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24 : the return


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TWO YOUNG HEARTS
el regreso
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En la tumba de Aslan los Reyes, Narnianos, guardianes y príncipe discutían si atacar el castillo telmarino o esperar en su guarida, estaban en una disputa por ambas decisiones de distintos líderes.

—Lo que me preocupa es que sólo consideran caer aquí o allá— comentó Lucy —¿Se olvidan de quien venció a la Bruja Blanca?

Un silencio inundó la sala, nadie se atrevía a hablar por miedo a decir algo hiriente. Fue Peter quien decidió romper el hielo y hablar.

—No podemos seguir esperando a Aslan y Meredith...— el rubio le dio una mirada a Zephyr quien se encontraba a su lado

Otro silencio aún más incómodo se formó en el ambiente, Edmund y Zephyr se mantenían cabizbajos pensando en aquella rubia. Querían superar esa etapa, querían que dejara de doler pero ¿Cómo lo lograrían si en cualquier lado la mencionaban?

—Creo que iré a buscar a Oliver— susurró Zehpyr hacia Peter

En cuanto iba a salir por el pasillo un agitado fauno apareció, tenia la respiración entrecortada y una capa de sudor en su rostro. Señaló hacia el pasillo y comenzó a hablar

—Su majestad— Caspian y Peter voltearon al mismo tiempo, el rubio le hecho una mala mirada al príncipe —tienen que ver esto

Sin preguntar siguieron al fauno al igual que la mayoría presentes, con armas en alto todos salieron a la explanada, Zephyr (quien estaba preocupada por su hermano) y los Pevensie eran quienes encabezaban el grupo.

—¿Crees que sea de Oliver?— pregunto la mayor de los Pevensie hacia Zephyr

—El está bien, no nos avisarían de tal manera si le pasara algo— ambos siguieron caminando

Al llegar vieron a un minotauro sosteniendo a una persona de capucha azul entre sus brazos quien luchaba por liberarse

—Suéltame— bramó aquella persona

—Suéltalo— ordenó Peter

El Minotauro dejó caer a la persona al suelo quien cayó de rodillas y de espaldas al grupo que había salido. La persona capturada se levantó y dio un paso hacia en frente aún estando de espaldas.

—Alto ahí— ordenó Peter sacando su espada y poniéndose en guardia

La persona en el suelo al oír la voz se quedó quieta y volvió a su lugar sin mostrarse. Los nervios crecieron en su cuerpo y su mirada hacia el minotauro frente a ella no era específicamente de alegría. La misteriosa persona de capucha azul se quedó aún más quieta en su lugar y dio un paso hacia atrás lentamente

—Levanta las manos donde las veamos— dijo Peter

—¿Qué hay si no lo hago?— la persona preguntó con un toque de diversión

—No te conviene desobedecer

Aquella persona permanecía sin hacer caso, Edmund quien miraba un poco detrás de su hermano llevó su mano al mango de su espada listo para atacar por si las cosas salían mal

—Deberías hacer caso— dijo un centauro

—Bueno podría salir corriendo fácilmente hacia la izquierda y me perderían de vista entre los arbustos del bosque— se encogió de hombros aún de espaldas —pero creo que no me apetece ahora

—Deja de jugar con nosotros— Peter comenzaba a salir de sus casillas —podríamos matarte fácilmente mensajero

Aquella persona soltó una carcajada audible y susurro "mensajero" entre risas. Detrás de aquella persona todos se miraron confundidos y ya fastidiados por la actitud del encapuchado. Seguía de espaldas sin obedecer, el minotauro se había unido hacia el grupo.

La persona dio un paso a lo que todos levantaron o sacaron sus armas alertados. El encapuchado al oír el ruido de las armas soltó una risa discreta, como un simple paso había puesto en alerta a todos.

—Esto es suficiente— Peter comenzó a caminar hacia aquella personas quien comenzaba a sacarlo de sus casillas.

Cuando estaba a unos pasos de la persona una muy pálida mano se asomó levantando el dedo índice y negando. 

—Si fuera tú no haría eso...querido Peter— el Rey paro en seco al escuchar su nombre

—¿Cómo sabes mi nombre?- Peter comenzó a caminar de reversa

—Se muchas cosas— la persona sonrió a pesar de que nadie veía

A Edmund le llego un deja vu de la primera vez que piso las tierras de Narnia, pensó en una posibilidad, era casi nula e ilógica pero no imposible, o eso esperaba el.

—Muéstrate— Zephyr tensó el arco y apuntó hacia aquella persona de espaldas

El silencio inundó, nadie se movía, nadie entendía el porqué nadie hacía nada o se acercaba  aquella persona, parecía que tenía ojos en la espalda. La persona volteada mantuvo una sonrisa en su cara, hacia mucho drama para mostrar su identidad pero ¿por qué no hacerlo? Era divertido. Tras otros largos segundos de silencio, intriga y miles de emociones

—Deberías bajar el arco— por fin habló el de la capa azul atrayendo la atención de todos

—Muéstrate si no quieres que dispare— amenazo la guardiana

—No creo que quieras dispararle a...— la persona dejó una pausa —...tu hermana

Se dio la vuelta descubriendo su rostro y dejando caer su dorado cabello por sus hombros. Si todos se sorprendieron con la repentina aparición de los Guardianes de Aire y Fuego ya se imaginarán cómo estuvieron todos en este momento. Meredith Brown guardiana de lo celestial estaba viva y estaba justo frente a sus narices.

Nadie se movía ni decía nada. Era imposible que ella estuviera ahí.

— ¿Saben? Me imagine una bienvenida muy diferente —bromeó con una sonrisa

—¿Mer?— preguntó hacia la rubia mayor

—En vivo y a todo color— dijo con una sonrisa aún más amplia

Zephyr quien aún se acercaba con las manos temblorosas hacia su hermana al oír su voz comenzó a llorar más. Acercaba y alejaba su mano hacia la mejilla de Meredith con miedo de que al tocarla se esfumara.

—De verdad eres tú— susurró acariciando su cabello

—¡MEREDITH!— Lucy corrió hacia su amiga quien la recibió con los brazos abiertos —De verdad eres tú— sonrió

—¿Como es posible?— dijo Susan abrazándola

—¿Quieren la versión larga o la versión corta? —bromeó

—¿Meredith?— los Narnianos se abrieron para dejar pasar a Caspian

Al ver que el chico se encontraba bien, Meredith se acercó a abrazarlo con fuerza.

—Lamentó haberte dejado así— susurró aún abrazándolo

Todos estaban sorprendidos, nadie esperaba a que Caspian y Meredith se conocieran, mucho menos Edmund que se había adentrado nuevamente a la fortaleza, estaba enojado, Meredith estaba viva, había sufrido tanto por ella que cuando por fin estaba frente a él, ella ni siquiera se había dado cuenta de su presencia.

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