Parte 23
En mi defensa, ninguna mujer se resiste a Jeon Jung Kook, ¿bien? Es un maldito Adonis y él lo sabe perfectamente, por eso es bastante peligroso.
Y sí, fui a su departamento esa noche. Lo hicimos en su sala de estar y, cuando me estaba pasando mi blusa, me ofreció salir a cenar juntos a algún lugar.
Nada como comer bulgogi y beber mucho alcohol después de sexo casual con este galán que juré evitar desde nuestro último encuentro hace unos meses.
-Salud por tu visita, Jae Sun.- dijo con gala en nuestro brindis de soju. -Creí que habías dicho que jamás volverías a verme.-
-Sí, bueno, estoy desesperada y no tengo dignidad. Salud.- sonreí por un segundo, luego volví a mi cara rancia porque lo odio. Al menos él ha sido consciente de actitud y dice que está bien con eso.
Conocí a Jungkook poco después de mudarme a Daegu, en el club de Jimin el año pasado. Sí, me llevó a su cama esa misma noche y otras noches más hasta que mi estúpida yo comenzó a enamorarse de él. Tuve un crush con este idiota, pero por supuesto me rompió el corazón cuando me enteré que yo no era la única en su camita en ese entonces.
Ya, gran parte del odio es hacia mí, en todo caso, yo fui la estúpida. Yo sabía perfectamente como era él y aun así caí.
Pero, en fin, nos caemos bien y sé que él tiene un buen corazón. A pesar de ser un jugador con las chicas, es amable, gracioso. Nunca tiene la intención de lastimar a nadie, le gusta el sexo, eso es todo. Es como yo, creo, acabo de acordarme que le hice casi lo mismo a Namjoon. Genial.
-Antes de que te quitara la ropa, dijiste que tenías algo qué decirme, Jass.- míralo, siempre tan sonriente.
-Oh, sí, lo olvidé.- puff. -Estoy en una pequeña crisis legal.-
-¿Legal? ¿Mataste a alguien?-
-Aún no. Uhm, necesito un lugar dónde vivir y sé que tienes una habitación extra.- odié que me lanzara su típica sonrisa pícara. -No conozco a nadie en la ciudad y no puedo costear algo por mí misma, así que me preguntaba si... quisieras una compañera. Será temporal, lo juro.-
-Jass, ¿sabes lo que pasa cuando tú y yo estamos solos en un mismo lugar?-
-Seré fuerte.- lo seré, maldita sea.
-Esto entre tú y yo... es complicado.-
-Seremos fuertes.- dame tú departamento, imbécil, vamos. -¿Por favor? Nos conocemos lo suficiente, ¿no crees? Tenemos la misma edad, podríamos ser como hermanos. Aunque ya nos hemos visto desnudos... olvida esa parte, no seríamos como hermanos, solo... olvida eso. ¿Qué dices?-
-Ah, es que no sé.- sí se veía bastante pensativo. Vacilaba la mirada y mordía su lengua como si fuera goma de mascar, dios.
Mientras, yo me partía la cabeza buscando con qué más podría convencerlo.
-Escucha, solo ten entendido que seré tu compañera, ¿sí? Hasta ahí. Tú tendrás tus citas, yo las mías, ambos estaremos la mayor parte del día en nuestros empleos, ¿no?- bueno, si es que consigo uno. -Cuartos separados, vidas separadas, pero seremos buenos amigos. Amigos.-
Amigos con beneficios si soy lo suficientemente tonta.
-¿Aún tienes tus instrumentos?-
Vete a la mierda. -Eh, sí.-
Era bastante extraño verlo tan serio, ¿en serio era una decisión tan importante? Incluso dejó de comer.
-¿Sabes qué? Al diablo.- dijo de pronto. -Será divertido.- sonrió.
Joder, esa sonrisa me quitó un enorme peso de encima. ¡Ya está hecho!
...
Volví a casa en taxi. Jungkook estaba bastante ebrio como para llevarme. Yo por suerte no bebí demasiado.
Bien, lo de mudarme quedó arreglado, ahora me faltaba buscar otro empleo.
Llegué a mi piso y lo primero que hice fue quitarme el calzado. Bastante cansada, me dio pereza reclamarle a Taehyung por su presencia en mi sofá. ¿Todavía tiene el descaro de ver mi televisión?
Ah, sí, no es mi televisión, ya venía con lo demás. Aquí lo único que me pertenecía era mi ropa, maquillaje, mis instrumentos y uno y que otro adorno. Meh.
-¿Estás ebria?-
-Sí, no te vayas a aprovechar de eso, ¿bien?-
-Estás loca.-
-Necesito un baño.-
Un buen baño con agua helada. No tardé mucho, salí y todavía Taehyung estaba ahí. Este chico necesita una vida a parte del maldito café, en serio.
Ni me apresuré en buscar un cambio y vestirme, así con mi toalla cubriéndome lo importante, me tiré en el sofá junto con Taehyung.
-¿Qué estás haciendo?- preguntó.
-No entiendo por qué ves estas porquerías, lo único que hacen es llorar.- él y sus estúpidos dramas. -El cliché de que eran amigos en su infancia, se separan, se rencuentran ya de adultos, se enamoran, el accidente de auto, la villana guapa, el amigo friendzoneado, la suegra malvada... eres aburrido, Taehyung. Gay y aburrido.-
-Cierra la boca, Jass. Eres peor cuando bebes.-
-Fui con Jungkook.- ni sé por qué lo dije así.
-¿Con quién?-
-Ya sabes, Jungkook. En fin, ya encontré a donde ir, ya sabes, porque me echaste de aquí.-
-Yo no te eché, Jass, firmaste un contrato.-
-Al diablo tu contrato, ni siquiera lo leí.-
-Me voy, eres increíble.-
Genial, lo logré. Ya pude cambiar de canal.
Ya era media noche y estaba preparada para dormir. Después de vestirme y secarme el cabello tuve la idea de llamar a Bian para darle la buena y absurda noticia.
Mierda, pero mi celular no lo encontraba en ningún lado.
Ah, lancé maldiciones a todo, debió quedarse dónde Jungkook.
¿Por qué tenía un mal presentimiento con esto?
Al día siguiente, desperté bastante temprano, bajé al local para que la nueva esclava de Taehyung me sirviera café. Es linda, lo admito, pero no me molesté en saber su nombre.
Taehyung atendía la caja y yo estaba a su lado en la barra con mi laptop, buscando alguna oferta de trabajo que diga mi nombre. No tengo universidad y menos habilidades, y según Tae, la música no me ayudará en nada.
-¿Para ser contadora tengo que saber sumar y restar y ya, no?- lo dije en broma, aunque creo que sí me escuché muy estúpida.
-¿Por qué no vas a una agencia de empleos, Jass?-
-Porque me odian, siempre me miran como si fuera una cualquiera.-
-¿Y estarías dispuesta a desnudarte y bailar en un tubo?-
-¿Qué crees que estoy buscando, tonto?-
La verdad es que no estaba buscando nada en particular, creo que aceptaría lo que fuera, solo habría que buscar bien.
Bueno, no tuve mucho éxito, cerré mi laptop aceptando mi primera derrota. Ya lo intentaría más tarde.
Me quedé ahí junto a Taehyung mirando a quien sea en la clientela. Me aburrí.
De pronto, en cualquier divino momento llegó mi héroe al café. Jungkook y su bella sonrisa entrando por esa puerta. Tan bello como si no lo hubiese visto ebrio anoche. Y sí, vino a devolverme mi celular.
Lo saludé, le presenté a Taehyung y este le ofreció café, lo único que sabe hacer. Jungkook accedió a beber debido a su resaca y nos cambiamos a una mesa para poder charlar un poco. Mientras, revisé mi celular.
Llamadas y mensajes de Bian y Jimin, lo normal... oh, una llamada de un número desconocido. Eso no me pasa nunca. Suelo ser muy cuidadosa a quien le doy mí número.
-¿Qué pasa, Jass?-
-¿Contestaste a este número?- una llamada de ese número que fue respondida a media noche.
-¿Eh?- Jungkook lo pensó mucho. -Ah, no lo recuerdo, estaba ebrio y no sé... qué pude haber dicho.-
...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro