Capítulo 10. La Verdad
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》¡Sabía que traerías desgracias a nuestra secta!《
》¡Escúchame bien, Wei Wuxian! ¡Protege a Jiang Cheng sin importar lo que cueste!《
》Observa la colina Luanzhang, si alguien entra no importa si es un hombre o un fantasma. No tienen ninguna oportunidad de sobrevivir y tú tampoco podrás salir de aquí.《
》Ese camino es malo para la salud, daña el cuerpo y la mente.《
》Wei Ying, vuelve a Gusu conmigo.《
》A-Li sigue esperándote en la torre a que asistas a la celebración de un mes de A-Ling.《
》Gracias y... Lo siento.《
》¡A-Xian!《
》La última vez que te vi... te fuiste tan rápido que no pude verte.《
》¡A-Jie te esperaba! ¡¿Por qué lo hiciste?!《
》¡¿QUÉ SUCEDIÓ?! ¡Dijiste que podías controlarlo!《
Wei Wuxian se removió sobre la cama. Su respiración era agitada, gotas de sudor recorrían por todo su cuerpo, su rostro se encontraba rojizo y los dolores en todo su cuerpo solamente incrementaban.
Las voces resonaban otra vez en su cabeza y los recuerdos lo atormentaban todo el tiempo. Un quejido brotó de sus labios, sintiendo que se ahogaba una vez mas en el Lago Esmeralda siendo rodeado por la energía resentida hasta que un manto de calidez siente que recorre cada parte de su cuerpo, acariciando sus meridianos hasta llegar a su núcleo dorado y alojarse allí.
Al sentir aquello, el tormento se detuvo y una voz que le resultaba familiar le susurraron en sus oídos.
》A-Ying... tu padre y yo te amamos con todo nuestro corazón. Al igual que tu tía A-Yu.《
》Mi familia vive muy lejos de aquí A-Ying. Pero se que te aman como yo te amo a ti.《
》Mira lo que te regaló tu tía. A-Yu realmente ha avanzado mucho en su cultivo. Algún día la conocerás A-Ying y ella te enseñará más sobre la cultivación de lo que yo te puedo enseñar.《
El olor a hierbas medicinales le llegaron a su fosas nasales causando que arrugara la nariz de desagrado. Un gruñido salió de sus labios al querer moverse pero todos los músculos de su cuerpo se tensaron, causando una gran molestia. Hasta abrir los ojos le costaba y ni una sola palabra salió de sus labios al abrir la boca sintiéndolo seca e hinchada.
—¿Qué fue lo que pasó?— pensó abriendo con pereza sus párpados, viendo borroso pero la luz fue sofocante causando que los cerrara para luego volverlos a abrir encontrandose con una habitación bastante clara, muy iluminada. No tardó mucho en volver su cerebro a funcionar, dándose cuenta que estaba en el ala de enfermería de Gusu. No sabía cuánto tiempo estuvo recostado pero supuso que bastante debido al cansancio que seguía teniendo en su cuerpo.
¿Que había pasado?
—Que bueno que al fin despierta, Joven Maestro Wei.
Una voz llamó su atención dirigiendo su mirada hacia la persona, encontrandose en la entrada a Lan Xichen con una sonrisa en sus labios.
—Hermano Xichen.— saludó intentando sonreír, pero ni siquiera para levantar la comisuras de sus labios podía.— ¿Qué fue lo que pasó?
—Bueno... Se desmayó en los brazos del Joven Jiang.— explicó brevemente.— Creímos que tenía alguna herida pero los curanderos nos dijeron que no tenias nada. Aunque...
Wei Wuxian frunció el ceño al oír aquello y miró confundido al primer Lan, sorprendiéndole al notar una mirada de preocupación en el.
Lan Xichen... ¿Estaba preocupado por el?
¿Por qué?
En el pasado nunca tuvieron tanta cercanía, apenas se habían dirigido algunas palabras cuando estaba estudiando allí en Cloud Recesses. Y ni se diga cuando estalló la guerra y todo se dieron vuelta en su contra. Él estuvo con los demás, en el asedio, para matar a los restantes Wen y obtener su Amuleto de Tigre Estigio que al final lo destruyó junto con su cuerpo.
Todavía tenía que pensar en eso.
¿Debía crearlo? El Amuleto lo había ayudado a controlar a la mayor cantidad de cadáveres pero a cambio fue una tortura tenerlo con el.
¿Que debía hacer?
¿Que tenía que hacer?
Aplanó los labios y apretó sus manos en puños comenzando a frustrarse de tan solo pensar en todo lo que tiene que hacer solo. Porque tampoco tenía pensado en decirle a alguien que había vuelto del futuro.
No.
No, lo iban a ver como un loco. ¿Y qué tal si lo encerraban? Perdiendo el tiempo encerrado cuando necesitaba salvar a todas las personas que ama.
—¿Joven Wei?
Wei Wuxian parpadeó varias y volvió a reaccionar mirando confundido al primer Lan. Se había enfrascado tanto en sus pensamientos que se había olvidado de la presencia de Lan Xichen.
—Si, perdón...
—Lo dejaré descansar.— habló.— llamaré a los curanderos para que lo vean y le avisaré a sus familiares.
Wei Ying asintió con la cabeza y se mantuvo callado todo el tiempo viendo al mayor marcharse. Necesitaba aprovechar esos minutos a solas para seguir pensando sobre los acontecimientos que pasarán y que debía evitar. Pero la ansiedad de no saber como empezar...
¿Cómo le avisaría a la Secta Lan que serán atacados por los Wen?
Tenía algunas ideas en su mente, como reforzar la barrera que ya protegía a la Secta pero sabía que eso no sería suficiente. Tenía algunos sellos y matrices en su cabeza pero todavía ni siquiera tuvo tiempo de armarlas y verificar si funcionaban.
No podía decirle al viejo Lan Qiren que serían atacados porque realmente ahí si que lo echaría de los Recesos de la Nubes por decir mentiras y todavía, sinceramente, no podía volver a Yunmeng aunque deseaba mucho volver a ver a su Shijie, ver que realmente ella estuviera bien.
Ver con sus propios ojos que estaba viva.
Y no solo eso debía estar pensando, también debía estar planeando la manera de llegar a Wen Ning y a Wen Qing, su otra familia. Salvar a los padres de su rabanito, A-Yuan, porque ese niño (aunque le doliera el alma el no poder estar con él como lo era en su tiempo de línea anterior) necesitaba a sus padres biológicos. También, además de la familia de su querida Wen Qing también había otros niños inocentes, familias que estaban en contra del liderazgo de Wen Ruhoan y que habían fallecido por mano propia de éste o por la guerra.
Tenía que ir y ver los Túmulos Funerarios, comenzar a formar el espacio suficiente para cuidarlos allí. Pondría mejores barreras, evitaría que Wen Ning se volviera un cadáver feroz, así evitaría la muerte de Jin Zixuan, la tristeza de Shijie y A-Ling tendría a su familia con él.
Tenía tantas cosas que hacer y solamente estaba allí sentado terriblemente cansado.
—¡Wei Wuxian!
El de cinta roja se sobresalta al oír ese grito tan característico de su hermano. Sin embargo se sorprende al tenerlo en frente suyo agarrando con fuerzas sus muñecas mirándolo preocupado.
Pero, ¿Por qué?
—Joven Wei.
La voz preocupada de la Maestra Chen llamó su atención que apareció detrás de su Shidi. Realmente estaba confundido hasta que sintió un ardor en su brazo izquierdo. Bajo la mirada encontrándose marcas rojizas, rasguños, sobre su piel hasta salir pequeñas gotas de sangre.
No se había dado cuenta que se había comenzado a rascar de la ansiedad, los nervios y el miedo de todo lo que se venía.
—Joven Wei déjeme vendarlo.— habló preocupada la mayor, agarrando unas vendas del mueble acostado de la cama del paciente.
—Ah.. esto, no es necesario.— respondió avergonzado, enviando un poco de su qi hacia la zona de la herida, comenzando a sanar.— Jiang Cheng ya puedes soltarme.
—El médico dijo que no debías usar tu poder espiritual.— le regañó el menor soltando con dudas al mayor.— Y ya, dime... ¿Qué te está pasando?
—¿A que te refieres?
—¡Wei Wuxian!— exclamó enojado, sentimiento que logró esconder la verdadera emoción detrás de ese grito. Preocupación. Jiang Cheng ya estaba harto de estar esperando a que el mayor hablara, realmente creyó que confiaría en él y le confesaría cual era el problema, que diablos le sucedía. Sin embargo, se equivocó. Siempre se equivoca cuando se trata de su hermano mayor. Y tenía miedo, terror de las raras actitudes, las acciones que hacía el mayor, como lastimarse los brazos hasta salir sangre. Ya no lo soportaba más, no soportaba más a ese Wei Ying, necesitaba a su antiguo hermano, el que se reía todo el tiempo, el que le gustaba gritar y llamar la atención constante del segundo maestro Lan (que, aun muy en su interior no entendía porque tenía ese capricho en querer hablar con el menor Lan) el que siempre tenía una idea para distraerse en la Ciudad Caiyi, el que siempre compartían algunas botellas de Sonrisa del Emperador, quería a ese Wei Wuxian, no a éste que ni siquiera reconoce.— ¡Deja de fingir! ¡No estas bien!
—Estoy bien ChengCheng.
—¡No me llames así porque me estas mintiendo!
—A-Cheng en serio, estoy bien es solo cansancio.
—¡No solamente es eso! ¡¿Y las pesadillas?! ¡No has estado comiendo bien! ¡Rechazas la carne cuando antes disfrutabas de el! ¡Hasta rechazaste salir de Recesos de la Nube, ¿Para qué?! ¡¿Para quedarte en la habitación a qué?! ¡¿Por qué vas todo el tiempo a la biblioteca?! ¡¿Por qué tienes mapas...?!
—Suficiente.
Los labios del joven de túnicas violetas se cerraron rápidamente. Miró furioso detrás suyo sabiendo el causante de que no pudiera hablar en esos momentos.
—Wangji.— regañó el primer Jade al ver a su hermano utilizar el hechizo silenciador en uno de los hijos de secta.
—Prohibido gritar en Recesos de la Nubes.— fue su respuesta, con su rostro estoico, con sus orbes clavados en el paciente recostado en la camilla ignorando por completo el rostro rojo de la furia del menor Jiang.— Wei Ying.
—Ah...— el mencionado parpadeó varias veces sin entender porqué estaba nervioso y más al tener ahora la presencia, de no solo su hermano y de la Maestra Chen sino de los dos Lan y detrás de ellos un médico de la secta.— estoy bien, por favor Lan Zhan quítale a mi shidi el hechizo.
Lan Wangji entrecerró los ojos hacia Wei Wuxian para luego mirar al Jiang que le miraba con ojos furiosos en su dirección. Podía sentir la mirada de su hermano sobre él, insistiendo también que lo haga sin embargo no quería ver ni escuchar al hijo del líder de Yunmeng gritar de esa manera al Loto de cinta roja.
Entendía que estuviera preocupado.
El también lo estaba.
Pero de esa manera no iban a conseguir saber la verdad de lo que le sucedía al mayor.
Aunque al final, se lo sacó al tener la mirada de su hermano mayor como agujas clavadas en su piel por haber hecho aquello.
Jiang Cheng por un momento sintió que podía volver a respirar y volvió a mirar de mala manera al segundo Lan.
—Bueno.— interrumpió el médico, pasando al frente, quedando a un lado del joven Wei.— me gustaría hacer mi trabajo.
—Ya dije que estoy bien.
—Shh.— chitó la Maestra Chen al menor, levantando su dedo índice y mirándolo con reproche.— Deja que el médico haga su trabajo.
Wei Wuxian hizo un puchero sintiéndose avergonzado al sentirse regañado por la mujer. Aunque se sintió cálido ante esas palabras de reto hacia el, como si fuera una madre preocupada por su hijo. Ridículo si lo pensaba con claridad. Pero a decir verdad, nunca había recibido ese trato, en cierto sentido "agradable", ya que siempre que era regañado era a través de gritos fuertes, castigos y latigazos.
Nada más.
Sin ninguna pizca de preocupación.
—Ya, listo.— volvió a hablar el médico llamando su atención otra vez.— tu qi está comenzando a estar estable, dentro de unas horas podrás volver a tu habitación pero aún así deberás hacer reposo.
》La fiebre ha bajado por completo y la energía resentida que había recorriendo en su cuerpo desapareció.《
—¿Cómo?— preguntó Jiang Cheng sorprendido.— ¿Energía resentida?
—Si.— respondió.— es raro, creí por un momento que tendríamos que usar Claridad para que el qi espiritual se reestablezca y esa energía desaparezca de su cuerpo pero no será necesario.
》Eso si, aunque haya dormido por dos días... deberá descansar y alimentarse bien. Su núcleo dorado, los dolores en su cuerpo se debe a la falta de energía. Usted joven Wei está anémico no ha estado comiendo como se debe y necesita energía.《
Wei Wuxian solamente asintió lentamente como respuesta sin embargo dejó de escuchar cuando las palabras 》Energía Resentida《 le llegó a sus oídos, ignorando por completo también el hecho de que habia dormido por dos días.
Y más dudas vinieron a su cabeza.
¿Tenia todavía la energía resentida en su cuerpo?
¿Cómo era posible eso?
¿Por qué no la habia sentido?
¿Se debía a su núcleo dorado?
Lo que tenía de esa energía... ¿Seria suficiente para derrotar a Wen Ruhoan? ¿O debía volver a los Túmulos Funerarios?
¿Debía realmente pasar todo esa pesadilla otra vez? ¿Volver a sufrir de esa manera?
Pero había una diferencia... tenia todavía su núcleo dorado. Por ahí no sería el mismo daño.
Si salvaba a Yunmeng Jiang, si salvaba a tío Jiang y a Madam Yu, si lograba que Jiang Cheng mantuviera su núcleo dorado... él... él lograría enfrentar ese lugar con su núcleo de oro.
Si el lo lograba...
Si llegaba a cumplir su promesa...
Si...
¿Y si no?
¿Y si no lo hacia?
¿Y si rompía una vez más aquella promesa?
¿Y si no lograba salvarlos?
¿Y si..?
—Joven Wei.
El llamado de su nombre con una voz cálida, dulce y femenina logró que volviera en sí. Miró confundido hacia la Maestra Chen que lo miraba seriamente, aunque en esos ojos negros había preocupación.
—Ah... haré caso.— rió nervioso.— yo... ya quiero ir a la habitación.
—Bien pero por ahora se quedará aquí.— respondió el médico.— Avisaré a la cocina que preparen su plato para que coma.
—Puede... Puede ser que no tenga carne.
El médico dudó pero al ver el ruego en el menor, asintió con la cabeza.
—Esta bien.
Y el médico se fue, quedándose los dos Lan, Jiang Cheng y la Maestra Chen.
—Wei Ying.— fue el primero en romper el silencio, Lan Zhan.
—Ah esto... perdón por causar tantos problemas.
—Tsk no seas idiota.— le regañó el menor Jiang.— siempre causas problemas aún si no los buscas.
Wei Wuxian soltó una risita incómodo.
—Estar enfermo no es un problema.— interrumpió la castaña, mirando severamente a los dos.— ¿Cómo es que el mal estado de salud sea un problema? Es grave y hay que tenerlo en cuenta. Y va para los cuatro.
》Nunca tienen que dejar de lado su salud, no importa cuán fuerte sea su cultivo. Tanto la salud física como la mental, se debe tener mucho cuidado. No es ningún problema, si se necesita ayuda o tratamiento se debe hablar, siempre habrá alguien que te escuchará y te ayudará.《
Los presentes se quedaron en silencio al escuchar las palabras de la mujer. Lan Xichen cada vez que escuchaba a la castaña hablar sentía que aprendía algo nuevo aunque sea algo tan obvio cuando ve la realidad. No podía esperar para que llegara su tío y le confesara todo lo que habia hecho la Maestra de ojos negros y el poder presentarla ante él. Necesitaba aprender, deseaba hacerlo.
Ese joven, Xue Ming, tenía demasiada suerte de tener una maestra como ella.
—Ahora... me gustaría.— volvió a hablar la Maestra Chen. — Me gustaría hablar con el Joven Wei a solas.
Al escuchar el pedido, Lan Zhan entró en conflicto con sus emociones. Él también quería estar a solas con Wei Ying pero no sabía como decirlo ni tampoco se animaba a refutar contra la mujer. Y hablando de ella, a veces, tenía sentimientos encontrados lleno de dudas y sospechas de ella (al igual que su discípulo) pero cuando la mujer hablaba lo hacia de un tono tan sabio, con tanta naturalidad y calidez que lograba, por unos segundos, sentirse cómodo y las dudas desaparecían. Sin embargo se obligaba a mantenerla vigilada al igual que el joven de túnicas azules.
Había algo en ellos que no cuadraba y no sabía si era malo o bueno.
Y ahora, en cambio, Jiang Cheng no escondía su desconfianza sobre la castaña. Su ceño fruncido y su pose defensiva se lograba ver con claridad.
¿Por qué quería hablar con su hermano?
¿Y a solas?
¿Qué estaba tramando?
¿Por qué esa sensación de que quería quitarle a su hermano volvía?
—¿Quiere hablar conmigo?
—Si.— le sonrió.— Y de preferencia a solas.
—Esta bien.— respondió Lan Xichen obligando disimuladamente a su hermano a también a salir de la habitación.— los dejaremos a solas.
—Yo te traeré la comida.— habló decidido Lan Zhan sorprendiendo a los presentes.
—Tsk... lo que me faltaba.— masculló por lo bajo Jiang Cheng al oír aquello.— yo vendré a llevarte hasta nuestra habitación.
Y Wei Wuxian ni siquiera pudo responderles ya que rápidamente se habían ido dejando a solas con la mujer. Donde repentinamente se sintió ansioso y preocupado. Notó de reojo, porque por alguna razón no podía mirarla a la cara, que se sentaba a su lado en la silla pero no lo miraba, sino que miraba hacia la ventana, dejándose ver el gran paisaje de Receso de las Nubes.
—¿Sabes? Realmente el lugar es hermoso.— rompió el silencio la mujer.— La descripción que ella dio no... no se compara con verla con tus propios ojos.
Wei Wuxian solamente la escucho el silencio, mirándola fijamente al notar una gran tristeza en los orbes oscuros de la mujer.
—Aunque hay que admitir que ese muro... lleno de reglas.— chasqueó la lengua divertida.— arruina el paisaje hermoso de la secta Lan. ¿No lo crees Wei Ying?
El menor asintió con la cabeza cuando se sorprende al oír su nombre de nacimiento salir de los labios de la mujer. Su cuerpo se tensó y miró algo sorprendido y en desconfianza hacia la castaña que le sonreía cálidamente.
Esa sonrisa.
Y el destello de una sonrisa dirigida hacia el volvió a su cabeza.
¿Por qué se le venía esos recuerdos ahora?
En el pasado, o en su linea de tiempo anterior, nunca le habían llegado esos recuerdos que se le hacían tan importantes pero no recordaba.
Sin embargo esa sonrisa era tan cálida y amorosa, le hacia bien a su corazón.
—Eres Wei Ying, cortesía Wuxian ¿No es así?
—Si.— respondió siendo inútil negarlo.— ¿Por qué me llamas por mi nombre de nacimiento?
—Discúlpame, se me escapó.— respondió avergonzada, quedando unos segundos en silencio.— Wei Wuxian... ¿Cuántos años tienes?
—Dieciséis.
—Vives en la secta Yunmeng Jiang.— continuó.— Por lo que se por tu amigo, el joven Nie, el líder de la secta te adoptó... ¿Tus padres?
—Todo el mundo sabe lo que le pasó a mis padres.— respondió cortante e incómodo con el tema de conversación.— Ellos murieron durante una cacería.
—¿Cuantos años tenías en ese momento?
—Era un niño, creo que seis años.
—Ya veo... diez años pasaron, tenía razón.— susurró con voz rota.— ¿Sabes? Tus padres no querían dejarte solo... ellos no calcularon el peligro al que se enfrentaban.
》Ellos te amaban muchísimo Wei Ying, ella.. realmente te amaba, eras su tesoro más preciado.《
—¿Por qué me hablas de esto?— preguntó con la voz tomada, sintiendo sus orbes aguarse al igual que la mujer en frente suyo. ¿Por qué le reconfortaba escuchar aquello pero a la vez le dolía tanto?— ¿Cómo sabes eso? ¿Por qué hablas de ella como si..
—Como si la conociera.— le interrumpió con una sonrisa llena de melancolía, con sus orbes soltando lágrimas de dolor pero a la vez de amor.— Porque yo, yo conocí a tu madre Wei Ying.
》Yo... Yo soy Chen Xiaoyu, discípula principal de la Gran Inmortal BaoShan SanRen y...— soltó un sollozo mirando fijamente al menor.— y soy la Meimei de tu madre. Soy tu Ayí y estoy tan feliz de conocerte al fin.《
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¡Acá nuevo capítulo!
¡¿Qué les pareció?!
¡¿Les gustó?!
¡Xiaoyu ya le dijo quién es a Wei Wuxian!
¿Cómo creen que lo tome? Recuerden que él no tiene 15 años realmente.
Espero que les haya gustado.
Meimei: según tengo entendido es *Hermana pequeña.
Ayí: Tía.
¡Voten y comenten!
Cuídense.
Besitos.
~M.
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