
Meredith soltó maldiciones mientras sacaba su espada de un cuerpo invierte en el suelo.
Habían terminado con la mitad de ellos cuando Meredith sintió un cosquilleo en sus manos. Ese segundo de distracción fue suficiente para que un telmarino la atacara por la espalda provocándole un corte en su espalda baja sacándole un gemido de dolor.
Aquello hizo enfurecer a la rubia que tomó con más fuerza su espada y lo atacó. Dio una vuelta esquivando su ataque, encontró un punto débil en su torso y enterró su espada por debajo de la armadura terminando con la vida del hombre.
Al dar media vuelta vio a Oliver siendo atacado por dos de ellos estando en desventaja. Tomó la daga que descansaba en su bota y la lanzó al cuello del telmarino al mismo tiempo que Oliver enterraba su espada en el estómago del otro haciendo caer los cuerpos al mismo tiempo.
El sudor recorría su cuerpo y la respiración agitada era lo único que se escuchaba en aquel silenciosos bosque, Meredith se acercó a él y alzó su palma extendida la cual Oliver estrechó como felicitación a ambos. Estaban exhaustos habían perdido condición.
— ¿Estas bien? —preguntó señalando las heridas de su hermana
— Sanará pronto —soltó una jadeo
Un fuerte rugido se escuchó a lo largo del bosque, los Brown compartieron una sonrisa.
— Lucy lo logró —Oliver festejó
Un susurro llamó la atención de la chica, alzó su vista a las copas de los árboles la cuales parecían sacudirse. Los árboles estaban despiertos.
— ¡Nicholas! —Meredith sonrío abiertamente— Tenemos que ayudar a los otros
— ¿Crees que... —hizo una pausa
Ambos llevaron su vista hacia sus manos que seguían teniendo un cosquilleo, extendieron sus palmas y tan pronto como se abrieron sus manos un chorro de agua y fuego golpeó el suelo con fuerza.
— ¡El último besa a un telmarino! —Meredith bromeo antes de crear una ola de agua con sus manos y comenzar a desplazarse por el bosque
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A Meredith le pareció más corto el camino, junto a Oliver habían llegado al río, perfecto para la ocasión. Vieron como el ejército estaba a punto de cruzar el puente, de un lado esperaban Lucy y Aslan, del otro el resto del ejército Narniano.
Pronto la vista de Meredith cayó en un telmarino que luchaba por controlar a su caballo rebelde, vio como este le dio un golpe en la cabeza con el mango de su espada haciendo enfurecer a la guardiana.
— Maldito hijo de perra—Meredith bramó con enojo.
Corrió hasta llegar al centro del río, extendió sus manos hacia el agua y cerró los ojos para concentrarse, esperaba no fallar y arruinarlo todo.
Tan pronto como cerró los ojos el agua del río comenzó a avanzar hacia ella provocando primero una ola pequeña que pronto se convirtió en un hombre gigante, podía escuchar los gritos y lloriqueos de los hombres. Sentía como su cuerpo se debilitaba pero siguió luchando contra el peso invisible que caía sobre sus hombros y agarraba sus piernas. Ordenó al hombre romper el puente por el que el ejército cruzaba, se atrevió a abrir los ojos, los telmarinos habían caído rendidos ante su gran creación la cual hizo sonreír orgullosa a Meredith.
Cuando vio que el líder de los Telmarinos quedó en manos del hombre de agua extendió sus manos deshaciendo la figura.
Exhausta se dejó caer en el río, de inmediato sus hermanos corrieron hacia ella pensando que había caído inconsciente, se llevaron una sorpresa al encontrarla sonriendo.
— Había extrañado esto —alzó su vista encontrándose no solo con dos de sus hermanos, si no con tres—. Estás aquí —Meredith se levanto rápidamente y abrazó a Nicholas
— Lo siento —el peli negro murmuró abrazándola de vuelta
— Tenía que pasar —dijo refiriéndose a su sacrificio—, ahora estoy mejor que nunca
— Detesto que tú no puedas mojarte —Oliver interrumpió— Así que ya no eres un árbol, me agradabas más así
— Oliver —Zephyr regañó
— Tenemos que ayudar —Meredith interrumpió una posible pelea entre sus hermanos
Después de que Zephyr diera una mirada severa a sus dos hermanos siguieron a la menor hasta la orilla donde los Telmarinos depositaban sus armas confirmando su rendición. Cada uno se posicionó en una hilera ayudando a recolectar las espadas, ballestas y demás y supervisando que ningún hombre intentara hacer algo.
Meredith giró su vista hacia un lado encontrándose con la mirada de Edmund, al instante una sonrisa se formó en sus labios al verlo que se encontraba bien.
— Guardiana Meredith —el tejón llamó su atención—, hemos terminado —inclinó su cabeza
— De acuerdo, me encargaré de guardar las armas más tarde —le respondió con una sonrisa
Los cuatro hermanos se juntaron, Aslan caminó hacia ellos una vez que terminó su plática con los reyes y reinas de Narnia. Cuando el león estuvo frente a ellos se hincaron sobre una rodilla demostrando su respeto hacia Aslan.
— De pie, guardianes —ordenó—. Han hecho bien su trabajo —como agradecimiento dieron un asentimiento con la cabeza
— ¿Por qué no podíamos utilizar nuestros dones? —Meredith preguntó curiosa
— Ningún elemento puede proexistir sin otro que lo ayude así como ustedes se complementan entre sí —explicó—. Más que un equipo son una familia —miro con intensidad a Oliver— que necesita tener todas sus partes para poder funcionar correctamente
Sin necesitad que lo dijera verbalmente los cuatro comprendieron que aquello se había tratado de una prueba, una que habían superado con éxito.
— A decir verdad no fue muy agradable quedar atrapado en forma de un árbol, no es nada cómodo —Nicholas comento haciendo reír a los demás
Aslan les dio permiso de irse, Meredith vio a Edmund no muy lejos de donde se encontraban, a su espalda escuchaba como Oliver se disculpaba con Nicholas y Zephyr estaba de mediadora, sabía que lo arreglarían entre ellos.
Alzó su vestido por encima de sus tobillos para poder correr hacia el Pevensie que miraba hacia el río, cuando estuvo cerca se lanzó a abrazarlo por el cuello haciéndolo tambalearse y por poco caer, tomó la cintura de Meredith para sostenerse y abrazarla de igual manera.
— Estás bien —Meredith murmuró a su oído
— Estamos bien —Edmund respondió aferrándose a su cuerpo más fuerte
Se separaron cruzando miradas. Edmund acaricio la mejilla de Meredith perdiéndose en sus ojos oceánicos dándose cuenta que cada mirada era más brillante que la anterior.
— Estuvo increíble lo que hiciste —alagó con una sonrisa
— Eso lo sé —sonrío de vuelta
Edmund la atrajo nuevamente hacia él envolviéndola en un abrazo y regalándole el calor de su cuerpo sintiendo como los latidos de corazones se volvían uno solo.
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