Jimin al entrar a la enfermería lo primero que vio fue a Jungkook con un papel lleno de sangre en su nariz y llorando.

— Mimi, me duele. — Dijo mientras volvía llorar. — Esos mocosos me rompieron la nariz.

— ¿Qué? ¿Y no sabes quién fue? — Jungkook negó. — Amor no llores, cálmate y respira, inhala y luego exhala.

— NO PUEDO INHALAR, ¿QUE NO VES QUE TENGO LA NARIZ ROTA?

— No me grites si no quieres que me una a esos alumnos que se están riendo de ti. — Apuntó a los alumnos que estaban afuera efectivamente riéndose de él.

Jungkook cerró la puerta y se acercó a abrazarlo.

— Amor me duele, has algo. — Se quejó.

Jimin buscó algún medicamento en un estante que había y comenzó a agarrar cada fresco para ver qué decía.

— Ten. — Le pasó una pastilla. — Es un paracetamol, esto te salva hasta de la muerte.

— Gracias. — Jungkook se la tragó junto con un poco de agua que Jimin le había dado y quitó el papel de su nariz. — ¿Se ve muy mal?

Jungkook literalmente tenía la nariz más rota que tú corazón cuando tú ex te dejó.

— Iremos mañana a un médico. — Sonrió. — Tenemos que irnos a casa, hablaremos con Jae allá.

Jungkook asintió con un puchero y comenzado a llorar otra vez.

— Deja de llorar si no quieres que tus alumnos te agarren pal webeo.

— Está bien.

Ambos empezaron a caminar por el pasillo en dirección al auto, Jimin justo vió a Jae con su grupo de amigos.

— Ve al auto, yo después te alcanzo.

— ¿No me vas dejar por que mi nariz está rota, verdad?

— No te voy a dejar por nada Jeon, ve al maldito auto.

Apenas Jungkook se fue Jimin camino hasta Jaehyun y sus amigos.

— Jae, nos iremos a casa nosotros, a tú papá le llegó un pelotazo en la nariz y la tiene para la caga. Así que tendrás que irte solo a casa.

— Está bien.

— ¿No tienes algo que contarnos? — Preguntó cruzándose de brazos, Jaehyun solo negó pensando en las motones de cagadas que había hecho y de cual se pudieron haber enterado sus padres. — Lo hablaremos en la casa.

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