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Capítulo 6. ¿Quienes eran ellos dos?


















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Wei Wuxian estaba con un gran choque de sentimientos. Estaba feliz de haber salido de Cloud Recesses pero también abatido al querer recordar lo que iba a pasar en los siguientes minutos.

En serio, en estos momentos odiaba tener mala memoria.

Suspiró amargamente y completamente cansado. Todavía le faltaba ajustar algunas estrategias y el pensar como advertir a la secta Lan y a la secta de su tío del ataque Wen. Parpadeó varias veces al darse cuenta que cuando vuelva a Yunmeng Jiang tendrá la oportunidad de volver a ver a su tío, a Madam Yu y a Shijie.

Oh... su Shijie.

Ella tampoco había muerto.

No lo estaba.

Podía evitar eso... realmente podía lograr que Jin Ling creciera con una madre y un padre.

Él... Él podía hacerlo.

Pero...

¿Y si no lo lograba? ¿Si todos sus esfuerzos eran en vano?

¿Y si... él era el problema?

La muerte de Jin Zixuan y de su Shijie fue culpa suya. Perdió el control debido a la fuerte energía resentida. Entonces... siempre era la misma respuesta.

Desaparecer.

Después de salvar a todos sus seres queridos, él iba a no volver. Esta vez, se aseguraría de encontrar un buen lugar para los Wen y formaría una mejor barrera e intentaría demostrar que son solamente personas civiles y allí, cuando por fin puedan vivir en paz, Wen Qing con su hermano, Wen Ning sin ser un cadáver feroz y su pequeño... su pequeño Wen Yuan viviría con sus padres y tendría una feliz y mejor infancia.

Si, ellos se merecen eso.

Debía ya intentar comunicarse con ellos.

Debía... hacer tantas cosas.

Debía salvar a tanta gente que lo único que a veces lograba era hacerse bolita, abrazar sus rodillas y llorar en silencio.

Era demasiado.

Tenia miedo de no lograrlo.

Tenia miedo de que todo fuera igual.

Tenia miedo de volver a morir de la misma manera.

Un escalofrío le recorrió por todo su cuerpo al recordar ese momento que unas ganas de vomitar sacudió su estómago cuando su bote se tambalea causando que volviera a la realidad.

Oh no...

Otra vez.

No lo podía ver a la cara.

Rápidamente hizo una reverencia y dijo.

—Me disculpo, Sr. Jin.

Estaba tan concentrado en sus amargos recuerdos y que estaba parado claramente en un bote a punto de cazar un abismo acuático que se olvidó de mantener el rumbo, causando solamente que la escena en frente de sus ojos se volviera a repetir.

Esta vez... mantendría la calma.

Se insultó mentalmente al recordar esto y no sobre el demonio acuático.

Maldita memoria.

—Veo que estas mejor para venir y chocar mi bote.— le recriminó molesto al tener todo su bebida sobre el.— Dime Wei Wuxian, ¿Fue intencional? Es un río tan ancho, ¿De verdad tenías que golpearme?

—No... No estaba prestando atención.— contestó agarrando con fuerza la bara de bambú.— Le traeré más vino de arroz si quiere.

—No hay necesidad de eso.

—Bien, está bien.— respondió Wei Wuxian, recuperando un poco más su color .— Entonces... seguiré mi camino.

—Solo asegurate de que el Clan Jiang de Yunmeng se mantenga alejado de mi.— ordenó.

Va a ser un buen esposo para Shijie, lo será, cálmate.— pensó Wei Ying en un  intento de tranquilizarse, como si su joven yo realmente quisiera saltar en defensa y aunque si, se había olvidado lo arrogante y prepotente que era este Jin Zixuan, debía recordar que por su culpa él muere y Jin Ling se queda sin un padre.

—Y mantente lejos de mí... has estado actuando más raro de lo normal.— comentó con el mentón alzado mirando sobre su hombro a Wei Wuxian.

Wei Ying se contuvo en rodar los ojos y se quedó callado porque no podía discutirle en ese tema, y cómo no iba a estar así, si realmente tiene un trauma con su muerte y el de todos sus seres queridos.

Solamente bufó molesto y le dio la espalda cuando un Nie Huaisang se interpone entre los dos con su bote y soltó nerviosamente las siguientes palabras.

—Cál-Cálmense.— agitó su abanico.— solo cálmense.

—Huaisang te doy un consejo.— habló Jin Zixuan.— Si te acuestas con perros, acabarás con pulgas.

》Ten cuidado a quién consideras a un amigo. No descuides tus estudios, Tu hermano tendrá palabras para ti.《

—A-Ah... lo-lo tendré en cuenta.— susurró incómodo que rápidamente giró sobre sus talones y miró emocionado a Wei Wuxian, ignorando realmente el "consejo" del joven Jin.— ¡Wei-Xiong, Wei-Xiong! ¡No sabe lo que sucedió!

—¿Mm?— parpadeó sorprendido al ver a Nie Huaisang tan entusiasmo ya que lo que recordaba era que su amigo odiaba estar allí.— ¿Que pasó?

—¡Me acabo de encontrar con una deidad!

—¿Una deidad?— se burló el Jin.

—¿No te ibas ya?— le cuestionó Wei Wuxian más irritado que antes.

—Hm, vámonos.

Apenas terminó de decir esas palabras su bote comenzó a agitarse, al igual que el de Nie Huaisang y el de Wei Wuxian.

—Ya comienza.— pensó el de orbes grises, teniendo grandes puntadas en su cabeza.

—¡Algo está pasando!

—¡¿Que?! ¡¿Qué está pasando?!— chilló asustado Nie Huaisang apretando con fuerzas el abanico que le regaló su deidad, herramienta que le llamó la atención a Wei Wuxian al sentir un Qi espiritual dentro de ese abanico.

¿Donde lo había conseguido?

¿Siempre lo habia tenido?

No, ese abanico era un arma espiritual... él siempre llevó abanicos normales.

¿Entonces?

—¡Cuidado!

Wei Wuxian a pesar de sus dudas mentales y de su dolor de cabeza que solamente incrementaba más, actuó rápidamente en salvar a Nie Huaisang, con su bara de bambú golpeó al ghoul de agua con fuerzas, mandándolo de vuelta al agua.

—¡Espíritus acuáticos! ¡Son espíritus acuáticos!— los gritos de la gente en la orilla del río estalló en el ambiente, donde salieron corriendo para alejarse del lugar.

Sin embargo, tanto Wei Wuxian como los otros dos notaron como una mujer fue agarrada del tobillo por una de esas criaturas, donde rápidamente quiso actuar cuando sus ojos se abren de sorpresa al ver a un joven de cabellos negros y túnicas azules, pisar la cabeza del ghoul, escuchando un terrible 》Crack《 siendo aplastado por completo.

Jin Zixuan, ni Nie Huaisang y menos Wei Wuxian daban crédito lo que sus ojos habían visto.

¿Había... aplastado la cabeza de ese ghoul como si fuera nada?

¿Con un solo pie?

¿Cuánto qi tenía en su interior? ¿Acaso eso era posible?

Y el principal de todos y el que más se cuestionaba era Wei Wuxian.

¿Quién era ese chico?

—¡Ah! ¡Ayuda!— chilló asustado Nie Huaisang al ver un gran Ghoul acercándose hacia su bote. Agarró con fuerzas el abanico y lo apuntó con éste del miedo cuando se sorprende al ver cómo una estela de tono verde sale del abanico logrando que atravesara la frente del ghoul y éste volviera al agua.— pe-pero... ¡¿Eh?!

Nie Huaisang ni siquiera tuvo tiempo de procesar lo que habia pasado cuando otro ghoul se aparece, apoyando todo su cuerpo en un extremo del bote y causando que se inclinara. Huaisang rápidamente se agarró de la otra punta y gritó lleno de terror cuando el mismo adolescente de túnicas azules patea la cabeza del ghoul, que con la fuerza este girara de una manera antinatural, y rápidamente le colocó un talismán en la frente, logrando que este se purificara de repente. Al ya no estar más la criatura, el bote se sacudió ante la falta de peso y volvió a la normalidad donde el misterioso joven no se le movió ni un pelo.

Nie Huaisang no podía creer lo que estaba viendo, el mismo se tuvo que sostener con fuerza para no caerse mientras que el chico parece tener un perfecto equilibrio. El menor Nie tragó saliva al tener esa mirada clara de tonos entre naranjas y dorado, sobre el.

O no, mejor dicho, sobre su abanico.

—¿Dónde lo conseguiste?

—¿E-Eh?

—El abanico.— exigió con una mirada irritada.

—A-Ah... una-una dei-deidad me-me lo dio.

Nie Huaisang parpadeó sorprendido ante la mirada de desagrado que le dirigió y hasta le había dado la espalda, aunque le sorprendió oír lo siguiente.

—Cuídalo bien.

—A-Ah... y-yo...— al tener esa mirada furioso sobre el, gritó.— ¡S-Si, lo haré!

Wei Wuxian no daba crédito a lo que estaba viendo ni a las acciones que había visto. No sabía si era el dolor de cabeza, que cada vez era más fuerte, o si era algún problema de vista pero...

¿Estaba viendo dos Lan Zhan?

No.

Su Lan Zhan era claramente más lindo.

Aunque... si hicieran una competencia de rostro serios y amargados entre esos dos, ¿Quién ganaría?

Espera... ¡¿En qué diablos estaba pensando?!

¡Vuelve, Wei Wuxian! ¡Vuelve!

—¡Estamos aquí!— gritó Jiang Cheng causando que volviera en si.

Wei Ying notó como más ghouls salían del agua donde rápidamente los cuatro monstruos que habían rodeado una vez más el bote de Nie Huaisang fueron cortados por dos estelas azules.

—A-Ah... gra-gracias Xichen.

Lan Xichen le sonrió amablemente al estar en el techo del bote, cuando sus orbes se clavan en el joven de túnicas azules. Miró con curiosidad al joven ganándose una mirada de reojo del menor, sorprendiéndose al ver unos ojos como esos.

Casi... parecidos al de su hermanito.

¿Quien era este joven?

De repente unos talismanes aparecieron en el aire que rápidamente se clavaron en las frentes de los ghouls que habían salido e intentaba purificarlos.

Wei Wuxian por alguna rara razón, ignorando su dolor de cabeza y lo débil que se sentía, miró contento a Lan Zhan que había aparecido de repente en el aire sobre su espada. Lan Wangji se puso en el otro bote, al lado de Wei Ying y miró con su ceño fruncido hacia el río.

No había logrado capturarlo.

Wei Wuxian lo notó sin embargo su mirada volvió hacia ese chico que con su talismán lo había logrado hasta purificar.

¿Su Qi espiritual es más fuerte el que su Lan Zhan?

¿Cómo era posible eso?

¿Quien diablos es ese chico?

Estaba seguro que en su vida anterior no había pasado nada de eso. Ni siquiera lo había visto de lejos, ni fue un amigo ni un enemigo contra el durante el asedio.

¿Entonces? ¿Por qué aparece ahora?

—Ya se han ido.— comentó Jin Zixuan, mirando de reojo y en desconfianza al joven de túnicas azules que sacudía un polvo inexistente en una de sus perfectas mangas.

—Pensé que solamente había monstruos en el Lago Esmeralda.— comentó Lan Xichen con preocupación al ver los botes destrozados.— La situación es más grave de lo que esperaba.

—Hermano.

Lan Xichen miró al menor que éste se encontraba mirando en desconfianza al joven de túnicas azules que miraba seriamente a su hermano. El primer Jade Lan ocultó su sonrisa detrás de su manga al ver el duelo de miradas entre ellos dos, unos dorados fríos mientras que el del joven era entre unos tonos cálidos, entre uno naranja y dorado, como los de un amanecer.

—¿Quien crees que gane?— preguntó con curiosidad Jiang Cheng hacia su hermano, los dos concentrados en ver a ese par teniendo el duelo de miradas frías y serias.

—Lan Zhan, por supuesto.— sonrió ladino Wei Ying, cansado pero feliz de ver al segundo Lan entre ellos.

—Mmm... esta difícil.— susurró el menor Jiang, al ver que ninguno cedía.— Aunque... no puedo creer que haya alguien mas que pueda competir con esa cara de piedra.

—¡A-Cheng!— le regañó Wei Ying.

—¿Seguirás viéndome o me preguntarás?— cuestionó irritado, cruzándose de brazos aún mirando fijamente al menor.— No tengo todo el día.

Lan Wangji entrecerró sus ojos molesto ante la presencia de aquel joven. Había algo que no cuadraba con él, además que su ropaje no concordaba con ninguna secta que él conociera pero a pesar de eso... había algo diferente, no sabría qué pero lo sentía. Ese joven tenía un gran cultivo, hasta incluso más que él y su hermano.

Un carraspeo interrumpió el duelo de miradas y Lan Xichen se colocó en frente de su hermano a punto de hablar cuando otra voz interfirió.

—¡El me salvó, Xichen!— exclamó repentinamente Nie Huaisang colocándose en frente del joven, protectoramente. Acto que sorprendió a los Lan. Sin embargo, Huaisang tenía sus motivos y eso era que se dio cuenta que el aspecto del joven era la misma que le había descrito su deidad... Entonces... si era lo que estaba pensando, ¡Este joven debe ser el discípulo! Y si lo era... ¡El podría encontrarse de vuelta con ella! ¡Y seguir hablando de abanicos! ¡Maravilloso!

—Oh, ¿Es así?— preguntó Lan Xichen con curiosidad.

—Así es Xichen.— respondió Jin Zixuan al haberlo visto con su propio ojo.— No solo salvó a Nie Huaisang sino también a una mujer del pueblo.

—Ya veo.— susurró, para luego sonreír hacia el joven que debe tener unos quince años e hizo una reverencia.— Me presento, soy Lan Huan, de cortesía Xichen del clan Gusu Lan y éste es mi hermano...

—Lan Zhan, de cortesía Wangji.— hizo una reverencia perfecta al igual que su hermano.

El joven suspiró cansado e hizo una perfecta reverencia, al igual que los Jade como si fuera uno más de Gusu Lan y habló.

—Xue Ming, cortesía Dingning.

—Es un gusto conocerlo Joven Xue.— volvió a hablar, más precavido que antes, ya que no tenía a ningún estudiante de ese nombre en la temporada de estudios en su secta.— Le agradecemos en el nombre de mi secta junto con estos jóvenes cultivadores por haber salvado al Segundo Maestro Nie.

Lan Xichen notó que iba a hablar cuando una tercera voz, femenina, lo interrumpió.

—¡A-Ming! ¡A-Ming! ¡Al fin te encuentro!

Miró sobre su hombro, encontrándose a una mujer de cabellos castaños algo enredados, de túnicas azules y celestes, con un llamativo cinturón que de ello colgaba como pétalos plateados y que con el movimiento sonaban como moneditas. Algo que llamó la atención a los presentes fue que iba descalza y que tanto en los tobillos como en las muñeca tenía grilletes que se le veían al ser túnicas más cortas que las normal.

—Maestra.

Lan Xichen se sorprendió aunque lo ocultó bastante bien, al oír el saludo del joven hacia la mujer. Sin embargo, lo siguiente que hizo la dama no pudo evitar abrir sus ojos de la sorpresa.

Hace un segundo estaba en el borde del río agitando su brazo y ahora... ¿Estaba en frente del joven Xue? ¿En qué momento saltó? Debía haber cruzado sus cabezas o por lo menos apoyarse en uno de los botes para llegar al bote de Nie Huaisang.

Y por lo que notó el Primer Jade Lan es que no fue el único en sorprenderse. Hasta su hermanito estaba sorprendido (aunque podía disimularlo mejor) por la destreza de aquella mujer al cruzar el río.

¿Como no la oyeron? Ni siquiera ese cinturón peculiar hizo sonido.

—¡Ay A-Ming estaba tan asustada!— chilló abrazando al menor con fuerzas, que éste estaba tenso como la cuerda de un arco. Los presentes se sonrojaron ante ese afecto y miraron de reojo la escena, menos Wei Wuxian que sentía curiosidad por la mujer y el joven.

Ellos realmente no habían estado en su vida pasada.

—Maestra.— masculló con la mandíbula tensa el menor.

—¡Si, si! ¡Lo siento, Lo siento! ¡Es la emoción!— se apartó para acariciarle la cabeza. Hasta que frunció el ceño y agarró las mejillas del joven y tironeó de ellas.— ¡Me dejaste sola! ¡Que mal discípulo tengo! ¡Sabes que me pierdo A-Ming!

¿Quién de los dos es el adulto?— pensaron los presentes al ver la reacción infantil de la mujer.

—Si dejara de distraerse por cualquier cosa Maestra.— se quejó el menor acariciando sus mejillas ya fuera de su castigo.

La mujer hizo un puchero.

Si... ella no es la adulta.— concordaron todos.

—Lo siento, lo siento.— susurró como una niña pequeña.— Ahora... dime... ¿Por qué estamos en un bote?

—¡Hola Maestra Chen!

—¡Joven Nie!— chilló feliz la mujer.— No creí que nos veríamos tan rápido.

Nie Huaisang sonrió feliz e inmediatamente hizo una inclinación de respeto hacia ella para luego gritarle a su amigo.

—¡Wei-Xiong! ¡Wei-Xiong!— vociferó emocionado, ignorando lo tensa que se había puesto la mujer, acto que no pasó desapercibido para los presentes.— ¡Ella es la Deidad que te mencioné! ¡Ella me regaló este hermoso abanico y esta daga!

En definitiva, esas dos personas jamás se habían cruzado en su camino ni en su vida pasada.

Y no sabía como sentirse al respecto. Ni siquiera había empezado a cambiar sus errores y ya aparecían anomalías como estas.

¿Quienes eran ellos dos?

¿Podía confiar en ellos? ¿O debía estar a la defensiva también?

Estaba cansado.

Agotado tanto físico como mentalmente, sin embargo no lo dejó ver y sonrió de oreja a oreja haciendo una reverencia hacia la mujer.

—Un gusto en conocerla, soy Wei Ying  de cortesía...

Y Wei Wuxian no logró terminar de hablar al sentir el impacto de un cuerpo sobre el suyo. Sus orbes se abrieron de sorpresa al sentir unos cálidos brazos ser rodeado y el aroma dulce a durazno impactó en su olfato, siéndole reconfortante y reconocido pero no lo recordaba.

Hasta que el frío del agua lo envolvió sin embargo el calor de la mujer lo cubrió como una manta. Ahora, se daba cuenta que habían caído al agua.

—¡Wei Wuxian/Wei Ying!












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