Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 2. Pasado parte 2


■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■□■





El día había pasado rápido al igual que su deber. Solamente le faltaba algunas reglas para ya así finalizar con su castigo y poder enfocarse en lo que realmente era importante. Sin embargo, en su interior, tenía una espinilla molestando en su corazón que no entendía muy bien que significaba.

Se sentía... mal, triste. Y no era una tristeza de lo que vivió, era más sutil.

Pero... ¿Por qué?

¿Por qué estaba triste?

Dejó de escribir un segundo y decidió encontrar la respuesta a esas dos preguntas. Él sabía que debía sentirse aliviado, feliz de poder por fin terminar el castigo y enfocarse en lo importante... ¿Entonces? ¿Estaba triste porque realmente terminaba sus deberes?

No.

No era eso.

Era algo más.

Negó con la cabeza y decidió dejar de pensar en tonterías y volvió a escribir las últimas reglas que le faltaba para poder buscar información importante al igual que mapas, sin darse cuenta en la mirada fija del Segundo Jade Lan sobre él.

Lan Wangji entrecerró sus ojos y lo observó determinadamente (sin dejar de lado sus tareas) mirando cada movimiento de su cuerpo, de sus manos, de los gestos de su rostro siendo un completo libro abierto a diferencia de él, pero que ahora sentía que era una máscara.

Desde hace un mes, exactamente, le estaba siendo demasiado difícil en entender a Wei Wuxian. Y aunque fingía que no le importaba por el bien de su corazón y por las reglas de su secta, en su interior realmente estaba preocupado por el revoltoso chico de cinta roja.

¿Revoltoso chico?

No, ya no lo era.

Era otra persona.

Desde aquella clase con su tío, desde aquel momento que el discípulo principal de la secta Yunmeng Jiang se durmió, (acto que lo molestó demasiado) y se despertó se dio cuenta que algo le había pasado. Miraba a su alrededor como si no comprendiera nada, aunque lo acreditaba el despertar de repente y no saber donde estas ubicado (algo que nunca le pasó a el, claro esta) pero que en vez de ya reconocer donde se encontraba, su mirada en vez de brillar como siempre lo hacía o sonreír habitualmente fue todo lo contrario.

Su mirada se apagó.

El miedo y el dolor se reflejaron en esos orbes oscuros que dolió en su pecho.

Las lágrimas que caían por esas mejillas y lo pálido que estaba, fue un gran indicio de que algo le había sucedido a Wei Ying. Hasta su tío dejó de regañar al menor y preguntar si estaba bien cuando todos se sorprendieron al ver huir al menor como si ellos lo fueran a atacar de repente.

Como si fueran el enemigo.

Su cuerpo había reaccionado solo y siguió al menor ignorando los llamados de su tío. Algo le estaba pasando y su corazón necesitaba saber que era para alivianar la preocupación en su pecho. Pudo escuchar pasos detrás suyo y los llamados de Jiang Cheng hacia su hermano, los dos siguiendo al niño.

Lan Wangji estiró su brazo a punto de alcanzar la manga del joven Wei cuando el pelinegro lo esquiva con maestría y aunque cruzaron miradas, como esa noche, le dolió demasiado ver el terror en esa mirada grisácea y no el brillo de travesuras que siempre tenía.

—Wei Ying...— lo llamó preocupado cuando el pelinegro con sus lágrimas recorriendo las mejillas perdió la visión y cayó en la inconsciencia, atrapandolo antes de que se lastimara.

El menor se había desmayado.

—¡Listo, terminé!— habló feliz Wei Wuxian, mostrándole las hojas.— Ya cumplí, Lan Wangji.

El de orbes dorados se contuvo en fruncir el ceño al escuchar su nombre de cortesía y en observar la no tan "terrible" caligrafía del menor. Levantó su mirada de las hojas para mirar al joven en frente suyo que ahora estaba garabateando algo en otra hoja.

—Como ya he terminado con mi castigo.— comentó distraídamente Wei Wuxian, dándole los últimos retoques.— ten, es un regalo.

Wei Ying en su vida pasada y en esta jamás se cansaría de ver la tierna reacción del segundo joven Lan al ver su dibujo de él. Se le hacía adorable como se sorprendía y examinaba el dibujo como si no pudiera creer que fuera el (o tal vez no podía creer lo que bien que dibujaba). El de orbes grises sonrió al ver cómo Lan Wangji aún seguía mirando su obra, que a decir verdad lo hizo por dos cosas. Primero, por una necesidad de regalarle algo, de volver a hacer este obsequio como lo hizo en el pasado y ver aquella reacción y segundo, para ganarse un pequeño favor y poder volver a la biblioteca sin que los demás pensaran que estaría tramando alguna broma pesada.

Necesitaba estar en la biblioteca.

Debía encontrar matrices de protección, sellos, debía encontrar la solución para lo que se viene.

—Ah... Lan Wangji...— lo llamó dudativo, sin entender muy bien porqué su corazón estaba latiendo más rápido de lo normal.— yo... quería pedirle...

—Lan Zhan.

—¿E-Eh?— parpadeó varias veces confundido.— ¿Lan Zhan?

—Mhn.

Wei Wuxian tardó un poco de entender a que se refería, hasta que recordó que en su vida pasada vivía llamándolo por su nombre de nacimiento sin su permiso. Pero como esta era su segunda oportunidad, había decidido no llamarlo de esa manera para mantener distancia y que en el futuro no fuese arrastrado con él en sus problemas, porque sabia que si llegaba a volver al cultivo demoníaco sino llegaba a cumplir con sus promesas (que realmente esperaba que no fuera asi), si o si, las sectas le darían la espalda y no quería arrastrar al Segundo Maestro Lan en sus pecados.

Por eso, no le había hecho bromas como antes, ni lo llamaba por ese nombre tan cercano. Sin embargo, jamás esperó que el mismísimo Lan Wangji, el Segundo maestro Lan, uno de los Jade y en el futuro, Hanguang-jun, se atreviera a decirle que tenía su permiso para llamarlo de esa manera.

¿Que estaba pasando?

—Yo... esta bien.— habló nervioso sintiendo sus mejillas sonrojarse sin entender muy bien su accionar y más inquieto al tener la mirada dorada sobre él.— Lan Zhan también puede llamarme Wei Ying.

—Mhn.— suavizó un poco la mirada.— Wei Ying.

—A-Ah... Y-Yo... ¡Ya debo irme! ¡Si!— retrocedió rápidamente sin entender muy bien porque su corazón latía desenfrenadamente en su pecho y salió corriendo, ignorando las reglas y gritó (rompiendo otra regla más.)— ¡Adiós, Lan Zhan!

¡Idiota!— se insultó mentalmente Wei Wuxian, sintiendo todo su rostro rojo.— ¡Eres un imbécil!

—¡Hermano Wei!

—¿Por que estas rojo como una manzana?

—Es que... hace calor, si.— fue la única excusa que se le ocurrió al tener a Nie Huaisang y a su hermano en frente suyo, interrumpiendo su huida.

—¿Ya terminaste con el castigo?— preguntó Huaisang ocultándose detrás de su abanico, ignorando la respuesta del mayor.

—Eh... Si.

—¿Quieres bajar con nosotros al pueblo de Caiyi?— invitó el menor.— Con hermano Wanyin, bajaremos a comer y traer un poco...— miró hacia los dos lados y susurró.— de Sonrisas del Emperador.

—Que buena oferta pero...— Wei Wuxian hizo su mejor sonrisa al ver los rostros de su amigo siendo uno preocupado y el de su hermano confundido y como no si estaba rechazando una gran oferta. Sin embargo no podía distraerse, no como en su línea anterior.— estoy un poco cansado, iré a descansar.

》Pero... si llegan a entrar, hagamos una reunión en la noche.《

—¡Bien!— respondió animado el segundo joven Nie.

El pelinegro suspiró algo aliviado de ver cómo creyeron un poco de sus palabras. Por ahí, realmente necesitaba un poco de Sonrisa del Emperador.























☆●☆●☆























—¡¿Oyeron eso?!

—¿Oír qué?

—¡Que hay una criatura maligna en el río!

—Si, mi tío estuvo el otro día pescando y algo abajo del agua lo atacó.— habló un joven.— ¡Se salvó de milagro!

—Tsk... esto va a perjudicar al mercado de nuestro pueblo.— masculló otro hombre de mal humor, comiendo en una mesa de una posada junto con sus amigos.— ¿Que podemos hacer?

—¿Contactar con alguna secta?

—Bah... esas sectas en vez de ayudar solamente presumen su buen estatus.— escupió con desagrado otro, tomando de su bebida.

—Si como la secta Lanling Jin, presumiendo sus lujos y el oro, son solo más que ratas.— habló con desagrado otro.

—Bueno, pero también contamos con la secta Lan.— sugirió el otro.— esta bajando el río... ¡Seguro que ayudarán!

—Esa secta es otra desagradable.— insultó el mismo hombre que insultó a la secta Lanling Jin.— Tienen más de dos mil reglas y... ¡Hasta visten de luto!

—¡Oye muchacha lárgate de aquí! ¡No atendemos a mujerzuelas!— la voz del dueño de la posada retumbó en el edificio, llamando la atención de los hombres sentados allí y de un joven sentado en la esquina del otro lado del salón, casi escondido.

Los hombres se sorprendieron por la vestimenta de la mujer de cabellos castaños largos. Rostro redondo, mejillas regordetas y un cuerpo... para nada atractivo. Si, podría tener unos buenos pechos y un buen trasero pero... de rostro y todo lo demás, no era para nada atractivo. Además... ¿Estaba descalza? ¿Que le sucedió a su ropa? ¿Por qué llevaba grilletes en las muñecas como en los tobillos? ¿Y ese raro cinturón?

¿Se había escapado de un burdel?

¿Quien era esa mujer de tan mal aspecto?

—¿Perdón?— parpadeó varias procesando las palabras de ese desagradable hombre, manteniendo la calma.— ¿Así atiende a los clientes?

—¿Cliente, usted? ¡Usted no dormirá en mi posada! ¡Lárguese!

La mujer respiró profundamente y entrelazó sus manos para mantener la calma y de paso dejar de temblar.

Los hombres no habían cambiado para nada.

Después de tanto tiempo... siguen siendo igual de monstruos como ella los recordaba.

Mientras la mujer de cabellos castaños intentaba en no entrar en pánico ni cegarse en el odio a punto de destruir la posada y matar a ese hombre, una silla se arrastró por el suelo y de ese se levantó un joven de quince años, cabellos negros y largos atados en una coleta alta con un lazo azul, al igual que sus vestimentas, entre tonos azules y negro, se acercó hasta la recepción de la posada y deteniéndose detrás de la mujer, hizo una reverencia.

—Maestra, bienvenida.

La joven se sobresaltó al escuchar aquellas palabras y giró sobre sus talones, encontrándose a un joven muy apuesto, de unos hermosos e increíbles orbes amanecer tan cálidos como el sol.

Espera... ¿Le acababa de llamar Maestra?

—¡¿Ma-Maestra?!— exclamó sorprendido el dueño de la posada mirando de la mujer, completamente desarreglada (desde sus cabellos completamente enredados como las vestimentas hecha jirones dejándose ver un poco de piel) para luego mirar al adolescente de mirada intimidante, piel pálida y suave como la nieve y completamente pulcro. Además que no era muy bien visto que una mujer, cultivadora, enseñara a alguien del sexo opuesto. Lo más normal era que fuese un hombre pero este caso era diferente.

¡¿Cómo era eso posible?!

¡Ese niño no duraría ni a una cacería con una mujer como Maestra!

—Maestra, este discípulo lo ha estado esperando y ya ha reservado dos habitaciones.— volvió a hablar el joven, logrando que la castaña volviera en sí al perderse en los bonitos ojos del muchacho.

—Ah... buen trabajo.— felicitó la joven también haciendo una reverencia hacia el.

—Gracias Shizun.— hizo un asentimiento de cabeza.— es bueno ver que su cacería fue un éxito.

—Ah, si... fue fácil.— soltó una risita e hizo un gesto desinteresado con la mano.— que buen discípulo tengo, esperando por su Maestra.

—Disculpe, joven Maestra.— llamó otro hombre, siendo uno de las personas que estaban hablando en la mesa sobre la criatura maligna y de las sectas.— esta persona no pudo evitar escuchar que usted... ¿Es una Cultivadora?

》Puede esta persona saber, ¿A qué secta pertenece?《

—Ah, no pertenezco a ninguna.— respondió acariciando su brazo de la ansiedad de estar hablando con otro hombre y estar siendo rodeada por dos, sin contar con el adolescente que por alguna rara razón le daba tranquilidad.— soy una Cultivadora Errante y éste parece ser que es mi discípulo...

—Este discípulo se presenta.— hizo una perfecta reverencia hacia los hombres, que ahora, se habian acercado hacia la mujer y al joven por curiosidad.— mi nombre es Xue Ming, de cortesía Dingning.

—Oh un gusto conocerlo joven maestro.— hizo una reverencia algo torpe y se presentó.— yo me llamo, Lin Biyue.

—Mi nombre es Chen Xiaoyu.— se presentó la mujer haciendo una reverencia.— Ahora, ¿Por qué se me acercaron a hablar? Esta cultivadora está un poco cansada y me gustaría descansar en mi cuarto que mi discípulo... ya pagó.

—Bueno... discúlpenos por molestarla pero... creemos que hay una criatura maligna en el río del oeste.— explicó temeroso.— y ha estado afectando a nuestra gente... si usted y su discípulo podría ayudarnos.

—Oh... una criatura que ataca en el río.— comentó pensativamente.— esta bien, los ayudaré.













Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro